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Utopía y distopía

Hay que ver cómo sigue presente en ATRIO el tema de Dios, sea su existencia, su imagen o concepto, su parcialidad como creador o árbitro supremo. ¿Y yo que sé? ¿Tengo que elegir? Demasiado para mi. Mariano plantea hoy el problema, atendiendo a la técnica, pero más existencial que filosóficamente. ¿Alguien nos ofrecerá aquí cómo y por qué llegó a optar por la fé en Él o por el no-dios (no-teos) como decisión definitiva? AD.

¿Qué ocurriría si la existencia de Dios es demostrada (o negada) científica y técnicamente?

El autodenominado ateo que se afirma en la negación de Dios, lo hace en falso, y precisa la necesidad de que alguien le demuestre esa existencia para no tener que estar constantemente afirmándose en una negación, porque parece poco razonable tener que afirmarse con la negación de otro, dejando este trabajoso tema para el que se afirma en su firme creencia en Dios. También los hay que se afanan con todas sus fuerzas en demostrar su no existencia, pero se da la paradoja que ni unos ni otros alcanza tal demostración. Ni el que la afirma ni el que la niega, al menos en los términos arriba mencionados.

Tanto su demostración en un sentido u otro requiere mucho esfuerzo a la razón, con lo que lo más corriente es que unos y otros se declinen a la hora de decidirse más por su voluntad que por sus razones.

No sé por qué motivo nos resulta más a mano siempre el nó que el sí. El nó de la razón parece estar exento del principio filosófico de la duda metódica. El “nó”, no admite dudas, suele dejar siempre la cuestión zanjada, ¿se acuerdan de la famosa frase del, “nó es nó”, que daba por cerrado todo diálogo político posterior? El sí, siempre precisa justificarse, es como la mujer del césar, siempre está abierto a muchas condiciones.  Ejemplo de esto lo tenemos hasta en nuestro sistema jurídico y no digamos en la razón matemática al utilizarlo en muchas demostraciones como condición necesaria pero no suficiente, incluso en lenguaje coloquial siempre parece ir acompañado por un “pero”.

Pero ante los adelantos de la ciencia y la técnica parece ser que este esfuerzo racional nos lo vamos a ventilar de un “plumazo”, en un “plis-plas”, dicho en castizo y sin ambigüedades. Este esfuerzo se lo vamos a encargar a nuestro nuevo dios, que en este caso es diosa y que parece ser que deslumbra más que ese otro que queremos demostrar, y en el que tanto el que muchos de los que se dicen creyentes como en los que no, ponen todas sus esperanzas de futuro. Para ello sólo tendremos que esperar un poquito, no más de cinco años, según la noticia que me llega en el momento en que escribo este artículo.

Últimamente la IA está muy de moda, pero al igual que sucedió con la Teoría Especial de la Relatividad, que tuvo que esperar a que surgiese una ampliación de la misma y que explicase de forma más completa la realidad, con la denominada Teoría General de la Relatividad, y a su vez ésta también tuvo que esperar a las teorías “físico-matemáticas” cuánticas, en las que ya el sentido primigenio de realidad se esfuma; ahora pasa lo mismo con las llamadas IA ,bien sea en su sentido fuerte o débil, con ese acontecimiento a corto plazo de una nueva IAG (Inteligencia Artificial Generativa) en la que ya ella solita aprenderá sin necesidad de ser humano alguno. Inteligencia pura y dura, sabiduría con un solo sabor, el de su mente, que supongo sabrá a silicio, pero posiblemente con un poco de agua, para que no se caliente pues trabaja a la velocidad de la luz y además resulte Incolora, inodora e insípida.

Así las cosas, tanto los que quieran demostrar la existencia o no existencia de Dios se verán finalmente eximidos de dicho esfuerzo, cuya solución nos vendrá dada con esta nueva IAG, que por cierto tiene cierto parecido con el nombre de unas lavadoras alemanas muy buenas (AEG), lo que me lleva a sospechar que sus intenciones son las de hacernos un completo y perfecto lavado de cerebro.

Bueno, sea como sea, conflicto resuelto, pero acto seguido me pregunto: ¿Cambiaría en algo la realidad en que vivimos?, ¿tendríamos que empezar un proceso de deconstrucción? o ¿seguiría todo igual que antes de dicha demostración?, porque si fuese esto último, habríamos demostrado que Dios no es necesario para nada y que en definitiva hemos perdido el tiempo en absurdas e innecesarias peleas.

Había pensado en un principio, ofrecer esta reflexión con el resultado de un trabajo en prácticas de psicología social que hice al finalizar mis estudios de dicha disciplina, a los que accedí cuando me pre-jubilé, pero he preferido silenciarlo de momento y retomarlo ahora con una muestra mayor y más representativa que la que entonces tuve y además no finalizándolo en solitario, que siempre estaría afectado por un sesgo personalista y es por ello que abro dicho análisis a partir de aquí, invitándole a usted querido lector a tomar parte activa en el mismo, y por supuesto con su sesgo personal que es tan válido como el mío, si es que le interesa participar y de paso las conclusiones a las que se  llegara formarían parte de mi pretendida tesis doctoral.

Como dato curioso de aquél trabajo solo citaré un hecho que evidenció la veracidad de la famosa frase de: “Ni están todos los que son, ni son todos los que están”, trasladada al ámbito de los ateos y los creyentes.

También he de mencionar que en aquel trabajo y de forma colateral introduje un par de preguntas además de la que da título a esta reflexión, que fueron:

  • ¿El conocimiento de Dios afectaría coyunturalmente o estructuralmente nuestras existencias?
  • ¿Qué ocurriría si científicamente llegásemos a saber cada uno la fecha de nuestra muerte?

El resultado de estas preguntas fue muy curioso pues correlacionaron todas las respuestas entre sí. Dios, praxis, y muerte, correlacionan en la vida de toda persona, creyente y no creyente. Esto fue corroborado por un análisis estadístico con su correspondiente gráfica de distribución probabilística de la entonces muestra de campo obtenida.

Volviendo al tema de esta reflexión y dejando en claro la pregunta concreta en los términos que figura en el título de la misma junto a estas dos últimas y para iniciar el diálogo al respecto, he acudido también a hacérselas previamente a un personaje que según muchos sabe mucho de todo, y en el que actualmente casi todo el mundo creyente y no creyente pone sus esperanzas. Este personaje en aquel tiempo de mi trabajo estaba en mantillas y aún no tenía palabra, pero hoy ya la tiene, y vamos si la tiene, es un verdadero parlanchín, si no le cortas a tiempo te llena veinte folios, te abruma.

No les voy a abrumar con todo el diálogo que he tenido previamente con dicho personaje, pueden tranquilamente dialogar con él simplemente invocándole a través de internet, pero sí me quedé sorprendido por los datos que me facilitó sobre la cantidad de recursos de capital y humanos involucrados en dichos desarrollos.

En este punto, les presento a Copilot. Que es un asistente virtual de Inteligencia Artificial y le hagan las preguntas que quieran, simplemente entrando en internet e invocándolo, pudiendo empezar por ésta de: ¿Qué es la IAG?

La conclusión que saqué de dicho diálogo es la de que nunca se involucraba en lo que decía, siempre hablaba en tercera persona, desde la distancia, como si no fuera con su existencia, pero muy lógico por otra parte ya que supongo se consideraría como dios, como ese dios que lo sabe todo y que incluso está por encima de todo saber.

Espero que esto no acontezca en aquellos que respondan concreta y concisamente con sus conclusiones y sugerencias a este artículo. Les quedaría muy agradecido.

34 comentarios

  • carmen

    Óscar.Aunque el título del artículo podría ser perfectamente el título de un libro de ciencia ficción, no lo es .No es lugar para hablar de esto. Además, este señor es muy serio y se merece todo mi respeto. Me da la sensación de que no le van las disgresiones.

    Así que voy a retomar el tema.Mi persona tiene fe en algunas cosas. Y la más profunda que tengo es mi fé en el Ser  Humano. Resolverá.O se extinguirá. Bueno, esto es tan cierto como que todas las especies evolucionan para que aparezcan otras nuevas. No veo el problema. Cuándo? Pues, quién sabe? Desde luego no sé. Y no me preocupa. Largo me lo fían.

    Otros tienen fe en una vida futura. Estupendo. Que cada cual crea en aquello que desea creer o pueda creer. No me asusta el futuro. Lo siento.  Buen día.

  • carmen

    Perdón.El apocalipsis de san juan, tampoco se queda corto… el que lo haya leído también estará curado de espantos.Digo, no sé…

  • carmen

    Hola Óscar.Mientras que tú leías teología, filosofía y demás ías, yo leía todo tipo de libros, entre ellos ciencia-ficción. Lo mejor ya está escrito. Para una persona de 70 años, claro. Nada me asusta, nada me espanta. Lo leo como ciencia ficción.Y de terror, ni te cuento.

    Ahora veo que por aquí, se toca de alguna manera el terror y la ciencia ficción. Lo digo leyendo como creación literaria.Por cierto. A mi juicio, insuperable La Guerra de los Mundos.  Siguen haciéndose versiones, sobre todo en internet.Y por supuesto, de Terror, los cuentos de Poe.Pero, cuidado, son productos de ficción.Cientos de Novelas de ese tipo, sabiendo que son novelas.Ya te digo , nada me asusta, nada me espanta…si quieres, termina tú la frase, que sabes de teología.Buen día, o lo que sea por allá. 

    • oscar varela

      Leo:
      Hola Óscar. Mientras que tú leías teología, filosofía y demás ías, yo leía todo tipo de libros, entre ellos ciencia-ficción. Lo mejor ya está escrito.

      Hola Carmen!

      ¿“Lo mejor ya está escrito”?
      ¿Estás segura?
      Puede ser … pero

      Ahora se está tratando “HACERLO”.
      ¡Y no se anda tan lejos!

      ¿No será que la “teología y “filosofía”, que -según vos- yo leía
      llegué a considerarlas como “ficción” e.d., “sobre-naturaleza”?

      ¿Y si en la “probable” catastrófica auto-desaparición de la “vida humana”
      -varias veces insinuada por Leonardo Boff-
      estuviera una IA fabricándose un Nicho de supervivencia
      sin nosotros, e.d. sin “vida humana”?

      ¡Al tacho con Jesús y Ortega; o, mejor dicho: ¡al Pasado!

  • carmen

    Señor Álvarez. Me da la sensación de que la ha entendido perfectamente. No sabe lo que me alegro. Hasta ha entendido la palabra acrirud, no vea mi corrector, se mete en todo, como es de inteligencia artificial…pues eso pasa. No vivió la transición. Anda que no tienen que meterle datos a la dichosa inteligencia esta nueva. Uf. Buena tarde  

    • oscar varela

      1- Seres inteligentes de un planeta del sistema estelar Barnard II
      – emprendieron experimentos para crear, a distancia, vidas también inteligentes.
      – Lanzaron sustancias químicas en cohetes más veloces que los meteoros;
      – y aunque a veces diferentes planes de colonización
      – interfirieron unos en otros produciendo mutaciones imprevistas,
      – todo salió a pedir de boca.
       
      2- Así, gracias a ese remoto control, en el laboratorio de la Tierra
      – aparecieron los hombres; sólo que nunca supieron cómo.
       
      – Primero buscaron la explicación en un Dios genesíaco:
      – después, ya definitivamente materialistas, en una genética sin Dios.
      – Al fin fabricaron sus propios cohetes y quisieron comunicarse con otros planetas,
      – a los que suponían habitados por razas hermanas.
       
      3- Desarrollaron, pues, un lenguaje galáctico.
      – Criptografía al revés, puesto que el propósito era
      – facilitar que se la descifrara: criptografía binaria (una pulsación, un silencio)
      – que, para comenzar, con puntos y rayas
      – emitió el dibujo de un hombre, una mujer y un niño
      – en el acto de indicar que su hogar era la Tierra bajo el Sol.
       
      4- Esta invención de los hombres —sintaxis celeste, de base matemática—
      – fue recibida por los seres del sistema Barnard II;
      – pero como las matemáticas humanas estaban demasiado cargadas de impurezas,
      – esos seres creyeron que los hombres todavía eran supersticiosos
      – y decidieron esperar más, antes de contestar e iniciar la gran conversación.

  • M. Luisa

    Hola Mariano! Vengo leyéndote hace días, pero opté por  Isidoro que es más caro en responder y aun  si alguna vez lo hace. Con todo,  si lo pienso bien, lo tuyo no sería para mí más que una prolongación de lo que le expuse a él esta misma mañana  en el artículo de “Dios creador” lo que no es poco. Sin embargo, por mi lentitud  me llevaría bastante tiempo… mientras tanto recibe mi agradecimiento y  todo mi afecto.

  • Antonio Llaguno

    … 

    • Antonio Llaguno

      Mariano

      Lo cierto es que es un tema que me encanta y al que vengo dedicando mucho tiempo de lectura y reflexión

      Mi conclusión, Mariano es que es una pregunta trampa. Una de esas paradojas que nos muestra la lógica que no tienen solución (Como aquella de si el catálogo que cataloga los catálogos que no se citan a si mismos, se citará a si mismo o no, o paradoja de Russell).

      Es una pregunta trampa porque hace hipótesis de una tesis imposible.

      Nunca podremos demostrar la existencia de Dios (O su inexistencia), por métodos científico técnicos.

      No es algo extraño. Ya hay demostraciones teóricas matemático/físicas que nos permiten saber que nunca podremos saber algo (principio de incertiddumbre de Heisemberg, Teoremas de incompletitud de Gödell, etc…).

      Sin embargo esta demostración es mucho más intuitiva.

      Cualquier elemento creador, se situa, por definición fuera de lo creado. Es decir: Dios, si es un Dios creador y su condición de creador es la única que forma parte de la esencia de Dios porque las demás (Omnipotente, todopoderoso, inefable, misericordioso, etc…) son “apellidos” que le hemos añadido por accidente o por deducción a partir de su condición de creador; debe estar fuera de lo creado. No es posible que algo se cree a si mismo, pues antes de ser creado no existiría y después de ser creado ya no sería creador.

      Si está fuera de lo creado y las leyes físico/químico/matemáticas con las que trabajan los científicos y trabajamos los técnicos, forman parte de la creación o lo que es lo mismo, podrían haber sido otras (Y solo el que podamos plantearnos que podrían haber sido otras, ya hace que pudieran haber sido otras por la misma razón que fueron las que tenemos), es que esas gherremientas que tenemos los científicos y los técnicos no pueden salir del sistema cerrado llamado creación, resulta por lógica elemental que no es posible acceder a la demostración de la existencia de Dios por metodos científicos y técnicos, aunque por contra, tampoco es posible demostrar que no existe.

      ¿Cierra esto el debate? Defintivamente no.

      En primer lugar porque el conocimeitno no se otiene exclusivamente por el método científico o por medio del uso de la tecnología para tomar datos y analizar muestras.

      El ejemplo más básico (Y más manido es que yo sé positivamente que amo a mi mujer pero no puedo demostrarlo de forma empírica).

      ¿Cómo sé que yo amo a mi mujer? Pues porque la amo. Y no sirve hablar de pruebas de amor, porque esas “pruebas” no tienen consistencia, es decir no son consecuencia inevitable y objetivamente demostradas que son producto del amor, entre otras coas porque habría, previamente que definir amor, que es algo que todos sabemos qué es pero nadie sabemos definir de forma objetiva y matemáticamente utilizable.

      Aquí entraríamos en un debate muy largo (Y apasionante a mi juicio) sobre como podemos conocer a Dios y lo que iplican esas formas de conocimiento. Quizás (Solo quizás) si profundizamos en ello pidieramos intuir que Dios se da a conocer a cada uno de nosotros en nuestra intimidad más profunda y solitaria (Lo que yo llamo con el palabro, nuestra “mismidad”) pero que ese conocimeinto solo tiene sentido si se comparte y complementa con el que tienen los demás (Recordemos que somos los demás de los demás); pero no es el que tú señalas en tu artículo.

      Respecto a lo que tú preguntas mi conclusión es que sigue sin estar cerrado el debate; porque lo que sí podemos hacer es asegurarno de que la “hipótesis Dios” es compatible con lo que sabemos de la realidad en cada momento y que obtenemos por metodos científico/tecnicos y algo que cada día cobra más importancia, si es compatible con lo que sabemos que no podremos saber.

      Eso nos permite abrir una constante busqueda revisionista de contraste de la “Hipótesis Dios” con el conocimiento adquirido que nos hace ser, cada día, más exigentes con ese estudio e ir definiendo lo que, de existir, es Dios y sobre todo lo que definitivamente “no es Dios”.

      No podemos llegar mucho más allá, lo cual hace de la vida algo mucho más soportable.

      Porque de la misma manera que sería insoportable (Y tremendamente aburrido) vivir con la certeza de saber cual es nuestro futuro de forma inexorable (Lo cual, además, sería un sinsentido; es decir ¿Cuál sería el sentido de la vida si estubiera escrito y no pudiera estar abierto a infinitas posibilidades: ninguno?); es apasionante no saber lo que nos va a pasar dentro de media hora.

      Soy consciente de que muchas personas prefieren vivir en la “certeza” y se auto engañan con supersticiones que viven como si fueran la Verdad absoluta; pero es que vivir en la incertidumbre, que es lo que no nos queda más remedio que hacer, no es fácil.

      Pero recordemos que el gato se Schröedinger solo está muerto y vivo a la vez para el que observa la caja desde fuera (Es decir para Dios en nuestro caso) pero el propio gato (Es decir nosotros) sabe muy bien si está vivo, porque si está muerto no sabe absolutamente nada.

      Me apasiona este tema y me encantará seguir discutiendo sobre éllo.

       

       

       

       

       

       

  • carmen

    A ver.Diría que hay diversas formas de abordar un tema. Hay quien lo hace desde una óptica, digamos de profesor de universidad, no sé si esta expresión es lo suficientemente clara para ustedes, para mí sí. Y otras personas lo hacen desde la óptica del alumno.

    Algunos se quedan maravillados por el profesor, le dan palmaditas en la espalda y esas cosas. El resto calla. Vaya usted a saber lo que están pensando.Y, claro, según lo plantees, según sea el lenguaje que se utilice, pues los escribidores entran de una manera u otra, o directamente deciden no entrar. Mientras que otros están encantados de que se planteen los temas con eso que algunos llaman altura intelectual.

    Es muy difícil irrumpir es una conversación entre sabios. A mí no me resulta cómodo. No porque no comprenda lo que se dice, sino porque, a estas alturas de la vida, tenemos mucho más claro cuándo nos apetece hablar y cuando no. Pasando por alto algunas impertinencias gordas que se te puedan dirigir, porque ni tan siquiera eso ya afecta. Te coges un rebote, contestas , pasas de la persona en cuestión y … Hablas cuando te apetece.Tengo la sensación de que esté blog se ha querido convertir en un blog de personas serias, con lo que se llama altura intelectual. Y lo están consiguiendo. Genial.

    Peeeeero…no se puede pedir que alguna persona ingenua en determinados planteamientos ,baje al terreno  de sus vivencias personales si no es el lugar adecuado. A estas alturas, insisto, sabemos perfectamente lo que decimos y a quien lo decimos.No se deben de pedir peras a un olmo. Si vamos a peras, vamos a peras y si vamos a Rolex, vamos a Rolex.

    Hay personas que somos de peras y dejamos a las que van a Rolex que sigan buscando Rolex. Sin actitud. Qué diría Felipe González.Buen día a todos. Busquen lo que busquen. 

  • mariano alvarez

    Aclaraciones a este artículo:

    • mariano alvarez

       
      A la vista de los comentarios recibidos hasta este momento, deduzco que no he logrado expresarme de forma clara sobre la finalidad del mismo, por lo que quisiera dejar de forma más explícita lo que solicito del lector, siempre y cuando libremente quiera participar.

      Agradeciendo sus comentarios que en todos los sentidos expresados son enriquecedores, lo que pretendo es que el lector se signifique personalmente ante las tres preguntas concretas planteadas en el texto y a partir de las cuales podamos todos vernos reflejados desde nuestras creencias más que desde nuestros saberes, opiniones, deseos y dudas.
      Fuera de este planteamiento estaríamos haciendo un análisis impersonal y no comprometedor para nadie en concreto. Este análisis tendría la vitalidad, la energía y la fuerza de la que todo otro análisis genérico carece.
      La persona se significa en el testimonio. Fuera de él está ese otro universo, el de la dudad y el saber, el del querer y el desear, pero el creer es su universo interior desde el que realmente está y se proyecta, (ortega).
      Decía Immanuel Kant que:” Si quieres que los demás crean en ti, debes mostrarte a ti mismo como un hombre de creencia”, pero también quiero citar a René Descartes que decía: “Para saber lo que sabemos es necesario saber lo que no sabemos”. Frase esta última que le sirve a Ana Rodrigo como apoyo a su respuesta a este artículo introduciendo el concepto de la duda en el ámbito entre el creer y el no creer y de paso entre el saber y no saber. No está mal este intento, que por otra parte nos lleva a la famosa frase que todo el mundo conoce de: “Solo sé que no sé nada” de Sócrates, en la que ya queda disipada toda duda querida Ana.
      Recuerde querido lector lo dicho al principio, siéntase libre de contestar como mejor le venga pero si le es posible en primera persona, en caso contrario recuerde a Copilot.

      • oscar varela

        ENCUESTA para el doctorado de Mariano Álvarez Valenzuela
         
        1- ¿Qué ocurriría si la existencia de Dios es demostrada (o negada) científica y técnicamente?
        2- ¿El conocimiento de Dios afectaría coyunturalmente o estructuralmente nuestras existencias?
        3- ¿Qué ocurriría si científicamente llegásemos a saber cada uno la fecha de nuestra muerte?

        Aclaración-pedido de MAV:
        “Lo que pretendo es que el lector se signifique personalmente ante las tres preguntas concretas planteadas” 

        Respondo dicendum quod:

        Ad1- Le palmearía el hombro al tal “demostrante” invitándolo a una”cervecita” bien helada.
        Ad2- La “vaguedad” de tal “supuesto” (conocer a Dios) descalifica pretensión doctorable.
        Ad3- Revisaría las “premisas”.

        Corolario:
        “Si quieres que te respondan: sé preciso y anda al grano”

      • Rodrigo Olvera

        Vaya arrogancia de exigir a los demás lo que tú no haces, Mariano. Si la persona se significa en el testimonio, como afirmas, justo en este artículo lo que no haces es dar tu testimonio personal respecto de las tres preguntas que haces

         

        Pero ante tu requerimiento, comentaré en primera persona sobre tus preguntas. Para mí, la tres  preguntas están  tan dentro del territorio de lo hipotético-abstracto que carece de sentido existencial para mí siquiera plantearme responderlas. Carece de sentido totalmente para mi andar y mi meta vital.

         

        Y con ésto no digo que la pregunta por Dios no sea relevante. Lo que digo es que como las tres preguntas son hipótesis irrealizables fuera de lo hipotético-abstracto (nunca se podrá demostrar ni la existencia ni la existencia de Dios; nunca se podrá tener conocimiento -diferenciado de creencia o percepción de experiencia- de Dios; y nunca se podrá conocer científicamente la fecha y hora de todas las personas) es perder el tiempo preveer las consecuencias de tales hipótesis irrealizables.

         

        Ahora, a mí sí que me encantaría conocer tu testimonio de cómo la filosofía personalista interactuando con tu fe en Dios te ayudan a vivir tu vida con sus circunstancias. ¿Te animas a dar ese testimonio, sin necesitar descalificar o hacer menos a quienes no creen como tú? Estoy seguro que yo además de aprender de tí y contigo, me sentiría más cercano a tí.

        • mariano alvarez

          Rodrigo, aunque no me creas te diré que agradezco tu respuesta, pues a tu modo has respondido a las tres preguntas que he planteado en este artículo y a las que no tengo nada que objetar pues son tuyas y además las has dado libremente sin que nadie te lo exigiera (supongo), tal y como he mencionado por doble partida en mi escrito y en la posterior aclaración al mismo, aunque parece ser que tu opinas que las exigía. Repasa el texto y lo verás. El subconsciente nos suele traicionar con mucha frecuencia, a mi también me pasa lo mismo, no tiene mayor importancia.

          En cuanto a tu pregunta sobre mi opinión personal, si te fijas bien, ya el propio título del artículo la contiene, pero por si te fuera insuficiente y como se que eres un asiduo lector de mis reflexiones te recuerdo entre otros el titulado “El que tenga oídos que oiga”. En él y en muchos otros explicito mi testimonio personal que tú me pides y sin descalificar a quien no coincida con él, como tu presupones, lo que en sí es una presunción. Por cierto dicho artículo no tuvo ningún comentario ni tuyo ni de nadie, pero los silencios son también muy significativos. Se suele decir que el que calla otorga. Todo cuenta.

          Todo esto te lo digo sinceramente sin acritud como muy bien apunta el certero comentario de nuestra contertulia Carmen, y que de paso extiendo al también nuestro contertulio Oscar con su abrumadora y  desenfadada (alguien podrí decir sarcástica) respuesta que más que para una tesis doctoral parece para una tesis pastoral. El humor casi nunca está de más.

          Espero y deseo no haber herido la sensibilidad de nadie. Si así no fuese ruego disculpas.

           

  • oscar varela

    I. INSTRUMENTO Y MÁQUINA  II. LA TÉCNICA DEL TÉCNICO

    • oscar varela

      I. INSTRUMENTO Y MÁQUINA
       
      1- La primera máquina pro­piamente tal es el telar de Robert (1825),
      – porque es el primer instrumento que actúa por sí mismo
      – y por sí mismo produce el objeto.
      (Por eso se llamó self-actor, y de aquí selfatinas)
      – La técnica deja de ser manipulación, maniobra,
      – y se convierte sensu stricto en fabricación.
       
      2- En la artesanía el utensilio o trebejo es sólo suplemento del hombre.
      – el hombre con sus actos «naturales», sigue siendo el actor principal.
       
      3- En la má­quina, en cambio, pasa el instrumento a primer plano:
      – no es el instrumento ayuda al hombre, sino al revés:
      – el hombre quien simplemente ayuda y suplementa a la máquina.
       
      4- Al trabajar por sí y desprenderse del hombre,
      – la técnica es una función aparte del hombre natural, y
      no atenida a los límites de éste
       
      5- Lo que un hombre con sus actividades fijas de animal puede hacer,
      – lo sabe­mos de antemano: su horizonte es limitado.
      – Pero lo que pueden hacer las máquinas que el hombre es capaz de inventar
      – es, en prin­cipio, ilimitado.
       
      6- Pero toda técnica consiste en dos cosas o funciones muy distintas:
      una, invención de un plan de actividad, de un método, procedimiento
      (mechané, decían los griegos) (la TÉCNICA = el Técnico; “Técnica del Técnico”)
      – y otra, ejecución de ese plan (la OPERACIÓN = el Obrero; el “Artesano”)
      ………………….
       
      II. LA TÉCNICA DEL TÉCNICO
       
      7- El hombre adquiere la conciencia suficientemente clara
      de que posee una cierta capacidad por completo distinta de las rígidas, inmutables, que integran su porción natural o animal.
      – Ve que la técnica no es un azar, como en el estadio pri­mitivo, ni un cierto tipo dado y limitado de hombre —el artesano—;
      que la técnica no es esta técnica ni aquella determinada y, por lo tanto, fijas,
      – sino precisamente un hontanar de actividades humanas, en principio, ilimitadas.
       
      8- Esta nueva conciencia de la técnica como tal coloca al hombre, por vez primera,
      – en una situación radicalmente distinta de la que nunca experimentó;
      – en cierto modo, antitética.
      Porque hasta ella había predominado en la idea que el hombre tenía de su vida
      – la conciencia de todo lo que no podía hacer, de lo que era incapaz de hacer;
      – en suma, de su debilidad y de su limita­ción.
       
      9- Pero la idea que hoy tenemos de la técnica
      – nos coloca en la situación tragicómica -es decir, cómica, pero también trágica—
      – de que cuando se nos ocurre la cosa más extravagante nos sorprendemos en azoramiento porque en nuestra última sinceridad no nos atrevemos a asegurar que esa extravagancia
      (el viaje a los astros, por ejemplo), es imposible de realizar.
       
      10- El hombre está azorado precisamente por la conciencia de su principal ilimitación.
      – Y acaso ello contribuye a que no sepa ya quién es
      – porque al hallarse, en principio, capaz de ser todo lo imaginable,
      – ya no sabe qué es lo que efectivamente es.
       
      11- La técnica, al aparecer por un lado como capacidad, en principio ilimitada,
      – hace que al hombre, puesto a vivir de fe en la técnica y sólo en ella,
      – se le vacíe la vida.
      – Porque ser técnico y sólo técnico es poder serlo todo y con­secuentemente
      – no ser nada determinado.
      – De puro llena de posibili­dades, la técnica es mera forma hueca;
      – es incapaz de determinar el contenido de la vida.
      – Por eso estos años en que vivimos, los más intensamente técnicos
      – que ha habido en la historia humana,
      – son de los más vacíos.
      ………………………………………….
      Ortega y Gasset “Meditación de la Técnica” Cap.IX (OCT5, 365-6)

      • oscar varela

        Prestar atención mayor a items 5, 10 y 11:

        5- Lo que un hombre con sus actividades fijas de animal puede hacer,– lo sabe­mos de antemano: su horizonte es limitado.– Pero lo que pueden hacer las máquinas que el hombre es capaz de inventar– es, en prin­cipio, ilimitado.

        10- El hombre está azorado precisamente por la conciencia de su principal ilimitación.– Y acaso ello contribuye a que no sepa ya quién es– porque al hallarse, en principio, capaz de ser todo lo imaginable,– ya no sabe qué es lo que efectivamente es. 11- La técnica, al aparecer por un lado como capacidad, en principio ilimitada,– hace que al hombre, puesto a vivir de fe en la técnica y sólo en ella,– se le vacíe la vida.– Porque ser técnico y sólo técnico es poder serlo todo y con­secuentemente– no ser nada determinado.– De puro llena de posibili­dades, la técnica es mera forma hueca;– es incapaz de determinar el contenido de la vida.– Por eso estos años en que vivimos, los más intensamente técnicos– que ha habido en la historia humana,– son de los más vacíos.

         

  • ana rodrigo

    ¿Son las religiones las creadoras de dioses o de Dios?

    • ana rodrigo

      Dice Mariano: “El autodenominado ateo que se afirma en la negación de Dios, lo hace en falso, y precisa la necesidad de que alguien le demuestre esa existencia para no tener que estar constantemente afirmándose en una negaciónYo, modestamente, pienso que quien niega la existencia de Dios, no lo hace en falso porque para eso, previamente, habría que haberse demostrado su existencia. Por tanto, no niega el que algo exista, sino que, hasta que no se demuestre, no admite algo que no exista, porque la fe o la creencia, en este momento, es algo subjetivo.

      Desde que se tienen noticias de que el homopiensa y tiene la necesidad de saber porqué, para qué cómo, etc. y hacerse todas las preguntas de las que sea capaz, cuando no encuentra respuestas, le pone el nombre de Dios a lo que no su mente no alcanza. Muchas de las preguntas, que en otros tiempos se le atribuían a las diosas y a los dioses, las ha resuelto la ciencia. El caso de Galileo seguro que habrá pasado con tantos descubrimientos científicos y, a partir de ese determinado momento, quien afirmase que el sol giraba en torno a la Tierra, estaría haciendo una afirmación falsa de algo que ya se había demostrado ser cierto.

      El que hayan desaparecido tantas diosas y tantos dioses, debido a los avances científicos, para quedarse con un monoteísmo casi universal tiene explicación por lo que acabo de decir, pero aquí entraría el tema de las religiones, y esto, aunque no lo parezca, es “otra” cuestión, aunque no lo parezca, dado que su razón de existir es Dios mismo y volvemos al punto de partida.

      Como dice Mariano, Tanto su demostración en un sentido u otro requiere mucho esfuerzo a la razón, con lo que lo más corriente es que unos y otros se declinen a la hora de decidirse más por su voluntad que por sus razones.” Y, quien opte por la duda, pues muy bien, la libertad y el respeto. ante todo.

  • Juan A. Vinagre

    Una breve reflexión sobre un tema sumamente complejo como la existencia o no existencia de Dios. Llevamos miles de años pensando en ello y la razón humana -la razón humana- no es capaz de aclarar casi nada más que lo que Dios no puede ser. Pero el tema “DIOS” estará siempre presente, y estará siempre presente porque es una Utopía razonable (no hablo ya de un “instinto” razonable, del que hablan algunos doctos…) Afirmar que Dios no existe -sin probarlo-, a mi juicio, es más fácil y superficial que admitir su existencia, reconociendo que no es posible probarla “racionalmente”. El problema es la limitación de la razón humana -inevitablemente limitada a lo inmanente-, y si Dios existe, tiene que ser trascendente o no sería Dios. (Esta reflexión la he expuesto en otras ocasiones, y no me canso de repetirla, porque racionalmente me parece fundamental.)  Para llegar a las puertas de lo Trascendente necesitamos otra vía -la vía racional ayuda, pero no es suficiente-. La vía más directa es la espiritual, no fácil de admitir por quienes recurren solo a la razón. La existencia de Dios no es ni puede ser la conclusión de un brillante silogismo. Mientras no admitamos que el hombre es más que razón, seguiremos limitados y atascados en ella. No seremos capaces de liberarnos de los antropomorfismos que deforman la imagen, demasiado humana, de Dios, y que nos llevan a negarlo o a pasar de Él.

    Por eso para admitir esa Utopía razonable es necesaria la fe. Fe que es confianza y reconocimiento de que a Dios no puedo llegar solo con la razón. Y si no soy capaz de creer, al menos puedo admitir que “racionalmente” -y humildemente, postura no tonta sino inteligente- lo más correcto es admitir la posibilidad de Dios, aunque no lo pueda demostrar. Negarlo, sin demostración,  implica otra forma de creer, y además equivale a afirmar que el universo es un sinsentido, un absurdo racional… (hablo siempre a mi juicio) Equivale a afirmar que los que pensamos y buscamos sentido profundo -homo relativamente sapiens- somos en realidad un sinsentido. Y cuando queremos dar-darnos sentido lo único que hacemos es soñar despiertos… 

    Termino con los tercetos de un soneto sobre el tema:
    “Entiendo que ese plan no lo comprendas
    y pienses que el diseño es muy oscuro;
    mas solo una pregunta -y no te ofendas-:
    Por más que muchos digan “no hay futuro”
    y tú los acompañes y defiendas
    que tienen la razón, ¿estás seguro?”

    Esta es la reflexión que me ha sugerido el artículo de Mariano.

  • Rodrigo Olvera

    Les comparto un ejercicio interesante