¡Excelente artículo de Olga esta semana! Sugiero no saltarlo. Veréis cómo revienta los argumentos que presenta el flamante nuevo supremo Teólogo de Francisco.Sigue tirando balones fuera psrs justificar la marginación de la mujer con sofismas. Muchas abandonan la Iglesia. Estoy con Olga en que hay que seguir luchando con una esperanza realista que va más allá de Francisco y los suyos. AD.
La situación de la mujer en la Iglesia es un tema vigente porque no ha sido solucionado. Así lo constatamos en las preguntas que, una y otra vez le hacen al Papa, lo mismo que a otros miembros representativos de la jerarquía. En este caso queremos comentar la entrevista que la hicieron al nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, el pasado 9 de julio.
La pregunta fue: ¿Cree que en el futuro será posible repensar el papel de la mujer en la Iglesia? El designado cardenal Fernández respondió: “ciertamente”. Pero añade: “no es necesario para eso forzar la discusión del acceso de las mujeres a los ministerios ordenados. Sería empobrecer la propuesta”. Estoy de acuerdo con que los ministerios ordenados no son el único tema a tratar cuando se habla de la situación en la mujer en la Iglesia. Es un tema, entre muchos otros. Centrarse en ello es limitar el campo más amplio de la realidad eclesial en la que la mujer no puede seguir siendo ciudadana de segunda categoría con limitaciones, prejuicios, restricciones y comprensiones erróneas. Pero lo que no logro comprender y que también, se repite demasiado, es que centrarse en ese tema, sea empobrecer la propuesta. Lo que no me parece adecuado es el término “empobrecer”. Si entiende que limita la comprensión más amplia de la realidad de la mujer en la Iglesia, tal vez podría plantearse. Pero en realidad, dudo que signifique eso. Por la reticencia a hablar del tema, o por el miedo a abordarlo o por el interés de evadirlo, me parece que este término no es apropiado. Explicitar dentro del amplio campo de la situación de la mujer en la Iglesia, el de los ministerios ordenados, es afrontar el tema más delicado y difícil de superar para reparar integralmente la exclusión que las mujeres han sufrido por siglos. Por tanto, no creo que lo empobrezca, lo conduce a un tema fundamental que tarde o temprano ha de abordarse con todas las consecuencias.
Continúa Víctor Fernández diciendo que hay que “profundizar y explicar mucho mejor el lugar específico de las mujeres y su contribución propia”. Aquí también me cuesta entender qué más hay que profundizar. Por el bautismo todos y todas somos partícipes de la triple dimensión profética, sacerdotal y regia de Cristo. Con lo cual ese papel subordinado que ha tenido el laicado, pero dentro de este, la mujer en la vida de la Iglesia, no tiene ninguna lógica y solo se supera, actuando en consecuencia. Si esto es igual que el tema del diaconado en el que se han nombrado dos comisiones sin ningún éxito -y teniendo ya tantos estudios serios que muestran la existencia de este en los orígenes cristianos-, realmente significa que más que avanzar, se busca evadir el tema.
La segunda dificultad de la anterior respuesta, viene de la expresión “su contribución propia”. ¿Cuál será esa contribución propia que debemos ofrecer las mujeres a la Iglesia? ¿qué es lo propio de las mujeres? Antes parecía muy claro: las mujeres se caracterizan por la ternura, la intuición, la delicadeza, la sensibilidad, etc. Pero esas actitudes ya están revaluadas y cuesta mucho negar la contundencia de los hechos: varones y mujeres tienen esas y muchas más características, cada persona con sus mayores o menores énfasis, pero no por el hecho de ser mujer o varón sino por ser una persona única e irrepetible que posee las características de todo ser humano, sabiendo que sus circunstancias propias han permitido que desarrolle más unas que otras. Podemos hacer la pregunta, al contrario: ¿Cuál es la contribución propia de los varones? ¿por qué no se dice de ellos que deben encontrar su propio lugar? ¿Por qué no se ha escrito una carta para los varones para definirlos y explicitar el valor propio que los dignifica, como se repite tanto para las mujeres? No existe un colectivo “mujeres” que pueda aportar algo propio, ni existe un colectivo “varones” que pueda apropiar algo propio. Existen personas, varones y mujeres, con sus características propias -como ya lo dijimos- llamadas a enriquecer la comunidad eclesial.
Víctor Fernández finaliza diciendo que, si cualquier reflexión no tiene consecuencias prácticas, si no se trata de la cuestión del poder en la Iglesia, si no se concede a las mujeres más espacios donde ellas tengan mayor incidencia, esta reflexión será insatisfactoria. Y ¡tiene toda la razón! Y justamente este es el punto en el que estamos: mientras no se deje de justificaciones para no abrir las puertas de la Iglesia a la participación plena de las mujeres en ella, podremos hacer muchos discursos, alegrarnos por los pequeños espacios que se abren, tal vez no hablar tanto del tema para no incomodar a los que no quieren escuchar esta continua demanda, contentarnos con los lentos cambios que se dan con respecto a las mujeres, seguirá esta real y cierta insatisfacción de las mujeres frente a la Institución eclesial, insatisfacción que algunas seguimos expresando pero manteniendo la esperanza de que las realidades cambien pero que, muchas otras, ya no están dispuestas a esperar sino que se van alejando, más y más, explícita o implícitamente, de la institución eclesial. Que la historia es lenta y los cambios difíciles, nadie lo duda, pero que hay que acelerar el paso por fidelidad al evangelio, sería la opción correcta para evitar este envejecimiento de la Iglesia donde ya las/os jóvenes no tiene casi ningún interés de involucrarse.
No soy creyente, y no me motiva ni la Iglesia Católica, ni ninguna otra. Y evidentemente menos cuando por ser mujer se es discriminada y limitada su participación. Sí fuera un club privado también tendría que someterse a las leyes de igualdad, pero encima es una institución subvencionada y con un patrimonio expoliado a las personas de los diferentes territorios desde generaciones. No entiendo de teología, ni de toda esa discusión religiosa que ha surgido en el debate, pero debemos tener en cuenta que cuando hablamos sobre creencias ya estamos hablando de una percepción diferente de lo real, adentrándonos en el terreno de la fe, que en ciertos casos sirve para justificar acciones irracionales en una obediencia ciega a una autoridad divina. Sin embargo, aunque la religión es el campo propicio donde se cultivan conductas que podríamos relacionar con enfermedades mentales, dichas conductas no residen como tal en las instituciones religiosas, sino sobre todo, en la interpretación personal o colectiva de las doctrinas y en la vivencia de dichas prácticas.
No sé si entiendo bien sus palabras, doña Mónica, pero leo que es una institución subvencionado y con un patrimonio expoliado a las personas de los diferentes territorios desde generaciones. Pongamos una fecha, ¿desde la desamortización de Mendizábal? Templos, colegios, parroquias, conventos… un patrimonio expoliado. Es decir, robado.
Sobre creencia y percepción diferente de los real. Es decir, creencia y ciencia. ¿Le interpreto bien? En teoría del conocimiento y en filosofía del conocimiento se explica, y se constata con la observación e introspección, que, en buena medida todo lo que conocemos no es inferencia, sino creencia. No solemos llegar nunca a la raíz de las leyes de la física, por ejemplo, que damos por ciertas, basándonos en la fiabilidad de la autoridad del profesor. Y a nadie se le ocurre decir que es una percepción distinta de la realidad.
La fe religiosa es de otra índole porque su objeto no es asunto de ciencia experimental. ¿Eso significa que es propia de mentes ignaras según sostenían los escépticos de todos los tiempos, racionalistas como Voltaire, o de mentes débiles y enfermiza, como afirmaba Freud? Aquellos saldrían de su estado con la enseñanza y la Ilustración y éstos con la psicoterapia, con el psicoanálisis. Lo tuvo difícil el cultivador de la diosa Razón con la guillotina de Lavoisier y el cultivador del subconsciente con el Nobel del neurólogo Eccles. Son dos ejemplos de los miles de personas cabales y científicos eminentes que vivieron con intensidad su fe religiosa.
En min foro interno, lo he dicho en alguna ocasión, he sentido una profunda admiración por Francis Crick, a quien James Watson jamás había visto en actitud humilde, según cuenta. Un hombre que tras descubrir la estructura helicoidal de la molécula emblema de la vida, el ADN, y algún resbalón inmediato, pensó que debía darle un giro a su carrera científica. Había descubierto el armazón de la vida, por simplificar, ahora abordaría la sede y la estructura de la mente. Y se puso a estudiar el cerebro, empeñado en deshacer todos los mitos religiosos. Su pensamiento iba unido a un modo de vivir en consonancia. Cuando era responsable de la capilla universitaria en su etapa de Cambridge, la quiso cerrar, aunque el claustro de lo impidió. Fue un científico, pues, de un una radicalidad tenaz. Creyó haber encontrada la clase de la sede de la conciencia en el claustrum. Y eso le gritó al neurólogo que en la Universidad de California le sucedió en el labortorio. “El claustro”. Los ingleses han puesto el nombre de Francis Crick al centro de edición genómica de Londres, el más desinhibido en la manipulación de la constitución humana y en su voluntad de creación de la misma.
Responderé a la primera parte, pues no tengo más tiempo.
Muchas catedrales, muchos bienes que son de tiempo inmemorial, que los construyó el pueblo con su trabajo, con sus impuestos, quedó en manos De la Iglesia. Ningún particular podría hacer algo así, pero la Iglesia católica sí tenía el privilegio de poder ir a los registros y decir ‘esto es mío’“. Además de apropiarse de las obras de mayor interés cultural, arquitectónico y turístico del país, la Iglesia católica se lucra por el usufructo de ellas.
Esta historia de apropiaciones indebidas por parte de la Iglesia católica comenzó en 1946, cuando el entonces dictador por una Ley Hipotecaria entregó privilegios a la jerarquía católica. El obispo de turno podía ir al registro de propiedad puede poner a su nombre lo que el obispo diga. Así. Tal cua. Apegándose a esa ley, los obispos españoles empezaron a registrar a su nombre todos los bienes que consideraran de su interés: plazas, viviendas, calles, terrenos, edificios, fuentes. Y eso lo mantuvieron y aumentaron los distintos gobiernos socialistas y populares.
Seguirá …
Las catedrales y demás templos construidos a lo largo de los siglos lo fueron por los fieles para honrar, venerar, es decir, rendir culto a su Dios y a la Virgen o los santos. Esa labor religiosa correspondía, en el marco de su fe, a la Iglesia. Ella se encargaba de su dignidad, mantenimiento y funcionamiento en servicio a los fieles. Lo que llama usted lucrarse, otros entendemos que en el caso de las visitas o usos turísticos es el pago mínimo para la conservación de fábrica y riqueza cultural interior (museos de casullas y ornamentos episcopales, como cruces, etcétera.
Capítulo aparte es el de las inmatriculaciones, de actualidad en España. La Iglesia debe preocuparse de mantener el patrimonio que los fieles le han ido concediendo a lo largo de los años para usos religiosos o de beneficiencia o incluso como medios para remediar la pobreza de expósitos, viudas, ancianos, etcétera.
La exención está desapareciendo en España y deben pagar impuestos allí donde se genere una riqueza no vinculada con el fin religioso estrictamente hablando.
Pero obligación de la Iglesia es vigilar por el patrimonio recibido, no dilapilarlo. Fui un tiempo miembro de una Fundación privada de Barcelona que lleva el nombre de un médico del siglo XIX sumamente entregado a los demás, con una plaza dedicada en la ciudad condal. El legado de la Fundación lo otorgó un sobrino suyo. Entre las propiedades estaba la Casa de los Vargas en el Madrid de los Austrias. El entonces segundo de Tierno en la alcaldia de la capital, Barranco, vino a Barcelona decidido a que la Fundación le regalase el edificio. Es decir, que privara a la Fundación de su principal fuente de ingresos para cumplimentar la voluntad del legador. La argumentación es la demagógica habitual en estas situaciones. Mientras estuve yo, no se cedió. De la Fundación también querían aprovecharse políticos de otro signo, en este caso, secesionistas. Las becas tenían que ser para causas más o menos vinculadas a la causa “nacional”.
Es un tema, el de los bienes de la Iglesia, de las Fundaciones, etcétera, que se prestan a la demagogia más populista. Son del pueblo y deben volver al pueblo es el eslogan, donde por pueblo entienden es de los míos.
En Cataluña, ERC y demás partidos de izquierda han lanzado ya los primeros cañonazos. Puesto que al templo católico no van más que viejos, convirtamos esos templos en mezquitas. Todavía a media voz, pero cual gota malaya, continuamente.
Mira Rodrigo.Debo andar por los siete mil comentarios. Muchos son.
Sigo con la frase su comentario está a la espera, por si acaso es el primero.
Por favor. Rodrigo. Por favor.
Mejor lo dejamos.
Rodrigo. No me gusta dejar las cosas en el aire, no me gusta.Mira. Ha habido un escándalo gordiiiiiisimo aquí, con lo de un beso que le dió el presidente de no sé qué exactamente de fútbol a la capitana del equipo de España que ha ganado su primer Mundial.
Lo has leído aquí, Ana puso el grito en el cielo con más razón que un santo. Bueno, no veas, se ha liado la mundial y no precisamente de fútbol. Hoy ha dimitido este ser. No veas lo felices que estamos. Es un triunfo de todos, de todas. Sobre todo de las niñas que hace veinte o treinta años empezaron a querer meterse en el grupo de los niños para jugar al fútbol. Es el triunfo de ellas. Seguro que están felices y recuerdan cosas de su etapa de colegio. Seguro. Y estoy feliz por ellas. Por todas, por todos. Es un triunfo de la igualdad. Porque somos iguales. Y todos podemos elegir, otra cosa es que te apetezca o que tu capacidad física te lo permita, exactamente igual que a los chicos. Igual. Absolutamente idéntico.Vale.
Sabes lo que se decía en la prensa? No entendemos el silencio de los grandes del fútbol. Es un silencio que hace cómplice. Esa ha sido la batalla de la prensa: silencio cómplice.Y ayer empezaron a hablar los grandes, en cascada. Y hoy el ser en cuestión ha dimitido o va a dimitir.
Porque, querido , el silencio no se vale. El silencio es cómplice. No resisto el silencio. Algo que he dicho varias veces. Da exactamente igual que las personas piensen como tú, si tú no lo sabes, si te sientes en la nada. Da igual.
El otro día Ana me dijo que compartía muchas cosas de las que decía. Y Nacho, con el que discuto de vez en cuando, bueno, no exactamente, él escribe , contesto y hasta ahí llega la conversación, me dijo algo parecido. Punto.
Y, sabes? Me he cansado, estoy mayor. Es cierto lo que digo. Y tengo mi conciencia muy tranquila porque jamás he guardado silencio. Jamás. Que me he equivocado? Dios mío, infinitas veces, pues bueno, pues qué le vamos a hacer.Te aseguro que se leer, soy maestra, recuerdas? Además, tuve un profesor en historia de la educación que no veas. Me enseñó a leer no únicamente las palabras que están en el texto. Y también me enseñó a leer los silencios.
En fin.Mucha suerte en tus jaleos. Está bonico México. Está bonico el mundo mundial. Pero el mundo seguirá dando vueltas y nosotros con él y la humanidad, a trancas y barrancas, seguirá mejorando de a poquito, porque lo primero para solucionar problemas es aceptar que existen. Y ya se están aceptando. La prensa no para de informar de todo tipo de cosas. Es el primer paso.
Dices carmen que te han dicho que piensan parecido a tí Ana y Nacho, y punto. Yo recuerdo varios otros nombres, dependiendo temas empiezo por mí mismo que varias veces te lo he dicho pero al parecer tu no lo lees; María Luisa también alguna vez, Antonio un par de veces… pero sí, de nada sirve que se diga si no lo lees.
Todo lo que dices ahora del triunfo que representa para todos el campeonato de las mujeres lo comparto también yo. Yo afirmé que mi hipótesis era que no dimitiría Rubiales; parece que me he equivocado y me alegra estar equivocado en ésto.
Vamos, que termino sólo con el punto que me importaba más: que habiendo tantas personas que pensamos similar a tí en ATRIO, y que no solo valoramos tus opiniones sino que te queremos, duele que una y otra vez tú digas que no, que no tienes lugar aquí y que este no es tu lugar.
Vale, un abrazo con cariño.
Señor Valderas. Sabe que le aprecio. Pero lo voy a dejar aquí. No es mi lugar. A lo mejor dentro de un mes cambio de opinión, o mañana mismo, pero si lo hago, será un error. Sucede que a veces siento remordimiento si me callo. Por lo menos que se oiga una voz de los que no tenemos voz, por muy numerosos que seamos. Pero no tengo preparación teológica. Solamente tengo preguntas y prácticamente ninguna respuesta. Por eso sé que este no es mi sitio, nuestro sitio y me refiero a personas con una forma de pensar parecida a lo que expreso. Parecida. No exactamente igual, en absoluto, pero sí en la línea de lo que escribo. Somos los que hemos vaciado las iglesias. Pero no importamos. Se volverán a llenar y todo seguirá igual.
Lo del papa Francisco fue una broma. Siguiendo su planteamiento de que la iglesia es de origen divino. Una bromica. Por supuestísimo que puede usted decir lo que quiera de quién quiera, sin caer en el insulto. Y , a su juicio, no tiene ideas muy claras acerca de la teología oficial. O sencillamente no las quiere tener o también existe la posibilidad de que nade entre dos aguas. Y yo qué sé…
Todo lo que tengo que decir , dicho está. Una y otra y otra y otra vez. Y, le aseguro que lo digo de una manera absolutamente sincera. Desde luego sin fundamentos teológicos, porque no sé teología, sí me sé el credo. Y no voy a meterme en un jardín en el que ya estuve antes y no había manera de salir del laberinto central de setos.
Y, con todo mi respeto que sabe que se lo tengo le voy a decir algo que estoy deseando decirle hace tiempo. A saber: Muchas veces pienso que usted defiende una postura ideológica y la defiende a muerte con toda su artillería, que no es poca, pero es imposible que en la profundidad de su mente acepte determinadas cosas. No me lo creo. Y no le estoy llamando deshonesto, mucho cuidado, digo lo que digo, me parece imposible que determinadas ideas usted las acepte con la misma claridad con la que acepta los tres principios fundamentales de la dinámica. Y no se vale salir con la fe, ni con que Einstein demostró que… Me está entendiendo perfectamente.Y eso creo.
Pues hasta que se me olvide y vuelva a caer en el mismo error de siempre.
Ya sabe que si utilizo el pronombre ustedes , es debido al respeto que todos ustedes me merecen. Seguro que también lo entiende. Estoy chapada a la antigua. Qué vamos a hacer…
No admito un error? Madre mía…Solamente digo lo que digo. Es que entonces nada tengo que hacer. Es que lo intento una y otra vez y me supera el tema.Es que parto de la base de que Jesús es una persona humana. Punto. Es que estoy en otra onda. Es que para mí la iglesia es cosa nuestra y no de Dios. Es que no sé qué es Dios y…ya me dirás. Es que Dios, que no sé qué es, insisto, nada tiene que ver con la institución de la iglesia. No digo que no tenga nada que ver con las personas que se sienten miembros de la iglesia. Porque sí pienso que algo tendrá que ver en, yo qué sé en qué… a veces como que creo que está cerca. Pues de todos también estará. De todos, de todas. O de nadie. Es que no lo sé.
Me parece que lo estoy intentando. Me parece que he dicho doscientas veces a Santiago, para mí la representación de la ortodoxia católica, que habría que llegar a acuerdos de mínimos para una aceptación global de la institución de la iglesia católica que, para mí, insisto, a mí juicio tiene una influencia enooooorme en, al menos mi país. Vaya o no la gente a misa. Nada que ver. Creo que es una institución que si se abriese a diferentes concepciones de Dios y sus cosas, bueno, podría ser definitiva en las sociedades cristianas, que hay a montones. A montones.
Y leo a mí amigo Valderas, porque lo entiendo, y él, en la medida de lo que puede, me , al menos me acepta con mis limitaciones. Le hablo medio en broma. Sin más pretensiones.
Y leo no sé qué de que hay que interpretar y, mira. O sea. Es que me rindo. Te lo prometo. Me rindo. Porque lo que dijo mi amigo, insisto, el señor Valderas, al menos por mi parte, no dejó cabida a ninguna duda acerca de lo que piensa. Y es que lo sé. Anda que no lo leo despacio. Pero me encuentro sin fuerza. No puedo. Lo siento. No puedo. Necesito apoyo para seguir. Porque tengo un cansancio infinito. Que no acepto un error? Lo dices en serio? Pero si me siento en estas cosas como si viviese es una herejía continua. Y seguramente vivo en ella. Pues bueno. Qué puedo hacer? Decir cosas que no pienso? Callar? Pues está claro lo que elijo.Pero tened muy claro que no soy la única persona que así piensa en España. Y en Europa. Y qué podemos hacer? Meternos a teølogos? Pues ni sabemos ni podemos ni queremos. Sencillamente nos vamos. Y, francamente, no creo que esa sea la solución. Entonces, dónde está la solución?
No sé. No sé. Y cada vez me importa menos. Siento cada vez más alejada la posibilidad de un cambio en el seno de la iglesia, mientras otros ven que el cambio está en marcha.
Y eso pasa.
En ningún momento dije que no admitas un error. Dije que esa reacción de “este no es mi lugar” sueles tenerla cuando no sólo no se está de acuerdo contigo sino que ese no estar de acuerdo contigo implica señalarte un error. Dos cosas muy distintas.
Vuelves a decirme lo que opinas sobre la iglesia. Y vuelvo a decirte que opino igual que tú. Pero sigues comentando como si yo opinara distinto a tí. Dices que necesitas apoyo para seguir, pero sigues sin valorar que no sólo yo sino mucha gente aquí en ATRIO apoyamos tus comentarios y estamos de acuerdo con ellos.
En fin. Te repito que el primer paso leer o escuchar bien lo que la otra persona dijo; en este caso, nunca dije que no aceptes un error. Lo dejo
No creo que la iglesia sea de construcción divina, creo, pienso, opino que es de todas todas una construcción de los seres humanos.
Y, claro. Pues me abro. Porque si partimos de esa base…pues todo está bien como está. Porque veinte siglos de construcción teológica es, o sea, imposible de tocar , si partimos de, de, de que es una construcción divina.
Me canso. No sé llegar a ustedes, pero no sé si están acertando. A lo mejor sí y sencillamente la que sobró soy yo porque pienso que la iglesia la han construido los varones. Que pertenecen al grupo de los seres humanos. Si la iglesia es de construcción divina y no tiene por qué adaptarse a las tonterías esas de formas de pensar según las épocas de la humanidad, pues es que ya me quedo sin palabras.
Pero seguiré a mí aire. Y que cada cual encuentre el suyo. Gracias.
Yo tampoco creo que la iglesia sea de construcción divina carmen. Por éso señalé que tal afirmación es una creencia y no un hecho. Tampoco creo que la iglesia no tiene por qué adaptarse, de hecho contradije la idea de José María de que la estructura de la iglesia no cambia enlistando cambios en la estructura de la iglesia en sus primeros siglos.
Tan sólo que para rebatir un argumento, lo primero y honesto es comprender lo que dice el argumento; de otra manera se incurre en la falacia del muñeco de paja.
No te tomas muy bien que se te señale un error, parece. La reacción de “la que sobro soy yo” usando un “ustedes” que pone en el mismo saco a todas las personas que intervenimos en ATRIO como si todas pensáramos lo mismo entre nosotras y diferente a tí, la has usado varias veces; casi siempre recurres a esa reacción cuando no sólo una persona está en desacuerdo contigo sino que al expresar su desacuerdo contigo implica un error (cierto o no) tuyo.
En este caso, repito, el error era en la función del “de” en la frase de José María, pero aún incorporando ese “de”, en cuanto al fondo estoy de acuerdo contigo y con Leandro: la iglesia fue instituida por seres humanos, y a lo largo de los siglos se ha adaptado una y otra vez a los cambios sociales, por lo que no hay razón para que no lo haga ahora.
Abrazos
Sólo
Carmen un constructo humano no se cree. Se analiza, se enjuicia, se defiende o se desmonta. La fe del Cristiano está resumida en el Credo. Allí hay un artículo relativo a la Iglesia. Eso significa que la Iglesia es de Institución Divina. Sólo los enunciados relativos a la Revelación son artículos de fe. Luego, el cristiano ha de ser capaz de mostrar que no existe contradicción interna, aunque no sea demostrable. El mundo de la Revelación, en sus dos fuentes, la Escritura y la Tradición, trascienden la razón, son objeto de fe. Eso no tiene nada que ver con las palabras del Pontífice, que puede desbarrar, y a menudo lo hace con soltura, ni que sus actos estén asistidos por el Espíritu Santo. Caeríamos en un reduccionismo simplista si dijéramos que el Espiritu Santo le inspira cuando sus palabras están de acuerdo con mi manera de pensar y que no cuando discrepa. Hay una suerte de experimentum crucis, usted que es química, y es el de la coherencia con la doctrina evangélica interpretada por la Iglesia en el curso de su historia. Ese es el crisol.
La eclesiología es materia apasionante porque nos afecta a todos. Porque la Iglesia es el sacramento de salvación. Por eso apelaba yo a la soteriología en mi primera comunicación.
El que en el credo haya un artículo sobre la iglesia no significa que la iglesia sea de institución divina; meramente significa que quienes aprobaron el credo – y quienes lo creen hasta hoy – creen que lo es.
Más que debatir sobre si la Iglesia es o no una institución humana o no, sería mejor preguntarse qué es la Iglesia, cómo definir al grupo grupo “humano” de creyentes en Jesús que llamamos Iglesia. Podemos recordar que en el Vaticano II, cuando se quiso hablar sobre la Iglesia en la Constitución Dogmática Lumen Gentium, se trabajó con dos eclesiología,: una más tradicional, la de la Iglesia como “Cuerpo místico de Cristo”, inspirada en la encíclica de Pío XII, Mystici corporis Christi de 1943; y otra que había ido surgiendo en los años previos al Vaticano II, la de la Iglesia como Pueblo de Dios. La primera inspirada en San Pablo, es más vertical, quizá más espiritual, la segunda más horizontal, más histórica y real.Sentirse parte de esta identidad, es cuando realmente se escucha a las partes. Y no se logra solo a base de leer los documentos que emanan de la jerarquía, también se hace Iglesia y se crea Cuerpo cuando se escucha al Cuerpo, cuando éste participa, hombres y mujeres, que sienten, opinan, preguntan, buscan, y creen.
En más de una ocasión he aludido a los preambula fidei, a la fides quaerens intellectum intellectus quaerens fidem. No entiendo, pues, a qué vienen esas objeciones. En otras partes incluso le he dedicado un espacio más extenso (artículos de revista) a las relaciones de la razón, de la ciencia en particular, la filosofía y la teología. Cierto es que no tienen que darse por conocidos. Pero aquí si me he manifestado a ese respecto y no acabo de comprender la objeción. Me ilusiona que interese la naturaleza de la Iglesia y su historia. Por vericuetos que no vienen al caso, me llegaron en los años unos apuntes magníficos de eclesiología dictados por Tillard, teólogo canadiense. Muy distintos de Salaverri , frescos, con incorporaciones de Schmauss, de los teólogos centroeuropeos (Ratzinger era quizáx el mas joven entre ellos). Al poco se tradujo a Journet. estaban ya muy difundidos, los Jalones para una teología del laicado y Verdaderas y falsas reformas de la Iglesia de Congar, aquí en Cataluña empezaría pronto Estela a traducir a Schilleebekx al catalán. Escribo lejos de casa, de memoria que ya da signos de cansancio. La naturaleza y notas definitorias de la Iglesia es, repito un tema apasionante. A imagen de su fundador, en la Iglesia, señor Calleja, todo es divino y humano. Pero, a diferencia de lo que ocurre en el fundador, no todo lo humano se ha hecho uno con la divinidad. Aterrizando, no se atenta contra la dignidad de nadie cuando no se es acreedor al supuesto derecho. Como dije, el acceso al sacramento del orden, a ningún sacramento, es derecho que quepa exigirse. Ni por el varón ni por la mujer. Leía en el evangelio de hoy la llamada, Felipe interpuesto, de Jesús a Natanael. Los fue convocando. No se presentaron y dijeron, yo, como galileo, tengo el mismo derecho que Pedro, o que Juan. Llamó a quien quiso. Siguiendo la praxis del maestro, que no incluyó ni siquiera a María de Magdala, a Marta y a tantas entre los doce, la Iglesia, en el curso de la historia ha actuado de manera distinta. No se trata de discriminar a nadie, porque nadie, varón incluido, puede aducir ese supuesto derecho.No sé por qué se supone que no acepto la jerarquía como jerarquía de servicio. El evangelio es explícito: “entre vosotros, el que…”. Todo lo que recuerde poder –ropajes, títulos, posesiones– es algo que paulatinamente tendrá que ir desapareciendo para ser la institución creada por Cristo. Eso lleva aparejada una investigación histórica rigurosa sobre los ministerios que desarrolló la mujer en el curso de la historia, con especial atención a los primeros siglos. Se estudió con Juan Pablo II. Francisco ha creado otra comisión. Me encantaría que se demostrara que en esa Iglesia primitiva había mujeres que ejercieran el diaconado ministerial. Al teólogo convendría entonces la función de desarrollar la teología del sacramento para ver si quien ha recibido de la iglesia esa función permite inferir que, eo ipso, se entendió también su convocatoria al sacerdocio. Nada que ver con la supuesta discriminación en derechos. Nadie posee ese derecho.En cambio, la Tradición, otra fuente de revelación, nos ha enseñado hasta qué punto el evangelio se ha hecho vida a través de los carismas. En la Iglesia todo es servicio. También ahí deberían insistir los teólogos en la naturaleza de la misión evangelizadora. an
José María no dice que la iglesia no sea una institución humana; sino que no es DE institución humana. Ese “de” es esencial para la comprensión de lo que dice José María: está diciendo que la Iglesia fue instituida por Dios y no por los seres humanos. Ahora, esa es una creencia no un hecho. Una vez más presente opiniones o creencias como si fueran hechos
La estructura de la iglesia sí ha cambiado:* En algún momento del cristianismo primitivo la estructura de la iglesia incluía el estamento de diaconisas, con algún Concilio aprobando cánones con criterios para la elección de diaconisas; desde los Padres de la Iglesia se argumentó teológicamente contra ello, y diversos Concilios posteriores aprobaron cánones prohibiendo la elección de diaconisas.* Hoornaert – y otros estudiosos coinciden- ha demostrado que en el proto-cristianismo predominó la estructura típica de los movimientos judíos del siglo I basados en un asamableísmo con liderazgo trasmitido por vínculo sanguíneo (rastro de ello queda en la referencia en Hechos de que Santiago dirigía la comunidad y la necesidad de establecer a María madre de Jesús en el grupo del tabernáculo); en cuanto empezó la diáspora se forman dos modelos de estructura diferentes y en conflicto: a) la estructura presbiterial, cercana al modelo de sinagoga judía preferido por quienes se convirtieron al cristianismo desde el judaísmo, y b) la estructura episcopal, cercana a la jerarquía religiosa romana preferida por quienes se convirtieron al cristianismo desde el paganismo (rastro de esta disputa queda en algunas de las cartas de Pablo); Carlos Bravo en su tesis de doctorado “Jesús, hombre en conflicto” argumenta que la misma creación del Evangelio de Marcos fue poner un contrapunto al modelo episcopal vinculado a Pablo, invocando los dichos y hechos de Jesús para ello (incluyendo la indicación de que no llamen a nadie Padre o Maestro, y la reiterada descalificación a quienes buscan primero asientos — es decir, jerarquías. Al final, argumenta Hoornaert, se hace un compromiso y se combinan ambos modelos de estructura, creando una estructura que mantiene presbíteros y obispos.
Señor Valderas.No deja usted de sorprenderme.De verdad, de verdad usted cree que la iglesia es una institución divina? No puede pensar que no es humana. Entiendo que usted crea que el espíritu santo la dirige, la protege o como usted quiera expresarlo. Pero no puede decir que no es humana. Porque entonces no hubiese cometido ni un solo error. Algo hay que no me encaja.
He leído algún comentario suyo acerca del Papa actual. Pues es la cabeza de la iglesia, esa que es como debe de ser porque es obra divina y no humana y es como él, perdón, Él quiere que sea. Pues entonces, todos calladicos. Usted también. No debe de cuestionar la actuación de la cabeza de esa institución divina.
Me desconcierta.Y es tarde, me voy a dormir.Seguiré preguntando porque no entiendo nada. Por favor. Entonces la cartica que mandó Juan Pablo II a sus discípulos, es inamovible, o se puede redactar otra ? Y me estoy ciñendo al tema del artículo. Como esta tengo mil preguntas más.
Creo que sería muy muy muy interesante que las personas que saben de estas cosas nos aclarasen algo a las que no sabemos nada. Claro que a lo mejor soy la única a la que le interesa . Es que si no sé, no puedo opinar. Estoy intrigada con las cosas que se podrían cambiar en mi religión y las que no. Es justo esto? Atención al modo verbal, podrían.
Si “la Iglesia no es una institución humana sino divina” (y ¿humana, no?)… y “Dios quiso hacerla de una forma determinada” (que ¿los humanos católicos conocemos e interpretamos para todos?) y ”su estructura no cabe alteración”, ¿qué significa estructura sin alteración?, ¿por qué no en lo que fuese contra la dignidad igual de los humanos en derechos y deberes, los que derivan de su dignidad, si se diera este supuesto y para no pocos teólogos y católicos, sobre todo mujeres, se está dando hace mucho tiempo, sin que eso se salve con el tópico de que la Iglesia no es “una democracia liberal al uso”? (Es otra cosa que eso, pero no menos que eso: la realidad, hoy, es que a menudo es menos que eso). Y “un teólogo no debe nunca emplear criterios humanos para ¿denostar? lo que la Iglesia entendió siempre como una característica genuina de su naturaleza”, ¿cómo que no puede y debe dar razones de razón humana para, en interrelación de ida y vuelta con la fe, discernir el respeto entre ambas y crecer con coherencia y respeto de naturaleza y gracia? Siempre se ha dicho “la razón iluminada por la fe, pero sin sustituirla ni evitarla”. Su planteamiento de qué es la teología, “fides qua y fides quae”, evita la condición humana racional de los miembros de la Iglesia y somete a todos los humanos al dictado de una institución divina, querida por Dios de una forma determinada, con una estructura inalterable y ajena a la ley de la Encarnación (fe y razón) como ley de la Historia de la Salvación (ya sí-todavía no). Su síntesis teológica, un clásico escolar bien construido en su forma, no representa hoy el sentido de la fe de los fieles en la Iglesia, ni de la mayoría de los teólogos fuera de las curias, ni de la jerarquía con conciencia de diaconía en su ministerio; ese concepto teológico es inviable para personas con conciencia de su dignidad igual en la comunidad, y con conciencia de razón y fe en diálogo honesto y coherente en las dos direcciones. A le medida humana logrado esto, desde luego, a la medida humana. No deberíamos divinizar la barca de Pedro con esa alegría, pues no hace justicia a su historia desde Jesús, para nosotros el Cristo, y solo atrae a creyentes sometidos a la jerarquía o a la fe del carbonero. Cuando no conduce necesariamente al fanatismo de quien conoce la verdad humana por boca de Dios, para siempre y para todos. Todo ventajas para él-ellos. Todo poder. Y así, ¿para qué seguir pensando con la razón humana nada que tenga que ver con la fe? Pura glosa de lo que dice el magisterio. No lo veo. Ni ellos deberían pretenderlo. Es que no se tiene en pura lógica. Santa humildad, de la buena; la primera la intelectual. Es una cuestión metodológica. Lo veo claro. Y no lo callaré. Lo siento.
Veamos unas nociones de eclesiología básica. La Iglesia no es de institución humana, sino divina. Su Cabeza es Cristo. Y Dios quiso hacerla de una forma determinada, jerárquica en su estructura, no democrática al estilo de lo que desde la Revolución Francesa viene entendiéndose por democracia.Su carácter sacramental, la Iglesia como sacramento, fue desarrollado en el Concilio Vaticano II y la raíz del sacramento halló su exposición más cabal en Trento, concilio donde el tema de la justificación y la gracia alcanzó su máximo nivel de profundidad. Nada que ver con la muletilla esa de Edad Media. Cierto es que en la Edad Media nacieron grandes teólogos. La propia ciencia tuvo su momento de esplendor en el llamado Renacimiento Medieval, extensamente estudiado. Cuando se habla de la Edad Media de forma despectiva es que no se sabe realmente en qué consistió. Fue el Vaticano II el Concilio de la reafirmación de los carismas. El catedrático de la facultad de Teología de la Universidad helvética de Friburgo, Padre Nicholas, fue un eminente especialista en el tema. Hay en la Iglesia cosas que responden a un tiempo, que son alfeñiques de deben perderse. Pero en su estructura no cabe alteración. Un teólogo no debe nunca emplear criterios humanos para denostar lo que la Iglesia entendió siempre como una característica genuina de su naturaleza. Y eso, aun cuando los derechos humanos recibieron el espaldarazo de su formulación en teólogos tridentinos. Es una pena que esa realidad se desconozca. Hablar de ciencia como contrapuesta al conocimiento teológico es una orientación actualmente depreciada. Aqui mismo Sequeiros se ha esforzado en demostrarlo siguiendo una tradición reciente que inauguró Garcia Doncel en Barcelona, con Alberto Dou y hoy asentada en Comillas. No sólo ellos, la Universidad de Navarra tiene una sólida tradición en cursos, conferencias, relaciones con la fundación Templeton.No cabe la menor duda que falta mucho conocimiento de la teología de la Iglesia, de los sacramentos. Lo cómodo es tildar de no sé qué a quien se esfuerza en aportar las razones de su fe. Todos podemos decir lo que se nos pasa por la cabeza, pero eso no quiere decir que lo que se nos pasa por la cabeza tenga pies y cabeza-
Estoy de acuerdo en el detalle del “DE”, Rodrigo, lo asumo. y lo agradezco.
Por lo demás, mantengo mi aportación de la necesidad de “coherencia y convergencia de fe y razón en la metodología teológica, para realizar la Teología como saber crítico y comunicable a todos”. En caso contrario, la Fe dicta en solitario sus afirmaciones, ajenas a una lógica comprensible a todos, y las presenta como “filosofía y ciencia” universal. Lo que se pretende que se comprenda, se transforma en un simple “que se acepte por revelación de Dios a su Iglesia”. Eso no puede ser y el camino es mostrar lo que creemos por la fe y lo que alcanzamos por la razón, en mezcla irrenunciable. Son dos niveles indisolubles en teología, pero distintos en su naturaleza, y que debemos reconocer en cuál se sitúa cada momento o pretensión de de nuestras afirmaciones teológicas. Gracias de nuevo.
Pero, hablaban de esa forma extraña que dicen ex cátedra? Es decir, es una opinión de Pablo sexto y de Juan Pablo II, o es algo inamovible?Porque he visto con mis ojos en el entierro de la reina Isabel II, o en el funeral, a una máxima representante de una iglesia cristiana, una señora.Pues sigo sin entender.He leído la carta de Juan Pablo, dictada por su número dos, fijo, y no veo que hable en nombre del espíritu Santo ni nada. Entiendo que dice: de esto no se habla más. Pero eso qué grado de validez tiene?
No entiendo.Y si este papa mandase una carta a los obispos diciendo: la mujer puede acceder al sacerdocio.Eso sería legal o ilegal?Pregunto. Es que no entiendo.Por fa.
Y no precisamente porque a mí me interese personalmente acceder al sacerdocio, no, no es eso, no. Pero es que no entiendo si alguna mujer quiere, por qué no puede? De quién, de quiénes, de qué depende?Mira que me intriga a mí todo esto de la iglesia. A lo mejor porque no entiendo nada.
Señor Valderas. Se ha pasado usted un poco con lo de san José. Todos sabemos que el Padre de Jesús es el mismo Dios. No?
Yo creo, Carmen, que Lertxundi te ha dado -nos ha recordado- las claves de respuesta a tus preguntas en la nota del 23.8.23, hora 10:01. A partir de ahí, de valor doctrinal subordinado pero más práctico, surge el derecho. Sobre el desarrollo de cada clave, no tengo ánimo para seguirlo; estoy seguro que con esa guía encontrarás desarrollos interesantes y añadirás tu percepción peculiar del tema. También Valderas te dará la relación de razones doctrinales hoy vigentes. Un saludo cordial.
Existe en soteriología una nítida separación entre la gracia y los carismas. Acostumbrados los fieles a la insistencia en la gracia, para acceder a los sacramentos, en particular la Eucaristía, algunos teólogos han dejado de lado la importancia de los carismas para la vida de la Iglesia.
Sin embargo, de los carismas suele nutrirse la vida del cristiano. Y no es casual que el grueso de los carismas esté en mujeres que han guiado a muchos fieles. Han cumplido la función magisterial como nadie. Pienso en la mayoría de las órdenes religiosas femeninas, en sus fundadoras y santas. Quien se haya acercado a la lectura espiritual seguro que habrá manejado por encima de otros textos, los de santa Teresa de Lisieux o Isabel de la Trinidad, por no remontarnos a figuras del pasado lejano. Las congregaciones religiosas femeninas y, hoy, los movimientos apostólicos, constituyen la longa manus de la evangelización. Esa fuerza de los carismas corresponde en buena medida a la mujer. En un mundo secularizado e hipersexualizado no se entiende el significado de la Tradición Apostólica. Se le toma como una rémora o algo sujeto a cambios, como si fuera el movimiento del voto femenino o la liberación de la mujer de la sujeción legal al marido. No tiene nada que ver. El acceso de la mujer al sacerdocio tomado como una bandera sin un conocimiento teológico profundo de las otras misiones es reducir a una reclamación mundana lo que la Iglesia dio por zanjado. Nadie tiene derecho al sacerdocio, ni varón ni mujer. Nadie tiene derecho a los carismas. Pero a uno se le reconoció en la historia de la Iglesia una función y a la otra una función no menos evangelizadora. Ninguna función más eximia que la maternidad divina, cosa que obviamente está negada al varón. Y a nadie se le ocurre exigir semejante papel para san José alegando que el hijo natural y el hijo putativo tienen los mismos derechos. Falta mucha teología, mucho codo.
“El acceso de la mujer al sacerdocio tomado como una bandera sin un conocimiento teológico profundo de las otras misiones es reducir a una reclamación mundana lo que la Iglesia dio por zanjado. Nadie tiene derecho al sacerdocio, ni varón ni mujer. Nadie tiene derecho a los carismas. Pero a uno se le reconoció en la historia de la Iglesia una función y a la otra una función no menos evangelizadora. Ninguna función más eximia que la maternidad divina”.
Sin palabras, lo anterior raya el delito pues esa discriminación es una forma de violencia.
La mujer está postergada en la Iglesia, el colectivo de las religiosas es, sin lugar a dudas, el que más sufre esta desigualdad. Muchas monjas son utilizadas para limpiar el altar, servir de asistentas a sacerdotes y obispos, hacer las comidas o zurcir las casullas. las que se trata como menores de edad, y quedan bajo la tutela jurídica de los obispos.
Y no no hay argumentos teológicos ni bíblicos convincentes para mantener esta limitación.
Con el cuento de los diferentes carismas, la jerarquía eclesiástica tiene montado un sistema de clases sociales medieval. Hombres ( Papas, cardenales, obispos, presbíteros, diáconos, abades) ocupan el poder, la mujer ejerce una labor subsidiaria, simbólica, es la servidumbre. Pero esto es extensivo a las ordenes religiosas, las diferencias entre padres sacerdotes y hermanos legos o donados, incluso las monjas entre monjas de coro y hermanas legas, unos hacen el trabajo pastoral, intelectual y espiritual, otros son los criados, los primeros ocupan los cargos monásticos los segundos los oficios manuales, si es cierto que se va avanzando en algunas ordenes religiosas, me consta. Es decir que existe una evidente discriminación, el grado de percepción de esta discriminación en una sociedad cada vez más secularizada choca frontalmente con una sociedad más igualitaria. La Iglesia Católica se enorgullece de ser la institución más antigua del mundo, pero su visión del mundo es arcaica y contradice los valores de las sociedades libres.
Las ideas religiosas, opuestas al conocimiento científico moderno y a la convivencia humana no tienen cabida en las sociedades libres, según la fe católica, los hombres y las mujeres no son iguales. Y las personas que no son heterosexuales tienen aún menos valor que las heterosexuales.
Prácticamente la totalidad de Iglesias cristianas han avanzado hacia una igualdad real, siguiendo el ideal evangélico, la Católica no, y cuesta mucho no pensar que se trata por todo el entramado político y económico que se deriva del estado piramidal vaticano.
Conversar con una persona tradicionalista y fiel dentro de la iglesia católica es como hablar con alguien vive en el antiguo régimen, o como dice Mónica en la Edad Media, es imposible, respetable sí, si son sus creencias, pero que nadie piense que con estas teorías ningún joven en su sano juicio se acerque a una iglesia católica.
El problema de la mujer en la Iglesia de hoy, a mi juicio, se explica porque el estamento clerical, instalado en un paradigma estático, interpreta el Mensaje del Reino desde una visión viejotestamentaria. De ahí el inmovilismo mental -su tradición sacralizada-, que tanto disuena y tanto rechazo genera… Con esta postura se pone en evidencia que, en la Iglesia, la tradición sacralizada ha puesto un veto a la Historia. La iglesia clerical vive al margen, no es de este mundo… Pero el problema más grosero y lamentable es su enfrentamiento con el Evangelio. Jesús y su doctrina del Reino de Dios parte de un paradigma dinámico… ”
La ley y los profetas hasta Juan -personaje viejotestamentario-. A partir de ahora se anuncia el Reino”. Es decir, una doctrina NUEVA, que es más realista, más flexible e igualitaria. En la Iglesia de Jesús no hay -no debe haber- hombre ni mujer… Los instalados en el viejo paradigma no son capaces de entender esto. Se adapta y transforma mejor la sociedad -una parte de la sociedad- que la iglesia clerical, dominada por una jerarquía masculina… Aquí valen unas palabras de Teresa de Avila: “como todos son varones…, no hay virtud -o capacidad- de mujer que no consideren inferior-sospechosa”. ¿Tiene sentido que hoy en nuestra sociedad -y hace ya siglos- una mujer puede ser reina, primera ministra (o premio nobel) y en la Iglesia no pueda ejercer el servicio de servir, ser la primera servidora…? Perdón, pero me permito preguntar: ¿”La iglesia clerical es una saga/ que impide que la Iglesia se rehaga”? Una saga del poder. Mientras se conciba el servicio como un poder, es difícil que se admitan cambios, que obligan a discernir mejor… (Creo que Francisco va despacio, con pies de plomo, para no exasperar más a los apegados al sábado de la tradición. Algún SÍNODO lo hará…)
Muy de acuerdo contigo. Sólo haré un pequeño matiz.
Tu dices “Mientras se conciba el servicio como un poder…” yo diría “Mientras no se conciba el poder como un servicio…”
También yo estoy de acuerdo contigo, Antonio Ll., incluso en ese pequeño matiz. Aunque me parece que esos pequeños matices, en el fondo, en el fondo están diciendo lo mismo. Tanto monta, monta tanto el servicio como el mando, si ambos acaban siendo-coincidiendo en ser servicio; es decir, en darse, no en recibir o imponer acatamiento… Un abrazo, Antonio.
Entendido, por fin. Alguna razón tenía que haber.Es muy complejo el tema de las iglesias cristianas. Por lo menos el de la católica lo es. Lo encuentro superinteresante. Pero claro, hay que saber mucho para poder entender el porqué de muchas situaciones que no entiendo.
Sí, todo es muy complicado .Si tocas algo todo lo demás se resiente. Por eso creo que hay que tener una voluntad muy firme de reforma de la iglesia. Y lo que no logro entender es el silencio de los jesuitas. No lo entiendo. Tiene que haber un sector de ellos que vea todo eso de todos, todos, todos… insuficiente. Pero no leo nada. No sé. No entiendo. A lo mejor es por el voto de obediencia al Papa, pero con los dos anteriores, me río yo de los peces de colores. Esto creo, me parece que quizás esté más relacionado con el voto de obediencia al superior. Me lo estoy inventando. Gracias!!
Excelente artículo, Olga, gracias. Repetimos, de mujeres y de hombres, la Iglesia es cosa de hombres y de mujeres. No es un favor que se le da a las mujeres, es el derecho a la igualdad, por el hecho de ser personas, seres humanos, no más dignos ni menos dignas por tener más testosterona, ni órganos sexuales diferentes. Esta lucha por la igualdad, es como una escalada, que parece que nunca vamos a llegar a la meta y se nos está haciendo muy larga por motivos ajenos a las propias escaladoras. Aquí los que deciden y mandan y dicen lo que Dios quiere, ¿ ?, son los hombres. Ni lo dice el evangelio, ni lo dicen los derechos humanos, ni lo dice Dios. Al igual que los componentes de la Federación nacional de futbol no abren la boca contra Rubiales porque todos son hombres a semejanza de su jefe, ni una mujer. Pues en la Iglesia, Igual, los que deciden, todos son hombres, pero hay muchos hombres que no deciden y tienen la cabeza en su sitio a la hora de no considerar a las mujeres de segunda a los ojos de Dios. Adelante!!! Hace cuatro días que las campeonas de la copa de futbol “de la Reina”, tuvieron que coger ellas mismas la medalla porque nadie se dignó ponérselas, ahora, como campeonas del mundo, han demostrado que el desprecio es indigno a la hora de tratar a las mujeres sólo por ser mujeres, pero ellas han seguido luchando para demostrar que son las mejores.
Argumentos para negar el sacerdocio a la mujer:
El carácter masculino del sacerdocio del Antiguo Testamento y la subordinación de las mujeres a los varones según el Nuevo Testamento en las Cartas Pastorales.
El argumento simbólico-antropológico: “porque Cristo fue y sigue siendo varón” (I. I.), es decir, representatividad, imposibilidad de representar a Cristo una mujer. Y el argumento simbólico-nupcial: Cristo, varón, Esposo y la Iglesia, femenino, Esposa.
E1 argumento de la “venerable” Tradición en la práctica de la Iglesia. O sea, la afirmación de que la Iglesia católica nunca ha ordenado mujeres. La “fidelidad al prototipo del ministerio sacerdotal querido por el Señor Jesucristo y mantenido cuidadosamente por los apóstoles” (Inter Insignores). E1 hecho de que Cristo, positivamente, no eligió entre los “Doce” a ninguna mujer y por lo tanto no instituyó mujeres como sacerdotes y las excluyó de esta posibilidad.
Todos estos argumentos, con hondas raíces en el pasado, son los que están siendo expuestos en nuestros días por el Papa y su curia Vaticana.
El artículo de Olga tiene la virtud de pegar en el centro de la diana: Si hay que establecer la “particular manera de contribuir a la Iglesia” de un colectivo que comprende a más del 50% de los fieles cristianos es que algo estamos haciendo mal.
Además, en este asunto nos enfrentamos a la polisemia de la palabra Iglesia.
Nadie, con dos dedos de frente, pone en duda la enorme aportación de la mujer a la Iglesia, en cuanto a colectivo, a Pueblo de Dios. El problema reside en la aportación y significación de la mujer a la Iglesia en cuanto a institución y a organización. En todos los idiomas se usa la misma palabra para los dos significados y eso hace que los clérigos empleen uno u otro a voluntad, con el ánimo de dar un capotazo largo y “despacioso”, pero con enjundia a las mujeres “protestonas” y que, como decía el genial José Mota, “Si acaso, pues ya eso”.
Me encanta la particular aportación de Rodrigo. No un día, un año sin mujeres en la Iglesia (Institución) y a ver como eran capaces los clérigos de llevar a cabo su labor; aunque en ese camino nos encontramos con que son las propias mujeres que colaboran en nuestras parroquias quienes, probablemente, no secundarían esa propuesta, espacialmente en las parroquias más conservadoras, que suelen ser donde realizan tareas más discriminatorias.
Pero no me gustaría terminar sin plantear que, a pesar de lo pertinente y necesario que es afrontar el problema del acceso de la mujer al sacerdocio, creo mucho más importante (Aunque mucho más difícil de obtener algún resultado) plantear la necesidad de la figura del clérigo. Cristo no tenía clérigos a su lado. La creación de la figura del “sacerdote”, por mucho que se nos diga que fue instituido por Cristo en la última cena, es cosa de herencia romana y proviene de la estructuración de la organización eclesial que hace Constantino, para convertirla en religión oficial del Imperio y tiene profusión de elementos heredados del sacerdocio romano (Para empezar las mitras).Entiendo que las mujeres quieran luchar por su acceso al sacerdocio, por que por lo que están peleando, y cuentan con toda mi solidaridad y connivencia es por su derecho a ser consideradas iguales al varón. Y es justo nos sólo que luchen sino que ganen.Pero no puedo evitar plantarme ¿Por qué debemos seguir teniendo una Iglesia organizada en torno y al servicio de unos eunucos con alzacuellos?
En este sentido recomiendo encarecidamente la lectura de “Clerigos” de Eugen Drewermann (Teólogo que se define como ex católico y que fue suspendido a raíz de la publicación de algunas de sus obras, entre ellas ésta) y que se puede encontrar en Trotta.1995 Clérigos. Psicograma de un ideal. Trotta. 2ª 2005 edition. href=”https://es.wikipedia.org/wiki/Especial:FuentesDeLibros/8481640387″ ISBN 84-8164-038-7<.
Por favor.Las personas que sepan de teología. Alguien me puede decir si en algún sitio está escrito que para acceder al sacerdocio hay que ser varón?
Es que algo no me encaja. Tiene que haber una explicación. Tampoco entendí aquello de hace unos años, no se permitió a varones casados acceder al sacerdocio, creo que fue en La Amazonia. No logré entenderlo. Tampoco entiendo que un sacerdote tenga que abandonar el sacerdocio si desea acceder al matrimonio. Conozco a algunos. Todos conocemos a algunos.Algo no sé, porque todo esto tiene que tener una explicación. Sé lo del celibato, pero mi pregunta es, dónde está escrito? Se apoya en fundamentos teológicos oficiales? Porque entonces está claro que habría que ir a la base del problema.Por fa, alguien me puede decir si el acceso al sacerdocio de La Mujer está prohibido? Porque si está prohibido, ya me dirán…y la pregunta es, dónde se recoge esa prohibición en caso de que exista?
Gracias Buen día
Carmen,
como tal, no estaba escrito en ningún documento dogmático formal… hasta que Juan Pablo II en su carta apostólica “Ordinatio Sacerdotalis” intentó zanjar el asunto para siempre declarando “ex catedra” y por lo tanto con pretendida infalibilidad a perpetuidad que el acceso de la mujer al sacerdocio está prohibido.
Su justificación no tiene por donde cogerse, te pongo aquí el enlace de la carta apostólica por si quieres enojarte un rato tú sola.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_letters/1994/documents/hf_jp-ii_apl_19940522_ordinatio-sacerdotalis.html
El problema de Francisco es que para corregir esto, canónicamente es muy complicado, aunque no imposible, porque tendría que declarar que esta carta no es objeto de infalibilidad papal y le llevaría a un enfrentamiento serio con una parte de la Iglesia, la más conservadora.
Además, hay que tener en cuenta que es este y no otro el motivo del constante goteo de clérigos, y algunos de muy alto CoPete, anglicanos que se pasan a la Iglesia Católica y ésta, los ha recibido con los brazos abiertos y dándoles la razón.
Es un asunto que aunque para muchos de nosotros sea evidente el error de la Iglesia Católica, es muy espinoso y por eso tanto Francisco como el Tucho tratan de pasar de perfil.
Antes o después habrá que afrontarlo pero será a costa de muchos dolores.
Este Papa sigue con el tradicional inmovilismo a la hora de que mujeres puedan acceder a las mismas responsabilidades que los hombres dentro De la Iglesia, sigue mostrando mostrando una contumaz resistencia a que la mujer se iguale a los hombres dentro de su estructura.
Hace un siglo las mujeres luchaban por acceder al voto y a las mujeres que luchaban para conseguir votar se las consideraba unas locas excéntricas.
El movimiento feminista ha ido consiguiendo que cambiaran las estructuras de la sociedad, es decir que las mujeres fueran adquiriendo los mismos derechos que los hombres. Pero la Iglesia Católica vive del pasado, y este Papa no tienen voluntad ni interés en cambiar nada, no valen las disculpas.
Dos definiciones de la mujer en la Iglesia:Papa Francisco, “no podemos entender una Iglesia sin mujeres, sin esas mujeres activas en la Iglesia, con su perfil, que hacen que las cosas sucedan…”.
“La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades peculiares que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones”. Evangelii Gaudium, n. 103
“La Iglesia es femenina: es Iglesia, es esposa, es madre. No se puede entender una Iglesia sin las mujeres, pero mujeres que estén activas en la Iglesia, con sus perfiles, que llevan adelante. En la Iglesia, debemos pensar en la mujer en esta perspectiva de opciones arriesgadas, pero como mujeres. Esto se debería explicar mejor. Creo que no hemos hecho todavía una profunda teología de la mujer”. Papa Francisco.
No hace falta comentarlo, siempre se alude a la condición y características propias de la mujer? . Imagen de la Virgen María, pura y madre, es decir de profesión sus labores.
Hace un tiempo se estrenó una película llamada “un día sin mexicanos” que jugaba con la hipótesis de qué pasaría si los mexicanos en EEUU dejaran de trabajar el mismo dia para denunciar las políticas racistas de cierto sector de la sociedad estadounidense. También ha surgido en el marco de la sociedad secular la propuesta de un día sin mujeres, huelgas de mujeres, para denunciar la violencia de género. ¿Por qué no pensar un mes sin mujeres en las parroquias a nivel global? ¿Se imaginan? La organización, comunicación, empoderamiento y sororidad necesarias para una iniciativa similar serían un gran avance en sí mismo, más allá del resultado específico de semejente jornada global. ¿Por qué no aplicar dentro de la iglesia las estrategias que han funcionado en la sociedad laica?