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Un golpe maestro de Francisco

Ví este esscrito de Xabier en FB, antes de que él me dijera que lo había publicado publicado también su blog de RD, autorizándome a que lo publicara también en ATRio. Lo hago así, pero resetando el título que puso en FB, y sin las imágenes con lo ilustraon en RD. Creo que es impresionante la comparación de lo que dijo Häring y lo que dijo su madre al salir de sendos juicios eclesiales, distintos pero equivalentes en escrutinio inquisitorial. ¿Y hoy? AD.

Nuevo Prefecto para la C. de la Doctrina de la fe. Golpe maestro de Francisco

Presenté el tema desde la perspectiva del Santo Oficio (=Inquisición). Refuerzo lo allí dicho diciendo que éste ha sido un golpe maestro de Francisco, por  la carta “inédita” que ha escrito al nuevo Prefecto (V. M. Fernández), por la respuesta del Prefecto  a los cristianos de su diócesis de La Plata y por el efecto mediático logrado. Sólo falta que la cosa siga.

Es como si Francisco quisiera enterrar a la antigua Congregación (Inquisición, Santo Oficio), pidiendo perdón por su pasado antiguo y reciente, hasta Juan Pablo II (1978-2005), J. Ratzinger (1982-2005) y G. L. Müller (2012-2017).

Es como si V. M. Fernández tuviera que “inventar” la nueva Congregación, no para vigilar, condenar y castigar creyentes, sino para animar a las iglesias en el camino de la fe.

En ese contexto, dando por conocidos los hechos, ofrezo a continuación diez reflexiones para interpretarlos .

 

1. Sobre la inquisición hablé el otro día en RD y FB, diciendo que “inquirir en la “fe” de los creyentes, en línea de sospecha y castigo va en contra de la fe, es una actitud y práctica anti-cristiana, porque un tipo de iglesia se arroga una función que no es suya y porque peca contra la libertad de los creyentes (imagen: Palacio del Santo Oficio, a la derecha de la basílica de San Pedro, Vaticano.)

2. La fe no es una doctrina para investigar, sino una experiencia de gracia, para testimoniar, compartir y celebrar. Contra el “anuncio” (buena nueva) del evangelio, cierto tipo de iglesia ha insistido en la “denuncia” de lo que algunos han llamado dis-angelio, frente a la promesa de vida al juicio de condena, frente al Reino de Dios al infierno de las sospechas. Centrar la fe en un tipo la doctrina para ser examinada implica al fin destruirla, negar el cristianismo.

 3. San Juan Pablo II fue un Papa de heroicas virtudes y de grandes conquistas, pero vivió y actuó bajo una sombra de imposición, no de libertad evangélica. Fue un anti-comunista radical…pero, como sucede en muchos casos, actuó con métodos “comunistas” de sospecha, investigación e imposición. La peor cuña es de la de la misma madera… JP II quiso imponer su tipo de iglesia pre-libertad, ahogó muchas semillas de creatividad humana y cristiana.

 4. J. Ratzinger (Benedicto XVI) fue un Prefecto y papa más intelectual de la modernidad, un inmenso pensador, de los mejores teólogos del siglo XX, pero de una escuela político-eclesial de “dogmatismo” (no de dogma). Así quiso imponer en la iglesia un “canon teológico” trazado a base de condenas y de avisos contra personas y movimientos (recogidos en las actas de la Congregación), equivocándose de plano. El canon de Biblia, que él quiso traducir en forma de teología tiene un sentido distinto, de pluralidad carnal y social). de caminos… El Papa Francisco, en su carta a V.M. Fernández rechaza precisamente ese tipo canon unitario de teología en la iglesia.

 El documento más llamativo del Papa Ratzinger fue su discurso de Ratisbona (2006), un discurso clarividente por lo que afirma de la libertad religiosa, pero equivocado o desviado en tres puntos. (a) No es justa su forma de juzgar al islam desde la ilustración europea, no desde la dinámica racional y religiosa del mismo islam. (b) No es leal centrarl argumento a partir de la teología ortodoxa de oriente, no desde la teología católica a partir del siglo XIII. (c) Mira la mota en el ojo ajeno (cierto islam), no en la viga del ojo propio (inquisición católica, método de juicio que él mismo había establecido en la su iglesia).

4. Más 30 años de miedo y ocultamiento. Muchos habíamos pensado que Vaticano II había abierto las puertas de la libertad y del gozo del evangelio… Pero fue distinto, tras el terremoto conciliar vino la “réplica” vaticana, con más de hemos vivido más de 30 años de miedo y ocultamiento, bajo la “supervisión inquisitiva” de Juan Pablo II y J. Ratzinger (1980-2010). Ellos nos privaron a muchos de la alegría de la vida cristiana, de la confianza filial, de la ingenuidad radical de la fe, haciéndonos vivir “bordes” de miedo, de la tentación de apelar a la doble verdad, del sometimiento.

Conozco más de una docena de pensadores y creadores cristianas que han corrido el riesgo de perder mejor de su vida teniendo que defenderse contra fantasmas de falso cristianismo, de tribunales kafkianos… Un hombre que había hecho por la iglesia quizá más que todos los tribunales romanos llorando sin cesar, apelando a pastillas para olvidarse de un tipo de iglesia…

Otro, que sigue siendo quizá  el mayor defensor de la conciencia madura, gozosa, liberada según el evangelio pidiéndome: “Xabier, escríbeme, por favor, un comentario crítico/exegético sobre estos seis textos bíblicos que en Roma me dicen que van en contra de mi antropología…”. Y yo escribí un alegato para que él lo presentara en Roma como defensa, pero sin poder poner mi nombre, porque eso sería contra-producente…

En ese contexto quiero citar a B. Häring (1912-1998), moralista y antropólogo, juzgado por la Congregación de la fe de Roma, que, al salir del juicio, declaró con inmensa tristeza: “Me juzgó en el tiempo de los nazis un tribunal de Estado, que pudo haberme condenado a muerte, pero me trató con cierta dignidad. Este tribunal “católico” de Roma me ha juzgado y condenado en el fondo sin dignidad ninguna”.

5.El daño ha sido en parte irreparable, en el plano teológico y “jerárquico”, en las iglesias de occidente, en el conjunto de la administración episcopal, con obispo-fotocopia (pega y pon) de lo que quiere cierta Roma, no el evangelio… Y todo eso citando y más citando textos de evangelio, muchas veces más interpretados… “Dime de qué presumes” y te diré lo que te falta (¿Cómo ves la mota en ojo ajeno y no ves la viga en el tuyo”). Ciertamente, no todo ha sido así, mucha gente ha pasado por el cernidor sin darse cuenta, porque el evangelio es grande, a pesar de lo que digan “ciertas romas”

Pero el miedo queda y la mediocridad, con oficinas siniestras, colando mosquitos y dejando pasar manadas de camellos y elefantes (Mt 23, 24-26), gentes que limpian lo de fuera, y dejan muertos y muertos a su paso…; gentes que cobran el diezmo de la menta y del comino y se olvida de la justicia, la misericordia y la fidelidad (Mt 23, 23). En vez de defender la fe, como decían, han favorecido la falta de fe (el cansando, el abandono) de muchos de cristianos.

 6. Réplica falsa. Instituciones impositivas. Pero lo peor no ha sido ese “terremoto” involutivo centra romano, sino una serie de réplicas instituciones menores, del pre- y post-vaticano, obras, movimientos, alzamientos, legiones caminos e instituciones de auto- y hétero-control llamado cristiano… que a lo largo del siglo XX han querido refundar y edificar un tipo de iglesia/iglesias alternativa(s) sobre hormas de zapatos apretados, con muchas leyes de sometimiento, como ciudades amuralladas, sectas grandes…

No hará falta poner nombres. Yo mismo he descrito en otros lugares las normas y caminos de esas “hormas estrechas”, que Mt 23, 15 ha descrito por anticipado diciendo: Ay de vosotros que cruzáis mares y tierras para hacer “prosélitos” (para tener número, ser número), haciendo que ellos sean peor de lo que eran… No todo es eso, pero algo de eso se ha dado, por afán de llenar plazas de orantes y orientes (cf. Mt 6, 5-8).

El Papa Francisco ha empezado a recoger velas, pidiendo a casi todas esas instituciones que abandonen cierto secretismo, un ansia de poder perpetuo y de dominio sobres las conciencias, volviendo al evangelio. Algunas tienen dificultades en adaptarse y cambiar, desde el evangelio No hará falta citar los casos.

7.Una desgracia llamada “españa”. No la buena, que la hay, sino la peor, la que puso en marcha la mala inquisición, la que ha mantenido y tribunal inquisitivo la Inquisición (Congregación propia de la Doctrina de la fe, made in Spain), que con sus documentos  ha juzgado y condenado a varios de los más auténticos teólogos de lengua hispana, empezando por J. A. Pagola y terminando por A. T. Queiruga, pasando por J. M. Vigil y un extranjero leído en España y llamado O’Murchu. No me ni rabia, me da pena y vergüenza ajena.

          Es el paso normal de lo que algunos avispados llamaban “de la vía e “ratzinger” a a la vía de los “ratzingerines”, con la diferencia de que J. Ratzinger sabía y tenía en el fondo cuidado…, mientras que estos ratzingerines hispanos se han pasado de hervor, por no decir de otras cosas. Es necesario que den un cambio de rosca, como quiere hoy Francisco o, mejor dicho, como quiere y pide el evangelio.

Difícil lo tenemos. La nostalgia por un pasado de cristiandad y la vuelta a métodos duros de imposición (de buenos y malos) pueden acabar destruyendo lo que queda de iglesia. Como dice el evangelio, la culpa no la tienen los de fuera: “Vuestros enemigos son los de la propia casa” (Mt 10, 36-38).

8.Prefecto de la Congregación de la fe desde América, es decir, desde los “sufrientes”. El nuevo Prefecto, V. M. Fernández, ha dicho que era hora de que el Prefecto de la fe fuera un latinoamericano. En un sentido, nos puede parecer exagerado, pero en otro el cambio es muy certero. La iglesia latino-americana se ha sentido (con más o menos razón) una iglesia colonizada, en manos de un tipo de “doctrina de la fe” impuesta desde fuera, con tribunales creados con esa finalidad. Es claro que ha sido una iglesia querida, respetada, con concilios como los de Lima en el XVI, con iniciativas liberadoras como las de México. Pero, en conjunto, se ha sentido (y en parte ha sido) iglesia vigilada desde fuera.

Las cosas se ven de un modo distinto desde Roma, Italia, España, Francia o Alemania… (incluida Polonia). Es bueno que se vean también desde América Latina y desde África, Asia u Oceanía, pero en libertad, en autonomía. V.M. Fernández tiene el “as” en la mano…el as de la fe como libertad, confianza (no vigilancia), comunión de evangelio

 9. Un ejemplo llamado Carmen … Fue una inquisición superlativa la que impuso una Iglesia en España, al elevarse como “brazo” sagrado del fascismo triunfante tras la guerra del 1936-1939. Mi madre Carmen era maestra por oposición y fue juzgada, como cientos y miles de maestros republicanos por el régimen militar, apoyado por la iglesia. El presidente de su tribunal fue “benévolo” y, en vez de condenarla a muerte o cárcel, como a cientos de maestros y profesores, la condenó a un tipo de exilio-destierro en la alta montaña pasiega, bajo el puerdo de la Lunada, entre Cantabria y Burgos.

 Pasados 50 años, viviendo ya en Bilbao, quiso integrarse en una de esas instituciones eclesiales ya citadas (obras, caminos, legiones…), pues no había en su entorno eclesial otro tipo de “comunidades” cristianas que ofrecieran el espacio de oración que ella quería. No digo su nombre, pues esa institución tenía y tiene elementos positivos, pero en su raíz era inquisitiva y fascista… sometiendo a sus miembros a un examen de fondo, sobre temas de libertad personal, de autonomía cristiana.

  Estábamos en casa Mikel (uno de mis hermanos) y yo cuando volvió del examen de esa nueva inquisición,pálida, triste, cansada, una mujer de más de ochenta años… y nos dijo, sin conocerlas, las mismas palabras de B. Häring que he citado antes: “El tribunal fascista/militar del año 1941 pudo haberme condenado a muerte, como a otras compañeras, pero me trató con cierta dignidad, sin entrar en temas de conciencia ode pecado, pero este tribunal que se llama cristiano me ha juzgado y condenadofondo sin dignidad ninguna… Es peor que el de aquellos soldados franquistas”.

          Mikel se enfureció y le dijo “mándalos a la m.”. Ella me miró y me dijo: “Tú, que sabes algo de esto,  dime, ¿qué debo hacer…”. Evidentemente, le contesté: “Tú verás, sé libre, como siempre has sido… Esos que te juzgan no son iglesia, aunque lo parezcan.” Mikel (q.e.p.d.), gran creyente, de misa semanal, me dijo una palabra que no he olvidado: Tú, Txabi, estás dispuesto a bajarte de nuevo los pantalones”.

10 ¿Es ya tarde para empezar de nuevo? El Papa Francisco está empeñado en recuperar el camino del evangelio, en línea sinodal de diálogo (como está repitiendo estos días toda la prensa). Pero en un sentido lo tiene difícil, pues muchos prefieren dominar y ser dominados. En otros continentes (África, Asia…) la iglesia puede retomar el camino, porque no se la conoce desde dentro. En Europa y América eso es más difícil.

 La “culpa” no es sólo de las inquisiciones de la Iglesia, pero ellas tienen una parte de responsabilidad.

11 comentarios

  • carmen

    Porque claro.Seguramente no estoy en lo cierto. Pero haciendo memoria, me viene a la cabeza Pío once y los pactos de Letrán o el pacto de Letrán, com Mussolini.
    Después, Pio doce. Ahí está la historia.
    Y después, Juan 23. Otra cosa. Pensó que hacía falta un concilio , el del Vaticano segundo. Ya había movimientos de curas obreros, en Francia creo recordar que empezó este movimiento. No fue fácil. No lo fue. No. No sé si tuvo apoyo de Roma, diría que no mucho. Claro, puedo estar equivocada.
    Con todo esto del concilio, que diría que fue pastoral porque seguramente no dio tiempo a que se plantearan muchas cosas en profundidad, Juan 23 muere. Pablo sexto. No sé cómo pensaba , la verdad, pero por lo que he leído, no sé. Un parón hubo. Y a partir de ahí, más o menos en el tiempo, empezaron a aparecer en Europa y sobre todo en América latina, los movimientos de la teología de la liberación. Grandes nombres. Grandes teologos en Europa. Y todos los problemas que ustedes saben mejor que mi persona, una aficionada que encuentra la historia de la institución de la iglesia absolutamente interesante. Porque es la historia de Europa. Y sus conquistas. Soy europea. Se hicieron muchas cosas mal, pero no cambio mi cultura por ninguna otra . Y ahora leo con estupor: volvamos al evangelio. A cuál? Porque no todos son iguales. Volvamos desde cuándo?
    Se puede?O tal vez hay que replantearse un montonaaaazo de cosas? Porque la historia ahí está. Y son dos mil años de historia. Y la iglesia ha jugado un papel clave. No sé.
    No entiendo. Buenas noches.

  • Juan A. Vinagre

    -Adjunto unas reflexiones a propósito del artículo de Pikaza -que comparto- y de los comentarios que siguen. Y los adjunto sin ánimo de polémica alguna, convencido de que la diversidad da que pensar, y además -al menos en algunos casos-, puede enriquecernos. Los matices, por pequeños que sean, pueden enriquecer.  Así, pues, cuando hablo (o digo en estas reflexiones) no veo, no quiero ver, adversarios sino compañeros, amigos, si puede ser. Que nadie, pues, se sienta señalado por discrepancias-diferencias de pensamiento. En mi concepción cristiana lo importante no es el pensamiento -sencillo o “docto”-, sino el seguimiento en la unidad del amor-obras. Creo que en la historia de la Iglesia se han idolizado algunas doctrinas, no siempre santas. Y se ha descuidado el testimonio -obras-, esencia del Mensaje del Reino.

    -Ante esta reflexión, recuerdo aquel pasaje evangélico de los Zebedeos que prohibieron hacer el bien en nombre de Jesús a un samaritano…  No se lo prohibáis -les dijo el Señor-: nadie que hable bien de mí es mi enemigo… (Cito de memoria, sin precisar más. Perdón) Este pasaje me lleva a no entender las persecuciones y las muertes, en nombre de la fe… (Tomás de Aq. -entre otros-las aprobaba…)  La Inquisición es una herejía moral muy grave, aprobada por la jerarquía, y algo después refrendada por un concilio, con la conformidad del papa Inocencio III. (siglos XII-XIII)-

    Por eso viene bien recordar aquello de “no colar mosquitos y tragar camellos”, cosa que hemos hecho, que la iglesia clerical ha hecho con frecuencia.  De Häring -y tantos más- ¿merece la pena insistir…? Baste con recordar -esto sí- que todavía no hemos aprendido la lección y persistimos ligeramente -a veces fanáticamente- en ciertas inerrancias…, y no reconocemos errores.  Lo que en vez de fortalecer la fe, como dijo el Señor a Pedro, lo que hacemos es debilitarla, y echar la culpa de la flojera de la fe al abandono…, no a la falta de testimonio de Pedro y su entorno… Si Pedro no se convierte, nuestra fe se debilita…-Por eso, lo más importante hoy -y siempre- es volver al Evangelio, no a doctrinas y concilios, hijos de su tiempo. Lo que no pasa es la palabra de Jesús, no la doctrina de los hombres por muy doctos que sean.

    -Paso ahora a otra reflexión -en la que me incluyo-: Cuando desacreditamos a los demás, ¿somos conscientes de que, desacreditando, vulneramos algunos principios que decimos defender?  ¿Somos conscientes de que sesgamos algunas informaciones o de que las abordamos con poco sentido crítico?  La fe busca entender, sin duda, pero en mi opinión no debo confundir fe con teología. Teologías hay varias…, algunas más especulativas que evangélicas. Y el Evangelio, la esencia del Mensaje evangélico, debe ser el criterio fundamental para hacer teología. Y esto, en mi opinión, deberíamos pensarlo más, porque podemos elaborar una teología y una fe, y una moral, demasiado a nuestra medida humana, como consta en la historia de la Iglesia Fraternidad de Jesús. De Jesús, sí, pese a las limitaciones y fragilidades humanas. Por eso la Iglesia debe reconvertirse al Evangelio. El papa Francisco lo está intentando, en medio de unas críticas y descalificaciones parecidas a las que sufrió Jesús en vida. Ni sus discípulos le entendían entonces ni en muchos casos y tiempos le entendieron después…  La “venerable” tradición se impuso al Evangelio.  De ahí que insista: Hay que volver al Evangelio, a la esencia del Mensaje evangélico, que no cuela mosquitos ni traga camellos… Que no impone pesos duros que otros no llevan…  (Si se pudo bloquear un concilio, ¿no se pueden bloquear otros?  Pero, más que bloquear o desbloquear, ¿no es más evangélico revisar para poder RENACER?)

  • carmen

    Hola , señor Pikaza.

    Sé quién es usted. Tenemos un amigo en común.

    Si lee esto,  le apetece y quiere, por favor, contésteme a un pregunta.  La he formulado a varias personas que, como parece ser usted, entienden de estas cosas. Las respuestas han sido muy interesantes. Me interesa la suya. Es posible un cambio real , profundo, en la iglesia católica sin tocar el Dogma, la doctrina oficial de la iglesia? Si estas no son las palabras adecuadas, sustituya las usted por las que lo sean.Hay quienes dicen que, por supuesto. Como no entiendo mucho de esto, mi sentido común me dice que no. Porque mientras que Dios siga siendo el dueño de la vida y de la muerte, hay mil cosas que son intocables. Mil.

    Mientras que haya sacramentos que no tienen vuelta atrás, la única salida es, pues eso. Salirte.

    Y otras muchas cuestiones, creo que con estas son suficientes para entender por dónde voy.
    Me puede ayudar?Gracias.
    Atentamente.
    Carmen.

  • José María Valderas

    El señor Duato ironizaba el otro día sobre la evolución homogénea.

    A propósito de la “evolución homogénea”, sin ironías, dije que  Tucho nos iba a dar momentos “felices”, entretenidos. Copio de la entrevista que se la hace en Religión Digital, donde, al estilo bergogliano, habla de una interpretación geométrica de la evolución: de línea recta a espiral. Dejemos aparte la mención de Vico como autoridad. No solo no se entiende, sino que lo se entiende es un soberano disparate. Tómese por ejemplo, los méritos que se derivan de la Maternidad Divina. De la Maternidad Divina se derivan, en teología por evolución homogénea, los dogmas de la Inmaculada y la Asunción. Esa evolución es “en espiral”. no emana linealmente, es decir, por inferencia directa, sino que habría que armar una suerte de sorites en el mejor de los casos. ¿Nos damos cuenta de la monstruosidad teológica?

    Pero la entrevista es más sabrosa, más inquietante, porque lo que ahora voy a mencionar se refiere al tandem Bergoglio-Fernandez. Así explica la sorprendente nota a pie de página de la Amoris Laetitia que tanto escándalo teológico ha provocado, una pifia no corregida todavía. Dice el neocardenal: “Allí lo que ocurrió fue un crecimiento homogéneo en nuestra comprensión del dogma. Porque la novedad solo se entiende en el contexto de lo dicho antes, aunque lo modifique en algún aspecto. De hecho, la moralidad objetiva mantiene sus criterios. Lo que se agregó es el nuevo peso que se otorga a los condicionamientos, hasta el punto que justifiquen, en algunos casos, una praxis diferente en la disciplina sacramental. Es decir, que en algunos casos los divorciados en nueva unión puedan acceder a los sacramentos.” Las perlas son fulgurantes (del error)_ “aunque lo modifique en algún aspecto”; el dogma, lo saben los de primero de carrera, es más, los alumnos de catequesis, no se modifican ni mucho ni poco. “la moralidad objetiva mantiene sus criterios, lo que se agregó fueron condicionamientos que justifiquen una praxis diferente en la disciplina sacramental”. La moral objetiva se caracteriza porque lo bueno y lo mal es siempre y bajo toda condición cuando se refiere a un sacramento. No es asunto disciplinario, de comunión en la boca o comunión de rodillas, es que la materia y la forma del sacramento no pueden cambiarse, ni el estado para acceder al mismo o en las condiciones que dice el Apóstol. Ese error mayúsculo que tantos les han afrentado a Francisco, incapaz de responder a los dubbia, salvo con un despectivo “no lo han leído (la Amoris Laetitia), parece que se lo han tomado, Francisco y él, o él y Francisco si damos por buena la tesis que le asigna la autoría de ese engendro.Vamos a seguir viviendo momentos gloriosos, con ese tándem.

  • Antonio Llaguno

    Ciertamente Picaza da en la diana.
    No se si el nombramiento de V. M. Fernández acabará trayendo a la Iglesia nuevos caminos de fraternidad, libertad y evangelio o no; pero ya D. Alberto Einstein, a quien nadie, ni siquiera El Sr. Valderas (Es broma José María) puede negar su competencia matemática afirmó que “Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. 
    Es hora, en mi opinión, de hacer cosas distintas. Casi 34 años de oscurantismo, por muy teológicamente brillantes que fueran, que es muy discutible, necesitan un poco de aire fresco. El olor a naftalina de la Iglesia Católica, empieza a ser poco soportable.
    Es muy conocida la frase de Häring y muy triste, que además, personas normales, de iglesia de toda la vida como la madre de Picaza, sufrieran lo mismo es muestra de que ese estilo inquisitorial y represor ha calado profundamente en la Iglesia Católica particular, en la pequeña, en la de diario.

    Si Tucho es buen o mal teólogo es algo que me trae sin cuidado. Lo importante es que sea acogedor, misericordioso, cercano. Que lleve a esa clase tan perseguida y denostada durante 35 años, que es la de los teólogos libres la confianza de que nadie va a condenarles por pensar. Que Dios los creo libres e inteligentes y que es su obligación, no su derecho, hacer uso de ese talento que Dios les dio para que todos podemos crecer en nuestra relación particular e intransferible con Dios. A fin de cuentas, a Dios se le vive en comunidad, Dios es relación; pero solo desde la introspección profunda y de la “mismidad” del interior de cada uno se pueden aportar brotes frescos a la Comunidad. No todo está escrito. La doctrina no es inmutable. Dios se nos presenta a cada uno como un camino virgen (León Felipe dixit). Con que Tucho no estorbe en el camino, ya habremos ganado mucho.   

    • José María Valderas

      Antonio hay quien pone en duda la competencia matemática del oficial de la Oficina de Patentes de Zurich y le atribuye el éxito a su mujer, a la que terminó abandonando. Como se dice en catalán, “no hi ha un pam de net”, no hay ni un palmo limpio… Pero ya se sabe, las mujeres no sirven para las matemáticas, declaró el rector de Harvard…, y le costó el cargo. Es que la lengua es mala consejera.

      • Antonio Llaguno

        Mira José María, aunque la idea fuera de su señora, que es lo que suele pasar en el 99% de las familias de este pequeño planeta, D. Alberto lo entendía, que es mucho más de lo que yo pude hacer en primero de carrera cuando un pésimo profesor intentó hacerle entender las teorías de la señora de D. Alberto a éste pésimo alumno.

        En cuanto a si las mujeres sirven para las matemáticas, vuelvo a mi argumento anterior. Lo que diga el sesudo rector de Harvard, que seguro que tenía varias carreras y cuatro o cinco libros publicados, me trae al fresco. Desde que mi mujer (Licenciada en Contaduría Pública por la Universidad Autónoma de Querétaro – México) lleva las cuentas de casa, llego a fin de més. Y te aseguro que para eso hacen falta muchas matemáticas.

        • José María Valderas

          Antonio, por favor, que era una broma la cita, aunque sea exacta. Quien más quien menos conoce profesoras de álgebra o de cálculo que son unos prodigios. Las sinapsis, que se sepa, no entienden de sexo.

  • José María Valderas

    Golpe de Francisco, sin duda. ¿Maestro? Como los obsesivos-compulsivos, ante la dura crítica, argumentada, que está recibiendo la idoneidad de Fernández para regentar el Dicasterio, Francisco lo ha elevado a cardenal. Cierto que es un honor que va inherente al cargo. ¿Cómo no va a ser cardenal el Prefecto del Dicasterio? Pero no ha esperado mucho. Como si quiera demostrar que aquí mando yo. No seguí ni de cerca ni de lejos la relación del autor de La Ley de Cristo con el Dicasterio Romano. Fue para mí una decepción la débil argumentación del redentorista contra la Humanae Vitae. Pero esperaba una respuesta más doctrinal, menos sociológica, a la encíclica de Pablo VI. Siendo un tema tan delicado en la evangelización era comprensible que le pidieran explicaciones dada la autoridad intelectual que entonces tenía Häring. Y cabe que algunos se excedieran en el trato. No lo justifico. Pero de ahí a las palabras que Tucho puso en la carta que se autoescribió, Francisco firmante, media un abismo. Entre otras razones porque la epístola es de una simpleza apabullante con pretensiones de orientación y falsedades manifiestas. Lo del comportamiento inmoral tiene su aquel. A algunos les gusta desacreditar a los demás –la insistencia en el carrerismo– para creerse superiores desde el punto de vista moral.

    Vale la pena leer revistas de Teología de primer orden, como Gregorianum y Angelicum. Uno frecuenta a menudo Révue Thomiste y Revue de Sciences Theologiques et Philosophiques. Tucho ha publicado un par de artículos en Angelicum. Valdría la pena que se conocieran para juzgar el bajísimo nivel intelectual del escrito. De un profesor mediocre se han reputado. Es lo máximo. En cuanto redactor negro (se ha traducido por fantasma, del inglés ghost) de documentos pontificios la inanidad y disparates de los mismos han merecido críticas severas. Críticas en cuanto a moral objetiva, ha tenido que declarar públicamente “yo creo en la moral objetiva”, pues no lo parece… Críticas en los fundamentos bíblicos. Como razonadamente no se sostienen también en una medida de “aquí mando yo” la interpretación de su propio texto (documentos pontificios) fue incluida en las Acta Apostolicae Saedis. Será por mandar…

    Si las cuestiones relacionadas con la Vida, en manos de ese arzobispo que se mandó pintar en una escena de nítido carácter homosexual en su catedral, se han visto sacudidas por `proclamas contrarias a la moral por autores declaradamente anticatólicos desde santa Marta (pienso en el ecólogo asesor de ese dicasterio pontificio partidario del aborto como medida de control de la natalidad, o la asesora sueca partidaria de la experimentación embrionaria), las cuestiones relacionadas con la Fe con Tucho van a ser entretenidas.

    • Antonio Llaguno

      José María,

      Alguien debe decírtelo y trataré de hacerlo con el cariño que se lo diría a algunos de los viejitos de mi comunidad de Cooperadores Salesianos que, cuando hablaba yo, me contestaban: “Si no fuera por lo mucho que te queremos… pero mira que eres hereje Antonio”

      No tienes ninguna prueba de que la carta que Francisco dirige a V.M Fernández, sea del puño y letra de Tucho. No puedes saberlo. Y aunque lo fuera, no tiene ninguna relevancia puesto que al ser firmada por Francisco, se convierte en el mensaje que él quiere transmitir al mundo con el nombramiento.

      No. No ha esperado nada en nombrarle cardenal. ¿Y qué? ¿Es relevante el tiempo tardado en ello? Tampoco ha tardado nada en crear cardenal al obispo de Madrid ¿También te parece mal? ¿Acaso no es potestad del Papa configurar el cuerpo cardenalicio como le salga de la mitra? ¿Por qué los nombramientos de Francisco son tan malvados y los de JPII no, por ejemplo?

      Insistes en que el nuevo prefecto no está a la altura intelectual. De nuevo te pregunto ¿Y qué? Si en vez de preguntarte por la autoría de la carta hubieras tratado de entender lo que dice la carta, verías que, puedes estar de acuerdo con ello o no, la CDF que quiere el papa es otra muy distinta a la que había o a la que hubo. Y lo que deja muy claro es que las actitudes que hicieron llorar a Häring y sufrir a la madre de Picaza serán desterradas y que no habrá personas juzgadas inquisitorialmente por la Iglesia mientras el Santo Oficio siga las indicaciones de Francisco ejecutadas por Tucho. La gente que piensa como tú puede estar tranquila; podéis discrepar.

      Las actuaciones que Francisco ha hecho “misericordiando” (Que verbo tan feo acuñado por los que nunca tuvieron misericordia) ciertos movimientos y estructuras de la Iglesia han sido hechas con mucho cuidado, con mucho amor y con mucha misericordia, efectivamente.

      También con firmeza. Hay actitudes del pasado que Francisco no quiere repetir y no se repetirán, al menos mientras él tenga que ver con el gobierno de la Iglesia. Basta con observar de cerca los institutos intervenidos para darse uno cuenta de que no había otro camino y aun así, esos institutos viven con más libertad de lo que vivieron otros durante los mandatos precedentes.

      No, Tucho no será un académico. Ni falta que hace. Porque para acoger en vez de perseguir, para escuchar en vez de juzgar y para corregir en vez de castigar; no hay que ser académico. Hay que ser buena persona.

      Tienes por costumbre recurrir a publicaciones académicas “de primer orden”, que algunos ni hemos leído ni tenemos intención de leer, porque nuestra fe sale de las entrañas no de los libros de texto; por que nuestra fe viene de nuestra experiencia de Dios, de nuestro común compartir la vida con Él, no de lo que hayamos leído en libros de de sesudos teólogos (Aunque alguno leamos también, pero no suele ser de los que tu recomiendas, que también están escritos y pueden ser leídos).

      Uno no se enamora del “cerebro” o de “los escritos” de alguien (Al menos yo no me enamore de mi mujer por ello, sin que eso reste lo más mínimo a su inteligencia y logros). Uno se enamora de la persona, de la vida que comparte con esa persona y Dios lo que busca es que nos enamoremos de Él (Y recuerda que solo se puede amar a Dios amando al prójimo que significa próximo), porque Él se enamoro de cada uno de nosotros desde el mismo instante en que nacimos.

      Yo siempre digo, a quien quiere escucharme que no es demasiada gente, gracias a Dios, que mi fe es una experiencia fundamentalmente intelectual, reflexiva, pensada y repensada; pero es otra forma de pensar. Es ese pensamiento que surge del enfrentamiento a lo cotidiano y el consiguiente uso de las muchas o pocas neuronas y conexiones sinápticas con que Dios me ha provisto. Y me preocupa tan poco lo que sea o no ortodoxo que si el nuevo prefecto fomenta que otras personas hagan lo mismo e iluminen mi mente, le estaré eternamente agradecido.

      Como siempre con mucho respeto e incluso cariño.

      • José María Valderas

        El contenido de la fe, Antonio, es importante. La fe es una virtud intelectual. La teología nació para eso, para entender la fe. Hay un aforismo que habrá oído repetir, “fides quaerens intellectum, intelllectus quaerens fidem”. La fe busca comprender, la comprensión busca creer. De ello hizo leit motiv la llamada restauración tomista de León XIII y tomó cuerpo con la nueva escuela de teología en el siglo siguiente. Pero la historia de la Iglesia es una historia de búsqueda del mensaje de Cristo, del mensaje en su pureza. Las grandes controversias teológicas de los primeros Concilios y de los Padres de la Iglesia fueron las que permitieron decantar el pensamiento cristiano, no como doctrina enteca sino como doctrina de vida teologal, de vida de filiación divina que nos trajo Cristo.

        Los movimientos heréticos que han dado origen a distintas iglesias rehúyen la pureza de la doctrina y no andan privados de razones: que si rigorismo, que si doctrina infumable y contraria a la razón, que si esoterismo, que si papismo, que si infantilismo, que si superstición.

        El acoso a la Iglesia por razones de doctrina se hizo especialmente violento con la Reforma. Hubo quienes querían una transformación de la Iglesia, como Erasmo, alejada de la centralidad romana. Por no meterme con los trillados Calvino, Melanchton o Zuinglio, vale la pena leer los escritos de los padres de la ciencia anteriores a la revolución newtoniana, como Tragus o Leonhart Fuchs, por no hablar de Paracelso. Resulta interesante leer sus opiniones sobre la férula católica. La situación se enroco y enquistó en los siglos sucesivos, en que la ciencia fue ocupando un papel cada vez más preponderante desde Laplace en astronomia, Lamarck en biologia  y así hasta la segunda mitad del XIX en que la virulencia contra la doctrina cristiana se ha tornado guerra sin cuartel.

        Aprovechando la virulencia del cienticismo, el movimiento modernista se hizo fuerte en numerosos centros de enseñanza superior. No era ya herejía contra un misterio trinitario o cristológico, era una censura a la totalidad. Y ahí vinieron los documentos pontificios exigiendo un cierre de filas ante semejante hostigamiento. Se trataba entonces y sigue siendo hoy de movimientos corrosivos que atentan contra el mensaje de Cristo expresado en la historia de la Iglesia, referentes al dogma y a la moral. Cualquier intento de restauración se miraba con lupa, como al fundación de la Escuela Bíblica de Jerusalén, contestada por los jesuitas hasta que crearon el Instituto Bíblico. Podríamos extendernos en la evolución de la teología desde el Vaticano II. Y detallar que cuestiones fueron miradas con lupa (perseguidas que dirán algunos). Era obligación central del Pontifice velar por la integridad de la fe. No he pisado en mi vida el Santo Oficio. Por lo común conozco más a la gente por sus escritos, que por el trato personal. Los escritos permiten el análisis personal, sin prejuicios ni tomas de partido. Te enteras por ejemplo que teología de la liberación no fue condenada en la persona de Gustavo Gutierrez, porque Gustavo Gutierrez, su alfil máximo, nunca fue condenado. Otra cosa es la confusión del mensaje cristiano de salvación con la lucha guerrillera, que ahora sabemos cómo ha terminado en Nicaragua o en Colombia, por citar dos ejemplos.

        La doctrina es el contenido de la fe. No podemos hacer una fe a nuestra manera. Además no es un contenido esotérico. Está ahi para el que quiera entenderlo. Pero si yo digo que la Eucaristía es una presencia simbólica de Cristo, figurativa y mnémica, estoy falseando la doctrina católica. Si Lutero defiende tal cosa no es testigo de Cristo, según nuestra fe. Y nunca debió ocupar un papel destacado y ejemplarizante en sede vaticana. Por ejemplo. El fin del matrimonio, el doble fin, la procreación y el remedio de la concupiscencia, por decirlo en lenguaje arcaico, es un tema moral, que implica fidelidad mutua de la cónyuges. Etcétera.

        No es que la fe exija teología subida. Lo que sí necesita teología es el que ha velar por el contenido de la fe y de la explicación razonada de la misma. Y con Tucho no parece asegurado.