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Crónicas del búnker (I)

Imagen de la revista “Vida Nueva” en su número de 14/06/2023

        Hace tiempo que quería iniciar una serie de reflexiones sobre lo que la Iglesia Católica más ultramontana está haciendo y como están impidiendo que las reformas queridas por el papa Francisco se cristalicen pero por razones de disponibilidad y tiempo lo he ido demorando.

        Las denomino “Crónicas del Bunker” porque son eso unas crónicas, el relato completamente subjetivo de lo que una parte de la Iglesia Católica está proponiendo al mundo y de cómo se ven a si mismos quienes lo proponen.

        No se debe desdeñar este grupo de “ultras” a la ligera. Son pocos, es verdad. En especial los que representan la parte más fanática o integral, pero están muy bien financiados y existen otros poderes e intereses que les están promocionando para que “hagan lío” (En la forma contraria a la que Francisco pidió exactamente eso, “Hacer lío”).

        Los actores escogidos por los poderes fácticos que están financiando todo esto son muy claros y proponen una Iglesia completamente contraria, a mi juicio, al mensaje Evangélico.

        Encontraremos entre ellos a cardenales, obispos, medios de comunicación y laicos y clérigos destacados; muchos de ellos adornados con títulos académicos importantes y cuyo juicio esparcen por el mundo como si fueran depositarios de la “Auctoritas” cristiana.

        El detonante de este primer episodio de “Crónicas del Búnker”, ha sido el envío por parte del cardenal Raymond Leo Burke, uno de los más firmes opositores al Papa Francisco y redactor de los famosos “dubia” sobre la “Amoris laetitia”, de un libro a todos y cada uno de los sacerdotes de USA en el cual les indica cómo deben negar la comunión a quienes el mismo cardenal considera indignos de recibirla.

        Vaya por delante que Burke, fue el controvertido cardenal, especialista en asuntos jurídicos y derecho canónico que trató de asaltar la Orden de Malta (Una de las más ricas y prestigiosas del mundo) para poder financiar sus manejos en la curia; operación que fue detenida y deshecha por el papa y que redujo a Burke a su condición de cardenal de a pie sin diócesis que regir y sin atribuciones ningunas en la corte (Su último encargo fue ayudar al cardenal australiano Pell a ser defendido en la corte australiana de sus acusaciones de pederastia, sin ningún éxito, por cierto).

        Mientras Benedicto XVI vivió, estos cardenales se escudaron en la figura del Papa Emérito (Sin ninguna aquiescencia de Ratzinger por cierto que siempre se mantuvo fiel a Francisco) para lanzar sus ataque al papado actual. Ahora que Benedicto no está, se han soltado los corsés y están atacando directamente al papado y a algunas de las escasas luces que se otean en el horizonte como el Camino Sinodal Alemán.

        Son dos los puntos de vista para tratar este asunto. El primero son las razones doctrinales (Que no teológicas) en que fundamentan esa postura, que son de todo punto discutibles y el otro las verdaderas razones por las que hace esto y quienes apoyan esta difusión editorial.

        El título del libro reza (Es un decir): “Respetar el Cuerpo y la Sangre del Señor. Cuándo se debe negar la Sagrada Comunión

Pasemos al asunto y comencemos analizando alguna de las declaraciones de su eminencia en relación a su libro. El propio cardenal en entrevista recienta a “la Bussola Cotidiana” dice:

 

  • “Como explica santo Tomás, la Sagrada Eucaristía es el mismo Señor Jesucristo, “todo el bien de nuestra salvación”. Para recibir dignamente la Sagrada Comunión, tenemos que reconocer la realidad a la que nos acercamos y, al mismo tiempo, reconocer nuestra propia indignidad para acercarnos a un misterio tan grande”

 Pasando por alto que el hecho de que lo afirmara Tomás de Aquino no es ninguna garantía de veracidad, es que la conclusión que saca él no se sostiene en el argumento anterior. Precisamente, si la “Sagrada Eucaristía, fuera el Señor Mismo” debería ser tratada exactamente tal y como Cristo se presentó al pueblo: “Al ver los escribas de los fariseos que Él comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por qué Él come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores? – Mc 2 , 16).

¿Por qué debemos reconocer “Nuestra propia indignidad” cuando es Él quien nos ha transmitido que somos ni más ni menos que hijos de Dios y que no hay nada más digno que un ser humano?

 

  • “la Sagrada Eucaristía es alimento de pecadores, pero de pecadores que se han arrepentido, se han reconciliado y han reparado su ofensa. Si nos rebelamos abiertamente y sin arrepentimiento contra la ley de Dios, escrita en el corazón humano y proclamada en la doctrina de la Iglesia, es evidente que no estamos dispuestos a recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Comunión.”

 Aquí entramos en uno de los argumentos más controvertidos de la doctrina católica oficial y me temo, que de casi todas las iglesias cristianas: el concepto de reparación y reconciliación.

Es muy habitual encontrar en el mundo “indietrista” llamadas a la reparación de los actos, no solo propios, sino ajenos. Se nos habla de un Dios enojado con nosotros y que en “justa compensación” por nuestros “malvados actos” necesita de nosotros una reparación de los mismos por medio de una penitencia.

Ciertamente, en mi estrecha mente de ser humano de a pie y sin los sólidos conocimientos teológicos que se le suponen, nada más y nada menos que a un cardenal de la Iglesia Católica Romana, no me termina de cuadrar mucho un Dios, todo amor y sólo amor, con ese “justiciero” que necesita que el ser humano compense sus actos malvados por medio de una reparación, pero mucho menos, esos actos de reparación tan habituales en los que supuestas personas de “vida recta y ordenada” se dedican a ¡¡Reparar los actos de otros!!

¿Quién es usted, monseñor, para rezar por la salvación de mi alma? ¿Por qué razón no se preocupa de la suya? Que ya tenemos cada ser humano, bastante trabajo lidiando con la propia y deja libre la mía tal y como Dios la hizo.

¿Dónde ha quedado el “Mujer, yo tampoco te condeno, vete y no peques más” (Jn 8, 11).

No hay penitencia, no hay más condición que la propia asunción de la culpa y el deseo de no volver a repetirla. Cristo dice concretamente: “Yo tampoco lo hago”. No la condena, no la juzga. La recibe en sus brazos amorosos y la acoge. No exige ninguna “reparación”

Y no basta aquello de “A quienes perdonéis los pecados les serán perdonados y a quienes se los retengáis quedan retenidos” (Jn 20, 23) porque sólo habla de la actitud de los apóstoles ante el pecado y el pecador y no de la dignidad de la persona que pecan (Y eso sin entrar en el concepto de “retención del pecado”, como si el pecado fuera una deuda contraída que se puede o no condonar. Aunque me temo que ese y no otro es el concepto de pecado de Monseñor Burke).

Y además, aunque el pecado hiciera menos “digno” al pecador, cosa que es absolutamente falsa, ¿Por qué negarle el acceso al mismo a Dios, que puede ayudarle a ser mejor y que puede acercarse a él buscando reconciliación?

Ciertamente, para una mente cuadriculada como la mía es incomprensible.

 

  • “El escándalo es una realidad objetiva, es decir, no depende de sentimientos o emociones subjetivas. Por ejemplo, los legisladores católicos que pretenden garantizar por ley el ejercicio del llamado derecho al aborto confirman en su error a una persona que sostenga dicho derecho”

Todo escándalo proviene más del prejuicio del escandalizado que del acto del escandalizador. Si no juzgáramos los actos y las personas que realizan dichos actos, no nos escandalizaríamos; porque el escándalo nunca es “ad intra” sino “ad extra”. Siempre se escandaliza uno “del otro” (Y en la Iglesia generalmente de “la otra”), porque no hay nada más grande que la indulgencia que proyectamos hacia nosotros mismos, pero fundamentalmente porque conocemos la naturaleza de nuestros actos y sabemos con certeza que en su mayoría no son malvados, cosa que el escandalizado no conoce y no conocerá.

Por eso un escándalo nunca es un juicio (Y mucho menos un juicio justo) sino un pre -juicio y los pre-juicios, siempre son injustos.

 

 No obstante, algo del escándalo es preciso apuntar.

        Créame que cuando le veo, vestido de pontifical y repleto de sus oropeles favoritos, que son muchos, me escandalizo y lo que menos me viene a la cabeza es que sea usted ejemplo y representación de Cristo en la Tierra.

        Y en cuanto a su libro: “Respetar el Cuerpo y la Sangre del Señor. Cuándo se debe negar la Sagrada Comunión”, usted ha difundido su libro enviándolo a TODOS los sacerdotes de USA y a sus obispos (https://www.vidanuevadigital.com/2023/02/23/el-nuevo-reto-del-cardenal-burke-ensenar-a-los-curas-de-estados-unidos-a-negar-la-comunion/). Curiosamente no se lo ha mandado a los sacerdotes de Burkina Fasso o Haiti sino a los de USA.

        Su conferencia episcopal afirma que hay unos 37.300 sacerdotes en Estados Unidos a una media (Bajita) de 15 € por libro editado en papel y tapa dura y otros 4 € de gastos medios de envío y paquetería son 708.700 € y eso sin incluir los gastos de personal de logística empacado y demás. Pongamos una cifra aproximada. Ha gastado usted cerca de 800.000 € (Casi 900.000 $) en difundir su libro; puesto que ha enviado usted una copia a cada sacerdote católico estadounidense.

        En este país europeo, tan castizo, le preguntaríamos ¿De dónde saca “pa” tanto como destaca?

        Lleva usted desde 1975 siendo sacerdote, luego obispo y luego cardenal… de una religión que sigue las enseñanzas del hijo de un carpintero de Nazareth que dijo aquello tan bonito del camello y el ojo de la aguja (MT 10, 23-30). ¿Cómo ha obtenido tanto dinero? ¿De verdad cree que su libro merece el dispendio de 900.000 US$? ¿Tanta importancia se da usted? El papa le impidió gobernar las enormes arcas de la Orden de Malta (A pesar de su no menos enorme esfuerzo por impedírselo) y hasta donde yo sé, usted no ha recibido una millonaria herencia de sus padres como su amigo Carlo María Vigano (Ni creo que tenga usted, como él, un hermano discapacitado al que tratar de arrebatársela)

        Yo le diré de dónde saca para tanto como destaca.

        Su libro ha sido difundido por la asociación “Acción Católica para la Fe y la Familia” (Catholic Action for Faith and Family, no confundir con la “Acción Católica” de toda la vida), asociación de católicos ultra conservadores de los Estados Unidos y si entramos en la web de dicha asociación, podemos leer, al hablar de la difusión de su libro de usted, que: “El Sr. Thomas McKenna, líder laico sénior y patrocinador de esta campaña, es la persona clave para las promociones y estará disponible para entrevistas y promociones en los medios según lo permita la programación.”

        Le aclaro que con el eufemismo “las promociones” se refiere a campañas como la de difundir su libro.

        ¿Y quién es Thomas McKenna? En primer lugar es el fundador y presidente de dicha asociación, es médico, aunque no parece que ejerza como tal y miembro de la orden Ecuestre de Caballeros del Santo Sepulcro de Jerusalem y caballero de cuarto grado (Máximo) de los Caballeros de Colón.

 

Todo grupos con mucho amor por los pobres sí.

        Son estos grupos, famosos por defender la ultra derecha más fanática de los Estados Unidos de América (Recomiendo el artículo de George Porta sobre los Caballeros de Colón, aquí en ATRIO, al igual que los escritos sobre la Orden de Malta y el Yunque en España https://www.atrio.org/2015/04/el-poder-de-la-orden-de-caballeros-de-colon/, https://www.atrio.org/2017/01/13794/, https://www.atrio.org/2021/09/lideres-catolicos-para-la-politica/. ¿A que no saben contra qué cardenal nos previene el bueno de George?)

        Sölo por poner unos datos de los Caballeros de Colón cuyo presidente fue asesor de asuntos religiosos de Ronald Reagan:

  • En este enlace del National Catholic Reporter (https://www.ncronline.org/los-documentos-financieros-de-los-caballeros-de-col-n-revelan-riqueza-e-influencia ) se pueden encontrar gran cantidad de datos financieros de esta agrupación y su presidente (Con un sueldo en 2017 superior a 2,074 millones de dólares americanos) y que han financiado multitud de proyectos de iglesia conservadora (Como más de un millón de dólares ese año para la red de noticieros EWTN, contra la que nos advirtiera Francisco, y que en 2015 emplearon en “obras de caridad” muchas de ellas secretas, más de 175 millones de dólares americanos. En ese artículo se puede consultar el sueldo de los principales ejecutivos de la orden. Consúltenlos. No parecen pobrecitos como los que protegía mi santo patrono en Padua.
  • Admiran sin medida a Juan Pablo II. Han sido lo principales financiadores del Instituto Juan Pablo II para la Vida y la Familia que dirigiera Mons. Carlo Caffarra (Que curioso. Otro de los firmantes de los “dubia”, ya fallecido) y ahora están realizando esfuerzos ingentes en promocionar la “Libertad Religiosa en EE. UU”. Que afirman está siendo atacada por la promoción de la Ideología de género, la libertad sexual (Y LGTBIQ+) y las “políticas liberales del Partido Demócrata”. Perdónenme la expresión ¡¡Hay que … fastidiarse!!
  • Incluso han tenido gran influencia en México, con el Cardenal Ribera, recientemente jubilado, como principal valedor y siendo patrocinadores del PAN y de los rescoldos que aún quedan de la infame guerra cristera de principios del Siglo XX.

        Ahora, la pretensión de negar la comunión a quienes estamos en pecado mortal (Y según Monseñor, lo estamos el 99% de los cristianos), no busca proteger la eucaristía, ni la dignidad sacramental, ni la presencia de Cristo en la comunión (Todo eso son excusas de mal pagador).

        Lo que busca su eminencia reverendísima es atacar al presidente Biden (Supuestamente católico) que apoyó la ley del aborto y tratar de ponerlo en evidencia ante todo un país, un año antes de las elecciones presidenciales, con una foto en el que un obispo norteamericano le niegue la comunión, haciendo así un servicio enorme a las aspiraciones republicanas a la presidencia, aspiraciones que de cristalizar, no dudemos nadie que concluirán en millones de dólares para los financiadores de monseñor y con toda seguridad, una nueva capa magna y pectoral de oro para Monseñor Burke que, no será Papa (Aunque aspire a ello), pero ya que no va a serlo, ha decidido vivir como Dios.

Esto es lo que defienden los “indietristas” no otra cosa. Y ya va siendo hora de que alguien lo diga.

20 comentarios

  • Antonio Llaguno

    Estimado José María, Supongo que eres consciente de que el búnker sobre el que escribí no es el de la CDF. Ya con la imprescindible defenestración del petulante Muller, bastaron el silencio y discreción de Ladaria para que el aire fresco corriera un poco se fuera disipando el olor a naftalina. Conozco tu aversión a Francisco y ya me hubiera extrañado que cualquiera que fuera el elegido hubiera contado con tu placet; pero resulta que,  al igual que yo mismo cuando afirmarste que no me habrías publicado nada en tu etapa de editor, ninguno de los dos lo necesitamos.  Mira, José María, en mi modesta y desprovista de cualquier mérito académico, opinión, la Iglesia del siglo XXI afronta, después de 40 años de oscuridad, la oportunidad de despojarse de las vestimentas medievales y pegadas al poder (Ya sea fáctico, económico o político) y revestirse de nuevo de la túnica del carpintero. De eliminar las cruces pectorales y las capas magnas ( Y de paso de las mitras y las sotanas) y regresar a las periferias que es donde más necesarios somos los cristianos.  Soy consciente de que el Búnker ( Y estoy seguro de que reconoces la palabra como aquella con la que nos referíamos al tardo franquismo chusquero y cuartelero de finales de los 70. No es casualidad) va a seguir tratando de imponer ese modelo de Iglesia con medios tan poderosos como poco evangélicos y acompañados de paletadas de dólares americanos  (Que es de lo que va el artículo y no del, para mi, bien recibido “Tucho”); pero desde este atrio, que ATRIO incomprensiblemente me concede, seguiré tratando de mostrar los tejemanejes del bunker clerical ultra conservador.  No eran las “truchadas” infovaticarcas (Con tu buen amigo al frente, aunque en su caso serán “cigüeñadas”) las próximas a analizar, pero la actualidad manda y el segundo o tercer capítulo de estas “Crónicas de Búnker” tratarán de las rabietas infantiles que este nombramiento está provocando. Ahí, si quieres, te invito a tratar de convencernos de lo inadecuado del mismo. No encontrarás esa actitud en el blog de la cigüeña, ni el los medios de su falangista amo y señor, pero esto es ATRIO y es Lugar de Encuentro.  Sabes que te respondo con respeto y admiración, aunque sea desde la más firme discrepancia. 

  • José María Valderas

    Querido Antonio Llaguno, no quería entrar en su post porque conocida es mi discrepancia que usted enfatiza a veces atribuyéndome coyundas con las que no me identifico. Pero hoy, el enésimo disparate de Francisco ha adquirido tal proporción que produce terror y vértigo. Me refiero a la sustitución de Ladaria por Tucho Fernández. No es que Ladaria fuera santo de mi devoción. Ineludiblemente lo asocio al peaje que la Iglesia paga a la Gregoriana por ser la Gregoriana, no porque su claustro de profesores sea el que antaño pudo haber sido. Pero, bueno, mal que bien, más mal que bien, el manacorí no hizo mayor daño que su silencio culpable, que a veces no es poco. Entre otras cosas, debió exponer la doctrina de la Iglesia ante el propio Francisco, que hay que ver cómo disparata éste sin tasa y a borbotones. Además, sin freno. Hoy mismo, a propósito de los méritos de Tucho, de los supuestos méritos de Tucho, repite aquella necedad de su rico repertorio de que la realidad está por encima de las ideas, sin venir a cuento ni explicar por qué. Quiere Francisco enmendar la plana a cuantos le antecedieron en el cargo, entre ellos al eminentísimo Ratzinger con el que compararlo es insultar a la inteligencia. Francisco es corto de luces y largo de locuacidad. Abunda en la idea de que, hasta que él llegó, la Doctrina de la Fe era  un dicasterio de persecución en vez de iluminación, como si guardar la fe fuera algo negativo. En realidad, la carta de Francisco ponderando a Tucho no tiene desperdicio. Sus ideas sobre la teología son rupestres con pretensiones. Mezcla churras con merinas con autocitas de unos documentos infumables. Y silencia lo realmente mollar de Tucho, que no es el diálogo con la cultura moderna, de la que es manifiesta su falta de conocimiento, sino su teología del beso, por abusar del término teología. Si me permite, para disertar sobre el besos y sus formas no necesito a Tucho, porque, puestos a hacerlo, lo hace mejor la zarzuela en la Leyenda del beso.

    Despreciar las carencias de Francisco, Antonio Llaguno, no es pertenecer a ningún búnker. Es señalar que son de aurora boreal. Una de la que usted es partidario como la existencia de salvación fuera de la Iglesia, es un dislate teológico porque supone una falta de profundización del misterio de la Iglesia, que no queda restringido a las formalidad cultuales. Podía haber escogido algún teólogo sudamericano, incluso argentino. Los hay. Conocí a Domingo Bassa, que se había formado en Roma y se dedicó muchos años a la bioética, presidiendo la Sociedad Tomista Argentina. Es larga la tradición teológico-biblista argentina, donde no hallará usted al jesuita Bergoglio. Pensadores como Ocatvio Nicolás Derisi y su círculo o los que actualmente están al frente de la Universidad Austral. Hay gente preparada. ¿Por qué ha escogido a un sujeto de solidez teológica mejorable? ¿Por qué dedicarle esas autojustificaciones para encumbrarlo y omitir su auténtico rostro el de la ligereza mental relacionada con el psicoanálisis de un argentino de chiste?

    No sé qué es el bunker. Nunca salí de mi soledad. Me gusta la labor de francotirador. En mi imaginario caló la imagen de aquel soldado norteamericano judío que, en Salvar al Soldado Ryan, atacaba a los tanques nazí a golpe de salmo y… de metralleta. Es muy difícil encontrar a otro hombre tan intelectualmente desvalido y asombrosamente temerario. O irresponsable. 

  • Juan A. Vinagre

    Me uno a ese intento de análisis crítico-profético que presentan A. Llaguno y demás comentaristas. Y me uno porque es bueno y necesario desenmascarar (o reiterar) algo que, cubierto de celosa religión viejo-testamentaria, es esencialmente contra-evangélico.

    1. En la Iglesia-Fraternidad de Jesús se han instalado y consagrado muchos “sábados”… Sábados que someten al hombre-mujer, marginando (cuando no pervirtiendo) la jerarquía de valores evangélicos. Para algunos (muchos?) la letra es más importante que el espíritu del Evangelio. Esos sábados -e interpretaciones- los defienden mentes rígidas, a-críticas, apegadas a la letra. Los defensores rígidos de tales sábados parece que son incapaces de comprender a fondo algunos aspectos esenciales del Evangelio. En ellos prevalece lo viejo tradicional (y los intereses adjuntos). Ideas viejas o intereses que justifican con citas, unas veces viejo-testamentarias, y otras evangélicas, pero tan forzadas que no encajan en el espíritu del mensaje evangélico.  Lo que no es cosa nueva; en la primera Comunidad de Jerusalén no todos entendían bien el Mensaje del reino. Interpretaban ese Mensaje siguiendo la tradición V. T. El V. T. no acababa en Juan, como dijo Jesús, sino que para bastantes acababa en el mismo Jesús. Por eso se discutía tanto en esa comunidad, algunas veces “a voces”, como reconoce Lucas en Hechos. Jesús lo previó cuando habló del campo del reino…Y es que las tradiciones, las interpretaciones literales y el poder… modelan las mentes hasta, en muchos casos, anular el sentido crítico, que tanto demostró tener Jesús de Nazaret. 
    Por eso, ante un tradicionalista acrítico cabe preguntarse: ¿entiende bien el Mensaje evangélico? Como dijo Jesús, ¿no necesita RENACER antes para poder entenderlo?  Por ejemplo, cuando trata de compaginar Dios-dinero-poder ¿entiende el Mensaje del Reino? Cuando se cierra y encierra en sus interpretaciones y doctrinas, sacralizadas, literalmente absolutizadas, ¿entiende bien a Jesús, abierto y flexible, -como demostró con Nicodemo, con la samaritana, en la parábola del “Venid, benditos” etc.?  Ante creyentes así (no o muy poco evangélicos) una Iglesia abierta levanta enemigos… Enemigos que se auto-llaman “evangélicos”…Aunque sean “minoría” (¿?), -con mucho poder, porque se han asociado con el dinero-, esos “evangélicos” o católicos evangélicos ¿son conscientes de que así falsifican el Evangelio, el Mensaje del Reino? ¿Son tan fanáticos y ciegos que ya no perciben lo esencial, y ven a quien intenta volver al Evangelio -aunque se llame Francisco- como un desviado?

    2. Paso a un breve comentario a alguno de esos “dubia” involucionistas del card. Burke (et alii): -¿Esos dubia involucionistas no son sábados doctrinales consagrados…?  -Eucaristía y divorciados: ¿Qué es pecado y qué es lo correcto? ¿No se admite que uno pueda corregir un error y reorientar la vida? ¿No es admisible que una vez corregido ese error pueda acceder a la Eucaristía? ¿Tan rígido conciben a Jesús que quien se casa por error ya no pueda rectificar ese error, a no ser que pase por la Rota (y pague bien!!!) declarando nulo ese matrimonio? ¿La propia conciencia no es suficiente en estos casos? ¿Recuerdan el caso, que ya expuse en otra ocasión, respecto a uno incapaz de eyacular por obstrucción de vasos seminales, y declarar inválido ese matrimonio, y además declararlo incapaz de contraer matrimonio mientras no se corrigiera ese obstáculo? (Este caso, de alguna manera, lo viví de cerca en la Roma de los años sesenta… posconciliares.)  -Quienes sostienen esas doctrinas -y otras como cohonestar Dios y dinero o Dios necesitado de sacrificios expiatorios…- ¿son conscientes de que así deforman gravemente al Dios Padre-Abbá de Jesús? ¿Son conscientes de que así están convirtiendo dinero, poder, sexo etc. en ídolos, sustitutivos de Dios Padre? ¿Posturas así de rígidas no son un escándalo? -Enseñar que “fuera de la Iglesia no hay salvación” es una doctrina antievangélica. (Piénsese en el “Venid, benditos”)  Y pese a todo se ha reiterado en el magisterio. -La Iglesia poder…  ¿Una Iglesia así estructurada, en algunos aspectos importantes, a imagen y semejanza del poder de este mundo, puede ser testimonio evangélico, o más bien un escandaloso contratestimonio?  La Iglesia de Jesús no debe ser poder ni jerarquía sino servicio fraterno… y encuentro en la unidad del amor, de un amor solidario.

    -NOTA: Ejercer una función de encuentro respetuoso en/con la diversidad, y también de servicio crítico, teniendo como referente la esencia del Evangelio y del hombre-mujer-niños-naturaleza…, es, a mi juicio, uno de los mejores servicios de ATRIO. 

  • Santiago

    No importa si se es cardenal, papa, obispo o simple laico. La Palabra de Cristo es eterna. Es una palabra de AMOR que nos invita a seguir Sus huellas que son limpias, honestas, sin doblez, sin mentira, sino sinceras, y llenas de alegría y armonía para TODOS.

    Pero el seguimiento de Cristo lleva a un compromiso que es observar Su Palabra, Sus mandamientos: “Quien permanece en Mi y Yo en El, éste lleva fruto abundante, porque fuera de Mi, nada podéis hacer…Si alguno no permanece en Mi, es arrojado fuera como el sarmiento y se seca; y los recogen y arrojan al fuego, y arden”…,ES porque Cristo es la ÚNICA VERDAD y el ÚNICO AMOR y fuera de El nada es verdad y nada es digno de amor..(Juan 15: 5-6)“Si mis Mandamientos guardareis, permaneceréis en Mi amor, como Yo he guardado los Mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su Amor” (Juan 15:10)

    No podemos- quién quiera que sea- profanar el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ya sea recibiéndolo con indignidad ni tampoco faltando al amor debido a nuestros hermanos que ES el signo de la caridad que recibimos en el sacramento. El Decálogo es el Mandamiento del Amor y no ES UNO SOLO sino que debemos empezar por AMAR a Dios con todo nuestro corazón y después AMAR al prójimo con la misma fuerza y voluntad. Estos 2 amores proceden de una sola fuente que es la caridad de Dios. El es la fuente de la vida y toda referencia ha de dirigirse primero a El. No será duro cumplir detalladamente todo lo demás.

    Un saludo cordial
    Santiago Hernández

    • Antonio Llaguno

      Discrepo contigo en una cosa Santiago.

      A Dios no se le puede profanar, no se le puede ofender, no se le puede condicionar.

      Soy consciente de que ese criterio no es ortodoxo, pero lo creo firmemente. Tod@s somos perdonad@s por Dios y tod@s som@s acogidos por Dios.

      Y en cualquier caso, ¿Qué es lo que se considera digno para acceder a una eucaristía? No estamos hablando de lo que pasará al fin del tiempo de cada uno (Que es de lo que habla el versículo de Juan), estamos hablando de poder acceder a la compañía del que se acompañaba de recaudadores de impuestos, pecadores y publicanos.

      Si Él no se restringió ¿Por que restringirlo los clérigos?

      ¿Con qué autoridad, desautorizan a Cristo?

      Por más que leo y leo el pasaje de la no lapidación de la mujer adúltera, que puedo admitir que fuera pecadora confesa, Cristo no se retrae, no se ausenta por no considerarle digna, ni siquiera la juzga… Solicita un valiente que la juzgue y se juzgue a si mismo de la misma manera y nadie contesta. Y Él, que según la tradición católica es Dios y por lo tanto podría juzgarla, solo es capaz de tener misericordia: “Yo tampoco te condeno. Vete y no peques más”

      ¡¡¡Ni siquiera le pide que manifieste su arrepentimiento!!!

      Imitemos de verdad a Cristo y no juzguemos a los hermanos y hermanas.

       

      • Santiago

        Gracias Antonio Ll por tu comentario…Si podemos profanar el don de Dios..La Eucaristía es el don “por excelencia” donde existe un encuentro con la intimidad misma de Dios al darnos a comer Su Carne y beber Su Sangre en el misterio del Sacramento

        Pero este don es para los que desean permanecer en el bien y evitar el mal..Aumenta la gracia de los que ya estân en amistad con Dios, y hacen el bien. Es por eso que la Iglesia nos exige  una reflexión más profunda antes de acceder a la Eucaristía porque  el no arrepentimiento y la inacción para no salir del mal es señal que no intento unirme al BIEN que es Cristo Eucarístico, sacrosanto sacramento. Por eso TODOS somos llamados pero se autoexcluyen de la comunión los que persisten en el mal que Dios no quiere pues Dios es esencialmente bueno porque ES AMOR.

        Por eso en ese mismo discurso sobre la Eucaristía de Juan 6, el mismo Jesús dirigiéndose a los Doce: ¿Acaso no os he elegido Yo a vosotros? Sin embargo, de vosotros uno es diablo.Hablaba de Judas hijo de Simón Iscariote porque éste era quien le había de entregar, a pesar de ser uno de los Doce” (Juan 6:71-72)
        y en la Última Cena Jesús declaró que “vosotros estáis limpios, aunque NO todos” (Jn 13:11) y consta exegética mente que Judas salió antes de la Institución de la Eucaristía.

        Jesus, pues, nos invita a unirnos con EL en el BIEN eucarístico. Sería ilógico que accediéramos con una conciencia corrupta por el mal. La Eucaristía no es mero símbolo sino una realidad sublime y espiritual.

        Por otro lado, Jesús no solamente habla de la misericordia sino que condena repetidamente el mal: la lujuria, la hipocresia, la usura, el escándalo de los niños, la avaricia, el pecado contra el Espíritu Santo, la impenitencia, la riqueza despiadada etc etc

        Un abrazo

        Santiago Hernández

  • Antonio Llaguno

    Querida Ana,
    Los talibanes involucionistas (Ayer leí que la palabra que acuñó el papa como “indietrismo”, en español se debe traducir como “involucionismo” y yo amo mi idioma) de la Iglesia católica Romana, no son muchos, efectivamente. Pero gritan mucho y están bien financiados.

    Como sabes (Yo ya lo he declarado varias veces), yo no soy un hombre políticamente de izquierdas, sino más bien pragmático y que ve la política desprovista de ideologías. Pero es que esta historia no va de derecha o izquierda eclesial sino de coherencia o no con el Evangelio.

    Se puede ser coherente con el Evangelio abrazando casi cualquier opción política. Pero ese “casi” es muy importante. De la misma manera que un seguidor de Pol Pot o Stalin no pueden llamarse a si mismos seguidores de Cristo; un seguidor de Trump o de todos estas poderosos lobbys norteamericanos tampoco pueden llamárselo.

    Y no por ser de derechas o de izquierdas sino porque esa manera de ver la vida no es coherente con el Amor al prójimo ni con el mensaje evangélico.Es importante pues desenmascarar a estos supuestos “clérigos de campanillas” que representan una Iglesia y una concepción del Evangelio que no se corresponde con el mensaje del Nazareno.

    Y en uno de tus comentarios dices una cosa que quisiera matizar: Tu escribes (Aunque después lo matizas) “¡No, no, en la Iglesia cabemos todos! solía decir hace unos años”

    Y yo contesto. No. No cabemos todos. Y no cabemos todos porque si les dejamos, serán ellos quienes nos echen.

    No hace tanto, visité la parroquia de Nuestra Sra. de Caná un domingo en misa. la llaman la catedral de Pozuelo y Pozuelo de Alarcón es el núcleo urbano con mayor renta per cápita de España. Al llegar y salir de misa estaba la mesa y sombrilla de VOX repartiendo propaganda a los feligreses que salíamos de misa.

    La derecha política más rancia y exclusora, ha decidido que su caldo de cultivo está en la Iglesia Católica, en su parte más conservadora y va a tratar de tomar el poder por ese camino. Organismos como El Yunque ya están en España (Por vía de Hazte Oír y VOX) y los países que tu mencionas donde esa ultra derecha inquisitorial empieza a triunfar, sufren una mezcla de malestar político generalizado y superstición religiosa.

    Corresponde a quienes no somos engañados denunciar esto. Al menos eso sí podemos hacerlo

    • Ana PIERA ORTS

      Estimado Antonio Llaguno,

      Ayer no entendía muy bien la respuesta. Porque yo tenía claro, al escribir mi nota, que la denuncia es necesaria. De hecho, el recorrido que yo hacía desde “el cabemos todos” hasta la “religiosidad sociológica”, esa en que priman los formatos y expresiones culturales y a veces festivos, y es distante del Evangelio, era con la intención de expresar que “si estamos todos, no todos estamos de la misma manera”. Tal vez no lo explique bien.

      Pero esos que se arropan bajo el manto de la institución eclesial y que ostentan tanto poder, no serán fácilmente arrumbados. Por eso la denuncia será siempre necesaria. Eso es lo que iba haciendo Jesús de Nazaret. Denunciar a unos, evidenciar a otros y acompañar y consolar a los más débiles.

       

      Lo extraordinario de las instituciones es que todas, todas, también la Iglesia Católica, tienen un carácter instituido, una permanencia que al tiempo de ser garante de sí mismas, genera seguridad, como si lo instituido fuera irremovible. Pero la esperanza es que toda institución tiene también, siempre, siempre, un carácter instituyente, es decir, se va rehaciendo, reconstruyendo y reconfigurando, a través de sus fisuras, por donde entran los cambios. Es por tanto, la gran esperanza que tenemos en que la comunidad eclesial permanecerá con la renovación que la propia humanidad va gestando.

      Luego, al releer los post, me he dado cuenta que la contestación era en parte para mí y en parte para Ana Rodrigo, porque yo no mencionaba ningún país.

      Pocas mujeres, en este espacio, pero con el mismo nombre. Que dicho sea de paso, en hebreo Ana significa gracia de Dios, como la gran mayoría de esta comunidad ya sabe. Y si poner nombre es asignar función, Rodrigo y yo, no vamos a tener más remedio que cumplir con lo asignado y obrar en consecuencia: ser y vivir como Gracia de Dios.

      Para mi no es ningún problema que me llamen por mi apellido. Siempre que me preguntan cómo me llamo, añado el apellido.

       

      Un saludo afectuoso Antonio Llaguno y lo dicho, esperaré a la segunda crónica que seguro no tiene desperdicio.

       

       

  • ana rodrigo

    Ana Piera, respecto al problema del sistema al no separar los espacios entre párrafos, yo lo que hago es poner tres espacios entre los puntos seguidos en la misma línea.     
    Quería manifestarte mi alegría de que haya una mujer más en atrio pues casi me veía sola junto a M. Luisa. 

    • Antonio Duato

      Veo que, desde la última actualización no está resuelto el tema de cómo el sistema formatea los textos que se escriben en ventana o se copian de word. Estoy esperando que un técnico lo resuelva. ¿Sabéis de alguien que conozca fondo WordPress en concreto, no para hacer una página sino para corregir estos detalles? Hay quien está ya pensando en una nueva página más al día. Pero en varios meses deberemos seguir lo más a gusto posible con ésta.

      Yo, desde el escritorio, voy corrigiendo uno a uno los comentarios, leyéndolos así todos más despacio. Y si algo se me escapa decídmelo por mail. No molestáis y procuraré atender a todos.

      ¡Un abrazo y Gracias a todos!

      • Antonio Duato

        Por cierto, el anterior commentario ha salido exactamente igual que lo he escrito directamente en la ventana…

    • Ana PIERA ORTS

      Gracias, Ana Rodrigo por la acogida. Ya que entro a esta pantalla para agradecértelo, aprovecho y comparto una detalle. Yo era amiga de Asun Poudereaux. La hecho mucho de menos. Y un día decidí sumarme a esta comunidad de ATRIO, básicamente por guardar su memoria.

      Con el paso del tiempo, he llegado a percibir que, en cierta medida, algunas de las personas de esta comunidad de reflexión me abren puertas. Lo agradezco mucho aun a pesar de que, en algunas ocasiones, la altura de algunos debates me hacen retraerme un poco.

      Un saludo afectuoso

      • Rodrigo Olvera

        Querida Ana

        Gracias por nombrar y mantener la memoria de Asun. Yo también la extraño mucho. Sólo pude encontrarme con ella en persona una vez. Había yo viajado a España; cuando viajé de Bilbao a Valencia, ella y su esposo fueron a recibirme. Asun había estado enferma (no me dijo de qué; sospecho ahora con el paso del tiempo) y aún así brillaba con su enorme sonrisa. Fue un encuentro muy breve (el trayecto duraría unos 20 minutos), que dejó una memoria perdurable.

        Mencionas que te uniste a esta comunidad ATRIO por guardar la memoria de Asun. GRACIAS!!!! Gracias por tu cariño a Asun, y gracias por aportarnos tu mirada y corazón a esta comunidad. ¿Te comparto algo? A lo largo de los años, en varias ocasiones he pensado dejar de participar en ATRIO. Siempre ha habido dos razones para mantenerme: a) el cariño y admiración por Antonio Duato; y b) que Gabriel Sánchez – diácono casado uruguayo y hermano del alma – siempre me repitió hasta el día anterior a fallecer: “hermanito, no dejes ATRIO, necesitan escuchar nuestra voz latinoamericana”. Con los años cada vez dudo más de la necesidad de que escuchen mi voz aquí, pero seguiré honrando la petición de Gaby.

        Lo he escrito antes, y tu comentario me lo recuerda y lo digo una vez más. En la Iglesia Ortodoxa, en vez de nuestra frase “Descanse en paz” para referirse a quienes han fallecido se usa la expresión “Que su memoria sea eterna”. Esta frase expresa dos deseos: que siempre haya entre la comuidad viva alguien que recuerde y rece por quienes fallecieron; pero, lo que más me conmueve, el deseo de que Dios recuerde con amor a la persona fallecida y le acoja en su corazón misericordioso. Es desear, desde la comunidad viva, aquella oración “acuérdate de mí con amor”.  Tu comentario me hace volver a escribir en ATRIO mi deseo de cada día, de que la memoria de Asun sea eterna. ¿Sabes? Cuando preparábamos el texto de presentación de la nueva etapa de ATRIO, yo  pedí que se nombrara expresamente a nuestra querida Asun en la lista de quienes han fallecido en nuestra comunidad atriera, lo que se aceptó de muy buena gana. Como ocurre con frecuencia al trabajar diversas versiones de un mismo texto al final me dou cuenta que el texto publicado – sin que haya sido intencional – omite su nombre. Valga lo que he resonado de leer tu cariño a Asun para mencionarla aquí.

        Abrazos y esperanzas

  • ana rodrigo

    Cierto, Llaguno, los ultras son pocos ¿? cuantitativamente en la Iglesia, pero no desdeñables, puesto que producen tanto miedo a una nueva secesión de las muchas que ha habido en la historia de la Iglesia, que, por un lado producen inmovilismo en vez de evolución y, por otro lado, dan una imagen pública que aleja a la sociedad actual de la Iglesia cada vez más, incluso, muchos colectivos marginados la odian.         
    Me refiero al hecho de la ultraderecha política asociada a la ultra-Iglesia católica. Es significativo que aquella haya llegado al poder en los países más católicos de Europa, como son Polonia, Hungría, Italia y avanzando a pasos agigantados en España y Francia.       

    Lo que ayuda a que la Iglesia vaya quedando al albedrío del poder político, con las consecuencias obvias, mezclando la legislación civil con la moral católica, sin importar la falta de respeto a los derechos humanos.     

    También llama la atención cuándo los obispos han ido a la calle defendiendo unos principios, sus principios morales, y no abren la boca para condenar la invitación al odio de VOX, por ejemplo. Estamos viendo todos los días la violencia contra el colectivo EGTBI, o la violencia contra las mujeres, la xenofobia,  mientras los representantes de la Iglesia, calladitos          

    • ana rodrigo

      Errata, LGTBI.

      Añado. Tengo bastantes amigos gais, uno es de CCP, otro sigue siendo católico, otros no quieren saber nada de  la iglesia, y uno odia a la Iglesia.

    • Antonio Llaguno

      Ana,

      no habrá secesión. No habrá cisma.

      No pueden “cismarse”. Lo único que pueden hacer es echarnos y que nos vayamos nosotros, porque ellos son firmes defensores del “extra ecclesiam nulla salus” (Fuera de la Iglesia no hay salvación) y no pueden abandonar la Iglesia que es quien les garantiza “Estar en la verdad”.

      Fuera de la Iglesia, tendrían que argumentar sus posiciones doctrinales, y tu sabes como yo, que no tienen justificación ninguna y que están basando muchas de sus rocambolescas afirmaciones, en concepciones del mundo medievales.

      El más moderno de sus filósofos favoritos (Tomás de Aquino) es del siglo XIII y conocía el mundo y el universo peor que mi sobrino de 14 años (Que sabe lo que es un átomo, sabe que hubo un Big Bang y no cree en Adán y Eva y por lo tanto hay que buscar un retruécano para que se crea lo del pecado original). Y ahí siguen, escolástica “p’arriba”, escolástica “p’abajo”.

      Nosotros sabemos que fuera de la Iglesia hay salvación y por eso me preocupa la posibilidad que decidamos abandonarla. Ese cisma sí es posible. Cuantos cristianos de bien, hastiados con la represión de una doctrina intelectualmente inviable han decidido “ir por libre”.

      Mientras eso siga ocurriendo (Y ocurre mucho) ellos tendrán la sartén por el mango. Somos nosotros los que la abandonamos y siempre según sus criterios renunciamos a la salvación.

      El problema lo tendrán el día en que se sientan como decía Pere Casldáliga en su poema:

      Si en medio de la Iglesiate sientes hoy, hermano,como un leproso antiguo,¡no atropelles el tránsitoni dejes el Camino!
      y vean que esta Iglesia no es la suya, no es la que predican y tengan que decidir si se quedan o se van.

      Tendrán un dilema que no tengo yo ni tu, seguramente, tampoco. Si se quedan deberán lidiar con una Iglesia que no quieren y si se van… si se van es peor, ya sabes “No hay salvación”

      Por eso tienen como icono a Atanasio de Alejandría, aquel padre de la Iglesia que no conforme con que un concilio hubiera aceptado (+ o -) el arrianismo, no cejó de luchar y medrar hasta que otro concilio lo condenó.

      Se sienten Atanasios (Uno de los obispos mas mediáticos cambió su nombre, antes Anton, por el de Atanasius. Se ve que ni el patrono de los animales ni el pobrecito de Padua le ponían a monseñor) y quieren hacer como el antiguo, una Iglesia a su imagen y semejanza.

      Por eso pienso que la actitud es resistir la tentación de abandonar una Iglesia que no nos convence. Gritar bien alto lo que pensamos que la Iglesia debe reformar y no dejarnos avasallar por su supuesta autoridad.

      Ellos no se irán Ana. Pero nosotros tampoco. Y será el mundo, la gente, juez inexorable quien tome partido. El tiempo corre de nuestro lado. Cada día que pasa ellos siguen en una Iglesia que les gusta cada día menos. Si nos vamos, se la regalamos entera e independientemente de que Cristo la fundara o no, es la única que tenemos.

    • ELOY

      Muy interesante ana rodrigo tus observaciones. Hay realidades ante las que no podemos callar. y no se trata de que sean unos o pocos sino la peligrosidad de las ideas que difunden y el poder soterrado que manejan en muchos medios de comunicación y políticos.

      Por cierto también me extraña mucho esa costumbre de adjetivar a algunas personas como “ultracatolicos”.

      Si son “catolicos” , es decir universales no pueden ser “ultras” , es, a mi entender, contradictorio.

      La expresión correcta sería decir que son personas “ultraradicales” que se presentan como “catolicos” al menos en apariencia externa. Pero que muchas veces resultan ser totalmente extraños al espíritu evangélico.

      Recientemente con motivo de la constitución de algunos parlamentos regionales se ha utilizado el término “ultracatólico” para designar a algunos de los elegidos o candidatos a la elección para algunos puestos.

      Sobre esto escribió Fernando Sabater, partidario de los “ultras buenos”, según parece querer decir, en una columna, de  la que adjunto enlace,   en la última página del diario EL PAIS, del 24 de junio pasado.                                                                               ENLACE:     https://elpais.com/opinion/2023-06-24/ultras.html

      • ana rodrigo

        “La expresión correcta sería decir que son personas “ultraradicales” que se presentan como “catolicos” al menos en apariencia externa. Pero que muchas veces resultan ser totalmente extraños al espíritu evangélico.” Exacto, Eloy, de acuerdo contigo, gracias por explicarlo mejor que yo.   

        Lo que ocurre es que la gente lo asocia con la Institución-Iglesia tan ultra conservadora en tantos otros temas, cuidando más, como dice Castillo, la religión que el evangelio. 

        Un abrazo

  • Ana PIERA ORTS

    La primera de estas Crónicas del bunker de Antonio Llaguno, me ha despertado ese cierto malestar que me acompaña siempre que, ante mí misma y públicamente, me califico como cristiana. Un calificativo que no tendría que suponer nada más que aquello que afecta a mi vida personal. Pero, ciertamente, somos seres sociales y en cuanto abandono mi pequeña comunidad de amigos, vecinos y conocidos, y me instalo en el mundo de la vida más amplia, mi condición de cristiana empieza a necesitar de justificaciones porque se me supone que, en alguna medida, pudiera participar de tanta injusticia, manipulación, uso indebido de bienes comunes que, en lugar de ser destinados a cubrir necesidades de los más vulnerables, se utilizan para abonar ideologías del destierro de aquellos que aspiran a construir un mundo mejor. 

    ¡No, no, en la Iglesia cabemos todos! solía decir hace unos años, cuando era invitada a participar en algo que me pareciera un horror y de dónde huía. Con el paso del tiempo, he ido sustituyendo esa expresión del “cabemos todos” por aquella de una realidad que se expresa como una “religiosidad sociológica” más que como una experiencia comunitaria de fe. Y en los últimos tiempos ya ni esa expresión me sirve, salvo para describir pequeñas manifestaciones populares de fe, más próximas a las conmemoraciones de alguna tradición patronal que perdió su sentido hace tiempo, para ser sustituidas por celebraciones que culminan en varios días con verbenas ambientadas por alguna factoría de shows, que montan esos disco-móviles ensordecedores. Las lecturas del Evangelio de estos días me van llevando por reflexiones, aparentemente inconexas, pero todas ellas me dirigen hacia la revisión de mi conciencia. Si leía “no juzguéis y no seréis juzgados” (Mt 7,1) y me obligaba a mirar la viga en mi ojo, antes de anunciarle a mi vecino que tenía una viruta en el suyo, luego me recuperaba del “susto” de reconocerme juzgando, con la expresión “por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 16).

    El texto recorrido de esta primera serie de Crónicas del bunker, aun siendo consciente de esta realidad, no deja de removerme mucho y cuestionarme qué puedo hacer yo ante estos hechos. Pues bien, primero, compartir con las personas de mi entorno esta publicación, porque en breve espacio expone con claridad hechos denunciables. Y después recordar la frase que escuchamos este domingo pasado: “No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto que no llegue a descubrirse; ni nada escondido que no llegue a saberse” (Mt 10, 26). Ésta última frase se hará realidad con el esfuerzo y el trabajo de personas como Llaguno. 

    Muchas gracias Antonio Llaguno. Un despertar un poco pesaroso para mí, pero que me invita a moverme. Seguiré atenta a la espera de las siguientes Crónicas.

    • Ana PIERA ORTS

      Ayer creí que dejando doble espacio, el sistema respetaría el especio interpárrafo. Veo que no ha sido así.

      De esta manera el texto es más pesado de leer.