Aquí en Atrio nos hemos admirado ya del tipo de Arzobispos que el papa Francisco está nombrando para grandes diócesis como Buenos Aires o Santiago de Compostela. Pero la más significativa hasta ahora es la de José Cobo para Madrid. Parecía increible. Pero así es Francisco y que pueda ir completando pasos y etapas de su ministerio. Al menos de esta nueva temida anestesia total parece que ha salido vivo. Entretanto acojamos ya con esperanza el ver en el trono de Rouco a un cristiano como José Cobo que se presenta así en un medio laico y tachado de anticatólico como es la SER. AD.
Solo una primera impresión del nuevo arzobispo de Madrid, José Cobo, hermano y primer servidor, que bienvenido sea. Hermano servidor, ejemplar y sencillo, abierto a todos -comenzando por los más necesitados-, que recuerda a otro andaluz, obispo de Las Palmas de Gran Canaria y luego de Córdoba, Infantes Florido. Con la imagen que da -y la edad que tiene- se puede esperar una orientación nueva en el ejercicio pastoral, más fundado en el Evangelio, lejos de concordancias políticas que compaginan Dios y poder-intereses “sagrados”. No espero de él que sea un obispo perfecto. Como humano que es, deberíamos comprender sus posibles limitaciones e incoherencias. Solo le pido (y rezo) que en lo esencial sea fiel al Evangelio, al Evangelio marginado durante siglos en varios aspectos importantes.
Para ello le deseo fortaleza y gracia (y habilidad), porque si preside una Iglesia abierta y acogedora…, surgirán enemigos, que le acusarán (por lo menos) de infiel a la tradición… y a la doctrina…, (¡no tanto al Evangelio!) Una Iglesia abierta y acogedora tiene muchos enemigos, incluso de buena fe (mal informada.) (Por favor, que nadie concreto se sienta aludido con lo que digo. Esta reflexión me la inspira la historia secular de la Iglesia…) El Evangelio tiene enemigos, como los tuvo Jesús de Nazaret.
Refleja el talante y la historia de un sacerdote entregado, de un obispo sencillo y llano, de una persona formada. Una suerte para Madrid. Muy directo, si bien podría haberse mostrado más resuelto en la única cuestión espinosa, la del matrimonio homosexual. Parecía timorato en la la exposición de la doctrina, refugiándose en dos muletillas que no dejaba de repetir, “tradición y matrimonio”. De un obispo cabe esperar algo más, más convincente. El matrimonio no es sólo un sacramento, sino que es un contrato social sobre una base biológica. No quería pisar callos, en concordancia con la falta de pulso doctrinal que hoy cursa en la cúspide de la Iglesia. Supongo que irá acostumbrándose a los interlocutores y le irán comentando el alcance de sus respuestas. Pero, el tiempo lo dirá. Dios le bendiga y le ayude. Sin duda, un acierto para Madrid, aunque uno no está ducho en obispos.
Yo solo se que los ultra conservadores infovaticarcas e infocarcólicos le han acogido con mucho recelo y mal gesto y eso solo puede ser bueno.
Buen curriculum…Miro su aspecto humano vivido desde la fe y, ¡qué diferencia si se mira desde su cargo de obispo! El clericalismo tan indeseable en sí mismo, en ocasiones, socialmente oculta a grandes personas. En una sociedad donde no hay tiempo para escuchar especialmente a quien sufre, esta misma sociedad tendría que valorar a personas tan generosas y solidarias a partir de su opción cristiana de la vida sin el prejuicio de que sea obispo. La iglesia va super lenta en sus procesos de actualización, y es satisfactorio ver que la fe se humaniza al estilo de Jesús.