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El papa Francisco, los jóvenes y lo de Évole

En Atrio llevamos preguntándonos si los cambios de Francisco eran solo “gestitos”. Yo creo que el haber aceptado la entrevista a jóvenes propuesta por Évole y haber aprobado el resultado final de Amen sin proponer ningún cambio, es un volantazo radical en la manera de acercarse un papa a los jóvenes y a los medios. Lo testifica así Llaguno que analiza luces y sombras de ese documental. AD.

El  otro día pude ver en Netflix el reportaje/entrevista que ha producido Jordi Évole entre el Papa Francisco y un grupo de jóvenes de habla española y tengo que reconocer que me llamó poderosamente la atención.

Tanto que el otro día, charlando con Antonio Duato, le pedí permiso para escribir y publicar mis impresiones sobre el programa.

Parto de la base de que cuando yo era joven de edad y no solo de espíritu, participé en 2 jornadas de jóvenes encerrados con el Papa, uno en Turín y otro en el Monte del Gozo, en aquel caso Juan Pablo II, y lo cierto es que no tuvieron nada que ver con este dcumental.

Juan Pablo, en mi experiencia, se reunió con 700 jóvenes de golpe aglomerados bajo una carpa, al sol del ferragosto de Turín (El encuentro del Monte del Gozo fue aún más masivo y más “controlado”) y cada pregunta tenía que pasar 3 filtros ensotanados (El último de ellos con el color malva de un monseñor muy serio con gafas de pasta) antes de llegar a Juan Pablo. No creo que os extrañe mucho si afirmo que Juan Pablo no tuvo que contestar ninguna pregunta comprometida… y no será porque no las hiciéramos.

Sin embargo, no se si por expreso deseo del Papa, o por decidida intención de Évole, en este reportaje nos encontramos con 8 muchach@s, originarios de diferentes países, todos hablando español aunque no todos de lengua española nativa y que hablan en libertad. ¡Enhorabuena al guionista! (Y al entrevistado que aceptó el sistema).

En vez de estar en un encuentro controlado con los filtros necesarios para que el Papa no se enfrentara a preguntas incómodas (Esperables en una conversación con jóvenes) nos encontramos con que la conversación, pues fue una conversación más que una entrevista, es distendida abierta ¡¡¡Y LIBRE!!!

Nadie le dice a los jóvenes lo que deben decir y cada uno le presenta al papa sus propios problemas fruto de su experiencia.

Y resulta que no son jóvenes estándar. Nos encontramos con dos emigrantes, una india y otro africano, una muchacha trans, otra lesbiana (Y con algún problema más al ser también ex monja), un muchacho víctima de malos tratos clericales, otra feminista comprometida y comprometida también como catequista católica y acompañante de mujeres que han decidido abortar, otro chico ateo (Y que tampoco dijo demasiadas cosas) y una muchacha que pertenece al camino catecumenal y que podría decirse que es la cristiana más tradicional de todos.

Évole, con fino olfato, ha elegido jóvenes con cosas que decir y con cosas, además, incómodas para Francisco. Y Francisco, que supongo que era conocedor de antemano de lo que iba a afrontar, acepta. No busca un encuentro cómodo con jóvenes sino que asume que va a enfrentar, no sólo jóvenes sino también asuntos delicados.

No es mi intención comentar las respuestas que Francisco les da. No se puede esperar del Papa respuestas revolucionarias. El Papa es el papa de toda la Iglesia, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, tradis y progres, y debe hacer que todos se sientan acogidos y además no es lo mismo hablar de los maltratos por parte de eclesiásticos que del aborto o de la sexualidad.

Es cierto que alguna respuesta del papa fue decepcionante, en especial cuando enfrenta el papel de la mujer en la Iglesia. Francisco vuelve al argumento de que el papel de la mujer en la Iglesia es maternal y a su postura sobre el “Principio Petrino” y el “Principio Mariano”, negándole el acceso al ministerio del sacerdocio.

No es nada nuevo que esta es la postura oficial de Francisco y cada vez que la pone de manifiesto, en mi opinión, queda bastante mal, porque pienso que es un argumento insostenible; pero yo me pregunto si es posible, para él, tener otra posición sin dividir la Iglesia.

Quiero decir que es este el problema que ha hecho que, con jolgorio y alharacas por parte de la parte más conservadora de los católicos, muchos clérigos e incluso obispos anglicanos abracen con fervor el catolicismo.

Pero si dejamos aparte ese asunto (Que ya se que es muy importante, pero hay que analizar el resto) el coraje con que afronta las preguntas de los jóvenes, hechas “sin anestesia” además, es muy determinante.

El grupo de jóvenes le plantea cuestiones como la inmigración (La muchacha indú. Ahí si que se muestra cómodo Francisco contestando al igual que sobre el racismo), la diversidad religiosa (A preguntas del joven musulmán), el ateísmo e indiferencia religiosa (Por parte del muchacho ateo), los abusos sexuales por parte de los clérigos (Por el muchacho víctima de abusos sexuales), la condición de la mujer en la Iglesia y el aborto (por parte de la muchacha feminista y catequista), el abuso de poder y clerical en la Iglesia (Por parte de la muchacha que dejó de ser religiosa que no se atreve a decirle al Papa que es lesbiana pero que sí se ve en una fotograma; ya se encarga  Évole de que así sea, que su pareja es otra mujer), la disforia de género (Por un/una muchach@ que se define no binaria y que es claramente trans), la pornografía y la masturbación (Por parte de una muchacha peruana que afirma trabajar en una web pornográfica haciendo webcam para adultos) y finalmente y en un momento ciertamente revelador, para mi, cuando entra en la discusión la joven del Camino Catecumenal y que, independientemente de lo que dice lo importante es cómo lo dice, puesto que refleja una incomodidad evidente y un sentimiento de “quedarse fuera” del grupo de jóvenes de su generación, entre los que evidentemente no se siente representada.

Francisco aborda todos los temas. Responde abiertamente a todos ellos y puede o no gustarnos alguna de las respuestas y seguro que no todos tendremos el mismo criterio si las analizamos una a una (Yo os animo a ver el reportaje porque está muy bien hecho y deja muy claro qué es lo que piensa el Papa al respecto de cada tema) pero lo importante, en mi opinión, es:

  • En primer lugar el coraje del Papa en enfrentar los problemas que le plantean los jóvenes sin tapujos, sin anestesia, sin componendas, sin filtros previos.
  • En segundo lugar las respuestas son claras, sencillas de entender, sin una compleja argumentación teológica detrás que complique su comprensión, y aleje a los jóvenes de la respuesta
  • Y son, por lo tanto, cercanas, con simpatía y con claras muestras de cariño a esos jóvenes, centrándose en sus emociones y sentimientos, mucho más que en sus reflexiones.
  • Francisco, además, afronta cada tema sin tapujos. Si es importante para el joven, es importante para él. Estoy seguro de que tiene centenares de cosas en las que pensar y que a muchos cristianos les parecerán más importantes que el problema de un chico abusado o una muchacha trans, pero como son importantes para ese y esa joven en concreto, pasan a ser lo más importante para él en ese momento.

 

Puede gustarnos o no sus respuestas. Puede ser teológicamente ortodoxa o no. Puede ser la que esperamos o no. Pero de lo que no cabe duda es que el joven que hace la pregunta se ha sentido en ese momento tratado con cariño y como si fuera, en ese momento, la única persona que importa al Papa.

Y yo que he vivido una experiencia remotamente parecida con otro Papa, echaba de menos eso.

Además quienes tenemos la experiencia de ser catequistas de jóvenes, y la mía es de más de 20 años, sabemos que los jóvenes son así: directos, sin cortapisas ni ataduras, preguntan lo que sienten y lo que les preocupa y en ese momento; eso que les preocupa es lo más importante del mundo y puede parecer una inmadurez o una irrelevancia hacerle al papa una pregunta sobre la masturbación (Como ocurre en el vídeo), pero si no les atiendes con el mismo interés de ellos lo que pasa en el reportaje te puede sobrepasar, como cuando otro joven contesta a quien pregunto: “¿Pero no lo hace todo el mundo?”

Hay que ser también empáticos con la joven catecumenal, hija de familia kika comprometida, llena de hijos (La familia, no la muchacha) y de compromiso catoliquísimo, que de pronto se siente como un bicho raro entre su propia gente, entre jóvenes como ella y Francisco la acoge… sin recriminar a los demás, sin ponerla de ejemplo, como haría el Padre Misericordioso cuando el hermano mayor le recrimina sobre el Hijo Pródigo.

Eso pasa constantemente entre los jóvenes y el Papa reacciona bien, atendiendo a todos y haciéndoles sentirse queridos por igual.

Y les anima a centrarse en las periferias, en el prójimo, en quienes les necesitan, porque solo amando al prójimo podemos, realmente, amar a Dios.

Mi querido D. Bosco (Que de jóvenes sabía un rato), cuando se le preguntó por el éxito de su oratorio, repleto de jóvenes necesitados, que en cualquier otro ambiente serían “carne de cañón”, contestó: “No basta amarles, es preciso que sepan que les quieres” y no se si por su pasado de “niño de D. Bosco” o porque lo ha aprendido después Francisco en su devenir vital, parece que Francisco eso lo sabe y lo transmite.

Después de los casi 40 años de rigidez, de mucha dogmática, de mano de hierro y de doctrina, doctrina y doctrina vividos con Juan Pablo y Benedicto, esa actitud en Francisco se agradece y los jóvenes lo entienden al menos.

No los juzga, los acompaña y los aconseja, pero les deja escoger el camino… exactamente igual que hace Dios, y por eso este Papa y gracias a (O a pesar de, ¿Quién sabe?) Jordi Évole

Se ha ganado con este reportaje un trocito de mi corazón.

9 comentarios

  • Antonio Llaguno

    ¿Y no te has parado a pensar, José María, que esa falta de control, ese deseo de afrontar la a realidad sin tapujos, es lo que busca el Papa, precisamente porque piensa (Y si es así yo lo comparto) que es lo que necesita la Iglesia? (Y porque es eso lo que viven esos jóvenes)

    Que el mismo Cristo, afirmó que no estaba aquí para los justos sino para los pecadores y que nuestra tarea, como cristianos, es llevar la luz de Cristo, precisamente a quienes mas lo necesitan.

    Que un Papa que nos anima a “hacer lío” es normal que utilice con sabiduría a “un follonero”.

    Al ver ese vídeo, me sentí muy cerca, espiritualmente de la muchacha argentina feminista (Y yo no soy feminista) que dedica su tiempo (Es decir todo lo que tiene y todo lo que es) a acompañar a mujeres que han abortado. No las juzga. No las condena. No las excluye. ¡¡¡Solamente empatiza con su dolor y las acompaña!!!

    Esa es la actitud de Cristo ante la mujer adúltera en los Evangelios.

    Y es para eso para lo que estamos aquí. Al menos es para lo que siento que estoy yo. No pretendo extender esa tarea a nadie más que a mi

    Mira, el domingo de Ramos, cuando la petición de mi mujer y la curiosidad morbosa (Lo admito) me llevo a oír misa en la parroquia de tu amigo, llegué a una conclusión muy personal, no transferible a nadie más que a mi: No es mi sitio.

    Después de más de 20 años acompañando jóvenes en su camino de fe, ese no es mi sitio.

    Los jóvenes y “jóvenas” que vi allí no me necesitan. Tienen familias estructuradas, padres que les quieren y les educan de forma responsable, que les aportan determinadas certezas que aunque probablemente yo no comparta, no les hacen daño, les ayudan a vivir.

    Hay mucha gente que acompaña y ayuda a esos jóvenes.

    Pero aquellos, como los de la entrevista de Évole, que viven la exclusión, el prejuicio, la pobreza, la diferencia, el dolor, la indiferencia, y además lo viven dentro de la duda, la falta de certezas, la inseguridad y la incertidumbre, necesitan personas que sepan vivir ahí.

    No necesitan quien les de certezas o recto y sano dogma. Esos están bien para ti y gente como tú. Es lo que necesitáis y me alegro de que lo tengáis.

    Ellos necesitan gente como Francisco. Que les escuché, que les acompañe, que no les juzgue, que les haga sentirse importantes, que les recuerde que son Hijos de Dios, y que les acompañe en su camino hacia Él, que es el camino que todos hemos de recorrer.

    Y creo firmemente, que Dios,que es mucho más listo que yo y mucho más listo que Francisco, cuando los acoja y reciba, tendrá en cuenta las circunstancias y vicisitudes que les llevaron a tomar esas decisiones y lo tendrá en cuenta con mucho más amor y misericordia que la que tú, Francisco y yo juntos podremos tener hacia ellos.

    Cuando era joven, como los que aparecen en el vídeo, junto a mi amada madre, aparecieron en mi vida personas buenas, que no me juzgaron y que me mostraron con su ejemplo y con su vida que a Dios solo es posible amarlo amando a sus hij@s y además a l@s que Él pone delante de muestra mirada. Nuestro prójimo. Que cuando los miramos estamos viendo a Dios y que como Él optó por hacernos libres, solo puede actuar en nuestra vida a través de personas que libremente optan por amarnos, ayudarnos y acompañarnos.

    Yo tuve mucha suerte. Dios me regaló muchos “talentos” en forma de gente que me amó y me ama mucho y yo, que soy muy cumplidor, tengo que hacerlos rentables de la misma manera que me llegaron a mi. Por amor.

    Por eso la inconsistencia doctrinal me importa tan poco y por eso me siento bien con Francisco

    Porque la doctrina es teoría y el amor praxis. Porque estoy convencido de que el amor no existe. Sólo existen las pruebas de amor y Francisco en el vídeo de  Évole, lo único que hizo es amar en la práctica a esos jóvenes, y a mi (Si a otros no lo hizo es problema de los otros no mío. Deberán encontrar su propia ruta) me mostró mi camino.

    Dudo que si consigo ser con mi vida coherente con ese pensamiento, Dios, si es que existe, me condene. Pero es que si a pesar de eso Dios me condenase… lo mismo soy yo quien no está interesado en la compañía y la “salvación” de ese Dios.

    En fin José María, has conseguido que me ponga tierno (Ñoño diría mi sobrina Ainhoa) y soy consciente de que prefieres “teologías” más consistentes y sólidas pero yo no las tengo. Esas se las dejo a Tomás de Aquino y Joseph Ratzinger. Seguro que te sientes mucho más cómodo y afianzado con ellos. Disfrútalos. Yo no lo consigo

    Con afecto

     

    • José María Valderas

      He leído tu respuesta, Antonio, como si fuera la homilía, tal es el fervor que derrochas y la convicción con que lo expresas. Créetelo. Pero una cosa no quita la otra. Por una vez y sin que sirva de precedente, te citaré un pasaje de la Evangelii Gaudium de Francisco: “no digamos que somos discípulos y misioneros, sino que somos discípulos misioneros”. La empatía, el no juzgar y menos reconvenir, el hacerse uno con el otro, no significa abdicar de tu fe, del contenido de tu fe y de tu moral. Desde mi primera intervención en Atrio he puesto de relieve la vertiente altruista del Papa, su defensa del menesteroso y del inmigrante, su empatía con los expulsados, o, como él dice, con los descartados. Pero mi distanciamiento es en la doctrina, sea relativa a Dios y su misterio (dogma, sacramentos), sea en la moral (moral objetiva, conciencia recta, etcétera). Cristo fue amigo de la adúltera, recriminó a los demás su hipocresía, pero le indicó el camino de la rectitud moral.

       

    • ana rodrigo

      Buen comentario, Llaguno, me ha gustado. Solamente te digo una cosa, si el feminismo es reivindicación de igualdad entre hombres y mujeres como seres humanos que somos, yo no creo que tu no seas feminista, tu nivel de inteligencia te lo impediría.

      • Antonio Llaguno

        Ya te dije una vez, Ana, que si el feminismo es eso que tú dices, soy feminista. Pero soy feminista igual que debe serlo, en ese caso, cualquier hombre, mujer y cualquier otra condición intermedia que tenga sentido común y entendimiento dentro de la media.

        El problema viene cuando se enfrentan personas que no defienden lo que tú y empiezan a decir estupideces, en algunos casos con carácter institucional.

        Recuerdo una entrevista de Paco Umbral con la Milá, en televisión, que a preguntas de la periodista el polemista y escritor (Y uno de los ingenios más importantes que dio el siglo XX español, a mi juicio), comenzó su “plática diciendo”: “En primer lugar, déjeme usted, pedir encarecidamente perdón por no ser homosexual”

        A veces me pasa a mi lo mismo y parece que tenga que pedir perdón por haber nacido varón.

        Ya se que tu no eres así, pero últimamente pasa a menudo.

        • ana rodrigo

          Llaguno, entre lo correcto, lo razonable, lo lógico, lo bueno, lo justo, y la estupidez (que haberla hayla en todas las partes), siempre debemos saber elegir. Lo que hay que defender son las causas justas, y la estupidez para l@s estúpid@s, allá cada cual con sus opciones.

  • José María Valderas

    Antonio, tampoco yo soy periodista, aunque me haya dedicado profesionalmente a la divulgación de la ciencia y dado clases en la universidad sobre el tema. No creo que sea yo el destinatario de tus consejos sobre la libertad de expresión del periodista. Mis títulos académicos superiores van por otro lado, de letras y ciencias, que no vienen al caso.

    Empezaba las clases entregando a los alumnos, de máster, los periódicos para que comentaran las noticias científicas que aparecían: la exactitud, el sesgo, el enfoque, el alcance de la noticia.

    Cuando coges un periódico, sea Le Monde en mi juventud, o el New York Times, ya en la madurez, has de leerlo con criterio, lo mismo un editorial que una página de información o una página de cultura.

    Existe un periodismo militante, el que llaman telebasura, por ejemplo, que, al parecer van a cerrar ahora, o de partido, del sanchismo El País, de la derecha ABC, por simplificar.

    Hasta ahí, espero, los dos de acuerdo.

    Si un periodista es obsesivamente anticristiano, cuyos reportajes van a ir desenfocados y faltos de formación, pero obsesivamente militantes, tus opiniones van a quedar filtradas por los intereses espúreos del periodista. Si dejas al periodista que prepare la “performance” le entregas, subordinas, los intereses de la verdad a un prejuicio, a una intención malsana. Por eso citaba yo el caso de Maruja Torres para introducir la atmósfera en que se mueve el periodista y sus intenciones. Las mismas que los de telebasura. Sólo los imprudentes (había puesto necios) entran en terreno voluntariamente desconocido.

    ¿No lo sabían los asesores del Papa? ¿No lo había detectado el Papa en su anterior entrevista con el periodista?  Los disparates dogmáticos atribuidos a Francisco por el director de La Reppublica en sus entrevistas con el Pontífice son equiparables a los de la reunión de los jóvenes.

    Sigo sorbiendo mi pena, mi dolor. Y, aunque no lo parezca, soy un lobo estepario. No socializo para mi pesar, es decir, que las coyundas que me atribuyas son ensoñaciones tuyas. Si quieres ser libre, decía Goethe, has de estar solo. Algún cura me fulminó con una frase de la Vulgata: “Vae soli!”, ay de los que caminan solos.

    Como habrás observado, me saca de mis casillas el desmadre doctrinal, la contumacia en el error y la arrogancia del ignorante.

    Y repito lo que he escrito en alguna ocasión, mi respeto por tu entrega a los demás, que envidio. Dios te bendiga.

     

     

  • Antonio Llaguno

    Josë María

    Yo no soy periodista. Soy, como sabes, ingeniero. Con casi 35 años de profesión. Y con algunas obras de mérito que aún no se han caído (Tocó madera).

    En mis casi 35 años de profesional, tengo algunas cosas muy claras, y una de ellas es que CUALQUIER compañero, subordinado, colaborador y/o proveedor puede hacer un gran trabajo.

    Independientemente de que sea guapo, feo, hombre, mujer, fluido, trans, no binario, amante de los animales, taurino o incluso aunque vote a Falange Española Mega Auténtica (Sección renovada) o le apoden “el follonero”.

    Honestamente. Lo que signifique Évole y la dueña de Garbo me da igual. Évole hizo in gran trabajo

    El que Évole entrevistara a una mujer (Bastante relevante, por cierto) que afirma haber abortado varias veces, solo me lleva a preguntarme sobre la moralidad de la mujer, no sobre el periodista. Como buen periodista o divulgador deberías saber que es de muy mal estilo matar al mensajero.

    No soy fan de Évole. Y soy totalmente conocedor de que sus intervenciones en TV tienen un sesgo propio, no siempre de mi gusto. Pero me dejaré las muelas, especialmente las del juicio, las del BUEN juicio, para que pueda ejercer su profesión líbremente.

    ¿Sabe Francisco quién es y qué representa Évole? No lo sé. Pero su obligación es saberlo. Y si aún así acepta, será porque sabe que puede afrontarlo con solvencia. Como así ha hecho, en mi opinión.

    Y en cuanto al silencio sobre el reportaje te diré varias cosas. Ha caído un silencio sobre el programa en los círculos donde tú te mueves. Supongo.

    Porque en los que yo me muevo (Y por vocación hice una promesa de dedicar mi vida y tiempo libre a la juventud más desfavorecida) no ha habido silencio. Ha sido acogido con satisfacción. Mucho más que los encuentros de JPII con jóvenes que relaté en el artículo (Aunque fueran mucho más masivos)

    Y también ha tenido eco en la prensa del mundillo eclesial. En algunas para resaltar la valentía, autenticidad, cercanía y misericordia del Papa (Aunque no se comparta todo lo que dice) y en otros (Ya sabes, los infovaticarcas, infocarcólicos, adelantados en la fé, adoradores  y liberadores y resto de agonías profesionales anti Francisco) para resaltar lo “imprudente y herético de la decisión y relato papales”.

    Sólo te puedo decir que no tengo el más mínimo problema en reconocer que no sólo no estoy de acuerdo con estos últimos sino que a riesgo de parecer “papolatra” (Condición muy denostada en determinados círculos neo tradis de la Iglesia Rouquista madrlieña) me encuentro entre los primeros.

    Prefiero un papa valiente como Francisco a otro muy ortodoxo pero incapaz de “conectar” (Que diría el gran Mike Rivers)

    Un saludo

     

     

     

  • José María Valderas

    Permítame, Antonio Llaguno, no entrar en las preguntas y las respuestas, sólo unas breves reflexiones desde una circunstancia inmediata al periodismo catalán, o, por ser más exactos, a cierto periodismo catalán, aunque no exclusivamente catalán.

    No parece que a usted le sorprenda el silencio que ha caído sobre el programa de marras. Nadie quiere comentarlo. ¿Se ha preguntado por qué? Tiene que ver con las preguntas, las respuestas, el programa y el periodista. Permítame que le repita “desde una circunstancia inmediata”.

    No es la primera vez que Francisco habla con Evole. Sabe muy bien quién es Evole. Sabe muy bien cuáles son las intenciones de Evole. Conoce muy bien qué tipo de temas y con que visión los trata. Francisco lo sabe. Vamos, es de suponer. Y, pese a ello, sigue y “se expone”, en el sentido en que Calvo Sotelo lo decía de Landelino Lavilla.

    Para aterrizar un poco. No hacía mucho que Evole había estado en Roma en un programa sobre Maruja Torres. Maruja Torres es una famosa periodista de El País que realizó buena parte de su vida laboral aquí, en Barcelona. Una persona muy cercana a mi familia trabajó con ella, o ellas trabajaron con la señora Nadal, la dueña de un emporio de revistas, con Garbo como buque insignia. Si hija fue la dueña y directora de Fotogramas y su hijo director y dueño de Pronto. Era el grupo donde se concentraba el PSUC en política y los partidarios y practicantes del amor homo en costumbres. En el programa de Evole dedicado a Maruja, ésta le comenta, con admiración de Evole, que ha tenido varios abortos porque le salía más barato viajar a Londres que sacrificar su vida profesional con una criatura. No juzgo nada, absolutamente nada. Sólo describo la atmósfera en que se desenvuelve el programa de Evole y que Francisco conocía, o al menos debía de conocer.

    No voy a ir a lo facilón y recordarle el consejo de Cristo sobre serpientes y palomas. Me quedo con la circunstancia de cierto periodismo, tenazmente anticristiano, de Barcelona y no sólo de Barcelona. Tampoco voy a recordar “cui prodest”. Como los que han querido mantener silencio sobre el “espectáculo”, en sentido andaluz, me bebo mi pena. Y mi indignación.