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En busca de nuevos mitos actuales para situarnos en el cosmos

Una vez más le digo a Isidoro, que ha dejado este largo escrito como un comentario a otras entradas: “ascende superior”, tu puesto está en iniciar una nueva conversación. Sobre si hemos de sustituir los mitos antiguos con nuevos mitos tecnológicos o con una fe personal más depurada de mitos y más basada en la indicutible calidad de la personas: autoconsciencia de sí mismo como existencia concreta, única e irrepetible, en un cosmos evolutivo complejo (Pascual Pont dixit) y libertad cocreadora responsable ante Tú que desde el misterio personal y global invita al amor colaborativo. AD.

Decía Raimon Pannikar, que “la mayor parte de los supuestos problemas teológicos, son en realidad problemas cosmológicos, de encontrar la verdadera situación del hombre en el cosmos”.

Y cuando analizamos esa situación, lo que vemos es una trinidad, de entes. Por una parte la Humanidad, nosotros, (los “Hijos”), que contemplamos el Universo, luego el Universo mismo, (el “Espíritu” – la mano de Dios), y luego el enigmático Misterio que podría estar detrás de todo, (el “Padre”).

Y tanto misterio junto, solo lo podemos sobrellevar y digerir mentalmente, mediante los mitos, que son una expresión de un misterio lejano y desconocido, que se describe borrosamente, como una fotografía de poca resolución, y pocos píxeles, por deficiencia de nuestra lente-mente, y por extrema lejanía a nuestra posición.

Y por eso la humanidad ha generado las religiones, que se basan en un “encantamiento” mitológico del mundo, que necesariamente es una mirada imperfecta, lejana y borrosa.

Pero hoy día sabemos que todos los mitos contienen un núcleo interno de verdad, rodeado de una múltiple hojarasca de errores y supersticiones literarias.

Ante esta incertidumbre la modernidad materialista, ha tirado por la calle de en medio, y ha desencantado este mundo, sumiéndonos en una triste orfandad, que proviene del brusco cambio de coordenadas de referencias, que se está produciendo aceleradamente, en cuanto a la posición del ser humano en el Universo.

Por eso, hay que replantearse una nueva mitologización, más cercana, con mayores conocimientos, (mejores lentes), y adecuada a los tiempos actuales y futuros.

De Dios y de la Inteligencia, (el Alma), del Universo, solo se puede hablar con mitos, o metáforas, pero hay que afinarlas, para que conecten con la humanidad de hoy.

Y esto pasa sin duda, por sustituir conceptos antiguos, por modernos: sustituir ángeles, por seres inteligentes vecinos del Cosmos; salvación con cielos e infiernos, por auto realización y maduración personal de cada ser humano; y sentir la hermandad de toda la humanidad, no como un deber moral, sino como la constatación de una realidad cósmica, que se hará evidente, cuando lleguemos a conocer nuevos seres inteligentes vecinos, o al menos su existencia.

 

El otro día, veía una pequeña serie documental sobre el proceso de creación de la saga de “La Guerra de las Galaxias”, y la conclusión que saqué, es que fue un exitazo mundial, en 1977, a pesar de sus muchas deficiencias técnicas, de guion, de reparto, y de realización, y especialmente entre los jóvenes de 10 a 25 años.

Era una idea mitológica moderna, que había llegado en su momento sociológico justo ante una humanidad que acababa de desembarcar en la Luna.

Los defensores del diálogo del no-teísmo, remarcan que “necesitamos otros motivos y relatos”, que nos den perspectiva y esperanza a la Humanidad. “Buscamos nuevos relatos e inspiraciones, motivos y razones de esperanza ante esta grandísima deconstrucción de la cosmovisión premoderna”. 

Y para los cristianos, ¿qué significa Jesús de Nazaret en esta nueva mentalidad?. ¿Qué papel ocuparía en el nuevo mito de la cosmovisión científica y futura?.

 

Lo que me parece claro es que el nuevo mito, se debe apoyar más en los avances de los cosmólogos y los neurocientíficos, que en los teólogos, dedicados a especular sobre cada línea y cada palabra de unos escritos de hace casi dos mil años.

Es preciso un replanteamiento de la “revelación” jesuánica, traduciéndola a la mentalidad actual, del mismo modo que los textos se han traducido dese el arameo original de las palabras de Jesús, a las lenguas modernas, no sin gran resistencia eclesial.

Y sobre todo, hay que aceptar, que los momentos actuales son axiales, de cambio de Era, y que igual que el Antiguo Testamento del judaísmo, siguió, pero superado por el Nuevo Testamento cristiano, este a su vez, debe seguir, pero superado por una nueva “revelación” cultural, la de una nueva mirada de la Realidad, moderna y futurista.

Por eso, todo lo que sea que quede todo igual, manteniendo las estructuras religiosas y eclesiales, y se quede en intentar sustituir al Dios teísta, por un Dios no-teísta, es quedarse atascados en medio del río, y morir ahogados en él.

Cuando hay que cruzar un río peligroso, no son momentos de componendas, y permanecer mucho tiempo en medio.

 

Y para los cristianos preocupados, por el papel del Cristo, en el nuevo mito cósmico, creo que tiene una papel claro y evidente, como personificación de la Voz, (la Palabra), dirigente de la humanidad, encargado de representar y dirigir, el proceso de incorporación efectiva de la Humanidad, en la Comunidad inteligente del Universo.

Sé que para muchos, muy mayores, este planteamiento resultará loco y hasta delirante, pero no hay nada que cincuenta años no curen. Dentro de cincuenta años, todos los actuales mayores de cincuenta, estaremos muertos, y esta papeleta, les corresponderá a nuestros hijos y nietos.

Y este mito-planteamiento moderno es muy esperanzador. La Humanidad, sola a su albur, no tiene ninguna posibilidad de supervivencia.

La primitiva arquitectura mental de supervivencia bruta, que tan buenos resultados nos ha dado en el Paleolítico, ahora, ante los gravísimos problemas que tendremos que afrontar con una modernísima y mortífera tecnología, nos llevan a la extinción segura.

Por eso nuestra esperanza, es que el Universo tenga mecanismos autoreguladores, (que los tiene), para conducir nuestra evolución, como la primera especie inteligente en este Planeta, superando los peligros estructurales a los que estamos abocados.

El surgimiento de Jesús en la historia, y del “fenómeno” jesuánico en su conjunto, quizás sea un indicio de que estos mecanismos autoreguladores, se han puesto en marcha efectivamente, y están culminando en los tiempos presentes.

Dentro de poco tiempo ya tendremos la tecnología para reconvertir nuestra alma-mente, o en seres razonables y respetuosos, o por el contrario agudizando nuestra venalidad e incoherencia personal.

Ese punto de singularidad es crucial, y ahí es posible que tengamos la “asistencia” necesaria, ya sea desde la evolución “emergente” impulsada por la Inteligencia que dirige el despliegue del Universo, o quizás de forma mas directa. (¡Fijaos, si tiene ahí un papel trascendental el Cristo”, el designado!).

17 comentarios

  • Santiago

    Muchas gracias Antonio D. y Juan A. por vuestras palabras y comentarios…No se trata pues en relación a Jesús de Nazaret….. de “cierta literalidad de los “textos” sino del “contenido” de los textos…porque la Iglesia del siglo I fue indiscutiblemente la Iglesia de los testigos…Estos son testigos de la divinidad de Cristo desde la vida de Cristo y su testimonio, oral y escrito, que empieza  poco después de la muerte de Jesús…Esta piedra fundamental de la fe en la divinidad es lo que constituye la base del NT, y es por eso que su relevancia ha durado hasta el siglo XXI.  De otra manera Jesucristo no hubiera sido actual….Esta verdad de nuestra fe fue ya predicada por Pablo en el Aerópago para escándalo de los atenienses…Esta proclamación del fundamento de nuestra fe ya está pues en el Evangelio, en las Espístolas de Pedro, Pablo, Juan, Santiago, Judas y aún en fuentes paganas como en la Carta de Plinio el Joven al emperador Trajano (veáse Cartas, traducc. de W. Melmoth, revis. por W M L Hutchinson, Cambridge: Harvard University Press 1935, Vol II, X:96)

    Por eso en la Iglesia del siglo I hubo controversias como la necesidad de la circuncisión o la del comer carne sacrificada a los ídolos. Pero no existía discusión entre los cristianos testigos vivientes sobre la divinidad de Cristo. Ya Pablo en su Carta a los Filipenses describía una cristología fija y completa…No existía pues competencia entre diversas cristologías entre las comunidades netamente cristianas, sino una sola…La fe en la divinidad de Cristo fue la doctrina común a todas las comunidades cristianas primitivas. Existía un consenso en la autenticidad de lo esencial de la enseñanza de Cristo, de Su Vida, Muerte y Resurrección. Esta FE está históricamente presente desde el principio, y se remonta al pueblo original, con continuidad, proximidad y verificación de ciertos puntos distintivos con la aarqueología y otros documentos de la época que coinciden con cierta lógica interna…La Iglesia se hizo de “hechos” y no de “teorías helénicas”..La filosofía la usó la Iglesia para explicar “el hecho” y no al revés. El “hecho” no es un “invento” de las comunidades cristianas para acomodarse a la teoría. Los autores del NT utilizaron la forma del lenguaje y las imágenes de su época en una nueva, cualitativa, y diferente,  forma. 

    Los testigos directos fueron Mateo, Juan, Pedro, Pablo, Santiago el Menor y Judas Tadeo. y asociados a los Apóstoles: Marcos y Lucas (de Pedro y Pablo) y el autor de  la Carta a los Hebreos (discípulo de Pablo). Lucas y Pablo se basaron en testigos oculares y en fuentes narrativas para sus escritos. La muerte de Cristo fue pública y fue testificada por Juan que da testimonio directo en dos ocasiones sobre la veracidad de su Evangelio., tambien por Su Madre, y por los soldados, el pueblo  asistente y las mujeres que esstuvieron presentes cerca de la  Cruz.

    Cristo resucitado fue testificado por mas de 500 persona de una vez y en numerosas apariciones en grupos grandes y pequeños. Los Apóstoles después de la Resurrección se dirigen en discursos a los que habían presenciado los eventos de la vida de Cristo: “Varones israelitas: a Jesús Nazareno varón acreditado antes vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios obró por El en medio de vosotros, según vosotros mismos sabéis” (Hechos 2:22) Ellos podían negar los hechos pero no lo hicieron puesto que la vida de Cristo era del dominio público ´…

    Es esta magnitud de testigos, con pruebas testificales, lo que hizo que el cristianismo -como “secta” naciente del judaísmo- no muriera. Lo demás pertenece al Paráclito…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • Juan A. Vinagre

    -Me sumo a la valoración de Antonio Duato en relación con el comentario, muy maduro, que hace Santiago H.  En este comentario, Santiago, también yo coincido contigo. En otras ocasiones he sido crítico con tus exposiciones, a veces quizá con una crítica un poco fuerte. Pero esa crítica no iba dirigida a tu persona, sino a las ideas-creencias tradicionales que exponías, algunas de ellas, a mi juicio, con poco fundamento. Por eso, permite que hoy aproveche la ocasión para aclarar y expresar la motivación que me impulsaba a ser crítico -no contigo propiamente, pues tú y yo somos hermanos en la fe en Dios Padre  y en el seguimiento de Jesús de Nazaret-, sino con el modelo de Iglesia y de religión que parece que en algunos momentos representas. Me explico, aunque no sea capaz de no alargarme…:

    -La lucha-oposición entre tradición conservadora e innovación-progreso es eterna, se produce en todos los campos y momentos de la Historia. También en las religiones y en la Comunidad evangélica fundada por Jesús. Jesús presentó un paradigma-mensaje con ideas nuevas, que -por ser nuevas, renovadoras- rechazaron los poderes religiosos de Israel. Jesús y su gran Mensaje no fueron bien entendidos, ni siquiera por los suyos. El modelo de interpretación religiosa tradicional era tan lineal y tan fuerte, que no permitía críticas, consideradas como “desvíos”. Por eso, Jesús fue considerado por las autoridades como un hereje, al que había que eliminar por sus ideas innovadoras, que para ellos deformaban. Lo correcto era lo tradicional, en concreto la visión viejo-testamentaria literal… Una buena parte de la Comunidad “cristiana” de Jerusalén representa esa visión. Una visión prioritariamente viejo-testamentaria, en la que Jesús era el último profeta, que culminaba el desarrollo del V. T. Lo primero no era el mensaje de Jesús sino el V.T. y su tradición. Las palabras de Jesús: “La ley y los profetas hasta Juan…, a partir de ahora se anuncia el Reino”, es decir, otra cosa nueva, fueron reinterpretadas (o más bien marginadas?), de modo que para esa Comunidad la ley y los profetas no acababan en Juan, sino en Jesús. Así se marginaron palabras de Jesús cuando hablaba de anunciar y servir el Reino en odres nuevos o de revestirlo con  paños nuevos… En suma, la visión tradicional sacralizada se impuso, a costa de marginar aspectos esenciales del Evangelio.

    -Cedieron en el tema de la circuncisión, pero no en otros temas, creencias y doctrinas, no evangélicos, como por ej., el mantenimiento-introducción de la jerarquía sacerdotal jerárquica viejotestamentaria (sin base evangélica), jerarquía dualista, que transformó la función de servicio, que propuso Jesús, en poder sagrado, que domina, se encumbra y aleja del pueblo. Y tanto se aleja y se encumbra que acabó viviendo en palacios y predicando con alforjas…   Y tanto se encumbró que se atribuyó la facultad de investir reyes (aún quedan “restos” hoy en la coronación de Carlos III de Inglaterra) y de repartir tierras…  Más aún, tanto se encumbró -a costa de la moral evangélica más elemental-, que creó la Inquisición, y con ella la vigilancia, la persecución y la muerte ¡en hoguera ardiendo! Lo que de otra forma todavía perdura. El poder, también el poder espiritual -no el servicio-, la llevó a autodefinirse infalible, sin repensar ni ser capaz de admitir sus propios errores de conducta y de doctrina, teórica y moral.

    -Y en el desarrollo del poder, incluso compaginó a Pablo (que marginó el Mensaje del Reino anunciado por Jesús) con el espíritu viejo-testamentario de la primera Comunidad de Jerusalén, que olvidaba palabras de Jesús como “la ley y los profetas hasta Juan…”  Poder que compaginó a Pablo con las cartas pastorales, escritas unos 30 años después de su muerte. Visión que asumió la Didajé y poco después Ignacio de Antioquía…   Visión que, en ocasiones,  reinterpreta el Mensaje de Jesús con un espíritu V. T. La ideas y valores de la Comunidad de Jerusalén, dispersa por distintas comunidades cristianas tras la destrucción de la ciudad en el año 70, parece que se extienden y acaban reforzando ese sentido del poder sagrado, jerárquico y viejo-testamentario. Con lo que el espíritu de fraternidad evangélica, sin clases, se va diluyendo… y a la vez va recurriendo a la tradición “sacralizada” (para apuntalar mejor ese poder?) El auténtico seguimiento evangélico no se funda en las estructuras ni en las enseñanzas humanas, por muy respetables que sean, ni en la jerarquía, sino solo en el Evangelio. Cuando la Iglesia jerárquica se sobreestima impide revisiones y cambios… Su palabra es la definitiva. Lo que impide la conversión al Evangelio, que es servicio -incluso en el ejercicio del mando-, nunca poder.

    Pues bien, (y no me alargo más, aunque el tema requiere matices) ¿por qué la Iglesia clerical ha reforzado tanto el poder, la ostentación, y predicado con alforjas, y ha descuidado tanto el testimonio evangélico? ¿Por qué se ha amparado tanto en la tradición y en el “depósito”, cuando la más grande tradición y depósito se hallan en el Evangelio (no en cartas)? El mejor depósito de la fe se encuentra en el Evangelio, no en las cartas ni en la tradición ni en los concilios…

    -Con lo expuesto quiero decir que los amigos del “depósito” y de la tradición “sacralizada”, han marginado el Evangelio en más de un aspecto importante, y se han blindado de tal manera que impiden el cambio y la vuelta al Evangelio de Jesús. Estos son los que, a mi juicio, HAN HECHO MÁS DAÑO AL REINO DE DIOS EN LA TIERRA. (No quienes la rechazan por amiga del poder y de los ricos)  Por eso mis críticas, amigo Santiago. Un abrazo

  • Juan A. Vinagre

    Me parece interesante la exposición-reflexión de Isidoro, que comparto en bastantes aspectos, aunque mi interpretación personal se acerca algo más a la expuesta por Antonio Ll.  Por eso, gracias a los dos (y demás intervinientes): Ayudáis a repensar de nuevo un tema conocido, (y en algunos aspectos a replantearme o a concluir que sé poco.)   En muchos aspectos, sigo en el principio de incertidumbre… también en este tema.  Expongo algún matiz que expresa mi parecer y creo que algo más:

    -Las religiones, que a algunos (no sé si a muchos) les parece que provienen en primer lugar del miedo a las fuerzas de la Naturaleza, en mi opinión tienen un origen más profundo: Se deben a una vivencia consciente (mística?), que es un encuentro íntimo con Algo o Alguien superior, indefinido, que da respuesta a las reiteradas preguntas en la búsqueda de sentido. (Me refiero ya al hombre-mujer primitivos)  Digo vivencia consciente, que en nuestro proceso evolutivo inmaduro (y limitado) no sabemos interpretar, sino recurriendo a antropomorfismos, a veces muy toscos, (los mitos en el fondo son eso: intentos de explicar, de modo bastante torpe e incoherente, lo que nos fundamenta o nos trasciende.)  Pese a todo, tales antropomorfismos primitivos deben merecernos mucho respeto:  Son los restos arcaicos de nuestras primeras interpretaciones humanas primitivas, y como tales muy limitadas, pero en cierta medida venerables. Desde nuestras limitaciones -primitivas y actuales- en lo que se refiere a ese Algo-Alguien (racionalmente posible) también cabe aplicar el principio de incertidumbre. Incertidumbre que podemos en parte superar o al menos reducir…

    -Desde mi razón  -y desde mi fe-, la mejor respuesta a tanta búsqueda y preguntas ante el inmenso Universo y sus entrañas-placenta, la encuentro en la ESENCIA del Mensaje de Jesús de Nazaret: Ese Ser Superior se encuentra en todo el universo, sustentándolo, y de modo especial mora entre nosotros y en el interior de cada uno, que lo encontramos -se deja sentir-, si lo buscamos humildes… No suficientes. Si alguien se siente suficiente, se conoce mal y/o manifiesta un concepto pobre de ese Algo-Alguien…

    -¿Y la revelación?  Ese encontrarnos con Alguien en nuestro interior, que se hace sentir claramente, es ya revelación. Pero en este concepto, inevitablemente humano, hay que saber discernir…  En la Biblia (y otros libros sagrados- no todo es palabra de Dios, Yahvé, Alá etc.  En ellos hay mucha palabra de hombre, a veces demasiado humana.  No lo olvidemos cuando reflexionamos sobre el tema, sobre nuestros orígenes  o nuestro desarrollo evolutivo, o sobre la inmadurez del “homo actualis”, que pese a su progreso madurativo todavía es muy limitado como humano y como buscador de sentido…

    -Sin embargo y pese a las limitaciones humanas -intelectuales y morales- y a su capacidad de construir artefactos destructivos, ¿se puede decir: yo creo en la esperanza? Pienso que sí. El ser humano es más que el protagonista o el usuario del momento de cada día…   Negarle  esa posibilidad, que va más allá, es frivolizarlo, es despersonalizarlo. El hombre -mujer es más que sus errores…

     

  • M. Luisa

    Es innegable que en estos comentarios hay un trabajo de fondo, pero de tipo meramente intelectual y conceptivo, es decir, producto obtenido al independizar la mente de la realidad. Si realmente hubiera   algo independiente de nuestra mente, nos estará  dado al final  por el carácter inquiriente de  la razón humana  y no por su pureza objetiva. Entenderla así, independiente de la mente,  es lo que con respecto al conocimiento hace pensar en la necesidad de nuevos mitos sin caer en la cuenta de que a lo que nos conducen estos es  de nuevo a la realidad platónica del “en sí”  algo absurdo en nuestros días…

  • Santiago

    Es cierto que el mundo parece haber perdido la brújula…No hay que perder de vista que estamos viviendo en un Universo afinado por constantes y leyes precisas y exactas que se mantienen “milagrosamente” en un equilibrio inestable…que es lo mismo que pasa con nuestras constantes biológicas, perfectamente “afinadas” y de las que nosotros no tenemos ningun control…como no tuvimos control sobre el origen de nuestra existencias ya que no pedimos venir a vivir a este planeta…sino que se nos dio como don, como un regalo…

    Por tanto, ya existen mecanismos autoreguladores, pero  la autoregulación del mundo no depende de nosotros en su magnitud cósmica…Es Otro el que la regula y la programa….desde toda la eternidad…Pero la persona humana no se puede reducir a las “maquinas”…nosotros no caemos en esa categoría….La técnica no ha de cambiar a la calidad de la persona, aunque fuerce al cambio de comportamiento, como un fármaco moderno no nos cambia esencialmente…Las cualidades que nos carectirizan han permanecido en el ser humano a través de los siglos: hemos seguido amando, sufriendo, conceptuando, abstrayendo, decidiendo etc. desde los albores de la prehistoria…Porque fuimos creados libres…permaneceremos libres…para decidir…y nunca nos reduciremos a un determinismo matemático…mientras nuestra humanidad permanezca…El transhumanismo tampoco cambiará el espíritu humano…

    También es “wishful thinking” pensar que la ciencia teórica y experimental va a resolver TODOS los problemas existenciales…No ha sido su papel hasta ahora…porque cuanto mas sabemos del Cosmos, mayores misterios aparecen…los telescopios van descubriendo cada vez mas la inconmensurable complejidad del Universo…y si aún no podemos saber la esencia de un átomo y sus particulas, no es posible pensar de que los modestos adelantos de las ciencias, llenas de hipótesis cambiantes cada día , con ellos podamos resolver totalmente la angustia vital…la insatisfacción perpetua del alma humana…nuestros deseos infinitos de permanencia….etc etc…

    Y asi de la misma manera que hablamos del amor, del sufrir, de decidir, de conceptuar, hemos de pensar que estos no son mitos simbólicos sino realidades espirituales que emanan de nuestra pura humanidad.Los problemas cosmológicos son existenciales y requieren una respuesta teológicas porque la infinitud del Cosmos junto con la apareición de la vida racional es un fenómeno que supera nuestra con condición meramente natural. Y aquí nos situamos en lo extra y supra natural…La imposibilidad del paso de la nada al ser sin admitir una Causa increada y la no eternidad de la materia nos lleva de la mano a pensar en una decisión inteligente en el progama del Ser inteligente que posee vida “en si mismo”

    Hemos pues de distinguir entre la teología y la cosmología. De Dios se puede hablar desde la Creación, desde la vida racional y espiritual y no cesariamente hay que reducirlo a mitos simbólicos. El materialismo es el que se rodea de símbolos para sobrevivir su pobreza y poquedad. Sin el espíritu, la vida humana carece de sentido. Por eso, Cristo no fue una realidad simbólica sino una existencia histórico-realista.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

    • Antonio Duato

      ¡Magnífico comentario, Santiago!

      No es la primera vez que tu fe existencial profunda y madura se nos manifiesta, aunque en general se te vea como un simple apologeta que se funda únicamente en la lectura literalista de la Biblia. En comentarios como este se descubre que ese apoyarse en los evangelios que nos han sido trasmitidos no es una sumisión ciega a una palabra canonizada o dogmatizada sino a una apropiación desde el hoy concreto de un viviente actual de lo que otros en otros cotextos vivieron: una fe personal en el hombre Jesús a través de quien Dios manifestó su verdadero rostro.

      Para ayudar a otros atrieros a entenderte, permíteme que les de alguna referencia de lo que has ido comunicando en comentarios sueltos en los últimos quince años. Salvador es un médico pediatra cubano, joven entusiasta de la revolución en 1959, obligado a acabar sus esudios en Barcelona e instalado después en Texas, donde sigue ejerciendo con su hija, también pediatra, rodeado de nietos y cuidando de su mujer enferma.

      Santiago parte de sus vivencias profundas para fundamenter su fe personal, que es la columna vertebral que le ha mantenido seeguidor de Jesús toda su vida. Si en algún aspecto su inteligencia del cristianismo y de la realidad de hoy podamos diferir, en ese punto de la fe personal coincidimos plenamente y en el estilo con el que se debe dialogar en este Atrio Lugar de Encuentrso (ALE), también.

      Recuerdo a toodos la IV Consulta que propone el grupo del paradigma pos-teísta para esta tarde. Yo estaré y, si me da la palabra, espero hablar, aunque debo prepararlo bien para que me quepan tantas cosas en tres minutos. Veo que la preocupación de muchos que han adelantado sus comentarios es si, con ese gran lavado de viejos paradigmas, se nos va por el coladero el “niño”…

  • Isidoro García

    Amigo Antonio, al final de tu respuesta, has sacado a la palestra un tema importantísimo. Al final dices: “Me preocupan mucho más, las consecuencias de las revoluciones industrial, colectiva, informática y globalizadora del pasado, que tantos pobres y desfavorecidos ha dejado a mi alrededor”.

    Lo que te pasa, es que como todos, sientes, hueles, un malestar en el ambiente general, que no sabemos a qué atribuir, pero que se palpa y se presiente, y que se sufre en silencio, como las hemorroides. Y que tu lo achacas a un avance desaforado de la tecnología, (lo que es paradójico en un ingeniero de profesión y con patentes y todo).

    Otros lo achacan al capitalismo, otros al materialismo, otros a la falta de fe, pero ese malestar existencial, (El malestar en la Cultura de Freud, es ya de 1930), es endémico y habría que repensarlo.

    Dabrowsky postula que la maduración pasa por crisis de “desintegración”, (desarrollo progresivo). Estos momentos de confusión, ambivalencia, ansiedad y depresión son necesarios al individuo para su crecimiento personal, por eso es positiva. Y “si no fuera por las crisis, los seres humanos aún seríamos bacterias. Quien quiera evolucionar tiene que estar en crisis”, (J. Wagensberg).

     

    Francisco Traver, (el psiquiatra que con su espléndido blog, “Neurociencia y Neurocultura”, se ha convertido en el “Castilla del Pino actual”, todo un exponente del saber interdisciplinar y un auténtico “catalizador” cultural –a mi modesto entender), en una de sus recientes entradas, habla del tema en su post, “Entropía y Complejidad”, https://pacotraver.wordpress.com/2023/05/15/entropia-y-complejidad/

    En el, estudia el ”colapso” de las instituciones, por efecto de la 2ª Ley de la Termodinámica, o de la Entropía, que se aplica también en la Sociología y la Historia.

    Esta es la idea: Cuanto más complejos son los sistemas, mejor solucionan los problemas, pero a un coste creciente.

          La complejidad no es un concepto físico, sino informacional, aunque en realidad ambos conceptos están relacionados. 

          La ganancia de entropía aumenta la complejidad y el desorden. (Traver).

    Por eso cada vez vivimos en un mundo mas desordenado, y parece que el mundo se está volviendo loco.

    Todas las instituciones, hasta los Imperios colapsan cuando ya cuesta demasiado mantenerlos a pesar de que produzcan beneficios. Es mi teoría de los “cien frenitos”: toda actividad organizada, tiene ineficiencias y pequeñas contradicciones, que van frenando y ralentizando su marcha.

    Cada vez exige mayor esfuerzo la actividad, hasta que llega un momento, en que el sistema colapsa, y explota la burbuja. Y las burbujas colapsan cuando ya no pueden dar más de sí. Y colapsar nos lleva a otro punto: la necesidad de simplificar.

    Detrás de casi todos los problemas de salud mental, que ponía en la palestra Errejón, y detrás de toda la epidemia de suicidios infantiles, y de toda la hipertrofia de consumo de tranquilizantes y drogas en España y en el Mundo, subyace este problema estructural.

    Estamos muriendo de éxito. Por eso paradójicamente, en Africa, son mucho mas felices que en el 1º Mundo, aunque inevitablemente se están infestando paulatinamente, porque es un problema estructural de desarrollo.

    Como señala Traver: hemos llegado a un punto máximo de complejidad-desorden-entropía. Y seguimos creciendo… lo primero con la población, que algunos dicen que debe crecer más.

     

    Traver se apoya en Eugenio Trías, al que dedica otro post, “La razón fronteriza”, y su teoría del límite.

    Para Trías el límite es un lugar que es al mismo tiempo un estímulo a la transformación, o metamorfosis ya que no queda otra, y lo es en la medida que no queda en él, sino la disyuntiva entre el finiquito de la nada y la destrucción, o la transfiguración, es decir, rehacerse en un nuevo plano.

    Es la situación en que se encuentra el mundo: o puerta grande o enfermería, o nos transfiguramos o nos autodestruímos.

    O encontramos una puerta al muro, o nos estampamos contra el muro, (“El límite ha dejado de ser muro, y se ha transformado en puerta”. (E. Trias).

    Y Trías señala que esa puerta en el muro, tiene que venir en un esfuerzo por comprender la dimensión subconsciente del ser humano, y que la razón fronteriza atienda a cosas que cierta Ilustración, especialmente la tecnocientífica, ha despreciado mucho como, por ejemplo, todo tipo de mediaciones simbólicas.

     

    El grave problema que tenemos no está en la ciencia y los científicos, que ellos hacen perfectamente su labor.

    El problema lo han causado y siguen haciéndolo, los filósofos e ideólogos, (laicos y religiosos), que infectados de una Modernidad, incompleta y miope, han ignorado toda la faceta subconsciente del ser humano, por un monopolio injustificado de la razón consciente.

    Lo que faltan son psicopompos, es decir mediadores entre el hombre y “Dios”, (lo sacro), que es lo mismo que decir los mediadores entre lo humano y lo imposible, lo incognoscible o lo desconocido. 

    Cultural, sociológica y políticamente se ha ignorado a la psicología, especialmente a la de las profundidades de la naturaleza humana, y solo vamos al psiquiatra cuando no podemos dormir, o no nos aguantamos a nosotros mismos. Y ahora acabamos de descubrir el Mediterráneo de los problemas sociales de salud mental.

    Y aquí está claro que el dedo acusador señala a las religiones, (que son los que debían realizar ese papel), que han visto en la psicología un torpedo a la línea de flotación de una antropología arcaica y trasnochada, y la han ignorado cínicamente.

    Y borrachas de pietismo personal y sacramental, exhaustos con tanto trasiego ritualista, (misa va, misa viene; comunión va, comunión viene; rosario va, rosario viene), se han centrado en “la salvación de nuestra alma”, pero nos han dejado abandonados embalados ante el precipicio social. (De que te sirve salvar tu alma, si pierdes la dirección de tu vida).

    Luego dirán que es por nuestra culpa, que somos malos y pecadores, se lavarán las manos y ellos se irán a su cielo. Que lo disfruten.

     

    (Perdón que me he calentado, pero no quito ni una coma de lo escrito).

    • ana rodrigo

      Cómo te lo trabajas, Isidoro…! Cualquiera se pone a tu altura…!

      Yo creo que debemos priorizar la neurociencia sobre la tecnología, porque es la que nos lleva a la sicología y a la siquiatría, ya que el motor de toda actividad humana, así como el origen de la misma y su ordenación, parte de cerebro, de la mente humana. Cuando algo nos viene dado de fuera, la primera receptora es la mente y ahí está la muy potente capacidad mental para gestionar cualquier circunstancia . La ausencia de actividad mental convierte a un ser humano lo que a la hoja de un árbol  le pasa con la corriente de un río.

      Por eso la religión en tantas ocasiones es el opio individual o colectivo, salvo que se le encuentre un razón de ser tal como lo que es, una puerta abierta al misterio de la vida y de la muerte. Y aquí nos topamos con la incapacidad de entender o de conocer lo inasequible a la capacidad mental, lo racional, y, no obstante, se puede considerar útil y necesaria, pero eso ya es cuestión personal, no universal.

      Es esta misma mente limitada, la que encuentra razones para aceptar la intuición, siempre subjetiva, por supuesto, de que la religión ayuda a vivir aquello a lo que la razón no alcanza a comprender. Este intríngulis de conceptos, pueden ayudar a sobrellevar la vida mientras la mente esté activa. Cuando ésta queda incapacitada, por ejemplo con el alzheimer o lesiones cerebrales, la autogestión personal desaparece, dependeremos de los demás para mantener la dignidad de la vida de las personas que la padezcan.

      La tecnología, en cambio, organiza la vida fuera de nosotr@s y vuelve nuevamente a nosotr@s como ayuda o como problema, ya sea económico, social, técnico, estructural, etc. Y ahí estará la mente como dique de análisis, de selección, de aceptación o de rechazo.

      Espero no haber dicho demasiados disparates.

  • Antonio Llaguno

    Efectivamente Isidoro

    cuando afirmo que si no es místico, el siglo XXI no será, me refiero a lo mismo que tú. O el ser humano mantiene, profundiza y adapta a los signos de los tiempos su faceta espiritual o acabará con el planeta.

    Si con los medios de hoy, no hacemos prevalecer aspectos como la ética, él amor, la solidaridad o la compasión, que, en mi opinión, son aspectos de la imagen y semejanza de Dios, la humanidad no permanecerá.

    Y sí. Soy mucho más escéptico que tú en cuanto al progreso de la tecnología y soy firme partidario de ponerle coto. Pero es solo una intuición.

    Aunque estoy bastante seguro de que, de llegar la ciencia donde tú dices, no será conmigo en este planeta y por lo tanto, no me siento especialmente concernido por ello.

    Será algo con lo que lidien, si es que llega, nuestros herederos.

    Me preocupan mucho más, las consecuencias de las revoluciones industrial, colectiva, informática y globalizadora del pasado, que tantos pobres y desfavorecidos ha dejado a mi alrededor. Porque me preocupa y ocupa mi próximo. Del del futuro, del de mis sucesores, les dejo la tarea de preocuparse y ocuparse a ellos.

     

  • Isidoro García

    Amigo Antonio, tocas varios temas, por lo que voy a ir uno, por uno.

    El primero es el del futuro de la ciencia y la tecnología. Aquí, entra el talante optimista o pesimista de cada uno. Yo creo que poner puertas al campo de las posibilidades de la Tecnología, (la aplicación práctica de la Ciencia), es escupir al cielo.

    No en el sentido teológico de Cielo-Dios, sino en el real. El que escupe contra el cielo, le cae encima como no se aparte rápido. En los barcos, nunca se orina por la borda contra el viento, (y te lo dice alguien de Segovia, que no sabe nada de barcos).

    ¡A lo largo de tus años, ¡cuántas veces habrás dicho como todos, esto es imposible, y va y resulta que no lo era!. Como decía el capitán Jean-Luc Picard, de ‘Star Trek‘: “Las cosas solo son imposibles hasta que no lo son”.

    Hoy mismo, ha salido en la tele, que ya se puede descodificar las órdenes neuronales que transmiten órdenes del sistema nerviosos a los órganos, traducirlas a señales eléctricas, y reenviar de nuevo al sistema nervioso, y se ha podido hacer andar a un paralítico, con falta de conexión en la médula. Y hace años ya funcionaba lo mismo para el sistema foniátrico.

    La traducción de lenguaje neuronal a señales eléctricas, abre el camino de la algoritmización informática de la actividad cerebral, y todo un abanico de consecuencias inesperadas: comunicación telepática, almacenamiento de pensamientos en memorias informáticas, envío de “personas” virtuales a la velocidad de la luz…

    Se puede discutir los plazos, mas o menos largos, pero sin duda serán exponenciales. Acuérdate de la fábula de las casillas del tablero de ajedrez y eso de poner (2 elevado a n), granitos de trigo en cada escaque. Es algo totalmente anti intuitivo.

    Pero además, en cuanto tengamos toda una batería de enormes almacenes de kilómetros de largo, repletos de ordenadores super-cuánticos miniaturizados, trabajando y auto aprendiendo, y auto replicándose, y los pongamos a trabajar 24×7, ¡vete tú a imaginar lo que puede salir de ahí!.

    El recibo de al luz será caro, pero lo primero que harán es encontramos energía semigratis, o hacerse un empalme a una farola cercana, (que los ordenadores cuánticos son muy listos).

     

    Por otra parte hablas de que el origen de las religiones es racionalizar la previa experiencia de lo sagrado.

    Y en parte llevas razón, (según mi opinión), porque todos los humanos tenemos ese instinto interior procedente de la emoción de la “trascendencia”, por la que nos resuena en nuestro interior, experiencias morales, o estéticas, o cognitivas, y nos genera una sensación placentera y feliz.

    Pero eso no da origen a las religiones. La religión proviene primero del gran temor a las fuerzas de la naturaleza, en el Paleolítico mágico y primitivo, luego de la inseguridad ante los enemigos, en el Neolítico mitológico, en el que se busca apoyo de nuestro Dios, contra el de los enemigos, y posteriormente, en el Periodo cultural, (los últimos 5.000 años), además de lo anterior, como instrumento de cohesión de los imperios y naciones, como apoyo del Poder político de turno.

     

    Y lo de que la incertidumbre, es muy positiva es un claro ejemplo de hacer de la necesidad, virtud: puro voluntarismo. La incertidumbre es una fatalidad, pero no hay mal que por bien no venga.

    No se si has visto el último anuncio de Bankinter, (los buenos publicistas son los modernos filósofos intelectuales, que tanto echamos en falta hoy día), que empieza así: “La incertidumbre no está para paralizarnos, sino para recordarnos lo que nos hace avanzar”.

    Pero el objetivo de ayer, hoy y mañana de la humanidad, es luchar contra la incertidumbre. “Necesitamos saber y sabremos”, dijo el matemático alemán Hilbert.

     

    Y por último, pero quizás lo más importante, lo de la frase tan citada de que “el hombre del siglo XXI será místico o no será”. 

    Como todas las frases cortas, o aforismos, son muy sabias, pero muy equívocas, pues pueden tener varios significados, desde lo mas banal a lo mas complejo.

    Son un ejemplo de que el lector, “también crea el texto”, lo que es el pan nuestro de cada día, con las lecturas evangélicas. La “revelación” no es unívoca, cada uno se la reconstruye, y de ahí el interés obsesivo de las Iglesias por auto-adjudicarse el monopolio de la interpretación.

    Porque lo primero, habría que saber qué significa para cada uno, la palabra “místico”, que es otra palabra sobada y gastada y que debería quitarse de la circulación, y encontrar una traducción moderna, para evitar mas confusión aún.

    Pero por otra parte, está lo del “o no será”. Puede significar que no será un humano maduro y desarrollado suficientemente.

    O puede significar que no será = que no existirá, que se extinguirá. Y ahí voy yo últimamente. Porque con los terribles retos que tenemos que afrontar, o nos acogemos a la sabiduría del Universo, que guardamos en el “espíritu”, o no conseguiremos salir de esta.

  • Antonio Llaguno

    Es importante la reflexión de Isidoro y muy necesaria.

    Nunca, como en este momento, se ha enfrentado el ser humano a un avance de los recursos tecnológicos tan rápido como el que vivimos y nunca ese avance pudo acabar con el planeta y ahora sí.

    Nunca el conocimiento de la realidad fue tan contrario a lo que se había establecido como cierto como lo que nos encontramos ahora y eso nos hace tener que cuestionarnos casi todo.

    Lo que pasa es que lejos de tener la confianza que tiene Isidoro en la tecnología, yo dudo mucho que llegue a conseguir los avances que Isidoro da por seguros. (Debemos ser dos tipos de ingeniero diferentes 🙂 )

    Hay una frase que le atribuyen a docenas de pensadores (Rahner, Malraux, Narbona, y otros) que dice que “el hombre del siglo XXI será místico o no será” y yo me siento identificado con ella. otra cosa es que entendamos por misticismo.

    Yo creo que el conocimiento no viene solo proporcionado por los datos que nos da la ciencia y que las religiones no son el constructo que hace el ser humano para edificar sobre lo que no conoce sino, muy al contrario, y siguiendo a Rudolf Otto, el constructo que hace el ser humano para racionalizar su experiencia de Dios, de lo numinoso.

    Es decir que a diferencia de como lo plantea Isidoro, creo que la experiencia de lo sagrado es previa al constructo y no al revés.

    Por eso creo con toda firmeza que todas las religiones tienen algo que aportar y todas fallan en su condición de “verdad objetiva”.

    Y eso me recuerda a una de las famosas fases de la experiencia mística que me explicaban a mi en el cole hace muuuuuchos años: La noche oscura del alma, el vacío de Dios.

    Lo que yo llamo “vivir la incertidumbre”. Los seres humanos tendremos que acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre, en el creer en vez de saber, en la ausencia de certezas. pero al mismo tiempo ese vivir en la incertidumbre nos proporciona la maravillosa libertad de poder beber de las experiencias de todos lo seres humanos y saborear lo que de Dios percibió cada uno.

    Y ese es un camino delicioso de caminar.

    Yo no soy de los mayores de entre quienes leemos habitualmente ATRIO pero ya tengo mis años y tengo una certeza (O casi, que ni eso es ciertamente cierto) y es que esos avances tecnológicos que Isidoro da por seguros, no me será dado vivirlos.

    Y casi lo prefiero. Trataré de disfrutar mi camino.

    Pero mientras dejaré aquí escrito un relato popular que corre por esos mundos de Dios: “Resulta que los 10 mejores científicos y los 10 mejores ingenieros del mundo se pusieron a escalar la montaña del conocimiento. Después de muuuucho tiempo de escalada, muchas dificultades, pérdidas en el camino, y de pasar sufrimiento y penas varias, llegaron a la cima… y se encontraron allí a docenas de teólogos normalitos que llevaban allí discutiendo un montón de tiempo sin darse ninguna importancia”

    Si no fuera cierta la metáfora, a mi me gustaría que lo fuera

     

  • Isidoro García

    No hay que confundir mitos, con errores. En el pasado, por nuestra cultura deficiente, en general los mitos resultaban erróneos, pues muchas veces el núcleo de verdad que contienen, estaba muy escondido, y opacado por las creencias erróneas de nuestra cosmovisión.

    Aquí hay que considerar que los mitos son relatos que se expresan mediante símbolos, que a su vez son expresiones de las imágenes primordiales o arquetipos, que expresan lo Sagrado, la Realidad incognoscible, (Mircea Eliade).

    Cuando se habla de lo “sacro” o “sagrado”, no nos referimos necesariamente a lo “religioso”, sobre “Dios” en persona, sino a lo único que sabemos de Él a ciencia cierta: su manifestación, el Universo, y su Inteligencia directora: el “Espíritu”.

    De ahí, la importancia de los relatos míticos, pues solo los que son auténticos, resuenan en el espíritu del ser humano, con una fuerza irresistible, y sitúa al humano en sintonía con la línea del Universo: lo “sacro”.

    Todos lo problemas del ser humano, es justo ese: la falta de sintonía, con esa línea direccional del Universo, que nos ocasiona automáticamente la alienación personal y sobre todo social, y convierte la sociedad en un manicomio: la dispersión psíquica generalizada y normalizada.

    Y en un manicomio, de nada sirve razonar. Cada “loco va con su tema”, cada uno a los suyo, unos están quietos, otros están en continuo movimiento, pero nadie llega a ningún sitio, en un puro caos.

    Por eso es trascendental, sintonizar con ese “Espíritu” del Universo, para encontrar la dirección adecuada. Y eso se consigue a través de los “mitos” auténticos, que son los que tenemos que encontrar, consultando sobre todo, con nuestro “espíritu” personal.

    Y es importante acertar con los mitos auténticos, porque el ser humano, para completar su cosmovisión general de todo, (esa teoría sobre todo, que nos fabricamos en la mente, para tener una referencia con la que afrontar nuestra vida), necesita mitos, sean más o menos acertados.

    Si no los utilizáramos, nuestra cosmovisión quedaría abierta, y coja, y no seríamos autónomos, como los niños pequeños, que no empiezan a actuar por su cuenta, hasta que no han rellenado su cosmovisión, de mejor o peor manera, en la adolescencia.

    Todos necesitamos los mitos, incluso hacemos mitos, o postulados erróneos, de temas como la Ciencia. Los usamos como       “convicciones sobre temas importantes, que llevamos en nuestra cosmovisión, unas veces acertados y otras no”.

    Y lo hacemos muchas veces sin darnos cuenta, igual que hablamos en prosa.

     

  • M. Luisa

    ¿Es que acaso no estamos los humanos situados en el Cosmos con características propias  como para que hayamos de repetir errores del pasado?

     

    La actualidad no puede  alimentarse  de mitos. Si nos atenemos  de entrada a la frase de Pannikar, con la que da comienzo el escrito:

    “la mayor parte de los supuestos problemas teológicos, son en realidad problemas cosmológicos, de encontrar la verdadera situación del hombre en el cosmos”. contrariamente a lo que leo,  no es que  lo primero que hayamos de hacer sea ponernos a analizar  la situación ¿Cuál, sobre qué base? Sino tomar conciencia de que en ella, en esta situación,  nos encontramos entre las demás cosas constituyentes todas  del Cosmos.

     

    Es a este enfoque, a mi modo de ver el que nos remite Panniker en su frase, porque él los problemas teológicos los trae nada más como supuestos, si acaso vendrán a posteriori  y, por tanto,  anterior a ellos están por resolver los problemas cosmológicos. Los mitos fueron la consecuencia de haber trastocado este orden.   Y cómo, pues ahora en la actualidad, sin rubor alguno, pueden volverse a invocar!

  • Isidoro García

    “Buscamos nuevos relatos e inspiraciones, motivos y razones de esperanza ante esta grandísima deconstrucción de la cosmovisión premoderna”. (Grupo Lenaers).

     

    1.   Antes de buscar nuevos mitos para afrontar el presente y el futuro, hay que desprenderse de los falsos mitos que nos han traído hasta aquí.

    La situación del ser humano en el Universo, era el del niño desvalido, que necesita la presencia cercana y amorosa de sus padres, que daban un sentido a su vida, y le proveían de todo y sobre todo de seguridad.

    El niño se enfrenta al mundo, porque sabe que cuenta con el apoyo de sus padres, que para él, son “Dios”. Pero según va creciendo, y pasa a adolescente, y va dándose cuenta paulatinamente, de que esto no es así. Ni sus padres lo saben todo, ni son los más fuertes del mundo, ni siquiera son tan buenos como pensaba.

    Y por otra parte, su propio desarrollo natural, (no su soberbia, ni su hibris desordenada), le lleva a ser un joven, y le impulsa paulatinamente, a empezar a vivir por su cuenta, y a ser “mayor”. Necesita independencia, vivir su vida, y tomar sus propias decisiones. Eso es un desarrollo natural y deseable.

    O sea que lo primero que tenemos que tener en cuenta, es que no estamos así, por nuestra mala cabeza, y nuestra naturaleza rebelde. Hay que desoír, a todos los que implícita o explícitamente, propugnan:

     

    El 1º mito falso: Dios quiere la infancia perpetua del ser humano, y su obediencia y sumisión eterna: La autonomía humana es futo de su soberbia y vanidad.

     

    Hoy día, el desarrollo natural de la cultura del ser humano, nos hace afrontar esas necesidades, nosotros “solos”, pues hemos llegado a la conclusión, de que la evidencia nos dice que el Dios providente y cercano, era un mito infantil, en el que ya no creemos. Algo como el mito de los Reyes Magos, o el Ratoncito Pérez, de los niños.

    Y para muchos, eso es un “palo” psicológico muy fuerte, que precisa de una readaptación mental.

    Para conseguir sobrevivir en esa batalla perpetua de la vida, hasta ahora nos hemos ayudado con una serie de mitos, para darnos la seguridad y autoconfianza que precisábamos.

    Sobre todo, el mito de que contábamos con el apoyo y la ayuda directa del Dios todopoderoso.

    “Dios”, no ha muerto, solo que vive en su casita, y nosotros en la nuestra, y no podemos llevarle a lavar la ropa sucia, o ir a su casa a comer, cuando tenemos hambre y no hay nada en nuestra nevera.

    No somos huérfanos, sabemos que “Dios”, (a través de su obra, el Universo), no nos ha abandonado, pero su apoyo es en la distancia.

     

    2.    Después del mito del Dios providente y cercano, la Modernidad, se apoyó en otro mito falso. El mito falso de que contamos con una mente racional infalible.

    (¡Resulta que somos los más listos de la Tierra, lo que a niveles cósmicos, es como decir que somos los más listos de nuestro rellano, ¡fíjate que cosa!. Esto me recuerda lo de aquel, del que decían que era el tonto del pueblo. Y su pueblo era Nueva York: eso sí que es ser un tonto de verdad).

    (Hoy día, pensar que no hay mas inteligencia en el Universo, que en la Tierra, es algo tan ridículo y paleto, como las “mises Universo” de su pueblo, o como el chiste del “mapamundi” de Bilbao.

    Es lo mismo que si te crees las cosas de tu madre: “¡Ay mi niño, que es el niño mas guapo y listo del mundo mundial!”).

    Todavía hoy, Descartes, es considerado como un gran gurú, (que lo fue de su tiempo y época):

     

    2º mito falso: Pienso, luego tengo la verdad. Este está reflejado en el cientificismo, que es la mitificación perversa de la Ciencia.

     

    La realidad siempre es más difícil de lo que quisiéramos. La mente humana es muy limitada, y la arquitectura del cerebro humano, es de aluvión, superponiendo capas mas evolucionadas sobre las primitivas, lo que nos da un diseño cerebral muy ineficiente. En nuestro caso, el error, es la norma, no la excepción, hasta que lo resuelva la tecnología.

     

    3.    Pero poco a poco, y trabajosamente, vamos avanzando en el conocimiento de la humanidad y del Universo.

    Y podemos llegar a la conclusión de que el Universo, a través de su diseño, y de sus Leyes universales, físicas, biológicas y sobre la Inteligencia e Información, está “conjurado” hacia una expansión de la conciencia en el Universo.

    Esta “conjura”, no es directamente determinista, y en línea recta, pero existen unas líneas rojas en el campo, que nos van conduciendo irremediablemente hacia las su “telos” o dirección del Universo. Es un río, que avanza tortuosa, pero indefectiblemente hacia el mar.

    De ahí viene el

     

    3º Mito falso: Estamos solos y abandonados ante la inmensa soledad de un Universo que nos es indiferente, incluso hostil.

     

    Y el Universo, en esa línea general directora, esas Leyes universales, las ha concretizado, en nuestro equipamiento mental.

    Así, en el último salto evolutivo emergente del “homo”, que se produjo en los últimos 300.000 años, le dotó de unos nuevos algoritmos neuronales adicionales, con una emoción nueva a añadir a las otras comunes con los demás primates, (la ira, el miedo, la alegría, la tristeza, el asco y la sorpresa): la emoción de la “auto-trascendencia”, o “Elevación”.

    Es un rasgo de personalidad psicológicamente medible, (test de Cloninger), y que puede definirse como el deseo o la sensación de pertenecer a algo más grande que uno mismo, a un Todo del que nosotros somos parte.

    Esta dimensión de nuestra personalidad, es conocida con el nombre de espiritualidad, y relaciona lo profano con otro lado de la realidad, conocido genéricamente como “lo sagrado”, (Jonathan Haidt).

    Esta nueva emoción, que es la que nos hace verdaderamente “humanos”, se articula en tres poderosos instintos naturales hacia la Bondad, el conocimiento de la Verdad, y el disfrute de la Belleza y la Felicidad de vivir.

    Y además de esta nueva emoción, en el último salto evolutivo, fuimos dotados de una biblioteca de imágenes sabias, sobre la Realidad del Universo, biblioteca que se articula autónomamente, y se activa, surtiéndonos de intuiciones sabias ad hoc, para cada situación: es lo que llamamos “el espíritu” personal, que es un microcosmos fractal del gran “Espíritu-Sabiduría” del Universo. (Es el Inconsciente Colectivo de Jung).

     

    ¿Es o no es esperanzador, conocer esta realidad humana, ante los grandes y graves retos a los que nos debemos enfrentar?

    • Antonio Llaguno

      Isidoro,

      entrando en el asunto de los “mitos falsos”, incluso creo que podríamos llegar mas allá, es decir que no solo son falsos sino que tampoco son aceptados mayoritariamente.

      Ninguna religión seria (No incluyo en los cristianos serios a los friki carcas que siguen creyendo en una interpretación literal e histórica del relato del Génesis, por ejemplo) asume un Dios voluble y caprichoso, que necesitamos para vivir y que nuestra libertad y libre albedrío son fruto de nuestra soberbia y vanidad. desde luego el cristianismo no y el catolicismo, bien entendido tampoco. De hecho el cristianismo y catolicismo modernos lo que defienden es que ese libre albedrio es fruto del amor de Dios en vez de ser fruto de la soberbia humana

      Otra cosa es que existan religiosidades populares que se deriven de una imagen de Dios primitiva como la que expones, pero descuida Isidoro, esa gente no se va a poner a plantearse nada sobre cosmología.

      El segundo ni siquiera se lo plantean las personas con dos dedos de frente. Lo que una persona medianamente inteligente hace es decir “Pienso luego tomo decisiones” y acaba reconociendo “Tomo decisiones luego me equivoco”

      Y el tercero es mucho más discutible y para mi (Sólo para mi) totalmente irrelevante. ¿Qué mas me da que no estemos solos en el Universo si no puedo contactar con esos “otros”? El ser humano es relación (Exactamente igual que el Dios cristiano). Si no puedo relacionarme con algo o alguien ese algo o alguien no existe para mi y me da igual si existe o no en la realidad.

      Yo añadiría un 4 mito falso, que si que me parece que subyace bajo la mayoría de tus argumentos pero del que estoy totalmente convencido (Es decir que como es fruto de mi pensamiento, puede estar equivocado) y es: “Todo aquel avance científico-tecnológico que hoy no es posible, lo será algún día”.

      Por ejemplo tú lo ejemplificas diciendo: “Dentro de poco tiempo ya tendremos la tecnología para reconvertir nuestra alma-mente, o en seres razonables y respetuosos, o por el contrario agudizando nuestra venalidad e incoherencia personal.”

      Y yo no estoy seguro de que eso sea así. No soy futurólogo ni profeta y no tengo nada claro que eso vaya a producirse, como cuando dices “…hasta que lo resuelva la tecnolgía”.

      ¿Y si no lo resuelve?

       

  • Rodrigo Olvera

    Respecto de la alternativa que colocas en la entradilla, Antonio: nuevos mitos tecnológicos o fe personal  depurada, me apunto a la segunda. Lo que no quiere quiere decir que esa fe personal excluya una dimensión narrativa ni que se excluya el recurrir a la metáfora para explorar y sobretodo comunicar la experiencia de fe personal.

    En la metáfora se tiene claridad de que se trata de un recurso narrativo; el mito es una metáfora que se presenta como si fuera hecho, y ahí el el beneficio pero también el daño que puede hacer.

    Pongo un ejemplo:

    Yo puedo tomar el Principio de incertidumbre de Heisenberg y derivar de ello una metáfora útil para comunicar una dimensión de mi búsqueda personal en que renuncio a la certeza de los grandes relatos convertidos en dogma. El problema es cuando en vez de presentarlo como una metáfora, lo presento como si fuera una evidencia fáctica que el principio de incertidumbre de Heisenberg se aplica como tal a la espiritualidad; mucho peor cuando mi comprensión misma del principio de Heisenberg es equivocada, como ocurre en muchos casos en que leo que se invoca tal principio en diálogos sobre espiritualidad.

     

    Abrazos y esperanzas

  • ana rodrigo

    Dice Isidoro: “Pero hoy día sabemos que todos los mitos contienen un núcleo interno de verdad, rodeado de una múltiple hojarasca de errores y supersticiones literarias.”

    Más que un núcleo interno de verdad, creo, que los mitos sintetizan con éste o con otro recurso literario, unas inquietudes humanas nacidas de nuestra capacidad de preguntarnos por todo aquello que no podemos explicarnos empíricamente; es esta inquietud, no la explicación de la duda, por ahora…

    Sin embargo, las religiones sí han convertido los mitos en explicaciones dogmáticas e indiscutibles. Y de ahí se deriva que sea el tiempo y la evolución de la sociedad lo que necesita cambiar los paradigmas utilizados buscando una explicación lo más próxima a lo científico. Especialmente la neurociencia.

    De ahí viene lo que dice Isidoro y que yo estoy de acuerdo: Lo que me parece claro es que el nuevo mito, se debe apoyar más en los avances de los cosmólogos y los neurocientíficos, que en los teólogos, dedicados a especular sobre cada línea y cada palabra de unos escritos de hace casi dos mil años.” Estos avances pueden dar argumentos más próximos a la complejidad de la conciencia humana. ¡¡¡Ay, el cerebro!!!