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De capirotes y nazarenos

        Alguien ha definido lo real como “el tejido inconcebible de acontecimientos contingentes”. Columnas recientes aparecidas en la prensa escrita o virtual me sugieren intervenir en relación con las muestras de piedad religiosa, sobre todo las relacionadas con la Semana Santa, con la andaluza especialmente. Serví un tiempo como capellán de un hospital de sangre, fundado en el siglo XIII, en un pueblo de la Baja Andalucía, donde el venerable clero parroquial era poco, por decir cantidad, partidario de las procesiones y sus añadidos. Así que era un servidor quien acompañaba a todas las procesiones de los días santos. El jueves, cuando las cofradías hacían su salida ya de noche y se recogían a mediodía del viernes, el brigada que dirigía la música del regimiento de guarnición, con el que había coincidido día si y día no toda la semana, se acercó y me dijo: “¡Qué, padre, ¿a echar el ratito?”.

          Los científicos han llegado a la conclusión que al planeta Tierra le quedan X millones de años para fundirse y desaparecer. Pero que es seguro que desaparecerá. Me recuerdan lo que decían algunos embajadores ante la Santa Sede cuando los ministros de Exteriores de su países les interrogaban por la pronta posibilidad de que quedara vacante la sede de Roma ante la rumoreada enfermedad del pontífice reinante en el momento. Se dice que en el telegrama de respuesta informaban “ Excelencia respecto a la cuestión de la que solicita información estoy en condiciones de afirmar que no es inminente, pero sí segura”. Porque desde el adviento del año de mi primera comunión, 1948, he hoy hasta el de 2023 me han leído en la misa parroquial y predicado que el mundo desaparecerá, que el sol se apagara, que la luna y las estrellas caerán. Y que el Señor del Universo hará nuevas todas las cosas.

          Igualmente los científicos de diversas disciplinas, los comunicadores, los dueños de los medios de comunicación, los inmensamente ricos que dominan el comercio y los negocios, los dictadores de ultraderecha y de ultraizquierda y de espacios entre ambos, más políticos interesados en no ser molestados y los clérigos racionales y profesionales de diversas entidades presuntamente religiosas que con sus conductas, nos hacen saber que Dios, no es, no lo es, no existe, sino un ídolo que nos hemos creado con la imaginación, el inconsciente, el subconsciente. Y que lo que mola es no hacerle ni puñetero caso porque ni existe, ni ha existido nunca.

          Y entonces aparecen miles de seres humanos que andan delante y detrás de tallas de madera, de cristos crucificados y mujeres disfrazadas de reinas del cielo y de la tierra con trompetas y tambores y durante horas y horas caminan por calles y plazas para asombro de güelfos y gibelinos, de guiris aparecidos en avión para gozo de hosteleros y posaderos, de taberneros y vendieres de baratijas y de los políticos que saben al día siguiente de acabar el folclore cuantos euros han dejado desde Calandra a Zamora y desde Burgos a Cádiz.

          Lo que ocurre es también que miles de seres humanos consideran con pasión que el hombre casi desnudo que pende de un madero es Dios muerto en cruz por los poderosos y los religiosos con poder oficial de este mundo que siguen siendo los mismos. Y que no hay otro Señor quiste lacerado, herido, escupido y muerto. Y que como aman la belleza de los caireles y los velones, de la música y las flores, de varales y hábitos, se expresan así. Por sus madres que ya han muerto pero lloraban al ver pasar al Señor muerto y a estos capirotes les sabe a sal la cara al oír llorar a sus madres. Y saben que no hay explicaciones de los avatares y maldades de la vida ni para ellos pero tampoco para el Jesus del madero, ni para su santísima madre que se jartó de llorar de pena en el Calvario. Y como no hay explicación eligen la cruz del crucificado que la ven y la entienden. Es menos complicado que los agujeros negros y la física cuántica. Como el Dídimo podemos meter los dedos en la heridas.

          Nicolás Chafot, escribidor del siglo XIII ya lo advirtió: “Los razonables han sobrevivido. Los apasionados han vivido”.

 

11 comentarios

  • Javier Pelaez

    Por cierto cómo Ana habla del libro de Castillo mañana iré a la presentación en la iglesia de San Antón xq hace mucho q no veo a Castillo en directo..Aprarte de leer su libro. Creo q me he leído todos sus libros o casi todos….Los perdí con las mudanzas varias

    • ana rodrigo

      El libro de Castillo es muy recomendable, está muy bien documentado y aclara fehacientemente porqué se ha llegado a donde estamos desde que el grupo de cristianos en el siglo III aceptaron el poder y la riqueza que, posteriormente Constantino afianzó con todo tipo de privilegios. A partir de ahí el Evangelio se convirtió en una parte de la religión que confundió evangelio, como proyecto de vida, y religión, como conjunto de normas y ritos.

      Esta tarde a las 18 horas, Religión Digital retransmitirá la presentación del libro por el propio Castillo, Pedro M. Lamet, coordinada por José Manuel Vidal

      • Javiierpelaez

        No pude ir xq a las 17:30 tenía la cabeza como un bombo en el tbjo.(estaba agotado del intento de corruptelas varias y de la descomposición organizativa del sitio donde tbjo) lo voy a comprar y lo leeré .Castillo me parece un gran sabio.Una inteligencia descomunal con una sencillez argumentativa espectacular. Porque  se dedica a la teología q no es una cosa q dé mucho lustre…Es un sabio….

        • ana rodrigo

          Javier, te gustará el libro de Castillo, creo que es el libro de su vida. No va contra la Iglesia, sino contra la religión que ha marginado el evangelio a un simple recuerdo, al mismo tiempo que constata una realidad a la que la juventud ni se acerca ni le interesa, lo que salta las alarmas de qué será la Iglesia dentro de cincuenta años. Contrapone la religión, como normas y ritos anacrónicos desde el poder conservador clerical, con el evangelio que habla de la vida humana en sus necesidades en cada momento de la historia.

          Todo ello muy, muy documentado y muy sencillo de leer y de entender.

          • Javiierpelaez

            Lo he comprado esta mañana.Lo voy a leer

          • Javiierpelaez

            He acabado el libro de Castillo y aparte de enseñarme con su erudición,muchas cosas de la historia de la iglesia q no conocía me gustó bastante…Muchas cosas…Es muy de agradecer q un teólogo ponga expresamente q la iglesia debe preocuparse x la sanidad pública y x sus excelentes profesionales q lo son…La distinción entre religión y evangelio es profunda…Y me gustó mucho la reflexión sobre la “importancia” y el poder …Tb q uno de las señas de identidad del cristiano debe ser la libertad,aunq claro a Jesús no le llegamos ni a la suela del zapato…Muy recomendable el libro…A mí tb me hizo mucho bien…Un hombre sabio Castillo…Tiene unos conocimientos enciclopédicos…

  • Javier Pelaez

    Yo he asistido a procesiones de Semana Santa y algunas son especialmente bellas ,quizá xq las tenga vinculadas a recuerdos emocionales…Pero en términos generales creo q algunas de estos eventos folklórico/religioso/populares muchas veces son verdaderamente cómicos contemplados desde la distancia y el escepticismo…Ponían en Twitter a dos pasos de una Virgen y un Cristo bailándolos uno frente al otro y tocando el himno de España y la gente aplaudiendo enrabietada…El twitero ponía:”si es q nos tenemos q reír…”.Y la verdad q el asunto era cómico de puro ridículo q era…Luego está el asunto este de TV3…Todos sabemos q hay un sector del catalanismo q tiene un cierto desprecio hacia lo andaluz…Que sería de la cultura española e incluso de la catalana sin la aportación insigne de diversos andaluces…El problema es q hay un delito completamente obsoleto de ofensa a los sentimientos religiosos y un grupo de retrasados mentales q se autocalifican de Abogados Cristianos y claro uno no se puede reír ni de las verdades cristianas,ni de las tradiciones…Hasta el mismo Tertuliano decía creo xq es absurdo y el humor se basa en el absurdo… Yo algunas veces me he reído de algunas de las cosas q creo como cristiano xq ciertamente convendréis conmigo q son de una irracionalidad absurda ..Una cosa es q ser cristiano sea más o menos razonable o sea bastante útil para tener una mirada distinta sobre la vida,pero otra cosa es q uno no se pueda reír de cosas q son complicadísimas racionalmente…Luego está claro todo ese sarao q montan las autoridades políticas en Semana Santa ..Creo q los políticos no deberían asistir a estos saraos en lugar preminente…Por lo de+ si el cristianismo se queda en procesiones creo q sería muy superficial…Es verdad q en la sociedad q vivimos hay otros saraos y otras fiestas populares de diverso signo  tb igualmente de superficiales…Luego hay actos como ese de la Legión de Málaga que no es x antimilitarismo,q tb,q no alcanzo a entender su significación religiosa…

  • George R Porta

    Gracias por este artículo, Alberto, y mi gratitud también por los comentarios. Fuera de España los medios de comunicación hacen énfasis, al menos en este país donde resido, los Estados Unidos (de la América del Norte) en cuán multitudinaria, floklórica, productora de dividendos es la celebración de la Semana Santa. Reclamo mi excepción porque me emociona «bien mirar» con la ternura que aún puedo, al Jesús sufriente o a la Madre con el corazón destrozado, sobre todo en mis «coloquios» (que eso aún no lo he perdido). Aunque ya no soy la persona más religiosa, me pienso y siento un agnóstico «tratando de vivir como si Dios existiera» (Ratzinger), pero me duele que alguien generalice o profane la otra realidad muy real que tiene que ver, sobre todo las Hermandades aunque no solo ellas, que mucha gente de fe de la buena y sentida habrá, que no acude a las procesiones para hacer dinero o para «carnavalear,» sino con un corazón sincero e íntegro, dolido, arrepentido y, esperanzado.

    Por otra parte, siempre será bueno dejarse recordar que la jerarquía católica no tiene sus manos limpias. Con pesar hay que admitir que la mayoría de sus representantes no ha seguido la pauta de Francisco que abrazó un estilo de vida pontificio mucho más simple y menos lleno de oropel (que ya lo había hecho de cura jesuita y de obispo) como no hicieron ni JPII ni Ratzinger. Pablo VI ya había comenzado aunque de manera tímida. Siendo alguien que vive muy lejos de la cultura religiosa española (si bien crecí en lo que de ella quedaba de la que trajeron los españoles a Cuba) me llama la atención y me duele que en las empresas de publicidad y en las de turismo, haya tanto seglar católico que no le interese más que otra cosa que su trabajo sea efectivo al servicio del comercio y no de la fe que profesa. De los protestantes que, en esta época de alrededor de Semana Santa, promueven el turismo, sobre todo en Andalucía, como espectáculo profano, no me extraña. A pesar de alguna mejora, este país sigue siendo protestante (no secular) y «anti-papista» en lo profundo y, por lo tanto, incapaz de apreciar las imágenes y los «Pasos» ni siquiera como arte y, desde luego, los capirotes.

    La pregunta permanece: ¿Qué ha fallado en la predicación o en la «evangelización» católica que dejó de ser persuasiva?

  • ana rodrigo

    Estoy leyendo el último de de JM Castillo titulado “Declive de la Religión y futuro del Evangelio”, y su información y reflexión sobre religión y evangelio me lleva a preguntar si realmente las precesiones se quedan en una respetable devoción emocional, personal y colectiva, o si en la calles se habla de lo que fue el vivir día a día de un Jesús humano y humanizador con toda persona con la que se encontraba, dando ejemplo del mensaje que los evangelistas nos han hecho llegar sobre su proyecto de vida, alejado de la riqueza (inmensísima riqueza semanasantera actual), alejado de ritos (grandiosos ritos actuales), lejos del templo (inmensos templos actuales), clero todopoderoso, auto-portavoces de Dios mismo, (entonces y ahora), lejos de lo que en aquel tiempo eran las instituciones religiosas judías.

    Una persona humilde que se identificaba con quienes nada pintaban socialmente, incumpliendo la ley, (ley que tranquilizaba y tranquiliza conciencias), y sembrando vida por donde pasaba. Rebelde, revolucionario, inconformista con la tradición sólo por ser tradición. Nunca habló de religión, más bien luchó contra una institución que manipulaba conciencias y anulaba la conciencia individual para actuar por sí misma prescindiendo de los preceptos religiosos.

    Ahora bien, que la Semana Santa y otros manifestaciones religiosas, con sus imágenes, sus santería, sus rituales cohesionan tribalmente a grupos socio-religiosos y hace felices a las personas, pues adelante, pero no confundamos la Religión-Iglesia con el Evangelio, desde hace siglos utilizado y usado,  olvidando su esencia, para lo que realmente apareció, que nada tiene que ver con este exhibicionismo popular y ruidoso.

    Por rebelde y revolucionario lo mataron. Todo ello se ha convertido en una fiesta que paraliza sociedades, ciudades y pueblos, en un jolgorio semi cómico-trágico.

    Mi respeto a las personas, pero no a al evento en sí mismo.

  • Rodrigo Olvera

    Mi estimado y admirado Alberto

    Gracias por esta reflexión.
    Cuando leí el hilo anterior de Alfredo Fierro sobre las procesiones, y algunos comentarios, me quedé con una incomodidad. Entiendo bien la mirada de Alfredo y quienes comentaron en su línea. Aún así me pregunté si todas las personas que participan en tales actos califican con la misma descripción de una vivencia superficial, un mero teatro.
    Pensé en el contexto histórico del inicio de esta tradición (ampliar el acceso al pueblo, de las peregrinaciones a los lugares santos, a los autos de fe actuados, a la procesión con imágenes); y más aún en el contexto de su popularización (la contrarreforma católica, que estableció el vínculo entre la práctica de la procesión se Semana Santa con la identidad individual y comunitaria). Y me parece que ahí es donde podemos entender la forma en que se practica hoy: al igual que en la contrarreforma que las hizo populares, además del aspecto propiamente devocional, hay un tema de identidad que se siente amenazada.
    Si algo de ésto es cierto, ¿será más efectivo criticar y cuestionar a quienes así se expresan? ¿O será más efectivo atender las causas profundas de esa percepción de amenaza a la identidad? Digo más efectivo, ya de más cristiano ni hablamos.
    Por cierto, lo dije aquí en ATRIO en 2007: las condiciones sociales (donde se encuentran las causas profundas de la percepción de amenaza) y esa percepción de amenaza son caldo de cultivo para el crecimiento de la derecha.

    Abrazos y esperanzas

  • ELOY

    Evidentemente, amigo Alberto, “hay cosas del corazón que la razón no entiende. ”

    Ante la pregunta divina: ¿ dónde está tu hermano?, decía  José María González Ruiz:

    << Hay muchos teistas -auténticamente “incrédulos” porqué ante la pregunta divina se han encogido de hombros>> (“Creer es comprometerse “; editorial Fontanella  1967)

    Hace también referencia González Ruiz (pág. 108) a nuestros “viejos – y gloriosos “catolicismos” deiítas y aburguesados”.

    Pero también es verdad que yo recuerdo de González Ruiz referirse con mucho respeto a las tradiciones y expresiones procesionales de Andalucía, en cuanto manifestaciones populares de piedad, Y pienso que la memoria no me falla de cuando dio una conferencia en la Universidad de Santiago , y luego, ya era tarde-noche, fue con un grupo de estudiantes de la JEC, seriamos unas siete u ocho personas, a tomar un café al Café Avenida de Santiago, donde estuvimos bastante tiempo hablando de muchos temas.

    Y concluyo con otro texto de su citado libro: (pág. 64) :

    << (…) nuestra fe es la aceptación de un Dios gratuito. La palabra “gracia, “gratuito2 es la palabra más teológica, la palabra que no puede ser herida porque entonces dejaríamos de ser creyentes.  >>

    Así pues dejemos camino a la sorpresa “a la gracia” … ; aunque no puedo dejar de decir lo mucho que repugna en general ver a los políticos intentando hacer méritos electorales o de otro tipo dejándose ver en las procesiones…