Marga Sánchez Romero, en su libro titulado Prehistorias de mujeres, nos hace entrar en un relato imaginario de cualquier día de nuestra vida y dice: “Ahora te pido que borres de ese relato a las mujeres. Y no sólo a ellas, sino a todo lo que se supone que se relaciona con ellas. ¿Podrías contarme tu día igual? ¿Crees que tu relato estaría completo? ¿Sería comprensible? Algo así es lo que hemos hecho con el relato histórico: hemos borrado a las mujeres de esa narración y hemos generado una historia incompleta y, en consecuencia, poco comprensible”.
Hoy, 8 de Marzo, se celebra EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER ¿Realmente estamos viendo, tomamos conciencia de que las mujeres estamos y somos más del 50% de la población mundial? Y sobre todo ¿Nos damos cuenta de que somos seres humanos a todos los efectos?
La Historia no sólo es el pasado, es también el momento presente, un sin número de mujeres en cada rincón del mundo, en unos con más ferocidad que en otros, de manera ostensible, las niñas son gaseadas en las escuelas, como en Irán, en otros las niñas no tienen acceso a ninguno de los derechos humanos elementales: son mutiladas genitalmente, no van a la escuela, son vendidas a la prostitución desde pequeñas, contraen el sida de manera inenarrable, se quedan embarazadas, las alejan del hogar durante la menstruación, no pueden salir a la calle ni de niñas ni de adultas sin ser acompañadas por un hombre de la familia, las casan con hombres mayores; si éste las abandona, también lo hacen sus familias… ¿Conocemos esta historia actual? ¿O solamente miramos lo que nos interesa de la historia pasada y presente? ¿Qué nos han enseñado en la escuela sobre la historia de las mujeres? Emperadores, reyes y guerras, incontables, guerras de todo tipo (territoriales, de religión, de ambición, de invasión, de conquista, et.etc)? ¿En alguna de ellas se hablaba de la violación masiva de las mujeres allí donde ponían los pies los machos soldados, cual animales en celo? No, esto no lo dicen los libros de texto ni los libros de historia.
¿En alguna página de la historia se nos dijo que no sólo existió “el hombre prehistórico sino y también la mujer,” como dice Marylène Patou-Mathis en su libro El hombre prehistórico es también mujer? ¿Alguien ha pensado que quizá la cueva de Altamira la pintaron las mujeres?
El homo sapiens se zampó a la mulier sapiens, se borró la existencia de la mujer y todo lo que colaboró en el desarrollo de la marcha de la humanidad. No, lo borraron los hombres porque tanto los restos arqueológicos prehistóricos, como las señales que han ido dejando sigilosamente las mujeres en ciencia o en otros descubrimientos, ahí están, pero no interesa que estén. No es ningún secreto que el término homo nos lleva a pensar en el hombre, dueños y señores de la vida y de la muerte, de la política y de la ciencia, del desarrollo y de la cultura y tecnología, y así hasta el infinito.
Detrás de todo este proceso, está el hombre, claro, exceptuando los lugares y los momentos en que Dios fue mujer. Y aparecieron dos problemas, el olvido de la mujer y la concentración total de “poder” en el amplio sentido de la palabra en los hombres, es decir el machismo, el androcentrismo y el patriarcado. Y con ello una masculinidad perversa para el género humano, desequilibrado en todos los aspectos a favor de los hombres, lo que llevó a la desaparición de la mujer en los libros o en los museos, o en las decisiones legislativas o normativas, o en sus capacidades de pensar, descubrir, decidir.
A los hombres se les ha injertado en su hacer y vivir, su presencialidad en la vida pública, las mujeres deberían quedar en la invisibilidad, en el hogar, en la vida privada. Y ya sabemos, todo aquello que no se ve, o no se nombra, no existe.
Algunas mujeres científicas ¿conocidas…..?
- Frances Bilas Spence- programadora digital
- Grete Hermann-matemática, física, filósofa etc.
- Marjorie Mary Swenting- geomorfóloga
- Ida Noddak-química
- Marta Macho Stadler- matemática
- Caroline Herschel-astrónoma
- Ada Lovelace, primera programadora de ordenadores
- Lise Meitner- fisión nuclear
- Margarita Salar- bióloga
- Elisabeth Blackburn-Nobel de medicina 2009
- Flora de Pablo- biología molecular.
Más las conocidas Hipatia, María Zambrano, Marie Curie, y una infinidad de mujeres desde la antigüedad hasta nuestros días.
Yo dispuse una colección de seis tomos de historias de mujeres, desconocidas para la historia divulgativa y ¡vaya que han existido! Pero en el silencio más absoluto. ¡¡¡Cuánto talento y cuántos valores sociales perdidos….!!!
Seamos sinceros y seamos sinceras, ¿cuántos conocemos las historias de las mujeres?
Dice Marga Sánchez: “la premisa que pretendo demostrar es muy simple: Las mujeres hemos participado en la vida social, política, económica y cultural en todas las sociedades a lo largo de la historia. Pues vaya novedad me dirás. Pues no te creas que está tan claro” Y yo pregunto, entre las numerosísimas citas que se ponen en atrio –quitando a santa Teresa y Simone de Beauvoir– ¿qué otras citas de mujeres científicas se citan en materias filosóficas o científicas o literarias o artistas de toda índole? CERO ¿No las ha habido? Busquemos, busquemos, Google lo sabe todo.
Posdata o aclaración: mi reflexión tiene como objetivo esto mismo, REFLEXIONAR en qué punto de interés estamos en busca de mujeres valiosas y colaboradoras del desarrollo y de los derechos como, por ejemplo Olimpe de Gouges, que escribió Los Derechos de la mujer y de la ciudadana en 1791.
Cuando seamos libres dd ser:buenas, malas, tiernas, agresivas, suaves, ásperas, perseverantes o no. Cuando tengamos la libertad que ellos tienen para adjudicarnos roles femeninos entonces hablamos de igualdad.
este Papa, como todos… solo protegen un Estado en ls sombra de todos los movimientos del mundo, crisis o guerras ellos siempre sacan ventajas. Y no… las mujeres queremos hacer lo que nos salga de bollo… porque también tenemos derecho hablar sin los paradigmas dónde no queremos estar. Hay muchas ramas donde huele feo.
Querida Ana… no es soñar… es exigir igualdad. No es tu-mi-nuestro empeño es devolver lo robado a nuestro género. ¿Nos damos cuenta que esas palpaditas en la espalda es lo mismo de lo mismo y ni siquiera tienen un mal zapatazo o taco, para decir ¡basta!? Fuimos, somos y vamos a seguir siendo unos crueles y tibios machistas, los mismos que aborrece ese dios al que predican y adoran.
Ana… mujer guerrera te quiero. Mujer feminista y mujer que parió a mujeres.
Nuevamente, mi bienvenida a atrio en la denuncia y en la protesta.
Es cierto que el machismo más radical lo tenemos dentro, puesto que la Iglesia son hombres, hombres teólogos, hombres representantes de un Dios masculino (omnipotente y todopoderoso, como ellos), hombres con todo el poder sacralizado desde su representación de Dios…; esto es una mera constatación de la realidad. La tarea es dar un vuelco de ciento ochenta grados, pidiendo algo tan simple y sencillo, como igualdad entre hombres y mujeres, puesto que somos seres humanos.
Y dentro de la Iglesia, más simple todavía, volver a Jesús, pues Jesús rechazó el sacerdocio (el Sanedrín lo asesinó), rechazó ser poderoso, rechazó ser importante, siempre estuvo al lado de las mujeres y las mujeres siempre al lado de él, en la cruz y en el sepulcro, y en dar la noticia a los apóstoles que lo de Jesús no estaba en el sepulcro, sino en la vida, sin ellas, quizá todo hubiese quedado enterrado en el olvido, sin ellas, quizá no hubiese existido la Iglesia hoy acaparada al cien por cien por los hombres.
Hoy he leído este párrafo de Aradillas en RD muy sabio, dice: “La manera de presentar el Evangelio desdichadamente no es muchas veces más que una forma sutil de defender el sistema eclesiástico, el poder personal, los privilegios sociales y la superioridad del grupo.” Poco que añadir.
Otro abrazo
Gracias Ana. Un saludo cordial. Olvidaste (porque no la conoces) a una vecina mía que perdió a su hija en una de las tantas guerras en las que participa, cuando no las inicia, este país en el que resido y que se dedica a cuidar niños y niñas con el Síndrome de Down. ¿Cuántas mujeres en su anonimato son importantísimas como esta que te menciono? No sé, pero de seguro que muchísimas. Habrá hombres también, pero no creo que en un número que supere al de las mujeres. Un abrazo cordial y agradecido por este artículo.
Gracias, George, qué alegría leerte.
Tienes razón, la diferencia entre hombres y mujeres que han sido y son muy importantes, es que a las mujeres se las ha invisibilizado y los hombres se han llevado todos los triunfos.
Como digo tantas veces, cuando los hombres analicen cómo se vive la masculinidad a nivel individual y, sobre todo, colectivamente, las cosas cambiarán más rápido en la sociedad y en la historia para hombres y para mujeres.
El movimiento feminista está muy activo, el movimiento de los hombres revisando la masculinidad, ni se plantea.
Un fuerte abrazo
No quisiera dejar pasar esta primera semana de marzo tan significativa para la lucha en favor del feminismo sin al menos decir algo al respecto. Hay que reconocer que en el momento actual existe bastante confusión. Con relación a ella, siempre recordaré lo que sobre Casaldáliga leí decirle, aquí mismo en Atrio, a una teóloga feminista que si bien consideraba ella de gran valor toda su trayectoria de vida, nunca le oyó decir nada en defensa de la mujer. Cuando leí esto el alma se me cayó a los pies y desde entonces dejé de teorizar sobre el feminismo y me volqué tan solo a practicarlo en el día a día como venía haciéndolo ya desde mi juventud.
Gracias, María Luisa por tu comentario.
Discrepo de ti en esto “dejé de teorizar sobre el feminismo y me volqué tan solo a practicarlo”. Es evidente que todo aquello que no se nombra no existe, y ha sido el silencio de siglos lo que ha generado esta estructura social patriarcal y machista, que tanto daño hace a la sociedad y a las mujeres.
Sólo hay que abrir un poco los ojos para ver que no vivimos en una sociedad de iguales y que esto sólo está cambiando por las denuncias, las reivindicaciones o la lucha, porque la especie humana está formada por seres humanos iguales en derechos dentro de la diversidad sexual.
El silencio sólo agrava los gravísimos problemas que la historia, al invisibilizar a las mujeres, las ha recluido en la inanidad. Y esto es un error muy grave. Dice el refrán que “el silencio, otorga”, y esto no podemos consentirlo de ninguna de las maneras. Yo por lo menos, seguiré denunciando lo denunciable y abriendo puertas a la esperanza de la igualdad con la palabra y con mi conducta.
Si no hay contradicción ninguna, o mejor, buena implicación entre teoría y práctica, sin duda alguna será mejor que ambas vayan juntas de la mano, como tú muy bien señalas Ana, pero si no la hay, como muestra el caso escandaloso que acabo de exponer, la practica en solitario hablará aun por sí sola más y mejor. Nunca he sabido explicarme cómo toda una teóloga feminista no supo ver que en la radicalidad en que posicionó su vida Casaldáliga no necesitaba de ningún añadido supletorio.
Gracias Ana, por tu insistencia y por tus sueños. Algunos no hablamos pero te escuchamos y comprendemos tu hartura. Por eso hoy me he sentido obligado a solidarizarme con tu testimonio y a animarte a que sigas en la brega contra tanto machismo y tanta violencia gratuita hacia las mujeres. Para animarte más, te diré que ayer en mi parroquia en El Puerto de Santa Maria,celebramos un encuentro con una representante del grupo de mujeres en la Iglesia que tanto están aportando. La asistencia fue muy buena. Algo está cambiando y para bien.Un abrazo
Muchísimas gracias, Eduardo, por tus ánimos. Me alegra que, aunque sea desde el silencio, compartáis las ilusiones de las mujeres que sólo pedimos igualdad y libertad para decidir sobre nuestras vidas.
Mi más cordial felicitación por el artículo, Ana. ciertamente, el silencio contiene muchísimas más mujeres. He conocido a muchas mujeres valientes, entregas, generosas, comprometidas, etc. entre ellas a mi madre. Y a otras, por satisfacción mía, que les he podido ayudar a ser alguien para superar el algo o cosa.
Queda mucho trabajo, pero como he indicado en el otro artículo: El varón mientras no acepte su aspecto ANIMA poco ayudará a la madurez de la feminidad interior. Es todo un trabajo cultural muy a fondo.
Ayer por sincronicidad miré una película antigua: MONA LISA (2004) de protagonista Julia Roberts. Luchó y no fue vana su lucha contra la cultura de EEUU.
La auténtica lucha da sus frutos a la larga. TENGAMOS PACIENCIA.
Enhorabuena por la lucha de tu artículo.
También yo comparto tus preocupaciones, Ana. Como profesora que se ha ocupado en conocer bien los entresijos, las manipulaciones, los graves errores, las salvajadas y las lagunas de la Historia, has debido dedicar mucho tiempo a informarte, a analizar datos, a valorar la misma Historia como una creación androcéntrica, llena de sesgos… y frecuentes mentiras. (Alguien llamó a Herodoto, el padre de las mentiras.) La primacía del hombre sobre la mujer es uno de los grandes sesgos… en la Historia. La mujer quedó marginada -pese a muy loables excepciones-, incluso en la Iglesia. (La marginación de la mujer en la Iglesia merece un capítulo aparte, porque se atribuye a Dios lo que es una creación humana…, lo que es aún más grave. Por eso, esas manifestaciones públicas no deben reducirse a solo manifestaciones políticas. Es necesario celebrar el día de la mujer también en la Iglesia…)
Solo añadir que cuando se aborda este tema de la mujer -tan humano, tan personal y emocional-, que ha sido sometida a tanta discriminación, aparecen distintos enfoques, cada uno -al menos- con su “parte de verdad”. Por eso, me parece necesario -en un día como el 8 de marzo- centrarnos en lo esencial del tema, priorizando lo que nos une (o debe unirnos), a fin de no restar fuerzas a esta reivindicación. Una manifestación, sin acuerdo en lo básico, debilita. (El interés de unas próximas elecciones no debería distanciarnos en este caso.) Que para eso hay que ceder algo o ir más despacio…, se cede o se ralentiza algo el paso. A mi juicio, es lo más eficaz a la larga. Digo esto, porque hay que ser REALISTAS, sin callarse, sí; pero también sabiendo programar bien las metas en el tiempo, sin desesperar o soñar demasiado. Estamos gestando una sociedad mejor, más igualitaria… No la abortemos por exceso de presión o de egos o de fanatismos ideológicos. Los principios y objetivos, por muy fundamentales que sean a nivel teórico, no deben cegarnos, porque el poderoso caballero (por desgracia) los puede hacer abortar. En muchos casos la inteligencia -no apasionada- reclama también prudencia (que no debe confundirse con renuncia.) No sea que construyamos una organización-igualdad social con pies de barro…
Gracias, Juan A. por tu comentario.
Nunca se sueña demasiado, ¿qué sería de la humanidad sin sueños?
No acabo de entender porqué pedís tanta paciencia y tanta prudencia después de tantos siglos y siglos y más siglos, de patriarcado, cuando no de machismo, y por supuesto, como el rey de oros, el androcentrismo. ¿Más paciencia todavía?
Cuando yo estudié historia no era consciente de tal androcentrismo, pero el día que se me abrieron los ojos, no he parado de soñar de forma individual y colectiva. Y desde aquellos años en que nos decían que las feministas “éramos cuatro locas”, hasta el momento actual, han cambiado muchas cosas. No te puedes imaginar la emoción ayer en la manifestación con tantos miles de personas soñando….
En cambio, no veo por ningún lado una autocrítica de cómo los hombres siguen viviendo su masculinidad. Nosotras sí sabemos de dónde venimos, los hombres, a nivel teórico, están estancados en su análisis de un pasado colectivo que todos y todas conocemos, y que no se cambia por arte de magia, sino con mucha reflexión, verbalizando esa reflexión, como nosotras lo hacemos desde el feminismo.
Un gran articulo Ana, un reconocimiento merecido a las muchas mujeres que han construido la historia de la humanidad y han sido o ignoradas u olvidadas. Y se me ocurre ahora el injusto tratamiento que se le dio en el mundo de la ciencia biológica a Rosalind Franklin con el descubrimiento de la doble hélice de la cadena de ADN. El desprecio y las humillaciones que recibió por la academia, la universidad, las sociedades científicas de su época y por sus supuestos compañeros, Watson y Crick que si que recibieron halagos y premios entre ellos el Nobel, y ni la mencionaron, por que como dice el dicho, con amigos como aquellos para que quería enemigos.
Justo es lo que es justo y justo es proclamarlo y reivindicarlo. Adelante. Un saludo.
Gracias, gracias, a todos y a todas las intervinientes por vuestras aportaciones y vuestro ánimo, que, como dice Ana Piera, anima bastante al ver las pocas mujeres que escriben en atrio y los pocos hombres que comentan un tema de mujeres. Estoy muy contenta con lo que habéis escrito.
Gracias, especiales a Valderas por visibilizar a científicas entre las muchísimas que hay. Pero como digo, es el día INTERNACIONAL, y no podemos olvidar a los millones de niñas y de mujeres tiradas en la cuneta del machismo más cruel.
Siempre digo aquello de San Juan “A Dios nadie lo ha visto” y, a pesar de ello, se han escrito millones de toneladas de libros sobre Dios. Hoy añado, a las mujeres nos ha invisibilizado el patriarcado, pero estamos aquí, se nos puede ver, escuchar y leer. ¿Por qué hay tanto silencio aquí en atrio cuando se trata este tema? A veces me da envidia la participación que hay en temas teológicos.
En fin, poco a poco, la marginación de la mujer es intrínseco al sistema social en que vivimos y hay que ir sacando poco a poco las raíces en las que se agarra con fuerza.
Llaguno, si yo supiera hacerlo, pondría un enlace con el vídeo de la Revuelta de las mujeres en Granada el Domingo pasado.
Gracias, José Antonio, además de invisibilizas, hay que sumar la humillación y la mofa.
Esto ha ocurrido en todos los campos, especialmente a las mujeres que han construido la historia desde los cuidados de la familia, que, además de no permitirle otras actividades fuera del hogar, dentro del hogar ha sido y sigue siendo el lugar del habitual maltratado de todo tipo en millones de hogares, hasta conseguir la anulación de sus personas para llegar a los asesinatos de las mujeres en todos los rincones del mundo.
Pero, esto se está acabando, las mujeres reclamamos libertad, respeto y justicia. Ayer en la calle es lo que se pedía. Igualdad para todas, todas, todas.
En Granada, según la información fue la ciudad de España porcentualmente con mayor asistencia a la manifestación, unas 18.000 personas de todas las edades, con muchos hombres y muchísima juventud, incluidas las abuelas como yo con 81 años.
Ningún avance de las mujeres resta nada a los hombres. IGUALDAD.
Yo volví sola a casa, ¿por qué con tanto miedo? Escuché detrás de mi a un hombre hablar fuerte, me asusté y miré atrás, era un hombre hablando por teléfono, pero el susto me lo llevé. ¿Hasta cuando las chicas y las mujeres no podemos ir tranquilas de noche por la calle? ¿Por qué tenemos que ser objeto de agresión cuando se nos ve solas? ¿Por qué las chicas tienen que buscar compañía para ir solas a su casa? Yo, con cuatro hijas, he pasado mucho, mucho miedo por esta cuestión.
Quien piense que el feminismo es una tontería más que se nos ha ocurrido a las mujeres, que piense, que piense, mucho, mucho
Como tantas mujeres de la retaguardia en la guerra civil, a mi madre le tocó ocuparse de las faenas del campo mientras sus hermanos estaban en el frente, en un pueblo de la Sierra Sur jiennense. Pese a estar luchando por la república, una banda famosa por aquellos andurriales, la llamada Pancho Villa, se dedicaba a saquear las cosechas, ganado y aves de la propiedad familiar. Ella sola, con mi abuelo ya mayor, para hacer frente a los forajidos.
Todos hemos crecido con mujeres admirables. Para no recordar innumerables ejemplos del entorno, recordaré la trastienda de algunas mujeres científicas citadas por doña Ana Rodrigo. La lista pudiera podría haberse ampliado mucho más. Por ejemplo, Lise Meitner. Con ella trabajó durante años Otto Hahn, un nazi que se aprovechó de la condición de judía hasta la extorsión y la suplantación. Lise, judía, tuvo que huir de noche y con mil peripecias del nazismo hasta Noruega. Ello supuso abandonar el laboratorio y quedarse en la sombra, mientras Otto Hahn recibía el Nobel por un trabajo que se debía a Lise en la parte principal. Casos parecidos son el de la mujer de Einstein, cuya paternidad de la relatividad está todavía teñida por la controversia. O la difusora de la física newtoniana en una Francia seguidora de la mecánica cartesiana, labor atribuida a Voltaire, aunque la historia de la ciencia se lo atribuye a su amante. O el descubrimiento de la estructura helicoidal del ADN, que supuso el premio Nobel para Watson y Crick, quienes habían robado las imágenes a Rosalind Franklin. Citaré también a Elizabeth Blackburn y sus trabajos sobre la telomerasa, que ha supuesto un vuelco en la investigación del cáncer, que interesa en España por la labor magnífica de su discípula María Blasco, una de nuestras grandes científicas. A Margarita Salas le costó mucho librarse del sambenito de ser la sobrina de Ochoa y la mujer de Eladio Viñolas, hasta quedar de manifiesto que su prestigio internacional era muy suyo.
A menudo se observa en esas mujeres científicas atributos que solemos aplicar a la madre, aun cuando sean solteras. A lo largo de mi vida he visto el distinto trato que guarda la investigadora con el doctorando de la relación del investigador con el suyo. Mucho más afectivo y protector en el primer caso. Es una pura experiencia. Recuerdo a Ada Yonath, premio Nobel por su descubrimiento de la estructura de los ribosomas exponiendo la evolución de sus investigaciones a partir de un dibujo que le acababa de enviar su nieta de siete años.
Alguien diría que puede caerse en el polo opuesto. El Nobel concedido merecidamente a Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier por su descubrimiento de CRISPR-Cas9, que ha cambiado de raíz la biología de nuestros días, dejó en la cuneta al microbiólogo alicantino que fue el primero en descubrir ese sistema de defensa en halobacterias levantinas. Y que fue el punto de arranque de ese inmenso campo hoy dominante, Pero en mi opinión fue, una vez más, un tour de force entre países, nada que ver con la discriminación. En España mandaban ya los ignorantes que nos gobiernan y ni siquiera propusieron su nombre.
Yo sé que hoy el sitio de una persona responsale es manifestándose en la calle, sin pelearse entre diversos modos de entender el feminismo y las leyes feministas hoy, sino brazados todas y todos en una lucha que viene de lejos. Pero, por los años y algún achaque, he tenido que quedarme en casa, pero observando bien cómo se está clebrando este día en España y en otros lugares. Me han tocado la imágenes con las que El País conmemora la primeras luchas que dieron origen a este 8 de marzo.
Después me he trasladado a Roma y he escuchado al papa Francisco en la audiencia de la plaza de San Pedro. Con lo bien que me cae el “pancho” y todo lo que se esfuerza, en este tema me deja frío. Sigue insistiendo en que las mujeres tienen una capacidad especial para gobernar “con ternura”, pero no es consciente de la ofensa con su estructura donde las mujeres son excluidas por serlo ofende a las mujeres y al mismo Dios al atribuir esto a un mandato suyo.
En cambio me ha satisfecho mucho el discurso del presidente de Italia en el Quirinal. Ha recorrido la situación aún sangrante en todo el mundo. Y ha dicho tajantemente que quien busca argumentos religiosos para discriminar a las mujeres no están obrando por fidelidad a su fe sino por miedo a las mujeres.
Estoy seguro, Antonio, que Ana lo conoce mejor que yo y que puede informar mejor que yo del asunto pero hay un grupo de mujeres católicas llamado “Revuelta de mujeres en la Iglesia” que me llama mucho la atención.
No protestan sólo por el acceso de la mujer al sacerdocio, que sí, que es necesario, sino que centran su protesta en no ser tratadas como seres de segunda.
Me perece muy interesante lo que hacen.
Yo las conozco por una antigua catecúmena de confirmación hoy madre responsable y adoptante de uno o dos (no estoy seguro de si uno o dos) niños del tercer mundo.
Merecen la pena
Estimada Ana, te reconozco una perseverancia encomiable y te mando mi ánimo para seguir. En tu artículo nos muestras esa lista de mujeres científicas e investigadoras que me imagino que con tenacidad lograron llegar a alcanzar esas cotas de conocimiento. Del papel de las mujeres cuidadoras, se cita muy poco. No parecen existir esas mujeres trabajadoras que además cuidan de sus ancianos y enfermos padres, días tras día y año tras año, con el ahorro que eso supone para la sanidad pública, porque evita muchos ingresos hospitalarios. Pero hoy me sirvo de tu artículo para citar una anécdota de esta misma semana.
Fui a un banco a resolver una cuestión sobre una cuenta bancaria de un grupo solidario. Verás que estás autorizada en otra cuenta –me dijo la persona que estaba en ventanilla-. Firmé lo necesario y me llevé la documentación. Cuando la leí comprobé que el señor, que en su día abrió la cuenta para una comunidad de vecinos, para la que solicitó mi firma, se ocupó de cumplimentar el resto de mis datos personales. En el apartado ocupación/profesión indicó: empleada doméstica. Y tan feliz. ¿Tengo algo en contra de las personas que trabajan en el servicio doméstico? Nada en absoluto. Toda persona tiene mi mayor respeto, porque toda persona ostenta la máxima dignidad. Pero ¿por qué aquel administrador de fincas no me pregunto si tenía algún grado académico o alguna profesión relevante? Que empeño tienen algunos hombres en invisibilizar lo que a ellos no corresponde. Es muy cansado, de verdad. Aun no convences a uno y te salen dos más.
Un abrazo cariñoso y ¡feliz día de la mujer!
Entro en Atrio y te encuentro, Ana, tan solita. Sabiendo como sabemos que tema mujeres es siempre secundario, admiro tu perseverancia.
¡Ánimo, compañera!
Perdón, Isabel, gracias por tu ánimo.