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Mi pequeña contribución

Aunque sea un espacio tan reducido como este, en que Radio 5 Todo Noticias suele comentar noticias de actualidad, suelo atender con gusto a la llamada que me hacen y creo que se puede compartir en ATRIO, aunque hoy hayamos dedicado ya tantas entradas a comentar el acontecimiento. En el enlace a Radio 5 podréis oír el audio.

Y aquí os pongo algo más de lo que habría dicho si hubiera habido más tiempo:

Recuerdo como si fuera ayer la manera como viví aquella tarde de hace diez años, cuando en la RAI News 24 diversos comentaristas, tras la fumata bianca, hacían sus apuestas sobre quien iba a ser el elegido. Daban por supuesto que sería el cardenal Scola de Milán, de Comunión y Liberación, muy ligado a Benedicto XVI. Yo, que había vivido el 28 de octubre de 1958, como uno más de los miles en Piazza San Pietro, la aparición sorprendente de Roncalli, papa de Transición que iba a hacer de su pontificado una enorme Revolución, no esperaba una nueva sorpresa, pensando acabar mi vida sosteniendo la fe y la esperanza en una línea de involución católica, caminando hacia la Gran Secta. Pero al ver su figura, el nombre elegido y su humilde gesto de recibir la bendición del pueblo antes de dar su bendición, salté de alegría como un loco. Presentí todo en un instante y quienes estaban cerca de mí no entendían tanto entusiasmo.

En Atrio, a pesar de su aconfesionalidad y reconocida libertad de opinión, somos muchos quienes lo hemos defendido a pesar de que hayamos señalado también sin fanatismo papólatra las limitaciones teológicas y equivocaciones que ha cometido en estos años. Era entones y es ahora lo mejor que podíamos esperar para cumplir esa función muy decisiva para la Iglesia y para la humanidad. Y así seguiremos actuando, con realismo crítico y esperanza en que la Iglesia sea cada vez más católica, en el sentido de global, plural, sin exclusiones, abierta a los cambios y la autogestión fraterna, no por quererse adaptar a las modas modernas sino por ser fiel fiel al Jesús que vive hoy en los creyentes de verdad, los que adoran al Padre en espíritu y Verdad, pasan por la vida haciendo el bien y se sienten no caudillos sino siervos de los demás.

7 comentarios

  • Jaume PATUEL

    Siempre es de admirar y cultivar la Confianza y la Esperanza que muestras Antonio. Es de agradecer… Los horizontes son distintos de los de Juan XXIII y del Vaticano II. Algunos intuidos, otros desconocidos.
    Pero hay que continuar dando la”eu.angelion”….Gracias con afecto o Amor.

  • Celso Alcaina

    Antonio, gracias por tu testimonio en Radio 5 que sólo ahora escucho. Un soplo de optimismo que pide ser matizado y que tú mismo matizas cuando se tercia. Francisco no deja de ser Bergoglio jesuita.

  • mariano alvarez

    Leyendo el post de José  María Valderas, no puedo negar sus acertadas razones. El café con leche no es ni café ni leche. Lo correcto no se compensa con  lo erróneo ni a la inversa. Por eso he centrado mi comentario en una frase que a mi modo de ver debe primar en el sentido de de todo creyente y que he resaltado en negrilla de la frase escrita pero no citada tal cual en la entrevista y que creo engloba el pensamiento de quien la expone y que comparto. Otra cosa es la interpretación que cada uno hagamos sobre qué significa ser creyente de verdad.

    Cuando analizamos cualquier realidad tomando las partes por el todo siempre nos equivocaremos. Nuestros deseos siempre arrimarán el ascua a nuestra sardina.

  • José María Valderas

    No es plato de gusto ser el aguafiestas de la reunión, en particular si uno sabe que no va a encontrar el aplauso, sino pitos de indignación. Don Antonio sabe usted muy bien que me inscribo entre los que piensan que Francisco es, desde el punto de vista doctrinal, una calamidad, un desastre. Me encuentro, pues, en las antípodas de los elogios declarados por González Faus, seguido en el tiempo por los distintos firmantes de los post precedentes y culminando en su entrevista con el periodista, por cierto, un periodista sobrio y conocedor del tema, lo que le da más solvencia a las repuestas del entrevistado.

    No conozco el alcance de las reformas de Francisco en la Curia. Me interesan muy poco, salvo las que tienen que ver con la doctrina, con el dogma o la moral. Y aquí la elección de Francisco han resultado hirientes para los católicos, cristianos, que conocen el paño. No se puede poner púlpito a quien defiende el aborto como medida de regulación demográfica, ni a quien propone machacar como en un almirez los embriones con fines investigadores. No hablo a humo de pajas y hay muchos más casos.

    Quienes han tenido que abandonar su tierra, quienes hemos tenido que abandonar nuestra tierra, nos sentimos muy cerca de Francisco cuando habla de acogida a los inmigrantes. Los que hemos conocido en nuestra familia el hachazo del paro, nos sentimos muy cerca de su defensa de la promoción y sentido social de la economía. Cómo no vamos a estar cerca si de eso tenemos un traje.

    Pero esa vertiente no nos impide ver el peligro que para la fe de muchos supone su incontinencia verbal que le lleva a disparatar de la Eucaristía –véase el vídeo en que se le pregunta sobre la comunión de protestantes–, la Iglesia como pueblo de Dios (su afirmación de que Dios no es católico), etcétera, etcétera hasta el último sobre el “sacerdocio” de los pastores luteranos.

    ¿Lo consideramos hereje? No, simplemente lenguaraz. Habla de lo que no parece saber, pues para la herejía se necesita más enjundia, más mala voluntad o pertinacia en el error. El, en su contradicción constante, dice una cosa y la contraria. Por ejemplo, lo último sobre el Opus Dei. ¿Por qué tiene que decir, como en una charla entre copains que la Obra tiene cosas malas? Es exceso verbal. Si yo fuera numerario, me sentiría dolido.

    Un Pontífice que no ilumina, que confunde, y en eso Bergoglio es un maestro, no deja de ser una calamidad para la Iglesia. Los que nos remueve las categorías mentales son sus ocurrencias, como la distinción entre delito y pecado a propósito de la homosexualidad. ¿Qué autoridad tiene para declarar si un comportamiento es o no delictivo? ¿Por qué no se calla y habla de la visión moral de la homosexualidad en la ley natural y, por tanto, en la doctrina ética sumida por la Iglesia?

    Per modum actus, que dirían los clásicos de la moral, los dogmas evolucionan homogéneamente, pero no cambian. Como no cambia el Credo. A diferencia de las ocurrencias de Francisco con la ecología “integral”, ni Trento ni el Vaticano I se mete en dibujos de cosmovisiones. O he entendido mal su cristalina exposición.

  • mariano alvarez

    Antonio, estas hecho un chaval de 19 en vez de 91 con tu palabra fácil y clara, es una lástima que no hayas tenido más tiempo y en especial para decir esto último, que escribes, para que ” la Iglesia sea cada vez más católica, en el sentido de global, plural, sin exclusiones, abierta a los cambios y la autogestión fraterna, no por quererse adaptar a las modas modernas sino por ser fiel fiel al Jesús que vive hoy en los creyentes de verdad, los que adoran al Padre en espíritu y Verdad, pasan por la vida haciendo el bien y se sienten no caudillos sino siervos de los demás”.

  • Antonio Llaguno

    “Era entones y es ahora lo mejor que podíamos esperar”

    ¡¡¡Qué razón llevas!!!

    Y que triste que sea verdad

     

  • ana rodrigo

    Muy bien, Antonio, breve pero sustancioso. Que la Iglesia cambiará a pesar de las resistencias y del miedo, no cabe duda, lo emprendido por Francisco no tiene marcha atrás, porque las propuestas, son acordes  con los signos de los tiempo en una sociedad que vive el contexto actual,  no en siglos pasados con una iglesia impregnada de poder, de jerarquía, de dogmas, de teorías teológicas al margen del evangelio en lo que supone la praxis de Jesús.

    Quizá numéricamente la Iglesia se reduzca, pero, yo creo que será más auténtica, dentro de una sociedad secularizada pero más madura. A Jesús le siguió un grupito, que lo abandonó cuando lo detuvieron por hereje, pero cuyo testimonio sigue vivo. Sólo con dejar tanta parafernalia y seguir el evangelio, seguiríamos por otros derroteros.