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El fin de la especie y la salvación cristiana

Respuesta a un desafío

Un entrañable amigo, reconocido sociólogo, Pedro Ribeiro de Oliveira de Juiz de Fora:MG, tal vez el único que lee todo lo que escribo, me critica y mejora mis ideas, se dejó impactar (helás!) con mi reciente artículoLo nuevo normal climático es amenazador que trata del cambio irreversible del régimen climático de la Tierra que podrá poner en peligro el futuro de la vida humana. Como es un cristiano crítico y serio me escribió esta provocación que supongo será la de muchos lectores y lectoras. Me permito transcribir su email en su forma coloquial y después mi respuesta. LB.

Pregunta de Pedro Ribeiro de Oliveira:

Leonardo, mi hermano,

Acabo de leer tu texto “Lo nuevo normal es amenazador” soltando los perros sobre la inevitable catástrofe climático-ambiental que se está abatiendo sobre la Tierra y quiero sugerirte/pedirte una reflexión teológica sobre la Salvación. ¿Es que ni Jesús puede salvar a la humanidad? ¿Es que su Evangelio del Reino se quedó en nada? ¿Que Él sólo consigue salvar almas? ¿Será que el Hijo del Hombre, después de resucitado por el Espíritu, acabó muriendo por nada?

No sé… Si toda la especie humana, y un montón de otras que van con ella, está condenada a desaparecer, la promesa del Reinado de Dios fue solo una Esperanza que ayudó a una parte (pequeña) de la humanidad a vivir momentos felices anticipándolo en la historia. ¿Dónde está la salvación que Jesús prometió y las Iglesias cristianas han anunciado durante siglos?

Sólo nos queda el consuelo de que, no habiendo Reinado de Dios en la historia y estando nuestros cuerpos condenados a morir, tendremos una vida eterna y etérea para nuestras almas. Pero si es así, mucha gente hizo el tonto, incluso el mismo Jesús de Nazaret: podía haber enseñado la salvación de las almas sin enfrentarse al Imperio, el Templo y la Cruz.

Como teólogo, te propongo escribir una reflexión sobre la Salvación teniendo como tema de fondo la catástrofe de la vida humana en la Tierra.

Un afectuoso abrazo

Pedro

Pedro Ribeiro de Oliveira, sociólogo y articulador del Movimiento Fe y Política.

 

Respuesta de Leonardo Boff

Pedro, amigo-hermano,

Yo creo que Jesús no vino a cambiar el curso de la evolución.

Si te cuento la historia de la vida te darás cuenta de que al formarse los continentes (a partir del único gran continente Pangea) hace 230 millones de años, entre el 75-95% de todas las especies de seres vivos desaparecieron. Pero la Tierra guardó semillas (los quintillones y quintillones de micoroorganismos escondidos en el suelo y a salvo de cualquier amenaza). La Tierra se demoró 10 millones de años para rehacer la biodiversidad. La rehizo y enfrentó otras grandes extinciones posteriores, como aquella de hace 67 millones de años que hizo desaparecer todos los dinosaurios después de haber vivido más de 130 millones de años sobre la Tierra, y tantas otras. Pero la vida, como una especie de plaga siempre sobrevivió.

Nada impide que nuestra especie, que apareció la última en el proceso de la evolución, violenta y asesina desde el principio del mundo, llegue a su clímax y desaparezca. Pero no desaparece el Principio creador de Dios-Trinidad, de comunión y de amor. De las ruinas hará un nuevo cielo y una nueva tierra, como lo promete el Apocalipsis.

Recuerda el Viernes santo. Todos los apóstoles huyeron o le abandonaron. Sólo las mujeres, las generadoras de vida, no le abandonaron y se quedaron al pie de la cruz. El Viviente murió entre gritos de desesperación hasta entregarse, confiado, diciendo: “en tus manos entrego mi espíritu” (Lc 23,46: mi principio de vida). La resurrección, testimoniada primero por una mujer, María Magdalena, fue una insurrección contra aquella justicia y aquel mundo de muerte que lo condenó. Pero es mucho más: la resurrección anticipó el fin bueno de la historia humana y del universo. Surgió el “novíssimus Adán” (1Cor 15,45).

Yo creo que el misterio pascual (vida-muerte-resurrección), especialmente el viernes santo, no sólo inspiró a Hegel para para la creación de la dialéctica (que él llama “viernes santo teórico”) sino que también nos puede inspirar a nosotros.

Podemos pasar por el viernes general y terrenal con todas sus agonías como las de Jesús. Pero no es el fin. Irrumpirá, pronto después, lo nuevo que es la resurrección. No como reanimación de un cadáver como el de Lázaro, sino como realización de todas las potencialidades escondidas en nosotros y como la irrupción realmente de aquello que el Apocalipsis atestigua: un nuevo cielo y una nueva tierra. Ellas vendrán de lo alto, es decir, de otra fuente de vida y de otra naturaleza.

Bien dice Ernst Bloch: el verdadero génesis no está al comienzo, sino al final. Solo entonces Dios, “mirando todo lo que había hecho, halló que todo era muy bueno” (Gn 1,31). Ahora no todo es bueno, pues hay tanta maldad y desastres incomprensibles, como el de São Sebastião-SP y bajada del nivel de agua de los canales de Venecia que están prácticamente secos. Pero el fin será bueno.

Como dice el poeta portugués, Fernando Pessoa: “soñamos con un mundo que aún no experimentamos”. Ahora al final del nuevo régimen climático, el terrible piroceno (del fuego), vamos a explosionar e implosionar hacia dentro de Dios como le gustaba imaginar a Teilhard de Chardin. Experimentaremos un mundo nunca vivido antes.

Nuestra esperanza vale para la situación calamitosa actual. Reside en la resurrección de Jesús que solo comenzó pero no acabó todavía porque sus hermanos y hermanas que somos todos nosotros, no hemos llegado a la situación de él. La resurrección de Jesús es un proceso no terminado porque sus hermanos y hermanas aún no han resucitado como él. Como lo dice san Pablo “es en la esperanza que somos salvos” (Rom 8,24).

Me gusta el evangelio original de San Marcos. Termina diciendo Jesús: id a Galilea, allí me veréis. Así acaba el texto. Los milagros agregados, es consenso entre los exegetas que son un añadido posterior.

Por lo tanto, estamos todos en el camino a Galilea cuando entonces veremos al Resucitado, el Nuevo Ser se manifestará y hará de nosotros también nuevos seres, hombres y mujeres resucitados.

Esta es mi esperanza frente a las turbulencias mortales de la historia, sobre todo de la historia reciente. Lo nuevo, Cristo resucitado, acabará de resucitar y entonces se mostrará como el Cristo cósmico que llena todos los espacios de la Tierra y del universo. Y nosotros participaremos de esta novedad.

Un grande y fraterno abrazo

Leonardo

Escribí un libro La resurrección de Cristo: nuestra resurrección en la muerte, Sal Terrae, 26ª edición, 2005.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

El trabajo espiritual no es más que perplejidad

Nadie puede describir la acción del inconcebible.
Nadie puede describir el camino hacia lo no objetivable.
Nadie puede imaginar el camino al que no es “otro” de nada. Nadie puede seguir huellas en el mar.
Nadie puede comprender la profunda atracción de “Eso” que es nada. Nadie puede entender el amor, primero oscuro y luego claro,
a lo que nos parece a nosotros, pobres vivientes,
como nada que podamos tocar con nuestras manos.

La perplejidad es el resultado de la aproximación al Ser, que es, sin ser ni individuo ni individuación alguna.
La perplejidad es la cosecha de quienes caminan por la vía de la certeza sin que sea certeza de nada ni de nadie.
La perplejidad es la compañera inseparable de quien conoce sin que pueda decir qué conoce.
La perplejidad invade a quien ama sabiendo que ama un abismo inconcebible.
La perplejidad es inevitable para el que se está lleno de gozo, pero por todo y por nada.
La perplejidad no abandona al que se sabe asentado en la paz inconmovible de una ausencia.
La perplejidad acompaña al que siente el peso y el calor de una presencia que es una ausencia.
La perplejidad es el lote que acompaña al pobre viviente cuando se adentra en los campos infinitos del Ser-Conciencia.
La dulce perplejidad abruma a quien comprende que “el que es” es el Padre verdadero de su propio ser.
La perplejidad pacificadora invade a quien llega a comprender que su verdadero lugar de residencia y su verdadero ser,
es el abismo insondable de “lo que es”.

 

La única prueba de la existencia de la otra dimensión de lo real, llámesele Dios o de otra forma

La única prueba de la existencia de “Eso otro”, que no es “otro” de nada, al que la tradición ha llamado Dios, es únicamente su calor y su luz. Un calor y una luz que es como un fuego ausente, pero que transforma cada átomo de lo que existe en espíritu, en aliento de vida.

Ese espíritu muta la realidad de manera que lo que parecía no existir, existe esplendoroso y sutil; y lo que parecía existir sólidamente, muestra su inexistencia.

No hay más prueba de Dios que ésa. No es una prueba de argu- mentación, sino de verificación.

¿Quién se va a ocupar en probar racionalmente la existencia de la belleza? Basta ponerse en condiciones de poderla verificar por sí mismo. Igual ocurre con esa otra dimensión a la que se ha llamado Dios, Vacío, Absoluto y con otros muchos nombres.

Acercarse a esa dimensión es un milagro, el milagro del conocer y sentir silencioso, el único verdadero milagro, todos los demás son poco más que magia.

Mi ser es como el de Jesús uno con el Único, uno con el Padre. Mi espíritu es el Espíritu.

Cuando muera mi espíritu volverá al Espíritu del que nunca se separó.

Cuando desaparezca mi forma, volverá al Sin-forma, del que ninguna frontera le separaba.

Cantos de eternidad. La sabiduría de Rûmî en el “Mathnawî”

 

9 comentarios

  • Isidoro García

    El amigo del maestro Leonardo le hace unas preguntas muy comprometedoras. Dice: “¿Es que ni Jesús puede salvar a la humanidad? ¿Es que su Evangelio del Reino se quedó en nada? ¿Que Él sólo consigue salvar almas? ¿Será que el Hijo del Hombre, después de resucitado por el Espíritu, acabó muriendo por nada?”.

         ¿Dónde está la salvación que Jesús prometió y las Iglesias cristianas han anunciado durante siglos?. Y donde fue la promesa del Reino de Dios?.

    Y Leonardo le contesta haciendo un pase torero-teológico, con lo mas florido del repertorio sofista-retórico-apologético, que seguro que no le ha dejado nada satisfecho al preguntante.

     

    Hay una cosa muy curiosa, y es el gran silencio que mantiene la Iglesia Católica, sobre la cuestión de la escatología de los Últimos tiempos, y sobre la Parusía, la vuelta de Jesús, y el “Maranata” = Cristo viene.

    Y es curioso, porque en momentos de zozobra, ese tipo de profecías, causa mucho consuelo, y por eso otras iglesias lo utilizan mucho como argumento proselitista, como los Testigos de Jehová.

    Quizás el gran fracaso de la prometida vuelta de Jesús, en la primera generación post Jesús, atribuida en los evangelios a Jesús, y fallida, sea causa de la extrema prudencia sobre estos temas.

     

    Yo creo como Leonardo, que “Jesús no vino a cambiar el curso de la evolución”. 

    Respecto al tema de la auténtica naturaleza de la Parusía, hay tres tipos de explicación. La primer, la clásica y sobrenatural, de la vuelta de Jesús revivido, con el apoyo de las tropas de Dios, los ángeles.

    La segunda, sería, una variante naturalista de la anterior, en la que volvería, con el apoyo de otras inteligencias del Universo, en apoyo de la supervivencia de la inteligencia en el Universo.

    La tercera, sería plenamente naturalista. Yo me quiero extender un poco en esta última.

    El Universo, es un gran sistema, con una estructura complejísima, que se mueve mediante un a energía creativa cósmica, que aún no tiene nombre, creo, pero que religiosamente se ha intuído, con la palabra “amor”, palabra que es muy equívoca. Decía Teilhard:

    “Llegará el día, en que después de aprovechar el espacio, los vientos, las mareas y la gravedad, aprovecharemos para Dios, las energías del amor.

    Y ese día por segunda vez en la historia del mundo, habremos descubierto el fuego”.

    Yo añadiría al concepto energías del amor, también la Sabiduría del Universo, que cuando nos acerquemos a ella, nos acercaremos a Dios.

    Y yo creo que aquí hay un problema de malentendido con el concepto de “Amor”.

    “Amor”, sería la palabra que designa genéricamente a las Leyes del Universo, su software, su savia, su sangre, su “alma”, y en ese sentido, yo creo que se dice que “Dios es Amor”, porque lo único que conocemos de Dios, (y mal), es su creación, el Universo, y sabemos que esa energía ha salido de Él.

    Entrando en metáforas, (indispensable para poder comprender, lo difícilmente comprensible), podríamos decir que la gravedad, (que ahora está de moda por la serie de documentales sobre la misma), parece que es la energía- cemento que une y mantiene en su forma al Universo.

    ¿Y qué otra cosa es la “atracción” universal de las masas, que una especie de “amor” entre las masas?. Todo es cuestión de “metáforas”…

    Para Teilhard, el AMOR (palabra que utiliza con frecuencia), es la Energía unitiva diferenciante, brotada, en su origen, del foso divino, habiendo emergido por excelencia de la caridad de Cristo, activando la unión de persona a persona y de centro a centro, y sin confundirse con sus repercusiones afectivas.

             Es la savia misma de la unión creadora y la marca, en la persona, de la convergencia del universo.

            “El amor, con todos sus matices, no es nada más ni nada menos que la huella más o menos directa dejada en el corazón del elemento, por la convergencia psíquica sobre sí mismo del Universo” (Porvenir del Hombre, p. 32).

     

    Entonces, el Universo, que es un sistema autopoiético, auto organizativo, tendría mecanismos correctores de los cursos de direccionamiento de sus integrantes, que se desvíen de su regla general del Orden Cósmico, que rige lo que podríamos denominar como “Espíritu Santo”, un órgano inteligente, surgido de la mente de Dios, activo y que controla el curso de acción del Universo, interviniendo cuando es necesario volver a las Leyes generales, (al “Amor”).

    En el sentido de esta hipótesis, Jesús, con su perfección humana, habría “convencido”, al Espíritu”, de que el homo sapiens sapiens, puede devenir en un ser perfectamente integrable en el Universo, en calidad de especie inteligente más, en vez de prescindir de él, y esperar a otra mutación emergente distinta.

    Y es posible que Jesús, haya sido designado como el director del plan natural hacia la conversión general de la humanidad, en la sombra.

    Por eso Teilhard profetizaba dicha “conversión” general de la humanidad a la búsqueda de la sintonía con el Universo, que yo creo que ya en la actualidad, se está produciendo en la forma de búsqueda del bienestar personal y la felicidad. La auténtica felicidad, es la convergencia y armonía con el Universo y sus leyes, (el amor).

    Existe un gran movimiento social de convergencia, hacia la búsqueda de una felicidad-armonía, como el auge de las filosofías clásicas, modernizadas, como el estoicismo y epicureísmo, y de nuevas tendencias bautizadas genéricamente como “Nueva era”.

    Aunque aún, intoxicados unos con una cultura aún muy materialista, y otros con unas ideologías religiosas, ancladas en el pasado, hacen que la mayoría esté dando palos de ciego y dando vueltas como pollos sin cabeza.

    Como ejemplo, hoy mismo en El Confidencial, hay un artículo, aparentemente anodino, en que se dice:

    “(…) a menudo se combina con conceptos tan diversos como la felicidad, la calidad de vida, la satisfacción, el florecimiento humano o la atención plena.

            Aunque sin duda el bienestar es flexible y puede entrar en una amplia gama de contextos, también está rodeado por una especie de halo, automáticamente dotado de un significado positivo, similar a conceptos como maternidad, democracia, libertad y libertinaje.

          En estos días, hay dos conceptos principales de bienestar. El primero, (el bienestar subjetivo) enfatiza una medida holística de la salud mental, física y espiritual de un individuo.

          Según el Índice OMS-5 de la Organización Mundial de la Salud, diseñado en 1998 para medir el bienestar subjetivo de las personas, se manifiesta en cinco estados: alegría, calma, vigor, descanso y satisfacción”.

    Este movimiento acaba de empezar, como el que dice, y aunque muchos no lo tengan en cuenta, la aceleración geométrica, genera milagros.

  • Isidoro García

    El amigo del maestro Leonardo le hace unas preguntas muy comprometedoras. Dice: “¿Es que ni Jesús puede salvar a la humanidad? ¿Es que su Evangelio del Reino se quedó en nada? ¿Que Él sólo consigue salvar almas? ¿Será que el Hijo del Hombre, después de resucitado por el Espíritu, acabó muriendo por nada?”.

    ¿Dónde está la salvación que Jesús prometió y las Iglesias cristianas han anunciado durante siglos?. Y donde fue la promesa del Reino de Dios?.

    Y Leonardo le contesta haciendo un pase torero-teológico, con lo mas florido del repertorio sofista-retórico-apologético, que seguro que no le ha dejado nada satisfecho al preguntante.

     

    Hay una cosa muy curiosa, y es el gran silencio que mantiene la Iglesia Católica, sobre la cuestión de la escatología de los Últimos tiempos, y sobre la Parusía, la vuelta de Jesús, y el “Maranata” = Cristo viene.

    Y es curioso, porque en momentos de zozobra, ese tipo de profecías, causa mucho consuelo, y por eso otras iglesias lo utilizan mucho como argumento proselitista, como los Testigos de Jehová.

    Quizás el gran fracaso de la prometida vuelta de Jesús, en la primera generación post Jesús, atribuida en los evangelios a Jesús, y fallida, sea causa de la extrema prudencia sobre estos temas.

     

    Yo creo como Leonardo, que “Jesús no vino a cambiar el curso de la evolución”.

    Respecto al tema de la auténtica naturaleza de la Parusía, hay tres tipos de explicación. La primer, la clásica y sobrenatural, de la vuelta de Jesús revivido, con el apoyo de las tropas de Dios, los ángeles.

    La segunda, sería, una variante naturalista de la anterior, en la que volvería, con el apoyo de otras inteligencias del Universo, en apoyo de la supervivencia de la inteligencia en el Universo.

    La tercera, sería plenamente naturalista. Yo me quiero extender un poco en esta última.

    El Universo, es un gran sistema, con una estructura complejísima, que se mueve mediante un a energía creativa cósmica, que aún no tiene nombre, creo, pero que religiosamente se ha intuído, con la palabra “amor”, palabra que es muy equívoca.

    Decía Teilhard:

    “Llegará el día, en que después de aprovechar el espacio, los vientos, las mareas y la gravedad, aprovecharemos para Dios, las energías del amor.

    Y ese día por segunda vez en la historia del mundo, habremos descubierto el fuego”.

    Yo añadiría al concepto energías del amor, también la Sabiduría del Universo, que cuando nos acerquemos a ella, nos acercaremos a Dios.

    Y yo creo que aquí hay un problema de malentendido con el concepto de “Amor”.

    “Amor”, sería la palabra que designa genéricamente a las Leyes del Universo, su software, su savia, su sangre, su “alma”, y en ese sentido, yo creo que se dice que “Dios es Amor”, porque lo único que conocemos de Dios, (y mal), es su creación, el Universo, y sabemos que esa energía ha salido de Él.

    Entrando en metáforas, (indispensable para poder comprender, lo difícilmente comprensible), podríamos decir que la gravedad, (que ahora está de moda por la serie de documentales sobre la misma), parece que es la energía- cemento que une y mantiene en su forma al Universo.

    ¿Y qué otra cosa es la “atracción” universal de las masas, que una especie de “amor” entre las masas?. Todo es cuestión de “metáforas”…

    Para Teilhard, el AMOR (palabra que utiliza con frecuencia), es la Energía unitiva diferenciante, brotada, en su origen, del foso divino, habiendo emergido por excelencia de la caridad de Cristo, activando la unión de persona a persona y de centro a centro, y sin confundirse con sus repercusiones afectivas.

    Es la savia misma de la unión creadora y la marca, en la persona, de la convergencia del universo.

    “El amor, con todos sus matices, no es nada más ni nada menos que la huella más o menos directa dejada en el corazón del elemento, por la convergencia psíquica sobre sí mismo del Universo” (Porvenir del Hombre, p. 32).

     

    Entonces, el Universo, que es un sistema autopoiético, auto organizativo, tendría mecanismos correctores de los cursos de direccionamiento de sus integrantes, que se desvíen de su regla general del Orden Cósmico, que rige lo que podríamos denominar como “Espíritu Santo”, un órgano inteligente, surgido de la mente de Dios, activo y que controla el curso de acción del Universo, interviniendo cuando es necesario volver a las Leyes generales, (al “Amor”).

    En el sentido de esta hipótesis, Jesús, con su perfección humana, habría “convencido”, al Espíritu”, de que el homo sapiens sapiens, puede devenir en un ser perfectamente integrable en el Universo, en calidad de especie inteligente más, en vez de prescindir de él, y esperar a otra mutación emergente distinta.

    Y es posible que Jesús, haya sido designado como el director del plan natural hacia la conversión general de la humanidad, en la sombra.

    Por eso Teilhard profetizaba dicha “conversión” general de la humanidad a la búsqueda de la sintonía con el Universo, que yo creo que ya en la actualidad, se está produciendo en la forma de búsqueda del bienestar personal y la felicidad. La auténtica felicidad, es la convergencia y armonía con el Universo y sus leyes, (el amor).

    Existe un gran movimiento social de convergencia, hacia la búsqueda de una felicidad-armonía, como el auge de las filosofías clásicas, modernizadas, como el estoicismo y epicureísmo, y de nuevas tendencias bautizadas genéricamente como “Nueva era”.

    Aunque aún, intoxicados unos con una cultura aún muy materialista, y otros con unas ideologías religiosas, ancladas en el pasado, hacen que la mayoría esté dando palos de ciego y dando vueltas como pollos sin cabeza.

    Como ejemplo, hoy mismo en El Confidencial, hay un artículo, aparentemente anodino, en que se dice:

     “(…) a menudo se combina con conceptos tan diversos como la felicidad, la calidad de vida, la satisfacción, el florecimiento humano o la atención plena.

            Aunque sin duda el bienestar es flexible y puede entrar en una amplia gama de contextos, también está rodeado por una especie de halo, automáticamente dotado de un significado positivo, similar a conceptos como maternidad, democracia, libertad y libertinaje.

          En estos días, hay dos conceptos principales de bienestar. El primero, (el bienestar subjetivo) enfatiza una medida holística de la salud mental, física y espiritual de un individuo.

          Según el Índice OMS-5 de la Organización Mundial de la Salud, diseñado en 1998 para medir el bienestar subjetivo de las personas, se manifiesta en cinco estados: alegría, calma, vigor, descanso y satisfacción”.

    Este movimiento acaba de empezar, como el que dice, y aunque muchos no lo tengan en cuenta, la aceleración geométrica, genera milagros.

    (Perdón por el rollo).

  • Santiago

    Nuestra propia existencia, a la que no tuvimos  ningún derecho, es el gran milagro ya que el Cosmos en su totalidad es una improbabilidad entre las más improbables.Por tanto, no deberíamos estar existiendo y nuestra vida tendría que ser una constante de acción de gracias…simplemente por el hecho de venir a existir y poder sostenernos en la vida misma..

    Por eso, existió una decisión al crearnos..la Creación envolvió una decisión personal ya que lo que es “impersonal” es incapaz de decidir porque la inteligencia que se requiere para el “acto creador” sólo reside en lo que es racional no en el caos de la “sin-razón.

    Lo que vemos en el Universo es un plan afinado, coordinado, y calibrado desde el principio y llevado a cabo magistralmente durante billones de años para la existencia del Cosmos y la vida que existe en su interior

    No podemos dudar del plan salvífico de Dios que no se limitó a darnos la vida natural sino que nos dio la libertad dándonos la oportunidad de elevar nuestra naturaleza “caída” por la transgresión y desobediencia a las leyes del Amor, elevarla al plano divino sobrenatural y que es esa nuestra entrada en la vida eterna divina.
    Para eso vino Jesús al mundo, para mostrarnos su Amor ….y por Sus méritos infinitos salvar a todos los que le quisieran seguirle “no solo en la pena sino también en Su gloria”..de manera que en el Jesús atemporal se salvan los que no rechazaron amar y se arrepintieron de sus graves faltas, y no sólo los que vivieron en el tiempo con Cristo sino lo que siguiéronle en el bien antes de Su advenimiento, y los que le siguieron y le seguirán hasta el final después de Su advenimiento en Su gloriosa Resurrección perpetua”

    El mundo pasará, sin duda, pero La Palabra eterna de Cristo, el Verbo divino, permanece para siempre..

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

    • Isidoro García

      Amigo Santiago, a veces tu fervor te hace pasarte un poco. Dices: “la Creación envolvió una decisión personal ya que lo que es “impersonal” es incapaz de decidir porque la inteligencia que se requiere para el “acto creador” sólo reside en lo que es racional no en el caos de la “sin-razón”.

      (Yo creo que hay conceptos, (metáforas), sencillitas y simples, que sirven bien, en los inicios del pensamiento, pero que cuando profundizas el mismo, introducen mucha confusión, y ya no sirven. Son como las gallinas de los huevos de oro, que cuando ya son viejas, acaban como todas las gallinas viejas: haciendo caldo).

      Y una de esas ideas viejas, es justo la obsesión por el Dios personal. Asociar el Dios impersonal, con el caos de la sin-razón, es una pasada de frenada.

      Lo primero, es que Dios, no nos creó a nosotros específicamente. “Creó” el Universo, con todas sus leyes, y toda su estructura, que resulta prácticamente incomprensible para nosotros, de lo sofisticado que es.

      (Con los avances en cosmología, y las fotitos de los telescopios, creemos que conocemos bien el Cosmos. Pero eso es solo el hardware. Lo difícil es conocer el software. Actualmente estamos como si tenemos un catálogo con fotos de ordenadores, y creemos que por ello sabemos informática).

      Tú mismo lo reconoces en el siguiente párrafo: “Lo que vemos en el Universo es un plan afinado, coordinado, y calibrado desde el principio y llevado a cabo magistralmente durante billones de años para la existencia del Cosmos y la vida que existe en su interior”.

      Y fruto de toda esa maravilla, que es el “Orden Cósmico”, (que yo creo y asocio al Espíritu Santo), hemos surgido nosotros, que somos la 21ª versión del homo sapiens, en 3 millones de años, y seguro que no seremos los últimos, a no ser que se acabe la vida en el planeta próximamente.

       

      Parece mentira que gente con muchos conocimientos científicos, luego razona, basándose en mitos como el del Génesis, como si fuese un postulado científico previo.

      Y le saca punta, y especula y exegetiza, sobre cada palabra de… un mito, (que como todos los mitos, tiene un núcleo de realidad, pero envuelto en toda una inmensa hojarasca literaria).

      Solo es una visión y una lectura mágica de un texto, de una metáfora, que escogió el autor literario, pero podía haber sido otra, perfectamente.

      Por eso, todo eso de que somos personajes cósmicos extraordinarios, y que merecemos una relación personal especial, nada menos que con el Creador, es un inmenso ataque de insanía, de insensatez, de locura.

      Les parece poco, la gran maravilla y dignidad de ser uno de los integrantes del maravilloso Universo, que es la huella de la mano de Dios. ¿Qué más podemos querer sensatamente?.

      (Perdóname Santiago. Sabes que te aprecio, y te digo esto, aprovechándome de tu proverbial buen sentido y bonhomía).

      • Santiago

        Gracias Isidoro por tus palabras…admiro yo también tu perseverancia en la investigación y lo pródigo e interesante de tus comentarios..Mi comentario no fue precisamente iniciado por fervor…sino en el deseo en ampliar lo que ya estaba en el tapete entre los compañeros participantes en el diálogo…

        No existe ninguna obsesión del Dios personal…No existe Inteligencia Creadora sin que exista lo personal, no existe pues la “no persona” que pueda actuar como “persona”…Pero si el mundo comenzó a existir es porque posee una Causa personal, no impersonal, porque la decisión no nace de lo que es impersonal…y el mundo recibe información externa que no ha podido dársela el mismo ya que la energía-materia no puede pensar, ni ella pensarse a si misma. Pero El que da la información es personal ya que para dar información tiene que pensarse con intelecto y decidir con voluntad. Y eso es cabalmente una persona, no una “no-persona”…Es un error atribuir los atributos divinos a lo que es puramente materia y energía que ciertamente requirieron una causa para existir y que no adquieron la vida per se.

        El plan de Dios no es tan simple como el nuestro….puesto que El no vive en el tiempo, sino fuera de el y del espacio…por tanto, en la omnipresencia y omnisciencia divina El puede actuar constantemente y de cualquier manera en nosotros y esa sotisficación e inmanencia es todavía mas sorprendente porque todo estaba en potencia y en presencia desde el principio de la Creación como la semilla que contiene maravillosamente al árbol…y claro también Dios no sólo fue la Causa primera de nuestra existencia sino que mantiene  nuestro ser para que no dejemos de existir…El que hayamos surgido en la evolución no hace a Dios menos personal…porque la evolución misma es parte de Su plan…La Escritura como el Génesis no es una obra científica sino la historia de la salvación y de la revelación de manera asequible a todas las gentes, de todos los tiempos…Por eso Jesús hablaba en parábolas…para la gente sencilla que recibía los “grandes misterios” de manera lo mas simple posible…y a veces Jesús les hablaba a sus discípulos dándole una mayor explicación…

        No existe locura alguna en la relación que se establece con Dios…El no es sólo el que ES sino el que ESTÁ como expresa el nombre YAWE…A través de los siglos el ser humano nunca ha abandonado los valores reales y constantes del Ser que sostiene el equilibrio inestable del mundo que pasa…

        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

  • Javiierpelaez

    Yo creo que hay Leonardo Boff se paso un poco de apocalíptíco con eso de la desaparición de la especie humana,si yo he entendido bien….Tampoco conviene adelantar acontecimientos…Partido a partido,como dicen los del Atleti…

    • Nacho Dueñas

      El asunto no es que Boff sea o no sea apocalíptico, sino que lo que afirma sea un hecho o no. Y es un hecho científico que nos encontramos en pleno inicio de la 6ª extinción masiva, causada por el se humano (o antropoceno).

      Si yo fuera ornitorrinco, alacrán o cardamomo rezaría por la extinción humana, ya que al extinguir al causante extinguiría la extinción.

      Triste que el autodenominado “rey de la creación”, y que presume de ser el ser más inteligente, carezca de la inteligencia suficiente para evitar dicha extinción masiva.

      El ser humano es un tumor planetario que, si sale al espacio, se convertirá en una metástasis cósmica. ¿Por qué? Por no escuchar a “los pocos sabios que en el mundo han sido” (Cristo, Buda, Gandhi…), salvo para embellecer discursos huecos en pelis navideñas y ceremonias de graduación.

      ¿No adelantar acontecimientos? Ye creía que al primer síntoma había que ir al médico para evitar el avance de la enfermedad.

      Besos.

    • Antonio Llaguno

      Yo también creo lo mismo Javier.

      Suele ocurrir entra las personas que ideologizab determinadas disciplinas como la ecología.

      ¿Acabará la crisis climática con el ser humano? Personalmente lo dudo.

      ¿Modificará sensiblemente su forma de vida? Con total certeza sí.

      Pero es que a veces uno trasluce de lo que el ecologismo radical propone que lo que desean es que volvamos a vivir como neardenthales o como vikingos.

      Lo difícil y la tarea que tenemos es que nuestros hijos y nietos puedan vivir como vivimos nosotros o a ser posible, mejor.

      Esa es la tarea.

  • Alberto Revuelta Lucerga

    Nuestro Señor resucitado asó pescado en la orillica con su gente y me temo que las formas disueltas en formas espectrales no son del mismo placer..Francamente igual que adoro a Dios muerto en la cruz y arrojado a la fosa declos ajusticiados malditos, adoro a Jesús disfrutando del pescaico asado al amanecer. Et especto resurectionem mortuorum.