Amigo Antonio: Estoy ingresado para curarme de los males de este tiempo. Te mando una respuesta a Salvador, el murciano. Puedes publicarlo en ATRIO.
No dejes ese ATRIO, por favor. Yo lo echo mucho de menos. Mándamelo a la dirección de siempre. Lo recoge y me lo pasa mi mujer.
Un abrazo para ti y a todos los amigos y conocidos de Atrio y de Comillas. Honorio.
Agradezco a Salvador de Murcia su largo comentario sobre el evangelio de Marcos. Tras un amplio comentario, termina con la conclusión de que no hay nada que pueda acreditar el carácter sobrenatural de los hechos narrados y que nos movemos en un entramado de hechos naturales y de exhortación de esfuerzos naturales para conseguir un orden natural justo y un bienestar universal, al alcance de todos los seres humanos.
Amigo Salvador: esta conclusión que niega toda intervención sobrehumana y admite la fuerza de los seres humanos para alcanzar tal grado de bienestar, ni niega la intervención de poderes sobrenaturales ni la calidad sobrehumana del “Galileo”; por el contrario, reconoce una serie de intervenciones sobrenaturales que están en el fondo de toda la historia del Evangelio de Marcos. Mi opinión es que la naturaleza y lo sobrenatural se han aliado para realizar curaciones y resurrecciones inesperadas. En todo caso es de elogiar por su novedad el desarrollo de una reflexión natural, que la literatura en uso entre los medios eclesiásticos desarrolla. Pero cualquier proceso ideológico que no niegue lo natural y lo sobrenatural, son verdaderos para admitir los resultados.
Os saludo atentamente, Honorio Cadarso
Hola amigo Honorio
Anoche me informó otro amigo de tu escrito. Hoy he podido leerlo. No lo había visto. Llevo muchas semanas sin tiempo material para leer o escribir. Gracias por tu esfuerzo.
Marcos tiene una importancia capital para entender el Proyecto de Jesús. Prescindir de él ha generado serios errores y grandes desconciertos. Algunos apuntes.
El texto de Marcos fue una genialidad de un joven que plasmó sobre papiro en formato pedagógico la experiencia de la comunidad de la que él era originario. Lo hizo, a mi juicio, en fecha muy cercana a los hechos. Asunto este con un alcance generalmente desconocido. Hace años se publicaron en ATRIO unos artículos (“Una fecha para Marcos”) dando cuenta de esta datación.
A pesar de que Marcos llegó a ser inspiración de los otros evangelios y fue acogido como fuente principal de Mateo y Lucas, cayó en el olvido durante diecisiete siglos. Las consecuencias han sido extremadamente graves. Se pensó que Marcos era un resumen de Mateo y se le llamó el Mateo chico. De manera que el ideario religioso montó su andamiaje doctrinal ignorando el valor de ese evangelio pionero. Resultaba lógica esa exclusión. Marcos no respondía a sus objetivos:
1. A Marcos no se le ocurrió escribir unos relatos cuyo protagonista, un mensajero divino, invade la intimidad ¡de una NIÑA de trece años!, con el agravante de no haber solicitado previamente autorización a sus padres. Esos relatos no son históricos, sino embalaje pedagógico de una idea: el origen divino de Jesús. Para Marcos, sin embargo, Jesús no era un ser programado desde arriba, sino un hombre con iniciativa propia que recibió el reconocimiento como Hijo del Padre al comprometerse con lealtad por la justicia. Ese fue, según Marcos, el primer movimiento del Galileo:
“Inmediatamente, mientras salía del agua… Hubo una voz del cielo:
– Tú eres mi Hijo, el amado…” (Mc 1, 10.11).
2. Marcos no habló del nacimiento de Jesús en Belén como garantía de que era el Mesías sucesor de David. Incluso echó por tierra esa tesis tradicional defendida por los teólogos de su tiempo. Mateo y Lucas siguieron ese texto de Marcos:
“¿Cómo dicen los letrados que el Mesías es sucesor de David? David mismo, movido por el Espíritu Santo, dice:
– Dijo el Señor a mi Señor….
… David mismo lo llama Señor; entonces, ¿de dónde sale que es sucesor suyo?” (Mc 12, 35.36.37).
3. Marcos descartó también introducir en su texto relatos de apariciones. Para él solo había un camino para encontrarse con Jesús entonces ¡Y AHORA!: Regresar a Galilea, el lugar donde se inició la andadura del Evangelio. Seguir la ruta marcada por él es la vía para darse cara a cara con él:
“…decid a sus discípulos, y en particular, a Pedro: <<Va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os había dicho>>” (Mc 16,7).
Tengo pensado preparar una nueva serie de artículos que quizá titule: “Volver al Evangelio”. Volver al Evangelio no es retornar a Belén, sino iniciar la ruta que Jesús comenzó en Galilea siguiendo las huellas de sus pasos.
Te mando un fuerte abrazo
No puedo por menos de dejar constancia de haber leído con sentido interés y respeto este “mensaje”, de Honorio que nos llega no sólo con sus palabras sino con el ejemplo de la situación de salud y consiguiente limitación en que se encuentra.
Según va pasando el tiempo, todos vamos siendo testigos de nuestras propias y progresivas limitaciones así como las de muchas personas conocidas. Tanto más para ser sensibles al ejemplo de Honorio que sigue presente, desde luego, en la memoria de ATRIO y de los “atrieros”.
Gracias Honorio por seguir comunicándote en Atrio y por todas tus anteriores intervenciones en este blog que siempre he seguido con interés y aprendiendo.
Querido Honorio, quienes te hemos conocido y leído, te recordamos con con cariño y, a mí, personalmente, me alegra “verte” por aquí.
La sagrada escritura también es un hecho humano, como Jesús fue un ser humano, ambas cuestiones hay que tenerlas en cuenta, para no hacer decir a los textos lo que en su contexto y en nuestro contexto dicen. La esencia del evangelio, no cambia.
Un fuerte abrazo y mucho ánimo.