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Noticias falsas

Estos días, las falsas noticias pudieran parecer simples engañosos cantos de sirenas ante los zafios insultos que han llegado a ocupar el atril del Congreso de los diputados y otros atriles públicos. Pero no nos engañemos, tras los insultos hay toda una preparación ambiental plagada de falsa noticias que caldean y engañan los ánimos. De modo que el insulto se justifica normalmente en base a la falsa y engañosa atribución de deleznables hechos a la persona, diputada o no, que finalmente resulta insultada.  Con esta artículo, que estaba a la espera de su publicación, lo vuelvo a recordar hoy cómo desde antiguo la insidia de las falsas mentiras adquieren actualidad por la proliferación de insultos que “se blanquean”, es decir, se intentan justificar con ellas. E.I.

 I

Las noticias falsas (fake news) no son un fenómeno inexcusable de la naturaleza, aunque quizá podamos decir que sí son una constante a lo largo de la Historia.

A ellas se hace referencia, calificándolas en algún momento como “sonados engaños“, en la entrevista que Manuel Morales hace a la escritora Marta Fernández en la última página de EL PAÍS, el 4 de noviembre pasado. En ella podemos leer afirmaciones como que “Adán y Eva con la serpiente o el caballo de Troya eran fake news” o que “Shakespeare es el mejor mentiroso. Era un plagiador consumado de sus contemporáneos“.

Sin entrar en un análisis pormenorizado del contenido de dicha entrevista y de lo que en ella hay de licencias periodísticas o literarias, si me parece que, a efectos de la vida real y cotidiana que nos toca vivir, conviene destacar y distinguir las “noticias falsas” de otras figuras que no aún no ajustándose siempre y exactamente a la realidad histórica, no obstante no parece oportuno calificarlas como tales.

Así habrá que distinguir entre figuras literarias, hipótesis históricas (puede haber varias y contradictoras sobre distintos hechos), engaño inocuo, mentira piadosa, mitos, leyendas etc. Y esta distinción entiendo que importa mucho por la maldad intrínseca, por la finalidad inicua, por el daño social que hoy, al igual que antaño, causan las noticias falsas, es decir las “mentiras insidiosas”.

Porque ante estas “noticias falsas”, cada ciudadano adquiere una responsabilidad ética de no propagarlas, de desmentirlas en lo que pueda, y de contradecirlas y contrastarlas con la realidad. Y esta responsabilidad se incremente en los profesionales de la información.

No es de recibo, por ejemplo, que determinadas televisiones o radios se limiten a dar textuales declaraciones de dos líderes políticos opuestos, cuando las mentiras o tergiversaciones de uno ellos resultan patentes, sin que el propio medio informativo no aclare, de forma expresa y nítida, la verdad de los hechos que le son conocidos.

Del mismo modo deben inadmitirse, rechazarse socialmente, desmentirse y sancionarse de la forma que proceda, las mentiras dichas en sede parlamentaria, por quien está mintiendo, es decir, diciendo a sabiendas que lo que dice no responde a la verdad.

 

 II

Al respecto, transcribo, en parte, una reflexión, realizada sobre este tema hace más de doscientos años: una carta, dirigida por una anónima persona oculta bajo el nombre de “Patricio Cantaclaro”, a los redactores de la Gazeta de Madrid, y publicada el jueves 12 de septiembre de 1811 en dicha Gazeta; carta de la que cabe concluir la gravedad de la proliferación de las noticias falsas y la de la pasividad de las instituciones y de la ciudadanía ante ellas.

Respecto de esta carta y a su autor, dice Elisabel Larriba, en su trabajo, disponible en Internet, “De la formación de la opinión pública a la expresión de la opinión del pueblo: la prensa de la crisis del Antiguo Régimen (1808-1823)” (NOTA 1) lo siguiente:

<< Con la carta de “Patricio Cantaclaro”, publicada el 12 de septiembre de 1811, introdujeron el concepto de opinión general que había de coincidir con la de “los hombres ilustrados y virtuosos” (…), condición sin la cual una nación no podía ser feliz. Entre los guías naturales de esa opinión habían de figurar en primera línea los gaceteros: Vmds., señores redactores [recalcó el anónimo y supuesto corresponsal], están más particularmente encargados de formar la opinión pública. Cuando vmds. comunican a la nación los acontecimientos, que pueden influir en su tranquilidad; cuando le hacen saber los nuevos descubrimientos, propios para aumentar el número de sus placeres, o disminuir las penalidades de la vida, no hacen más que cumplir con las obligaciones de este honroso destino. (…) Pero, según Patricio Cantaclaro, esa “comisión tan delicada” no podía depender exclusivamente de los gaceteros: Ni los límites de un periódico permiten [afirmó] a vmds. que digan al pueblo todo lo que debe saber, ni le hagan todas las reflexiones a que da lugar lo que dicen. Escriben para todos, y a pesar de eso se ven vmds. precisados a quedarse muchas veces a solo el alcance del menor número. (…) Según él, en tiempos tan turbados, en esa “época de delirio”, “establecer la opinión pública del modo que más convenga a su bienestar” era responsabilidad y obligación de todos los ciudadanos, debiéndose culpar tanto a los “indiferentes” como a los malévolos dedicados al engaño (…) >> (NOTA 1) .

 

 III

(NOTA 1) En el texto que seguidamente transcribo de la carta de “Patricio Cantaclaro” , he adaptado a la escritura actual algunos términos que figuran en el original, lógicamente, con escritura propia de su época. Por otra parte, entiendo que la abreviatura “vmds“, debe interpretarse como “vuestras mercedes“. Dice así la dicha carta de “Patricio Cantaclaro”:

<< Señores redactores:

Una nación no es feliz sino cuando la opinión de los hombres ilustrados y virtuosos es la opinión general. De esta verdad tan viva y tan evidente se infiere otra, que no lo es menos, y es, que puesto que todos estamos obligados a contribuir a la felicidad de nuestros semejantes, todos tenemos obligación de trabajar por establecer la opinión pública del modo que más convenga a su bien estar, rectificándola y dirigiéndola hacia el bien, cuando veamos que de él se aparta.

Cuando la opinión pública no es en una nación la que debiera, culpa es de todos los ciudadanos que la componen; ni se eximen de ella los que piensan de otro modo, si no tienen a su favor pruebas de haber trabajado por mejorarla. (…) //

Vmds., señores redactores, están más particularmente encargados de formar la opinión pública. Cuando vmds. comunican a la nación los acontecimientos, que pueden influir en su tranquilidad; cuando le hacen saber los nuevos descubrimientos, propios para aumentar el número de sus placeres, o disminuir las penalidades de la vida, no hacen más que cumplir con las obligaciones de este honroso destino.

Pero ni la prudencia que exige una comisión tan delicada, ni los limites indispensable de un periódico permiten a vmds. en muchas ocasiones que digan al pueblo todo lo que debe saber, ni le hagan todas las reflexiones a que da lugar lo que dicen. Escriben para todos, y a pesar de eso se ven vmds. precisados a quedarse muchas veces a solo el alcance del menor número.

Tres son las clases de personas que por sus luces pueden emplear en beneficio del pueblo los materiales que vmds. les suministran. Los buenos ciudadanos, los hombres celosos del bien público se acercan a las ultimas clases de la sociedad, les hablan su lenguaje, disipan sus dudas, comentan lo que vmds. dicen, y hacen fructuosa y completa la instrucción que vmds. principiaron.

El hombre indiferente, el insensible egoísta, que calla cuando debiera hablar por no perder cierta opinioncilla de que disfruta entre algunas gentes incapaces de darla, y hacer ridículo alarde de saber y de patriotismo entre personas que para nada necesitan de sus lecciones, este es un hombre despreciable y un ciudadano inútil, que siempre significa lo mismo que perjudicial.

Y si un hombre de esta clase merece tan odioso dictado, ¿qué nombre debemos dar al que engaña a sus semejantes en lugar de instruirlos; al que no satisfecho con los males que Ies ve sufrir, intenta que se perpetúen hasta sus descendientes; al que prefiere un mezquino Interés personal al interés de todos; al que quiere que todo se sacrifique a la satisfacción de sus locas y viles pasioncillas, y que para lograrlo saca veneno de la triaca misma, y convierte con astucia maliciosa en perjuicio del pueblo lo que los buenos medirán para su provecho? Si los que se esfuerzan por dirigir la opinión pública hacia el bien son hombres beneméritos del mundo entero, estos otros son sus más crueles enemigos, y no pagan el daño que hacen y el horrible crimen que cometen la execración del género humano y con las penas señaladas a los incendiarios y públicos envenenadores.

No hago estas reflexiones porque las crea peregrinas, ni es mi ánimo enseñar aquí principios de moral que todo hombre de bien conoce y práctica. Pero vivimos en unos tiempos y en una nación, que a cada paso nos vemos en la necesidad de recordar a los hombres sus primeros y más sagrados deberes. Vivimos en un época de delirio en que el ciego espíritu de partido trastorna la razón, y obscurece y trastrueca las ideas más claras y más distintas. Jamás las pasiones destructoras han triunfado en tales términos. ¿Cuándo se ha visto el error con más apóstoles? ¿Cuándo nos ha amenazado con males tan terribles? (…) //

Y en estos tiempos de engaño y de seducción, y en esta lucha en que va nuestra felicidad y la de nuestros descendientes, encontramos a cada paso hombres que creen poder lícitamente mirar la contienda sin tomar parte en ella. !Hombres crueles e insensibles, que oyen con la misma indiferencia la verdad más útil y el error más perjudicial! !Hombres avaros de la verdad, que conocen, y que no quieren comunicar a los otros, aunque los vean esclavizados por el error!

¿Qué idea tendrán estos tales del amor a la patria ? ¿A que deben reducirse en su moral los mutuos vínculos y deberes recíprocos, que en la sociedad unen al hombre con el hombre? .(…) El ocupado artesano, el rudo labrador y las demás clases del pueblo, a quienes el bien mismo de la sociedad impiden que se instruyan en ciencias ajenas de su estado, tienen depositada su confianza en nosotros. Ellos trabajan para nosotros, y nosotros debemos pensar para ellos y por ellos. Faltamos a esta confianza, a este sagrado deber si los vemos en el error, y no procuramos sacarlos de él: somos unos cobardes, y unos traidores a la causa de la razón que nos preciamos seguir, si permitimos que los apóstoles del error seduzcan su candidez, y abusen impunemente de su docilidad. El bien de la nación debe ser el objeto de todas nuestras tareas, y es el primer deber de todo ciudadano, y (vuelvo a repetirlo) una nación no puede ser feliz mientras la opinión de los hombres instruidos y virtuosos no sea la “opinión pública”.

(…) Un engañado que quiere engañar a otro tiene la disculpa en su buena fe; pero ninguna tiene el que permite que a su vista triunfe el error, y el que por pueriles miramientos calla la verdad que conoce. Yo tengo a tales hombres por muy sospechosos, (…) y llego a creer que cuando hablan razón, no dicen lo que piensan, sino que hablan así, porque así les conviene.

Por fortuna no todos son así, señores redactores, (…) Pensaba comunicarles algunas más, que sirviesen de comentario al texto que vmds publican. Pero ya que esto no puede ser hoy, lo hare otro día, y entre tanto dispongan vmds. del afecto de su seguro servidor. = Patricio Cantaclaro. >>

======================================

NOTA 1: Elisabel Larriba. Aix Marseille Univ, CNRS, TELEMME, Aix-en-Provence, France. Miembro honorario del Institut Universitaire de France. Disponible en Internet. La universidad Aix-Marseille, es una universidad francesa pluridisciplinar creada en Enero de 2012 por la fusión de tres universidades. Los subrayados en negrita en los textos transcritos son míos.

 

 

26 comentarios

  • oscar varela

    NOTICA VERDADERA
    Mundial Qatar 2022
    Stéphanie Frappart será la primera mujer que dirigirá un partido en un Mundial de fútbol masculino
     
    Será en el encuentro entre Alemania y Costa Rica, por el Grupo F. Fue pionera en la Ligue 1 de Francia, en la Supercopa de la UEFA y en la Eurocopa.

  • mª pilar

    ¡¡¡Gracias Eloy por esta hermosa lección de buen hacer!!!

    Hoy, al escuchar a, algunos miembros de nuestro parlamento me han entrado unas ganas tremendas de poder decir con voz clara y firme:

    ¡¡¡Eso no es cierto y Vd. lo sabe!!! ¿Por qué miente sabiendo descaradamente lo que hace?

    Pero no soy importante, no puedo decir, escribir con…mi nada…solo tengo mi voto y ahí pongo toda mi fuerza.

    Gracias Eloy de verdad, me ha llenado de esperanza.

    Un abrazo muy entrañable.

    • ana rodrigo

      Pilar, con estos lamentables espectáculos, a mí me dan ganas de llorar, por eso le decía el otro día a Eloy, que estaba de bajón, porque me asusta este tipo de conductas en quienes deberían ser un ejemplo.

      Mi siempre querida Pilar, no digas que eres nada, ya sabes, “un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero.

      Un fuerte abrazo

    • ELOY

      Muchas gracias Pilar por tu comentario.

      Eres una significativa comentarista en ATRIO y tus comentarios siempre son muy sensatos y rebosan bondad.

      En este aspecto me uno a lo que dice ana rodrigo:  “un grano no hace granero, pero ayuda al compañero” .

  • oscar varela

    Hola!
    Cuando las “NOTICIAS FALSAS” se convierten

    en “PELOTÓN DE FUSILAMIENTO

    https://www.google.com/search?q=cristina+ante+el+tribunal&rlz=1C1AVFC_enAR875AR875&oq=cristina+ante+el+tribunal&aqs=chrome..69i57.16058j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:8e006938,vid:uq8uS1H4d1o

  • eduardo garcia

    Hace tiempo que no sabíamos de Eloy y agradecemos un artículo como éste, escrito en un tono sereno, con firmeza, pero hablando claro. Es muy importante la delimitación inicial de los conceptos, que nos cure de esa permanente confusión  en la que nos sume la apabullante cantidad de información que nos tiene sitiados.

    Nos sitúa en el análisis precisando conceptos. Una cosa es el “engaño inocuo” y otra la “finalidad inicua”. Un bello juego de palabras, que nos sirve de pórtico.  Es de agradecer que con absoluta rotundidad se apele a la  responsabilidad ética, tanto de los lectores de fake news como a los medios de comunicación a los que se cita en los siguientes términos” No es de recibo que determinadas televisiones o radios se limiten a dar declaraciones textuales de los líderes políticos opuestos, cuando las mentiras o terjiversaciones de uno de ellos resultan patentes”.

    Y a continuación señalas:

    “Del mismo modo no deben admitirse , rechazarse socialmente , desmentirse y sancionarse de la forma que proceda, las mentiras dichas en sede parlamentaria, por quien está mintiendo, es decir , a sabiendas de que lo que dice no responde a la verdad”

    Como ya es habitual en Eloy ,  le gusta situar los acontecimientos, si es posible,  en perspectiva histórica. Es un apasionado de la historia, de la que procura extraer enseñanzas. Sorprende su rigor. Nos informa sobre la autora Elisabel Arriba, y se toma la molestia de adaptar al lenguaje actual la carta publicada en 1811, atribuida a “Patricio Cantaclaro”
    Cierro mi comentario con este bello párrafo extraído del artículo de Patricio Cantaclaro”, que todos deberíamos leer con reflexión y respeto

    “Una nación no es feliz sino cuando la opinión de los hombres ilustrados y virtuosos es la opinión general. De esta verdad tan viva y tan evidente se infiere otra, que no lo es menos, y es, que puesto que todos estamos obligados a contribuir a la felicidad de nuestros semejantes, todos tenemos obligación de trabajar por establecer la opinión pública del modo que más convenga a su bien estarrectificándola y dirigiéndola hacia el bien, cuando veamos que de él se aparta”.

    Querido Eloy, este articulo tan rico y bien construido, bien merece una divulgación ,  tipo “Carta del lector” o “tribuna de opinión” en algún medio de mayor difusión que la respetable y digna Atrio”.

     

    • ELOY

      Muchas gracias Eduardo por tu extenso comentario.

      Evidentemente, exageras en tus  valoraciones personales y sobre el contenido, con mucha generosidad. ¡Cosas de la amistad! Un abrazo.

       

  • Santiago

    Si, es cierto que no podemos saturarnos de todo lo que “sale” en los medios informativos porque acabaríamos dementes. Pero no podemos negar la realidad. El mundo avanzó en cuanto a la ciencia y a la técnica, pero ha retrocedido en la interacción humana a nivel personal y a la concepción de la moral. No podemos pues ocultar el realismo que estamos viviendo y el peligro que nos acecha cuando “los poderes” de los gobiernos se encuentran en desorden y la sociedad va a la deriva.

    Al mismo tiempo, como personas, debemos lograr un equilibrio realista y aferrarnos a los valores que dan paz, no solo a la comunidad, sino a nosotros mismos. Y de esta manera confortar a los que amamos y se encuentran a nuestro alcance. Es posible dejar lo que es malo a un lado ¿no?

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • ELOY

    Hola Isidoro. 
    Agradezco mucho tus comentarios.  
    Es verdad que dentro de las “noticias falsas insidiosas”, pueden incluirse diversas modalidades, como tú señalas, así  la publicidad engañosa  o los  “bulos”, que citas.   Pero cualquiera que sea la modalidad, es mucho el daño que pueden producir y producen.
    Y pienso que no se pueden minimizar ni relegándolas a una patología ni considerando que son una parte menor de las noticias que recibimos.    
    Insisto en que refiero a las “noticias falsas insidiosas”, es decir, que tienen la intención de hacer daño y obtener beneficio para el que la propaga; pero no me refiero, desde luego, a las que nacen de una patología, sino a las que son instrumentos conscientes para la toma del poder, por ejemplo, o las que tienden a culpabilizar (falsamente) con engaños a una persona u organización para que una vez desprestigiada sea víctima por terceros de toda clase de invectivas y de desafecto.
    Este tipo de mentiras – noticias falsas – pueden ser puntuales pero puede igualmente ser sostenidas  de varias formas a lo largo del tiempo, llegando a formar un “estado de opinión” totalmente errado en sus fundamentos.

  • ELOY

    Muchas gracias Ana Rodrigo por tus comentarios.

    Y, por favor, nada de disculpas ni perdones. Yo mismo tengo temporadas de amplia ausencia de las páginas de ATRIO. Y en eso hemos de movernos que absoluta libertad e independencia.

    Ya sabes que, desde hace años, siempre leo con mucho interés tus intervenciones en ATRIO y mucho valoro la sensatez e inteligencia de las mismas.

    Por otra parte, te considero una de las “fundadoras” de ATRIO, (o al menos una de las personas que firmaron sus primeros documentos  programáticos), de forma que desde que yo comencé a colaborar en ATRIO, siempre te he tenido como un referente.

    A mi entender tienes muchísima razón en lo que dices: tenemos muchos logros, muchas cosas buenas de las que debemos saber disfrutar y con las que podemos crecer en la satisfacción de nuestras necesidades y aspiraciones.

    Y por ello nos duele más y nos desanima ser testigos y observar con que mentiras (falsas noticias) e insidias, se intenta hacernos ver lo que no se corresponde con la realidad de lo que sucede.

    Pero, aún desconociendo la efectividad de lo que podamos hacer al respecto, estoy seguro de que intentar favorecer el desmentido de las “noticias falsas”, siempre será positivo para nosotros mismos, para nuestro ambiente y para la opinión general a la que se refiere el artículo transcrito de “Patricio Cantaclaro”

  • Isidoro García

    Amigo Eloy, muy bueno tu artículo. Pero querría matizarlo un poco según mi opinión personal subjetiva.

    Yo creo que todas estas reflexiones sobre la postverdad y las fake-news, (que no son lo mismo, ni mucho menos), viene trufadas con una idealización de la verdad, que se tiende indefectiblemente a igualar a nuestras convicciones personales propias, y con una cierta dosis de paranoia conspiracionista, de que estamos rodeados de gente perversa que nos quiere engañar, (algo así como los que iban dando a los niños caramelos envenenados o con droga a las puertas de los colegios).

    Yo no voy a negar aquí, que no existan psicópatas sin escrúpulos morales, que intentan sacar provecho a nuestra costa, para robarnos la cartera, mediante una navaja o pistola, o nuestro dinero en el comercio, mediante publicidad engañosa, o nuestro voto, mediante noticias prefabricadas falsas.

    Los bulos es algo de toda la vida. Y por eso debemos enseñar a nuestros hijos a convivir en un mundo, donde no todo el mundo es de fiar.

    Pero una cosa es eso, y otra pasarse al otro extremo: desconfianza paranoica generalizada, y solo fiarnos de los “nuestros”, generalizando un espíritu sectario: los nuestros muy buenos y los otros muy malos.

    Es una idea que nos arrastra al gregarismo de rebaño, y no al pensar por nuestra cuenta.

    (No se si habéis visto recientemente la noticia de que unas ovejas en un aprisco, llevan 15 días dando vueltas en círculos indefinidamente. Es muy sencillo: cada una sigue a la de delante, y la primera sigue a la última del círculo que está delante de ella. Así llevan 15 días).

    La psicología ha estudiado mucho el comportamiento humano en los últimos cien años.

    Hoy día se sabe mucho sobre el delirio, que no está reducido a casos psicóticos patológicos, sino que en mayor o menor grado, es un recurso mental generalizado. Ya Castilla del Pino, escribió un libro, “El delirio, un error necesario”.

    En la misma línea de Castilla, dice el psiquiatra Francisco Traver:

    “Hoy creemos que el delirio es una forma de cicatrización, es decir de restitución a la normalidad. La creencia delirante es como la cicatrización de una herida, (una fuerte contradicción interna, o un gran vacío cognitivo en nuestra cosmovisión-mío), que abierta, seguiría dando problemas o supurando”. 

    Pero primero viene el malestar interior, (la herida), y eso produce el delirio, como una costra que cierra la herida.

            “Dicho de otra manera, el delirio es un intento de autocuración de algo que permanece ensombrecido u oculto. 

           Pero el delirio no es la única forma de restitución o autosanación. Está el arte, el sexo, la religión y los símbolos. Escribir es una forma de restitución como aseguran muchos escritores obligados a escribir, por esa pulsión interna de encontrar asilo en el caos que genera la realidad y el deseo. 

           Otra forma muy común de restituir algo, es a través de la conversación, sobre todo de las mujeres que son las que parece que tienen más deseos de explicarse y también de compartir con sus iguales”.

    O sea, que mucho mas generalizado que la burda mentira interesada, lo que prolifera, (y se confunde con ella), es el error cognitivo natural, que muchas veces es delirante, e inconscientemente se usa para evitarnos el malestar generalizado de las contradicciones y vacíos interiores.

    Decía Machado: “En mi soledad, he visto cosas muy claras que no son verdad”. Si nos engañamos así de fácilmente,¿ por qué no se van a engañar los demás igualmente?.

     

  • ana rodrigo

    Querido Eloy, sabes de mi aprecio personal hacia ti y tus opiniones, por eso te pido perdón por no haber entrado antes en tu magnífico artículo. Por lo que queda claro que la causa de mi ausencia no es por ti, sino por mí.

    Me explico. Yo siempre he sido una persona muy positiva en la creencia de que los seres humanos podemos aprender de nuestra historia y mejorar la actual, pero resulta que llevamos un tiempo en que vamos a peor. Me refiero al sistema democrático, después de taaaantos reyes absolutos, tantos levantamientos del ejército en el siglo XIX, del fracaso de las dos repúblicas. del golpe de estado de Franco y de la larga y criminal dictadura franquista, no sepamos valorar el sistema democrático que tenemos y que el diálogo casi se haya borrado del diccionario y de, por supuesto, de la política, donde sólo existe la ambición de PODER, no la preocupación por el pueblo que es el que vota y el beneficiado o perjudicado de las leyes que toma la representación popular en el poder Legislativo, desde el Ejecutivo, cribado por el poder Judicial.

    A esto añadimos la abundancia, como nunca en la historia, de medios de comunicación de toda índole: televisiones, emisoras de radio más los medios digitales en todas sus facetas incluidas las llamadas “redes sociales”. donde se puede decir de todo desde la máxima ignorancia hasta las más “doctas” opiniones.

    Además, disponemos de un sistema de educación universal como nunca había existido en otros tiempos no muy lejanos, lo que supondría ciertas capacidades de discernir entre las noticias, las informaciones, los discursos abiertamente falsos y aquello que se ajusta a la realidad, no digo la verdad porque este término es como la plastilina, la puedes moldear a tu criterio. Pero hay hechos y datos sobre los que se puede dialogar u opinar, sin insultos, sin falsedades, sin necesidad de crispación directa o indirecta. Pero estamos viendo todo lo contrario.

    Por todo esto tengo muy bajo el ánimo, me siento desmoralizada y desmotivada a nivel emocional. Y esta es la causa real de porqué no había hecho todavía ningún comentario en tu post.

    Te mando un fuerte abrazo.

     

     

    • Isidoro García

      Amiga Ana, ya te noto últimamente muy baja de moral. Yo imprudentemente te quiero dar un consejo: no sigas a los cantores de melancolías, y de desdichas y desgracias, de la que dicen que el mundo está lleno. (Que no digo que quizás no sea verdad, pero ¿qué quieren, que nos abramos las venas?).

      A este mundo hemos venido a ser lo mas felices posibles, y haciendo el bien que prudentemente podamos.

      Yo, la frase sabia de Jesús: “¿De que te sirve salvar el mundo, si pierdes tu alma?”, la interpreto personal, y quizás equivocadamente, como, “De que te sirve alienarte, enfermarte, para hacer un mundo mejor, si eso es a costa de tu salud y de la felicidad de tu única vida, que el Universo, te la ha concedido para ti”.

      (Hay personas, muy fuertes ellos, (¿?), que saben compatibilizar muy bien, la empatía social, con su disfrute personal al que tienen todo derecho. Me gustaría ver por un agujerito, las vidas personales de muchas personas, muy sociales, y sus viajes aquí y allá, y sus muchas relaciones y la importancia que se dan por ello.

      Y si a ellos les va bien esa marcha, ¡ole por ellos!. Pero no todos tenemos que seguir el mismo camino. Lo que a unos los hace mas fuertes, a otros los mata).

      Decía un judío, que no recuerdo ahora, que a él, no le pedirían en el “mas allá”, que hubiera sido Moisés, sino que hubiera sido él mismo.

       

      Por si te consuela, el mundo, cada vez está mejor, si lo comparamos de verdad con la situación del pasado histórico. Claro que hay problemas, pero son los problemas de todo cambio.

      Y aparte de ello, no podemos ir por la vida con complejo de Supermán, de Salvadores del mundo. ¡Sálvate primero tú, y luego verás, como eres mas útil para los demás.

      • Isidoro García

        El ‘Doomscrolling’ es consumir noticias malas de manera compulsiva. Está comprobado que el ‘doomscrolling’ favorece la aparición de síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión, debido a su influencia en nuestro estado de ánimo y lo empáticos que somos con los mensajes que recibimos.

        Si solo recibimos noticias negativas y encima buceamos en ellas de forma compulsiva, el cóctel resultante puede imbuirnos en un estado de apatía, tristeza o paranoia, según el caso y la persona.

        Una encuesta realizada a finales de marzo y principios de abril de 2020 halló una conexión directa entre la frecuencia, duración y diversidad de exposición a los medios, con el aumento de síntomas de depresión y ansiedad,

        Aquellas personas que con la mejor voluntad por su parte, hacen esfuerzos ímprobos por concienciarnos de lo mal que está el mundo, deberían ser conscientes, de que nos están llevando, a la ansiedad y la depresión. Las cosas, basta con decirlas una vez, y si la gente no hace el caso que nos gustaría que nos hiciesen, la cosa será por alguna razón.

        El seguir machacando y machacando se rompa lo que se rompa, es un flaco servicio de empatía y solidaridad hacia nosotros.

        Esto sucede cuando hacemos de “ser buenos y solidarios”, no un resultado normal de nuestro desarrollo personal, sino “una profesión de vida”, un instrumento, un sentido de nuestra vida.

        Antes cuando nada menos que la vida eterna estaba en juego, quizás se podría comprender esa actitud tan cansina, pero ahora, hay que respetar la postura de los demás.

        Decía Omar Jayyam: “No entristezcas a nadie. Escóndete cundo tengas ganas de llorar”. Ni siquiera por la mejor causa del mundo, (eso lo digo yo).

      • ana rodrigo

        Gracias por tu sabio consejo, querido Isidoro; ya sabes, hay rachillas y bajoncitos anímicos, sin mayor importancia.

        Respecto a la actualidad que nos toca vivir, ha habido épocas peores en la historia, pero como se dice habitualmente, a cada cual le duele lo suyo, y en esta época duele la guerra, duele la crispación política, duele el nuevo fascismo, duele la desigualdad económica, cuando hay alimentos suficientes y mueren de hambre tantos millones de personas. Pero, como dices, también tenemos cosas mejores como nunca las hemos tenido.

        Aprovecho ya para darte las gracias por tus no menos sabios comentarios. Hace tiempo que quería agradecértelo, pero por no entrar en cuestiones personales, no lo he hecho. Tú sí que estás en plena forma de lo que me alegro enormemente.

        Un abrazo

  • Alberto Revuelta Lucerga

    El esfuerzo de grupos de periodistas de variados medios en diferentes países, hasta confirmar un batallón de doscientos en algún caso, para investigar de consuno asuntos oscuros, muestra que el engaño es rentable a quienes lo fomentan, lo crean, lo mantienen y tratan de alargarlo en el tiempo. Desde los brillantes de Bokasa, a las mascares inglesas en Kenia y otras colonias, a la participación de las confesiones religiosas en el tráfico de esclavos, el abanico es amplio. No es fácil determinar las mentiras, ni las falsedades ocultas. Véase lo que está costando desenmascarar lo ocurrido en las vallas de Melilla. Y la nube de ambiguas mentiras trufadas de medias verdades del magistrado ministro del Interior. O los diez soldados prisioneros rusos por los ucranios que los asesinaronnestos días pasados ya en el suelo y de espaldas como está confirmando hoy mismo Naciones Unidas. Se non e vero e ven trovato. Así se ha justificado mucha noticia.

    • ELOY

      Muchas gracias Alberto.

      Siempre nos ilustras dándonos noticia de la realidad que, en ocasiones, puede pasar simplemente desapercibida e ignorada o bien ser aviesamente ocultada o desvirtuada.

       

  • ELOY

    Muchas gracias Lola por tu comentario, tan generoso como siempre.

    Me alegra mucho saber de ti y deseo que te vaya todo bien.

    Un afectuoso saludo

  • Santiago

    Muy bueno, Eloy. Este tema es muy interesante e importante. La mentira (con sus extremos como la calumnia y la difamación junto con la falsa divulgación) se ha institucionalizado como un arma político-social para obtener el poder sobre otros, entre otros “logros”.

    Es el arma predilecta y la base fundamental de regímenes totalitarios radicales y de los políticos que profesan la rigidez de pensamiento ideológico y que  saben perfectamente que,con la verdad, el triunfo de su falsa filosofía y corrupta ideología es una imposibilidad.

    Como es imposible ganar con la honestidad y sinceridad se ha de recurrir a los datos falsos, a historias fabricadas, al descrédito personal, al insulto vil, y a los inventos más inverosímiles, aún tergiversando documentos históricos fidedignos…..porque cuando se abandona todo sentido ético-moral se empieza a descender en una avalancha progresiva hasta llegar a la corrupción total de todo orden y de todo el sistema legal, y a la destrucción completa de nuestro sistema vital.  Ejemplos pululan.

    Esto es lo que estamos viviendo diariamente en el mundo actual, universalmente,al querer imponer un desorden social, legal, moral y religioso y  negar la existencia de la trascendencia y de la obligación de observar la ley natural.

    Queremos hacer siempre lo que nos plazca y  huir de la verdad como realidad, para sentirnos totalmente libres, y creer que todo da la mismo porque todo es relativo,  pero todo eso es una utopía y solamente la verdad, lo que es cierto, lo que experimentamos y sabemos que es verdadero,  es lo que nos hace libres y nos tranquiliza la conciencia. Y nos da la paz.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

    • ELOY

      Muchas gracias Santiago.

      He leído con interés tus consideraciones.

      Quizá no puedo estar del todo de acuerdo con algunas de tus consideraciones finales, pues considero que no son generalizables y requieren ciertos matices.

      Y creo, puedo estar equivocado, que no conviene de un plumazo hacer referencia  a un conjunto de realidades tan complejas como la que expresas en la frase:

       (…) un desorden social, legal, moral y religioso y  negar la existencia de la trascendencia y de la obligación de observar la ley natural. (…) 

      Pues cada una de ellas requiere de muchas matizaciones.

      La realidad más inmediata que encontramos es la de encontrarnos con nosotros mismos y con otras personas que en general estamos marcados todos, podríamos decir,  por el estado de necesidad que, en todo caso al final de una etapa nos lleva a la desaparición física, a lo que llamamos muerte.

      Al tiempo de cubrir nuestras necesidades vitales de todo orden, nos preguntamos, al vivir,  por el sentido de esta vida, breve desde luego.

      Y aquí surgen diversas consideraciones y respuestas  que, en principio, deben ser todas respetadas, escuchadas y valoradas, para tomar cada uno nuestra opción, sin imponerla a nadie y sin pensar que cada uno estamos más acertados.

      Aunque con honestidad hemos de vivir nuestras convicciones y nuestras creencias.

      No sé si me he ido por las ramas y me he desviado de tu discurso. Si es así, ruego me disculpes.

      • Santiago

        Gracias a ti también por tu respuesta a mi comentario. No te has ido por las ramas sino que estás “in”……Y mis disculpas por mi retraso de ahora.De acuerdo contigo que hay que matizar y quiero decir que respeto todas las opiniones que se hacen por aquí en esta tribuna libre de ATRIO.

        Por lo demás no intentaba imponer sino exponer una opinión en el contexto actual del mundo sin especificar nada en concreto sino sólo en general.

        Al fin y al cabo la mentira institucional parece estar dirigida a ocultar la realidad experimental humana y  sería mejor deslindarse con claridad por la trascendencia fundada en el espíritu o contra ella que se presenta en una  base materialista y existencial. Esta dialéctica es lo que parece estar debatiéndose en el diálogo ideológico mundial.

         

        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

         

         

        • ELOY

          Hola Santiago.

          Gracias por tu nuevo comentario.

          Citas la “mentira institucional”, pero creo que hay que hacer también, muy especialmente,  expresa referencia a la mentira “no institucional”,  amparada en medios de comunicación, redes sociales, declaraciones públicas de diversa índole, etc.

          Con las mentiras “no institucionales” se  van sembrando desde hechos inexistentes o falseados, a atribución de aviesas intenciones allí donde la intención es recta.

          Un saludo.

        • Santiago

          Creo que has tocado un punto importante Eloy y es  que en mi afán de generalizar me faltó desarrollar.  Porque no sólo esta importante facultad vital que es la “palabra oral o escrita” se usa de manera oficial y gubernamental como arma de poder, sino también por el uso  de los medios ordinarios informáticos se consigue deformar la verdad provocando graves daños individuales y comunitarios.

          Recuerdo a mi profesor de religión en el Bachillerato cuando en nuestra clase enfatizaba la importancia de la responsabilidad de la palabra humana recordando al octavo mandamiento del Decálogo donde se expresa el grado de injusticia en que se incurre en relación “a la fama y el honor del prójimo” y hoy como ayer los principios no cambian a pesar del tiempo y la distancia, pues se intuye lo incorrecto y lo que escapa al bien común. Lo que es injusto y reprobable.

          Gracias por seguir. Se que estás activo en el hilo y te agradezco tu interés y lo que escribes.

          Es recíproco el saludo.

          Santiago Hernández

  • Lola Cabezudo

    Me ha gustado mucho tu articulo Eloy y sobre todo que has encontrado alusiones al tema, muy interesantes. Resulta incomprensible el afán de divulgar noticias falsas, y sorprende que viene de lejos la afición. Un fuerte abrazo