Muchos creen que el tinglado religioso está solo ligado a las políticas de derecha. Hace unos días el presidente de los obispos italianos rechazaba rotundamente la propuesta de Salvini de financiar desde el gobierno los matrimonios que se celebraran en la la Iglesia. Pero tal vez asistamos a un futuro religioso plural en Europa. Esa posibilidad la plantean Elzo y Hans, Y también este autor francés. AD.
Un historiador francés de la Iglesia, escéptico ante los discursos recurrentes sobre el revivalismo, admite que están apareciendo nuevas formas de religiosidad. Como esto contradice los resultados de las encuestas, se pregunta si estamos usando los indicadores correctos para observarlas
Por Charles Mercier | La Croix International | 25-noviembre 22022
A unos pocos asientos de mí, en mi viaje en tren por la tarde de París a Bruselas, dos personas negras de unos treinta años están enfrascadas en una conversación. No se conocían hasta hace unos momentos. El hombre lleva chándal y habla con una voz apagada y suave. La mujer lleva un gorro de punto y un gran abrigo de lana gris, a pesar del clima templado de otoño, tiene una risa clara y contagiosa.
Inmerso en mi lectura, de repente me sobresalto al escuchar “¡Ese es el Espíritu Santo!” y luego “¡Gloria a Dios!” surgen de su conversación. Hago la suposición algo perezosa de que deben haber descubierto que son parte de la misma Iglesia Pentecostal. Su conversación pronto resonará con otros eventos que se desarrollarán este martes a fines de octubre
El presidente de la laica Francia en Roma
En el tramo anterior de mi viaje, mientras tomaba el tren de Burdeos a París, había visto en Twitter que el presidente francés Emmanuel Macron, durante una visita a Roma, había pedido a los sacerdotes de la basílica de San Juan de Letrán que oraran por él y por los otros líderes mundiales. Unas horas antes, el Papa le había pedido a la esposa de Macron que rezara por él y ella le aseguró a Francisco que rezaba por él todos los días
Mientras estaba sentado en el salón de viajeros frecuentes en París mientras esperaba mi conexión, recogí una copia gratuita de Le Figaro . Tenía un artículo sobre Rishi Sunak, que revelaba que el nuevo primer ministro de Gran Bretaña era un hindú devoto. Sunak decía en el reportaje que la fe era la base de su vida y que uno de los momentos de mayor orgullo de su carrera había sido encender diyas en los escalones del número 11 de Downing Street para celebrar Diwali cuando era ministro de Hacienda
Esa mañana, incluso antes de salir de Burdeos, tuve una entrevista con un periodista del periódico Le Parisien . Me había preguntado sobre la nueva popularidad de las religiones en general, y del cristianismo en particular, entre los jóvenes. Dijo que le llamó la atención el comportamiento explícitamente confesional que muchos de ellos expresan en las redes sociales y en la calle y quería saber qué explicaba esto
Era la cuarta vez en seis meses que los medios me interrogaban sobre este fenómeno, que es contraintuitivo, al menos para el catolicismo. Al fin y al cabo, la evidencia empírica y los datos estadísticos parecen converger hacia la constatación incuestionable de una crisis en la transmisión de la religión a las nuevas generaciones
Ante un futuro incierto
Cada vez que intento una respuesta, trato de poner las cosas en perspectiva e insto a la precaución. El retorno de la religión ya se anunciaba a finales de los 90 (la New Age, el velo en las escuelas, el éxito de las Jornadas Mundiales de la Juventud, etc). También se habló del resurgimiento de la fe a finales de los 70 (Solidarnosc en Polonia, la revolución iraní, la mayoría moral en Estados Unidos, etc)
¿No es esta un aparente reavivamiento, que surge aproximadamente cada veinte años, una especie de tema periodístico recurrente que se basa solo en unos pocos hechos espectaculares, pero no realmente significativos? Las encuestas muestran que la curva de secularización continúa creciendo y las instituciones religiosas continúan desintegrándose.
Y sin embargo… ¿Y si, en este contexto del final de una era, la religión realmente está volviendo, como una especie de recurso necesario para ayudar a las personas a enfrentar un futuro ansioso e incierto?¿Y si ya se estuviera cumpliendo la profecía, repetida hasta la saciedad, de que el siglo XXI sería espiritual, pero que –con la mirada clavada en la crisis interminable de la principal organización religiosa francesa, la Iglesia católica, y su enredo en escándalos sexuales– han estado ciegos a los resurgimientos que están ocurriendo a bajo nivel?Tendemos a entender la religión como una actividad específica, localizada en el tiempo (viernes, sábados o domingos, según la denominación) y en el espacio (el lugar de culto), y la medimos mediante indicadores centrados en las prácticas colectivas. Quizás esto nos hace incapaces de captar expresiones religiosas individuales emergentes, entretejidas en las rutinas de la vida diaria, o anidadas en los minúsculos espacios del mundo digital
Más allá del sonido de las infraestructuras que crujen y se desmoronan, es muy posible que se esté gestando una revolución espiritual
Charles Mercier (n. 1977) es profesor de historia contemporánea en la Universidad de Burdeos (Francia). Su último libro, L’Église, les jeunes et la mondialisation. Une histoire des JMJ (Bayard, 2020) examina la Iglesia católica, los jóvenes y la globalización en el contexto de las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud
Aunque sean bastante improvisadas, aporto unas breves reflexiones en torno al gran tema de un posible “renacimiento” religioso. Renacimiento que -siempre en mi opinión- un día llegará, muy renovado. Somos seres que vamos en busca de sentido… en medio de la oscuridad, del dolor y de lágrimas (por intolerancia, necia unas veces y culpable otras…) Ésta búsqueda es la más grandiosa epopeya humana. Por eso no sorprende que un historiador “secular” se interese por el tema.
Venimos buscando ese sentido desde hace siglos, milenios, y pese a que hemos avanzado mucho -en ciencia y en tecnología especialmente-, siempre nos encontramos con el MISTERIO… Hoy la física cuántica quizá sugiere pistas, pero solo pistas…, (para algunos -o muchos- insuficientes.) La ciencia es un gran instrumento de búsqueda que nos puede ayudar a ensamblar mejor la realidad y a despejar algo ese misterio, pero la ciencia tiene un límite: Es y se limita a lo funcional. Lo que hace necesario contemplar otros caminos de acceso al misterio…, que profundicen más y superen la tentación de frivolizar ese sentido, y con él al ser humano.
En la Historia ha habido personas que han apuntado a una primera causa (un gran AZAR necesario y eterno), y otras con fina intuición (¿fruto de una gran vivencia íntima?) han anunciado un mensaje inmanente (para nuestro aquí y ahora), pero al tiempo trascendente. Trascendencia que es la que da profundo sentido… Jesús de Nazaret y su mensaje del reino es un caso paradigmático y, si se entiende bien, no solo es admirable e innovador sino también muy creíble. Muy creíble, aunque solo sea como proyecto de mejora de una convivencia social más justa y más humana… En ese proyecto se encuentran principios fundamentales como: No poder, sino servicio; no acaparar, sino repartir-compartir mejor, no superiores-jefes, sino servidores que miran por el bien común… No extraños, sino hermanos con un origen y un fin común. No separados por ideas sino unidos en el respeto que inspira el amor fraterno… y un Padre común… etc. Este mensaje de Jesús, muy razonable, no es fácil; requiere mucha fe (y humanidad) para aceptarlo y ponerlo en práctica. Requiere trascender el ego, que es el gran creador del poder endiosado y de la riqueza voraz, caníbal.
Por eso surge tan fácilmente el problema: El poder del sistema (religioso o político-económico-social) y las fragilidad humana del que dice creer, se oponen, sea porque al mirar a corto plazo se impone el ego, o porque la fragilidad humana cede y casca como cañas… Solo pocos?-muchos se mantienen firmes y resisten o se levantan humildes para reemprender el camino… Esta es -en síntesis-, la historia del ser humano, civil y religioso. Esta es la historia humana de nuestra gran epopeya que busca (o fabrica) sentido, más o menos consistente o más superficial y vacío.
Y en esta búsqueda histórica, más llena de fragilidades y de deformaciones humanas que de aciertos (deformaciones o marginaciones incluso del mensaje evangélico) debe mirarse la Iglesia clerical, más inclinada a teorizar, a mandar y controlar e imponer un pensamiento único que a servir, como quería Jesús, el verdadero Maestro, que centró su enseñanza en lo práctico, los frutos.
Cuando ocurra esto, la Fraternidad-Iglesia habrá renacido, y entonces es muy probable que mucha gente vuelva a creer. A creer no por homilías-catecismos, que enseñan dogmas y doctrinas humanas, no el Evangelio propiamente, que es el que hay que enseñar y entender bien.
Quizá algunos recordéis lo que vengo escribiendo desde hace seis o siete años en mis libros: el momento de más esplendor de la Iglesia católica no está en el pasado sino en el futuro. Lo que cambia es el modelo de Iglesia, que se busca que sea menos piramidal, con el papel de las mujeres al igual que el de los hombres y con la inserción también de laicos y laicas, en las tomas de decisiones. Solamente se es responsable de lo que se ha decidido.
Todo eso cambia también en la fe de los católicos que deviene más una opción personal que un encuadramiento en la organización eclesial. Pero, las dos son perfectamente compatibles.
Luego el futuro de la Iglesia católica depende de nosotros, los católicos. Lo que no excluye la acción del Espíritu Santo, por supuesto.
Creo que algunas religiones como el cristianismo pueden estar desintegrándose; quizás depurándose. Sin embargo la espiritualidad y la solidaridad parece que incluso estén aumentando..
Y, pregunto.
Una persona que se define como perteneciente a una determinada religión, lleva consigo tener un grado alto de espiritualidad?
Una persona que dice no pertenecer a ninguna religión, por ello se le supone espiritualidad cero?
Qué es entonces la espiritualidad? Creo que sí sé lo que es una religión, bueno, al menos una idea tengo. Me parece. Y no estoy muy segura de que nos interese que las religiones vuelvan a ser lo que eran. Por cosas que he leído en libros de historia y tal. Bueno, y en los periódicos de ayer mismo. Seguramente mi apreciación no sea correcta.
Un saludo cordial a todos.
Ocurre que los sociólogos, las demoscópicas, los medios de comunicación y los funcionarios de las diversas denominaciones religiosas que viven de ellas y acumulan poder y dinero y espacio público no saben, no recuerdan, no viven un principio esencial del cristianismo: nosotros seguidores de Jesús, llamado el Cristo, somos individual y únicos, templos vivos, medibles sólo en las obras de misericordia corporales y espirituales que cada uno, o varios realizamos. Esa es la religacion. Y esa es inconmmensurable. El Eterno que ve lo secreto, lo conoce. Conoce cada corazón. Así que menos miedo y menos cuento.