Ayer por la tarde asistí a la primera sesión del Congreso a través de zoom. Lo inauguró Juan José Tamayo, secretario de la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII, organizadora del Congreso. Su discurso lo podéis leer en Religión Digital. Después una breve introducción de Víctor Codina, hubo ayer una magnífica ponencia de Mayte Muñoz, psicóloga clínica y psicoanalista, que me pareció extraordinaria. Nos reunimos unas 150 de diversos países y continentes. Vi a alguna persona de las frecuentadoras de ATRIO, pero muy pocas. Resaltaban más las ausencias. Tal vez hoy podríais uniros a las 12 para oír a Victoria Camps, filósofa, y, a las 6 de la tare, a Jesús Peláez, biblista, amigo y en la misma línea que Salvador Santos. Claro que se podrán seguir todo en vídeo-conserva. Pero ese permitir seguir algo así en tiempo real que nos permite zoom -una buena secuela de la pandemia- es otra cosa. ¡Alli os espero! Inscribíos cuanto antes, que hay tiempo.
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Estas fueron las palabras con las que Temayo acabó su presentación:
El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: “A mí lo que me interesa de esta pandemia(y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania-OTAN y de otras pandemias): son las víctimas. De hecho, para la Iglesia, y me refiero a las comunidades cristianas dispersas por todo el mundo, va a ser un desafío porque tendremos que estar con las víctimas de la mayor pobreza que vendrá tras el virus”.
Hola!
Antonio Duato destaca ek final de Tamayo:
“El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: “A mí lo que me interesa de esta pandemia(y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania-OTAN y de otras pandemias): son las víctimas. De hecho, para la Iglesia, y me refiero a las comunidades cristianas dispersas por todo el mundo, va a ser un desafío porque tendremos que estar con las víctimas de la mayor pobreza que vendrá tras el virus”.
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Desconozco el contenido de lo de Tamayo, por lo cual opino solo de esta ‘selección’.
El Congreso (y la Iglesia) sitúa su interés y lugar en las víctimas de la mayor pobreza.
Dos observaciones:
UNA: Nada que objetar: aplausos y poner el pecho
OTRA: Algo que agregar para no ‘estar siempre en lo mismo’:
1) lo ‘urgente’ no exime de encarar lo ‘necesario’; e.d.
2) atender a las ‘víctimas’ no exime de desplazar a los ‘victimarios’
[A no ser que se esté inmerso en una religión servil y funcional al victimario]
Hola!
Siguiendo con otras ‘tonterías’:
El sentimiento de ‘Mártir’ (dar la vida)
-en la teología y religión cristiana-
es tan necesario como insuficiente
si se quisiera –de verdad- ser una ‘salvación’
e.d., ‘resolver problemas comunitarios’,
pues ‘nadie se salva solo’.
El ‘Mártir’ acepta que lo desaparezcan
cuando la salida ofrecida es negar su ‘ideal’.
Entonces uno se pregunta:
¿dónde poner a los tantísimos
que no tienen ni idea de tener un ‘Ideal’?
¿No es de mayor ‘servicio’ a la suficiencia
-de una ‘salvación’ verdadera de los otros-
el de quien los des-cubre para que lo vean y sean?
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Estimo que este sería el auténtico sentido del Congreso
Abrazo a Juanjo!