Todo lo enterrado, sepultado, reprimido o suprimido vuelve siempre a salir por otros lugares imprevistos y a veces peligrosos. La memoria no puede enterrarse ni parcial ni total. Es uno de los trabajos más importantes que se hace en mundo de las terapias de la psicología profunda: hacer consciente el inconsciente para que el ego sea más fuerte. La verdad nunca se puede tapar. Cuando unas personas quieren taparla, se vuelve en contra de ellas mismas. Esto conlleva una lucha feroz y sin efectos constructivos: ¡¡¡ Siempre hay que estar alerta por miedo a la verdad!!!
El papel del ego freudiano, dentro de la estructura de el “id o ello” y el “superego”, es como el jinete que debe conducir el caballo de acuerdo con unas normas. Normas ancestrales que es la crinera; normas culturas, que son las riendas que le dan; pero al final los valores propios que son las riendas que él se fabrica. Pero el jinete siempre debe tener en cuenta la energía del caballo y el entorno por donde cabalga.
El jinete es fruto de toda una evolución, que emerge –haciendo metáfora– de la energía del caballo del cual va separándose. De ahí que podamos indicar que el ego es una estructura psicogenética. Por eso podemos hablar de los distintos niveles del ego: corporal, mimético, mágico, mítico, racional, razonable, profundo. No son egos distintos sino aspectos de su proceso.
Pero debe permanecer un principio muy claro. Freud lo llama: el shibbólet. Era una contraseña de guerra entre dos tribus judías. Pues bien, el shibbólet del ego freudiano, algo indiscutible, pero muy negado hoy en día, es el mundo inconsciente. No es el preconsciente ni el subconsciente, fáciles de concienciar con una introspección seria o con una sana capacidad crítica. Este es un aspecto que todo tipo de poder intenta anular, pero nunca lo logra a pesar de las muertes de los disidentes. El otro nivel que se puede llegar, pero es necesario unas herramientas más adecuadas. Podemos indicar que todo lo reprimido (no suprimido), que se hace de forma inconsciente, pertenece al mundo inconsciente. Pero no todo lo que está en el mundo inconsciente es reprimido. Muy importante tenerlo en cuenta. Y sin olvidar que Jung, el discípulo predilecto de Freud, se alejó del maestro, pero nunca negó ese aspecto; lo llevó más allá. Freud dejó la puerta abierta al mundo inconsciente colectivo. Nos podemos acercar a lo individual a través de los sueños, y al colectivo con los mitos o el mundo imaginario colectivo.
Por tanto, el ego tiene sus raíces en este mundo inconsciente. Y toda psicología que parte del ego (yo) debe recordar que no todo es consciente en él. No olvidemos que en castellano, tenemos una sola palabra “yo” para indicar la superficie, la altura o la profundidad. Así, algunas personas hablan del yo superficial o del yo profundo. Personalmente, me inclino por hablar del ego. Es necesario hacer una materia que se llame EGODICEA. En el lenguaje popular hay una corriente que expresa: ¡Hay que matar al ego! O el ego nos duele mucho….Y les pregunto: ¿Qué entienden por ego?
Dicho esto, el jinete o el ego para cabalgar debe conocer muy bien el terreno o la realidad. Es su función: El principio de realidad. Esta realidad la percibimos con todo nuestra corporeidad. Así como también construimos nuestro mundo “imaginario”, que no es la realidad de fuera. Mirar la realidad tal y como es, por dura y fuerte que sea (tanto el interior como el exterior) permite no adaptarnos a ella. Pasividad y anulación de la personalidad es la actitud de las masas; transformarla es la actitud dinámica del ego. Un buen arquitecto para construir una casa debe haber realizado un buen estudio geológico; de lo contrario la casa puede hundirse. Esto es sabiduría o madurez. La gran responsabilidad del ego es el proceso madurativo de conocer su realidad que va más allá de su estructura psíquica o anímica. Desgraciadamente existe en el mercado psiquista mucha confusión de términos. Hay que recordar siempre, ni suprimirlo (el ego es consciente) ni reprimirlo (el ego no es consciente), que existe un mundo inconsciente individual, colectivo y hoy podemos añadir fruto de las indagaciones e investigaciones de los estados holotrópicos: otros niveles más abarcadores. Indico un libro que acaba de salir: El camino del psiconauta o la enciclopedia del viaje interior (2022) de Stan Grof. Una cartografía psíquica más amplia del ser humano. En mi opinión, la más clara y pedagógica sin dejar de ser científica.
Resumiendo: el ego o el jinete para conducir la vida o el caballo, necesita un buen conocimiento de los entornos. Por eso la función básica del ego es el principio de realidad. Ahora bien, los miedos, las angustias, las culpas, alimentadas por los medios de comunicación masiva o los poderes diversos no crean opinión sino ideologías, pueden ahogar el ego y hacer actuar al superego: las normas culturales, de seguridad, de opresión. No hace falta ir demasiado lejos a nivel mundial: La llamada pandemia Covid–19. “No luchamos solo contra la pandemia, sino también con una infodèmia”, como dijo el presidente de la OMS. O el otro muy insistido, y también manipulado, Rusia y Ucrania con repercusiones globales en las que lo que menos importa son los seres humanos. Aconsejo el libro Byung–Chul, Han que acaba también de salir: La infocracia. Un libro interesante para el ego.
Jaume PATUEL PUIG (1935). Pedapsicogogo. jpatuel@copc.cat
Hola: Leí una frase por ahi, que hablaba más o menos de cómo “los problemas de identidad personal, se han transformado en causas y luego en ideologías política que tienen saturado el espacio público.”
Y esa saturación que alcanza a enrarecer el manejo de la realidad, cambiando idiomas, estéticas, conceptos morales,afecta a la percepción de la realidad de las masas que se han vuelto bastante tiránicas a través de las redes sociales, que pueden levantar o hundir proyectos de todo tipo.
Así es. Y de ahí educar en la CAPACIDAD CRÍTICA, que todo poder intenta impedir. Y ahora este poder tiene más medios para controlar o crear opiniones….
Gracias Luis por la indicación del libro.
Personalmente, no dejo de insistir en el libro de Marià CORBÍ: HACIA UNA ESPIRITUALIDAD LAICA. Herder, 2007.
Las aportaciones de Freud, Jung, Adler etc hasta Grof ayudan a situarnos. La existencia de niveles que vivimos, nos condicionan e incluso nos determinan, pero ricos de contenidos, etc.
El sentimiento de culpa es un concepto occidental fruto de Agustín, que tanto bien ha hecho y a la par tanto mal (sexualidad). En Freud hay que cuestionarlo como su pulsión de muerte que ya se lo cuestionó Oskar Pfister.
Y acabo citando a Fox Matthew LA LLEGADA DEL CRISTO CÓMISCO que presenta en su libro LA BENDICION ORIGINAL, en lugar del PECADO ORIGINAL, donde la tríada: Purificación/Iluminación/Unión que son de Proclo y Plotino, no de Jesús ni la biblia, presenta en el nuevo paradigma: Vía positiva(deleite)/Vía negativa (renuncia)/Vía creativa(creatividad) y Vía transformativa (celebración y justicia=compasión o compatía).
Un abrazo Luis.
Hola Jaume:
“La memoria no puede enterrarse ni parcial ni total. Es uno de los trabajos más importantes que se hace en mundo de las terapias de la psicología profunda: hacer consciente el inconsciente.”
La memoria es el Karma de las religiones orientales, es crucial porque tener buen Karma es tener una memoria que nos permita permanecer serenos y bien, o culpables y atormentados.
¿Cómo nos perdonamos el sentimiento de culpa?. Importante ¿no?.
Leí hace tiempo algo del filosofo Spinoza, venia a decir algo indiscutiblemente lógico, una obviedad. Que la Divinidad sabe como somos, capaces de ser ángeles o demonios. Y que por lo tanto, por bien de todos el demonio debe rectificar hasta el centro no al otro extremo angélico. Cuesta entenderlo pero es en el centro donde está la virtud. Si vienen a matarte un hijo, antes mataras tu, es un mal según se mire moralmente. Es un hecho. Y la realidad esta empedrada de hechos que tienen una consecuencia. Si hemos actuado erróneamente según nuestro criterio. Rectificamos y tan amigos. No hay culpa. Que se entere al menos la Iglesia Católica. Hay errores, pagamos las consecuencias, compensamos si podemos y a otra cosa. A otra cosa si podemos neutralizar la memoria que nos juzga culpables. Ahí, ahí, interviene la moral, y hay morales de todos los colores.
De nuestros errores podemos extraer sabiduría, todo es reciclable en en Universo. Podemos convertir en abono la mierda que hemos generado. Y esto lamentablemente no se tiene en cuenta, así la memoria de nuestros errores se convierte en una losa pesada que nos aplasta. Tal como digo, esto es el mal Karma. Porque si nos sentimos miserables, actuaremos miserablemente. Y esto nos llevará a una vida “de perros”.
Jaume: Por si no lo conoces, tengo un libro que estoy leyendo de algo que te puede interesar.
“INTEGRA Método” De Ricardo Eiriz. (Sirio)
El libro es del creador de este método INTEGRA y en You Tube hay creo que mas de 100 videos del tema, y esta este método practicándose por facilitadores en muchos países.
Debes saber que nuestro cerebro funciona a una frecuencia de cuarenta hercios, y nuestro subconsciente a veinte millones de hercios… y que el consciente es dirigido en gran gran medida por el subconsciente.
El método en cuestión, sumamente sencillo, nos enseña nada menos que a “limpiar” y programar correctamente nuestro subconsciente. Y sin necesidad de rememorar nada.
Además, la tétrica Sombra de Freud o el subconsciente resulta que como no podía ser menos, es nuestra amiga y hay una tecnología muy muy sencilla de modo que se nos hace permeable y podemos comunicarnos perfectamente con esta Sombra o subconsciente.
Utilizo la manera sencilla, repito, que enseña el METODO INTEGRA para consultarle a mis 20 millones de hercios sobre decisiones en las que dudo el que hacer.
Leo y practico en Método Integra porque como he leído a Ken Wilber se que la aportación de Freud, Adler y Jung pioneros de la psicología profunda es un complemento muy valioso a aquello que la meditación proporciona. Quizá, solo quizá hoy estos pioneros se harían “integrales”. Por Ricardo Eiriz y por Wilber.