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Hacia un relanzamiento con futuro de ATRIO

Tenía ya escrita estas líneas la semana pasada, cuando ATRIO volvió a su presencia diaria normal. A última hora las dejé en carpeta, para no dar excesiva importancia a este reempezar ni descubrir demasiado el espíritu y fe con que la inicio. Al final, me he decidido a publicarlo en este sábado de Ferragosto, lleno de azotes climáticos y bélicos que ya he dicho otras veces que me hacen revivir los temblores de 1936. AD.

Integrado desde los 13 años en el Seminario de Comillas y en la espiritualidad ignaciana, hay muchas fórmulas que solo ahora, como sugería en el Zoom de mi 90 cumpleaños al que algunos asististeis, me doy cuenta de cómo las tengo apropiadas y muy libremente aceptadas hoy.

Todas las clases y sesiones de estudio empezaban con una breve oración, que a mí me tocaba muchas veces recitar como bedel en voz alta. Hoy quiero muy conscientemente iniciar este relanzamiento de ATRIO lugar de encuentro, tras la breve pausa vacacional, con esa misma invocación. Decía así en el latín que usábamos:

Actiones nostras, quæsumus, domine,
aspirando præveni et adiuvando prosequere,
ut cuncta nostra oratio et operatio
a te semper incipiat, et per te coepta finiatur.

Te suplicamos, Señor, que acompañes todas nuestras acciones,
con tu inspiración y tu apoyo continuado,
para que toda nuestro hablar y actuar
comience en ti y consiga su fin lo iniciado por ti.

No puedo imponer, y menos en este lugar aconfesional, esta fe que me lleva repetir hoy la invocación desde lo más profundo de mi alma. Pero tampoco tengo que ocultarla si para mí es importante dar testimonio de que lo que me mueve en este extraño propósito y proyecto de senectud –renovar el Proyecto ATRIO, a partir de presupuestos y objetivos proclamados en 2007 y crear la organización que lo soporte– es únicamente seguir Sus mociones interiores, que me permiten ser más libre y creativo que nunca. Esta invocación no se dirige a un Dios externo, lejano, juez temible, que otros unen irremediablemente al nombre de Dios–Θεός. Sino a un Dios, interior, que acompaña y sugiere desde la más auténtica personal intimidad. No hay ninguna consigna de una organización exterior ni unos principios inamovibles que delimiten el derecho de cada uno a expresar lo que piensa con libertad. Solo el deseo de que sea un pensamiento auténtico que exprese lo que cada uno que interviene piensa de verdad, no para atacar personalmente a otro interviniente.

Reanudamos pues la marcha normal de ATRIO. Para los próximos días tengo previstas varias entradas, como siempre al ritmo de una o dos por día. Pero hoy quisiera expresar que siempre daré preferencia en la página central a los artículos que los buscadores atrieros vayáis escribiendo o sugiriendo.

34 comentarios

  • M. Luisa

     
    Dando un poco más de seguimiento a lo que ya comenté en esta sección, ahora me vuelvo a fijar casi al final del video de U. Maturana que dice: cuando surgen los seres vivos surge simultáneamente el medio que los hace posibles, lo que surge es una unidad organismo-nicho, algo parecido a lo que sucede entre lo que hacemos y la cosa tal como él lo explica entre la mano que muele y la piedra al molerla.  Se constituye ahí una unidad de sentido.
     
    La cosa “piedra” es para la mano, lo mismo que el noema (la cosa) lo es para el nous (inteligencia). Ahora, teniendo en cuenta que conocimiento y realidad son congéneres, lo cual así también lo reconoce el propio Maturana cuando habla de ese compromiso entre el yo que ve y una cosa vista, lo que procedería, pues, es saber el alcance de tal compromiso respecto al conocer mismo. Por mi parte, como este es un asunto que me viene preocupando  dada su infiltrativa ideológica, pienso que lo que nos compromete es precisamente el carácter asimétrico de esta unidad congénita que caracteriza el conocimiento. 
     
    Ahí está la gran dificultad.  Y esta asimetría en él opera por la impureza de nuestra razón.  Es todo un reclamo a la inteligencia sentiente, creo, lo que en el trabajo de U. Maturana hay en el fondo. En el transcurso de la conferencia no hace más que aflorar este esfuerzo para   encontrar ese momento anterior a la percepción, donde sé de realmente esta unidad.
     
    Lo mismo le ocurrió a Wittgenstein, Merleau Ponty, K. Bühler y el propio Zubiri entre otros muchos, cuando la metafísica tradicional se daba de bruces contra el suelo.   Seguir con la falsedad que Maturana descubre tras la experiencia que lleva a cabo para determinar cómo opera la percepción ha sido la consecuencia de haber sensibilizado la razón, cosa que por supuesto él no hace. No busca una alternativa a la percepción, pues ella es rica en lo cultural y lo histórico, lo que en mi opinión busca es ese momento anterior, estructural-no cronológico de la percepción. Todo un canto al momento aprehensivo-intelectivo de la realidad. El conocimiento dejaría de ser posterior a ella si el momento aprehensivo de la intelección no se interpretara como lo que actúa sino como lo actual de ella.

  • Isidoro García

    Yo sigo con mi idea de la espiritualidad. La espiritualidad no es hacer algo, un “qué”, sino es un “cómo” vivir la vida cotidiana.

    Imaginemos que hemos encontrado un método para acertar la ruleta casi siempre. Lo utilizaríamos sin dudar. Aunque eso suscitará la resistencia de los dueños de los casinos.

    Es una forma de acertar en nuestros discernimientos diarios, que es el gran sueño de todo humano: hacer siempre, lo que justo hay que hacer.

    Es simplemente, estar constantemente atento y a la escucha de la voz interior que nos guía, a la que hay que dar una preminencia total.

    Y cuando la voz interior nos diga algo en contra a lo dictaminado por la cultura adquirida y administrada por la razón, entonces lo que tenemos que hacer es estudiar y reflexionar la cuestión, para intentar superar esas contradicciones, siempre dando preminencia a nuestra voz interior, y sabiendo que nuestra cosmovisión cultural adquirida, contiene muchos errores y falsedades.

    Es lo que dice Legaut, y Duato con él, de “su fe personal en sí mismo”, fe en el “instinto personal”, similar a la de Sócrates en su “daimon”, que lógicamente debe ser debidamente complementada con la debida labor de depuración de nuestro bagaje cultural. (Y tenemos que tener la absoluta seguridad de que el “daimon” de Sócrates es el mismo exactamente que el de cualquiera de nosotros).

    Por eso los mayores enemigos de la espiritualidad, son dos:

    El primero, es el ruido, la distracción, (“lo que te pasa es que estás distraído”, de Facundo Cabral), el o estar atento a la voz interior, primero, porque no sabes su existencia, o si lo sabes, no valoras suficientemente, el maravilloso tesoro, que tenemos enterrado en nuestro campo, (parábolas evangélicas).

    Y el segundo enemigo son la religión y la política, (con “p”). Porque en estas actividades, se enmarca a la persona dentro de una organización donde hay que adherirse a un ideario ideológico, administrado por unos dirigentes.

    Y se desconfía, y mucho, (y no diré que en la práctica con mucha razón), de la gran autonomía y libertad del humano. Ellos son los dueños de los casinos, y no les gustan los “listillos”.

    Por eso las religiones han tratado de reducir la espiritualidad, a una serie de rutinas, de prácticas ascéticas especiales, etc. cuando la espiritualidad es vivir la vida buena.

    Por eso los místicos y espirituales cristianos, han tenido tantos problemas con la Iglesia.

    Y en este sentido quiero aclarar que la espiritualidad laica es perfectamente compatible con la espiritualidad religiosa teísta. Unos oyen la voz de su espíritu interno en un mundo panenteísta, y los otros oyen la voz que atribuyen a Dios, en un mundo teísta.

     

    Y de ello, es magnífico ejemplo, Teresa de Jesús, que en sus libros da múltiples referencias a la confianza absoluta que hay que dar a esa voz interior.

    “No hay que buscar afuera lo que tienes dentro”, le dijo fray Pedro de Alcántara a Santa Teresa de Jesús, pero no pasa nada por hacer una pequeña concesión cultural, si nos tranquiliza.

    Es una experiencia de conocimiento con todo el ser, pues es “beber el agua de vida y caminar hasta llegar a la misma fuente” con “determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniera, murmure quien murmurare”. (Fijarse en ese “venga lo que viniera”).

    Digan lo que digan, no os dejéis intimidar: “ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren, ni de los peligros que os pintaren […] Quien os dijere que éste es peligro, tenedle a él por el mesmo peligro y huíd de él, (y no se os olvide, porque por ventura habréis de menester este consejo)”. (CP 36.2)

       “Caminar hacia la fuente de agua viva, es posible, y no es para unos pocos: “entended que no es cosa sobrenatural, sino que podemos nosotros hacerlo” (CP 49.3). Se requiere, eso sí, “determinada determinación.

    Y por eso muchos ponen pegas doctrinales, pero otros señalan el peligro de que nos conduzca a un solipsismo egoísta, a un aislamiento de los problemas de los demás, etc.

    Peligro, que naturalmente existe, como existen peligros en todo proceso, si se realiza mal. Pero eso nunca puede ser obstáculo para intentar realizarlo bien.

    Y cuando hay contradicciones: estudio, reflexión y seguir a la escucha: -Díxome: “Diles que no se sigan por sola una parte de la Escritura, que miren otras, y que si podrán por ventura atarme las manos”.

     

    Pero la clave está en la libertad interior, que siente el espiritual. Y en la ambición espiritual y confianza en el humano.

    “Que no se trata de “andar con el entendimiento amontonando pecados, para ver que no lo merece” (LV 15.6); que los guías que así orientan, no son en verdad maestros, pues dejan al sapo atrapado en el pantano, enseñan a ser “sapo contento en sólo cazar lagartijas” (LV 13.3), mientras que la Majestad “espera a que vuele el sapo por sí mesmo”. (LV 22:13).

     

    Nadie duda, que es un camino azaroso, y que las resistencias de la mente racional-cultural, las desviaciones del narcisismo personal congénito, por necesidades de autoestima, y las ilusiones de haber llegado ya, cuando falta mucho camino, etc. asaltarán dicho proceso.

    Pero es un proceso para valientes y decididos. Cuando encuentras el tesoro en tu campo, dejas todo lo demás y te dedicas a explotarlo.

  • Antonio Duato

    Hola, Oscar!

    Veo que sigues haciendo destilados de textos de Ortega como comentarios, magníficamente editados.

    Porque, quien lo desee puede leer aquí el texto más extenso del que creo que Oscar ha sabido destilar este comentario. Había una entrada mía anterior en que exponía un texto que coincide mucho con Ortega en la proliferación de “yos” que surgen en el interior y su disputa por saber quién es el yo auténtico que debe “mandar” en la toma de decisiones y la acción. En esa entrada, https://www.atrio.org/2022/04/leyendo-a-alexander-grothendieck-en-semana-santa-1/, yo introducía un texto de Grothendieck titulado precisamente ¿Quién soy yo?

    En esa búsqueda de su auténtico yo se adentró Grothendieck a los 48 años (1976) y recorrió todos los caminos de la contemplación oriental, desde el occidentalizado Krisnamurti al mestro zen japonés Fujii Guruji, cuyos seguidores quisieron hacerle su sucesor. Pero él ya había descubierto el engaño y la imposible fuga que representaba ese ensimismamiento budista en el imposible vacío mental. Once años después, en 1987, descubrió que Légaut, en su búsqueda de autenticidad, partía de la vida personal propia, con todas las concretas circunstancias, las herencias biológicas y culturales, con todos los acontecimientos sobrevenidos y las decisiones tomadas que han ido marcando la vida personal. A partir de ahí, según él, se podía llegar al más auténtico yo, que era mío y no mío a la vez, y que para él era objeto de una fe personal en sí mismo, basada en la total carencia de ser y el deseo infinito de ser, todo a la vez. A AG le causó esta reflexión que Légaut hace en sus libros la misma impresión que a mí cuando lo leí primero a mis 40 años y luego se lo oí en persona a los 50 y pico. Marcaba un camino de búsqueda interior que no iba a acabar nunca y que aseguraba un absoluto no exterior sino interior a sí mismo (Ricoeur y otro lo designan “absoluto relativo”, absoluto para mí, pero contingente para los demás). A partir de esa fe en sí mismo se articula la fe en todos los otros seres y en el Ser con mayúscula, ser en acto, indefinible, pero presentido por toda persona que ha emprendido la búsqueda auténtica de sí mismo.

    Yo respeto, o quiero respetar (no tolerar) plenamente a todos en su libertad de pensar o expresar en qué cree de verdad. Claro que otros autores o escritos nos pueden ayudar a aclarar qué pensamos o creemos. Pero la mayor contribución en este foro es que junto a sugerir lecturas nos diga cada cual en sus artículos (todos los que comentáis podéis también aportar textos para la columna central) o comentarios lo que de verdad piensan y creen por sí mismos.

    Agradezco que otros lo vayan haciendo. Y soy consciente en que tengo que continuar mi reflexión sobre cómo veo yo el futuro de ATRIO. Como lo quiero hacer muy personalmente me cuesta mucho. Tened paciencia e ir pensando vosotros en ello a partir del último artículo y comentarios…

    • oscar varela

      Ok, Antonio!

      Te pido que “destiles” o aportes el texto de Légaut en dice lo que dices:
      “… descubrió que Légaut, en su búsqueda de autenticidad, partía de la vida personal propia, con todas las concretas circunstancias, las herencias biológicas y culturales, con todos los acontecimientos sobrevenidos y las decisiones tomadas que han ido marcando la vida personal.”

       

      Por mi parte yo tendré que aclarar porqué usé el término “comprometida” (engagé) para nombrar la de “un dentro saliendo afuera”.

      Gracias!

  • Isidoro García

    Generalmente no se entiende bien la ya manida frase repetida por múltiples personajes de que en el s. XXI, el cristianismo será espiritual, o no será.

    Y es porque aún mantenemos una idea muy antigua y primitiva del espíritu y de la espiritualidad, como “cosas de minorías elitistas”.

    Pero la cultura va avanzando y ampliándose, y lo que en una época era algo de minorías selectas, en la época siguiente, lo aprenden los niños a los 9 años en el colegio.

    Hoy día la espiritualidad no es cosa de místicos aislados en su celda del convento. Hoy día sabemos que el espíritu, es el nombre fino y filosófico, de las capacidades superiores de nuestra mente intuitiva subconsciente, y que se contrapone permanentemente a los dictados de la mente racional consciente, sede de nuestra cultura adquirida.

    Esa batalla mental permanente, que nos exige una constante conciliación de contrarios, es la clave de la maduración humana.

    Ya el Buddha Siddharta Gautama, en el Kalama Sutta, animaba a sus discípulos a no creer exclusivamente en la cultura, las tradiciones paternas, en la lógica, en las escrituras sagradas de su época, en las costumbres comunes, e incluso en las palabras de un acertado maestro, como él, sino a sopesar la eficacia de toda enseñanza o práctica espiritual.

    Y para ello precisamos una buena guía o brújula de discernimiento, que se radica en “el espíritu”.

    Por ello la espiritualidad, no es ninguna actividad esotérica, propia de conventos y de iniciados, sino es una actividad esencial a todo buscador de la realidad: a todo filósofo.

    Por ello, se podría parafrasear la frase del inicio: En el s. XXI, la filosofía será espiritual, o no será.

    Y no olvidemos que la mística es la práctica de la espiritualidad.

  • oscar varela

     “ATRIO será místico, o no será”
     
    Ahora nos preguntamos:
    ¿De cuál Mística: ‘contemplativa’ o ‘comprometida?
    ……………………
     
    I- La mística ‘contemplativa’ nos invita a evadirnos de las cosas, de lo demás como de una prisión y a instalarnos en nosotros mismos. No sabemos bien en qué consiste el “mí mismo”.
    – No importa: “ser sí mismo” nos representa la caricia más secreta y profunda, es como si acariciaran nuestra raíz. Es la promesa de la máxima voluptuosidad.
    Suma delicia de las criaturas sólo es la Personalidad” (el ser sí mismo) dice Goethe.
    Apenas abierta la puerta de la prisión, damos el enorme brinco hacia la delicia de ser sí mismo
     
    – Vamos a palpar, temblando de placer, las morbideces del yo.
    Pero… ¿dónde está?
    – Lo buscamos en torno y no lo hallamos.
    – Penetramos en nuestro interior seguros de encontrarlo.
    (In interiore homini habitat veritas—había dicho San Agustín.
    – Nos imaginamos nuestro interior como un recinto, una cámara hermética y limitada, donde no puede perderse nuestro yo, escabullirse, fugarse.
    – Allí no habrá escape: podremos echarle a nuestro Yo la mano al cuello, como hace el policía con el ladrón acorralado.
    – Y, en efecto, nuestra intimidad tiene sus cuatro paredes bastante definidas.
     
    – Lo problemático es el fondo, nuestro fondo.
    – Nos preguntamos: ¿creo yo en el fondo eso que parezco creyendo—en política, en arte, en ciencia, en amor?
    – Porque el “mí mismo” consistirá en lo que yo sea en el fondo.
     
    – Y empiezo a levantar los suelos de mi intimidad, como un arqueólogo que busca bajo la gracia del paisaje visible la Troya auténtica, la Troya de Príamo y Eneas.
    – ¡Vano empeño!
    – Las capas geológicas de mi fondo se suceden unas bajo otras, con su fauna variada, suave o atroz.
    – Yo no soy últimamente éste, ni éste de más abajo. Son falsos yos que me han colonizado, que han venido de fuera: ideas recibidas, preferencias que el contorno me ha impuesto, sentimientos de contagio, persona­lidades mías que en todo momento puedo revocar, substituir, modifi­car.
    – Y yo, incitado a esta excursión vertical, busco mi yo mismo, no un yo cualquiera: mi yo necesario, irrevocable.
     
    – Nuestro fondo es más abismático de lo que suponíamos.
    – Por eso no hay medio de capturar nuestro “yo mismo” en la intimidad. Se escapa por escotillón.
     
    II- La mística “comprometida” ¿propone otro método más eficaz?:
    – En vez de ponernos a contemplar nuestro interior, salgamos fuera.
    – La vida es precisamente un inexorable ¡afuera!, un incesante salir de sí al Universo.
    – Si yo pudiese vivir dentro de mí, faltaría a lo que llamamos vida su atributo esencial: tener que sostenerse en un elemento antagónico, en el contorno, en las circunstancias.
    (Ésta es la diferencia entre Dios y nosotros. Él está dentro de sí, flota en sí mismo; lo que le rodea no es diferente de lo que él es. Esto no es vida—es beatitud, felicidad. Dios se da el gusto de ser sí mismo).
    – Pero la vida humana es precisa­mente la lucha, el esfuerzo, siempre más o menos fallido, de ser sí mismo.
    (En rigor, para Dios no hay un dentro ni un fuera—porque no vive).
    – La contraposición surge en el caso del hombre:
    – es él un dentro que tiene que convertirse en un fuera.
     En este sentido, la vida es constitutivamente acción y quehacer.
     
    – El dentro, el ‘‘sí mismo” no es una cosa espiritual frente a las cosas corporales del contorno.
    – La psique no es sino un cuasi-cuerpo, un cuerpo fluido o espectral. Cuando miro, de espaldas al contorno físico, esa supuesta intimidad mía, lo que hallo es mi paisaje psíquico, pero no mi yo.
    – Este no es una cosa, sino un programa de quehaceres, una norma y perfil de conducta.
    ………………………..
     
    Ahora se comprende por qué el yo resulta inaccesible cuando lo buscamos.
    – Buscar es una operación contemplativa, intelectual. Sólo se contemplan, se ven, se buscan cosas.
    – Pero la norma surge en la acción.
    – En el choque enérgico con el fuera brota clara la voz del dentro como programa de conducta. Un programa que se realiza es un dentro que se hace un fuera.
    ………………………..
     
    Advertencia: La propuesta de R. Lenaers: ‘teo-nomía’ como alternativa superadora de ‘hetero-nomía’ y auto-nomía’, se encuadra en la Mística ‘contemplativa’.
    Idem del grupo que lo integra.

  • M. Luisa

    Veo que se vuelve a la referencia a Uexküll la cual ya salió tiempo atrás, no importa. Sin embargo, esto indica que dejamos las cosas a medias, que no se profundiza en ellas suficientemente.  Según él, Uexküll, por lo leído de él hace tiempo, el medio (Umwelt) tiene la característica de ser cerrado (creo que él solo lo aplica al medio) ahí es donde lo diferencia del mundo.  Por lo que pienso que esta interpretación «Así, todo mundo circundante superior crece con el creciente número de efec­tos que contiene y se acerca cada vez más al entorno que abarca” no viene de él, es ajena a su teoría.
     
    ¿Por qué? Porque esto de un mundo circundante superior no es más que una suposición. Ese entorno más abarcador no se produce por los efectos causales crecientes del medio. Es decir, porque el medio dé de sí. Esto es imposible. Las cosas en el medio quedan especificadas, circunscritas en él. Es la realidad que las abarca, como reconoce el propio Uexküll, la que por su inespecificidad abarcadora  constituye el mundo. … Más adelante seguiré, pues he perdido mucho mañana  para que con brevedad esto tan complejo fuera de algún modo entendible
     

  • oscar varela

    Hola!
     
    1- A A.D. le pareció bien mi enfoque. Ok!
     
    2- Veamos ahora un elemento de ese conjunto:
    “Mística y Percepción”
    …………………………..
     
    I- Percepción “contemplativa”
     
    “Para el Alma solo una cosa es necesaria: Dios”
     
    La Realidad y Verdad de las cosas se encuentran en Dios;
    Dios está en el “Fondo del Alma”;
    La “Conciencia” es el Lugar de la Percepción auténtica..
     
    II- Percepción “comprometida”
     
    1) Humberto Maturana (Biólogo) en la década del ‘60 “dio cuenta” que no hay “por separado” un yo que ve y una cosa vista; sino que ambos (yo y cosa) están “comprometidos”.
    No sé porque Maturana no lo supo antes.
     
    2) Jacob von Uexküll (Biólogo) unos 40 años antes ya lo había resuelto con el concepto de “Umwelt” (Mundo circundante), es decir: “MUNDO PERCEPTIBLE”:
     
    «Así, todo mundo circundante superior crece con el creciente número de efec­tos que contiene y se acerca cada vez más al entorno que abarca.
    – Es un hecho que nosotros estamos rodeados de realidades que no podemos ver.
    – Aquella cosa que va del huevo a la gallina y que extiende su construcción plenamente conforme a plan sin ninguna laguna a través del tiempo, con lo que forma una cadena de objetos sin convertirse ella misma en objeto, ha de ser reconocida por nosotros.
    – Estamos rodeados de innúmeras realidades a las que nuestra capacidad intuiti­va no alcanza, que permanecen inintuibles porque son “sobreintuibles”.
    – Noso­tros mismos formamos una realidad de este tipo que no podemos ver, ya que sólo podemos observarnos de momento a momento.
    – Todos los pueblos, to­dos los Estados con su realidad sobrepasan nuestra capacidad intuitiva.
    -Quien haya dirigido alguna vez su mirada sobre estas cosas, llegará pronto a la con­vicción de que no vivimos en un mundo circundante de piedras, sino que esta­mos rodeados por todas partes por un entorno superior que no podemos ver y por el que nosotros mismos somos dirigidos de una forma irreconocible; y, puesto que abarcamos este entorno superior con la palabra «Vida», el proble­ma de la vida escapa siempre a nuestros ojos cortos de vista»
     (Umwelt und Innenwelt der Tiere, pp. 248-253 passim).
    (Ver también “Ideas para una concepción biológica del mundo” traducido en octubre de 1921)
     
    3) Ortega y Gasset y la (Nueva Bilogía) se encuentran, p.e. en “Muerte y resurrección” (OCT2,149-154) de 1917, donde fundamenta la Ética. Empieza así:
     
    “Todos nuestros actos, y un acto es el pensar, van como preguntas o como respuestas referidos siempre a aquella porción del mundo que en cada instante existe para nosotros.
    Nuestra vida es un diálogo, donde es el individuo sólo un interlocutor: el otro es el paisaje, lo circunstante.
    ¿Cómo entender al uno sin el otro?
    La más reciente biología —con Roux, con Driesch, con Pavlov, con von Uexküll— comienza a corregir los métodos del siglo XIX en el estudio del fenómeno vital, buscando la unidad orgánica, no en el cuerpo aislado frente a un medio homogéneo e idéntico para todos, sino en el todo funcional que constituyen cada cuerpo y su medio.
    – La araña no se diferencia ante todo del hombre porque reacciona de manera distinta ante las cosas, sino porque ve un mundo distinto que el hombre.
    Y es ella vitalmente tan perfecta o imperfecta dentro de su mundo, con sus hábitos crueles de cazadora, como el pobrecito de Asís en el suyo besando las llagas de los apestados.
     
    Y cuanto más profunda y personal sea en nosotros la actividad que realizamos, más exclusivamente se refiere a una parte del mundo, y sólo a ella, que tenemos delante de nosotros.
    A veces, hallamos en nuestra acción una como zozobra y titubeo, como inquietud y torpeza.
    El idioma francés expresa esta situación muy finamente con la palabra dépaysé. Estamos despaisados, hemos perdido el contacto con nuestro paisaje.
    Y, sin embargo, no es fuera donde notamos la perturbación, sino dentro de nosotros.
    Como nos han quitado la otra mitad de nuestro ser, sentimos el dolor de la amputación en la mitad que nos queda.
     
    Devolvamos a nuestros pensamientos el fondo en que nacieron: presentémoslos humildemente como cosas que hallamos en nuestro paisaje, que se levantan ante nosotros ni más ni menos que aquellos olmos junto a aquel río, que estos humos trémulos sobre las chimeneas aldeanas.
    Así lo hicieron los hombres mejores: no se olvida Descartes de contarnos que su nuevo método reformador de la ciencia universal le ocurrió una tarde en el cuarto-estufa de una casa germánica, y Platón, al descubrirnos en el Fedro la ciencia del amor, que es la ciencia de la ciencia, cuida de presentarnos a Sócrates y su amigo dialogando en una siesta canicular, al margen del Ilisos, bajo el frescor de un alto plátano sublime, en tanto que sobre sus cabezas las cigarras helénicas vertían su rumor.”

  • Javiierpelaez

    Pero Carmen quién te ha dicho que no encajas en la “familia de Atrio”.Yo desde luego aquí escribo lo que me da realmente la gana y leo lo que escriben otros..Más concretamente me da que pensar…Una tía monja mía me dijo que ,aunque no soy católico,formo parte del pueblo de Dios…No me molesta…Tb otra amiga mía fundamentalista me dijo “tú no eres cristiano”….Una de las principales virtudes cristianas,no juzgar mucho a los demás…Menos en sus creencias…Como nos juzgarán en el amor(así lo dice Jesús) es mejor no impartir etiquetas de cristiano porque el juicio en el Amor es el más exigente que hay….En definitiva, probablemente sea poco cristiano ,no por los ritos,sino por la praxis del amor…Cristiano es el que se sabe poco cristiano…

  • M. Luisa

     
    Desde luego serían inagotables las reflexiones que pueden extraerse de esta conferencia, algunas de ellas muy identificadas con mi modo de pensar, aunque este no logre todavía suficiente claridad expositiva.
    Es un gran paso para mí, muy significativo haber caído en la cuenta de esta existente   afinidad.  
     
    Ahora, como ejemplo de algo en que sucesivamente he puesto mucho énfasis aquí, en este foro,  solo me centraré en lo que dice Maturana en su recta final,  sobre lo del nicho ecológico. Pues su punto de vista respecto a tal entorno no queda limitado por las circunstancias, dice recordando a Ortega y Gasset sino que esa unidad organismo-nicho  como habitad del ser humano ha de ir más allá de lo meramente circunscrito, ha de abarcar toda la existencia posible, es decir, la estancia  de todo lo real… La  realidad.  

  • M. Luisa

     
    Muy interesante las explicaciones de U. Maturana sobre el problematismo histórico de la percepción humana. Ayer así que vi expuesto el enlace, lo escuché con gran atención y hoy también lo mismo de parte mañana.
     
    Recuerdo que hace unos años escuche a U. Maturana hablando desde un plano anterior del de ahora, cuando precisamente comenzaba a poner en duda el carácter meramente conciencial de la percepción. En aquel momento ya echaba de menos el carácter orgánico o biológico de la percepción.   Por lo que  se aprecia que si bien ha sido ardua su reflexión, arduo es también ahora el trabajo de exponerla y razonarla, pues, no deja de apreciarse en él ese componente emocional que buscaba.  
    Mi agradecimiento.

  • Antonio Duato

    He leído con atención todos los comentarios. Alguno más de una vez, con especial atención, para entenderlo mejor. Perdonadme que no entre a contestar a cada una/uno. No se me da bien y creo que será mejor que prolongue mi artículo con otro -espero que el próximo martes, recobrando el día especial de reflexión- en que continúe el por qué y algunos adelantos d este replanteamiento de ATRIO.

    Pero permitidme los demás que agradezca el comentario último de Oscar, que creo acierta en lo principal de la trayectoria que tendrá ese relanzamiento. Por ahí van los tiros. Yo más bien la frase de Moureaux que después repitió Rahner, la cambiaría a “O los seres humanos conservarán sabiduría para orientar el progreso o acabarán destruyéndose y destruyendo el mundo actual”.  No es apocaliptismo. Es el temor de que se le regale al niño un Ferrari y se le permita manejarlo…

    Y especialísimas gracias por el vídeo de Umberto Maturana, el biólogo de la atopoiesis biológica que no se ruboriza de mostrar el camino y las ayudas por las que fue corrigiendo sus teorías. ¡Que ningún buscador o buscadora deje de dedicarle un ratito, que vale la pena! Gracias, Oscar!

  • oscar varela

    “Hacia un relanzamiento con futuro de ATRIO”
     
    1- El breve texto, que sigue a la consigna titular,
    exhibe a un Antonio Duato emergiendo
    de un éxtasis místico.
    Parece decirnos: “ATRIO será místico, o no será”
     
    2- Los Lectores podemos ver
    el pie de apoyo y el target
    al que –tensando el arco- dispara la flecha.
    Novedosa mística dinámica;
    no de rigidez estática.
     
    3- Se funda en el Juramento de ser él mismo,
    al invocar la Presencia de la Ausencia misma:
    – Dios;
    y la dirección hacia el blanco propuesto:
    – el pensamiento auténtico de los atrier@s
     
    ¡Suerte!

  • Carmen.

    No, no me extraña, María Luisa, es el momento. Espero que mis alumnos me hayan entendido mejor que tú cuando explicaba cosas en clase, me estoy preocupando, a ver si algún terraplanista ha sido alumna o alumno mío y dice que su profesora de ciencias se lo explicó muy claramente. Mientras que no me nombre…

    La verdad es que yo a ti tampoco te entiendo nada.

    Gracias Ana. Es cuestión de sensibilidades. Algo me dice que no encajo en la familia de Atrio. Sois una familia y los extraños, extraños son. Y no me gusta esa sensación.

    Me gustaría que nadie me escribiese más. Me enseñaron a contestar siempre y no me apetece. También puedo no entrar y ojos que no ven, corazón que no siente. Quizás sea lo mejor. Pero me da un poco de lastimica. Cosas de estar acostumbrada a pensar que pese a todos los pesares, en el fondo la gente me aprecia. Creo que es así. Pero a veces, pues no es así. Y ya está.

  • Isidoro García

    Papías, obispo de Asia menor, antiguo discípulo de san Juan:

    “Llegará un tiempo en el que las viñas crecerán, y cada una de ellas tendrá mil cepas, y en cada cepa habrá diez mil ramas, y cada rama contará con diez mil botones, y en cada botón habrá diez mil racimos, y cada racimo tendrá diez mil uvas, y cada uva dará veinticinco medidas de vino”. 

     

    Y lo mismo sucederá con todas las frutas, y las otras semillas. “No es fácil en la práctica aceptar que vivimos en una sociedad plural y multicultural en la que existe un pluralismo epistemológico. La rigidez – con frecuencia – de los esquemas mentales nos dificulta el diálogo, la empatía y la aceptación del pluralismo. (Sequeiros).

     

    “Detrás de la rigidez hay siempre algo escondido; una doble vida”. (Papa Francisco)

     

  • carmen

    Y el problema No Es Jesús de Nazaret. No lo es. Lo mataron. Punto. No mezclen a Jesús en esto. El problema de la iglesia católica es la teología . Es una base teológica. Guste o no. Y qué sucede? No. No podemos considerar un Dios no teista. No. Va contra la idea de Dios de Jesús.

    Por favor. Sigan hablando de lo que quieran, pero el sol sale por el este. Sale desde nuestro punto de vista. Y eso es así. Aunque en realidad nosotros somos los que damos vueltas de oeste a este alrededor del sol.

    Pues eso sucede. El sol siempre saldrá por el Este. Pero sabemos que ni sale ni deja de salir. Somos nosotros los que giramos a su alrededor. Eso no quita que siempre salga por el Este. Está clarísimo. Verdad? Pues Jesús es Dios. Y sabemos lo que Dios quiere. Lo dijo Jesús.

    Pobre muchacho.

    Y ya está. Me voy. Pero las cosas son como son y cómo no cambie la teología nada cambiará. Y lo saben. Espero que lo sepan. Pero hay que defender a La Iglesia. A la iglesia. Jesús de Nazaret no necesita defensa alguna.

    • M. Luisa

      Te será del todo extraño que me dirija hoy a ti, créeme que deseos no me han faltado alguna que otra vez. Pero  con el tiempo justo del que dispongo y el que necesitaría   para una comedida interpretación que no hiriera la buena voluntad de fondo que se descubre en tus comentarios, pues eso hace que el hecho de intervenir me lo piense como varias veces.  
       
      Así, de entrada permíteme que te muestre alguna incongruencia en tu argumentación. La teología no ha significado nunca ningún problema para la iglesia católica, al contrario, a ella los clérigos se aferran aún más cada vez que los fieles dan señales contestatarias al caérseles el vendaje de los ojos.
       
      Por lo tanto, el problema han de resolverlo estos. Pero sin que ello suponga que se trata de gustar o no gustar. Se trata de algo más noble y digno que surge de la contradicción que existe entre la experiencia cristiana que ellos hayan podido vivir y el contenido teórico de la teología. No se puede vivir a base de contradicciones. Tu misma repites en esta ocasión también que “las cosas son como son”, pues por esto mismo habrá que indagar sobre lo no- contradictorio de ellas, haciendo aflorar, por costoso que sea, la realidad que las constituye.
       
      Al leerte casi das la certeza de que tú si sabes la idea que Jesús tenía de Dios y de ahí concluyas diciendo que no podemos considerar un Dios no teísta. Al parecer también tienes muy sabido lo que se puede o no se puede hacer. ¡Qué desilusión los estudiosos del tema!

  • carmen

    Haces un juicio de valor sobre lo que digo y sobre cómo me comporto y fundamentalmente dices que soy una intransigente. Tiene en el fondo gracia. He hablado con personas que muchos ni las tienen en cuenta porque , pues ellos sabrán. Soy dialogante por naturaleza y digo lo que pienso porque así me educaron. Tuve suerte. He tenido muchos problemas de este tipo. Cuando defiendes algo contracorriente siempre, siempre ocurre lo mismo. Y te dicen, por ejemplo que tu sitio es un foro de coches.

    Sí. En el fondo tiene su gracia. Ahora, con todos mis respetos, si en una de sus clases empezase a hacer un juicio de valor sobre mi forma de hablar, de actuar, le aseguro que no termina de decir todo lo que piensa, sencillamente me salgo de clase. No sería la primera vez pero posiblemente esta es la última que nadie hace sobre mi forma de actuar un juicio de valor. No merece la pena. Es inútil. No se puede contra un gigante.

    Y por supuesto que ensalzo a Santiago cómo buen católico. Lo es. Se ajusta al programa. Y el programa no es lo que cada uno quiere que sea. Es el que es.

    Tengo un hijo homosexual que vale más que las pesetas, dos nietos por reproducción asistida, estoy divorciada y no me vuelvo a casar ni a vivir en pareja ni en esta vida ni cuando sea ballena, pero si lo desease, no tendría acceso a los sacramentos, salvo el de la confesión.

    Esa  ES la iglesia. Puede gustar o no. Pero es esa. Mi amiga con la que estoy me acaba de decir, ves? Y para qué te metes en estos líos? Siempre serás igual. Para qué? Quizás para que no suceda en el resto de países lo que ha sucedido en EEUU con el aborto? Para que no haya un retroceso en las leyes que regulan a las personas LGBTI? Para que receten la píldora del día de después? Para que el divorcio no sea un fracaso sino cosas que suceden en la vida porque nada es para siempre? Para que la reproducción asistida no sea contraria a la voluntad de Dios? Para que …   Sigo?

    No. La iglesia es la que es. Impone su moral y apoya a los partidos políticos que apoya. Por eso trato de decir: vamos a ver …

    Y como se entiende eso? Como intransigencia mía?  Tiene gracia en el fondo, soy capaz de dialogar con el mismo Satanás para que ponga aire acondicionado en el infierno.  Pero lo que no se puede hacer es topar con la iglesia y salir de rositas. Porque con decir que la iglesia católica no es como la veo, asunto resuelto. Pero me salgo de clase. Y des despacho de la dirección. Y de mi propia casa cuando ha hecho falta.  Porque, para mí, a veces no queda otra que decir, vale, pero me voy. Eso no quiere decir que comparta los juicio de valor y la intencionalidad que me adjudiquen.

    Ve? Me ha aclarado la pregunta. Se me tolera o soy una más? Me ha quedado claro. Se me tolera. Pero para mí no es suficiente.

     

    • ana rodrigo

      Carmen, te hago una pregunta-sugerencia ¿por qué te preocupa tanto lo que l@s demás pensemos de lo que  dices? Tu defiende o expresa lo que piensas y lo que crees y no te preocupes de lo que pensemos de lo que tú  has escrito. Te complicas demasiado la vida, creo.

      Con cariño. Ana

  • carmen

    Ostrassssss, José Ignacio.

    Leído.

  • ana rodrigo

    Yo, como tant@s otr@s, que he vivido la mitad de mi vida en el nacional catolicismo, no buscaba nada porque todo me lo daban hecho, pensado y, además, era indiscutible. Como dice Pepe Castillo en su libro Memorias cuando le preguntó a su madre por el misterio de la Trinidad. ella le contestó: “Pepito en eso no se piensa”. Cosa que, como dice Tamayo en el recesión que hizo de su libro publicada en El País, nunca le hizo caso.

    Pero como una sigue creciendo y pensando y no le encaja casi nada de lo que te decían, yo abandoné en  busca de otros caminos vitales. En un momento determinado, te das cuenta de que el aire que respiras tiene bastante toxicidad y yo, personalmente, en un momento determinado “tiré el niño con el agua”; pero, como dice Duato, esas fórmulas aprendidas  “me doy cuenta de cómo las tengo apropiadas y muy libremente aceptadas hoy”, has nacido y sobrevivido en esas raíces que, una vez purificadas, pueden convertirse en aire limpio y vital.

    Y es entonces cuando empieza la búsqueda, pasas de ser una circunferencia cerrada dando vueltas sobre sí misma para convertirte en una espiral abierta, buscando, reflexionando, avanzando, caminando ad infinitum, en busca de esa utopía que cuando tú avanzas un metro ella retrocede dos, pero siempre la visualizas como que está ahí. Siempre buscando, siempre aprendiendo, siempre hacia adelante… Y no puedo dejar de reconocer que además de otras circunstancias de mi vida, ATRIO ha sido y es una fuente continua de caminar, haciendo objeto de reflexión, no sólo los artículos que Duato nos ofrece, sino vuestras reflexiones en la medida en que me ayuden a avanzar en mi búsqueda personal, porque esto es muy personal y no todo lo que se escribe me sirve a mis fines, qué duda cabe que en los muchos años que llevo en atrio, éste se ha convertido en una parte de mi dieta espiritual diaria.

    Así que, ¡adelante, siempre adelante, nunca para atrás! Y gracias a Antonio D., gracias a quienes escribís y pensáis en público vuestras ideas, reflexiones y experiencias que me puedan ayudar a hacer el camino por el que andamos todos y todas, -aunque sea por distintos atajos- mientras vivimos y podemos optar libremente por aquello que necesitamos.

    Una abrazo cordial a toda la familia atriera

     

  • M. Luisa

    Hola de nuevo Román, me ha sorprendido tu interlocución conmigo después de tanto tiempo de haberse interrumpido, pero creo que tu mismo te habrás percatado de la diferencia de tus dos afirmaciones.

    La primera “Dios nos ha dado el camino fácil” y la segunda con un matiz en el que me siento más próxima, pues el énfasis lo pones en Jesús. Sin embargo, aun así, en esta nueva consideración tuya, a mi modo de ver, el idealismo sigue tomando la iniciativa.

    Para dar cuenta de esto solo cabe que atengamos    a aquella frase tan recurrente aquí en Atrio “Se hace camino al andar”.  Esta frase pone de manifiesto que el camino no está ni viene prefijado, sino que será paso a paso como quedará en última instancia configurado. 

    • Román Díaz Ayala

      Perdona  el retraso en mi respuesta.

      Acepto como tuya  que ” el idealismo” sigue tomando la iniciativa, lo cual entiendo que mientras yo hablo de “experiencias” haces tu valoración en un plano puramente intelectual. Somos padres, fuiste madre gestante y tienes la experiencia de la maternidad. Eso está en el ámbito de los hechos. Tu experiencia de la maternidad radica en un feliz acontecimiento de tu vida. Si la fe fuese una mera creencia, te daría plenamente la razón, sería un hecho de razón. Pero no estás sola en esa manera de enfocar el tema, por ejemplo ahí esta el comentario tan juicioso, pero difícil de entender, por lo que se ha vuelto problemático de la respuesta que José Ignacio le dio a Carmen. En ese punto está en tu línea (cuando explica lo que nace o procede de la dogmática católica, siempre en su línea puramente conceptual)

      Mira, voy a tener un arranque de sinceridad contigo: La única reforma exigible como válida en la Iglesia es la que parte de nuestra común  “conversión”, que es tarea de cada uno de nosotros. Pero, claro, estoy hablando en término de pecados, y tal cosa no es de recibo en este foro. (Entiéndase que hablo para quienes se expresan en creyentes, aunque se ubiquen dentro o fuera de la Iglesia, pero ligado a ellas para su reforma o deseo de cambios)

      Y sinceridad por sinceridad, no eres justa  porque si mis intervenciones están plagadas de interrupciones éstas no son selectivas, mucho menos hacia personas. Sí es cierto que la más de las veces es por falta de tiempo que no de interés. Ya habrás notado después de tantos años no entro en temas que me son ajenos, porque no llego ni siquiera a entender de qué se habla, o no logro captar el hilo de hacia dónde van los supuestos de los comentarios. Si no tengo nada que aportar, me callo. Leo y valoro, lo que se dice, y sólo después quién lo dice. No me negarás que hay comentaristas muy difíciles de entender.

      Bueno, me tengo que abstener por un tiempo, pues me apremian muchas cosas de casa, pero ten por seguro que siempre es un placer comunicar contigo.

      Hoy, por la  fiesta, me acuerdo de Asun.

       

      • M. Luisa

        No te preocupes Román por la tardanza, los deberes familiares es lo más importante. Envidio la dedicación que siempre has tenido para con tus nietos. Últimamente, no sabes?, me ha caído uno del cielo, un nieto muy majo traído del matrimonio de mi hija con el padre del muchacho, hace tan solo un par de meses, algo que me llena de satisfacción y agradecimiento.
         
        Bien, vamos a lo nuestro que la cocina me espera. Seré muy breve.
        Mi única disensión contigo en este tema es que el camino fácil no es una directriz marcada desde el inicio, sino fruto de una experiencia. ¡Qué después a esta experiencia le demos una asignación, perfecto! Pero  siempre a posteriori.
        Un saludo cordial

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

     
     
             Carmen, otra vez un diálogo para sumar. Recuerdas a los que dicen aquí, “Jesús nos ha mostrado quién es Dios”. Verás, prácticamente nadie aquí (salvo dos o tres que tú ensalzas como los que son auténticos católicos), se refiere con la primera parte de mi frase, “nos ha mostrado quién es Dios” a la dogmática católica como vía. Tú y esos tres que te digo. No asumes este detalle. Creo. Por supuesto, la frase se refiere a que en la experiencia personal y cultural de esas personas Jesús tiene esa intimidad radical con Dios que para ellos, desde el amor, es incomparable. Lo asumen y punto. No han hecho comparaciones hasta hace poco, no entran en comparaciones dogmáticas cada día con otras tesis; las hacen ahora al surgir el debate y van ponderando poco a poco el uso de sus palabras sobre tal experiencia de Dios por Jesús. Cambiar los conceptos tiene su tiempo, afinar qué significa para mí “intimidad única con Dios, o incomparable, o inigualable en Jesús” lleva su tiempo, hasta ver que no signifique “yo tengo La Verdad”. En Atrio, yo lo creo, el proceso se declina con tiempo y cada uno-una avanza a su modo, o se interesa más o menos en esta clave conceptual.
     
             Y seguramente muchas personas se quedan obnubiladas, yo lo experimento, por tu insistencia en que si dicen eso de Jesús (relación de intimidad inigualable”) es que comparten la dogmática católica y además con el realismo de la física. Es tu conclusión, lógica, pero no es correcta. Lo siento. Te entienden pero es que no hablan de eso, ni les interesa especialmente. Si en el camino teológico se procede a una concepción “no teísta” de Dios, no van a tener problema de acogerlo como camino propio. Simplemente dan tiempo a un debate en construcción que no tire el niño con el agua sucia, o que a ellos-ellas ya no les urge. ¿Eso no puedes entender aunque no sea tu proceso preferido, ni el más necesario a tu juicio? Esta discusión es legítima, pero eso, es de procedimiento y modo; no se trata de que, quien no la acepte, es que está ingenuamente en la dogmática más escolástica. Para ti, sí, pero no es así. Es un deber lógico que no se cumple. Luego verás por qué, tiene algo de familia a la greña.
     
             “Por eso casi todas las personas que aquí escriben son de la misma línea de pensamiento. Poseen La Verdad”. Y casi todas y con mayúscula, esto no comento para no romper el diálogo. Si lo piensas, los (nos) tomas por fundamentalistas, un poco torpes, y es fácil que no quieran seguir por no considerarse comprendidos. Es lógico.
     
     
             Según creo, puedes decir en Atrio mil veces tus opiniones y razonamientos dignos, que lo son, pero no obligues a los otros a que se definan según tus cuadros mentales de “ortodoxos” (admirables pero fundamentalistas) y heterodoxos (respetables pero incoherentes). La tolerancia subsiguiente es innegociable, hacia ti y hacia cualquiera –pero las ideas son absolutamente discutibles, las de todos, ¡no es lo mismo!, y si a mí me parece que tú quieres comenzar la renovación del catolicismo por la dogmática, está muy bien, pero reconoce que a otros en Atrio les parece que ese camino llevará su tiempo y es muy desigual en fuerzas, o que es una operación delicada si se precipita, o a sus años no ven futuro personal en ella, o piensan que las reservas sobre Jesús proceden cada vez menos de la dogmática y más de Jesús y su vida alternativa desde los pobres, o creen que mejor ser “doce” que doce mil a base de rebajas morales y reinterpretaciones del Credo, porque estos últimos, concluyen, ”el mundo se pierde por la negación del Dios-Teos ya revelado claramente y de su moral”. (De estos hay pocos en Atrio. No lo comparto. Pero en la Iglesia hay muchos. Lo sabes. Lo que quiero decir es que hay que afinar mucho en los porqués de cada uno. Es que si no se afina parece que estamos ante un montón de estúpidos o falsos, que ven y no quieren perder sus ventajas, como sueles concluir).
     
             Y cómo florecería Atrio más, pues eso, como hablas en serio, en serio te tomo, y Atrio puede tener, no lo sé, sus convicciones mínimas presentidas y preferir ser lo que este hecho determine; tal vez crecer, tal vez decrecer, tal vez desaparecer. No lo sé. Contigo dentro siempre que quieras, Carmen. Creo yo.
     
             Y un último detalle más mío, y es que la mayoría de nosotros nos entendemos en la tradición cristiana católica, a sabiendas de que es la que nos ha visto nacer y crecer, y estamos en la iglesia como en una familia mal o bien avenida; no como en un grupo ideológico, científico, académico o social que comparte un programa y te quedas fuera si no lo aceptas, sino como en una familia que comparte “algo” muy de fondo, en general, aunque no te hables con algunos, o no te sea fácil, o los veas como entrometidos, o manipuladores, o cavernícolas, o ciegos, o… lo que quieras; estamos como se está en la familia, en general, y muchos de nosotros. Se paga un precio y se gana otro. Tú, sin embargo, ves las cosas como un estar sólo si se comparte credo y programa. Lo respeto, solo quiero aclarar. Una familia mal avenida, que puede estallar en casos extremos, pero que cuesta dejar en momentos de ruina. “También vosotros queréis marcharos”. Sé que el texto se refiere a otro contexto y significado. No lo tomes sino como adorno final. Por eso diremos del predicador o teólogo, ¡qué facha o fundamentalista o torpe o engreído”! y habrá un grito o mil, pero sigue la familia con los próximos. Salvo que haya daño e injusticia de por medio, y entonces ni la familia puede ocultarlo. Otra vez surge el proceso y el modo y el cómo y con qué objetivo. Pura presión y puro diálogo. Por eso surge el diálogo sobre qué Dios, no para salvarnos como grupo, sino para que no sea utilizado su nombre en vano y, menos todavía, contra los olvidados, sencillos y empobrecidos.
     
    Un saludo Carmen

  • Isidoro García

    Habla Antonio D. de los buscadores de Atrio. Y eso somos: unos buscadores de algo que presentimos, pero no acabamos de encontrar.

    A veces se oye decir, durante la búsqueda del amor humano: “No sé muy bien lo que busco, pero creo que cuando lo encuentre, lo notaré inmediatamente”.

    Pero la búsqueda es muy compleja, y muy propicia a deviaciones onerosas, sobre todo en tiempo, que es la moneda de la que andamos más escasos.

    Pero además como en todos los procesos complejos, tenemos la tentación permanente de atajos y de espejismos. No sabemos muy bien lo que hacer, pero vamos aprendiendo lo que NO hacer.

    Para hacer un camino largo y trabajoso hay que ir ligero de equipaje, y de ataduras. Decía Thomas Merton, (“El hombre nuevo”):

    “El esclavo en el orden espiritual, es el hombre cuyas decisiones han destruido en él toda espontaneidad. De modo que nunca hace lo que realmente quiere hacer, sino sólo, lo que tiene que hacer”.  

     

    Todos andamos buscando, pero como ya llevamos muchos años de búsqueda, ya hemos delimitado nuestro personal campo de búsqueda. Y en él nos movemos, porque no podemos estar siempre empezando de cero.

    Los hay que han aceptado la guía y magisterio de la Iglesia, y buscan encajar su zeigeist teísta, en su cosmovisión personal, con toda la gama posible de “ortodoxias” y heterodoxias, “herejías” y desviaciones

     

    Los hay que ese zeigeist eclesial, (teísta), lo han rechazado plenamente, y buscan encontrar una espiritualidad laica y trascendente, (con minúscula), que como señalaba Manuel Fraijó, “es esta apertura del espíritu a la historia, a la ciencia, a la teología, a la filosofía, al arte, a la vida, a la muerte. Y a ese “trascender” se le puede llamar “espiritualidad”. 

    No en balde, en el epitafio de la tumba de Bloch, en Tubinga, reza: “Pensar es trascender”, (= experiencia espiritual).

     

    Por último hay una gran mayoría que por las razones que sea, no sienten en su interior ese presentimiento de trascendencia, y están bien instalados en el materialismo moderno, y pasan de “comeduras de coco”, y demás galimatías “religiosos”.

    Y no tienen ninguna “vida interior”, más bien es que no saben ni qué es eso, y a lo más, algunos simplemente tienen ansia de conocimiento,… hasta que algunos de ellos, por diversas razones, entran en crisis existencial. (Ese camino lo hemos pasado muchos).

    Y ahí deberían poder encontrar a un Atrio, que les diera alternativas, sin finalidades proselitistas.

    (Hay un viejo adagio iniciático que nos dice, que debemos reunir lo que está disperso –ordenar las páginas y encuadernar el libro- y esparcir la luz).

    Pero a estos me imagino que por ahora, Atrio, no les interesa, o no les debería interesar.

     

    Entre los laicos, y los eclesiales, (con todos los matices que queramos), no cabe ningún tipo de diálogo y discusión, más que el mutuo respeto, y aceptación sincera del pluralismo humano.

    Es como si en una reunión de matrimonios, se pusiesen a discutir sobre si la esposa/o que cada uno ha escogido, no es la más acertada, y deberían haber elegido uno/a como el suyo/a.

    Simplemente no procede. La vida nos enseñará a cada uno si hemos acertado o no.

    Quizás Atrio, inicialmente, fuera un foro específico para defender la teología de la liberación, (o de la revolución), dentro del ámbito eclesial, pero con la bonhomía y la tolerancia pasiva del amigo Duato, al final se ha convertido en un totum revolutum, que dificulta el entendimiento, y establece barreras psicológicas. (No hay nada peor que querer agradar a todo el mundo).

     

    Cada uno tiene sus experiencias personales subjetivas, muy respetables cada una. Pero yo creo que Atrio no debería centrarse en discusiones sobre creencias personales, sino en un estudio y reflexión profunda sobre la realidad.

    Como dijo Duato, “en esa nueva etapa de vida, (la vejez), en la que te quedas solo contigo mismo, se necesita más que nunca, una búsqueda espiritual auténticamente profunda y personal, que nos proporcione claridad interior”. 

    La búsqueda espiritual, debe ser una búsqueda sobre la realidad, que está a nuestro alcance. Dice Tomás. 5:

           “Dijo Jesús: «Reconoce lo que tienes ante tu vista, y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto».

     

     

  • mª pilar

    Gracias Antonio.

    Seguiré fiel al espíritu que nos muestras ese ha sido siempre lo que he buscado en Atrio ahora un poco más complicado porque lo que más abunda no son vivencias interiores sino pulsiones externas que casi nada tienen que ver con los temas tocados.

    Quizá sea mi personilla la que así lo experimenta quizá la sabiduría se quienes buscan eso mismo que señala Mª Luisa y Román.

    Seguiré con atención a las sugerencias que siempre nos estimulan en Atrio.

    Gracias de corazón.

  • carmen

    Fácil? Pero sí el problema no está en Jesús de Nazaret. Es imposible que esté ahí. Es respetado universalmente, cómo no iba a serlo? Es un personaje de esos míticos ,un referente para la humanidad.

    El problema viene precisamente de su parte Divina. Del camino fácil. De aceptar toda una serie de cosas que muchas personas no podemos aceptar. No sé cómo decirlo ya. Pero sí seguimos diciendo que nos ha enseñado lo que es Dios, cómo es Dios y es el camino más corto para llegar a Dios. Pues por lo menos que se anteponga a esa aseveración algo parecido a: es mi experiencia, opino que… personalmente estoy convencido de…

    Pero sí se pieza afirmando que Es El Camino. Qué hacemos los demás? Callarnos? Salirnos de Atrio? Es que a veces tengo la sensación de que se ‘ nos tolera’ como un gran paso adelante. Yo no quiero tolerancia, quiero igualdad. Por eso casi todas las personas que aquí escriben son de la misma línea de pensamiento. Poseen La Verdad. Hay que ser muy cabezona para seguir diciendo lo mismo una y otra vez en otra línea. Creo que estamos inmersos en un profundo cambio del concepto de Espiritualidad o como le quieran llamar. Es un momento crucial. Qué hay que hacer entonces? No intervenir porque es inútil? Quizás ese sí sea el camino más corto.

    Me gustaría saber si mis opiniones están dentro de lo que quiere Atrio o no lo están . Es importante para mí saberlo Pero no quiero tolerancia. Quiero aceptación total. Para mí y para todos los que no tengan tan claro o nada claro o clarísimo cual es el camino más corto.

    Quizás entonces Atrio floreciera mucho más.

    Y eso pienso.

  • Román Díaz Ayala

    Lo  sagrado y lo profano está en las venas de Atrio, porque forma parte de su ADN fundacional. Ambos son conceptos arrancados de la teología, lo mismo que secularidad o laicismo lo fueron en su día del lenguaje y ámbito religioso de la sociedad en sus respectivos tiempos.

    La sociedad civil luchó por su autonomía fuera de la tutela del estamento religioso buscando para sí sus propias normas. Por nuestras biografías ( hablo en términos de españoles salidos de una sociedad y Estado confesionales tras la guerra civil) Atrio se planteó en esos términos iniciales de Sagrado-Profano que tantos equívocos ha ido provocando en los hilos de comentarios habituales en Atrio. Una visión de autonomía plena de un  no-creyente necesariamente es distinta y ajena de quienes  pensamos en términos de fe (cristiana).

    Los creyentes podemos tener nuestra visión particular de las cosas conformando nuestra moral, actitudes y actuaciones referidas a una instancia otra diferente a nosotros mismos. En términos jurídicos propio de la filosofía liberal que conforma nuestras democracias laicas, pero al mismo tiempo de una sociedad plural,  nuestras actuaciones y aspiraciones entran en el ámbito del Derecho Privado, mientras que la  sociedad civil está regida por un Derecho Público sometido a las normas y las leyes. Existe un clima de tolerancia y respeto como es el caso con respecto a todas las minorías.

    Son las personas que se confiesan creyentes, o las extraídas de una biografía personal de creyentes las que presentan dudas sobre la naturaleza  y la valoración de lo que que es profano o lo que es sagrado. Una veces optan por absolutizar o bien lo que consideran sagrado, o lo que para ellas pertenece al ámbito de lo profano. Es el peaje que tenemos que pagar para entrar en la sociedad secular que hemos heredado en Europa de  las generaciones que nos precedieron, y en el caso de España, de la que fuimos actores necesarios tras la dictadura.

    Lo que parecía un síntesis en los documentos conciliares (1963-1965) de una Iglesia que había conocido la crisis de la Modernidad, los fascismos y el comunismo, el renacer de las democracias, síntesis de lo que eran las relaciones del creyente con el mundo entonces actual, aquí en España fue un proceso brusco de desconfesionalización del Estado y de la sociedad, especialmente referido fuera del ámbito eclesial a la militancia política.

  • M. Luisa

    Pienso que es precisamente para que esta intimidad personal a la que invocamos en forma de experiencia sea auténtica, es por lo que en ella no ha de haber ningún apriorismo. Como este, por ejemplo, que alguien diga refiriéndose a la fe, que para ello “Dios nos ha dado el camino fácil”.
     
    ¿Por qué ese apriorismo? ¿Por qué poner el carro delante el buey? ¿No se les asignan a caso a las acciones humanas la preeminencia en la propia oración de Antonio? ¿Y ellas, esas acciones, no nos han sido humanamente y previamente ya fundamentadas? ¿Por qué seguir mirando a lo alto, buscando auxilio y no aquí abajo en la realidad toda ya dada? ¿Por qué en ese nuevo relanzamiento no se intenta invertir los términos para favorecer la comprensión, al menos de cara a las nuevas generaciones?
     
    Si se empieza por el final, es decir, dejados llevar por el idealismo, alguien que plantee así el tema de la fe no solo provocará la sensación de que solo él conoce en exclusiva su verdad, sino que contribuirá de hecho a su total rechazo.

    • Román Díaz Ayala

      Querida M. Luisa; En Jesús tenemos un acceso directo e inmediato a Dios, en su humanidad, en su obra. ¿Puede existir un camino más fácil?

      • M. Luisa

        Hola Román!, ¿qué tal? tú y tu familia bien? En efecto y ¿por qué no empezar por ahí ? ad náuseas se repite la necesidad de volver al Evangelio!!! Por algo será, ¿no?

        Un saludo!

  • Román Díaz Ayala

    La fe no puede ser de otra manera que este encuentro que pueda ser explicado, bien como una experiencia, bien como un descubrimiento o una iluminación. Dios nos ha dado el camino fácil, sencillo y directo que es Jesús, un ser humano como nosotros y al mismo tiempo la puerta hacia su presencia. Jesús pudo gritar a la multitud, o quizás sólo al grupo de sus seguidores: “Yo soy la luz del mundo”, o quizás lo mismo también, que nos acerquemos a él quienes estamos cansados y agobiados. Jesús nos hace  hace  bienaventurados, felices, porque Dios ha venido a buscarnos para darnos la perfección que el ser humano ni posee, ni puede  dar a otros, caminantes ciegos, en la noche oscura del mundo. Jesús nos hace absolutamente amados por un Dios, que se relativiza, se “ha anonadado”, para que podamos ascender a ese pequeño peldaño hacia la trascendencia.