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Pascua: la irrupción de lo inesperado

Los cristianos celebran en Pascua aquello que ella significa: el paso. En nuestro contexto, es el paso de la decepción a la irrupción de lo inesperado. La decepción aquí es la crucifixión de Jesús de Nazaret y lo inesperado, su resurrección.

Él fue alguien que pasó por el mundo haciendo el bien. Mas que doctrinas introdujo prácticas, ligadas siempre a la vida de los más débiles: curaba ciegos, purificaba leprosos, hacía andar a cojos, devolvía la salud a muchos enfermos, daba de comer a multitudes y llegaba a resucitar muertos. Conocemos su fin trágico: una trama urdida entre religiosos y políticos lo llevó a la muerte en la cruz.

Los que lo seguían, apóstoles y discípulos, quedaron profundamente frustrados con el fin trágico de la crucifixión. Todos, menos las mujeres que también lo seguían, empezaron a volver a sus casas. Decepcionados, pues esperaban que traería la liberación de Israel. Tal frustración aparece claramente en los dos discípulos de Emaús, probablemente una pareja, que caminaban llenos de tristeza. A uno que se une a ellos en el camino, lamentándose, le dicen: “Nosotros esperábamos que fuese él quien liberara a Israel, pero hace ya tres días que lo condenaron a muerte”(Lucas 24,21). Ese compañero del camino se reveló después como Jesús resucitado, reconocido en la forma como bendijo el pan, lo partió y lo distribuyó.

La resurrección estaba fuera del horizonte de sus seguidores. Había un grupo en Israel que creía en la resurrección, pero al final de los tiempos, una resurrección entendida como una vuelta a la vida como siempre fue y es. Pero con Jesús sucedió lo inesperado, pues en la historia siempre puede ocurrir lo inesperado y lo improbable. Sólo que lo improbable y lo inesperado aquí son de otra naturaleza, un evento realmente improbable e inesperado: la resurrección.

Ella debe ser bien entendida: no se trata de la reanimación de un cadáver como el de Lázaro. La Resurrección representa una revolución dentro de la evolución. El fin bueno de la historia humana se anticipa. Ella significa lo inesperado de la irrupción del ser humano nuevo, como dice San Pablo, del “novísimo Adán”.

Este evento es realmente la concretización de lo inesperado. Teilhard de Chardin, cuya mística está toda centrada en la resurrección como una absoluta novedad dentro del proceso de la evolución, decía que era un “tremendous”, algo que por tanto alcanza a todo o el universo.

Esta es la fe fundamental de los cristianos. Sin la resurrección las comunidades cristianas no existirían. Perderían su evento fundador y fundante.

Finalmente cabe resaltar que los dos misterios mayores de la fe cristiana están íntimamente ligados a la mujer: la encarnación del Hijo de Dios a María (Lucas 1,35) y la resurrección a María de Magdala (Juan 20,15). Parte de la Iglesia, la jerárquica, rehén del patriarcalismo cultural, no ha atribuido a este hecho singular ninguna relevancia teológica. Ella seguramente está en el designio de Dios y debería ser acogido como algo culturalmente innovador.

En estos tiempos sombríos, marcados por la muerte y hasta con la eventual desaparición de la especie humana, la fe en la resurrección nos abre un futuro de esperanza. Nuestro fin no es la autodestrucción dentro de una tragedia sino la plena realización de nuestras potencialidades a través de la resurrección, la

irrupción del hombre y de la mujer nuevos.

Feliz Pascua a todos los que consiguen creer y también a quienes no lo consiguen.

*Leonardo Boff es teólogo y ha escrito: La resurrección de Cristo y nuestra resurrección en la muerte, Vozes 1982. Publicado en español por la editorial Sal Terrae.

 

10 comentarios

  • carmen

    Estimado señor Boff

    Usted no sabe quién soy yo, pero sí se quién es usted. Un teólogo y muy cotizado.

    Mi primer comentario iba dirigido a usted, y se me ha olvidado poner al principio esto que he puesto ahora, estimado …

    Y he obtenido una respuesta que me ha sumido en el desconcierto más absoluto, hasta que me parece que he entendido. No está claro que me dirigía a usted personalmente. Y, fíjese, me ha hecho un favor, porque , uf, no me podía pensar que producía tal grado de desagrado. Y es bueno saber en qué terreno nos movemos.

    Perdón por dirigirme a usted personalmente, pero como tengo el convencimiento absoluto de que no lo va a leer, no me preocupa demasiado.

    Buenas noches, o lo que sea por allí.

    Y sí, la resurrección bien entendida.

     

  • carmen

    Y con esto, me callo. A ver si por una vez es para siempre. Pero claro, es que siempre es mucho tiempo.

    Que digo que espérate tú al próximo cónclave para elegir al sucesor de este Papa. No sé si llegaré a verlo. Pero el ruido de sables se va a oír desde la plaza de San Pedro. Al espíritu Santo se lo van a poner muy muyyyyy difícil.

    Fin.

  • carmen

    Y podría hacer una lista de muchas personas que piensan en la línea del señor vigil. Muchas, pero con nombres y apellidos. A algunas las conocerías y a otras muchas , pues no.  Lo dicen cuando hablas en grupo pequeño.  O mejor, lo decían. Pero se ha desatado una guerra en el seno de la iglesia. Y hay que tomar postura. Y nadie en este momento va a cuestionar nada porque no es momento oportuno. Hay que salvar a la institución, no se puede ir en este momento al fondo de la cuestión, porque entonces lo que se cuestiona es a la institución. Y no . Eso no se va a hacer.

    Sabes que? Estamos en un momento de involución de pensamiento muy fuerte. No sólo en la iglesia, en la sociedad en general. Hoy mismo toma posesión el primer gobierno con Vox, o de Vox?

    Esos son los tiempos que corren en Europa.

    Así que me parece todo tan imposible, que ya te digo. Mejor dejarlo. Para qué? Para que se me cuestione personalmente porque digo lo mismo que otros dicen y hace unos años eran aplaudidos? Si tuviese la más mínima relevancia te aseguro que seguiría, pero no la tengo. Y no me va el martirio, no me gusta sufrir y no me gusta que se de la vuelta a todo lo que digo. Porque si sirviera de algo… pero, de qué sirve? Qué discutan los grandes. Porque de ellos es el Poder.

  • carmen

    Lo siento. No puedo leerlo. Es una cosa que me rebota en la cabeza. No hay nada más que dudas en lo que planteo. Solamente digo lo que pienso. Solamente digo las causas por las que creo que muchos hemos salido de la iglesia. Se pueden compartir o no. Pero que el número de personas que asisten a la iglesia ha disminuido, eso no es una apreciación mía personal, de esas cosas que me invento.

    En cuanto a que mucha gente Calla o no dice claro lo que piensa, aquí tienes un ejemplo: la resurrección bien entendida. Por eso le he escrito al señor Boff lo que le he escrito.

    Y si, le pregunté al Jaume algo de eso. Pero no me contestó.

    Sabes qué? Me canso muchísimo. Es como tener un muro delante. Me acaba de decir Antonio llaguno algo sobre las procesiones y la virgen. Madre mía. Es inútil todo lo que digo. Ni se me lee, ni se me entiende.

    Y, francamente querido, empieza a importarme un bledo..Gran frase del Reth Butler a Escarlata al final de Lo que el viento se llevó. Porque lo que no puede ser, es imposible.

    Un abrazo.

     

     

     

  • carmen

    Luego te contesto.

    Te recuerdo una cosa. Te dije que creo que eres la persona más honesta intelectualmente hablando que leo aquí. Es mi percepción.

    Y luego, sigo. Cuando tenga tiempo. No quisiera precipitarme. Ya me conoces.

     

  • Querida Carmen, “nosotros y vosotros”, “yo y vosotros”, ¡no, qué no!; mejor es, muchos dicen esto, muchos decimos lo otro; algunos piensan esto, otros pensamos lo otro; bastantes razonan esto, otros razonamos de otro modo; pero no, “nosotros y vosotros”. ¿Quiénes somos nosotros? ¿Cuántos nosotros hay en el vosotros y no los reconocemos? No termino de entender este “yo-vosotros”, “nosotros y vosotros”. La vida sería mucho más fácil con un “nosotros y vosotros”, y mas aún con un “vosotros y yo”, pero no es así, no es así. La realidad es, unos dicen, otros dicen; muchos piensan, otros piensan; muchos reclaman esto, otros muchos prefieren lo otro; muchos sienten esto, otros muchos esto otro, etc, etc. Así es el Mundo, la Iglesia, la familia, y por supuesto, Atrio.
     
    Es mucho más sencillo para entendernos en un diálogo que nos acerque entre distintos, que no adversarios, ¡generalmente, no adversarios; generalmente! Y aún si a veces es entre adversarios en teología y acción social, pues a apechugar y ver de convencer; pero nunca me satisface lo del yo y vosotros; no sé cómo seguir el diálogo; ya me han encasillado, para qué seguir; prefiero el “muchos de nosotros, otros muchos de nosotros”. Yo me siento mejor dialogando así. Más aún, cuando preguntaste al sicólogo si alguien miente cuando no dice lo que piensa -porque calla cosas o se escurre- por la razón que sea  (parece que referido sobre todo a la teología/iglesia) yo me muero: ¿cómo dialogar con alguien que duda de la honestidad intelectual de sus interlocutores?
     
    Puedo pensar que alguien tome a muchos teólogos, o a todos, por poco argumentativos, que sus razonamientos le parezcan a otros toscos, precarios, ingenuos crédulos, baldíos, pero no puedo dudar de que es eso lo que cree y piensa; si voy a dialogar con ellos, no puedo insinuar o afirmar esa duda. Si cierta teología no se tiene de pie, y la que se tiene no parece teología, quien esto piense, debe decirlo, hace muy bien, pero nuestros interlocutores hablan con honestidad de corazón y cabeza, porque si no… para qué seguir.
     
    Recuerda que algunos de nosotros nos movemos en la lógica neotestamentaria de Salvador Santos, y a partir de ahí, sin ignorar esa base, tampoco dogmatizarlas, hacemos teología; pero muchos otros se mueven en la lógica de que la Iglesia, por el Espíritu, “hecho” Tradición y Magisterio en al Iglesia, sabe más plenamente que todos los exégetas juntos cuál es la Verdad del texto bíblico y qué teología define mejor la Verdad revelada; si me apuras, mejor que como la pudo comprender el autor del texto y la comunidad que ahí se refleja; mucho mejor. Esto piensa mucha teología de la Iglesia, y de su Magisterio, y eso hace que en una discusión sean imbatibles. Y de esta convicción viven. En el pasado, de esta convicción abusaban hasta llevar a sus contrarios a la hoguera, hoy, simplemente, los marginan y les cierran el paso a las cátedras o cargos. Muy mal. Sin embargo, el paso del tiempo, la experiencia de la gente de fe, la práctica integral de esa fe en gente honesta como Jesús, logra resituar, modelar, acoger y elevar el nivel de muchos grupos cristianos a la forma de comunidad fraternal en medio del mundo: sencillamente, así, son sal, luz y fermento de hermanamiento muy altruista (sentimientos) y bien pensado (razonamiento) y cada vez más celebrado. No pueden dejar la liturgia en manos de la otra teología. Siempre sumamos sentimiento y razón, siempre y todos. Y así salvamos a Jesús de ideologías e intereses que lo tienen secuestrado. Jesús nos salva (en la fe lo creemos, con un sentido muy humano y confiado a “algo-alguien” que nos trascienda) y nosotros lo salvamos a él (en la historia cotidiana, en un sentido también muy humano y liberador). ¿Cómo vamos a sentir a y razonar sobre un Dios atrapado por los poderosos del Mundo y el Templo? Nunca, nunca, pero es él el que no se deja atrapar -y no solo ni primero los que lo intentamos-,  él, por su verdad de persona inenarrable en su fe humana y abierta a un Dios. Todo en él, un único y lo mismo. En fin, paz y bien, siempre, siempre, siempre. 

  • ¡¡¡Hay que joo… fastidiarse!!!

    Lo bien que escribe Boff cuando deja de lado esas mamarrachadas de ecoteología que ahora le ocupan.

    Vuelve el teólogo que muchos admiramos en su día.

  • carmen

    Zaratustra, sorry.

  • carmen

    Debe de ser bien entendida? Pues que nos  lo expliquen bien. A nosotros los del rebaño nos dicen que resucitó. Y nosotros entendemos pues lo que nos dicen, que resucitó. Y luego está quiénes lo creen y los que no pueden creer. Y, claro, como eso es lo fundamental del cristianismo pues…a ver qué hacemos.

    Y también nombra usted la encarnación. Eso tampoco crea usted que se tiene muy claro, porque no entendemos qué tendría de malo que Jesús tuviese un padre terrestre lo mismo que tuvo una madre. Pobre José. Si hay un personaje que me da ternura en toda esta historia de la niñez de Jesús es él. Ya sé que no es bueno sentir ternura, pero no lo puedo evitar, soy una mujer muy sencilla.

    Así que tenemos que para ser cristiana hay que entender y creer que Jesús fue concebido a modo de lluvia de oro, como hacía Júpiter, porque prefiero pensar esa forma antes que otras, porque el señor dios Júpiter se las traía. Y por otro lado tenemos que creer en la resurrección, pero como nos la cuentan, pues ya me dirá usted…

    Y, claro, ustedes los teólogos lo tienen todo muy claro, han estudiado cosas de estas, han llegado a conclusiones , entre ustedes hablaban y se entienden. Pero, y nosotros? Nos piden demasiado. Nos piden que creamos cosas imposibles.

    Y pese a todo, mucha gente cree. Fíjese si estamos necesitados de creer en algo. Y luego nos dicen que nos hemos vuelto unos sin dios y muchas cosas horribles. Pero no tienen razón. Muchas veces me acuerdo de la frase aquella del cuento de Nietzsche, Dios ha muerto, entre todos lo hemos matado.

    Y en ese Todos también entran los teólogos, dicho esto con todos mis respetos. Es más, diría que tienen más responsabilidad en lo que Nietzsche llamó muerte de Dios, que nosotros.

    Pero se refería al Dios de la Iglesia. Nosotros hemos descubierto solos que Dios no tiene porqué ser tal y como dice la iglesia. Aunque nos llamen ateos.  Me encantaría que Nietzsche viviese hoy y escribiese la segunda parte de así habló

    Un respetuoso saludo.