Confieso que en principio me rebelé al ver tan manchada de sangre la entrada del Parlamento español. Más aún cuando supe que no era por las víctimas de la guerra en Ucrania, sino efectuada, aunque fuera con tinta biodegradable, por científicos contra el cambio climático. Pero esos mis sentimientos casi instintivos se han tenido que enfrentar a la dura realidad.
Porque el hecho es que cada día fallecen ya muchos más seres humanos no culpables por ese deterioro climático, que las víctimas de esa guerra. Y que si las manifestaciones de protesta por la guerra de Ucrania han sido en Madrid pequeñas y ya casi insignificantes en relación a otras ciudades europeas, las manifestaciones contra el cambio climático son ahora casi inexistentes.
¿Debemos condenar hipócritamente de esa actuación de algunos científicos o reconocer nuestra enorme inconsciencia e insolidaridad ante tan gravísimo mal, presente y mundial?, ¿No habría que repetir, en positivo, la eficaz afirmación con la que terminaba todas sus intervenciones sobre cualquier tema en el Senado romano Catón el Viejo? Como de máxima importancia, él concluía siempre: “Por lo demás, opino que Cartago debe ser destruida”. Hoy y aquí podría ser un “Por lo demás, opino que para sobrevivir todos, hay que suprimir la crisis climática”.
Tengo que confesar que soy uno de aquellos a los que se refiere muy acertadamente el extraodinario activista crítico que es mi viejo amigo Martín. Entre tantos artículos sobre la guerra de Ucrania y sobre la moderna lucha de religiones, no me había enterado del grito que millares de científicos indignados han lanzado a los responsables políticos del mundo a través de múltiples acciones de la Scientific Rebelion. En España se concretó, entre otras acciones, en simular sangre (en realidad zumo de zanahoria) en las paredes del Congreso de diputados, gritanto “¡Estáis locos! Vuestra inacción nos va matar a tosos!“. La acción fue reprimida por la policia. Varios enlaces desde el Periódico, como me gusta documentar en ATRIO. Aunque la muy racional rabia la exprese más mi amigo con sus pancartas. ¡Valiente, Martín! AD.
Hola señor Sagrera.
Creo recordar que usted ha sido profesor muchos años. Pues desde los años ochenta y algo, todo esto venía en los libros de texto de secundaria. La combustión de materiales energéticos godiles fósiles produce calentamiento global por el exceso del CO2 que realiza un efecto invernadero en La tierra porque no deja salir las radiaciones caloríficas. la lluvia ácida, la deforestación, la fusión del hielo de los polos geográficos…y todo esto daría lugar a un cambio climático, o sea. Se sabía. No ha sido un descubrimiento nuevo. Como tampoco lo es el peligro que supone jugar con armamento nuclear y el funcionamiento de las centrales nucleares.
La alternativa a todo esto es la investigación para obtener energía de otra forma, las célebres energías limpias. Qué son las renovables. Y todo lo que han hecho es llamar a la energía eléctrica energía limpia, sin decir que se obtiene primero del carbón o petróleo, e incluso hay quien aboga por meter dentro del grupo de energías limpias a la producida en las centrales nucleares, eso sí que es grande, debe de ser porque como la radiactividad no se ve, pues no ensucia.
Y por otro lado está esa moda desde unos años de usar y tirar . Es un sinsentido tan tan tan grande que ya me he cansado de decirlo. Da igual. Solamente tomamos conciencia cuando el agua no llega a nuestro grifo o nos llega polvo del desierto. Es tremendo todo. Hay un cinismo instalado en la sociedad mundial, tan tan grande que …
Porque, claro, los países que llevan retraso en todo esto de la industrialización dicen que bueno, el planeta está muy bien, pero ahora les toca contaminar a ellos. Se siente. China y La india tienen una emisión de CO2 brutal. Pero ahora les toca a ellos.
Aquí nadie cede. Y para muestra el gas que vende Rusia a Europa con la que hay montada. Y… en fin, da igual.
No sé cómo decirle.
Gracias por escribir sobre este tema.
Para sobrevivir… Pues lo llevamos claro, si estábamos mal vamos a peor.
El consumo de carbón se dispara en Europa. España seguirá y aumentará su compra sobre todo a Marruecos, (con un régimen bueno, no como Rusia) a la vez que le compra electricidad “sucia”, producida con carbón.
Y el gas, a EEUU, 40 % más caro que el ruso. Gas obtenido por esa técnica tan ecológica, fracking, prohibida en varios países y en este, y traído en barcos gaseros que prefiero ni imaginar lo que contaminan.
Pero podemos hacer algo, no usar calefacción y no comer carne. Venga, a luchar por el planeta. Si es que somos de comodones…
Es una vergüenza que el mayor impedimento para superar el cambio climático sean los intereses económicos de los grandes capitales, pero probablemente también de nosotros, los medianamente acomodados.
¡Totalmente de acuerdo!