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‘Praedicate Evangelium’: las 7 claves de la nueva Constitución Apostólica del papa Francisco

Francisco ha promulgado hoy su reforma sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia en el mundo, en la que establece que cualquier fiel puede estar al frente de un Dicasterio del Vaticano

Por Elena Magariños

Este es el documento que consolida la organización que Francisco ha puesto en marcha durante los últimos años, con cambios en los organismos esenciales del funcionamiento de la Santa Sede. A continuación, las 7 claves de la nueva constitución apostólica que regirá la Iglesia durante los próximos años:

1. Cualquier fiel puede dirigir un Dicasterio

En el texto se detalla no solo el funcionamiento de la Curia y de los organismos del Vaticano, sino que se da una especial importancia a la sinodalidad como medio de evangelización y de crear conexiones más fuertes en la vida de la Iglesia. Tanto es así que, entre los principios generales de ‘Praedicate Evangelium’ se especifica que “todos”, lo cual incluye a los laicos y laicas, pueden ser nombrados para llevar a cabo funciones de gobierno y responsabilidad de la Curia romana.

2. Gran importancia a la protección de menores

El documento traspasa la Comisión Pontificia para la Protección de Menores al seno de la Curia, uniéndola al Dicasterio para la Doctrina de la Fe: “La tarea es asesorar y aconsejar al Romano Pontífice y también proponer las iniciativas más adecuadas para la protección de los menores y de las personas vulnerables”.

3. Reforma de la Curia

La Curia romana ya no estará únicamente al servicio del Papa, sino que pasa a estarlo de todas las diócesis –no solo para comprobar su funcionamiento–. Asimismo, el texto insiste en la necesidad de crear mecanismos de colaboración y trabajo en red entre los dicasterios. Por último, se exige a los miembros de la Curia, así como a quienes trabajen en los distintos dicasterios, “integridad personal y profesionalidad”.

4. Reducción de dicasterios

La nueva Constitución Apostólica reduce el número de Dicasterios, uniendo aquellos cuya finalidad fuera muy similar o que se complementaban entre sí con el objetivo de hacer más eficaz el trabajo. Al mismo tiempo, se suprimen los Consejos Pontificios y las Congregaciones para pasar a llamarse, todos ellos, Dicasterios.

5. Dicasterio al Servicio de la Caridad

Nace el nuevo Dicasterio para el Servicio de la Caridad (Limosna Apostólica), que “ejerce en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda” hacia los necesitados en nombre del Papa.

6. Dicasterio para la Evangelización

La Constitución Apostólica crea, asimismo, un gran ‘ministerio’ para la Evangelización en el que se unifica la labor que hacen hoy la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda Fide) y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Ambos se fusionan y pasan a ser el Dicasterio para la Evangelización, presidido directamente por el Papa.

7. Un gran ‘Ministerio de Cultura’

Por otro lado, la Constitución Apostólica fusiona también el Consejo Pontificio para la Cultura y la Congregación para la Educación Católica, que pasan a ser el Dicasterio para la Cultura y la Educación. Estará dividido en dos secciones: una dedicada a la promoción cultural y la animación pastoral; y la otra para desarrollar los principios de la educación en los centros de estudio católicos.

11 comentarios

  • Santiago

    No importa lo que queramos “reformar de la Iglesia”….porque de acuerdo al Vaticano II “Cristo Mediador único, estableció y mantiene continuamente a Su Iglesia santa, comunidad de fe, de esperanza y de caridad en este mundo….por la cual comunica a todos la verdad y la gracia”

    Por eso “la Iglesia terrestre y la Iglesia dotada de los bienes celestiales no han de considerarse dos cosas distintas porque forman una realidad compleja, constituída por un elemento humano y otro divino…”Esta es la única Iglesia de Cristo….la que nuestro Salvador entregó después de Su Resurrección a Pedro para que la apacentara,(Jn 21,17) confiándole a el y a los demás apóstoles su difusión y gobierno (Mt 28, 18 ss) y la erigió para siempre como columna y fundamento de la verdad (1 Tim 3,15)

    “Esta Iglesia, constituída y ordenada en este mundo como sociedad” “PERMANECE” (no se encuentra por debajo de la Iglesia de Cristo) en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro, y por los obispos en comunión con el” (Conc. Vat. II Lumen Gentium, Capítulo 1, No. 8) 

    Lo que permanece en Ella es el carisma conque Cristo dotó a Su Iglesia para que pueda cumplir su función en orden a la eterna salvación del mundo…Por tanto, no importa los muchos defectos y errores de sus miembros en cuanto a personas humanas, ni tampoco de la manera disciplinar en que Ella se encuentra organizada…puesto que Ella permanecerá fiel a su caracter sacramental ya que “la Iglesia es en Cristo como un sacramento” o sea un signo e instrumento de la gracia de Dios para su misión salvífica universal..(LG, C1, No1)

    La Iglesia es de Cristo…y nos fué entregada a nosotros como don de Su gracia…No podemos reformarla al gusto de las comodidades y negocios del mundo, ni a lo que mejor convenga a la mentalidad de la época…pues no podemos servir a Dios y al poder de los placeres de los bienes materiales….Por eso  la “reforma” ha de ir dirigida a conseguir, con una mayor firmeza,  la verdad de la Palabra de Cristo que nos fue legada y transmitida por la Iglesia Católica con la asistencia del Espíritu Santo desde el día de Pentecostés y que seguirá con nosotros “hasta la consumación de los siglos”

    Un buen ejercicio para todos nosotros es empezar por nuestra reforma personal para poder después -en la paz de la conciencia-  discernir cual ha de ser  nuestro aportación  a esta Iglesia amada de Cristo, la nuestra.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández 

  • Celso Alcaina

    Ocho años de gestación. Montes parturiunt. Parole, parole, parole Hasta aburrir. Una mala copia de la Regimini de Pablo VI. ¿Novedades? Dicasterios en vez de Congregaciones. Un laico podrá ser jefe de un Dicasterio. Pero, de siempre, un laico bautizado podía ser elegido Papa. ¿Lo fue? No. Vence la endogamia.

    Quedan para otro siglo/milenio:

    – abolición del Colegio Cardenalicio,

    – supresión de la fábrica de santos,

    – mayor descentralización con destierro de la papolatría,

    – autonomía de los pueblos en la elección de sus jerarcas,

    – nivelación del Catolicismo con otras confesiones en cuanto a poder y dinero,

    – drástica separación entre Estado Vaticano y Catolicidad,

    – reconocimiento de que la institución no es creación jesuánica,

    Praedicare no es dar fruto

  • carmen

    Señor Alejos.

    Me ha dejado usted intrigada. Podría explicarme un poco mejor lo que ha escrito? Soy una laica de poca formación y no he entendido lo que dice.

    Gracias.

  • Carlos alejos

    Si los laicos asumen esos espacios esperemos que sean laicos conservadores o con poca formación y sobre todo ajenos a poderes e ideas contrarios al concilio.

  • mª pilar

    Muy pequeños retoques que jamás tocaran el verdadero problema que tiene esta iglesia poder, precisamente:

    En sus príncipes, obispos y altas jerarquías asentadas en la riqueza y el poder allá donde les dejen meter sus principescas manos llenas de anillos de gran valor y pectorales de gran valor.

    Esta iglesia poder:

    ¡No tiene remedio por mucho que el papa lo intente!

  • La nueva Constitución del Papa Francisco, toda una “revolución” en los dicasterios de la Curia Romana: Desaparecen unos dicasterios; se fusionan otros y cambian de nombre, se crean otros dicasterios; cambio radical en la dirección y organización de algunos dicasterios; etcétera, etcétera. Empero toda la estructura y organización de la Iglesia de Jesús de Nazaret, increíblemente convertida en un Estado, El Estado Vaticano, continúa intocable, sin visos de cambios  mínimos; con su forma de gobierno de monarquía absoluta. El jefe de ese Estado es el Sumo Pontífice, el Papa que tiene plenos poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
    Como sabemos, el Papa es elegido por un grupo de cardenales; y, sin embargo el Papa preside y representa a toda la iglesia católica del mundo; es su máxima autoridad. En este asunto de la elección del Papa, se percibe, cada vez con mayor énfasis dentro del pueblo católico, que se cumpla aquello que un Papa dijo: “El que debe ser puesto a la cabeza de todos, debe ser elegido por todos” Para cumplir de alguna forma este profundo planteamiento democrático en la Iglesia de Jesús, el Papa debería ser elegido por todos los Obispos del mundo católico y a los obispos de cada diócesis debe elegir el pueblo católico que conforma la diócesis.
    De modo que, y esto es una lástima, parece que la nueva Constitución del Papa Francisco cambiará todo, para que todo siga igual, como alguien ya lo dijo.

  • Julián Díaz Lucio

    Me uno también a lo que dice Gonzalo y añado: hace falta una verdadera conversión de fe en el seguimiento de Jesús, con una conversion de actualización teológica y deseos verdaderos de convesión pastoral y que seconcrete en los cambios d estructuras. De lo contrario será una reforma gatopardista, todo cambie para que nada cambie. Esperemos y trabajemos en cambiar.

  • Gonzalo Haya

    Ya veremos cómo se cumple, sobre todo el punto primero.

    • Juan A. Vinagre

      Me uno a lo que dices, Gonzalo. A ver si dejan que sea verdad eso de “todos” (sin exclusión de género)  Solo que para eso, ¿no será preciso una -al menos-,  cierta desclericalización de la Iglesia?  Con más sentido fraterno y de servicio -no de poder- será posible, aunque los “conceptos previos” se resistan…