Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

febrero 2022
L M X J V S D
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28  
7446 Artículos. - 113037 Comentarios.

Saber más para creer mejor

Ya todos en ATRIO conocemos a Leandro Sequeiros. Siete artículos publicados en los últimos seis meses y varios comentarios (es de los autores que contestan en el hilo) nos lo han hecho familiar. Y hoy nos ofrece nada menos que tres libros (cuyo PDF se puede bajar de bubok.es gratis, todos elllos sobre algo tan debatido aquí como la posibilidad de fe laica y/o cristiana, inmersos como estamos en los nevos paradigmas científicos. El paleontólogo y teólogo que sigue más que nadie los pasos de Teilhard, pero conla ciencia del siglo XXI, está dispuesto dialogar a través del correo electronico o en los comentarios de aquí abajo con quien lo desee. AD.

Tres libros recién publicados pueden ayudar a integrar el conocimiento científico del mundo y las creencias religiosas

Por Leandro Sequeiros sj, lsequeiros42@gmail.compresidente de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta

Partimos de la hipótesis de que es posible ser persona culta e intelectual y creyente

Por lo general, en los ambientes universitarios españoles cultos y laicos suele estar muy arraigada la convicción de que cuando una persona se introduce en el mundo del estudio, de la lectura, de la cultura, su fe religiosa se debilita hasta desaparecer en muchos casos por completo.

            Jóvenes que en su adolescencia participaron en movimientos religiosos juveniles o en parroquias con gran entusiasmo, cuando ingresan en la Universidad suelen paulatinamente abandonar las creencias y las prácticas religiosas. Son muy pocos los que mantienen sus creencias. Y en algunos casos, la perseverancia en la fe religiosa se hace a costa de vivir una cierta esquizofrenia entre momentos creyentes voluntaristas y la vida ordinaria sin vivencias interiores.

            ¿En posible en la Europa del siglo XXI ser una persona culta, científica, formada profesionalmente, adaptada a la realidad secular integrada en los valores de la laicidad, y a la par vivirse como persona creyente, con una experiencia interior de Dios, y un compromiso cristiano auténtico y radical? ¿Es compatible vivir una espiritualidad sincera y profunda y a la par ser un ciudadano o ciudadana de la “ciudad secular”, con una visión laica del mundo y una mente racional, crítica y no mítica?

 

La opinión del premio Nobel, Frank Wilczek

          En la revista XLSemanal (distribuida por cadenas de prensa) (número 1787, del 6 a 12 de febrero de 2022) www.xlsemanal.com target=”_blank” leemos una interesante entrevista con el premio Nobel de 2004 Frank Wilczek. En ella, el periodista le pregunta: “¿Cree que hay sitio para Dios allá donde la física no llega?. Respuesta de F. W. : “El problema es que hay muchas ideas alternativas sobre Dios. Y si nos ponemos a discutir sobre ellas es un terreno resbaladizo. No creo que la ciencia valide ninguna religión. Pero, si eres creyente y quieres profundizar en la obra de Dios, la ciencia tiene mucho que aportar. Cuando estudiamos cómo es el mundo, también podemos conocer mejor a Dios”.

Esta última frase, “cuando estudiamos en mundo, también podemos conocer mejor a Dios”, coincide en gran manera con la hipótesis que fundamenta tres libros que acabo de publicar y que deseo presentar a los lectores. Desde mi punto de vista, sin negar todo lo anterior, “saber más” (es decir, ser una persona culta, ilustrada, crítica, racional, integrada en la cultura laica) no solo no anula necesariamente la experiencia religiosa, sino que puede ayudar a “creer mejor” (a madurar las creencias, a dotarlas de una fundamentación, a hacerlas más personales, comunitaria, sinodales y comprometidas por la transformación de la realidad)

            Desde esta hipótesis (que para muchos puede ser discutible, utópica o ilusoria) ofrezco la lectura reflexiva e invito a dar su opinión y aportar sus sugerencias personales a mi correo electrónico lsequeiros42@gmail.com creando así una comunidad crítica virtual para enriquecer los contenidos y las perspectivas.

            Estos tres libros son estos:

            Para centrarnos en la orientación, me permito ahora darles algunas notas de estos libros:

  1. Saber más para creer mejor: reflexiones de ASINJA sobre ciencia y religión

            El punto de partida es la tarea llevada a cabo por ASINJA, Asociación Interdisciplinar José de Acosta. En el año 1974, el jesuita Alberto Dou, catedrático de Matemáticas, impulsó la creación de esta Asociación Interdisciplinar que integra a ingenieros y titulados de ciencias y de letras de toda España.

            Durante más de 40 años, los socios y los amigos de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta (ASINJA) se han reunido anualmente. Según nuestros Estatutos (Artículo 2) ASINJA nació con una vocación “interdisciplinar”. Pero siempre nos preguntamos: ¿Estamos satisfechos? ¿Creemos haberlo hecho bien? ¿Cómo hemos integrado los saberes científicos y las experiencias que las trascienden como pueden ser las religiosas?

            El hecho de habernos reunido hombres y mujeres procedentes de muy diversas disciplinas para dialogar sobre un tema visto desde diversas perspectivas, ¿nos constituye en grupo interdisciplinar? ¿Creemos que tratar sobre un tema, charlar, discutir, dialogar, escuchar críticamente nos constituye en Asociación Interdisciplinar? ¿Hemos construido conocimientos nuevos o simplemente hemos acumulado información? ¿Ha emergido algo diferente? ¿Hemos hecho interdisciplinariedad o transdisci-plinariedad? ¿Emergencia o acumulación de conocimientos? ¿No habrá sido más bien confusión, mezcla de elementos que no eran homogéneos?

            Desde el punto de vista epistemológico ¿hemos aceptado el pluralismo en los conocimientos? ¿Hemos practicado en el relativismo, el perspectivismo, la tolerancia? ¿Creemos que es posible la interdisciplinariedad? ¿Qué concepto de verdad estaba debajo de nuestra búsqueda? ¿Hemos soportado la diferencia en los enfoques, metodologías, perspectivas? ¿Creemos que todos los conocimientos humanos tienen el mismo rango? ¿Hemos superado el obstáculo de las dos culturas? ¿Nos situamos en la “tercera cultura” de Brockman (o en su versión española de Cultura3.0) en la que la ciencia subsume todos los demás conocimientos? ¿Hemos respetado la autonomía epistemológica de las ciencias sociales?

            El volumen SEQUEIROS, L. (2022) Saber más para creer mejor (1): reflexiones de ASINJA sobre ciencia y religión  https://www.bubok.es/libros/270804/SABER-MAS-PARA-CREER-MEJOR-1–Reflexiones-de-ASINJA-sobre-ciencia-y-religion se puede bajar gratuitamente como eBook o se puede adquirir en soporte de papel.

            El volumen tiene 9 capítulos y se inicia con una extensa entrevista con el autor en la que ofrece sus opiniones sobre la actitud y tarea interdisciplinar. En sucesivos capítulos se ofrecen aspectos diferentes del aparente conflicto entre ciencia y religión, conocimiento racional y creencias religiosas, sobre ciencia y teología.

            En el capítulo de presentación leemos: En el año 1948 tuvo lugar el famoso debate transmitido por la BBC entre el jesuita F. C. Copleston y el matemático y filósofo Bertrand Russell. El auge del positivismo lógico en los inicios del siglo XX propició un conflicto insalvable entre Ciencia y Religión.

 

La discusión Russell-Copleston sobre la existencia de Dios está superada

            La clásica discusión Russell-Copleston de 1948 suscitó enorme interés en su tiempo, pero en la actualidad puede saber algo a rancia. El ámbito de reflexión ciencia-religión ha cambiado, tenemos nuevos conocimientos y autores importantes han aportado sus ideas. No obstante tiene innegable interés valorarla y discutirla desde la actualidad porque permite recordar dónde estaba el razonamiento clásico de la escolástica en aquel entonces y por dónde van hoy las directrices más modernas del diálogo ciencia-religión. Por Javier Monserrat.

            La lectura de la discusión Russell-Copleston es útil porque puede servirnos para entender cómo se formulaba la argumentación sobre la existencia de Dios desde un punto de vista escolástico clásico. Este es, en efecto, el punto de vista de Copleston. En 1948 en los centros de enseñanza católicos predominaban las escuelas de filosofía escolástica y en ellos se defendía la tesis de que Dios podía ser conocido por la razón natural con un grado de certeza que solía calificarse (esta era la llamada “censura” de las tesis) como “absoluta” o “metafísica”.

            La exposición de Copleston representa una formulación en esquema perfectamente lógica de los argumentos metafísicos que, según la doctrina escolástica clásica, suponían la columna vertebral de la “demostración” de la existencia de Dios (así se llamaba sin ambages en aquellos años). La reacción de Russell ante los argumentos de Copleston es a la defensiva, manteniendo a toda costa su posición agnóstica (no ateísta).

            Russell en realidad no pretende conocer cómo es la realidad metafísicamente (es agnóstico), pero argumenta que los argumentos de Copleston no están bien construidos y que, por tanto, no imponen racionalmente la existencia de Dios y que, en consecuencia, su posición agnóstica es defendible. ¿Qué podemos hoy pensar de ambas argumentaciones?

            Es evidente que la valoración de la discusión depende de cada “valorador”. No pretendemos aquí presentar, ni mucho menos, la valoración que “nuestro tiempo” hace de la discusión Russell-Copleston. Sólo hay valoraciones de personas concretas. Muchos filósofos que se mueven todavía a gusto en el marco de la escolástica tradicional y, en consecuencia, tenderán a pensar todavía hoy que los argumentos de Copleston son incontrovertibles. Pensarán que Russell fue acorralado por los argumentos de Copleston y que se batió puramente a la defensiva, dejándose llevar en todo momento por el hilo de la conversación impuesto por Copleston.

            Nuestro punto de vista es matizado. Creemos que los argumentos escolásticos que en aquel tiempo se esgrimían sin complejos necesitan hoy muchos matices que deberemos argumentar. Por otra parte, las formulaciones de Russell, aunque le mantienen a flote, no alcanzan una especial brillantez. Por tanto, exponemos sólo nuestra valoración personal de la discusión Russell-Copleston. Pero lo hacemos desde el convencimiento de que cuanto debemos decir está apoyado por las tendencias modernas del diálogo entre la ciencia y la religión.

            La discusión Russell-Copleston es muy extensa y trata dos temas diferenciados: el argumento metafísico de la contingencia y el de la experiencia religiosa. En este artículo nos ceñimos sólo al primer argumento. Será también interesante que, en otro artículo, estudiemos la discusión del segundo argumento. Pero, en lo que sigue, nos limitamos al argumento metafísico.

            Pero en los últimos años del siglo XX, daba la impresión de que se había distendido la tensión. Por una parte, el positivismo lógico dejaba espacio a otras epistemologías, y por otra, los científicos era menos dogmáticos en sus afirmaciones sobre las posibilidades de acceder a la verdad sobre la naturaleza mediante el método científico. Incluso en muchos casos, tendían una mano hacia otras fuentes de acceso al conocimiento del mundo y prestaban atención a la filosofía y a las religiones. La palabra “diálogo” e “interdisciplinariedad” parecían talismanes anunciadores de una nueva era de entendimiento.

            Los últimos años del pontificado de Juan Pablo II, si bien acentuaron el conservadurismo moral, fueron años fecundos para el diálogo con los científicos. Juan Pablo II impulsó a través de la Academia de Ciencias Vaticana el diálogo entre ciencia y religión.  En un texto de Juan Pablo II de 1987, con ocasión del centenario de la publicación en 1687 de los Principia Matemathica Philosophiae Naturalis del gran físico y teólogo heterodoxo, Isaac Newton (1687), leemos: “la ciencia puede purificar a la religión del error y de la superstición; la religión puede purificar a la ciencia de idolatría y falsos absolutos. Cada una puede atraer a la otra hacia un mundo más amplio, en el que ambas puedan florecer”. Estas ideas están contenidas en la carta de Juan Pablo II al padre Coyne, director del Observatorio Vaticano en 1988, tras el Congreso sobre el centenario de Newton.

 

Un diálogo prometedor al terminar el siglo XX

            El interés del Papa por este diálogo fecundo dio lugar al desarrollo de un proyecto que llevó a cabo el Observatorio Vaticano junto al Center for Theology and Natural Sciences (CTNS) de Berkeley. Como resultado de este proyecto, se celebraron en Roma importantes reuniones de científicos (creyentes o no), de filósofos y teólogos. Estos encuentros dieron lugar a cinco interesantes volúmenes de 500 páginas cada uno: Cosmología cuántica y leyes de la naturaleza (1993), Caos y complejidad (1995), Biología evolutiva y molecular (1995), Neurociencia y la persona (1999), Mecánica cuántica (2001).

            Estos diálogos interdisciplinares, muy abiertos en sus planteamientos, dieron lugar a que el 3 de mayo de 2003, se anuncia la creación del Proyecto STOQ (Science, Theology and Ontological Quest), bajo el patrocinio del Consejo Pontificio para la Cultura, en el que participa la Santa Sede, tres universidades pontificias (Lateranense, Gregoriana, Ateneo Pontificio) y la Fundación Templeton.

            Para muchos científicos, filósofos y teólogos parecía que se avecinaba una época de encuentro. En los Estados Unidos, se creaba el Instituto METANEXUS para el diálogo entre las ciencias y las religiones que desparramaba por los cinco continentes grupos de reflexión, investigación, estudio y difusión de las posibilidades reales de un diálogo fecundo. Los trabajos de Ian G. Barbour, Arthur Peacocke o John Polkinghorne llegaban a un público reducido pero influyente. Sus obras están siendo traducidas al castellano en estos años. Incluso, publicaciones de divulgación, como Muy Interesante, que ha dedicado un número monográfico a esta cuestión que ha pasado al gran público en España.

            Por otra parte, grupos de científicos y teólogos ha publicado síntesis muy completas al alcance de lectores más expertos. En la Universidad Pontificia Comillas (Madrid) funciona desde hace varios años la Cátedra Ciencia, Tecnología, Religión, que en estos últimos años ha ampliado su cobertura a España y Portugal con proyectos comunes y alimenta la página de “religiones” de la revista digital tendencias21.

          Este volumen recoge diversos textos que pueden ser de ayuda a algunas personas y que pretenden colaborar a la construcción racional de un paradigma que me parece emergente: “saber más para creer mejor”. Frente (pero no enfrentado) a aquellos que defienden que saber más nos lleva a descubrir los engaños de la religión, y por ello saber más nos debe llevar al ateísmo, defendemos (espero que justificadamente) que “saber” (madurar críticamente para conocer mejor el mundo) puede ayudarnos a “creer mejor”, puesto que se aporta una justificación racional, filosófica y teológica que reelabora las propias creencias.

            Desde hace 50 años un grupo de hombres y mujeres, muchos de ellos procedentes del mundo universitario, constituyó un grupo formal para crear y fomentar una tarea desde una inteligencia colectiva en una perspectiva epistemológica interdisciplinar. La Asociación Interdisciplinar José de Acosta (ASINJA) tiene un amplio bagaje de producción científica, filosófica y teológica. Gracias a un Convenio con la Universidad Pontificia Comillas se han publicado más de 40 volúmenes con las ponencias y actas de las reuniones anuales. En la actualidad, ASINJA colabora con la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión (Universidad P. Comillas), con la revista digital FronterasCTR, con Razón y Fe, Pensamiento y con otras publicaciones, así como con los centros universitarios de la Compañía de Jesús y con diversas instituciones de corte intelectual. España atraviesa momentos de “posverdades” y de “mantras” con graves carencias de una presencia pública de intelectuales que sean capaces de reflexionar interdisciplinarmente. El presente volumen es una aportación al debate entre ciencia y religión en España, en Europa y el mundo.

 

  1. Saber más para creer mejor (2): debate abierto

            El segundo volumen de esta serie es este:

SEQUEIROS, L. (2022) Saber más para creer mejor (2): debate abierto. https://www.bubok.es/libros/270815/SABER-MAS-PARA-CREER-MEJOR-2-Debate-abierto

 

Un debate abierto

            Este segundo volumen es plural, pues en él hemos dado la palabra a los componentes de Andalucía Laica y al grupo de Escépticos. Hemos querido oir sus puntos de vista.

            En el año 1974, hace casi medio siglo, el profesor Alberto Dou, jesuita, catedrático de Matemáticas e Ingeniero de Caminos, tuvo una intuición que nos parece genial: crear, junto a otros profesores (jesuitas o no) la Asociación Interdisciplinar José de Acosta (ASINJA). Se dedicó a este jesuita que vivió en América entre el siglo XVI y XVII, autor de la Historia Natural y Moral de las Indias, un libro interdisciplinar. Desde esa fecha, la Asociación se ha mantenido viva, a pesar de los problemas que surgen en toda empresa cultural.

            El presente volumen, segundo de esta serie (y que desarrolla los principios metodológicos de “SABER MAS. Aproximación epistemológica”, Bubok, 2022) presente diversas perspectivas de la problemática interdisciplinar de la ciencia y la religión. La Unificación de saberes no es tan sencilla como podría creerse. Y en esto volumen prestamos la voz a los laicistas y a los escépticos para que aporten su punto de vista.

            Estos son los títulos de algunos de sus capítulos: 4. Una nueva obra descubre el itinerario científico y espiritual de Georges Lemaître. 5. Albert Einstein (1879-1955): ciencia y espiritualidad- 6. ¿Es posible un naturalismo religioso? 7. Tender puentes entre ciencia y religión: Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) y la unificación de los saberes. 8. Stephen Hawking y Dios el debate en Tendencias21 de las Religiones.

            Ofrecemos el capítulo de presentación:

PRESENTACIÓN

            En el año 1974, Alberto Dou, un jesuita catedrático de matemáticas e ingeniero de caminos, impulsó la Asociación Interdisciplinar José de Acosta (ASINJA) Intuía que en un futuro próximo sería necesario desarrollar una inteligencia colectiva que unificara los saberes.

            El pensamiento interdisciplinar era en España algo desconocido. La fragmentación de saberes era lo normal. La Universidad era una suma de Facultades incomunicadas cuando no enfrentadas. Recuerdo que el Decano de mi Facultad decía ufano un día: “nosotros en Ciencias, investigamos: los de Letras, leen”. Y mi jefe de Departamento, un día que me atreví en el café del bar a aludir a algo humanístico, me espetó (haciendo con la mano un gesto de desprecio): “mire Sequeiros, eso es filosofía” (como si hubiera hablado de brujas o de pseudociencia)

            Este es el segundo volumen de esta colección que recopila algunas de mis publicaciones (y las de otros colegas) sobre “Saber más para creer mejor”. Defendemos que la ciencia no lleva necesariamente al ateísmo. Y que una perspectiva epistemológica equilibrada (lo que tratamos en “Saber más. Perspectiva epistemológica” Bubok, 2022) puede ayudar a madurar las propias creencias. Religión y experiencia religiosa.

Reflexión interdisciplinar

            Muchas de las perspectivas proceden de los trabajos interdisciplinares de Arthur Peacocke, Ian Barbour, John Polkinghorne, Philip Clayton y otros científicos-filósofos-teólogos interdisciplinares.

            Para Peacocke, como para Barbour, las religiones son un hecho, cuya existencia real no puede ponerse en duda. Pero estas se fundan en la experiencia religiosa, individual e integrada en comunidades religiosas.

En el cristianismo integrada asimismo en las comunidades de fe del pasado, hasta llegar a la comunidad de Israel en el A.T. y de la primitiva comunidad cristiana descrita en el N.T.

            La teología busca exponer la fe contenida en la experiencia religiosa, pero también hacerla inteligible y expresar su sentido. Buscar inteligibilidad es conocer por qué la experiencia religiosa es como es, cómo debe ser entendida y cuáles son sus causas en el conjunto de la realidad en que vivimos. Para Peacocke la experiencia religiosa busca algo que no busca la ciencia (por la pura objetividad de ésta): el sentido.

            La teología busca entender cómo la experiencia religiosa integra al hombre congruentemente en la realidad del universo, dotando a su vida personal de un valor y de una esperanza de cumplimiento final.

            La experiencia religiosa, por tanto, puede ser objeto de descripción fenomenológica. Es una vivencia de experiencia de Dios, por ejemplo, descrita en la mística de muchas religiones.

            El sujeto se siente inmerso en Dios y cercano a Él en su interior (el agustiniano intimior intimo meo): es la experiencia de inmanencia y transcendencia de Dios presente ya en el paulino “en Dios vivimos, nos movemos y somos”, repetidamente citado por Peacocke. Pero la teología, y la filosofía cristiana, al buscar inteligibilidad han debido necesariamente hacer uso de la razón. Pero esto ha dependido –no podía ser de otra manera- de cada época histórica: de la filosofía griega, de Platón, de Aristóteles, de los sistemas escolásticos, de Descartes, de Kant, de Hegel… Estos modelos de inteligibilidad racionales han llevado a una lectura o interpretación de la experiencia religiosa: lectura, sin embargo, que podría ser más o menos correcta, o incluso imprecisa y errónea. Estos análisis de inteligibilidad epocales, variables por su propia naturaleza, no deben confundirse con los modelos religiosos que contienen la vivencia de la realidad y de la experiencia religiosa que constituye la esencia de la religión.

Inteligibilidad de Dios en la era de la ciencia.

            El conjunto de la obra intelectual de Peacocke se funda en una declaración de principios básica, compartida con Barbour, Polkinghorne y otros muchos (y por mí mismo): que el constructo racional sobre el universo, la vida y el hombre hacia un entendimiento actual de la experiencia religiosa debe partir de la experiencia organizada en la ciencia (sometida, naturalmente, a una problematización filosófica, ya que la ciencia no tiene por qué plantearse desde su propia metodología ciertas cuestiones últimas, antropológicas o metafísicas).

            Peacocke insiste en que acceder a la inteligibilidad de la experiencia religiosa en la teología desde la ciencia es hoy, además, especialmente necesario para el cristianismo por razones históricas y sociológicas: por el cuestionamiento crítico de la religión desde la ilustración por la ciencia y por la influencia generalizada de la ciencia en la cultura occidental de nuestros días.

            No seguir este camino equivaldría a encerrar el conocimiento y lenguaje racional sobre Dios, y la experiencia religiosa, en discursos deficientes y en anacronismos ininteligibles por la sociedad actual. En su discurso de recepción del premio Templeton decía Peacocke, el 8 de marzo de 2001, que “la ciencia es el lenguaje global y el patrimonio de nuestro cultura, y para los creyentes de todas las religiones ha llegado el tiempo de comprometerse creativamente con la perspectiva universal ofrecida por las ciencias”.

            La ciencia, asumida por los modelos religiosos, conduce a entender la inmanencia de la divinidad en la ontología del mundo –como hemos visto en el pan-enteísmo de Peacocke, Clayton y otros

https://www.bubok.es/libros/270072/PANENTEISMO-Reflexiones-para-saber-mas-ycreer-mejor-.

Experiencia del mundo-experiencia de Dios

            La experiencia del mundo es ciertamente ya una experiencia implícita del ser de la Divinidad. Pero es una experiencia del Deus absconditus, ya que el mundo, como nos hace ver la ciencia, puede ser descrito como puramente mundano, autónomo, sin Dios. La imagen científica del mundo nos conduce a entender que el Dios que se revela en la experiencia religiosa es el Deus absconditus de Lamaître (ver página 55 y ss) el Dios oculto que no se impone, el Dios cristiano de la Gracia en el Espíritu, el Dios de la libertad. El Dios, en definitiva, que se nos manifiesta en la kénosis cristológica del misterio de su Muerte y Resurrección. La experiencia natural no es eo ipso religiosa (porque puede ser mundana), sino que es la experiencia religiosa posible, asumida libremente, la que revela la experiencia del mundo como experiencia de Dios. Todo esto es, a nuestro entender, muy importante y depende de la inteligibilidad de Dios orientada por la imagen científica del mundo.

 

  1. Saber más: aproximación epistemológica

            Los dos volúmenes anteriores tienen en sus diversos capítulos una fundamentación epistemológica no explícita. En este tercer volumen, se aporta la caja de herramientas epistemológicas que puede dotar al lector de la fundamentación necesaria. Esta es la ficha del mismo:

SEQUEIROS, L. (2022) https://www.bubok.es/libros/270812/SABER-MAS-Aproximacion-epistemologica

            En los libros anteriores mantengo que es conveniente “SABER MÁS” para “CREER MEJOR”.  En un mundo en el que parece que cunde la idea de que las creencias, valores y convicciones religiosas son cuestiones del pasado, de personas frágiles y engañadas, bloqueadas por los miedos, intento justificar que “SABER MÁS”,- tener más herramientas intelectuales- , puede ayudar a madurar las propias convicciones y salir del círculo de los “mantras”, las “fake news” y las “posverdades”. Atrévete a usar tu propia mente, nos recomendaba Kant hace varios siglos.

            Los hombres y mujeres del siglo XXI necesitamos sentirnos dueños de nuestra propia vida para autoconstruirnos en libertad como seres humanos en una sociedad plural.  Pero ¿qué es “saber”? En este libro se intenta suministrar la caja de herramientas intelectuales para ser más dueños de nosotros mismos y reforzar nuestras creencias y convicciones. Aunque entrar en el campo de la filosofía es duro, hoy más que nunca es necesaria una formación filosófica para afrontar críticamente los retos de la “sociedad líquida” de Zygmunt Bauman o la sociedad de encefalograma plano.

            Este tercer volumen de 10 capítulos partimos de una ponencia sobre la Interdisciplinariedad (ASINJA: 40 años construyendo puentes entre “saberes”) y de una manera didáctica se aportan las “herramientas” básicas que debe poseer toda persona culta que desee unificar sus saberes procedentes de la sociedad laica y sus experiencias interiores. Siguiendo al profesor Antonio Fernández- Rañada creemos que la filosofía (y más en concreto la filosofía de la ciencia, la epistemología) es la herramienta que permite construir puentes entre el conocimiento racional y científico-técnico y las formulaciones y experiencias formalizadas de la espiritualidad, las religiones y las teologías.

            Por eso consideramos de interés los últimos capítulos: 6. Formalización de los “saberes”: la historia y la filosofía de las ciencias. 7 La nueva filosofía de la ciencia. 8. “Saberes” y sociedad: las críticas al cientificismo y a la tecnocracia en las filosofías del siglo XX.  9.  La unificación de los “saberes” en crisis: el nuevo ateísmo científico. 10.“Saberes” y creencias: el conflicto de racionalidades.

 

31 comentarios

  • carmen

    Eso de la mente colectiva lo trató Asimov en el tercer libro de su trilogía Las Fundaciones. En los años sesenta creo recordar.

    Interesante.

    Creo que eso del cuerpo místico de La Iglesia también va por ahí. Y es que prácticamente está todo pensado.  Por eso cuando las personas ‘ te mandan fuerza para encajar’ o rezan por ti, te llega. Al menos eso creo. A mí me llega.

    Es que el ser humano es un ser social. No somos como las abejas, pero un poco sí. Ahí tenemos a nuestras abejas reinas y las demás trabajando como tontos. Es algo que siempre me ha hecho pensar.

     

  • M. Luisa

    Ahora que, en domingo puedo disponer de más tiempo   me apresuro Sr. Sequeiros a presentarle mis excusas por si en algo le he podido ofender. Mi intención no era otra que la de buscar su aprobación o no sobre lo que expuse. No creí que con  ello pudiera abusar de su disponibilidad dada.

    Y también aprovecho, de pasada, decirle al amigo Isidoro que la  observación   que le hice es de lo más normal  si queremos hacer entrar   en el tema que tratamos  a la ciencia.

    Eso es todo… A seguir, pues, siempre adelante.

    • Hola Maria Luisa. En absoluto me he ofendido… Todos juntos buscamos lenguajes que hagan comprensibles y comunicables las creencias que dan valor y sentido a nuestra vidas.. A propósito de esto estoy ahora buscando más datos sobre lo que se llama MENTE EXTENDIDA (cómo la IA puede ayudar a que nuestra mente tenga más capacidades de comprensión y expresión) y lo que empieza a llamarse INTELIGENCIA COLECTIVA (las mentes interconectadas de muchos millones de seres humanos)… Creo que vamos por ahí..

  • carmen

    Pues no es poco, señor Sequeiros , el hacer un esfuerzo por entender lo que digo.

    Sabe cómo me siento a veces? Como si viese la realidad a través de un cristal enoooorme, de esos que es imposible romper. Un muro pero que te permite ver la realidad y nada puedes hacer. No sé si alguna vez ha oído  El Muro de Pink Floyd entero, de principio a fin y de un tirón.

    Las personas creen que es un problema mío con Dios, madre mía, eso lo resolví hace bastantes años. No es nada personal. Pero sí tengo ojos y veo a mi alrededor. Las personas necesitamos algo en qué creer y a la mayoría de los europeos nuestra religión nos ha abandonado. Hay que ser muy cabezona para seguir y seguir y seguir…y leer y buscar y pensar y preguntarte, por qué? El camino más corto es irte con los karmas que es lo que han hecho la mayoría de los católicos de a pie. Pero, querido señor Sequeiros, eso tiene un  coste muy alto y lo enterramos en el ruido de nuestra cabeza, lo pasamos a nuestro subconsciente o al inconsciente.

    Y mientras qué hacen los que nos deberían de guiar? Pues enzarzarse en discusiones propias de la edad media. Que si el sacerdote puede o no puede casarse, que si la mujer no sé qué, que si la eutanasia, que si la transustanciación, que si la Trinidad, que si la virginidad de la virgen, que si los homosexuales son o no enfermos mentales, que si el santo matrimonio es o no indisoluble, que si este Papa es la salvación y el anterior era horrible y el anterior al anterior ni lo vamos a decir por pudor…

    Hay derecho a esto?

    Europa, la cristiana   Europa se ha quedado sin Dios. Y quien busque respuestas en las webs católicas, están en obras. Diciendo unas cosas rarísimas que ya no interesan a nadie, salvo a los que saben de estas cosas y a los que no saben pero están convencidos de todo lo que digo este señor u otro o este teólogo  o este filósofo o este Papa… porque si lo dicen ellos es porque lo saben. Punto. Y nadie de los que pertenecen a estos grupos tienen problema. El problema lo tienes la mayoría silenciosa que abandona.

    Haga otro esfuerzo por entender lo que digo. Le aseguro que personalmente no tengo ningún problema. Solamente tengo ojos, miro, leo.  Y tengo ese cristal delante de mí, irrompible. Me río yo de los techos de cristal. Hace falta una autoridad personal que no tengo para que te escuchen. Esa es la realidad. No existo.

    Nadie entiende que el problema no es nuestro, es de las próximas generaciones. Tienen derecho a poder creer en algo más que en sí mismos y en los demás y en la evolución personal y en todas esas cosas. Pero eso no importa. Lo único que importa es en este momento ganar la guerra que hay montada dentro de la iglesia. Porque la iglesia es la que importa. Ella es la que tiene que ser eterna.

    Pues bueno. Por los siglos de los siglos, Amén. Enhorabuena.

    Gracias por escuchar

     

  • Juan A. Vinagre

    Continúo con la reflexión iniciada el jueves. Esta vez a propósito del  “SABER MÁS PARA CREER MRJOR”, como muy bien dice A. Sequeiros. El “fides quaerens intellectum” es lógico e inevitable en nuestra situación. Aunque no se cree con la razón, la razón ayuda. La fe no va contra la razón. En este tema,  la razón siempre deja vías-puertas abiertas… Incluso puede ser bueno dudar de nuestro saber humano sobre la fe, a fin de purificarla. Porque está claro que la fe no es la conclusión de un brillante silogismo. La fe es fruto de cierta experiencia-vivencia-consciencia de un Algo-Alguien superior que no está a nuestro alcance, pero que al mismo tiempo está presente en nuestro aquí más íntimo…    Esa experiencia-vivencia no es como la experiencia científica, que se controla (y hasta manipula variables). En la ciencia el ser humano es protagonista, que prueba y comprueba, acepta, descubre o niega con la razón, como si fuera un pequeño dios, que somete a pruebas y controla.  En el tema de la trascendencia -y si Dios existe tiene que ser trascendente o no es Dios-, el hombre no controla… La fe no es es una conquista de la razón, sino un don, una acogida, que encuentra quien busca humilde…   (Y esto es capaz de entenderlo la razón) Ahora bien, ¿cómo acercarse y descubrir a Dios de veras? Buscándolo limpios de corazón, con la sencillez de un niño. El corazón limpio es quien mejor ve y encuentra a Dios, pero no como ser Supremo, distante, sino como Padre que nos ama.  La inefable Objetividad de Dios se comprueba en la más íntima subjetividad.          (Esta es mi visión-interpretación de la fe.)

  • M. Luisa

    Cuantas veces aquí se ha tocado el tema de la mente humana como en su comentario de ayer hace Isidoro   percibo como que, si bien nada es objetable en el planteamiento   considero, en cambio,  que el uso de los términos  no ayudan para clarificárnoslo.

    Por un lado, se  dice  en él y a mi modo de ver correctamente  que la mente humana es fruto de evolución sucesiva desde hace cientos de millones de años.  Sin embargo, si luego también  se dice y en esto también estoy de acuerdo   que la mente humana es de suyo   (lo que es) por qué ¿entonces ese añadido  diciendo  que la arquitectura cerebral de ella  es disfuncional y limitada?

    Porque aquí es cuando   considero  una  inadecuada utilización terminológica.

    Se suele confundir  el término construcción   por el de constructo.  La construcción mental  es aquella que nos hacemos   de algo.  En cambio, en el constructo   va implícita  la estructura que de suyo posee la mente.

    Es chocante que se diga, por un lado, que la mente humana es de suyo lo que es y luego se tenga que echar  mano  de trucos utilitaristas.  No nos engañemos  con este planteamiento no lograremos salirnos de  ese racionalismo puro y duro.

    • M. Luisa

      Disculpas y rectificación. Al final de mi comentario al referirme al engaño su alusión no está en el  planteamiento sino al desarrollo del mismo.

  • carmen

    Ok señor Valderas.

    No tengo su talla científica , pero le aseguro que voy más allá de los artículos de El País.

    El problema es precisamente lo que dicen los curas de pueblo. Lo aprenden en los seminarios y no creo que allí haya mucho estudio científico.

    Da igual. Usted sabe de lo que habla, entiendo lo que dice y mi persona sabe también de lo que habla, lo que no sé es si usted quiere entender lo que digo. Me gusta hablar con usted, es hábil, pero también hay muchas cosas obvias. Lea algo sobre Giordano Bruno. Era un monje del montón que osó pensar. Efectivamente, fue una condena política. Qué en la iglesia no es político?

    Hasta la próxima.

     

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Acabo de ver que hay 17 comentarios extensos a aspectos de SABER MAS PARA CREER MEJOR. Me gustaría responder a todos.. pero no se si me será posible. Por el momento, quiero agradecer a todos que se hayan tomado la molestia de leerlos y comentarlos. Incluso puede ser que algunos (o muchos) hayan bajado (o comprado) los libros… Ya comentamos..

  • carmen

    Hola señor.

    Por supuesto, en la iglesia siempre ha habido buenas cabezas, por supuesto, pero si eran los guardianes de todos los manuscritos, los libros  incunables y los cunables. Por supuesto. Antes  , ahora y siempre han tenido gente muy inteligente y preparada científicamente. Por supuesto. Otra cosa es la posición oficial de la iglesia.

    Dice usted que el caso de Giordano Bruno fue político. Que no era un gran científico. Es cierto. Fue totalmente político. Como todos. Porque no se podía cuestionar que el ser humano no era el centro del universo.

    Igual que Galileo. Da igual que se equivocase en sus cálculos, cómo no se iba a equivocar? Por favor. Hace cuatro siglos de eso. El problema estaba en que vio los cuatro satélites mayores de Júpiter orbitando alrededor de su planeta. Lo vio, con un telescopio rudimentario que no ideo él, sino otro señor, también lo sé. Eso sí era observable , entonces la tierra ya no era el centro, sino un planeta más y Copérnico tenía razón.

    Usted sabe del prestigio que tenía Galileo, también he leído algunos libros sobre él. Y también sabemos que renunció a escribir libros, bueno, no exactamente, a publicarlos y a mantener contacto con otros científicos o intelectuales. Esa fue su condena. Y tuvo el mismo acusador que Giordano Bruno. Pero, efectivamente, no todos somos iguales, y Giordano midió mal y cuando quiso retractarse fue tarde. Además, él no importaba y valió como escarmiento.

    Pues sí. Todos sabemos cosas sobre esto de la ciencia y la iglesia católica. Como usted sabe , el Papa Juan Pablo II en los años noventa pidió disculpas por este caso. Porque, efectivamente, fue una condena política. Pero ya no era sostenible. Demasiado ya.

    En cuanto a lo que dice de Darwin, por supuesto que había científicos en la iglesia católica e incluso sacerdotes y jesuitas evolucionistas, ahí tiene aTeilhlar de Chardin, si es que se escribe así, en el que el señor Sequeiros es todo un experto. Pero no me diga que la posición oficial de la iglesia ha sido a favor de la evolución. Tengo edad suficiente pera recordar cosas.

    En cuanto a la partícula de Dios, por supuesto que nada tiene que ver con Dios y mucho con Einstein. Hace algunos veranos seguí a tope aquello del acelerador de partículas. Leí sobre Gibs y sobre los bosones. Y traté de entender cómo es posible que de una singularidad la energía fuese capaz de convertirse en masa. Lo encuentro fascinante. Absolutamente fascinante. Y se tradujo como la partícula de Dios. Ya hemos encontrado como dios hizo el mundo mundial, en universo. Me parece de locos esa conclusión.

    La creencia en un Dios o no es una historia y la evolución de la ciencia otra. Sabemos que hasta Newton estaba todo mezclado, pero él empezó a separar lo que llamamos ciencia ahora de cosas del esoterismo, aunque él siguiente creyendo en una serie de cosas que tenían más de esoterismo que de ciencia.

    Por favor. No me diga que la ciencia y la religión no han entrado nunca en conflicto. Por favor, usted no puede decir eso. Y por supuesto, insisto, claro que ha habido gente brillante en las filas del sacerdocio. Pues claro. Pero callados. A lo suyo y entre ellos, porque tontos no son. En absoluto.

    Hablo de la postura Oficial de la iglesia.

    No soy una mujer de prejuicios. Si lo fuera, mi vida hubiese sido mucho más fácil. Me considero una mujer de juicio, aunque me equivoque a la hora de enjuciar muchas cosas.

    Un abrazo.

     

     

    • Carmen.

      Dice usted que habla de la postura oficial de la Iglesia. Entiendo que se refiere a los documentos del magisterio: dogmas, encíclicas, motu proprio, textos conciliares y similares. Por consiguiente, postura oficial de la Iglesia sobre las relaciones entre ciencia y fe.

      El documento oficial sobre la naturaleza de la cuestión es la encíclica Fides et ratio. Hay otros, pero tomo eso por síntesis. Así, pues, lo que diga el cura de la parroquia, el padre misionero, el profesor de religión o el moralista de turno puede o no coincidir con la doctrina de la Iglesia. Lo que diga el obispo sólo será doctrina  de la Iglesia en tanto en cuanto esté en comunión con lo que diga el Papa y el resto de los obispos. Se donde se infiere que la “doctrina oficial de la Iglesia” es algo muy circunscrito y exigente.

      Giordano Bruno fue condenado por razones meramente políticas. Nada que ver con considerar al hombre en el centro del universo. Supongo que usted está recordando el famoso aforismo de la “secularización” de la ciencia. Primero, con Copérnico, se quita a la Tierra del centro del Universo; luego, con Darwin, se quita al hombre del centro de la biología y pasa a ser una especie más. Bruno iba por otro derroteros, por la pluralidad de los mundos.

      No me voy a entretener en Newton. Más que esotérico, fue alquimista, que no es lo mismo. Hay un librro magnífico sobre esa labor. De hecho, cité a Boyle en mi anterior escrito porque la Royal Society, a la que ambos pertenecían, nació con el propósito  de descubrir las grandezas de la obra creadora de Dios. A Dios a través de la ciencia: nullius in verba era su motto.

      La postura de la Iglesia sobre Darwin no fue nunca de condena absoluta. No fue ajena a ello la experiencia negativa del caso Galileo. Hubo, en determinados ambientes religiosos, en concreto entre los dominicos franceses y suizos, religiosos partidarios de Darwin; otros eran contrarios. Se dio una suerte de lucha intestina muy dolorosa. Pero no trascendió. No hubo doctrina oficial de la Iglesia. Es un capítulo sumamente interesante de la historia de la ciencia y de la teología en la que hubo participación española muy señalada. Existe bibliografía abundante sobre la postura de protestantes y judíos, además de los católicos. Nada que ver con el simplismo reduccionista de El País y otros medios de comunicación.

      No sería justo imputar a Galileo la imprecisión de las medidas, pues no disponía de medios. Cuando se habla de errores de Galileo me refiero a la interpretación física de los fenómenos observados. Y eso que, por la agudeza de su observación, puso patas arriba la física aristotélica con la descripción de “imperfecciones” en los cuerpos celestes (manchas solares y cráteres lunares).

       

  • Isidoro García

    Muy apreciado Santiago: No me ha quedado del todo claro tu comentario de hoy. Porque has hecho una especie de maniobra de prestidigitador, entre el “Dios “escondido” y “sutil”,  gentil máximo”, (entiendo que lo de gentil, se refiere a motor-impulso dinámico), y el “Dios inmanente y providente, fuente original de todo lo creado que es una “inteligencia pensante, libre, decisiva y original” que informó y continúa informando al Universo”, y que es personal.

    Tú, los das por necesariamente idénticos, con el argumento de que “la materia siempre carecerá de la cualidad esencial creativa y decisiva”.

    Pero esa es una concepción clásica y antigua de la materia. Decía Teilhard que “Materia y Espíritu no son dos cosas, sino dos estados, dos caras de una misma trama cósmica, según como se le mire, o como se le prolongue, en el sentido en que, (como lo hubo dicho Bergson), ella se hace o, al contrario, en el sentido según el cual ella se deshace”.

    Clásicamente, se decía que el Universo se componía de materia y de energía. Pero ya Einstein, demostró que ambas eran distintas facetas de lo mismo. Y posteriormente, se piensa que lo que existe es materia/energía, por un lado, (el hardware), e información-cuantos de “inteligencia” por el otro, (el software), que informa, (da forma), pluralidad y dinámica emergente y autocreativa a la materia.

    Yo creo que la tendencia de la Ciencia compleja, es que, como muy bien profetizó Teilhard hace ochenta años, la materia es creativa per se, (es la clave del evolucionismo natural), gracias a la “información” que haya imbricada en ella.

    Con este planteamiento, “Dios” que sería pura y suma inteligencia, (Elkhart), habría permeado, la matería/energía, que emanó de Él, imbricándose en dicha materia, a través de “cuantos” de información, que constituyen la dinámica que desarrolla día a día el Universo creado.

    Es algo parecido a un bizcocho borracho, en el que el almíbar penetra y se introduce en el bizcocho seco, (informe), y le da su naturaleza concreta.

    Por eso, pensar que la dinámica que transmite Dios al Universo material no puede darse más que en forma personal, es de un antropocentrismo trasnochado.

     

    Yo, y contestando también al comentario de Antonio Duato, tengo mi imagen particular de la figura del Dios personal.

    La mente humana nunca ha sido creada exnovo, sino que es fruto de un proceso de evolución sucesiva desde hace cientos de millones de años. Ese proceso evolutivo sucesivo, ha ampliado mucho sus facultades, pero con un arquitectura cerebral, disfuncional y limitada.

    Por esas deficiencias de nuestra arquitectura cerebral de aluvión, hay que ser utilitarista y utilizar “gadgets”, trucos, o constructos mentales, que nos sirvan de interface para conseguir lo que nuestra mente de suyo, no nos proporciona.

    La idea del Dios personal, es una especie de sustituto del Padre ausente o fallecido, y en el fondo es una interface mental, un constructo artificial, que autocreamos y nos facilita una imagen-conexión, que de otra forma es difícil o casi imposible, y que nos es muy útil contra la ansiedad y la inseguridad personal.

    Es una especie de “gadget” mental, una metáfora útil y simplificadora en un proceso complejo y difícil, (un gadget es un dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y a la vez novedoso).

    Es debido a esa deficiente arquitectura cerebral de la que disponemos actualmente, para poder relacionarnos con el Dios misterioso – similar a un Campo de fuerzas.

    Por eso usar esos constructos mentales es útil y necesario, y no hay porqué prescindir de ellos, pero siempre que tengamos claro en todo momento, que es el dedo y que es la luna.

    Decía María Zambrano, que “cada épo-ca se justifica ante la historia por el encuentro de una verdad que alcanza clari-dad en ella. ¿Cuál será nuestra verdad? ¿Cuál nuestra manifestación?”. 

    Yo creo que la verdad que debe alcanzar claridad en esta época, es la aparente contradicción entre el Dios-trascendencia cósmica, y el supuesto y artificial Dios inmanente, personal y providente.

    Cuando mediante un rediseño de nuestra arquitectura cerebral, consigamos poder relacionarnos con el Dios del Universo, ya no necesitaremos fabricarnos un “traductor”.

     

    • Santiago

      Gracias Isidoro por tu interesante comentario y por continuar el dialogo…y estoy de acuerdo que Dios es “acto puro” y por tanto “pura y suma inteligencia”….como dice Elkhart..Pero la materia-energía no es un “estado” sino una realidad física, no idealista, de la misma manera que el espíritu es una realidad que trasciende a la pura energía física en contradicción con lo que afirma Theilard de Chardin..

      .Sin embargo la “materia-energía” que “emanó de Dios”, como tu bien dices, es de  Su libre Creación  …pero no se “confundió” con la materia-energía….ya que esta energía es simplemente la consecuencia de Su acción creativa en el mundo…Si se hubiera asimilado a la materia-energía—se hubiera aniquilado y se confundiría en ella… Sin embargo la materia-energía fue decisivamente “informada” y se mantiene “viva e informada” por la acción divina que es inmanente y providente…Es esta materia -la que necesitó de Alguien que le diera la existencia- ya que es que es incapaz de pensarse “a si misma” y ella tampoco posee la capacidad “creativa y decisiva” de autocreación…Un caso tangencial es el que  Dios mismo haya asumido nuestra naturaleza humana…pero que Su naturaleza divina por la unión hipóstatica específica permanece distinta -no se confunde- sino que es sincrónica con la naturaleza humana de Cristo… Jesús posee ambas naturalezas en un único e irrepetible “modo” de existir…

      Dios pues es el  “pensamiento original, primario y creativo” que es esencialmente libre…Este primario y esencial pensamiento libre es El que creó la libertad, lo que constituye la forma estructural de todo Su Ser…Pero este “original intelecto” que es Dios NO es anónimo…NO es simplemente  una mera conciencia “neutral” sino que “es libre y es amor”…porque el amor junto con  nuestra existencia procede de Dios…luego Dios es personal…puesto que Dios creó inteligentemente y por amor -ya que el amor procede de esta fuente original- que requiere en su devenir de  “inteligencia y voluntad”…y por supuesto eso es de lo que carece el producto de “materia-energía”.

      Claro que tu y yo estamos hablando del Dios infinito con nuestra limitación humana finita…Sólo podemos llegar a “atisbar” algo de la Suma Verdad…Por eso nuestras palabras no pueden expresar cabalmente lo que es la divinidad…y solo trazamos líneas y esbozos…Nuestras palabras siempre quedarán inadecuadas pero al menos tenemos una ligera idea y una breve experiencia de lo que es trascendente…No se trata pues de un mero constructo humano sino de una realidad existencial universal y necesaria.

      Un saludo cordial

      Santiago Hernández

  • M. Luisa

    Es de agradecerle Sr. Sequeiros   todos estos estudios     que nos comparte pues me alienta ver en ellos  un confluir con los míos.  Y en este sentido    he  seleccionado   este parágrafo suyo

    La experiencia natural no es eo ipso religiosa (porque puede ser mundana), sino que es la experiencia religiosa posible, asumida libremente, la que revela la experiencia del mundo como experiencia de Dios. Todo esto es, a nuestro entender, muy importante y depende de la inteligibilidad de Dios orientada por la imagen científica del mundo”

    Que en contraste con este otro mío …”En mi  opinión pienso que no son identificables los términos religión y religación.   El fenómeno de la religación le compete a lo real  por el poder mismo de la realidad que se nos impone en forma de experiencia.  Lo cual cuando esta se da  es cuando en segunda instancia  mediando la libertad, la religación  se plasma  en religión, pero si se invierten los términos entonces  es la superioridad religiosa  la que ahoga el hecho mismo de la religación.”

    El cual  redacté    hará un par de días en otro hilo  le pediría, si tuviera a bien decirme si   ambos párrafos no vienen a expresar  lo mismo.

    Un saludo y mi agradecimiento de antemano.

    • Una sugerencia: como saben ustedes, colaboro intensamente en la revista digital https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/

      Este revista (o blog) es órgano de expresión de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Comillas. Todas las semanas subimos un articulo de cierta calidad intelectual que pretende la UNIFICACIÓN DE LOS SABERES (no la fusión ni la mezcla). Ciencia y religión son dos visiones del mundo que pueden considerarse COMPLEMENTARIAS..

  • carmen

    Pues, queridos todos.

    Esa es la posición que se está extendiendo en el catolicismo. Esa es. Y mientras la iglesia hablando de que si las personas tienen derecho a rehacer su vida después de un matrimonio fallido, o si los sacerdotes se pueden o no casar, o si una mujer es digna de consagrar o de confesar

    No hay manera, es imposible. No hay manera.

  • carmen

    Cierto.

    Jamás fueron antagónicas.  La historia mintió con Giordano Bruno y Galileo . Darwin fue aceptado a la primera con aplauso general. Los homosexuales tienen que pasar por el psiquiatra para curarse de su mal. La existencia de la partícula de Dios, el célebre bosón de gibs demostró que Einstein está equivocado y que fue dios el que todo lo creó…mires por donde mires te das cuenta de que la iglesia católica jamás se ha opuesto ni se opondrá al avance de la ciencia. Las brujas están muy bien quemadas en la hoguera porque pactaron con el diablo.

    Las cosas, como son. Y La Verdad solamente tiene un camino que conduce a la cristosfera. Nuestro destino en lo universal.

    De verdad que…

    Además, dudo de que el señor sequeiros vaya por ahí. Al menos eso espero. Parece una persona inteligente.

    • Carmen, sin ánimo de ridiculizar ni ofender, puede usted añadir a la lista de tópicos sobre la oposición de la Iglesia a la ciencia el rechazo de los medicamentos, en cuanto impiden el curso de la naturaleza, la creación en siete días o la negación del heliocentrismo, etcétera. A mí me gusta más el denuesto de aquel frailón de Santa Maria Novella de Florencia, que gritaba desde el púlpito: “anda por ahí un tal Mico (se refería a Copérnico) que va diciendo “monadas” sobre la Tierra. Apoyados en frases como ésas, prosiguen los mantras contra la Iglesia católico en numerosos artículos de los periódicos, libros y, ahora, series de televisión.

      Además de anécdotas chuscas, como la del fray gerundio mencionado, hubo ciertamente episodios lastimosos, así el de Galileo. No importa que Galileo errara su exposición de la mecánica con la que apuntalaba su visión del movimiento de los astros, para el tema que nos ocupa. No andaban menos errados los jesuitas del Colegio Romano. De las infinitas obras sobre Galileo, en mi modesta biblioteca dispongo con las obras completas y ediciones críticas, más de una veintena (De Wallace a Shea), una de las cuales es duramente crítica con la Iglesia. Pese a su estilo en ocasiones planfletario (por botón de muestra: “La apasionada ignorancia de Bellarmino en el campo de la astronomía y de la cosmología científicas hacía totalmente imposible que fuera incapaz de evaluar adecuadamente, con los criterios de la comunidad científica, los argumentos y observaciones de las nuevas teorías propuestas, en especial de la copernicana”, Talento y Poder, de Antonio Beltrán Marí p. 238), la obra es un estudio académico valioso. El crítico de El País, con tanto aplomo como desconocimiento del caso, sentenciaba: “Talento y poder, Galileo y el Vaticano. El papado frente a la búsqueda de la verdad científica. En fin, la historia de las relaciones entre Galileo y la Iglesia”, Juan G. Bedoya, El País- Babelia, 16-XII-2006, p.17. No está , pues, usted sola. Los llamados cristianos progresistas, como ese firmante del diario madrileño, siguen empecinados en no leer y repetir dicterios.

      El caso Giordano Bruno fue político, no científico. La formación científica de Bruno era harto deficiente. Sobre el tema hubo cierto debate en los noventa, con cartas en Nature incluidas.

      A propósito de Darwin, la Iglesia jamás se pronunció… hasta Juan Pablo II, quien llega afirmar que la teoría evolucionista es algo más que una mera teoría para acercarse al factum.

      Tengo un amigo mexicano, eximio bioquímico, especialista en el origen de la vida, apasionado de Oparin, y catedrático de la UNAM, al que se le abrieron las puertas de los archivos vaticanos para que estudiara lo que quisiera de los entresijos del Papado ante las teorías darwinistas. Ese cuate es materialista acérrimo. Pero es, Carmen, la postura de la Iglesia con el darwinismo fue plural entre sus miembros. Como entre el judaísmo o el Protestantismo.

      El primer artículo que publiqué sobre la recepción del darwinismo en España apareció en la revista “L´Avenc”, hace la friolera de cuarenta y tantos años. A diferencia de la cuestión galileana, se presentaba con matices políticos y racistas. La eugenesia creció muy ligada al darwinismo.  Hoy, para beneficio de la ciencia, toda esa hojarasca ha desaparecido.

      Sobre la partícula de Dios, nada tiene que ver la Iglesia. Es un recurso de los científicos para expresar en palabras llanas una teoría de la física matemática. También en genética se utiliza la expresión “playing God”. En este caso, con bastante propiedad.

      Muchos científicos evidencian su inquietud religiosa en los alegatos contra la Iglesia católica, en particular.

      La bibliografía sobre la cuestión ocupa, sólo en mi modesta librería, varios estantes. Sin miles los publicados de todos los niveles de profundidad y cuestiones, desde “Boyle on Atheism” (por citar uno sobre historia de la cuestión) hasta el ensayo “Bible and Science” de Jaki.

      Pero, desgraciadamente, los de El País no leen, pontifican. Y siguiendo sus mantras, tutti quanti.

      No es fácil erradicar prejuicios.

       

       

       

  • Santiago

    Las disciplinas que pertenecen al “conocimiento” no pueden ser excluyentes puesto que la “ciencia” en general se refiere a la realidad  por la que conocemos.

    Por tanto la ciencia teológica y la ciencia experimental nunca fueron antagónicas a pesar de los prejuicios que “algunos” científicos quisieron contraponer para negar de “base” la existencia del Dios “escondido” y “sutil”,  gentil máximo, que se nos manifiesta más en el susurro del viento que en el relámpago de la tormenta.

    Pero el esfuerzo por excluir al Dios inmanente y providente ha sido históricamente infructuoso puesto que los nuevos conocimientos científicos de los últimos años nos conducen a la fuente original de todo lo creado que es una “inteligencia pensante, libre, decisiva y original” que informó y continúa informando al Universo, y  que coincide con la definición de lo que es “personal” ya que la materia siempre carecerá de la cualidad esencial creativa y decisiva.

    Es por eso que ante “toda ciencia” la teoría materialista dialéctica y absoluta sobre la realidad universal, puede ser excluida como “anticientífica” y queda solamente reducida a una mera hipótesis con más bases políticas que filosóficas y a la que nadie puede incorporarle “una fe religiosa” ya que esto es una verdadera imposibilidad.

    Es importante el esfuerzo de Sequeiros de continuar este diálogo de “razón y fe”. Enhorabuena por la iluminación

    Un saludo cordial

    Santiago Hernàndez

  • Juan A. Vinagre

    El tema y los libros que nos presenta L. Sequeiros -además de agradecimiento-, suscitan varias reflexiones.  Hoy me voy a limitar a lo que inicialmente apuntó: “La fe se pierde en la universidad…” (-no siempre- o se tambalea en la edad adulta, añado, después de pasar, reflexionando, por la universidad de la vida, que también gradúa.)   ¿Por qué sucede esto con bastante frecuencia?  A mi juicio, porque quien debería fortalecerla, la debilita, al anunciar el Mensaje del Reino sin testimonio de vida, con alforjas, con oro y plata,  con muchas túnicas ostentosas y con tratamientos hoy ridículos… Si a esto añadimos un apego “sacralizado” a la tradición -convertida, sin un buen análisis, en indiscutible palabra de Dios-, y se sirve el anuncio del Reino en odres viejos…, ¿extraña que se pierda o desfallezca esa fe?

    Jesús lo previó, cuando dijo a Pedro: Yo he rezado por ti, a fin de tu fe no desfallezca, y tú, una vez convertido, FORTALECE en la fe a tus hermanos.  Esta advertencia -que parece una predicción o profecía- exige un examen a fondo, humilde y sincero, porque ese anuncio así no convence,  y muchos creyentes pasan de él… No se puede ser un buen servidor si se anuncia el Reino sin testimonio de vida. El progresivo alejamiento en la fe no es por el contenido del Reino, sino por el mal anuncio  -no actualizado en sus formas-,   por no entender bien   y/o   por marginar o deformar su Mensaje…    De ahí que la primera condición para recuperar-renovar la fe y fortalecerla es la conversión de Pedro y su entorno.  Y de su entorno -digo-, a fin de que no se oponga a la conversión de Pedro o a las “conversiones” que promueve Pedro.  Mientras no se convierta Pedro y su entorno -y su entorno-, la Iglesia será una “Iglesia pródiga”…, que necesita volver a la Casa del Padre. (Que nadie se escandalice con estas palabras: Simplemente analice la historia de la Iglesia y contemple el Evangelio de Jesús, y vea, si puede… lo que ocurre en el entorno de Pedro.)

    El problema, pues, no es el Mensaje del Reino de Jesús, sino el cómo se presenta.  Esta es la cuestión -y el problema-: Necesitamos RENACER. La conversión y el ejemplo de vida evangélica -la praxia- es mucho más importante que la doxia. Los frutos son mucho más importantes que las flores… Las incoherencias graves y persistentes, crónicas, no ayudan a creer.

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Tienes mucha razón: “El problema, pues, no es el Mensaje del Reino de Jesús, sino el cómo se presenta.  Esta es la cuestión -y el problema-: Necesitamos RENACER. La conversión y el ejemplo de vida evangélica -la praxia- es mucho más importante que la doxia. Los frutos son mucho más importantes que las flores… Las incoherencias graves y persistentes, crónicas, no ayudan a creer.”

      En esta línea os invito a caminar..

  • ana rodrigo

    Este tema de la compatibilidad entre ciencia y fe, del que he escuchado hablar personalmente a Sequeiros en dos ocasiones aquí en Granada, me hace suponer que, junto con los libros que nos presenta, que lo tiene muy bien trabajado.

    Dice Sequeiros refiriéndose a su tercer libro: “construyendo puentes entre “saberes”) y de una manera didáctica se aportan las “herramientas” básicas que debe poseer toda persona culta que desee unificar sus saberes procedentes de la sociedad laica y sus experiencias interiores”. Mis dudas siempre se plantean en si es posible o compatible la objetividad de la ciencia con la subjetividad de las experiencias.

    Es decir, si la ciencia es objetividad y la fe son experiencias relacionadas con la trascendencia, me pregunto cómo es posible lo objetivo-racional y lo subjetivo-experiencia-fe-transcendencia. La inmanencia y la trascendencia no tienen puentes racionales, aunque sí razonables

    Por otro lado, cuando dices: “se aportan las “herramientas” básicas que debe poseer toda persona culta”. Eso de la persona culta, que es en lo que se basa toda la presentación de los tres libros, me preocupa bastante, porque llegaríamos a la conclusión, no de que el saber más ayuda a creer mejor, sino que se contradice con el público al que se dirigía Jesús, un público casi en su totalidad analfabeto Y hoy, todavía la inmensísima mayoría de creyentes o aspirantes a creyentes, no tienen este nivel de conocimientos que los grandes pensadores y/o teólogos nos presentan la fe.

    Es cierto que la historia ha cambiado mucho, pero la esencia de cómo acercarse a Dios sigue siendo la misma.

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Gracias, Ana. Propones muchas cosas muy interesantes… Por lo general, los lectores de ATRIO suelen ser personas que han tenido la suerte de tener una FORMACIÓN INTELECTUAL Y PROFESIONAL. Y por ello, son personas que se supone que han madurado también en su experiencia creyente. Desgraciadamente, el crecimiento intelectual y el crecimiento espiritual no han madurado al mismo ritmo. En nuestra sociedad abundan las personas que tienen gran competencia profesional, pero una fe infantil.. Incluso que se enorgullecen de tener la fe del carbonero. Pero a la larga, esa situación no se sostiene. O bien se termina viviendo en la esquizofrenia o en la hipocresía.. Es más: yo defiendo que la FORMACIÓN HUMANA, INTELECTUAL, PROFESIONAL,, puede ayudarnos a CRECER como creyentes.. Pero para eso hace falta una mente abierta y creativa y manejar las herramientas epistemológicas.

  • mª pilar

    Gracias Sr. Sequeiros por este regalo.

    Soy una mujer de 82 años que ha vivido desde muy niña, impregnada por esa fuerza que el espíritu de Jesús embriaga aquellas entrañas que quieren hacer ¡Vida! su:

    ¡Novedosa Palabra!

    Han pasado por mi vida, personas extraordinarias, y de ell@s, iba aprendiendo ha reconocer esa “Palabra hecha vida”

    Me entregué a ello con todo miser; hoy, ya he salido del círculo activo, y vivo en paz y armonía con todo lo que he ido aprendiendo y viviendo en mi caminar; y jamás olvido a esas personas que han ido sembrando en la tierra fecunda que me fue regalada.

    Soy muy afortunada porque siento en mi entraña, esa fuerza que emana…sin saber como y porque…pero me llena de:

    ¡Vida!

    Y ansío, que otras personas lo puedan experimentar, ahora desde mi sencillo vivir junto a mi gran familia Hij@s y niet@s.

    Gracias de corazón.

     

  • Sequeiros, tiene la Compañía especial habilidad para apropiarse sin inmatriculaciones de lo ajeno. Empecemos por lo positivo. La Compañía ha hecho un bien inmenso desde Roberto Belarmino y el Colegio Romano por poner la ciencia en coherencia con la Revelación. Por poner la experiencia del que tengo más a mano, a mí mismo, desde niño me he formado en textos jesuitas. Desde los veranos de mi infancia leyendo las novelas de colegiales de la franja roja (la franja azul era para niñas, si no recuerdo mal), pasando por las revistas culturales en mi adolescencia (Hechos y Dichos, Razón y Fe, Reseña, etcétera), luego las de filosofía  (Pensamiento). Y las de teología (Selecciones de Teología, Estudios Eclesiásticos, Etudes, Gregorianum), sociología (Mundo Social), etcétera. Sin haber pisado en mi vida una residencia de la Compañía en mi vida puedo ufanarme de la amistad de numerosos miembros S.J., de Alberto Dou a García Doncel o Udías). Aquel famoso A Dios por la ciencia de mi niñez me abrió los ojos como platos.

    Llegada la época de formación sistemática en la Universidad la admiración comenzó a tambalearse, no digamos tras la experiencia acumulada. Alguna experiencia crítica había tenido. Un director de Hechos y Dichos, el Padre E (si quiere le digo el apellido) había copiado un artículo de Le Nouvel Observateur. El Padre B., director de “Ibérica”, otra de mis favoritas, me copió un artículo sobre un notable episodio de la física de los años 30, asunto que comenté con García Doncel, enseñándole,  ante su incredulidad, la fuente y la copia. Aunque el episodio fake por excelencia, para mí, es el denunciado por el autor de El Pulgar del panda. Usted ha intentado demostrar que Stephen Jay Gould anda errado. Para mí el creador de la teoría de los equilibrios puntuados de la evolución, con una obra monumental sobre historia de la paleontología, no está privado de razones. Y, como bien sabe, quien ha escrito sobre los dos magisterios, no se deja guiar por sesgos de ningún tipo. Un servidor, que conocí a Theilard de Chardin a los 16 años en un artículo de Selecciones de Teología, y discípulo de un teilhardiano tenaz, Miguel Crusafont, me quedé perplejo también. He intentado mirar el caso con distancia y objetividad.

    Reitero que la Compañía ha hecho mucho bien a la Iglesia. Cuando en las bibliotecas universitarias andaban escasas de recursos, la de Roquetas, por ejemplo, poseía unos fondos excepcionales, algunos de cuyos ejemplares, de segunda mano, pude comprar para mi biblioteca privada, con la firma de Pijuila, Navás, amén de los responsables del Observatorio del Ebro. Cuando en España la historia de la ciencia se reducía a historia de la medicina, García Doncel escribió una maravillosa historia de las partículas elementales y preparó ediciones preciosas sobre determinados físicos y matemáticos, creando escuela.

    Todo eso es verdad. Y es verdad parte de la historia que usted relata, con los ejemplares publicados por la Specola Vaticana y el Center for Theology and the Natural Sciences, de Berkeley, que tengo a mi derecha, gracias al esfuerzo tenaz de Robert J. Russell.

    Pero la justicia reclama toda la verdad. Cuando trabajaba y tenía algo de dinero me suscribí a la revista Theology and Science, de fuste más ambicioso que la canónica Zygon. Pero hay otra “Sience et Fides” que me lleva a la obra magna que está llevando a cabo la Universidad de Navarra, que usted silencia. Como silencia el famoso Diccionario. Y puestos a mencionar, no parece justo guardar silencio sobre la figura egregia de quien fue para mí una suerte de hermano mayor, Mariano Artigas, autor de varios libros que han arrojado luz sobre determinados aspectos de las relaciones históricas entre ciencia y fe, como Oracles of Science, o el dedicado a la Iglesia y la Evolución.

    El tema es apasionante. Una verdadera presentación del status quaestionis requiere una visión de conjunto menos partidista y más generosa, por obligada. No resulta cómodo escribir estas cosas. Me pareció algo parecido cuando el portal jesuita de aquí, de Cataluña, dedicó un post a los jesuitas y los refugiados como si hubieran sido los primeros y los únicos. Tuve que preguntarles, ¿y del Nobel Pire, qué? El responsable del portal se excusó por la omisión.

    Muchos que uno ha conocido han apostado por esa necesidad de progreso auténtico de la evangelización. Me imagino que conoce el Centro Ian Ramsey, donde asé algunas jornadas entrañables. Lo que allí se cuece, en Oxford, tiene repercusión y eficacia mundial. Que Dios les siga ayudando e iluminando.

    • Buenos dias, amigo José María.. Son muchas las cosas que se expresan en ese texto.. Como sabes, desde la muerte de Carlos Alonso, soy Presidente de ASINJA, una asociación de casi 100 socios que nos dedicamos a la reflexión interdisciplinar. Creo que la UNIFICACIÓN DE SABERES (en un mundo de polimorfismo epistemológico) puede ser una buena via de RECONCILIACIÓN. Por otra parte, junto con Emiliano Aguirre (que falleció el 11 de octubre de 2021) impulsamos la Red Mundial de Amigos de Teilhard. Hay aquí muchas formulaciones que pueden hacer madurar nuestras creencias. El gran problema de nuestra sociedad es que muchos cristianos tienen una gran formación como profesionales, pero van todavía vestidos de primera comunión.. No han madurado en las creencias. Y defiendo que SABER MAS, estudiar, criticar, puede ayudar – al que lo desee – a madurar su fe.. Me gustaría ir desgranando todas las cosas que expones pero me parece que ahora va ser largo..

  • Gonzalo Haya

    Agradezco mucho a Sequeiros estos libros que nos resumen el estado actual de las relaciones entre la ciencia y la creencia religiosa, y que ponen de manifiesto su compatibilidad y complementariedad. Gracias también por su intenso trabajo a través de la institución Acosta y Asinja, y a sus numerosos artículos en varias revista. Aunque no soy científico, concuerdo con sus ideas y con su visión teihlardiana y optimista de la evolución hacia el punto omega; que yo entiendo con el matiz platónico del pleno despliegue de Dios, que se manifiesta en la plenitud universal y definitiva de los valores.

    • Muchas gracias, Gonzalo.. Creo que el trabajo colectivo que muchos estáis haciendo puede hacer más comprensible el núcleo de las creencias cristianas en una sociedad cientifico-técnica.. Lástima que el grupo de paradigmas emergentes de vez en cuando flaquee…

  • carmen

    Hola señor Sequeiros.

    Una vez en mi colegio fue un compañero suyo a hablar de todo esto. No vea la que se armó. Cuenta usted que en cierta ocasión un profesor suyo le miró como diciendo, ni idea, lo que dices es filosofía, como si eso fuese algo no reconocido en la cultura, algo parecido a una actividad esotérica o algo así. Bueno, pues este señor nos miraba como seres minúsculos vistos a través de un microscopio. Pero claro, los tiempos eran otros. No nos hicimos pequeños.

    No sé, no entiendo bien. No creo que sea incompatible la creencia, la esperanza o como le quiera llamar en Dios y una persona de las que vivimos en esta época. Tengamos estudios universitarios , medios o elementales. No , a mí juicio el problema es en Qué Dios se puede creer. No voy a decirle cosas que usted ya sabe y sabe todo el mundo que entra en Atrio porque lo he dicho doscientos pares de veces y seguramente me quedo corta porque creo que ando cerca de los seis mil comentarios.

    Espero que entienda lo que quiero decir. Y también diría que el problema de las iglesias vacías y la huida de la fe católica en España no es exclusivamente de lo que solemos llamar gente culta. No. Aunque supongo que también. Ellos y alguna ella siempre se han planteado determinadas cosas y algunos han seguido siendo creyentes y otros, pues no. Fíjese la palabra que he utilizado, creo que en el texto la ha utilizado también usted. Mi pregunta vuelve ser la de siempre: creyente en qué exactamente?

    Pues esa reflexión se ha extendido a la inmensa mayoría de la población Española, y a muchos, muchísimos les resulta imposible creer en ciertas cosas y no pocas relacionadas con nuestra religión. Eso es no creer e Dios? No lo creo. Eso es no creer en muchas cosas que nos han transmitido de ese Dios que lo primero que te dicen es que es imposible entender y sin embargo ellos, que no ellas saben lo que desea, lo que le gusta y lo que aborrece.

    El problema es que todos hemos aprendido a pensar. Porque la capacidad de pensar es lo que en realidad te hace libre.

    No soy una persona especialmente cultura ni inculta, y el Dios que me presentan me es imposible de aceptar. Y sin embargo estoy convencida o quiero estarlo, de que hay algo a la vez por encima de todo y entremezclado con todo a lo que a veces llamo Dios. No me considero ni atea, ni agnóstica ni nada de eso, sencillamente hago lo que puedo para no dejar atrás mi dimensión espiritual, trascendente, religiosa o como le quiera llamar.

    Un abrazo fuerte.

    • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

      Hola Carmen. Creo entender lo que quieres decir… Y tienes una parte de verdad: las formulaciones oficiales de las grandes verdades de la fe cristiana, o bien se expresan en un lenguaje teológico incomprensible o bien se “banalizan”. Desde mi punto de vista, hay dos grandes cuestiones: 1) el lenguaje teológico, heredero de una formación filosófica de muchos teólogos que se mueven en conceptos filosóficos totalmente obsoletos y que por ello formulan las expresiones de la fe en un lenguaje anticuado, 2) la epistemología oculta de los teólogos: por lo general, no han tenido una formación epistemológica adecuada y todavía se mueven en un paradigma medio empirista medio realista que dificulta mucho la comprensión y la expresión de las verdades teológicas para los hombres y mujeres de nuestra cultura. Por eso, recomiendo encarecidamente la lectura y reflexión del volumen tercero: SABER MAS IMPLICACIONES EPISTEMOLÓGICAS. Coincido con Fernández -rañada que la filosofía de la ciencia (la epistemologia) puede ser el lenguaje puente entre la cultura moderna y las religiones.

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Gracias por haberme dejado un espacio.. Desde mi punto de vista, hay temas interesantes a debatir..