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La mujer no es la guinda en la torta de la Iglesia

Tal vez es que, por la facilidad de Internet, acudo a demasiados medios, tanto especializados como generalistas. Y descubro cosas que no llegarán fácilmente a la comunidad atriera. Por ejemplo, este artículo desde Australia, que está en proceso de Concilio continetal. Recalco en el título lo que me parece más fundamental y está al final. Un sacerdote que se confiesa fan de Francisco señala con razón que el feminismo de este papa, junto a llemadas a la revuelta de las mujeres, contiene a veces elogios que son ofensas. AD.  

La exclusión de las mujeres del ministerio es una forma de abuso

Las cosas deben cambiar, pero no sucederá a menos que haya un cambio en la actitud del clero hacia las mujeres.

Por John Crothers | Australia | La Croix International

Vivimos en un mundo donde, lamentablemente, abundan los comportamientos abusivos.

Ya sea que se trate de abuso físico, sexual, emocional, psicológico o de cualquier otra forma, es necesario denunciarlo en todos los niveles. Suele ser perpetrado por hombres contra mujeres, precisamente porque pueden hacerlo. La fuerza física, la naturaleza combativa masculina y las culturas patriarcales juegan un papel en este flagelo dominado por los hombres, pero ninguno de estos factores puede usarse como excusa.

Los ejemplos más obvios de comportamiento abusivo generalmente se ven a nivel individual: un hombre que regaña a su esposa en el supermercado, una mujer a la que se habla en una discusión grupal, un jefe que habla con una empleada de manera condescendiente.

La maldición del abuso estructural

Pero la forma más insidiosa de abuso es el abuso estructural, donde el comportamiento abusivo se camufla dentro de las reglas y pautas de la institución. Es más sutil que otros tipos de abuso, pero es igual de real.

La exclusión de las mujeres del ministerio ordenado por parte de la Iglesia Católica es una forma de abuso estructural. Los mismos elementos que caracterizan el comportamiento abusivo individual están presentes en la forma en que la jerarquía se relaciona con las mujeres: lenguaje condescendiente, esfuerzos para desempoderar, silenciamiento de voces, negativa a participar.

Actualmente en Australia estamos comprometidos en un proceso de Concilio Plenario. Muchos más de 200.000 participantes contribuyeron a la etapa preliminar cuando se solicitó la presentación de propuestas.

El resumen de 300 páginas de esas presentaciones muestra claramente una fuerte llamada a una mayor y más significativa participación de las mujeres en la Iglesia, incluido el ministerio ordenado.

Y, sin embargo, los obispos australianos se negaron a permitir que cualquier referencia a los problemas de la mujer viera la luz del día en la agenda final. Silenciaron las voces de las mujeres, porque pudieron. Hablaban por encima de ellas, porque pudieron. Las desempoderaron, porque pudieron. Se negaron a comprometerse con ellas, porque pudieron.

El Papa Francisco y su punto ciego

Incluso el papa Francisco, a pesar de su talante cálido y pastoral, tiene una evidente dificultad al tratar de comprender y relacionarse con las mujeres, particularmente con respecto a su lenguaje. Sus referencias a la mujer en la Iglesia como guinda en el pastel son vergonzosas.

Cuando Donald y Melania Trump lo visitaron en el Vaticano en 2017, después de hablar con el presidente Trump, Francisco se volvió y habló con Melania y le preguntó qué le había cocinado a su esposo.

Es fácil excusarlo: “Pero el Papa es un anciano y un producto de su cultura y época”. Estoy tentado a hacerlo yo mismo. Soy uno de sus mayores fans.

Pero no podemos hacer eso. Cualquier forma de abuso, sin importar cuán benigno pueda parecer, contribuye al comportamiento abusivo más amplio contra las mujeres que vemos en todo el mundo, particularmente en las culturas religiosas.

Mujeres reducidas a la servidumbre

En su intención de oración para el mes de febrero, Francisco invita a las mujeres “a luchar cuando, en algunos casos, son tratadas injustamente, incluso dentro de la Iglesia”. Luego señala que han sido “reducidas a la servidumbre, a veces por hombres de la Iglesia”.

La implicación clara es que estas mujeres han soportado un comportamiento abusivo por parte de miembros del clero en la forma en que han sido tratadas. Las palabras del Papa, en esta ocasión particular, están dirigidas a las religiosas y mujeres consagradas, pero también pueden aplicarse en un sentido más amplio.

Muchas mujeres católicas sienten que han sido “tratadas injustamente” y “reducidas a la servidumbre” por la forma en que han trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia, pero han sido excluidas de los roles de liderazgo y han sido reprendidas incluso por plantear el problema.

Es admirable que el Papa Francisco exhorte a las mujeres que han sido tratadas injustamente a “luchar” por la justicia. Pero de nada sirve pelear, si los “hombres de la Iglesia” que las han explotado ni siquiera las escuchan.

Los obispos nunca abogan por las mujeres

¿Por qué, en general, los obispos no tienen empatía con las mujeres católicas y su lucha por ser reconocidas en la Iglesia y ser tratadas con justicia? ¿Por qué nunca abogan en su nombre? ¿Por qué no dicen algo tan simple como: “Entendemos cómo te sientes”? Nunca lo hacen. La respuesta de los obispos siempre es desdeñosa, si es que hay alguna respuesta.

Al menos parte de la razón de esto es el hecho de que la mayoría del clero pasa poco tiempo conversando con mujeres en profundidad. Su mundo es un mundo muy masculino. Sus colegas en el ministerio son todos hombres y, en muchos casos, sus amigos cercanos también son hombres. No entienden el dolor que sufren las mujeres que se sienten traicionadas por la jerarquía. Nunca sienten su dolor. Sumado a eso, el clero tiene poca o ninguna experiencia de ser marginado. No saben lo que es que les silencien la voz.

Los obispos, en particular, nunca han sentido la angustia de ser excluidos, de ser ignorados, de ser privados de poder.

Además, hay una cultura patriarcal más amplia que impregna la jerarquía de la Iglesia. Produce una mentalidad de club entre el clero que es excluyente y elitista.

En el contexto de abuso estructural en la Iglesia, es una tormenta perfecta.

¿Hay esperanza?

Las cosas deben cambiar, pero no sucederá a menos que haya un cambio en la actitud del clero hacia las mujeres. La jerarquía, en particular, necesita tomar a las mujeres más en serio. Necesitan escuchar sus voces con respeto y aceptarlos como iguales.

Pero a pesar de todo, sigo siendo optimista.

Recientemente, el Vaticano acordó agregar un enlace de la “Conferencia de ordenación de mujeres” (WOC–Women Ordination Conference) al sitio web del Sínodo sobre la sinodalidad. Fue un momento decisivo para todos los interesados.

Esperemos que sea un primer paso en un viaje más largo.

John Crothers fue ordenado presbítero en 1985 por la Arquidiócesis Católica de Sydney (Australia). Autor de The Clergy Club (ATF Press, 2018), también publica canciones en su canal de YouTube ” John Crothers Singer Songwriter “, pidiendo una Iglesia más inclusiva.

7 comentarios

  • carmen

    Hola Giordano.

    Hay que hacer un esfuerzo para salir del odio, porque si no, siguen ganando ellos. Lo tengo muy claro. Todas las mujeres hemos sufrido algún tipo de abuso psicólogo, seamos o no conscientes de ello . Lo único que se puede hacer y lo único que te da paz es luchar contra él. Muchas acaban muertas. Pero merece la pena luchar hasta el grado en que tú misma decidas. Es un asunto muy personal y deja huellas profundas. Y el abuso a menores también. Ahora se están destapado cosas tremendas y a ver cómo la iglesia sale de ésta. En España está empezando la guerra ahora. Leo cosas y me echo las manos a la cabeza. Pero lo único que da paz, insisto, es luchar contra ello en la medida que puedas y te compense. La verdad es que ya tengo un cansancio que roza el infinito, pero lo que no han conseguido es que en mí anide el odio. No les voy a permitir que ganen hasta ese extremo. El odio te destruye y francamente, no voy a dejar que me destruya. Eso sí, cada vez que tenga oportunidad daré un zasca.

    Luego dicen que los dogmas son lo de menos y yo me río de los peces de colores, porque justamente son ellos los que han llevado a la iglesia al lugar donde está. Y a lo mejor, es lo mejor. Ya no sé. No creo que esta iglesia pueda regenerarse, no sí siguen manteniendo las mismas ideas que hace dos mil años. Es imposible. Pero es un asunto de ellos. Porque aquí ellas no pintamos nada.

    Pues ya te digo, siempre que pueda, zasca al canto, mientras me lo permitan, sobre todo en determinados temas , los que más me enervan, como son el abuso a los niños y la consideración de la mujer en esta sociedad nuestra tan tan cristiana. Pobre Jesús de Nazaret. Lo han elevado a la categoría de Dios y en su nombre han hecho cosas horribles.

    Pues allá ellos y que la justicia, en caso de que la dejen, siga su curso. Y la sociedad tiene la obligación de hacerlo posible.

    Un abrazo.

     

     

     

  • GIORDANO BRUNO

    Carmen, no eres rarita, eres una mujer plenamente, y esos añadidos a la llamada virgen María no son mas que añadidos clericales, procedentes de sus mentes deformadas por el dominio de la iglesia que troqueló nuestras mentes infantiles aprovechándose de nosotros abusivamente. No tienen ningún derecho ni lo tuvieron nunca. No existen los milagros, existe la magia ridícula y asentada sobre la ignorancia. Existe si un Dios, un solo Dios -que nadie ha visto jamás, pero esa fábrica de deformaciones que es la iglesia, cualquier iglesia o creencia que ha especulado a su gusto, a fin de alcanzar riqueza y poder. Un consejo SAPERE AUDE,, como hasta ahora.No te equivocarás. Cordial saludo.

  • GIORDANO BRUNO

    Magnifico Ana. La iglesia católica es un muerto viviente, Si no fuera por el dinero que recibe del Estado por un Concordato, fuera de la Constitución habría desaparecido. Es el dinero lo que la mantiene en su apariencia. Ni este papa, ni ninguno otro harán por las mujeres otra cosa que ningunearlas. ¡¡¡Son las feministas las que van a rematarla. ¿Cuantas jóvenes se casan por su rito?.Se unen a convivir y adios. Tendrán o no tendrán hijos, pero ningún confesor entra en sus conciencias para adoctrinarlas. ESE HECHO TIENE UNA IMPORTANCIA SOCIALMENTE VITAL .Por si fuera poco, la pederastia es una trituradora. ¡¡Y eso que estos seres inmundos, son protegidos  porque si tuvieran que indemnizar a sus VÍCTIMAS ,sería su ruina total, como lo fue años ha, la Diócesis de BOSTON, EN USA. pero llegará. Pero no sòlo los putrefactos, sino también sus ENCUBRIDORES.Un cordial abrazo Ana y salud..

    • ana rodrigo

      Gracias, Giordano, Antonio. La Iglesia tiene muchos graves problemas y pocas ganas de llegar a fondo de todo lo que le ocurre.

      Un fuerte abrazo

  • ana rodrigo

    No sé en qué orden debería poner las ideas que voy a expresar. Allá van algunas ideas que se me acumulan en la cabeza.

    Ayer escuché a Marta Madruga, una feminista muy, muy sabia, que las mujeres no tenemos genealogía, porque en la historia de la humanidad, no se nos menciona, para la historia no existimos, no hemos hecho nada…Solamente hacer posible la existencia de la especie, como si eso fuese nada, y aún sigue siéndolo. Los cuidados no cuentan si los hacen las mujeres, claro

    El machismo y el patriarcado no es exclusivo de la Iglesia o de otras religiones, ha sido la humanidad masculina (nosotras también somos humanidad) la que nos ha utilizado para ser las esclavas del señor correspondiente.

    Desde siempre el poder ha estado en manos de los hombres, y ¡pobre la bruja que lo cuestionase! ¡A la hoguera directamente, llámese hoguera, llámese ser silenciada, llámese malos tratos, humillaciones, marginación o asesinatos. Así seguimos.

    Somos la mitad de la humanidad, pero no somos humanas en derechos, somos objetos de usar y tirar.

    Vamos a la Iglesia católica.

    Primero, este Papa, tiene buena fe, pero no sabe nada de feminismo, así tal cual, si no, no hubiese dicho que el feminismo es el machismo con faldas.

    Por dónde empezar? ¿Por las llamadas “sagradas escrituras”? Eso sí, seleccionando de forma sibilina lo que menos hiera y lo que avale el patriarcado en nombre de Dios, “no usarás el nombre de Dios en vano ¡¡¡!!! Desde Eva, la que introdujo el pecado en el mundo, hasta la madre de Jesús, virgen para poder serlo, como dice Carmen, sin mirar el AT donde se dicen barbaridades contra las mujeres en cantidades ingentes.

    En los escritos adjudicados a Pablo, que dijo lo que dijo, se ha querido corregir los textos contra las mujeres porque dicen que no son suyos. Si no lo son, ¡bien que los ha utilizado la Iglesia! Estos días estábamos viendo la cita de ICor.15, en el que quedaba muy claro que Cefas y los Doce eran los únicos y los primeros como cimiento de la Iglesia.

    La praxis de Jesús, fue otra, pero se ignora y se manipula descaradamente para que los relatos digan lo que los hombres quieren que digan.

    El poder, el poder… Dice el autor de este artículo: “Silenciaron las voces de las mujeres, porque pudieron. Hablaban por encima de ellas, porque pudieron. Las desempoderaron, porque pudieron. Se negaron a comprometerse con ellas, porque pudieron.

    Mientras los ritos sean arte de magia en nombre de Dios, porque sólo los hombres pueden hacerla, las mujeres en la Iglesia, nada tenemos qué hacer. Los únicos intérpretes aptos de la voluntad de Dios, son los hombres, así que las mujeres, mutis, calladitas, quietas, sumisas, incapaces para saber lo que quiere ese Dios que han creado ellos mismos: omnipotente, todopoderoso omnisciente… ,como ellos, a su imagen y semejanza.

    Uf, este tema me supera, y no es porque yo quiera ser cura, obispa o Papa, ni siquiera monaguilla, es por la injusticia contra las mujeres, repito, en nombre de Dios.

    Gracias, Antonio por traerlo a atrio. Es una tarea que si siquiera hay intención de cambiarla, sólo querer engañarnos unos siglos más. Así que propongo que las mujeres, o hagan huelga o se vayan de una institución esencialmente patriarcal. Conmigo que no cuenten. La Iglesia y la praxis de Jesús no se parecen mucho.

     

  • carmen

    Y aunque no venga a cuento les voy a contar una cosa. El catorce de febrero de 1981 día a luz a mí primer hijo. M costó , como buena madre primeriza, muchas horas. Y cuando nació me sentí la mujer más feliz del mundo. Y su padre también.

    Me tuve que sentir espiritualmente manchada? Pregunto.

  • carmen

    Pues tiene el señor del artículo toda la razón. Y se queda un punto ciego también, la responsabilidad de la iglesia católica del machismo insoportable de los hombres católicos. De eso podría dar doce masters.

    Pero nos da igual. Ya hace años tenemos acceso a la educación, como los varones, sabemos que tenemos los mismos derechos, por muy de la costilla de Adán que vengamos y durante la ceremonia del sacramento del matrimonio nos digan que tenemos que ser obedientes, en fin, ya saben. Y sencillamente esto no hay quien lo pare, porque el conocimiento es una clase de Poder y tenemos acceso a él. Qué tenemos que romper techos de cristal? Pues los romperemos. Es cuestión de tiempo.

    Y si la iglesia y los obispos y tal quieren seguir en ese plan de superioridad porque la autoridad le viene de Dios, que por supuesto es varón, pues que sigan. Y si alguna mujer quiere quedar dentro de la iglesia para reclamar igualdad de trato, pues que se quede. Pero a muuuuuchas muuiuchas mujeres la iglesia no nos va mucho. Hemos pagado muy caro muchas cosas. En generaciones pasadas sí eran las mujeres las que llenaban las iglesias. Pasadas.

    Allá la iglesia.

    A mí me interesan las leyes de los países democráticos. El estudio y la formación intelectual de las mujeres en el mundo real. Me gustaría ver dentro de cien años si sigue existiendo el feminismo o se verá absolutamente superado por la realidad, ya no hará falta, seremos iguales, bueno, lo somos, se nos reconocerá como iguales en todo el mundo mundial. Y, desde luego no será gracias a la iglesia. Y si son doscientos años, pues que sean doscientos. Está batalla la tenemos ganada porque cada vez hay más varones que se avergüenzan del machismo. Eso es muy muy importante.

     

    Gracias por el artículo. Está muuuuuy bien que se lean estás cosas y luego se reflexione. A ver qué tics machistas nos quedan a cada uno de nosotros y nosotras. Porque todavía tenemos un montonazo.

    Buen día.

    Saben el dogma que más me saca de quicio? Que la madre de Jesús tuviese que ser virgen, porque si hubiese sido una madre normal, estaría manchada. Porque el dogma dice que María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto.

    Y lo veo un insulto hacia la mujer brutal. Porque que la concepción de Jesús fuese tipo lluvia de oro y tal como en otras religiones, medio lo puedo entender. Pero lo de durante el parto y después del parto, es que no puedo con eso.

    Pero soy rarita y…