Las cristianas y cristianos de Vizcaya parece que están decididas a eso de la sinodalidad como programa de renovación de la Iglesia. Y, según nos informa el Bizkaiko Abadeen Foroa se está ya aprovechando la invitación del nuevo obispo segura a proponer candidaytos al equipo episcoapl que tiene que nombrar para que el proceso inciado por Francisco no quede en nada. He aquí un ejemplo. AD.
“Cuando sea posible, estoy disponible para ser vicaria”
Por Araceli Ruiz Laña
El pasado 14 de diciembre, en la Comunidad de Ibarrekolanda (Bilbao), después de la oración y presentación de Berpiztu, se informó de las iniciativas en favor de un gobierno y dirección de la Iglesia corresponsables —también por parte de los laicos y de las laicas— puestas en funcionamiento en las diócesis de Poitiers, Lausana, Friburgo y Ginebra y, de manera muy sucinta, en la de Lima. A dicha presentación siguió el testimonio de Araceli Ruiz Laña en los siguientes términos:
Me llamo Araceli, Aratxu, y formo parte del grupo Berpiztu.
Sí, hoy quiero contaros que yo estoy disponible para ser vicaria, si fuera elegida para ello; y, como yo, muchas mujeres en nuestra diócesis. No dejo de preguntarme, tal y como están las cosas, si yo podría ser vicaria en la diócesis de Bizkaia, en el caso de que algún día —no tardando mucho— fuera posible.
Ahora estoy jubilada y si tuviera que definirme en pocas palabras diría que soy una mujer madura, cristiana y feminista.
Estos han sido los tres ejes de mi vida.
- Empezamos por la MADUREZ: la búsqueda de la preciada madurez a través de un proyecto personal de vida que llevo haciendo, y compartiendo con mi grupo de referencia, durante más de 25 años. Siempre he querido dirigir mi propia vida, no ser como una barca a la deriva. El proyecto personal de vida, compartido en el grupo de referencia, ha sido la brújula que me ha guiado en el proceso de crecimiento personal, familiar y social.
- CRISTIANA: me defino como cristiana porque he logrado establecer una relación personal con Jesús de Nazaret. Cultivando mi espiritualidad, mi inteligencia emocional y espiritual mediante diversas experiencias a lo largo de la vida, pero, principalmente, mediante la oración, la meditación y el compromiso con la vida y conmigo misma.
- Gracias a mi comunidad cristiana de Sestao, a toda ella, a Cáritas, a mi grupo de referencia, he podido mantener y mantengo mi relación personal con Jesús. La revisión de vida, el discernimiento, las alegrías y las penas, el compromiso sindical, la oración compartida, mis relaciones personales y afectivas… Me considero una mujer afortunada y feliz por poder compartir mi vida y mi fe con un grupo de personas que creen en una Iglesia sencilla, igualitaria y evangélica.
- Mi tercer eje: Soy FEMINISTA. En mis años de trabajo como maestra (25) he tratado de enseñar y educar en valores: la solidaridad, la responsabilidad, el respeto, la justica y la igualdad entre todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, país, religión…
En mis 16 años como sindicalista también he procurado trabajar por la igualdad y la no discriminación de la mujer en el mundo del trabajo, y más concretamente en el ámbito de la enseñanza, y creedme si os digo que queda mucho, mucho camino por recorrer.
Muchas veces me he preguntado: ¿Qué hace una feminista como tú en una iglesia como esta?
Y es aquí donde quiero enmarcar la reflexión que hoy nos ha convocado: vicarios/vicarias; laicos y laicas.
Y para ello, tres pinceladas de la Iglesia que yo quiero y por la que apuesto con mi compromiso de vida.
- ¿Podemos ser las mujeres vicarias, diaconisas, sacerdotisas? Yo creo que sí ¿Qué opina la teología feminista? ¿Qué dice sobre ello?
- Quiero citar ahora una frase del movimiento REVUELTA DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA con el que me siento muy identificada: “Limpiar y poner flores, que lo hagan los señores”.
- Este movimiento, y otros muchos semejantes, reivindican en nuestra iglesia la necesidad de que las laicas y laicos tengamos “voz y voto”.
Las mujeres católicas hemos salido a la calle, a los medios de comunicación, nos hemos rebelado y seguiremos proclamando y alzando nuestra voz “hasta que la igualdad sea una costumbre en nuestra iglesia”.
Hago míos los enunciados del Movimiento Revuelta de las Mujeres y cito literalmente: “Basta ya a la profunda discriminación que vivimos”. “Queremos recuperar las prácticas liberadoras de Jesús con las mujeres, poner fin al machismo en la Iglesia” o “hasta que laicos y laicas tomen la palabra en la eucaristía, en la Iglesia”. “Queremos que el pensamiento femenino se oiga, que podamos estar en los foros de debate, que se pueda escuchar a las teólogas…” Y queremos una serie de derechos que no tenemos reconocidos, entre ellos, poder ser vicarias laicas.
Jesús de Nazaret propuso igualdad entre hombres y mujeres, los derechos humanos así lo establecen, pero en nuestra Iglesia estamos muy lejos de que esta igualdad se alcance y se respete.
No se trata únicamente de que algún día, no tardando mucho, algunas de nosotras podamos ser vicarias o sacerdotisas. Este es el momento de que la Iglesia católica empiece a tomar conciencia de que las mujeres tenemos un papel protagonista en ella, y de que no estemos subordinadas a los hombres. No podemos ser subsidiarias de lo que ellos dicen, tenemos que tomar las decisiones conjuntamente, avanzando hacia la paridad.
¿Estáis de acuerdo?
Tenemos una iglesia muy clerical, hecha por y para los hombres ordenados, que no nos deja espacio, es una gerontocracia fuera de época. “Con voto, con voz, así nos quiere Dios” “Sin mujeres no hay futuro” o “Una iglesia clerical no se puede soportar”
Hartas ya de tanta desigualdad alzamos la voz y decimos: Yo también estoy disponible para ser elegida vicaria. Y espero que sea posible cuanto antes
Voz y voto en todos los niveles. Creemos que tienen que cambiar las estructuras, el Derecho canónico y una cultura interna de la Iglesia que, a veces, las mujeres hemos interiorizado con demasiada normalidad, en el sentido de aceptar ser siempre las segundas o las terceras.
“No se trata de ser las primeras, se trata de ser iguales” afirman los movimientos feministas en nuestra iglesia, y yo estoy de acuerdo.
Este Papa ha nombrado mujeres en cargos importantes, se están dando pasitos, pasitos, pero hay que avanzar más y más rápido, empezando por nuestra Diócesis. Ahora es el momento. Una iglesia patriarcal ya no nos sirve.
Las mujeres estamos unidas, somos iglesia, no vamos contra ella y lo que queremos es que se nos reconozcan unos derechos que tenemos por el hecho de ser bautizadas.
Lo dicho: “Cuando sea posible, estoy disponible para ser vicaria, si soy elegida para ello. Y espero que tal posibilidad —ya existente en otras diócesis— sea real en la nuestra cuanto antes”.
Ibarrekolanda, Bilbao, 14 de diciembre de 2021
Ya lo dijo Alfonso Guerra(o no) “el que se mueve,no sale en la foto”.Lo peor es postularse…Y ya si eres mujer y en la iglesia apaga y vámonos…El Sínodo de marras no va arreglar este asunto…
Si me permite, Araceli, no aspire a ejercer de vicaria. Ejerza de vicaria pero extra chorum, fuera de las estructuras jurídicas a quienes lo único que al final importa es la obediencia y si puede ser perinde ac. cadaver (cuál cadaver sin cerebro ni corazón) mejor. En mi agitada y procelosa historia tuve tiempo de ejercer como vicario foráneo (arcipreste) en un territorio de mi diócesis de pertenencia. Disfruté de unos excelentes colegas, de un prelado inteligente y de una feligresía lo suficientemente heretica y descreída como para no preocuparse por nimiedades. Pese a todo le reitero lo dicho, ejerza pero desde sus comunidades.
Carísimo Antonio, he leído consternado su testimonio de abandono por la jerarquía. A lo largo de mi vida he conocido varios casos similares. En Gerona, le ocurrió lo mismo a un sacerdote que dedicó su vida a la Iglesia otros tantos decenios con entrega y desprendimiento. Se le quitó la clase de griego que daba en el colegio de los Maristas, por el mismo motivo que a usted, dejándolo a dos velas. A imagen de usted, no hizo asiento en él rencor alguno, sino que dirigía con unción y fervor los cantos de la misa dominical. Usted sigue en cuerpo y alma consagrado a la causa de Cristo. No importa que uno no comparta muchos planteamientos. No todos los jerarcas se comportaron igual. Tuve un colaborador antiguo jesuita, que había sido profesor de san Cugat y dictó incluso una apertura de curso en la facultad de Teología de Cataluña, san Paciano, que daba clases de filosofía en el Colegio San Ignacio, mientras se buscaba la vida, que fue cuando le contraté. Muchas religiosas se han quedado también a la intemperie cuando decidieron cambiar de vida. No lo atribuyo yo a la Iglesia, sino a unos eclesiásticos zopencos y despiadados. Luis García Ballester, a quien quizás usted conoció, me comentaba, entre manuscrito y manuscrito de Arnau de Vilanova, que una de las razones del despegue alemán del XIX se debía a la absorción de sacerdotes por la enseñanza pública tras su abandono del ministerio. Por eso hablo de gente zopenca y torpe, amén de ingrata .
Porque estoy hablando de unas declaraciones del Papa hablando en la televisión de lo malísimo que es el machismo y la violencia machista. En un canal que estaban emitiendo noticias. Como un gran apoyo a la mujer.
Y claro, entré en ebullición.
Siento no estar en el punto justo. Estoy pasada de vueltas. No una vuelta de tuerca más, no. Totalmente pasada de vueltas.
Gracias Antonio.
Pensaba que no lo ibais a entender. Aquí ha sufrido todo aquel que ha osado enfrentarse a la iglesia. Todos.
Pero todas las mujeres estamos marcadas por Eva. Es como la marca de Caín. Eso sí que es sistémico, muchísimo más que la pederastia que posiblemente sea una aberración de un siglo o dos. No lo sé. Lo de la mujer es desde el Génesis. Hay que ser mujer y del siglo XX en adelante para ser consciente de la tremenda injusticia que se ha hecho con nosotras. Porque es algo que hasta nosotras nos lo creíamos. Y muchas veces nos hemos sentido culpables por atrevernos a pensar de una manera diferente. Y nos hemos tenido que armar de valor para decir: cuidado, la constitución española dice que tenemos los mismos derechos. La frase ‘ no me hables, que nadie me hable de hombres y mujeres, háblame, habladme de personas’ , ha sido un mantra para mí. Durante muuuuuchos años. Porque me eduqué en una familia extraña donde los varones y las mujeres éramos iguales. Pero salí a la vida real. Eso me costó mi matrimonio. Ni segundas personas ni terceras ni cuartas. Hasta aquí, dije. Y nada de violencia física. En absoluto. Solamente porque soy una persona. Bueno, ni te puedes imaginar la de cosas que se dijeron de mi separación. Cómo una mujer, un ser inferior y con 57 años se va de su casa? Porque la lucha que hemos llevado las mujeres de mi generación nosotras lo sabemos. Y somos las que hemos propiciado que las manifestaciones del ocho de marzo sean multitudinarias. Eso lo sabemos nosotras.
Ahora bien. Solamente me falta el ver que un Papa en la actualidad se convierta en referente de defensa contra el maltrato a la mujer. Eso ya es el colmo. Por eso lo escribí. Con miedo, pero llevaba varios días que me quemaba . Porque hay cosas que por dignidad de ser mujer, no se pueden consentir, aunque me pase de la medida justa. O sea. Mire usted, empiece usted por decir que una mujer puede ser obispo si su valía personal lo demuestra. Y pida usted perdón, como hizo Juan Pablo II con Galileo en los años noventa. Y entonces hable de lo que quiera.
Pero claro, esa cabeza no puede ni siquiera entender lo que digo. Es imposible. La mujer es Algo diferente, hay que tratarla bien, no hay que maltratarla, no hay que matarla, son seres valiosos. Son obras de arte. Nos cuidan. Nos miman…
Por favor.
Por favor
Por favor.
Sabes qué pienso? Que se han dado cuenta de que este movimiento ya no hay quien lo pare, como con el tema del mantenimiento del planeta, ahora vamos a defender la causa de la mujer maltratada. Y habrá muuuuuchas personas que alaben lo que dice el Papa en este aspecto. Es muy evangélico. Estupendo, pues que legisle según el evangelio, ese es su trabajo.
Gracias. Pensaba que me la iba a cargar .
Veré la película.
Creo que el Papa Francisco necesita unas cuantas lecciones sobre feminismo a juzgar por las veces que mete la pata, como cuando dijo que “el feminismo termina siendo un machismo con faldas”
No dudo de sus buenas intenciones, pero sin información correcta, las buenas intenciones sirven para poco.
Pero esto le pasa a muchos hombres, que no se meten en la piel de una mujer para ver que no somos ni mejore ni peores que los hombres, con que nos respeten como iguales, es suficientes. Lo que comenta Ruth y el texto de lo que ha dicho el Papa, a mí me hiere, la Iglesia no es mujer, ni todo lo que le atribuye a las mujeres es siempre así. Cada cual es cada cual, sea hombre o mujer.
No necesitamos que nos ensalce como la obra maestra de la creación, somos humanas, ni más ni tampoco menos. Con que se nos considere personas y no nos discrimine esa madre-Iglesia, nos conformamos.
Queridos Mª Pilar y José Ignacio, gracias por vuestra apreciación de mi comentario; lo que digo son argumentos, primero, de sentido común, después y sobre todo, porque la igualdad es un derecho humano elemental.
Es cierto que los clérigos, únicos dueños y señores de saber la voluntad de Dios, siempre acuden a razones de una exégesis y una hermenéutica, interesada y errónea, en la interpretación de la Última Cena y el sacerdocio y los doce apóstoles y el que no había mujeres, etc. etc. No olvidemos que en las primeras comunidades estaban las mujeres presentes cuando se reunían en las casas para guardar la memoria de Jesús.
Volvamos al principio, los clérigos-hombres en la Iglesia se han adjudicado ser la médula espinal de la misma, de la que parte toda la verdad, incompatible con la verdad de otras personas tan personas como ellos, como somos las mujeres. Y para esto no hace falta ni acudir al evangelio ni a Dios, ni a la Declaración de los DDHH, es que los hombres y mujeres somos iguales en derechos y en dignidad, lo diga quien lo diga y lo niegue quien lo niegue. Y punto. No reconocer este principio, es una aberración de lo más grave de la humanidad.
¡Si Jesús levantase la cabeza!
No solo eso querida Ana; fue tan categórico ante el machismo reinante, que se quedaron sin respuesta…por esa razón…entre otras tan apremiantes como esta:
¡Lo mataron!
Los altos clérigos de esta iglesia (salvando a alguno de ellos) nada tienen que enseñar, sus vidas son todo lo contrario ha lo que Jesús proclamó.
Y no hay que entrar muy en profundidad en sus vidas…porque se las traen…es una vergüenza, no solo para la iglesia, sino como personas, son tan vergonzosas.
Gracias Ana una vez más, estoy completamente a tu lado.
Si
En su punto justo.
Sin más.
Gracias, Ana Rodrigo, la respuesta justa, en su punto justo. Sin vueltas.
Pues no lo debo de decir. Lo sé. Pero es que me revolvió el alma cuando su santidad el gran Papa Francisco se atrevió a hablar de la violencia contra la Mujer. Porque se ha sufrido muchisimo psicológicamente por la idea de la superioridad del varón sobre la mujer. Muchísimo. Os lo puedo asegurar. Muchísimo. La mujer debía acatar las ideas del varón en el santo matrimonio. Y esa idea ha hecho muchísimo, muchísimo daño a muchísimas mujeres. Porque se veía como algo normal, algo que se había que aceptar. Algo que los varones tenían clarísimo. Y no estoy hablando en este momento de la violencia física. ni de asesinatos machistas. Digo exactamente lo que estoy diciendo. La mujer ha sufrido muchísima violencia psicológica por parte del varón porque el varón incluso se creía en su derecho divino.
Y me revolvió el alma. Cómo se atreve?
¡Cuánta razón tienes, Carmen!
Y además el Papa dice que la Iglesia es mujer (??) y habló sobre el puesto de la mujer en la Iglesia. Se me revuelve aún más el alma.
Del texto de su homilía del 1 de enero:
“Las madres, las mujeres, no miran el mundo para explotarlo, sino para que tenga vida. Mirando con el corazón, logran mantener unidos los sueños y lo concreto, evitando las desviaciones del pragmatismo aséptico y de la abstracción. Y la Iglesia es madre, es madre de este modo, la Iglesia es mujer, es mujer de este modo. Por eso no podemos encontrar el lugar de la mujer en la Iglesia sin verla reflejada en este corazón de mujer-madre. Este es el puesto de la mujer en la Iglesia, el gran lugar, del que derivan otros más concretos, más secundarios. Pero la Iglesia es madre, la Iglesia es mujer.”
Estoy completamente de acuerdo contigo, Ruth y con Carmen a quien contestas reforzando. Cuando oí anteayer ese texto en la homilía de Farncisco se me revolvió todo. Aunque apoyo a Francisco, como decía hace poco, creo que hay que ser crítico también con él. Dije el otro día que la Iglesia no pude ser pobre ni el mismo Francsico la quiere pobre. Y digo hoy contigo que no puede presumir de ser mujer o tener entrañas de mujer, como a veces se dice. Todo lo contrario. La Iglesia de hoy es en todo caso madastra y de las crueles. Pero mejor, machista y castradora. Y que Francisco la ponga como mujer que acoge y une, es un sarcasmo que comprendo os hiera. Pero otros sufrimos a fondo y doy fe en primera persona, como cuando se me echó del trabajo de profesor en un Instituto, con35 años de trabajo para la Iglesia, solo porque había decidido casarme, sin ninguna indemnización. No solo vosotras sois las excluidas y maltratadas.
Y ya puestos, le digo algo a Carmen, que anda buscando cómo una persona y, además, cura puede llegar a esos crímenes de pederastia. A mí me imresionó una película chilena de Pablo Larrain que veo está ahora en Netflix y sobre la que Iglesia Viva publicó un artículo: El Club
En la sociedad hay abogadas, juezas, políticas, albañilas, investigadoras, arquitectas, es decir en esta sociedad las mujeres pueden acceder a hacer aquello para lo que estén preparadas y deseen, menos, acceder al clero, eso es sólo para hombres.
Yo no estoy disponible, al igual que no lo estoy para muchísimos quehaceres, pero aquí no hablamos de opciones particulares, hablamos de unas leyes injustas y discriminatorias. La mujeres discriminadas justamente donde se toman todas las decisiones de la Iglesia, desde los concilios, los dogmas, la “voluntad” de Dios, la teología ortodoxa, las normas morales, pasando por los ritos o el Derecho Canónico.
Es que, pensándolo seriamente, es una auténtica aberración contra los derechos humanos.
Pero, me temo que ni que lo diga la humanidad entera en el sínodo (ojo que el sínodo es de los obispos), esto se vaya a cambiar. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen y amén.
Totalmente de acuerdo contigo Ana.
Ni se me ocurriría optar por un puesto en esta…iglesia de varones vestidos de Prada…y ante de esta tontería que acabo de decir:
Apuntalo firmemente lo que has compartido en tu respuesta.
¡Gracias Ana! Nunca lo podría decir con tanto conocimiento y verdad.
“Yo, tampoco estoy dispuesta”.
Ni lo deseo, por las aberraciones he injusticias que las mujeres ham sufrido de esta iglesia.
Un abrazo entrañable.
Gracias querida Ana.
Tienes toda la razón.
Temo como tú que esto no lo va a resolver este sínodo. Pero más importante que se van dando pasicos arriba es que el clamor sea tan insoportable que con este u otro papa la Iglesia se ve forzada a cambiar. Por eso, en la medida de lo posible, yo animaría a no irse sino a multiplicar gestos como este de las comunidades cristianas de Vizcaya…
Si es lo que deseas, adelante. No por el hecho de ser mujer se deben cerrar puertas. Estoy segura de que lo harás fenomenal.
Suerte.
Me alegra saber que en España también se está acogiendo con entusiasmo la propuesta de sinodalidad presentada por el Papa. Veo en este mensaje una propuesta concreta, realista y viable para la reforma de la Iglesia. Hay suficientes razones para propopner que las mujeres sean reconocidas como obispos, pero no sería viable en estos momentos. ¡Que cunda este este ejemplo!