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Cartas al director que no deberían morir en la papelera

De vez en cuando y como complemento a su activismo de pancartas en la calle, recibo las cartas al director de Martín. No tenemos en ATRIO esta sección. Pero Martín sabe que, por mi parte, sus escritos no van a la papelera sino que me llegan como dardos al pensamiento y el corazón. Martín es un profeta que revela verdades ocultadas. Por eso quiero, de vez en cuando, comunicarlos a los atrieros, a ver si a alguien también le hieren y quieren comentarlas. AD.

El Partido de los Poderosos y los Papas

Si se le pregunta cuál es el partido de los ricos, es decir -máxime en un sistema capitalista- también el de los poderosos (PP), ningún español dejará de afirmar que es el tan falsamente -pues son muy pocos- auto apellidado “Partido Popular” Y si se le pregunta cuál es el de los católicos, contestará que lo es el mismo PP. No puede estar más claro, -basta ver las Bienaventuranzas- que esos católicos son exactamente lo contrario de los seguidores de Jesús, los cristianos. En vano un sacerdote de buena fe, muy ingenuo, el P. Plus, se preguntaba en el mismo título de su libro “Católicos, ¿somos cristianos?”.  Estos, no.

Por supuesto, el catolicismo, inventado por Constantino y Teodosio, ha tenido que utilizar también, el freno tras su acelerador. A un Papa suyo, católico, ha tenido que suceder otro que parezca cristiano, como intenta parecer, tras el inquisidor Ratzinger, el actual jesuita Bergoglio y, en sus días, Juan XXIII (“el Papa bueno”, como le llamaban en Roma) o antes León XIII, el de la “Rerum novarum”.

A los Papas que han frenado algo los abusos, los ricos más miopes les han tachado de comunistas. ¡Qué locura! El mismo Jesús, excepto el día que echó a latigazos a los mercaderes del templo, no empleó nunca la violencia, como sí Lenin o Mao; incluso la repudió y se dejó matar como mártir, viviendo muy perseguidos y escondidos en catacumbas durante tres siglos sus verdaderos discípulos. Sólo los más tontos se alarman hoy del “comunismo” blando y pasajero que ha de simular Francisco -con ayuda de los aplausos de no pocos “tontos útiles”- para mantener un sistema tan engañoso como, por eso mismo, tan eficaz, durante casi dos milenios.

15-12-2021

 

Derechos humanos en el Vaticano

Un año más, en su día específico, conviene reflexionar sobre nuestros principales derechos, los humanos. En España, la posición del papado, guía todavía -su proporción desciende con rapidez- de la mayoría de los católicos, aún casi el 60% de la población.

Antes que el “vice-papa” Bercciu, despedido por corrupción económica, y que el anterior, dimitido por tema sexual, vino a España el “vice-papa” Bertone, que tuvo el valor de echarnos un sermón sobre cómo debían respetarse los derechos humanos en España. La verdad es que él mismo, menudo ejemplar, empleó el dinero de un hospital para niños para hacerse un lujoso ático.  Sus cargos ya indican que no se trata de individuos ni hechos marginales, anecdóticos.

En efecto. A escala global, el Vaticano sólo ha firmado tres (3) de los 18 tratados internacionales sobre Derechos Humanos de las NN UU, negándose a hacerlo con los que defienden a las mujeres, trabajadores, etc. “Consejos vendo, que yo no quiero”.

“Médico, cúrate a ti mismo”, antes de venir a salvarnos, es lo menos que puede decirle al papado cualquier persona sensata y decente. Y a los católicos de aquí, pedirles que por una mínima coherencia y no perjudicarnos a todos, que recen si quieren para que se realice el milagro de que se convierta, pero también que actúen eficazmente para solucionar ese enorme y continuo escándalo. “A Dios rogando y con el mazo dando”.

10-12-2021

 

Teología no Inmaculada         

La devoción de Pío IX a una imagen de María Inmaculada, así como la presión del cardenal Lambruschini, que decía que sólo proclamarla dogma curaría al mundo del naturalismo, llevaron a ese Papa a declararlo dogma en 1854, como cuatro años antes proclamó la infalibilidad papal sobre cualquier Concilio.

Cuando yo me licencié en teología en la P. U. Gregoriana de Roma, poco después de proclamarse por Pío XII en 1950 otro dogma, su Asunción en cuerpo y alma al cielo, se nos enseñaba que ambos dogmas eran quizá los únicos ejemplos de infalibilidad papal. Pero lo de la “ascensión en cuerpo” ha quedado en entredicho cuando otro papa ha afirmado que el cielo (y el infierno) es un estado de ánimo. Y lo de María Inmaculada ha perdido sentido al sostener ahora que lo del “pecado original” (concepción injusta e insensata, que ha servido de apoyo para tantos déspotas para esclavizar a su pueblo, por ser malo) es sólo “una opinión teológica”.

En perfecta carambola, ambas cuestiones hacen también caer por su base lo de la “infalibilidad pontificia”, concepción no menos tiránica, como objetaba ya Lord Acton. En realidad, el mismo nombre de la Iglesia indica precisamente el carácter no dictatorial, sino colectivo, que debería prevalecer en su institución, cuya colectividad, en Roma como en todas partes, era en el cristianismo original, genuino, la que elegía al Obispo de Roma, el Papa. Vamos, que la teología, de cuyo título entonces tanto me preciaba, estaba lejos de ser inmaculada, definitiva, infalible, como ingenuamente creíamos entonces y no pocos incluso ahora, en pleno siglo XXI; y que el cristianismo auténtico era democrático, no despótico, como el hoy estructuralmente imperante.

7-12-2021

 

El Papa Rey y Jesús Rey

El Papa es rey, y rey absoluto como ninguno, aunque ahora sólo de un minúsculo Estado que le regaló, por pura conveniencia propia, para afianzar su fascismo, su creador, Mussolini. También es un hecho indiscutible que en los Evangelios Jesús se proclamó Rey y mandó más cosas, algunas antinaturales, de las que ningún dictador se atrevió nunca a obligar; y que, al que quebrantara cualquiera de ellas le amenazó con castigos peores que ni el más sádico tirano pudo imaginar.

Todo eso lo hizo Jesús “porque me llamo león”, digo, dios, hijo del dios Yahvé, que mandó muchas veces asesinar a hombres, mujeres y niños para vaciar “la tierra prometida” por él a su “pueblo elegido”, como siguen haciendo fielmente hoy los judíos con los palestinos. Claro que las amenazas de Jesús eran “sólo” para lo otra vida, eterna; pero el que cree en ello pasa toda su vida terrenal, aunque sea inconscientemente, si no es un inconsciente, por un temor, tan profundo como su fe, a sufrir esa espantosa condena.

Intentando en vano tapar la base del poder tan rápidamente decadente de su religión, pues incluso en España ya ni una de cada cinco personas creen en esa atroz pesadilla infernal, ese cruelísimo terrorismo mental, -y por tanto total-, el Papa acaba de afirmar nada menos “Cristo no quiere en tono a sí servilismo, sino gente libre”. Su Reino “es liberador, no tiene nada de opresivo”. “Cristo no quiere en torno a sí servilismo, sino gente libre”.

Yo he sido también jesuita, aunque no terminara esa profesión. Y argentino, aunque nacionalizado. Y, lo que más cuenta aquí, licenciado en Teología también en la U. Gregoriana (no sé qué notas sacó él). Pero no puedo menos que denunciar con todas mis fuerzas que, a estas alturas, se intente falsificar hasta tal punto los hechos para seguir torturando tan ferozmente la mente y vida entera, hasta su último suspiro, a tantos millones de personas, incluidas muchas de las que más quiero.

22-11-2021

5 comentarios

  • Respuesta a los comentarios a Martín Sagrera.

     

    Agradezco, como es natural, a quienes se han interesado en enriquecerme con sus comentarios. Por supuesto, a mis 86 años, y siempre en el mismo sentido fundamental, aunque con instrumentos ideológicos distintos en mis deseos de una máxima -aunque siempre subjetiva, claro está- eficacia, no pocas veces tengo la sensación, máxime en mi propio país de predicar en el desierto (aunque todavía no me hayan cortado la cabeza como a uno ni crucificado como a otro, pero hay cosas que por ahí, por ahí…, como voy recopilando en http://www.mimejor.info ). Sueño a veces con la gota que al final orada la  piedra. Otras -incluso anticipando lo que nos va a mostrar en unos meses el nuevo telescopio astronómico- sonrío ante la pequeñez de lo que puedo hacer en la infinita pequeñez de lo que todos juntos somos. Y lo que dependen nuestros pensamientos de nuestros genes y mil otras circunstancias, incluyendo nuestros sueños, comidas y ese tiempo atmosférico que santa Teresita apuntaba que Dios armonizaba con los estados de ánimo que la embargaban (¡ya hay que ser optimista, por decir lo menos, ya que los franceses que la circundaban quizá dirían algo más fuerte!).

    A la objeción de que no hay que poner en peligro, por criticar, los valores positivos, creo que, salvo error ortográfico o sintáctico, mis críticas se centran en denunciar lo contrario: el no cumplir con los valores cristianos o los derechos humanos. Al menos aquí, hasta ahora. La nueva e importante abertura de ATRIO al pensamiento ateo  me invita a analizar quizás en un futuro las diferencias entre ambos, tema, por supuesto, más delicado que la sencilla, aunque importante crítica, aunque escueza mucho a los implicados y a sus seguidores, criticar a quienes, con una repercusión social importante, se desvían mucho de las normas que profesionalmente predican a los demás.

    A todos los de buena voluntad, felices fiestas.  Y a los demás, que procuren serlo, para gozar también mejor de esos breves instantes que constituyen esta nuestra vida.

  • carmen

    No sabe usted cómo le entiendo.

    Ni se puede imaginar las cartas que he escrito a todo tipo de lugares y han acabado en la papelera. O directamente en un spam. Si le hago una lista, se troncha.

    Pero sabe qué? Usted lo ha dicho. El que le escuchen no depende de usted. Depende de la soberbia del otro.

    Un abrazo fuerte

  • Gonzalo Haya

    Afortunadamente vivimos tiempos de deconstrucción, no de derribo. Creo que estos “dardos” pueden estimularnos a los que estamos cómodamente adormecidos, pero pueden acabar con el poco idealismo que les queda a muchos. Lamento que este Papa sea más apreciado por los no creyentes, que ven su lado positivo, que por los católicos tanto de derecha como de izquierda. Yolanda Díaz se ha mostrado fascinada con la visita al Papa (aunque haya que aplicarle el descuento de la conveniencia política). Hemos recibido muchos valores en vasijas de barro; no creo que haya que romper las vasijas sin trasvasar los valores que contienen.

  • Julián Díaz Lucio

     
    La Inmaculada: Desde que descubrí la existencia de los mitos en los primeros capítulos del Génesis, y la inexistencia del llamado pecado original, el dogma  de la inmaculada concepción de María, carece de sentido.  Por tanto esa fiesta me parece inútil y contraproducente de sentido. Es hacerle creer a la gente algo que no existió históricamente.
    Y a partir de ahí, habría  que revisar el bautismo de los niños. Si el pecado original no existió, no hay que bautizarlo para limpiarlos de tal pecado, absurdamente heredado. Y quizás habría que preguntarse la conveniencia o no de bautizar a los niños; o hacerlo con otras premisas y preparaciones.
    Digamos lo mismo con lo de la Asunción en cuerpo y alma a los cielos, declarado también como dogma. Se tendría que dar, también  oficialmente, otra explicación. Si se afirma que María está ya plenamente en Dios, como creemos vamos a estar los que nos decimos creyentes, no hay que afirmar que subió nada menos que en cuerpo y alma, no sabemos si con zapatillas o sin ellas.
    Estas afirmaciones teológicas, como otras muchas, creo que son las que hay que revisar y actualizar. Es lo que Torres Queiruga está intentando hacer. Que todo se haga sin traumas y sin condenas. Esperemos

  • ana rodrigo

    Sí señor, se puede decir más alto pero no más claro. Buenas píldoras para desintoxicarnos de tantas maneras de perder el tiempo en tonterías, por decirlo suavemente. Hay que hacer tanta limpieza en cuestiones dogmáticas, que el día que la Iglesia-religión-Institución se lo proponga seriamente, aparecerá el Evangelio, como dice Castillo en su libro “El evangelio marginado”.