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Carta de un sacerdote en activo que se declara no creyente

Con esta carta del sacerdote oblato canadiense Bernard Manard que se declara no creyente, quiero cerar el 2021 de ATRIO, pues simboliza toda nuestra cuestión sobre si hay que liberarse del teísmo e incluso de considerar a Dios como Abba con Jesús. Recibí la carta antes de verla publicada y me resistía a hacerlo. Ahora me la envía Gonzalo Haya diciendo “Suscribo plenamente la declaración de este sacerdote”. Y como para mí lo que dice Gonzalo va a misa, pues ahí está. Pero desearía que me explicara Gonzalo cómo puede declararse ese hermano no creyente, si se mantiene como sacerdote oblato para hacer la obra de Jesús y revolucionar su orden y su Iglesia. Veo poca creencia (fides quae tradicional y sacral de relatos y doctrinas) y tal vez mucha FE en la persona viviente de Jesús que le ha mantenido y mantiene en su Iglesia (fides qua de adhesión a la perona de Jesús y al verdadero Dios que Él nos revela). ¿Por qué no resaltar esto último en el titular de su carta? AD.

La historia de la Nochebuena es un cuento maravilloso para los niños.

Pero no suena muy serio cuando eres un adulto que tiene todas sus necesidades cubiertas, con una cómoda reserva en el banco. La mayoría de los adolescentes ya no lo creen, ocupados como están con los descubrimientos tecnológicos y la magia de las redes sociales. Ya no tienen tiempo que perder historietas de sus abuelas y rituales rutinarios en los que no PASA nada emocionante. Quiero compartir un secreto con ustedes, no se lo digan a nadie: soy un no creyente, como el 49% de los quebequenses, según una encuesta reciente. Yo tampoco creo en el dios en el que esta gente ya no cree. Desde hace bastante tiempo.

Un dios que lo controla todo… para quienes tratamos de apaciguarnos cuando pasa una tormenta o una ola de calor. Un dios que es todopoderoso, excepto para evitar que ciertos sacerdotes o entrenadores deportivos abusen sexualmente de los niños. Una religión que priva a las parejas del derecho a decidir por sí mismas lo que es apropiado en su vida íntima, según su situación concreta o su orientación sexual.

Una religión que sustituye la libertad de conciencia y la responsabilidad personal por el miedo a la condenación, es una invención humana alienante. A esto se opuso tenazmente Jesús, que fue torturado y condenado a muerte por ello. Como tantos defensores de los derechos humanos y de la libertad en nuestro tiempo.

Un día, un sobrino mío, al que admiro por su franqueza y su experiencia vital, me desafió: “¡Márchate de la Iglesia, ese antro podrido!”.

¿POR QUÉ ENTONCES SIGO SIENDO SACERDOTE Y OBLATO?

Ciertamente, no porque la Iglesia esté libre de pecado. Tampoco porque los oblatos no hayan cometido errores graves. Aborrezco la búsqueda del prestigio y la pompa que ha marcado a nuestros prelados desde que el emperador Constantino se hizo cristiano (en el año 313) y la Iglesia adoptó los adornos y las formas de vida del Imperio Romano. Con trajes suntuosos y títulos de Reverendo, Eminencia, para marcar que están por encima del mundo ordinario y que sólo ellos tienen toda la verdad.

Entonces, ¿por qué sigo en esta institución?

Por el escándalo que provocó un tal Jesús de Nazaret al comer con personas mal vistas y despreciadas por los dirigentes religiosos de su tiempo. O curando a los lisiados en un día en que esto no estaba permitido por la Ley. El que denunció las asfixiantes prescripciones de la tradición judía, proclamando: “Sólo hay un mandamiento: Ama a tu Dios y a tu prójimo con todo tu corazón“. ¿Te imaginas el escándalo que provocó? Tanto es así que lo masacraron, para silenciarlo.

¿POR QUÉ ME QUEDO EN ESTA ÉPOCA?

Por la revolución que Francisco ha iniciado en la fortaleza de Roma y que intenta provocar en toda la Iglesia. ¿Sabes lo que ha emprendido? Reformas que no esperaba ver antes de estirar la pata. Está sacudiendo la jaula de los privilegios y del elitismo, para devolvernos a lo esencial del Evangelio: la sencillez de vida, la aceptación de las diferencias, el amor perdonador, el servicio a los más frágiles. Insiste en que salgamos de nuestra burbuja. Pone el ejemplo de la audacia de ir al corazón de los conflictos, yendo al encuentro de los excluidos de todo tipo. Y sus dos principales escritos son un llamamiento a salvaguardar nuestra “casa común”, el planeta, y a transformar nuestro actual sistema socioeconómico en una solidaridad fraternal entre los pueblos ricos y los desposeídos. Su primer texto, sobre ecología, fue aclamado por David Suzuki, experto internacional, no creyente, como un gran regalo para toda la humanidad.

¿FUNCIONARÁ SU REFORMA DE ACTITUDES Y ESTRUCTURAS?

No debemos depositar nuestras esperanzas en toda la institución: la resistencia es fuerte, incluso dentro del club de los Cardenales. Para tener éxito, una revolución, incluso la evangélica, debe producirse primero en la base. Eso significa tú y yo. Incluyendo a las generaciones más jóvenes en lo que les interesa. En la historia del mundo, a menudo han sido adolescentes sin medios poderosos los que han provocado grandes cambios. Piensa en David y su honda para derrotar a Goliat. María de Nazaret y su bebé en un pesebre. Juana de Arco liderando el ejército francés a caballo. En Malala, que a sus 14 años lucha por el derecho de las niñas y mujeres de Pakistán a ir a la escuela. En Greta que pide a los líderes de las naciones que salven el planeta. Esperamos a los jóvenes en la iglesia para embellecer la imagen de nuestras celebraciones: nos esperan en las calles para caminar y gritar con ellos nuestra indignación por todo lo que abisma a nuestros hermanos de humanidad.

¿POR QUÉ SIGO ACTIVO?

Para hacer mi pequeña contribución a la curación de las heridas del pasado y al nacimiento de un mundo verdaderamente nuevo en el que aprendamos a respetarnos, a perdonarnos a nosotros mismos y a los demás, a establecer la solidaridad con los grupos de base de otros países. Y sobre todo, dejar de poner nuestro futuro y nuestra seguridad en la acumulación de dinero más allá de lo necesario. Saborea la libertad y la profunda felicidad que sólo puede dar una sólida amistad.

¿Un ingenuo este viejo? Lo sería si no hubiera visto ya venir este mundo. Juzgue usted mismo:

  • Cuando los padres se trasladan de una ciudad a otra para garantizar mejores servicios para su hijo discapacitado…
  • Cuando cuidas a un familiar o vecino debilitado por la edad o la enfermedad…
  • Cuando compartes tu tiempo o tu dinero para dar regalos a los niños, medicinas o alimentos a los beneficiarios de la asistencia social o a los refugiados…
  • Cuando has interrumpido tu horario de trabajo o de ocio para visitar a alguien que está terriblemente solo o deprimido…
  • Cuando haces las tareas domésticas y tu presencia hace feliz a todo el mundo…
  • Cuando has votado al candidato más preocupado por la justicia y la equidad para con las mujeres…
  • Cuando los misioneros renuncian a sus comodidades para estar cerca de las comunidades indígenas, hablar y codificar sus lenguas para que no se pierdan…
  • Cuando tres millones de quebequenses realizan algún tipo de trabajo voluntario durante el año…

Cuando pasan estas cosas, puedes decir si quieres que no crees en Dios, no es tan importante. Lo que importa es que al hacer esas cosas, estás actuando como Él, y que Él cree en ti. Y para mí, tú eres una de las razones por las que sigo soñando con un mundo que se vea bien y que prepare la llegada en nuestro tiempo del Niño del pesebre, el que nos enseña a abrir los brazos. Quizás estés más cerca de lo que crees del verdadero Dios que ama todo lo que ha creado.

Puedes confiar en este Hombre que se hizo cercano a los marginados, a los rechazados, que llegó hasta el final de su amor dando su vida, y que cruzó el muro de la muerte para abrirnos un paso hacia lo desconocido de la eternidad.

La pandemia y todas las catástrofes actuales de la naturaleza son una señal de que no podemos seguir perpetuando el abuso masivo del planeta y las desigualdades sociales entre naciones.

O cambiamos o morimos.

Que 2022 nos ponga en camino. Y si es Dios con quien quieres caminar, asegúrate de que es el correcto. El buen Dios.

Que tengas una buena noche de Navidad. Un año fructífero.

Bernard MÉNARD, OMI, diciembre 2021 Sacerdote de la Comunidad de los Misioneros Oblatos de María Immaculada, del Sanctuaire de Notre-Dame-du Cap, Trois Rivières, CANADA

11 comentarios

  • ana rodrigo

    Respecto al titular de la carta, no sabemos quién lo ha puesto, en RD ponía como subtítulo:“Francisco está sacudiendo la jaula de los privilegios” Y creo que aquí está la pista de la increencia del autor, es decir, no creyente en una institución medieval, con monarquía absoluta incluida, privilegios, poder, boato, riqueza, etc., y mucho déficit evangélico. Éste es el problema fundamental de la Iglesia Católica. En pleno siglo XXI, en una sociedad racional y madura, es difícil creer ciertos aspectos de la fe, porque es la propia Institución la que margina y oculta el mensaje evangélico debajo de un ser y estar en el mundo que tuvieron su papel en otro momento y en otro contexto, pero hoy no.
    Antonio, dices que esta cuestión -debate que nos traemos en atrio es más del 2021 que del 2022, y yo pienso lo contrario, el debate no ha hecho más que empezar, porque, como tú dices “está por distinguir lo que yo técnicamente distingo entra fides quae (enunciados e imaginarios, contenidos o normas de fe), y Fides qua (el acto interior con el que se apuesta por la última verdad real en sí, aunque no pueda ser conceptualizada, entendida o comunicada con imágenes y palabras)” Casi ná… Queda mucha “limpieza” por hacer. Y no lo digo yo como una ocurrencia, el Vaticano II dijo que la iglesia ocultaba el rostro de Jesús, y ahí se quedó una afirmación tan rotunda y fundamental.

  • El Misterio es como un Océano inmensamente inabarcable. Hay humanos que se acercan al agua de este Océano y solo se mojan los pies y hay quienes no “creen en la existencia del Océano”. Creo que no creer en la existencia del Misterio-Océano es una solemne estupidez. ¿Existe o no existe lo que no abarcamos a captar con nuestro entendimiento?

    Creo sinceramente que no creer en el Misterio se asocia a no creer en el Dios bíblico y de la religión. y esa cuestión, usando terminología de J. M. Vigil. “Son otros 500 pesos”. Es otra cosa a tratar el porque unos creen en “Dios” y otros no creen en “Dios”. Para unos y para otros el Misterio es un “Dios” personal, una visión errada a todas luces. Porque no podemos definir, aquello que desconocemos porque sobrepasa nuestro entendimiento. Podemos si, sentir la vibración sutil del Universo en nuestro interior. Y las evidencias nos plasman ante nuestros ojos que la ley Universal es la del gana-gana luego la ley del amor. Y no hay condiciones de aceptación o rechazo por parte del Misterio a quien salga del error y se ajuste a las coordenadas universales. Luego tenemos amor incondicional.
    De un montón de estiércol nacen las flores y estas flores se convierten en detritus de nuevo. Todo esta relacionado en el Universo y todo es circular. Y la Vida de que formamos parte, nos ama.

    La evolución psicológica humana primero tuvo dioses y siguió evolucionando y lo centro todo en un Dios, pero es un constructo humano fruto de una necesidad consecuencia de sentirnos pequeños e insignificantes que nos imaginamos un Dios todopoderoso al que llorarle y que nos protegiera. Pero ese es una modo primario todavía de relacionarse con el Misterio. Nuestro Ser, cuerpo, alma y espíritu es como un violín. si somos capaces de afinarlo de acuerdo a las leyes del Kosmos (con K) tendremos seguro ventura y abundancia en nuestra vida. somos cocreadores con el Misterio. Tenemos capacidades inimaginables, falta que afinar el violín… A mas sutilidad mas felicidad cosecharemos.

    Según lo entiendo este que describo es “el plan divino”. A partir de ahí, cada cual se puede posicionar, si quiere… pero “Iglesia” es toda la humanidad y con toda probabilidad otras “humanidades”. Varia mucho la cosa, de darse un baño de pies, a nadar por el Océano…

    (Tengo “munición” que no gasto, contra la macro secta cristiana, ya me cansa…
    Además, se del portal “abierto” donde estoy escribiendo. no se por cuanto tiempo…)

  • carmen

    Ya
    Pero como la carta es de un sacerdote…
    Además, puedo decir lo que pienso lo que no sé es si ellos pueden. Antes no podían. A lo mejor ahora sí. Sería estupendo.
    Son como el último escalón, el de abajo , de la jerarquía eclesiástica. Creo que se deberían tener muy muy en cuenta. Porque son los que están más en contacto con la realidad. Y cualquier cambio, pienso, creo, opino que para que se realice hay que contar con las bases.

    Hay quien piensa que la base son los laicos. No lo tengo tan claro. Es más. Creo que importamos entre poco y nada. Solamente interesamos como número. Pero problema de número no creo que haya.En Europa se está yendo la gente de las iglesias, pero están entrando en África. El número no va a ser un problema. Además, ya ha dicho su santidad el Papa Francisco I a sus fieles que no hay que ser egoístas y hay que tener hijos. Cosa que en determinados sectores de fieles de la iglesia lo llevan haciendo hace tiempo. Décadas.

    Para mí el cambio es otra historia. Creo que sí de entrada no te echan hacia atrás con ideas imposibles, quizás entonces haya una posibilidad de renovación en la iglesia. Es sencillamente mi opinión. Sin más.

  • carmen

    El año 2011 fue duro para mí y me fui en verano con mi hermana a Talavera. Mi cuñado al ver los jaleos que me llevaba con este tema me dió el número de teléfono de un párroco de allí. Quizás para tenerme entretenida un rato. Y lo llamé. Estaba recuperándose de una cirugía, en su casa. Le dije que si podía ir a hablar un ratito con él. Por lo visto estaba aburrido y dijo que sí.

    Resultó ser un señor de unos 70 años. Bueno, o sea, bueno y bueno. Vaya un señor maravilloso. Nada de cura obrero, por lo menos cuando hablé con él, no sé antes. Pero un señor dedicado a la gente con problemas. Se metió en jaleos de esos de construcción de viviendas sociales y tal. La gente lo adora. Bueno, supongo que no todos.

    Una delicia escucharlo. Fue una especie de entrevista, le hacía preguntas y él contestaba. Pero como que se metía dentro de él mismo para contestar. No sé si me explico. A veces mi persona como que desaparecía de su presencia.

    Pues estoy segura de que hay millones de sacerdotes como él. Otra cosa es que lo que piensan lo digan abiertamente en sus homilías.

    Sé lo que digo. No sé si me entienden.

    Un error? De ninguna de las maneras. Y el día en que parte de la gente joven que se dedica a esto del sacerdocio y tal, cuando empiecen a perder el miedo a hablar, entonces empezará el proceso de cambio en la iglesia. Porque ellos son los que están en contacto con la gente.

    Pero necesitan como una especie de cuerpo teológico para ordenar ideas. Quien crea que lo dicho hasta ahora y continuamente utilizar la palabra Fe, que aún no he conseguido saber en qué consiste,  es lo correcto, pues adelante. No tiene problema alguno. Pero no me van a quitar la esperanza en que alguna vez la estructura de la iglesia católica cambie. Y no haya que hacer encaje de bolillos para decir lo que en realidad se piensa en lo que antes se llamaba púlpito. Esa esperanza no la voy a perder , porque no tendré Fe, pero esperanza en que todo pueda ser de otra manera, respetando las ideas de todos, esa sí la tengo. Habia por ahí un libro no muy grande que se llama  , yo creo en la esperanza. De un jesuita que se decía a él mismo que era un jesuita sin papeles, por lo visto le invitaron a dejar la compañía.

    Porque mi Jesús imaginario tendía la mano a todos. El oficial, pues no sé.

    Y eso pienso

     

    • mª pilar

      Carmen, este camino que comentas, no es exclusivo de personal del clero, este…sin las personas que siguen esta manera de vivir, ser, y optar…no llegarían muy lejos.

  • carmen

    Es que es muy hermoso el poder decir lo que se piensa. Muy, muy, muy hermoso.

    No hay que compartirlo todo, entre otras cosas porque es imposible.

    Y ya está.

    Vaya un concierto de Año Nuevo más precioooooosoooo.

     

  • Antonio Duato

    Leo estos últimos comentarios mientras oigo al Papa comentando la fiesta de hoy antes del Angelus. Está diciendo el papa lo mismo que los no-teístas: Dios no es el que está allá en lo alto para juzgarnos, es el niño pequeño que nos mueve a amarlo en cada niño y cada necesitado…

    Insistir en titular y en el cuerpo del texto que uno no es creyente, como la mayor parte ya de la católica Quebec, es una estrategia equivocada que sería esta: lo que hay que hacer es sostener la incredulidad de quienes han abandonando la fe y la iglesia en vez de destapar la falta de fe cristiana verdadera de muchos cardenales, obispos y religiosos que con su actuación sí demuestran que no son creyentes de verdad aunque tengas a Dios en siempre en su boca.

    Mi estrategia y la que espero seguir promoviendo en ATRIO es la contraria a la del “no-teímo”: denunciar la falta de fe cristiana de muchos clérigos y católicos de toda la vida, atados a unas formulaciones e imaginarios conservadores y animar a todos a su fe tradicional y poco depurada, para que se muestre en obras de amor y solidaridad de verdad con todos los seres humanos, sobre todo los más desvalidos. Y, fortaleciendo el seguimiento de Jesús, colaborar con creyentes de otras religiones, ateos, agnósticos en construir un mundo en paz y justicia.

    Y un buen guía para reeducar la fe de los católicos es el papa Francisco, cuyas homilías de estos días he seguido siempre, aunque a veces pueda disentir en algunas doctrinas secundarias (realismo al hablar del demonio, por ejemplo, o restos de sacralismo y machismo).

    El resaltar esa carta del seguramente buen hombre que es Menard creo que proviene intencionadamente de aquellos a quienes les gustaría estar ya en ese posteismo de la nueva época axial arreligiosa, sin segur en la tarea de ir depurando la fe cristiana de imaginarios y rigidismos doctrinales y morales del pasado.

    • Antonio Duato

      Con este comentario, explico mi entradilla y lo que han comentado Gonzalo y Carmen ya. Sigo pensando que en esta custión-debate (más del 2021 que del 2022, espero) está por distinguir lo que yo técnicamente distingo entra fides quae (enunciados e imaginarios, contenidos o normas de fe), y Fides qua (el acto interior con el que se apuesta por la última verdad real en sí, aunque no pueda ser conceptualizada, entendida o comunicada con imágenes y palabras)

    • mª pilar

      Hola muy querido y respetado Antonio:

      ¿Por que le pides ha este hombre mas confesión de la que encierra toda su carta?

      Personalmente lo: Subrayo plenamente.

      Y añado como pregunta, con todas las precauciones:

      Y…¿Si las iglesias que han crecido en el poder, la riqueza, la pompa, y todos los males que de ello se derivan, son responsables de ha donde nos ha llevado todo esto?

      Religiones que convierten a las personas en “enanos mentales” incapaces de luchar por sus derechos porque un “dios” todopoderoso nos castigara…¿más aun? Sobre todo ha las personas siempre perseguidas, esclavizadas sin posibilidad de salir adelante?.. y hacen de los “listillos” que las siguen, porque son llevadas sin ningún compromiso real, y solo alimentan todo el poder que las dan sus poderes, sus riquezas, y todos los derivados que  ellas conllevan.

      Me confieso: ¡Creyente!

      En la Palabra-obra y vida que nos dejo:

      ¡Jesús el Galileo!

      Él sabía que no todas las personas lo comprenderían, como también sabia, que esa semilla era dadora de “Vida verdadera” y sería escuchada y puesta en marcha quizá en minoría…pero todo puede cambiar…y si no sucede, porque, el reinado del poder y la riqueza están triunfando por encima de la justicia y la verdad. Copio:

      ¿POR QUÉ SIGO ACTIVO?

      Y nos muestras las razones que apuntalan su seguir adelante y le acompaño en ese devenir.

      Copio:

      ¿FUNCIONARÁ SU REFORMA DE ACTITUDES Y ESTRUCTURAS?

      Quizá nuestra iglesia no cambie, dada la edad del papa y todo lo que tiene en contra, y la reforma que quiere llevar ha cavo; o quizá, parte de esta humanidad, termine por abandonarla y dejarla morir en sus “glorias” y pueda entonces nacer una nueva manera de caminar; que sea capaz de aglutinar personas de corazón noble con diferentes maneras de mirar, ser, pero que actúan defendiendo el mismo criterio de justicia, igualdad, respeto a cada ser vivo y sus derechos.

      Sé, que hay algo en lo más profundo de mis entrañas, que se me ha regalado, y no deja de impulsarme hacia esa “mirada” de Jesús que me cautivo desde muy niña ¿por qué a esta personilla insignificante?

      ¡No lo se! y ahí sigue, descubriéndome nuevos caminos, maneras de ser, pensar y actuar. Y en esa…¿llamada-propuesta-vida?.. estoy asentada llena de gran paz, sin esperar “cosas” que nadie conoce, ni sabe, ni experimenta. Personalmente soy fiel y totalmente abandonada, porque siento en mí, su fidelidad, acogida a pesar de ser como soy, y siempre sigue a mi lado, con una fuerza que no puedo obviar.

      Un abrazo entrañable Antonio y siempre, siempre, agradecido ha este Atrio que tanto me ha regalado.

  • carmen

    Exactamente.
    Cada uno cree en el Dios que su cabeza le deja. No se puede forzar a nadie a que acepte cosas que le resultan inaceptables, porque sencillamente, se abre . Y pierden lo esencial que es, bueno, es ese tema Salvador Santos es un maestro

    Probablemente el señor del Artículo lo que ha decidido es aprovechar la estructura de la iglesia para echar una mano a los que lo necesitan. No va de teølogo. Va de : bueno, vale, pero …esto es lo importante.
    Además creo que así hay muchísimos sacerdotes, muchísimos. Otra cosa es que lo digan .

  • Gonzalo Haya

    Me siento identificado con este artículo de Ménard. Es verdad que el título en que se declara no creyente es un título publicitario y ambiguo, que juega con la omisión del contenido del verbo creer. No creyente ¿en qué? ¿en ese constructo dios que ahora llaman Theos? Sin embargo esta ambigüedad tiene fuerza porque realmente, a primera vista, ese título parece referirse al dios del ojo en medio del triángulo que nos han inculcado. Ménard, y muchos de nosotros, no creemos en ese constructo humano, del que se ha valido excesivamente toda una institución religioso social. Sí creemos en un Dios Misterio (Deus absconditus) que se concreta en el amor desinteresado a todo ser humano y a toda la creación.