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Andrés Ortiz-Osés testimonió en defensa de la ley de eutanasia en su final

En ATRIO asistimos todos a la entereza con que Andrés afrontó la vida de lo que sabía eran sus últimos meses y semanas. Hoy en El País publican unas declaraciones suyas hechas poco antes de morir al presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) de Aragón. Recordando todos los aforismos y articulillos que nos regaló (88 publicaciones, en los dos últimos años de su vida) invito a todos a leer el artículo de Pablo Ordaz y ver el vídeo. AD.

El sacerdote y filósofo que murió esperando la eutanasia

 

10 comentarios

  • Juan A. Vinagre

    Uno esta reflexión a las ya expuestas, con las que en buena parte me identifico. No es aceptable equiparar aborto y eutanasia. En uno se mata a quien por naturaleza tiende a vivir, en otro se libera de un dolor sin esperanza. En este caso, la eutanasia es un derecho, y ayudar al sufriente sin esperanza de curación es una obra de caridad. Quien reclama la eutanasia en esas condiciones, a mi juicio, reclama un derecho, del que no se puede privar.

    La interpretación del “no matarás” debe aplicarse a otras situaciones (incluido el tráfico de armas…), no a la eutanasia. La interpretación de la muerte expiatoria de Jesús -como referente- es una mala interpretación de su misión, que además crea una pésima imagen de Dios Padre Abbá. (Aunque se comprende que en aquel tiempo no era fácil interpretarla bien)

    La objeción de conciencia, sí; pero respetando derechos humanos. Ética es respeto a una jerarquía de valores humanos, bien fundamentados…                La eutanasia en situaciones finales, deseada por quien esté sufriendo, es -repito- una gran obra de caridad.

  • Nunca he entendido el contumaz encarnizamiento de la Iglesia Católica contra la Eutanasia.

    Puedo entender el de la lucha contra el aborto (No soy ningún ingenuo. Soy totalmente consciente de los intereses “malvados” que se encuentran detrás de muchas de las posturas radicales a favor y en contra del mismo pero, no es o que aquí nos ocupa en este momento) pero hay una ENORME diferencia entre uno y otro asunto.

    La persona que pide la eutanasia, ¡¡¡ES UN SER HUMANO CONSCIENTE, ADULTO Y RESPONSABLE!!! dueño de su vida y de sus decisiones.

    ¿Quién es nadie (gobiernos, iglesias, tertulianos, políticos,…) para decidir lo que UNO MISMO HACE CN SU PROPIA VIDA?

    Desde un punto de vista religioso… si Dios no nos ha puesto ningún impedimento para quitarnos la vida… ¿Por que esa manía de obligarnos a hacer  “lo que Dios quiere”?

    ¿Quiénes son los que pretenden PROHIBIR la eutanasia para decidir sobre si uno está dispuesto a mantener el sufrimiento o no?

    Yo propongo que sean ellos quienes paguen los costes de mantener con vida a los enfermos terminales que desean partir y de eliminarles el sufrimiento físico y anímico.

    En cuanto al tema de la Objeción de Conciencia, es un debate estúpido.

    Si un médico no quiere administra eutanasia, no podrá ejercer trabajos de cuidado paliativos. Puede hacerse dentista, alergólogo o dermatólogo que no le van a plantear problemas de conciencia.

    Yo soy ingeniero y podría dedicarme a fabricar armas de guerra, pero como mi conciencia me lo objeta, me dedico a hacer ascensores.

    Es tan evidente que no tiene discusión ninguna.

  • ana rodrigo

    María Pilar, de acuerdo contigo. El sufrimiento de Jesús ha quedado sobredimensionado a partir de que su dolor fue salvador para toda la humanidad, según Pablo de Tarso. Además enviado por el Padre Dios para este misión por este método. Cosa que se sigue repitiendo todos los años en las semana santas.

    Cuando pasean a los cristos ensangrentados por las calles, da la impresión de que, en el público es una fiesta.

  • mª pilar

    Para Mariano:

    Jesús no entregó su vida…¡¡¡Se la quitaron cruelmente!!!

    Más claro: ¡¡¡Lo mataron impunemente porque molestaba al poder, y ellos, podían (como hoy sigue pasando)quitar la vida cuando su poder, se sentía amenazado.

    Él, entregó un hermoso Proyecto de Vida, para quienes lo quisieran acoger y hacerlo vida en su vivir.

    El auténtico problema es:

    Cómo cada cual interpreta lo que le rodea, leyes, religiones, actos personales y hacia que lado se inclina.

  • Gonzalo Haya

    ¡Descanse en paz!, y  más aún en esta situación; y mi deseo de que su ejemplo sirva para remover las conciencias cristianas para admitir la eutanasia, como él la entendía, como una manera humana y cristiana de regresar a Dios.

  • mariano

    La Persona es realidad de sentido, realidad diferenciada del resto de la Naturaleza precisamente por esta cualidad. En toda su praxis existencial, en todo su acontecer, el Hombre, la Persona busca un sentido y no movería ni un dedo a no ser que éste esté presente. De aquí que el Hombre se pregunte no solo por el sentido de su vida y su muerte, también lo hace por todo lo que le acontece en este trayecto existencial y uno de ellos es el sentido del sufrimiento y en este caso del dolor que, no debemos confundir con el sufrimiento. El dolor es una manifestación contingente propia de un desequilibrio en su estructura física (biológica) y como tal debe ser tratado y es lógico, bueno y necesario que se intente eliminar. El dolor en sí y por sí carece de sentido y por tanto esa filosofía estoica de hacerle frente hasta el final es absurda.

    El sufrimiento cuando viene causado por un dolor físico, ha dejado de ser estrictamente dolor físico y está modulado por el sentido que le demos. En el sufrimiento la Persona dota de sentido a su dolor, le da un valor existencial. No hay ningún sufrimiento en la vida de la persona que no tenga un valor, un sentido. Solamente cuando el dolor invade todo mi ser personal, sin que yo sea capaz de darle un sentido, es cuando mi razón no puede encontrar sentido a mi vida y este es el caso de que muchos se planteen abandonarla, unos porque creen que al final de ella estarán mucho mejor y otros porque “muerto el perro, muerta la rabia”, que dicho sea de paso ninguno de ellos tiene experiencia propia para poder afirmar la veracidad de lo que creen decir

    En definitiva si lo que hacemos es fundamentar el sentido de nuestras vidas en la ausencia de dolor y entonces es fácil preguntarse, ¿hasta cuánto dolor?, pues éste tiene distintos umbrales de tolerancia para cada persona. Volvemos a caer en manos del Hombre del Derecho para que se caliente la cabeza y nos proponga unas leyes para que en el mejor de los casos asambleáriamente la votemos y entonces ya me pueda ir de la vida legalmente. Hay que ver que apego tenemos a la legalidad de este mundo, como si ella fuera el verdadero sentido de nuestra vida. No es de extrañar que la vida y la muerte estén amparadas en dos leyes, una al principio para autorizar quienes han de venir a la vida y otra al final para ampara como nos tenemos que ir y todo ello legalmente, sin cargo de conciencia, por si acaso..

    El sufrimiento y no el placer de no sufrir, es quien me enfrenta frontal y radicalmente al sentido de mi vida, sólo en él se me ofrece la posibilidad de darle valor a la vida.

    Es el Hombre, la Persona quien haciendo uso de su libertad decide darle un valor a su vida, un sentido, un sentido por el cual él se hace responsable de ella, sin excusarse en leyes mundanas. Todo lo demás es ser irresponsable, cosa realmente irreal. La Persona es el único ser de la realidad que es responsable de su vida.

    Esta es la grandeza del Hombre que, al ser el ser mas libre de la creación dispone de sí para responder libremente de sí. En su respuesta ejercita su derecho inalienable de su libertad, pues como decía N. Berdiaev: “Por la vida no es lícito abdicar de la libertad, mas por la libertad sí es lícito entregar la vida”.

    La Libertad reside en el acto creador de mi vida, mi vida siempre pende del hilo de mi libertad, tremenda responsabilidad que ante todo sufrimiento me deja sólo, y me responsabiliza y reclama mi respuesta personal y no otra.

    Andrés Ortiz-Oses termina su locución diciendo que: ” Jesús asumió su muerte realmente terrorífica, porque quiso….”. Aquí en este “porque quiso”, reside el verdadero valor del sentido de su vida.

    En esta reflexión no estoy haciendo ningún juicio ve valor moral ante esta situación existencial, pues a nadie nos está dada la potestad de ser jueces, de la vida de nadie.

    Solo quiero terminar recordando a Mc 8:35, ” Quien quiera salvar su vida la perderá, mas quien la pierda por mí la salvará”.

    No hay ley mundana que me exima de mi libertad ante la vida, el sufrimiento y la muerte.

     

     

     

     

     

     

  • ana rodrigo

    Leí el artículo esta mañana en El País, y se me partía el alma ante tanto sufrimiento y tanta crueldad cuando el dolor físico, que conduce a la muerte, sólo es sufrimiento inútil. Pobre Andrés, qué pena.

    Y qué pena que la iglesia caiga en la crueldad del “tú aguanta” porque la vida pertenece a Dios, Él nos la da y Él nos la quita cuando le parezca bien y después nos lleva con Él. No y mil veces no, el dolor no tiene sentido.

    Descanse en paz nuestro buen colaborador de atrio, Andrés

  • Javiierpelaez

    No era Flavio Josefo,no Claudio,era Josefo, según la wikipedia…

  • Javiierpelaez

    Pobre hombre…Tiene razón ningún “dolor físico” puede ser interpretado como expiación ….Eso es masoquismo….En cuanto a la cruz no sólo es que Jesús fuera allí porque quiso,sino que estaba siendo ejecutado ,nadie podía acercarse allí a aliviar su sufrimiento,era una ejecución pública en que se mandaba un mensaje de escarmiento a los que lo veían ….Veo en la wikipedia (cultura de wikipedia ,como diría Marhuenda,pero con cita a pie de página) que el historiador Claudio Josefo vió a tres conocidos en la cruz  e intercedió por ellos ante Tito que los descolgó: dice que dos murieron y uno sobrevivió….La crucifixión ,que aún se practica en algún país y por otros bárbaros(leo wikipedia),era una ejecución pública de un sadismo notorio…Que tiene eso que ver con el dolor insoportable por una enfermedad….Tenía razón Andrés una “religión compasiva” es lo que hace falta….

  • mª pilar

    Para mí:

    ¡Tiene toda la razón!

    El dolor…no expía nada de nada…y me parece una gran injusticia, tener a personas enfermas, atadas a dolores como él mismo deice: Inconmensurables, que le hacen llorar de incapacidad para soportarlos.

    Eso es una gran deshumanización del ser humano; no pude en su día, acortar el dolor extremo de mi querido hermano, a pesar de suplicar a los médicos que le ayudaran…y pasaron olímpicamente de él…cuando se agotó, murió.

    Comprendo totalmente a nuestro amigo Andres Ortiz-Oses, y siento que él no pudiese decidir su manera digna de morir.