Claro que en Afganistán hay intereses políticos y económicos, como reconocen los lideres religiosos del anterior post.. Pero en el fondo, incluso de esos intereses, hay una utilización de conceptos religiosos como intenta desenmascarar el teólogo Faus. AD.
La manera como hablan estos días muchos medios de comunicación, a propósito de Afganistán, da la sensación de que eso de los talibán (plural de la palabra árabe talib, que significa estudiante) es algo intrínseco al Islam y propio de países menos civilizados.
Sin embargo, sin hacer ahora valoraciones y desde un punto de vista meramente descriptivo, habría que matizar: sobre lo primero, que tan musulmanes son los talibán como el sufismo. Pero entre los sufíes no hallamos el más mínimo atisbo de conductas semejantes a las de los talibán. Y sobre lo segundo: más allá de lo específicamente religioso, creo que en nuestras sociedades modernas existen formas de un “talibanismo laico” del que hablaré luego.
En realidad, el talibanismo es la manipulación del Absoluto en beneficio propio, y presentada como servicio al Absoluto. Ahí se juntan fanatismo ciego e intolerancia radical que me parecen los dos componentes más típicos de la mentalidad talibán y que generan una seguridad muy distinta de la verdadera fe. (Que esa intolerancia llegue o no a la violencia física es lo que puede depender de ambientes y estructuras históricas. Pero lo claro es que los talibán pueden creerse autorizados, en nombre de Dios, a usar la violencia: este sería el primer detalle sobre lo corrompido de su religiosidad).
El talibanismo es, por tanto, una tentación más típica del mundo religioso, sin duda. Pero también está presente fuera de él: porque el ser humano tiene una propensión innata a fabricarse absolutos: Lutero decía que nuestro corazón es un corazón idólatra porque, como necesita a Dios, tiende a hacer un dios de muchas cosas. Y si no, veamos algún ejemplo.
El capitalismo es un sistema talibán (máximo beneficio individual presentado como servicio social; y las víctimas lo son por culpa propia: por no creer en la providencia divina del dios-mercado). La industria de las armas es una de las mayores idolatrías o falsos absolutos de nuestra sociedad laica y moderna: tan absolutista como la mentalidad talibán sobre las mujeres (aunque, paradójicamente parece haber contribuido a la derrota de Occidente en Afganistán…). Netanyahu encarna un auténtico talibanismo, no islámico sino judío. El franquismo fue un claro ejemplo de talibanismo católico; y he dicho otras veces que el drama de la política española es que, no conseguimos tener una derecha civilizada –tipo Merkel por ejemplo– sino solo una derecha talibana (Abascal y Casado, lo muestran bien claro). Y si miramos a la Iglesia, los “autos de fe” de la inquisición española eran verdaderos actos talibanes. Como lo era la mentalidad de aquellos papas del s. XIX que veían los derechos humanos como contrarios a los derechos de Dios (que eran… los del sistema eclesial de la época), sin llegar ni a oler siquiera, que el Dios bíblico se revela precisamente en la defensa de los derechos de los oprimidos. Para no hablar del talibanismo de mr. Trump…
Tras esta panorámica le vienen a uno a la cabeza las palabras de Jesús: “el que de vosotros esté sin pecado que tire la primera piedra”. Pero, interesándome más el aspecto religioso del tema, prefiero citar otras palabras de Jesús en el cuarto evangelio que creo que sirven para definir a los talibanes: “los que os maten creerán hacer un servicio a Dios, y eso será porque no han conocido a Dios”. (16,2). Esa distinción entre creer en Dios y conocer a Dios es decisiva.
Juan de la Cruz contribuye a explicarla al escribir que el alma “como más se va juntando a Dios, siente más en sí el vacío de Dios”[1]. Naturalmente, se trata de un vacío muy distinto de la mera ausencia o desconocimiento o negación: al igual que –también en Juan de la Cruz– la noche resulta ser “amable más que la alborada”. Pero ese vacío es, precisamente, el que evita que nuestro ego pretenda posesionarse de Dios, y le suceda aquello tan gráfico de que: “el apetito es como el fuego que echándole leña crece”, y cuando la ha consumido desfallece y necesitará más leña[2]. Por eso añadirá sencillamente en una de sus máximas: “quien a su prójimo no ama, a Dios aborrece”. Y Jesús había dado la clave de lectura de esa frase al explicar que prójimo no es el que está próximo a mí, sino el que necesita que yo me aproxime a él.
Ese Dios, como Misterio infinito y no como ídolo finito, es la única instancia que despoja a toda fe religiosa de la citada doble amenaza o tentación de fanatismo e intolerancia, típicas cuando la fe en el absoluto se pervierte en una absolutización propia. La parábola bíblica de Jonás (a la que califiqué otra vez como “una herejía convertida en palabra de Dios”) puede ser calificada como una enseñanza antitalibana. Pero ahora prefiero fijarme en otra cosa para terminar.
Creo que estas reflexiones permiten emparentar lo que hoy llamamos talibán con lo que la Biblia califica como idolatría, presentándola como el mayor enemigo de Dios (más que el mismo ateísmo, si es que este consigue librarse de toda idolatría tácita: de la patria, del dinero, del sexo, de la violencia y, en definitiva, del propio ego). Sobre todo cuando los profetas bíblicos van descubriendo que la más peligrosa idolatría no es simplemente adorar un dios falso, sino adorar falsamente al Dios verdadero.
Conclusión: los actuales talibanes que se han hecho con el poder en Afganistán no son, en absoluto, las personas más religiosas y las más defensoras de Dios, sino idólatras, pecadoras y enemigas de Dios. Echando mano del significado de la palabra (estudiantes), cabría decir que los talibán son auténticos novicios: tan fervorosos como ignorantes. Y este juicio no les suscitará ni el más leve temor o sospecha de que estén obrando mal. Al revés: les confirmará en la necesidad de acabar cuanto antes con el que eso dice.
Pero creo también que esa conclusión es insuficiente para un verdadero creyente: porque (dejando aparte que esa conclusión podría movernos a nosotros hacia el binomio fanatismo-intolerancia), ¿y si resultase que, a pesar de esa perversión colectiva, hay allí individuos particulares con el corazón más limpio que muchos de nosotros? Ciegos quizás, pero no autocegados como tantas veces nosotros.
- N. B. Estas líneas fueron concluidas antes de los salvajes atentados del pasado jueves, los cuales muestra que todavía hay algo peor que el talibanismo: el odio puro y duro de todo terrorismo, con el desprecio hacia las posibles víctimas de sus atentados. Quizá porque en el talibanismo aún queda una referencia a Dios, aunque deformada. El terrorismo, en cambio, es intrínsecamente ateo porque el asesino ocupa todo Su lugar (este podría ser el caso de ETA) o intrínsecamente blasfemo (como es el grito Alá es grande del Daesh, donde el único grande es el terrorista).
[1] Cántico, comentario estrofa 12
[2] Subida, cap. 6
Los talibán son sunitas, la corriente mayoritaria del Islam, no un grupo aislado. Son una rama sunita radicalizada muy próxima al wahabismo, rama esta que más se está extendiendo por el mundo y sobre todo por Europa. Aquí es el Islam que conocemos, por mucho que vayan de recatados, con las mismas leyes y dogmas bárbaros, como se puede comprobar en los países donde gobiernan, sin apenas diferencias en sus leyes bárbaras. Los chiitas, la otra corriente importante, tampoco se quedan atrás.
Los sufíes no son una rama concreta del Islam, son muchas, que pueden estar integradas en cualquier corriente. Tienen en común el objetivo, la unión mística con Dios, son movimientos espirituales, intérpretes místicos de la fe. Minoría en el Islam, (busqué el dato) el 5% de los musulmanes. Que sean los místicos es la razón por la que GF los utiliza para contraponer a los talibán, con ningún otro grupo podría establecer grandes diferencias con los talibán.
¿Y qué dicen estos señores místicos tan espirituales de lo que sucede en el Islam, advierten de lo que no es fe ni Dios verdadero? Por supuesto que no, en mi maldad estoy segura de que los dedicados a tan elevada tarea no van a rebajarse a pensar qué supone para las mujeres vivir encerradas en la cárcel que es el burka.
A mí me importa tres pimientos a quién adoren, tanto me da si tienen fe o creencia, lo que importa es lo que hacen con ella y sobre todo su imposición por la fuerza siempre que pueden. No entiendo cómo se puede escribir con serenidad y desapego de tanto sufrimiento escapando a lo abstracto para concluir con la causa y solución a los males: adorar mal o bien al verdadero Dios.
Otro aspecto no poco importante es la relativización de GF. Todo falsos dioses, todos talibán, ergo… pero sucede que todos esos ídolos que enumera son también de los musulmanes, además, no en vez de, sus perversas leyes islámicas.
Creo que González Faus destaca aquí las consecuencias del fanatismo, que lo mismo puede ser religioso, político, racional, científico… pero que en el fondo es egolatría miope incapaz de ver y tratar de comprender el mundo y las personas que nos rodean.
Es cierto.
Totalmente cierto.
Y también dice otras cosas.
Dice todo eso y otras cosas.
Dice que el terrorismo es ateo, como el de ETA. Dice que no son terroristas porque en el fondo se mueven por ideas religiosas. Dice que el Isis es terrorista, luego ateo, todos sabemos lo que es el Isis.
Dice que quien esté libre de pecado, tire la primera piedra. Vale, en este caso la tiraría y le daría a un talibán en todo el ojo por lo que hacen con las mujeres y niñas. Y estoy segura de que también con niños. Vi la película cometas en el cielo.
Dice que al menos los talibanes son mejores que los terroristas porque tienen un referencia a Dios. Es idéntico razonamiento al de EEUU. Por eso sé que todo volverá a empezar. Y le recuerdo que es la misma que Daesh
Y por si fuera poco, me encanta la expresión Alá es grande y Misericordioso. Porque me gustaría que así fuera.
No solamente son monoteistas. Son una de las tres religiones derivadas del Libro. Un libro precioso, lleno de historias y de metáforas sobre la divinidad del pueblo judío. Y del cristiano. Hay que fastidiarse cuando se hace una lectura literal y se aplican leyes de hace veinte siglos. Eso también nos tendría que hacer pensar.
No tengo nada , absolutamente nada contra la religión musulmana. Estaría bonico que la tuviera, pero por favor, si no ejerce un terrorismo de estado este régimen, que me definan terrorismo. A lo mejor es que solamente las mujeres podemos entender el alcance de este tipo de terrorismo. Se haga en nombre de quién sea. Porque sé que en nombre de Alá, bueno, lo podrán decir, pero vamos, no hay quien se lo crea.
Estas cosas son las que me hacen pensar que las religiones son una lacra, y lo de la primera piedra clama al cielo. Porque la iglesia católica se comportó para que la apedreasen. Y con sillares.
Esa es mi lectura.
Los textos tienen eso. Que cada cual los lee a su modo y manera.
Buen día.
El autor habla de que el talibán practica una forma dentro del Islam muy particular, que luego trata de explicar y que se diferencia de otras formas más mayoritarias, como el sufismo. Lo define el talibanismo como “la manipulación del Absoluto en beneficio propio y presentado como un servicio al Absoluto”. Creo que debemos entender el Absoluto así expresado algo así como la imagen o el entendimiento que se tiene de Dios. (El Islam es monoteísta). Le sirve el vocablo para decir algo después a que “fuera del mundo religioso el ser humano tiene propensión innata a fabricarse absolutos”, es decir, otros dioses, o los ídolos, imágenes de los mismos, anatematizados en la Biblia Hebrea.
Tacha lo talibán de fanatismo ciego y de intolerancia radical. Entiende que eso genera una seguridad muy distinta a la verdadera fe. De ahí una religiosidad tan corrompida que puede creerse autorizada en nombre de Dios a usar la violencia. Fanatismo, intolerancia y violencia, algo propio de muchas ideologías, que son constructos humanos con los elementos de razón aportados por sus creencias.
Realiza luego una lista de estos absolutos, o ídolos. Usa la palabra “capitalismo” como sinónimo de “dinero” y dentro de ello señala la industria armamentística. Cierra la lista con Trump, lista donde incluye a una derecha española representada por Casado y Abascal. Parece un guiño a la política desde su posicionamiento teológico.
Cita Juan 16,1,2,3 : “Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y harán esto porque no han conocido ni al Padre ni a mí”. Y lo hace porque “Esa distinción entre creer en Dios y conocer a Dios es decisiva”.
El teólogo sabe que conocer a Dios es posible, ocurre, y tal es la distinción entre una creencia y la fe cristiana. “Dios como Misterio infinito y no como ídolo finito”. Considera con respecto al talibán que “la más peligrosa idolatría es adorar falsamente al Dios verdadero.”
Desde que alguien me llamó al orden diciéndome algo con muchísimo sentido común, algo así como ten un mínimo de respeto por alguien que ha sido muy grande y ya es mayor. Jolín, se me cayó el alma a los pies. Toda la razón.
Pero claro, luego piensas, pero cuál es la edad , no digo la media porque la media desfigura mucho la estadística. Cuál es la moda de la edad de los y las que aquí escribimos? Recuerdo a un par de personas que se tronchabas cuando les decía, es que es mayor, tiene ochenta años y… Óscar fortín me contestó, pues mañana los cumplo , o algo así.
Además, ustedes vosotros sois mi grupo de sabios mayores.
Quiero decir que a veces, solo a veces, intento callar, pero es superior a mí. Es muy fuerte este artículo.
Sorry.
Así que como todos somos pecadores, cuidado con tirar la primera piedra… y con no vaya a ser que caigamos en la intolerancia.
¿Usted es consciente del aumento de la desdicha que suponen esta gente para mujeres y niñas? Pero cómo son ellas y cómo soy yo, que no somos tan buenas como para percibir entre ellos a los “limpios de corazón”, pobrecitos que solo son ciegos!!
Yo mala todo lo que se quiera, autocegada no estoy. Usted parece que sí.
No he entendido nada.
El terrorismo es básicamente ateo? Pues diría que este no es muy ateo. O sí?
Mi cabeza no está hecha para la filosofía, ni para la teología y esas cosas. Soy de ciencias, se decía antes.
En fin.
Buenas noches
No es que tu cabeza no esté hecha para filosofías, Carmen, es que algunos filósofos y teólogos saben enredar muy bien las cosas. Así, primero establecen dudas y desde ahí poco a poco se blanquea cualquier cosa.