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Por qué sigo siendo un deísta, racionalmente consistente

 Vaya por delante mi agradecimiento a Jose Arregi por su comentario, empático y crítico, al Pliego que, publicado el 18 del pasado mes de junio en Vida Nueva y titulado “Por qué me importa la existencia de Dios”, es un resumen de la intervención que tuve el el 3 de diciembre de 2020 en diálogo con Albert Chillon, profesor de Antropología de la Comunicación de UAB, a petición de la Asociación para el Diálogo Interreligioso e Interconviccional en Aragón (Adía) con el mismo título.

Coincidencia y divergencias

Si bien es cierto que cada una de las “apostillas” que J. Arregi formula se prestan a no pocas matizaciones y, en ocasiones, a notables disensos, me centro en la primera de ellas, aquella en la que manifiesta compartir conmigo el interés por lo que decimos cuando decimos “Dios” aunque él nunca se preguntaría “si Dios existe o no”, sino cómo hablar del “Indecible, sin poder decirlo, balbuciéndolo solo” o del “Misterio fundante”.

Confieso que sintonizo con estas y otras expresiones, pero sucede que el interlocutor que explícitamente tengo delante es una persona que niega la existencia de dicho Indecible o de tal Misterio fundante. Es esta negación de salida, esta falta de terreno común a partir del cual confrontar nuestros diferentes contenidos sobre dicho Misterio o Indecible lo que me lleva a jugar en el campo que, en este caso, me marca el interlocutor increyente. Entiendo que solo así es posible comunicar a dicho interlocutor –de manera racionalmente consistente– lo que entiendo por tal y, a partir de ahí, tender un puente de diálogo, aunque pueda resultar fallido. No atender debidamente a esta petición, determina que mi interlocutor perciba el contenido de lo que digo cuando digo “Dios” como racionalmente inconsistente y, por ello, insignificante e irrelevante; por muy estéticos y seductores que puedan ser los discursos que lo acompañan. He aquí mi primera observación a esta apostilla de J. Arregi.

Describir y explicar

La segunda es para indicar, como expongo en el libro que he escrito al respecto (“Ateos y creyentes. Qué decimos cuando decimos “Dios”, PPC, Madrid, 2019), que el terreno en el que he de jugar es en el de las evidencias, pruebas o descripciones científico-empíricas, diferenciándolas de las explicaciones a las que dan pie.

Y, si no me equivoco, en nuestros días, se entiende por evidencia o prueba lo que, descrito lógico-matemáticamente y comprobado empíricamente, puede ser reproducido técnicamente. Ya sé que esto, así dicho, puede sonar a rebuscado, pero creo que no está de más recordar que hay quienes también perciben en ello, una forma de poesía; cierto que rompedora, pero poesía. Ni entro ni salgo en ello. Simplemente, lo recojo. Sin más.

Pero también sé que cuando me pregunto por qué las cosas (o la realidad) son como son a partir de tales pruebas, evidencias o descripciones científico-empíricas y qué se transparenta en ellas son habituales diferentes explicaciones. Me detengo en tres: la materialista bruta o el determinismo físico necesitante; la aleatoria, azarosa o casualista y las deístas y teístas.

La explicación materialista

En primer lugar, el determinismo físico necesitante, es decir, la interpretación que erige la existencia de la materia y de las pruebas científico-empíricas en la única y definitiva explicación, porque solo hay materia y nada más que materia, o, en el caso del ateísmo científico-empírico o cientifismo, solo existen evidencias científico-empíricas y nada más. El filósofo de la religión y el teólogo (y entiendo que cualquier creyente) se encuentran con una tautología cuando, como así sucede en esta cosmovisión, se establecen la materia o las descripciones científico-empíricas como la explicación de por qué existen. Quedando prohibido ir más allá de ello, ya no procede preguntarse qué se transparenta detrás, por encima, en o debajo de tales descripciones científico-empíricas y por qué existen la materia y las mismas pruebas o evidencias. He aquí el núcleo del cientifismo y del materialismo bruto. Y del autoritarismo cognoscitivo que apadrina.

La explicación aleatoria, azarosa o casualista

En segundo lugar, la casualista: todo es fruto de la aleatoriedad. El filósofo de la religión y el teólogo (y, de nuevo, también el creyente) se topan igualmente con una explicación que entienden fallida, ya que, al recurrir al azar, no solo se está renunciando a proceder en conformidad con el principio de causalidad –el propio de toda investigación digna de tal nombre–, sino que se está dando por procedente una inaceptable ociosidad intelectual (las cosas existen por puro azar y casualidad, es decir, «porque sí») y, de paso, se está dando por buena la ignorancia, algo absolutamente inaceptable. Esta aportación tampoco me parece racionalmente consistente.

Las explicaciones deístas y teístas

A diferencia del materialismo bruto y del casualismo, los deístas y teístas argumentan que en las pruebas, evidencias o descripciones científico-empíricas se transparenta como racionalmente más sólido aquello a lo que está referido lo que dicen cuando dicen «Dios» como conjunción de expansión y regularidad (a partir de las descripciones de la astrofísica) o de materia y leyes (a partir de la protobiología) o de mismidad y ex-centralidad (en la antropología contemporánea). O, si se prefiere, con un imaginario más tradicional pero relativamente puesto al día, como una primera Causa eficiente e incausada, a la vez Inteligencia originaria, creativa y teleológica.

Esta es, hoy por hoy, una explicación mucho más consistente, desde el punto de vista racional, que el recurso a la sola materia o a la mera casualidad o a la subjetividad, sea formulada de manera poética o no. Es la que permite señalar o mostrar lo que entiendo por “Misterio” y la que me facilita hablar de su contenido, a la vez, argumentadamente y con conciencia de historicidad.

A explicar esto he dedicado el libro en cuestión. Imposible adentrarme en todos los pormenores. Y menos en unas pocas líneas. Me basta con indicar la convergencia conceptual con J. Arregi en la primera de sus “apostillas” y, a la vez, la diferencia de perspectiva e interlocutores, así como de contenido en lo que digo cuando digo “Dios” o “Misterio”: del “Indecible” (o de otras metáforas e imaginarios) se puede y se debe hablar de manera racional a partir de sus transparencias en la realidad.

En mi caso, lo hago plantado en el campo de juego que me marcan los llamados ateos positivistas, tratando de mostrar la consistencia de la creencia a partir de las descripciones científico-positivas y respetando la razón en libertad que, propia de la investigación científica, también lo es del creyente; en este caso, deísta.

26 comentarios

  • Santiago

    La incomprehensibilidad de Dios y su inefabilidad es perfectamente apropiada a Su naturaleza que es diferente a la nuestra. El por tanto no puede ser percibido por los sentidos corporales por su misma infinitud y por su propia intimidad.
    El esta por encima de TODO y lo precede TODO en TODO. Por tanto no puede ser “atrapado” por nuestro egoísmo, ni ser manipulado a nuestro antojo. El “es el que ES” y el que ESTÁ con nosotros  por su inmanencia y providencia que no nos abandona y por eso ES PERSONAL.

    Podemos acercarnos a El por la razón y por la fe puesto que tenemos Sus huellas en la ciencia del Cosmos y por la FE, puesto que El se nos ha revelado en la historia. El no quiso hacernos robots sino seres libres y por eso quiere que le encontremos libremente y que libremente nos salvemos. No existe la coacción porque somos libremente responsables de nuestras acciones. Sólo lo encuentra el que desea buscarle.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

    • Carmen

      Si. Es cierto. Podemos intentar acercarnos mediante la razón y la fe. Pero llega un momento en que la razón abandona y únicamente queda la fe.
      Por cierto. Anoche después de cenar busqué algo para ver,me ayuda a dormir. Vi un título que decía: lugares sagrados. Y ahí que me metí.
      Alucinante. La de Religiones multitudinarias que hay. La de cosas que hacen por esa fe que tienen. La de los monjes Saolin, creo que se llaman es fantástica. Tienen una forma genial de meditación, haciendo Kun Fu. Vaya unos maestros. Sobre todo si alcanzas el grado de monje guerrero. Precioso.
      Pero es que luego había unos dioses tragones supersimpåticos, llenos de flores y de colorido. Pues la noche en la que hace la entrada el año nuevo, un grupo de fieles numeroso, construyen lo que llaman la montaña de alimentos. Bueno. Increíble. Porque piensan que los dioses son, ya le digo, unos tragones. Lo que no entendí bien es porqué luego repartían los alimentos entre ellos.
      Y lo de la noche más larga o algo así de los musulmanes, fantástico. Es la noche del aniversario en el que Alá le dictó a Mahoma el Corán. Bueno, no vea la de gente. Todos rezando a la vez. Y digo todos porque no vi a una sola mujer en esa explanada o lo que fuese aquello, en Jerusalén. Además, en el Ramadán. Sin comer ni beber toooodo el día. Los servicios de emergencia no daban a basto.
      Me llamó mucho la atención una religión que tiene cinco templos sagrados, pero la selva se los quiere comer, entonces hay que subir por las torres cortando los arbustos. Y como tienen un montón de siglos de antigüedad,hay que hacerlo sin ayuda prácticamente. Con alguna escalera que otra de esas largas y después a pie. Descalzos , no sé exactamente por qué. Superpeligroso. Si los viese un inspector de trabajo les podría un multazo por ir sin arnés. Pero ellos, felices.
      Del catolicismo sacaron la procesión de Málaga de la virgen de la Esperanza. Me acordé de Ana. Preciosa.
      Me encantó el documental. Entendí un poquito que hay muchas religiones en el mundo y que cada una de ellas tiene su modo y manera de acercarse a Dios. O a los Dioses. Cada uno con su fe. Qué será eso de la fe? Por qué tiene ese poder?
      Me apetecía contárselo. El documental es de la BBC. Si se aburre un día y lo encuentra, le gustará.

    • Carmen

      Que el ser humano busca a Dios o a los Dioses, eso me lo dejó clarísimo el documental. Pero de alguna manera, dios santo, todo ese potencial de fe utilizado por el Poder, eso sí que es un arma de destrucción masiva. Entendí el porqué de las guerras de religión en Europa, entendí lo de Afganistán. Esas personas estaban o están convencidas de que hacen lo que le agrada a su Dios. Pero es que defienden a sus Dioses. Madre mía y madre mía.
      No creo que eso sea cosa de razón. Entonces de qué es? De fe? Qué es la Fe? Un autoconvencimiento de que con tu comportamiento agradas a tu dios? Al tuyo? Porque a todos no puede ser.
      Uf. Es tremendo esto.
      Buen día, o noche, no sé lo que será por su tierra.

      • Santiago

        Es por eso que la FE verdadera no es simplemente algo subjetivo. La razón es la que es iluminada por la fe. Sin esta iluminación la fe verdadera es imposible, pues la fe cristiana se refiere a verdades eternas que “trascienden” nuestro intelecto. Para que podamos asentir a la verdad revelada tiene que existir la ayuda de la fe sobrenatural.

        Para evitar la mera especulación, la confusión o el error, la FE tiene un doble aspecto por lo que primero tengo que “querer creer” y después “asentir” a lo que propone Cristo por medio de Su Palabra. No se trata de seguir “mi propio camino” sino el de Jesús de Nazaret.

        Y así el incrédulo Apóstol Tomás pregunta a Cristo: “¿Como podemos seguir el camino?” (Ya que en realidad todos los humanos queremos encontrar la Verdad)…..Y Jesús le responde: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por Mi” (Juan 14:5-8)

        Por eso la FE empieza en la Persona de Cristo. Es El el que se nos revela por medio de la PALABRA verdadera que nos transmitieron sus discípulos y que se abre a nuestro entendimiento para creer. Porque en el acto de fe, que es esencialmente libre, se asiente libremente por medio del intelecto y de la voluntad. Dios obra sin coacción, ayudando tanto en “el querer como en el obrar” y tanto “en el interior” nuestro como en la Palabra que recibimos “de fuera”.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernandez

  • M.Luisa

     

    Estos días me he centrado en lo que nos dice L. Sequeieros en este su comentario de abajo, pendiente y a la espera de encontrar tiempo para indagar más detenidamente en la postura  de Clayton a quien nombra. De momento ahora aquí mi interés lo volcaré en hacer tan solo una primera aproximación para mostrar de alguna manera hasta qué punto considero mis planteamientos muy cercanos a la postura defendida por ellos.

    L. Sequeiros habla del Panenteísmo en perspectiva metafísica y científica citando a D. Clayton al referirse a la frase evangélica “En él vivimos, nos movemos y existimos” es a ella, a esta realidad, a la que también yo misma, para evitar citar al evangelio,  me refiero  cuantas veces designo al hecho de que por nuestra inteligencia en donde estamos es en la realidad en contraposición a un mero medio circunscrito.

    Si científicamente el universo está en expansión, filosóficamente se habrá de partir de una realidad cuya naturaleza está en apertura, es formalmente abierta…en fin solo unas pinceladas…

    • M.Luisa

      …Mi intención antes de pasarme a otro tema  es hacer una rectificación  a mi anterior comentario  porque no es  la realidad a lo que nos lleva aquella frase evangélica  “en él vivimos, nos movemos y existimos”     sino que esta (esta frase)  solo nos muestra su estructura aunque del todo  compatible con la estructura intelectiva humana. Además, lo que quería decir anteriormente  sobre que evito  acudir a frases evangélicas es por el gran abuso que se hace de ellas y pienso,   siguiendo  a P. Clayton que si él, en cambio, si lo hace  es porque tiene en cuenta la necesidad de un cambio de lenguaje pues el doctrinal es incompetente para poder   establecer  la conclusión a la que le lleva aquella frase… 

  • LEANDRO SEQUEIROS

    Como contribución a la clarificación del lenguaje: en filosofía, la palabra DEISTA se aplica a aquella postura filosófica que afirma la existencia de un Dios creador de las leyes de la naturaleza y del mundo, pero es un Dios que luego se desentiende y deja que el mundo funcione con sus propias leyes. Newton, por ejemplo, era deísta. Y no creo que el DEISMO de Martínez Gordo sea de este estilo. — Pero la palabra TEISTA (con su infinidad de matizaciones, Teista clásico, teísta filosófico, teísta teológico, teista crítico, teísta tradicional…) se aplica a la postura filosófica de aquellos que afirman la existencia de un Dios creador, pero no se desentiende del mundo: existe algún tipo (que hay que matizar) de RELACIÓN permanente entre Dios y el mundo. Esa RELACIÓN se entiende de muchas maneras: para unos será intervencionista (el Dios providente que actúa directamente) y para otros Dios da consistencia a la realidad (y actúa por causas segundas, Dios deja hacer, Dios CREA en la EVOLUCION, como defienden, entre otros, Teilhard de Chardin y Schmitz-Moormann). Y también los panenteísmos. Otro asunto a debatir es este: qué es lo que queremos decir con la expresión: Dios es personal. ¿En qué sentido es “persona”? Pero eso es otra tarea de reflexión pendiente..

    • ana rodrigo

      Buen punto de arranque, Sequiros, para centrarnos en el clásico Dios antropomorfo, Dios-Padre; ojo, todo masculino, incluida la Trinidad en la que se introdujo una paloma para no mencionar una madre, ya que, si había padre y había hijo, ¿por qué no una madre?. Sí, ya sabemos eso de padre, hijo y Espíritu santo, quedamos en las mismas.

      Y cuando abandonamos el atropomorfismo, entramos en el mundo de las divagaciones, tan incomprensibles e inasequibles como cuando decimos DIOS, y cada cual dice su o sus ideas de algo que no entra en nuestra coordenadas mentales. Ahí está las explicaciones de Jesús Mtz, de Arregui y de quienes hemos participado en el debate. Conceptos ¿compatibles?, lo dudo. Posibles en un debate o en un diálogo,?, pues sí, pero ahí se queda, no podemos avanzar hacia un punto donde la razón y los argumentos sean comunes, porque como a Dios nadie lo ha visto, pues seguimos elucubrando a nuestra manera, cada cual a la suya.

      Mi agradecimiento a quienes habéis mantenido este debate tan interesante, aunque hayamos parido much@s ate@s.

      • Isabel

        Pues mira, Ana, respecto a tu última frase.
        Si no fuese sobre todo por dos hombres que aparecen aquí: Alberto Revuelta y José Ignacio Calleja, es muy posible que yo saliese dando la razón absoluta a Freud, que por otra parte ya creía y sigo creyendo que tiene bastante.

        • Carmen

          No entiendo.
          Qué tiene que ver Freud aquí? Como pensador? Como psiquiatra? Como psicoanalista? Como intérprete de sueños? Como descubridor del inconsciente?

          A mí también me gusta como piensas el señor Revuelta y José Ignacio Calleja, pero no puedo pensar así. Podría mentir. Pero no me va la mentira.
          Me encantaría pensar que todo un Dios me quiere y me protege. Me encantaría. Pero no puedo. No lo siento así. Pero envidio a la gente que así siente. Pero profundamente. Con un convencimiento profundo.
          En fin

          • Isabel

            En mi humilde opinión, encuentro de lo más lógico las contribuciones de Freud al porqué de la religión y de la creencia en Dios, lo llamemos y figuremos de la manera que sea. Todo ilusión, Carmen. Responde a nuestra necesidad, a nuestro deseo de dar sentido a la vida.
            Comprendo muy bien lo que sientes y no puedo decir nada ni me atrevería sobre tu envidia de algo que no puedes aceptar. Pero ten en cuenta una cosa, seguridades no hay para nadie, ni quien tenga el convencimiento más profundo está libre de dudas, a no ser que se trate de un fanático. Me parece.

          • Carmen

            Entendido

          • Carmen

            Por eso mismo quiero creer que Dios está presente en la belleza. En la grandeza. En la bondad.
            No llego a más.
            Habrá quien esto no lo entienda, pero es que no llego a más.
            Cada persona, verdad? Pues hace lo que puede.
            Por eso no me gusta nada que se trate de imponer un Dios determinado. Todas las personas no sentimos igual.

            Freud es una de esas personas con las que me encantaría hablar. Es una persona supercompleja y superinteresante. Pero…

          • Isabel

            Eso tuyo no deja de ser una ilusión por tener algún tipo de Dios.
            Todas las fes puede que sean fantasías ilusorias, pero.. ahí está Calleja con las palabras que a mí me faltan sobre en qué y por qué afirmamos nuestra fe. Para mí, razones profundas para decir sí, me adhiero a esa fe y lo que tiene de esperanza.

          • Carmen

            Pero en realidad es un proyecto humano.
            Quiero decir. A ver si me explico. Intenta entender lo que quiero decir.
            La compasión, la ayuda, la colaboración, la empatía, el acompañar en el sufrimiento…
            Las celebraciones, el cariño, todo tipo de amor, la honestidad…
            En fin.
            Todo eso es humano.

            Y luego está Dios.

            Es otra historia.
            Todo lo anterior se puede hacer y sentir creas en el Dios que creas.
            El problema que creo que se trata aquí es otro. Qué tipo de Dios? Y ahí entran los teølogos con sus jaleos. Muy muy interesantes.
            Pero es otro tema.
            Creo.
            No sé.

            Por supuesto que es una ilusión. Un sentimiento. Por supuesto. Porque en realidad es lo que dice Freud y otros muchos. Necesitamos a Dios.
            Bueno, unas personas sí y otras no.
            Pero él no necesitarlo no quiere decir que no puedas actuar como todo lo que he dicho al principio. Porque son comportamientos humanos.

            Pues entonces potenciemos la imagen de Jesús de Nazaret como hombre. Es que es lo que fue . Fijo.
            Y la parte divina, pues quien pueda y quiera, estupendo.
            Quiero decir que lo importante es el Jesús humano. Que por otra parte también es imaginario. Y qué no lo es? En realidad vivimos un poco o un bastante de ilusiones. Y hay ilusiones que potencian el lado positivo del ser humano. Eso es lo que nos hace falta. Potenciar lo positivo.

            No lo sé explicar mejor.

          • Isabel

            Es posible que no necesitemos a Dios para ser compasivos y todo lo demás. Así es para ateos y otros, si bien sus normas morales y éticas son de procedencia judeo-cristiana, no sé cómo sería la humanidad si hace 3000 años se hubiese desechado a Dios.
            Por otra parte, yo no tengo fe en la belleza, la grandeza y la bondad como medios o esperanza de liberación, necesito algo más que el Jesús humano. No puedo decirte más.
            Qué voy a decir yo si, fíjate, siendo interesante este debate entre teólogos sobre Dios, por eso los leo y los sigo, claro, llega un punto, anoche me pasó, en que encuentro excesivo tanto intento por racionalizar, intelectualizar, demostrar, razonar a Dios.
            Me vino a la mente el conocido poema:
            No la toques más,
            que así es la rosa.
            Como para toquetear yo, siendo una manazas.

          • Carmen

            Gracias por escuchar.
            Buena tarde, casi noche.

    • Carmen

      Señor Sequeiros.
      Tiene razón. Aquíí hay muchos niveles. Quiero decir , no es lo mismo cuando hablan personas como usted, profesores de teología, o el señor Arregi, o el señor Martínez Gordo…en fin, ya sabe a lo que me refiero. No es lo mismo que cuando hablamos personas de teología cero. O de teología 1, 2, o tres. No sé si me explico.
      Así que se arma un batiburrillo super interesante Porque se mezclan opiniones de todo tipo, como es la sociedad misma.
      Cuando quiera explicar algún concepto, muchos, muchas lo recogeremos con los brazos abiertos. Eso sí, luego discutiremos. Es interesante el diálogo y la discusión. A mí me gusta al menos. Me aclara ideas.
      Un saludo.

      • Pero es que Dios, debería ser comprensible para todos. No solo para teólogos o filósofos (o científicos) de elaborada trayectoria y conocimientos extensos.
        Yo tengo un “axioma”, si lo que me explica alguien sobre Dios, no puede entenderlo mi sobrina de 11 años, inmediatamente dudo sobre ello.
        De existir, Dios no puede ser asequible solo a unos elegidos.

        • Carmen

          No es asequible a nadie.
          Se llama intuición. O deseo, o yo qué sé. Pienso que ante la respuesta, pero qué es esto? Qué hacemos aquí? Por qué me voy a morir? Para eso he nacido, para morir? Esas preguntas cada cual las responde como puede.

          Y luego están la religiones.

          Me ha gustado lo que ha dicho de la niña. Ese es justo el intríngulis de la enseñanza, poder explicarle a un chaval la idea básica, elemental, de lo que se quiere estudiar. No hablo de lenguaje algebraico ni de esas cosas. Hablo de las conclusiones a las que se llega. De momento. Porque si no eres capaz de hacer eso, quiere decir que tú tampoco lo has entendido.
          Al menos eso pienso. Si le cuento cómo le explicaba a los críos lo del bosón de Gibs, se troncha. O lo de que la relación entre la masa y la energía de un cuerpo la descubrió Einstein, es que ya no vea. La masa es energía en cubitos, como el Avecrem.
          En fin
          Cosas de maestra…

  • M.Luisa

    Verdaderamente es muy interesante este debate que recoge en unidad varios enunciados y entradas en las que por unos días no me ha sido posible ni tan siquiera poner cuatro líneas como cuatro fueron, recuerdo, las que  dejé en mi último comentario ya no sé en qué hilo, pero sí que al menos he podido ir leyendo a trompicones los que se han ido publicando

    Por lo que anteriormente adelanté sobre la aceptación  en la actualidad de la llamada ”Metafísica Naturalista” por parte de  filósofos y científicos nada me retiene para posicionarme en la línea del Panenteísmo  defendido por Leandro Sequeiros que pienso no anda muy alejado de J. Arregi a quien también le sigo sin problema alguno. Es un gozo poder compartir estas series de resultados después de largos estudios en solitario con inclusión en ellos de autores como Lakatos, Armanda Brayant y E. Quin, desconozco, pero intuyo lo que por parte de Philip Clyton puede serme valiosísimo, algo que pienso llevar a cabo próximamente.

    ¡Muchísimas gracias!!

  • Cuando empezaba a hacer estragos la enfermedad en HANS HÜNG, y afirmó::Yo, hoy solo creo en Dios estaba afirmando la no divinidad de Jesús y estoy de acuerdo. Y cuando Leandro Sequeiros expone la teoría sobre el PANENTEISMO ¡ hace ya bastantes años, exactamente cuando leí a Baruc SPINOZA su obra Tratado teológico Político, a mi me convenció entonces. O sea, a  mi me convence más que el deísmo no recoge   toda la realidad divina y si la conjunción de la inmanencia y la transcendencia . Pero no estoy de acuerdo   con el DEUS SIVE NATURA, que es el Panteismo.

    • Carmen

      No Giordano , no
      Sería implícitamente. No explícitamente. Y ese es el problema.
      Barack Espinoza lo decía claramente. No es comparable a los teølogos católicos de hoy. Y no entiendo por qué. Porque pensarlo, lo piensan.
      No creo que personas tan cultas, tan mayores, con todo hecho, hablen entre líneas y no digan algo tan sencillo como sí, de acuerdo, Hijo de Dios tal y como se entendía en esa época. Bueno, y en esta: ese es un hombre de Dios.
      Enigmas de la historia.
      Un saludo

    • Carmen

      No es exactamente así.
      Sí lo entiendo. Sería muy duro. No ya por miedo a represalias que a eso me refiero cuando digo que no tienen nada que temer. Ya está todo hecho. Es algo del interior de cada uno de ellos y no tengo derecho a juzgar a nadie. A mí me han jugado muchas veces y no han dado ni una.
      Pues eso quería decir.
      Sorry.

  • ana rodrigo

    Es un lujo poder leer a dos pesos pesados en teología, Martínez Gordo y Arregui, que habiendo estudiado la teología clásica, no se hayan conformado con todo aquello, sino que sigan en la búsqueda de fundamentación, si no racional, sí razonable, para argumentar su fe o sus nuevas formas de fe. Es lo que nos pasa a tod@s, seguimos en la búsqueda de argumentos, sean teóricos, retóricos o experienciales, ante tantos absurdos dogmáticos que han alimentado nuestra vida espiritual la mayor parte de nuestras vidas.

    Creo que es muy importante que teólog@s, intelectuales o científicos nos ayuden a aclarar nuestras ideas y nuestros anhelos más profundos. Pero pienso que la fe debe ser universal a todo tipo de personas sean intelectuales o no, lo contrario sería un absurdo.

    Por eso yo, que como dice Carmen, no soy teóloga, me atrevo a expresar mis ideas en temas tan inasequibles hasta para los mejores teólogos, como es el Misterio, lo Indecible, y, para según quien, lo no admisible  a la razón y a la lógica.

    A mí me produce mucho respeto la gente sencilla que vive su fe desde su corazón y adecúa su vida para el bien desde su fe, al igual que lo hacen otras personas sin una fe religiosa, porque, como dije ayer, una cosa es la ética y otra la existencia de Dios o la fe en dicho Dios.

    “A Dios nadie lo ha visto”, así que mucha paz para todo el mundo.

  • LEANDRO SEQUEIROS

    Nos encontramos en un debate muy interesante de tipo interdisciplinar. Sigo pensando que este debate refuerza mi propuesta de que este es un auténtico PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN en el sentido de Lakatos. Frente a las posturas tradicionales TEISTAS y a las posturas que algunos prefieren llamarles NO-TEISTAS, yo me sitúo en una tercera posibilidad que creo va más allá de las dos: la del PANENTEÍSMO. Philip Clayton tiene un capítulo titulado “El panenteísmo en perspectiva metafísica y científica”. Está en el volumen que he citado en otras ocasiones: Philip Clayton y Arthur Peacocke (editores) En él vivimos, nos movemos y existimos. Reflexiones panenteístas sobre la presencia de Dios en el mundo tal como lo describe la ciencia. Sal Terrae, Santander, 2021, Universidad P Comillas  Escribe Philip Clayton: “La teología se enfrenta a algunas serias dificultades cuando participa en debates interdisciplinarios, y el lenguaje doctrinal tradicional no ha sido efectivo a la hora de responder a tales dificultades. En contraste, una comprensión panenteísta de la relación entre Dios y el mundo es capaz de tender puentes con otros campos académicos. Hasta que encontremos una estructura conceptual que pueda abordar de forma más apropiada estos problemas, está justificado que recurramos al panenteísmo como un marco para mostrar a los detractores del lenguaje sobre Dios que este tiene sentido. Aun cuando esta opción comporte algunas revisiones de las formulaciones tradicionales, ese es un coste que deberíamos estar dispuestos a pagar” (página 74). Me adhiero a la postura de Clayton: creo que el panenteísmo puede tender puentes entre ambos y va más allá.