El vigésimo aniversario de la ‘Guerra contra el Terrorismo’ ha terminado en una derrota predecible para los EE.UU. y sus aliados. Protección internacional y asilo es lo mínimo que debe Occidente a la población de Afganistán
Por Tariq Alí (Sin Permiso) ctxt. Revista Contexto 18/08/2021 /
La caída de Kabul ante los talibanes el 15 de agosto de 2021 es una gran derrota política e ideológica para el Imperio estadounidense. Los atestados helicópteros que transportaban al personal de la embajada estadounidense al aeropuerto de Kabul recordaban sorprendentemente las escenas de Saigón, ahora Ciudad Ho Chi Minh, en abril de 1975. La velocidad con la que las fuerzas talibanes han asaltado el país fue asombrosa; su perspicacia estratégica notable. La ofensiva de una semana terminó triunfalmente en Kabul. El ejército afgano de 300.000 efectivos se derrumbó. Muchos se negaron a pelear. De hecho, miles de ellos se pasaron a los talibanes, quienes inmediatamente exigieron la rendición incondicional del gobierno títere.
El presidente Ashraf Ghani, favorito de los medios estadounidenses, ha huido del país y buscado refugio en Omán. La bandera del Emirato renacido ondea ahora sobre su palacio presidencial. En cierto sentido, la analogía más cercana no es Saigón, sino el Sudán del siglo XIX, cuando las fuerzas del Mahdi invadieron Jartum y martirizaron al general Gordon. William Morris celebró la victoria del Mahdi como un revés para el Imperio Británico. Sin embargo, mientras los insurgentes sudaneses mataron a toda la guarnición, Kabul cambió de manos con poco derramamiento de sangre. Los talibanes ni siquiera intentaron tomar la embajada de Estados Unidos, y mucho menos atacar al personal estadounidense.
El vigésimo aniversario de la ‘Guerra contra el Terrorismo’ ha terminado así en una derrota predecible y prevista para los EE.UU., la OTAN y otros que se subieron al tren. Independientemente de qué se opine de las políticas de los talibanes –he sido un crítico severo de ellas durante muchos años–, no se puede negar su éxito. En un período en el que Estados Unidos ha destruido un país árabe tras otro, nunca surgió ninguna resistencia que pudiera desafiar a los ocupantes. Esta derrota bien puede ser un punto de inflexión. Por eso los políticos europeos se quejan. Respaldaron incondicionalmente a Estados Unidos en Afganistán, y ellos también han sufrido la humillación, especialmente Gran Bretaña.
En uno de los países más pobres del mundo, se gastaron miles de millones anualmente en aire acondicionado para los cuarteles estadounidenses Biden se quedó sin otra opción. Estados Unidos había anunciado que se retiraría de Afganistán en septiembre de 2021 sin cumplir ninguno de sus objetivos ‘liberacionistas’: libertad y democracia, igualdad de derechos para las mujeres y la destrucción de los talibanes. Aunque no hayan sido derrotados militarmente, las lágrimas que derraman los liberales amargados confirman el alcance más profundo de su pérdida. La mayoría de ellos –Frederick Kagan en el NYT , Gideon Rachman en el FT– creen que la retirada de tropas debería haberse retrasado para mantener a raya a los talibanes. Pero Biden simplemente estaba ratificando el proceso de paz iniciado por Trump, con el respaldo del Pentágono, que vio un acuerdo alcanzado en febrero de 2020 en presencia de Estados Unidos, los talibanes, India, China y Pakistán. El aparato de seguridad estadounidense sabía que la invasión había fracasado: los talibanes no podían ser sometidos por mucho tiempo que permanecieran en Afganistán. La idea de que la apresurada retirada de Biden ha fortalecido de alguna manera a los talibanes es una tontería.
El hecho es que durante veinte años, Estados Unidos no ha logrado construir nada que pueda redimir su misión. La Zona Verde brillantemente iluminada siempre estaba rodeada por una oscuridad que los “Zoners” no podían comprender. En uno de los países más pobres del mundo, se gastaron miles de millones anualmente en aire acondicionado para los cuarteles que albergaban a los soldados y oficiales estadounidenses, mientras que la comida y la ropa se transportaban regularmente desde bases en Qatar, Arabia Saudí y Kuwait. No fue una sorpresa que un enorme barrio de chabolas creciera en las afueras de Kabul y que los pobres se organizaran para buscar los restos en los cubos de basura. Los bajos salarios pagados a los servicios de seguridad afganos no pudieron convencerlos de luchar contra sus compatriotas. El ejército, construido a lo largo de dos décadas, había sido infiltrado casi desde el comienzo por partidarios de los Talibán, quienes recibieron entrenamiento gratuito en el uso de equipo militar moderno y actuaron como espías de la resistencia afgana.
Ésta era la miserable realidad de la “intervención humanitaria”. Aunque haya que reconocer los méritos: el país ha sido testigo de un enorme aumento de las exportaciones. Durante los años de los talibanes, la producción de opio se supervisó estrictamente. Desde la invasión estadounidense, ha aumentado drásticamente y representa el 90% del mercado mundial de heroína, lo que hace que uno se pregunte si este prolongado conflicto no debería verse, al menos en parte, como una nueva guerra del opio. Se han obtenido billones de beneficios y se han compartido entre los sectores afganos que sirvieron a la ocupación. A los oficiales occidentales se les pagó generosamente para permitir el comercio. Uno de cada diez jóvenes afganos es ahora adicto al opio. Las cifras entre las fuerzas de la OTAN no están disponibles.
En cuanto a la situación de la mujer, no ha cambiado mucho. Ha habido poco progreso social fuera de la Zona Verde infestada de ONG. Una de las principales feministas del país en el exilio comentó que las mujeres afganas tenían tres enemigos: la ocupación occidental, los talibanes y la Alianza del Norte. Con la salida de Estados Unidos, dijo, tendrán dos. (En el momento de redactar este artículo, tal vez se pueda enmendar por uno, ya que los avances de los talibanes en el norte acabaron con facciones clave de la Alianza antes de que Kabul fuera capturada). A pesar de las reiteradas solicitudes de periodistas y activistas, no se han publicado cifras fiables sobre la industria del trabajo sexual que creció para servir a los ejércitos ocupantes. Tampoco hay estadísticas creíbles sobre violaciones, aunque los soldados estadounidenses con frecuencia utilizaron la violencia sexual contra ‘sospechosos de terrorismo’, violaron a civiles afganos y dieron luz verde al abuso infantil por parte de las milicias aliadas. Durante la guerra civil yugoslava, la prostitución se multiplicó y la región se convirtió en un centro de tráfico sexual. La participación de la ONU en este negocio rentable estaba bien documentada. En Afganistán, aún no se conocen todos los detalles.
Más de 775.000 soldados estadounidenses han combatido en Afganistán desde 2001. De ellos, 2.448 murieron, junto con casi 4.000 contratistas estadounidenses. Aproximadamente 20.589 resultaron heridos en combate según el Departamento de Defensa. Las cifras de víctimas afganas son difíciles de calcular, ya que no se cuentan las “muertes de enemigos” que incluyan a civiles. Carl Conetta, del Proyecto sobre Alternativas de Defensa, estimó que al menos 4.200-4.500 civiles murieron a mediados de enero de 2002 como consecuencia del asalto estadounidense, tanto directamente como víctimas de la campaña de bombardeos aéreos como indirectamente en la crisis humanitaria que siguió. Para 2021, Associated Press informaba que 47.245 civiles habían muerto a causa de la ocupación. Los activistas de derechos civiles afganos dieron un total más alto, insistiendo en que 100.000 afganos (muchos de ellos no combatientes) habían muerto y tres veces ese número había resultado herido.
En 2019, el Washington Post publicó un informe interno de 2.000 páginas encargado por el gobierno federal de Estados Unidos para analizar los fracasos de su guerra más larga: ‘The Afghanistan Papers’. Se basó en una serie de entrevistas con generales estadounidenses (jubilados y en activo), asesores políticos, diplomáticos, trabajadores humanitarios, etc. Su evaluación combinada fue condenatoria. El general Douglas Lute, el ‘zar de la guerra afgana’ bajo Bush y Obama, confesó que “carecíamos de una comprensión profunda de Afganistán, no sabíamos lo que estábamos haciendo… No teníamos la más remota noción de lo que estábamos haciendo(…) Si el pueblo estadounidense supiera la magnitud de esta incoherencia…”. Otro testigo, Jeffrey Eggers, un Navy Seal retirado y miembro del personal de la Casa Blanca bajo Bush y Obama, destacó el enorme desperdicio de recursos: “¿Qué obtuvimos por este esfuerzo de un billón de dólares? ¿Valió la pena gastar ese billón? (…) Después del asesinato de Osama bin Laden, dije que Osama probablemente se estaba riendo en su tumba de agua considerando cuánto hemos gastado en Afganistán”. Podría haber añadido: ‘Y seguimos despilfarrando’.
Los partidarios conservadores, los nostálgicos coloniales y los sapos de Blair piden presencia británica en el Estado devastado por la guerra
¿Quién era el enemigo? ¿Los talibanes, Pakistán, todos los afganos? Un viejo soldado estadounidense estaba convencido de que al menos un tercio de la policía afgana era adicta a las drogas y otra parte considerable eran partidarios de los talibanes. Esto planteó un problema importante para los soldados estadounidenses, como testificó un jefe anónimo de las Fuerzas Especiales en 2017: “Pensaron que iba a ir a ellos con un mapa para mostrarles dónde viven los buenos y los malos … Costó varias conversaciones entender que yo no tenía esa información en mis manos. Al principio, seguían preguntando: ‘¿Pero quiénes son los malos, dónde están?’”.
Donald Rumsfeld expresó el mismo sentimiento en 2003. “No tengo visibilidad de quiénes son los malos en Afganistán o Irak”, escribió. “Leí toda la información de la comunidad de inteligencia, y parece que sabemos mucho, pero de hecho, en cuanto presionas, descubres que no tenemos nada que sea procesable. Somos lamentablemente deficientes en inteligencia humana”. La incapacidad de distinguir entre un amigo y un enemigo es un problema grave, no solo a nivel schmittiano, sino práctico. Si no se puede distinguir entre aliados y adversarios después de un ataque con bombas improvisadas en un mercado de la ciudad abarrotado, se responde atacando a todos y creando más enemigos en el proceso.
El coronel Christopher Kolenda, asesor de tres generales en servicio, señaló otro problema con la misión estadounidense: la corrupción fue desenfrenada desde el principio; el gobierno de Karzai se “autoorganizó como una cleptocracia”. Eso socavó la estrategia posterior a 2002 de construir un Estado que pudiera sobrevivir a la ocupación. “La corrupción menor es como el cáncer de piel, hay formas de lidiar con ella y probablemente estarás bien. La corrupción dentro de los ministerios, nivel superior, es como el cáncer de colon; es peor, pero si lo detecta a tiempo, probablemente se controlará. La cleptocracia, sin embargo, es como un cáncer de cerebro; es fatal”, dijo. Por supuesto, el Estado paquistaní, donde la cleptocracia está incrustada en todos los niveles, ha sobrevivido durante décadas. Pero las cosas no fueron tan fáciles en Afganistán, donde los esfuerzos de construcción de la nación fueron dirigidos por un ejército de ocupación y el gobierno central tuvo escaso apoyo popular.
¿Qué hay de los informes falsos en los que se decía que los talibanes fueron derrotados para no volver nunca? Una figura de alto rango del Consejo de Seguridad Nacional reflexionó sobre las mentiras difundidas por sus colegas: “Fueron sus explicaciones. Por ejemplo, ¿los ataques [de los talibanes] están empeorando? Eso es porque hay más objetivos a los que disparar, por lo que el que haya más ataques es un indicador falso de inestabilidad. Entonces, tres meses después, ¿los ataques siguen empeorando? Es porque los talibanes están desesperados, así que en realidad es un indicador de que estamos ganando” (…) “Y esto siguió y siguió por dos razones: para que todos los involucrados no perdieran la cara y para que pareciera que las tropas y los recursos tuvieran tal efecto que eliminarlos haría que el país se deteriorara”, explicó.
Todo esto era un secreto a voces en las cancillerías y ministerios de defensa de la OTAN en Europa. En octubre de 2014, el secretario de Defensa británico, Michael Fallon, admitió que “se cometieron errores militarmente, los políticos en ese momento cometieron errores y esto se remonta a 10, 13 años atrás (…) No vamos a enviar tropas de combate a Afganistán, bajo ninguna circunstancia”. Cuatro años más tarde, la primera ministra Theresa May reasignó tropas británicas a Afganistán, duplicando sus combatientes “para ayudar a abordar la frágil situación de seguridad”. Ahora, los medios de comunicación del Reino Unido se hacen eco del Ministerio de Relaciones Exteriores y critican a Biden por haber hecho un movimiento equivocado en el momento equivocado, con el jefe de las fuerzas armadas británicas, Sir Nick Carter, sugiriendo que podría ser necesaria una nueva invasión. Los partidarios conservadores, los nostálgicos coloniales, los periodistas títeres y los sapos de Blair hacen fila para pedir una presencia británica permanente en el Estado devastado por la guerra.
Lo sorprendente es que ni el general Carter ni sus relevos parecen haber reconocido el alcance de la crisis a la que se enfrentaba la maquinaria de guerra estadounidense, como se expone en ‘The Afghanistan Papers’. Mientras que los planificadores militares estadounidenses han ido despertando lentamente, sus homólogos británicos todavía se aferran a una imagen de fantasía de Afganistán. Algunos argumentan que la retirada pondrá en riesgo la seguridad de Europa, ya que al-Qaeda se reagrupará en el nuevo Emirato Islámico. Pero estos pronósticos son falsos. Estados Unidos y el Reino Unido han pasado años armando y ayudando a al-Qaeda en Siria, como lo hicieron en Bosnia y Libia. Tal alarmismo solo puede ser creído en un pantano de ignorancia. El público británico, al menos, no parece habérselo tragado. La historia a veces impulsa verdades urgentes en un país a través de una vívida demostración de hechos o de la pérdida de credibilidad de las élites. Es probable que la retirada actual sea uno de esos momentos. Los británicos, ya hostiles a la “Guerra contra el Terrorismo”, podrían endurecer su oposición a futuras aventuras militares.
¿Qué deparará el futuro? Replicando el modelo desarrollado para Irak y Siria, Estados Unidos ha anunciado que una unidad militar especial permanente, compuesta por 2.500 soldados, estará estacionada en una base kuwaití, lista para volar a Afganistán y bombardear, matar y mutilar si fuera necesario. Mientras tanto, una delegación talibán de alto nivel visitó China en julio pasado, prometiendo que su país nunca volvería a ser utilizado como plataforma de ataques contra otros Estados. Mantuvieron conversaciones cordiales con el Ministro de Relaciones Exteriores de China, que supuestamente abarcaron los lazos comerciales y económicos. La cumbre recordó reuniones similares entre muyahidines afganos y líderes occidentales durante la década de 1980: los primeros aparecieron con sus trajes wahabíes y cortes de barba reglamentarios en el espectacular telón de fondo de la Casa Blanca o el número 10 de Downing Street. Pero ahora, con la OTAN en retirada, los actores clave son China, Rusia, Irán y Pakistán (que sin duda han brindado asistencia estratégica a los talibanes y para quienes este es un gran triunfo político-militar). Ninguno de ellos quiere una nueva guerra civil, al contrario que Estados Unidos y sus aliados después de la retirada soviética. Las estrechas relaciones de China con Teherán y Moscú podrían permitir trabajar para asegurar una paz frágil para los ciudadanos de este país traumatizado, con la ayuda de la continua influencia rusa en el norte.
Se ha puesto mucho énfasis en la edad promedio en Afganistán: 18 años, en una población de 40 millones. Por sí solo, esto no significa nada. Pero existe la esperanza de que los jóvenes afganos luchen por una vida mejor después de cuarenta años de conflicto. Para las mujeres afganas, la lucha no ha terminado, incluso si solo queda un enemigo. En Gran Bretaña y en otros lugares, todos aquellos que quieran seguir luchando deben centrarse en los refugiados que pronto llamarán a las puertas de la OTAN. El refugio es lo menos que Occidente les debe: una pequeña reparación por una guerra innecesaria.
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Tariq Alí es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso.
Este artículo fue publicado en Sin Permiso procedente de New Left Review.
Traducción de Enrique García.
He releído los capítulos 2 y 4 del Libro de Rut. La mujeres, vecinas y conocidas de Noemi, viuda, suegra de Rut, viéndola con el niño de ésta en brazos, decían que Rut la protegía más que si hubiera tenido siete hijos. Por mucho que nos queramos engañar piadosamente, solo las mujeres afganas inventaran y harán la protección de las mujeres afganas. Las gentes honestas del resto del mundo podremos, podemos, debemos empujar para que eso sea posible. Mi madre, viuda, sin un puñetero duro, protegió a otras mujeres y no se dejó doblegar y enseñó a sus hijos a esperar en pie al hijo del hombre. Seguro que hay millones de mujeres afganas como mi madre. Conmigo cuentan.
Es una evidencia histórica que el progreso para las mujeres sólo viene de la lucha de las mujeres.El feminismo no se exporta por simplificar…Tampoco yo veo que la geopolítica mundial le importe mucho el destino de las mujeres…El fundamentalismo religioso,el subdesarrollo económico(donde las que más lo pagan son las mujeres y los niños) es mal negocio para las mujeres…Salvando las distancias mirad como “nuestros talibanes” tachan un mural feminista como los talibanes borran en negro las figuras de las mujeres en las peluquerías…El orígen es el mismo el machismo y el fundamentalismo religioso…Salvando las enormes distancias…Tampoco veo yo que las ayudas a los países se condicionen por la situación de las mujeres…Por qué mandamos los hombres en el mundo? Probablemente…No parece irracional pensar que si las mujeres mandarán,no andarían jodiéndose a sí mismas…aunque yo como varón instintivamente puenso lo contrario…Pero soy un animal racional,a veces…
De todas maneras acabo de escuchar a nuestro profeta Gervasio Sánchez en la Sexta.Lo llamo profeta porque es un testigo de los hechos ,jugándose el tipo,y además no se corta un pelo en meterse con el “negocio de la guerra” y tiene toda la razón: Occidente en general y Pedro Sánchez en particular no realiza ningún tipo de autocrívtica…de estefiasco…v
Sin ánimo de polemizar ,yo he perdido la costumbre de opinar porque vuelve Jesús Maraña de vacaciones y explica esto y lo de Ceuta,con un orden u una claridad expositiva superior…Por lo demás, por las vacaciones o por efecto secundario de la vacuna he perdido las ganas de twitear…
¿De veras? ¿Necesitas que Maraña te diga que Marlaska ha patinado peligrosamente?
Y por supuesto, que alegría que te cuente que el gobierno está gestionando desde hoy mismo algo tan complejo como lo sucedido con un resultado impactante, “ Casi tanto como el ruido que hace una oposición mucho más dispuesta siempre a apoyar y aplaudir operaciones bélicas imperialistas que a asumir con responsabilidad de Estado sus nefastas consecuencias.”
¡Me parto de la risa! Y con los colegas de infolibre.
Yo creo que lo de Afganistán no a quien lo arregle…Yo soy socio de infolibre por Maraña,para mí el periodista más inteligente de este país…Lo pienso hace mucho…Escolar es listo ,pero aún le falta para ser Maraña ..Maestre me cae de puta madre y el tio le mete unas hostias a los fachas de las buenas…aparte que su primer libro(Franquismo SA) me pareció un buen libro,incluso entretenido…Maestre es un tio libre,le importa un bledo las consecuencias que le pueda traer lo que dice,aunque no esté de acuerdo siempre con lo que dice…Yo de mayor,que ya lo soy,quiero ser una mezcla dearaña,Esolar y Maestre,la Santísima Trinidad…
Hay gustos pa’ to’ en la viña del señor.
Y como sólo he citado hombres,añadiré que Soledad Gallego Diaz,me parece una gran periodista a la que siempre leo…
Te iba a sugerir a Elisa Beni. No es periodista, pero me encanta. Se acelera mucho al hablar, pero es genial.
Me gusta tb
Estoy segura de que saben cómo empezó todo el conflicto, solamente les voy a recordar que cuando Afganistán dejó de ser colonia inglesa, después de que hubiera una monarquía que durase un par de décadas más o menos, se derrocó y empezó un régimen republicano. Ese régimen tuvo apoyo de los horribles rusos comunistas, y entonces los americanos apoyaron a los otros, a los que se oponían al la sociedad de corte socialista. Los otros resultaron ser los Talibán. Gente religiosa y de buena costumbres. Los armaron hasta los dientes. Y ganaron. Enhorabuena. Pero…resultaron no ser exactamente como esperaban y dando un salto en el tiempo nos vamos al 11 de Septiembre y ya sabemos la guerra contra Bin Laden, cabecilla o gran cabeza del atentado, refugiado en las montañas afganas. Lo demás es fácil de recordar.
Es un país con la situación que tiene en el oriente medio, en fin. Ya saben. Apoyaron la presidencia de este huido señor hace unos días. Y ahora va y dice el presidente Bien que ellos solamente querían luchar contra el terrorismo y que si el país quiere a los talibán, es asunto de ellos. Y organiza una salida de las tropas, sin organizar. Y ahí están las imágenes del aeropuerto de Kabul.
Análisis muy sencillo. Es lo que he entendido y en el fondo es lo de siempre. Bueno, no exactamente. Antes eran dos bloques y ahora, además, se ha metido a un dios por enmedio. Nada menos que a todo un Alá.
Porque las cosas tienen una complejidad muy grande, pero en el fondo, las causas siempre son las mismas.
En fin.
Que Dios, sea llamado como sea, guarde a las mujeres de Afganistán, por mucho que hayan perdido un enemigo y solo le queden dos.
Muy bueno, Carmen.
Estos días circula un vídeo del mismo Biden de 2001 que desmiente lo que dice ahora:
Joe Biden en 2001: “Trataremos de ayudar a reconstruir una Afganistán política y socialmente estable”.
Si, el gobierno socialista recibió apoyo de los horribles rusos comunistas en una situación en la que los muyahidin (llamados entonces en Occidente defensores de la libertad) cortaban cabezas, cortaban las manos a maestras y maestros, ponían bombas en las escuelas.
A día de hoy, dado el desastre. Veo alguna petición de una intervención de las fuerzas de paz, los Cascos Azules. Quizá este “mal menor” podría paliar algo la barbarie.
Es que cada día me fío menos de lo que leo. Si a eso le unes lo perezosa que estoy para leer libros , pues me voy a la wiki. A los orígenes de, pues de lo que me interese saber. Me he dado cuenta de que lo mejor es empezar por la historia del lugar, en caso de que sea un lugar, o por la definición de la palabra de la RAE, si es una palabra. Después vas abriendo el círculo hasta que llegas a lo que quieras saber. Y una idea te haces. Y luego, pienso.
Me entretengo.
Ya estoy cerca de volver a leer libros otra vez. Y os dejaré tranquilos.
Buen fin de verano.
Yo tampoco me fío mucho o no de cualquier cosa. Pero hay hechos ciertos que se repiten y nos van dando pistas como para saber eso, que las causas siempre son las mismas.
Si es verdad que surgieron los talibanes de las facciones que lucharon en la guerra civil de 1990, pero este grupo profesaba ya esa ideología islamica, radical, extremista y tribal que se empeoró después, convirtiéndolos en puros terroristas.
No, las armas regaladas no los convirtieron en lo que son ahora puesto que ellos ya profesaban ese tipo extremista y fundamentalista islamico. Se pudieron disfrazar de salvadores de su pueblo pero ya llevaban en sí ese germen nefasto del crimen y del genocidio.
Y NO importa si profesan una religión. Es una religión corrupta y deformada que proviene del Islam. Por tanto, la guerra de guerrillas fue una ocasión para su desarrollo, pero no la causa del grave desorden que los ha llevado a la institucionalidad del terrorismo.
Un saludo cordial
Santiago Hernandez
Hola.
No digo que las armas los convirtieran en lo que son. Solamente digo que es la historia de siempre. No quiero que los estados socialista vayan ganando países, así que ayudo con la venta de armas a este grupo que parece que va a cuidar mucho la moral y esas cosas, son muy religiosos . Una religión siempre tiene que ser mejor que un grupo de ateos sindios, como son en los estados socialistas. Y de paso vendemos armas, que tengo yo unos amigos que las hacen muy bien.
Y voilà.
La historia de siempre.Bueno, se ha repetido muchas veces desde el final de la segunda guerra mundial. Los dos bandos Salvadores. Anda que no han metido en guerras interminables a los pueblos salvados. O tenerlos bajo la bota durante aaaaaños.
Menudo cinismo. Estoy de salvadores hasta el gorro ya.
Además, no entiendo prácticamente nada de esto, pero me da la sensación de que el tipo de sociedad de Afganistán es muy muy complejo. Muchos grupos diferentes,con religiones diferentes, bueno, con interpretación del Corán diferente. Una especie de conjunto de agrupaciones humanas diferentes y que no se llevan demasiado bien entre ellas. No sé, una sociedad muy compleja.
Y ya si metemos a dios por enmedio, pues ya tienes jaleo total.
Pobre Dios, la de cosas que se han hecho en su nombre. Y eso que no se puede nombrar. Y encima pienso que la criatura no se mete en nada y al final siempre se la carga.
En fin. Los seres humanos no sé si somos muy inteligentes o no, pero que nuestra cabeza es lo más complejo del universo conocido, me apuesto lo que sea
Buen día.
Y por favor,no me diga que todo esto es porque hace dieciséis siglos el señor Mahoma se apartó de La Verdad Absoluta, que es la nuestra. Porque si me lo dice, me echo a llorar.
Santiago, por supuesto que sí importa que profesen una religión cuando muchas de sus barbaridades las apoyan normas de esa religión. Y no vale decir que es una deformación del Islam lo que no nos gusta, ni el Islam ni ninguna religión es un ente con cualidades propias, no son más que lo que sus jerarcas y fieles hagan que sea. A ver si va a resultar que el Islam es esto y sus aproximaciones y no lo ilusorio que les gustaría a algunos.
Digo “aproximaciones” a lo que es en España, que lo conozco bastante.
Este artículo hace una descarnada autopsia de la situación en Afganistán, pero ¿dónde está el nudo de toda la situación?; “¿quiénes son los malos?”. La corrupción, los intereses políticos y económicos, lo invade todo. Ni siquiera nosotros, tan alejados del conflicto, podemos dejar de mirar lo que pueda afectar a nuestros intereses. ¿Dónde está, al menos, el mal menor? ¿Nos falta información? ¿Visión de conjunto? ¿Experiencia directa del sufrimiento ajeno? Aterricemos en lo concreto, tenemos que ayudar a los refugiados afganos.
Que los talibán son lo peor no tiene ninguna duda.
Y no deja de tener su aquel que EEUU se dedique a desestabilizar países (curiosamente los de cultura musulmana más laicos) y una vez hecho el desastre me largo y ahí queda eso, los refugiados para Europa.
Es uno locura la de quienes como no sabemos cual es el mal menor, contentos con el mal mayor.
No sólo para nosotros occidentales sino para los mismos islamicos Afghanos,el Talibán significa un retroceso a la barbarie porque todavía está fresca en la memoria de todos las atrocidades y el anacronismo del Talibán durante su mandato en Afghanistan entre 1996 y el 2001, especialmente contra el sexo femenino en general y el genocidio cultural junto con crímenes horrendos.De hecho, la desesperación de los afghanos ha sido evidente en el aeropuerto de Kabul tratando de huir de su país a toda costa y entregando a sus hijos pequeños a los militares por encima de las cercas para que pudieran vivir en el mundo libre.
Porque la ideología del Talibán representa una forma extrema de la Ley Sharia caracterizada por el fundamentalismo Deobandi, el Islamismo militante y la práctica de “códigos tribales” Pashtun. Este retroceso tribal a una forma extrema de dictadura “religiosa” hace que el Talibán pueda reconocerse como una forma de terrorismo, como lo han clasificado muchas naciones.
Para el autor de este artículo Tariq Ali el Talibán parece ser la solución existencial no sólo de Afghanistan sino que podría aplicarse como un modelo a seguir para derrotar al “Imperialismo de Occidente”. Pero el es un activista extremo y su manera de pensar va de muy de acuerdo con las normas de esta “forma extrema islámica”.
Es claro que existe una complicidad oculta en la “entrega” de Afghanistan al Talibán para delicia de Rusia, China e Irán que ya poseen una base de operaciones para sus planes hegemónicos y agresivos en la conquista del mundo libre occidental.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Un artículo sorprendente.
Soy occidental. Sorry. Luego debo de llevar algo malo dentro. Otra vez sorry.
Me ha tranquilizado mucho que ahora las mujeres afganas en vez de tres enemigos tengan solamente dos, ya que ha cesado la ocupación occidental. Me alegro un montón. La gente que conozco en general y las mujeres en particular estamos muy muy preocupados por como quedaba a partir de ahora la situación de muchas mujeres, muchísimas en Afganistán, pero, ya digo, este artículo me ha tranquilizado porque se han quitado a un enemigo de tres.
La verdad, ni idea de Afganistán hasta hace unos días, algo he leído. Algo sé. Algo he entendido. Tiene razón el señor que ha escrito el artículo en cuanto a que ha sido un auténtico fracaso la guerra en Afganistán, han ganado los talibán. Hay muchas personas que se sienten absolutamente engañadas por, pues por todo. Con una frustración enorme. Eso es algo que cantan los ciegos por las esquinas. Pero a lo mejor se lo han ganado a pulso. No sé. Artículos como este me dejan ojiplática, debe de ser porque no lo he entendido bien.
La verdad, no he querido terminar de leerlo, demasiado para mí. Debe de ser mi mente occidental, que quiere que todo el mundo funcione con parámetros occidentales, debe de ser eso.
Que el Dios cristiano y Alá repartan suerte a las mujeres afganas , todavía le quedan dos enemigos a abatir.
Sí, es tremenda la situación. Y comprendo que a muchos antiimperialistas les satisfaga un poquito ese fracaso de la campaña “Libertad duradera” con que hipócritamente la bautizó Bush. Es una derrota en la serie Corea, Vietnam, a las que podríamos añadir Cuba, Nicaragua…
¿Quién podría ahora deshacer el entuerto?
Me ha interesado cómo el primado de la Iglesia Anglicano ha llamado a la responsabilidad a los Lores de Inglaterra https://www.episcopalnewsservice.org/es/2021/08/18/archbishop-of-canterbury-addresses-the-house-of-lords-on-afghanistan/
Y la manera como nuestra amiga Olga Rodríguez cuenta cómo la suerte de la población de Afganistán, sobre todo las mujeres era ya muy mala o peor en el Afganistán profundo antes de ese fatídico domingo 16. Excepto en algunos círculos protegidos de Kabul y algunas universidades, la ocupación americana no representaba una mejora para el pueblo-pueblo de Afganistán sino más bien lo contrario:
Esta es su opinión, como lo cuenta en El cinismo ante Afganistán
Ya había leído el artículo de Olga y me gustó.
Es cierto que en las zonas rurales ya vivían como con los talibán, no peor de como va a ser que es casi imposible.
Peor situación para hombres y mujeres es desde hace cuarenta y tres años, gracias a los esfuerzos de Estados Unidos, Arabia Saudí y Paquistán por derrocar la revolución socialista. No se puede limitar esto a los últimos veinte años.
Los “malvados socialistas” sí mejoraron la vida de los afganos y en poco tiempo. Con una reforma agraria que libraba a los campesinos de la esclavitud, con dotaciones sanitarias, con alfabetización.
Para las mujeres supuso: igualdad jurídica para hombres y mujeres. Prohibición del matrimonio infantil. Divorcio. Autorización para no llevar velo. Posibilidad de estudiar. Permiso para trabajar. Pero… había que luchar contra la URSS, como dice Olga. Y qué mejor forma que apoyar y financiar a los terratenientes y religiosos descontentos con los avances.
Así que no se puede decir que “las afganas sufren como siempre”. Siempre no fue así y hubo posibilidades muy reales de que su mejora prosperase.
La historia siempre es la misma, esta en muchos aspectos me recuerda a la nuestra. Por ejemplo, esas declaraciones de los talibán de que habrá paz (dentro de la sharia) me recuerdan las de Franco al acabar la guerra. Y paz hubo, sí, la paz de los cementerios para unos y la paz de los sumisos para otros.
Y, Antonio, para acabar.
Sigo sin ver el motivo de satisfacción ni grande ni pequeña en este caso, y no admito clasificaciones, como quizá será que no eres antiimperialista…
Si es lo mismo que gane Fidel a que ganen los talibán, si de lo que se trata es de darle y ganar a EEUU sin importar para qué, me pierdo y me desintereso por los que así cavilan. Yo no puedo estar en ese bando.
¿Será cosa de conservadora, de nostálgica colonial, exigir a los países occidentales y concretamente al mío, España, que tanto han contribuido a este desastre, exigir que hagan algo por defender los derechos de mujeres y niñas afganas?
Es insoportable oír a Borrell (y a otros) que hay que dialogar con los talibán de todo puesto que han ganado la guerra… y lo dicen los mismos que niegan el pan y la sal a Cuba y Venezuela.
De forma bastante sutil, no tan abiertamente como ya están haciendo otros, Tariq Ali se muestra satisfecho de la victoria talibán si es que esto es señal del declive del imperio; puesto que los resistentes han podido con los ocupantes como en ningún otro país.
Pero el enemigo de mi enemigo no es mi amigo por ese motivo y mucho menos en este caso. Que el punto de inflexión suponga una involución en todos los órdenes de la vida, una vuelta a más barbarie, contradice toda pretensión de esperanza en una vida mejor.
No parece que los afganos se sientan felices de la marcha de los ocupantes, como hemos podido ver en las imágenes del aeropuerto y la constancia de miles que han huido ya a otros países vecinos. Ni los hombres ni las mujeres, que se quedan con el peor enemigo que puede tener una mujer: el islamismo y sus leyes.
Hoy en El País entrevista a Atiq Rahimi, escritor y cineasta afgano, refugiado político en Francia desde 1984
P. Hay quienes hablan de “talibanes 2.0”, más moderados. Hasta han dado una rueda de prensa, algo bastante inédito, asegurando una amnistía general y que van a respetar los derechos de las mujeres en el marco del islam. ¿Usted se lo cree?
R. Sí, han dicho eso, pero en seguida han dicho que todo será según la ley de la sharía. ¿Y eso qué quiere decir? Lo que han practicado hasta ahora y que practican en muchos países musulmanes, en Arabia Saudí o Qatar. Las mujeres serán las primeras víctimas, seguro, de esta guerra geopolítica, como siempre. Y también la juventud, que no va a tener ya acceso a una educación laica, moderna, y será nuevamente enviada a escuelas coránicas. Ya han prohibido series de televisión, han detenido muchas emisiones de radio, pronto van a prohibir muchas más cosas. Hay que decir las cosas como son: es la victoria del oscurantismo sobre la ilustración. Y esta vez va a ser más duro aún, porque lo han vuelto a conseguir, han ganado esta guerra, están orgullosos y tienen cada vez más confianza en sí mismos.
https://elpais.com/cultura/2021-08-19/atiq-rahimi-los-talibanes-estan-matando-la-cultura-desde-1996.html
¡La esperanza a partir del punto de inflexión!
Terrible la situación, especialmente para las mujeres y especialmente las niñas.
Todo mal…campando a sus anchas…sin que nadie clame por la situación.
Las guerras no es la buena solución, lo vemos a través de la historia.
Pero quedarse con los brazos cruzados:
¡Tampoco!
Son los graves problemas de poner a..:
Un “dios” hecho a su imagen y semejanza, como centro de todas las cuestiones.
Queda claro, quienes son las personas ¿pensantes? en todos los lugares donde ocurren terribles tiranías para las mujeres desde niñas.
Seguimos siendo…pasto…para todas sus bajas pasiones.
Lamento este…¿grito? en favor de las mujeres.
Deseo de todo corazón, que lo que nos explica el art. sea el principio de una era nueva.
Lo deseo con todas mis fuerzas, por toda las personas que habitan el país.
Últimamente, pierdo con facilidad la serenidad; pero no comprendo tanta maldad en tantas partes de este dolorido mundo.
¡Lo siento de veras!
“Los talibán, milagrosamente, civilizados en unos meses:
85 niñas asesinadas y 147 heridas en un atentado contra una escuela femenina en Kabul, mayo de 2021”
“Empieza la fabricación del Jomeini afgano:
Los medios están lavando la monstruosa cara de los Taliban para presentarlos como Hombres de Estado aceptables…“