En el principio ha habido poesía en ATRIO. Pero no mucho. Últimamente Andrés Ortiz-Osés nos enviaba algún poema brotado desde el mismo borde de la muerte. Ahora Honorio nos envía una Oda a Walter Whitman, un gran poeta del siglo XIX que rompió con todos los esquemas bienpensantes de su tiempo. Incluso con la aceptación impuesta del te´´ismo. AD
Hércules, Narciso y Ulises, Pindaro y Apolo,
Homero norteamericano
Louis Armstrong, Roosevelt, Hemingway sanferminero
Negro sureño, esclavo, rostro pálido, piel roja, neoyorkino aventurero
Cuáquero y adventista, mormón y puritano, o animista si hace al caso
De todos y con todos uno, novio, esposa, amante, si hace falta marido o hermano
Sekuoia cactus o serpiente, o río, tren, alce, hierbajo, flor de las praderas
Whitman encantador de las palabras,
Chamán del nuevo inmenso continente americano
Poeta-saltamontes, lírico y dramático, místico y épico
Gual Güitman, superman, gigante.
Dices que Dios no está en la tierra ni en la luna ni el espacio.
Que Dios es todo: luna, planetas y estrellas
Que cosas y hombres somos parte, trozos de tu dios
Que nadamos, vivimos y morimos sin salir del dios que tú veneras
Y que lo que hace dios es bueno y deseable
Es fatalmente bueno, conveniente y saludable.
Pues no, Güitman, a mí me sacas tú de tus poemas
Que yo soy yo, muy yo, por eso me reservo
Entero mi derecho a replicar y a rebelarme
Y aplaudir cuando bien me plazca.
No soy un ser pasivo, tengo acceso a la blasfemia
Si no he ganado aún mi plena libertad, Gual Güitman, pero estoy en ello
Sé bien que moriré muy pronto y sin remedio,
Mas no me inclinaré jamás ante la muerte.
Que yo amo al mundo, Güitman, como tú
Porque es mi luz, mi casa, mi aire y mi sustento
Que yo le temo a Dios, y le amo a veces.
Y algunas veces dudo de él y le discuto
A veces le retiro hasta el derecho a la existencia
Pero digo que es la materia, el último escalón entre los seres.
Y Dios, si existe, es su principio soberano.
Y somos los hombres los reyes de este paraíso malogrado
Te admiro Güitman, pero no conseguirás Borrar mi yo en el mundo
Ni tampoco anegarnos a mí y al mundo en tu dios
No, no me arrancarás este dorado sueño de la tierra prometida
Yo soy, Güitman, maniático, y asnal y testarudo
Igual que mi paisano bilbaíno don Miguel de Unamuno.
Honorio, no conocía yo estas cualidades poéticas. Me ha gustado esta síntesis de cultura, de religión, y de tu posición personal. Tiene horizontes de épica e intimidad de lírica. Gracias por hacernos partícipes de ella.
Me encanta este párrafo que copio de Güitman; lo he cambiado un poco, y lo señalo con los puntos:
y…los… hombres somos parte, trozos de…tu…dios.Que nadamos, vivimos y morimos sin salir de dios…Él…
No me parece una mala explicación de Dios, porque nadie sabe como es, que es, y como actúa en las personas, crean en su “presencia” o no.
Honorio, no dejo de comprender lo que nos comunicas, pero no está fuera de lo posible…que de alguna manera seamos parte de su… Esencia…y si la acogemos, seguro, seguro que:
¡Se multiplicará, en cada persona que así lo sienta!
Un abrazo entrañable.
También soy maniática, asnal y testaruda. Por eso te entiendo tan bien.
Un abrazo.