El foro de Curas de Vizcaya publica hoy una nota muy interesante de un blog italiano muy cercano al Vaticano. El Sismógrafo. No es cuestión de confusión en quién manad en la Iglesia. Es necesario que se aclare píblicamente si el papa Francisco está implicado en esta nota diplomática que ha generado todo un terremoto en el Estado italiano. AD.
“El ataque del Vaticano a ddl Zan parece un despecho de la Curia contra el Papa. Quien no vio necesidad alguna del mismo ” (L’Espresso)
“Il sismografo”, L.B – R.C. -, 22/06/2021
Cierta prensa que dice respetar a los católicos debe respetar primero al Papa y no usarlo para sus juegos de poder
Tan pronto como leímos que la Santa Sede había remitido una nota al Gobierno italiano en la que se cuestionaba el Concordato (revisión de 1984) en el caso de Ddl Zan (“Medidas para prevenir y combatir la discriminación y la violencia por motivos de sexo, género, orientación sexual, identidad de género y discapacidad“) sobre cuestiones de homofobia, transfobia, etc., especialmente las violentas, nos dijimos a nosotros mismos: pronto alguien, entrevistado sobre el asunto, dirá que el Papa no sabía nada sobre el referido documento…
Han pasado menos de tres horas y volvemos como cuando se escribió que Francisco no conocía o no estaba de acuerdo con el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe que prohibía, hace unos meses, las bendiciones del clero a las parejas LGBT+. También ahora, se repite el modelo ya probado en ocasiones anteriores.
De hecho, L’Espresso online, un semanario muy cercano al Santo Padre, guía y artesano de la campaña contra el cardenal Angelo Becciu, sale con esta historia: “El ataque del Vaticano a ddl Zan parece un despecho de la Curia contra el Papa. Quien no sintió necesidad alguna de dicho aviso”- Es una frase atribuida al padre Alberto Maggi. (Texto)
Lo que está sucediendo es delicado y en cierto modo grave.
Sería preciso poner fin al juego de lobos que asedian al Papa. Es probable que así haya sido durante siglos. Sin embargo, hacer creer a la gente —recurriendo a un relato singular— que cosas de la seriedad y gravedad como las dos reseñadas suceden a espaldas del pontífice, no es aceptable.
Sería mejor que en estos momentos, como lamentablemente no se ha hecho en el caso anterior de las bendiciones a las parejas homosexuales, y también en otros, pedir al Papa o a la Sede Apostólica una aclaración precisa. No se puede seguir con el tira y afloja que luego deja todo en suspenso. El Pueblo de Dios no puede quedar sumido en la duda permanente. Esta narrativa daña enormemente el prestigio y la credibilidad del Papa Francisco, ya que hace que se le perciba como un pastor no lineal, no transparente, manipulador de lo verdadero y de lo falso.
El papa juega a un juego muy complicado que es conservar las tradiciones de la Iglesia sin destruir su camino por un siglo XXI cuajado de personas que saben más que ellos de lo que es el mundo en realidad.
Ese es el cambio real que necesita la Iglesia.
Cuando la Iglesia Católica era quien poseía la sabiduría y la ciencia, nadie podía discutir sus dictados pero hoy tiene que convivir con un mundo que sabe más de sí mismo que ellos y mucho más de lo que sabían los “Padres de la Iglesia”, el “Doctor Angélico” y “el obispo de Hipona” juntos,
¿Es que no hay ninguna institución o ninguna persona que pueda reclamar al Papa, a los que publican esos comunidades oficiales y a los que los desmienten, que demuestren su veracidad y legitimidad? ¿No hay una fiscalía de oficio? ¿Consta en esos documentos la firma del Papa o su aprobación? Los cristianos tenemos derecho y obligación de saber quién manda en esta institución a la que pertenecemos.