El viernes de madrugada nos dejaba José Ignacio Spuche Bellod, un cristiano de cuerpo entero y un amigo de muchos, a quien muy especialmente el grupo de lectores de Légaut de Valencia habíamos visto luchar día a día, con enorme fe y resistencia por la VIDA. Solo me cabe hoy reproducir el recuerdo y la pena de un compañero, Paco Gramage, escrito en la web del Crup Cristià del Dissabte, e invitar a todos a participar en el Encuentro Zoom que mañana martes 12, 19h. celebraremos para hacer memoria de su vida en Cristo Jesús. En comentarios o en correo a atrio@atrio.org podéis todos sus amigos pedir el enlace para uniros. AD.
JOSE IGNACIO SPUCHE, TESTIMONIO DE UN AMIGO
Nos ha dejado José Ignacio, miembro del Grup Cristià del Dissabte, y ahora hay que recordar, porque sólo lo que se recuerda, es vivo; ahora te queremos recordar, amigo, “compañero del alma, compañero”.
Como dice el poeta, a nosotros nos durmieron con un cuento, pero no s despertaron con un sueño . Tú has vivido, como protagonista ese despertar con ese sueño sin uniformes inflados, sin redes, ni ritos que no tiene sentido, ni trampas, y sobretodo, sin miedo. Nos has mostrado que soñar es querer, querer y querer desvincularse del ovillo. He tenido la suerte de compartir contigo muchas batallas de ese sueño en este caminar, acompañado por tu amistas.
En primer lugar, aquello que vivimos en el seminario al que tú te incorporaste con un grupo de bachilleres, y desde entonces, con tu figura alta, esbelta, ilustrada –hablando en castellano-, no te dejaste deslumbrar por la tentación por planificar una carrera eclesiástica de altura, como sí lo hizo algún compañero nuestro, que ha escalado en la carrera eclesiástica como tenía planificado.
Apasionadamente, sin embargo, llevaste adelante el sueño de ir con un equipo de compañeros a los pueblos del Valle de Cofrentes –una experiencia entonces conciliar, innovadora–. En el mismo sentido de compromiso participaste en la Parroquia de Vera, con Pepe Vila, con el ejemplar testimonio evangélico y político en la Malvarrosa.
A propósito, la dedicación a la enseñanza ha estado presente siempre acompañada por una clara vocación pedagógica. Una vocación que te impulsó a colaborar en el movimiento junior de Mislata, y en actividades parecidas en el mismo pueblo. Su aspecto majestuoso no le hacía alejarse de los alumnos, muy al contrario, sabía aceptar, con su figura quijotesca y con un gran sentido del humor, algunas bromas por parte de sus alumnos. Mi hijo me cuenta una de ellas: el último día de clase antes de la Navidad, mientras estaban decorando el aula, un compañero con un spray de nieve, creyendo que estaba vacio, le gastó la broma de rociarlo, la sorpresa fue que no lo estaba y le llenó la cara de nieve. Todos quedaron estupefactos y José Ignacio reacciono con el temple y la jocosidad que merecía la broma. A la vez que transmitía seriedad. su figura, dejaba traslucir una gran ternura. Puedo decir que los alumnos percibían en José Ignacio mas que al hombre profesor al uso, que sabe su doctrina, a un hombre bueno.
Su trayectoria fue siempre coherente con su fe cristiana y convicciones profundas y razonadas. Supo tomar decisiones cada vez menos eclesiásticas, pero más cristianas y con valentía. Su soñar le llevó a descubrir el amor en María Luisa. Este amor concreto, real, lo vivió plenamente; un amor que le acompañó toda la vida, que no se encontraba en los sermones de los maestros religiosos, que le ayudo a estimar aún más la vida de modo natural. Un amor que se concretó y vivió también con su hija y su nieta, y que vivía con tremenda ilusión. Este amor lo vivía y daba sentido a su vida, porque vivir no es solo estar vivos, sino que es la actitud de llenar la vida.
En este contexto, José Ignacio fue compañero e impulsor del movimiento por el celibato opcional, MOCEOP, de tantos amigos que sintieron y vivieron la misma lucha, los mismos sueños, el mismo caminar.
José Ignacio, por todo aquello que hemos recibido de tí, por tu acompañamiento, por tu testimonio, por tu amistad, GRACIAS. Ahora con la separación nos haces comprender que nada es eterno, aquí nada es eterno. Deseamos que encuentres todo aquello que en tus sueños no lo has conseguido, y a nosotros nos queda el gozo de tu compañía que nos ha hecho a todos mejores.
PACO GRAMAGE.
Con la venia…Atrio parece que se está convirtiendo en la cátedra de unos pocos superdotados y una plebe a la que se permite añadir algún comentario en forma de apéndice. Como si fuese un reducido monopolio de unos pocos.
Me pregunto por qué no hay más firmas encabezando y proponiendo los temas que consideran oportunos.
Mi mas sinceras cndolencias a la familia de Jose Ignacio : su mujer Mª Luisa y su hija. He compartido con él muchos encuentros de delegados de Moceop desde la década de los setenta y muchos encuentros y asambleas de Moceop. En uno de esos encuentros me acogió a dormir en su casa a horas intempestivas de la madrugada, hora en que el tren, que me traía de Cádiz, con trasbordo en Alcázar de San Juan, llegaba a Valencia. Guardo de él el grato recuerdo de un compañero afable, muy correcto y educado en el trato y con grandes inquietudes sociales y eclesiales. Ya está gozando de la plenitud.
Compartir con el grupo de lectores de Légaut me permitió conocer a José Ignacio. Han sido pocos años. Pero me abren a la esperanza de una gran posibilidad: la de cruzarme con personas como él. Guardaré con cariño su imagen de bonhomía y su particular acogida que percibí en esa sonrisa que tan bien recoge la fotografía que ha escogido la redacción de Atrio
Ignacio: gracias por lo que nos hemos vivido y acompañado. Hoy volvemos a rezar-gozar-comprometernos juntos…Estamos en el mismo camino , aunque en orillas diferentes…¡¡¡SEGUIMOS ACOMPAÑANDONOs¡¡¡ GRACIAS. Julio Pinillos
Un record emotiu per a Jose Ignacio i una forta abraçada als seus familiars. No podré estar en l’Encontre d’esta vesprada, però m’uneixo a ell de tot cor.
Los amigos de verdad siempre son pocos. José Ignacio es para mí uno de ellos. Hemos compartido tanto, que su ausencia duele, pero queda compensado de sobra con el hecho de haber gozado de su amistad. Gracias, Ignacio.
Querido José Ignacio: ahora ya no te preguntamos aquello de “¿cómo estás, José Ignacio?”,(por cierto nunca has estado mal),nos preguntamos, si alcanzamos en lo profundo, en soledad fundamental,en oración, por el SER.
Te has ido, nos lo contó María Luisa,tal como has sido: dulce, respetuoso, pacífico…
Nos queda, trabajo y fe nuestros, en tu ausencia hacer tu presencia. Carmen y Balta.
Muchas gracias al equipo Atrio por compartinos este testimonio de amistad y admiración.
A José Ignacio le conocí ya mayor y como bien se dice y se ve, me pareció una persona muy sencilla, con capacidad de escucha y humildad en reconocer que no era perfecto. Aún así y por eso mismo, muy humano.
Siguió con el grupo de Légaut hasta el final. Nos deseó a todos Felicidad y Paz y un feliz año nuevo, con un fuerte abrazo. Nos ha dejado de modo inesperado, aunque en cierto modo esperado y no deseado, su salud flaqueaba.
Te tendremos siempre presente. Has dejado tu huella inconfundible, José Ignacio.