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¿Cuál es el futuro de curas y obispos ya jubilados?

 ¡Bravo, Antonio Aradillas! Eso es poner el dedo en la llaga. En un tema tan humano del final de unas vidas que se vivieron tan inhumanamente por falsas mentalidades. Y lo haces con piedad, con respeto y pena, pero sin  dejar de denunciar estructuras y mentalidades que llevaron a esto. Aquí dejo el tema en este ATRIO en el que muchos se salvaron de eso. El mismo Llanos decía: qué antinatural es hacerse viejos sin estar rodeados de nietos. Veo ahora que tu escrito es de hace dos semanas. No importa. Tendrá mejor eco que el que tienen  en Religión Digital. Te publicaría más cosas si escribieras más para nosotros. AD. 

La jubilación de curas y obispos, y pronto la de los papas, está ya a punto de constituirse  en un grave problema para la Iglesia. La vida se nos alarga casi indefinidamente y la línea roja canónica  establecida en los 75 años de edad se traspasa, y traspasará,  con facilidad  explicable.  La falta de curas insta a la mayoría de ellos a inscribirse a perpetuidad  entre los “disponibles” en tareas pastorales y ministeriales  y, gracias a su disponibilidad , y dentro de un orden,  hay pueblos en los que todavía puede celebrarse la Eucaristía  y administrarse y compartir algunos sacramentos.

¿Y cuál es el futuro de los curas ya jubilados? ¿Está este en parte formado por sus sobrinos y demás familiares? ¿Son las Casas  Sacerdotales diocesanas  sus últimos destinos? ¿Acaso son su refugio otras instituciones, como la de las benditas Religiosas  de los Ancianos Desamparados? ¿Cuentan ellos  -los curas- con medios económicos suficientes  -completada la pensión con fondos diocesanos-  como para poder seguir   viviendo “por su cuenta” atendidos como corresponde, en condiciones similares a las del resto de profesionales y obreros?

¿Echarán de menos los lazos familiares que les supuso y exigió su condición celibataria? No teniendo, por ejemplo, nietos, ¿a qué dedican su tiempo? ¿Cual es la  agenda  de su retiro-jubilación? ¿Sigue siendo esta en cierto sentido, pastoral? ¿Cuánto y qué tiempo dedican a la oración y cuando a los “juegos de mesa”, con sus colegas, amigos y vecinos de sus mismas “quintas”? ¿Siguen practicando su condición  de curas -sacerdotes- y sus conversaciones rebasan la temática común de los deportes, del recetario de pastillas, de las inclemencias del tiempo, de  los “escándalos”  que vive la Iglesia,  de la política  vaticana y de las otras, así como de la figura tan discutida y discutible del papa Francisco? ¿Cuál suele ser el tono de las “batallitas” mantenidas con sus respectivos obispos en la diversidad de sus cargos y cargas que les fueron encomendadas en el ejercicio de sus ministerios?

El tema de la jubilación de los obispos es aún más delicado y sus soluciones más intrinicadas y difíciles. Y si estos son Cardenales, mucho peor, al menos por lo de aquello de que “Sic transit gloria mundi”. Acostumbrados a vivir -residir- en mansiones palaciegas, con ornamentos sagrados, la mitra, el báculo, el anillo , el “NOS por la gracia de Dios”, poseedores de la última palabra -y esta ser siempre “palabra de Dios” -, la convivencia de los obispos jubilados  es -será- tarea extremadamente difícil , por mucha capacidad de comprensión humildad y  discernimiento que hayan cultivado  y estén dispuesto a seguir cultivando.

Y es que, desde los palacios, tanto si son o fueron cardenalicios, arzobispales, o simplemente episcopales, no es posible ni ver ni interpretar la vida y menos si esta es o pretende ser cristiana y en conformidad con los santos evangelios. A las mismas misas, les falta algo importante, cuando son celebradas “en palacio” y con “mentalidad palaciega”.

¿Será ahora la Casa Sacerdotal su residencia habitual, en la que se avecindará como cualquier otro sacerdote? ¿Disfrutará de algunos privilegios, de los que no participen habitualmente el resto de sus “hermanos en el sacerdocio”? ¿Cómo serán aceptados los obispos por sus sacerdotes, -ya jubilados- algunos de los cuales pudieran haberse sentido, con razón o sin ella, preteridos, estando él al frente de la diócesis? ¿Optarán por vivir en sus propias casas? ¿Con quién o con quienes?¿Les facilitará la diócesis algún piso-palacio,  atendido por monjas  y turiferarios, con cargo al erario diocesano, tal y como acontece, por ejemplo, en Madrid, y en otras ciudades?

¿Cuál sería el resultado de la posible coincidencia de un grupo de obispos, – y más ya jubilados-  cardenaliciamente presididos- , todos ellos disconformes con las orientaciones eclesiales del papa Francisco, es decir, del Concilio Vaticano II, merced a las cuales ellos se vieron obligados a dejar sus diócesis y ser substituidos por otros más “conciliares”?. A nadie se le oculta que un grupo de obispos pastoralmente “ociosos”, pueden ser un serio obstáculo  para  la Iglesia, por ejemplo,  con declaraciones abiertamente condenatorias, o casi, contra quién parece estar  ya soberanamente dispuesto a “cargarse” a la Curia Romana de la que algunos de los “disidentes” hasta llegaron a formar parte.

El elenco de preguntas, y previsibles respuestas  habrá de enmarcarse  próximamente  en las más altas esferas vaticanas , cuando el número de papas “eméritos” se acreciente, tan solo con que se lleve a efecto el mandato canónico  de que a los 75 años se jubilen los obispos, sin posible y explicable exención para el de Roma, que es papa, precisamente por serlo de la hasta el presente considerada como  “Ciudad Eterna”.

Nos encontramos en las ante-vísperas de acontecimientos eclesiásticos muy relevantes, por lo que urge preparar cuantos caminos conduzcan al bien de la Iglesia, cuyos papas habrán de despojarse   de títulos tan singulares, y de más que dudosa aplicación, como los de “Romano Pontífice”, “Vicarios de Cristo”,  “Vice-Dios” y otros similares, de difícil -imposible- encuadramiento en la teología y en los santos evangelios.

12 comentarios

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    Me uno a las reflexiones que siguen, aunque sean  -las mías- a veces tópicos o reiteraciones.

    -Muchos curas diocesanos deben tener más complicada la jubilación. En muchos casos la soledad debe serles muy dura. Pero quiero reconocer que muchos  -aún admitiendo debilidades humanas- han sido personas bastante coherentes   y algunos ejemplares, dignos de respeto y admiración.     ¿El celibato?  ¿Tiene la Iglesia, que dicta normas de vida, facultad evangélica para imponerlo?  En los primeros siglos no era obligatorio. S. Ambrosio, Agustín etc. eligieron esa vía, pero otros de su tiempo, como Julián de Eclana, obispo, de vida piadosa y culta, casado con la hija de otro obispo, no siguió ese camino, y fue un obispo, al parecer, ejemplar.    Es verdad que, teóricamente, el celibato facilita la entrega y dedicación al ministerio-servicio; pero históricamente está demostrado que una de las razones del celibato obligatorio fue de orden crematístico…  Si el sacerdote no se casaba, los bienes de la parroquia quedaban en la iglesia…  ¿Celibato?  Con los intereses hemos topado… Jesús de Nazaret no pensaba así. ¿Cuando escogió para ser el primer servidor a un hombre casado, ¿no estaba sugiriendo nada?  De alguna manera, el celibato obligatorio corrige a Jesús.

    -Obispos y cardenales: Tienen que despojarse en primer lugar de su jerarquía y sus adminículos, a veces hoy ridículos… Y como los sacerdotes, mientras puedan, dedicarse al servicio de estar como el que sirve…, es decir, de servir, también en una parroquia. Este sí que sería dar testimonio de verdad. (Solo pensar que el cura de mi pieblo tiene y sirve, a veces agotado, seis (6) parroquias, es para pensar en echar una mano y redistribuir mejor…) Este es un factor que obligará a una revisión, con el tiempo, a fondo.

    -Por lo mismo, nada de vivir el retiro en mansiones ni de tener un secretario a su servicio…, como ocurre… (Si mal no recuerdo, el gran obispo y cardenal, Tarancón, en sus últimos años, ya sin fuerzas, se acogió en casa de un amigo, que lo trató como parte de su familia, hasta su muerte.)

    -Papas eméritos? A mi juicio, lo evangélico es desmitificar ese servicio, muy importante, sin duda; pero nada más que servicio de coordinación… Su poder es solo servicio, aunque a veces sea preciso dar órdenes y corregir abusos…    Y pasar el retiro en una casa más humilde…, como testimonio de vida evangélica.

    • carmen

      Pues mi amigo y alumno Paco el cura me dijo que él no tenía ni voto de castidad ni de pobreza. Que solamente tenía el de obediencia a su obispo
      Que eso del celibato es únicamente no casarse. Punto. Luego el problema, digo yo , estará en formar una familia cristiana.

      Y de Agustín de Hipona no voy a decir nada. Seguro que sabes mucho más que yo.

      El celibato es el celibato. La castidad es la castidad. No es lo mismo exactamente. Y aquí me voy a quedar.

      Y la buena gente que se ha tomado en serio todo esto del celibato, ahora, con ochenta años están solicos.
      Es que clama al cielo.
      Porque los que pertenecen a una congregación o algo de eso , son cuidados estupendamente, al menos mis monjas mayores están supercuidadas. Y supongo que todas. Y los varones estoy segura de que también.

      En fin.
      Un abrazo.

  • oscar varela

    Hola!

    ¿Para después de jubilados?

    ¿A qué preocuparse y afanarse por el mañana?

    ¿No era que Dios proveerá?

    “¡Mirad los lirios del campo …!”

    Este señor Aradillas tendrá que hacer

    algunas piruetas varias para compaginar los postulados.

    • carmen

      A veces no te entiendo.
      Este es un señor mayor, mira la foto. Hace una reflexión . Y si tiene contradicciones en su vida ¿ quien no las tiene? Lo que no tiene es edad de hacer piruetas. Bastantes hemos hecho todos en la vida para salir adelante. Ya está bien.

      Es tiempo de reflexión, que diría el Eclesiastés. Pero de reflexión serena y tranquila.
      Y mira quien te lo dice, que soy capaz de liar una tormenta en una piscina, pero hay cosas que ya no se valen.

  • Román Díaz Ayala

    Las situaciones que refleja el autor de gran vulnerabilidad para los curas que llegan a la jubilación adornados de méritos en su probidad nos hace reflexionar.

    Las órdenes religiosas, especialmente las que tienen miembros más numerosos tienen la ventaja añadida de una comunidad que los cuida y sostiene. La comunidad parroquial es sólo un elemento jurídico de ámbito territorial donde el oficio de cura de almas no se compensa con una verdadera comunidad de acogida. Hacen un funcionariado, y luego la soledad que se hace más física, y con sentimiento de abandono

    Pero la sociedad civil tampoco tampoco es que  haya evolucionado en una dirección distinta. La quiebra de las relaciones intergeneracionales se produce en parte por las nuevas modalidades de familias. Son muchísimos los ancianos y las ancianas que viven en soledad y cada vez se construyen más residencias para la tercera edad para quienes pueden costearse una plaza, y para los familiares que prefieren “aparcar” a sus progenitores alegando diversos motivos.

    Volviendo al  tema de los clérigos, no es la institución la familia, sino la comunidad cristiana, o así debía ser. Pero los curas tampoco tienen un relevo generacional, al menos  en la cuantía suficiente para sentirse descargados de sus responsabilidades de cultos y pastorales y mantener unidos al mismo tiempo con su comunidad. He aquí, una razón más para solicitar que el celibato sea opcional.

  • h.cadarso

    Carmen, leña al mono hasta que aprenda el catecismo!! No nos queda otra que seguir diciendo lo que pensamos a curas y laicos, ser rebeldes a los fallos de esta iglesia y fieles al espíritu, y al ESPIRITU.

    Algunos lo dejaron por imposible, cuando eran ellos los que tenían razón. Pilar, maña, sabes lo que dicen de los maños: Que con cabezones…Yo soy vecino vuestro por riojano. y te digo que lo que nos pasa a muchos cristianos maños y riojanos no es que SOMOS CABEZONES, ES QUE TENEMOS RAZÓN!!!!!

  • h.cadarso

    Esto  va…Carmen, esto va! Tú sigue con tus maneras de ver las cosas. No nos estamos pasando, Carmen, ni ninguna de vosotras, leña al mono hasta que aprenda el catecismo…Me duelen los curas que rompieron con la iglesia cuando tenían toda la razón. Por eso me peleo constantemente con los que siguen con el tran tran de tantos siglos…Yo he tenido claro desde siempre que la mejor manera de ser fiel a la iglesia es ser fiel al espíritu que vive dentro de nosotros, es decir,. al Espiritu.

    Son riojano, vecino de los maños, ya lo sabe Pilar. Y sabes lo que les pasa a los maños? NO ES QUE SEAN CABEZONES,!ES QUE TIENEN RAZÓN!

  • mª pilar

    Uffff…:

    Mucha tela que cortar.

    Desde mi mirada; todo sería muy sencillo… desde la de ellos…creo sinceramente que:

    ¡No tiene solución!

    Hay ejemplos maravillosos aquí y ahora-

    Yo tuve el gozo de compartir aquella hermosa vivencia; pero estos mitrados, que son incapaces de comprender lo que dicen…proclamar…es, como el camello que intenta pasar por el ojo de una aguja.

    Para ello se necesita una verdadera:

    ¡¡¡Conversión!!!

    Y no parece el caso.

    Lo siento de verdad, porque se podrían hacer maravillas.

  • Javier Peláez

    Me entero por religión digital y por una amiga que en la Casa sacerdotal de Alicante hay 13 com Covid y uno con 94 años y no se habían vacunado…Es que para eso hay que vivir en Mallorca….o ser obispo de Mallorca…Me lo dijo Pérez que vive en Mallorca..

     

     

     

  • carmen

    Tengo un antiguo alumno que es sacerdote. Cuando se hizo diácono le dijo al obispo que de momento no se ordenaba, que quería estudiar arte en la universidad. Un crío de esos brillantes.

    Entonces el colegio lo contrató para las clases de religión y de ética de cuarto. La ciudadanía de segundo era mía.

    Bueno, super super divertido. Montobamos unas discusiones en la sala de profesores estupendas. Porque el nenico no se cortaba un pelo. Y yo, menos.

    Un día, en plena discusión sobre el celibato obligatorio para los sacerdotes que no pertenecen a ninguna congregación, ya desesperada le dije: mira lo que te digo, el día que te cases probablemente ya habré muerto, pero que sepas que estaré presente y haré palmas con las orejas.

    Es un hombre de familia. Se nota.

    Ahora es algo de la catedral, canónico o algo así. Sube como la espuma. Es un hombre ya, y brillante. Y bondadoso, como su padre, al que adoro por su paciencia conmigo. Fue el señor de mantenimiento en el centro durante mil años. Lo último que me hizo fue un metro cúbico con paneles, porque se me metió en la cabeza que los críos tenían que verlo con sus ojos. Porque el decímetro cúbico y el CC ya lo tenía, claro.

    Me prometió mi alumno que jamás sería un obispo de los de Rolex. Porque será obispo, fijo.

    Y me sigo preguntando. Por qué no puede formar una familia? Es un hombre de familia. Por qué no puede? No logro entender . A nadie. Ni a las normas de la iglesia ni a los que las aceptan.

    Pero las cosas cambiarán. Fijo.

  • carmen

    Sabe lo que me ha llegado al alma? Lo que ha dicho referido a que no han podido formar una familia, no han tenido hijos, no tienen nietos.

    Los que sí tenemos nietos, seamos del color, sexo, religión, afinidad política… sabemos lo que significan para nosotros y nosotras a nuestra edad. Debe de ser tremendo pensar , y por qué no pude casarme con…? Tan malo es tener una familia?

    Eso, para personas mayores, ya jubiladas, tiene que ser duro.

     

    Me ha gustado su artículo.

    • carmen

      Le aseguro que la iglesia cambiará. No sé en qué medida, pero cambiará. Las nuevas generaciones no estarán dispuestas a aceptar según qué cosas. Ni las mujeres ni los varones.
      No tienen otra. La realidad se impone y la iglesia es única adaptándose a los cambios. Por eso ha durado dos mil años.
      Un abrazo