Hoy es el Día Internacional de los Derechos Humanos. Nuestro amigo Martín Sagrera, desafía a los 50 principales medios de difusión a publicar el testimonio de su incansable activismo callejero, para denunciar injusticias por poderosos que sean quienes las cometen. ATRIO no estará entre esos 50 pero, aún expresando una vez más su simpatía por otros aspectos políticos y culturales de China, se une a la demanda de Martín por Derechos humanos, China -y en todos los estados- publicando la provocativa imagen que nos envía. AD.
No hay país en el mundo que supere a China, en cifras absolutas y casi siempre también relativas, en quebrantar los derechos humanos más elementales, es decir, a la vida y a la integridad física. Parecería, pues, natural y debido, que cuando Xi Ping vino triunfante a pasear por las calles de nuestra capital se hubiera manifestado masivamente el rechazo de nuestros ciudadanos, ya sea por amor al prójimo o por solidaridad internacional, si no fuera porque unos y otros hubieran vendido sus cacareados ideales al dios dinero.
De hecho sólo conozco una foto, prohibida legalmente hasta hace pocas semanas, que muestra cómo en la plaza de Cibeles a un policía español -junto con muchos chinos uniformados en rojo- intentando arrebatar a un ciudadano español, al paso de Xi Ping, una pancarta que decía: “Derechos humanos, China!”. Incluso hoy, a toro pasado, será muy difícil que alguno de los 50 principales medios de difusión de España, a los que ha sido enviada este testimonio en el día mundial por los derechos humanos, llegue a publicarla.
Me sorprende esa visión de China, francamente. Sugiero al que la ha redactado que se dirija a mi amigo Marcelo Muñoz, decano de empresarios en China y director de la Revista Cátedra China, si quiere recibir una información completa sobre lo que denuncia.
La superación de la pandemia en China deja en ridículo y a la altura del barro a todos los países occidentales.
Como también la ayuda que presta a todos los países del Tercer Mundo para superar los límites de miseria y pobreza en que viven.
Como también que China cuenta con 40 millones de universitarios, una cifra netamente superior a la de cualquier país occidental.
De las muertes injustas que se padecen en el mundo podrán decir mucho los países occidentales que matan de hambre a media humanidad, y financian y fomentan guerras absurdas por todos los sitios. Porque hay asesinos de individuos y asesinos de pueblos enteros.
Sabe el autor de este escrito que China ha creado un Mercado Común que suma más de dos mil millones de habitantes del planeta, la mayoría de ellos situados entre los países del Tercer Mundo? ¿Sabe el autor de este artículo que la pobreza prácticamente ha desaparecido en China?
En muy pocos años, China ha conseguido un nivel de desarrollo COLECTIVO que le ha puesto en segundo lugar como potencia económica.
La filosofía confuciana, que se aplica desde el gobierno chino y es el eje de la convivencia, proclama que sus gobernantes deben anteponer el bienestar colectivo a cualquier interés de las personas individuales.
Aquí en Occidente proclamamos al mandamiento de la caridad cristiana, pero en la práctica seguimos el otro dogma: “el hombre es un lobo para el hombre” y “los sacerdotes son lobísimos para los sacerdotes”.
Y perdone que me ponga a su nivel. No lo suelo hacer…
e individuos