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El proyecto de Jesús, madurando en el tiempo, 9

       LOS DOS LÁZAROS 1/2

1. Uno, de Lucas; el otro, de Juan

      El nombre griego: Λάζαρος (Lázaro) es la forma abreviada y transliterada de Eleazar (‘Dios ha ayudado’). En el NT hallamos dos figuras masculinas con ese nombre. Del primero se informa en Lucas (16, 20ss.) y del segundo, en los capítulos 11 y 12 del evangelio de Juan. Hay grandes diferencias entre ambos personajes. Además del nombre, solo tienen en común que ninguno de ellos habla, aunque también por razones muy distintas. El mencionado por Lucas es un personaje de ficción; el que aparece en Juan, un ser histórico amigo del Galileo.

2. El Lázaro de Lucas (16, 20ss.)

      El Lázaro que encontramos en Lucas se presenta como coprotagonista de una parábola, aunque su papel pasivo lo reduce a un simple figurante. Resulta curioso, sin embargo, que sea el único personaje de uno de esos ejemplos al que se le ha dado un nombre.

      El texto de la parábola dice así:

 19 Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino y banqueteaba todos los días espléndidamente. 20 Un pobre llamado Lázaro estaba tirado en el portal, cubierto de llagas;
21 habría querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico; por el contrario, incluso se le acercaban los perros para lamerle las llagas.
22 Se murió el pobre y los ángeles lo reclinaron a la mesa al lado de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron.
23 Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su lado <
24 y lo llamó:

– Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta de un dedo y me refresque la lengua, que padezco mucho en estas llamas.

      25 Pero Abrahán le contestó:

– Hijo, recuerda que en vida te llevaste tú lo bueno y Lázaro lo malo; por eso ahora este encuentra consuelo y tú padeces. 26 Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima inmensa, así que, aunque quiera, nadie puede cruzar de aquí hasta vosotros ni pasar de ahí hasta nosotros.

      27 El rico insistió:

– Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento.

29 Abrahán le contestó:

– Tienen a Moisés y a los Profetas, que los escuchen.

30 El rico volvió a insistir:

– No, no, padre Abrahán, pero si uno que ha muerto fuera a verlos, se enmendarían.

31 Abrahán le replicó:

– Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se dejarán convencer ni aunque uno resucite de la muerte”.

    Esta parábola forma parte de la respuesta de Jesús a una burla. La expondrá como remate de esa réplica. Sus destinatarios son identificados al inicio de la exposición de los hechos. Al nombrar a tales personajes, el narrador añade dos apuntes respecto a ellos: su querencia y la oposición engreídamente desdeñosa que exhiben  frente al Galileo y su propuesta:

      “Oyeron todo esto los fariseos…,” (v.14a).

 

3. Sus destinatarios: Los religiosos

     La parábola no está, pues, dirigida a la gente. Tampoco a los discípulos. Su destinatario es el colectivo de religiosos a quienes traslada un mensaje específico. Estos han podido oír un ejemplo anterior también dedicado a ellos (https://www.atrio.org/2019/03/el-hijo-prodigo-y-el-otro/) y de postre, no han perdido detalle de otra peculiar parábola, en esta ocasión orientada al grupo de seguidores (https://www.atrio.org/2019/03/las-cuentas-de-un-administrador/). Esta última, que terminaba diciendo: “No podéis servir a Dios y al dinero” (v.13b), debió sentarles a los piadosos como una patada en la espinilla, porque el texto afirma a continuación de ellos:

      “…que son amigos del dinero…,” (v. 14b).

      La apostilla no tiene desperdicio. Denuncia su falsedad. Serán muy religiosos, pero sirven al Otro, al metálico. Su religiosidad es fachada. Le sirve para vanagloriarse ante la gente y generar en el pueblo el miedo raíz del vasallaje. No es de extrañar que, tras escuchar la parábola del administrador, se mofaran del Galileo tratando de menospreciar un mensaje incompatible con la falsedad de sus vidas:

      “y se burlaban de él” (v. 14c).

      Frente al pitorreo, el de Nazaret, que no tenía por costumbre achantarse ni ante la mofa ni ante la violencia, les plantó cara. Según Lucas, de entrada les soltó una primera andanada dejando al descubierto como furufalla su engañoso escaparate:

      “Jesús les dijo:

– Vosotros sois los que os las dais de intachables ante la gente, pero Dios os conoce por dentro, y ese encumbrarse ante los hombres le repugna a Dios” (v.15).

     Los religiosos daban el pego, pero él puso sus cartas boca arriba. Se presentan como adalides de la más pura ortodoxia, pero lo que les va es el pavoneo. Lo suyo es la altivez, engallarse ante la gente. Administran la desigualdad como el mejor de sus recursos. El Galileo les avisa. Sigue la línea argumental del AT, el que ellos tienen por sagrado, y les deja claro que Dios está por la justicia y la igualdad que destruye sus sacrosantos postulados.

      La norma sagrada en la que apoyan sus tesis, las que le sirven para dominar a la gente ha perdido su vigencia. La Ley y los Profetas, forma de llamar al AT, transmitía la promesa de una época dorada: el reinado de Dios. Una vez aquí, esa Novedad definitiva no interesa al poder político ni a la ideología religiosa que lo justifica; y se desata contra él toda la furia del sistema injusto. Todos cuantos aspiran a pertenecer al piso de arriba de la desigualdad se confabulan para abortar su progreso:

      “La Ley y los Profetas llegaron hasta Juan; desde entonces se anuncia el reinado de Dios, y todo el mundo usa la violencia contra él” (v.16).

      A las burlas y ataques de los religiosos, el Galileo responderá con contundencia, asegurándoles que por mucha violencia contra su Proyecto, él lo llevará a cabo hasta el cumplimiento punto por punto de todas las promesas:

      “pero es más fácil que pasen el cielo y la tierra que no que caiga un acento de la Ley” (v.17).

     Y para redondear, el Galileo les aportó un detalle de ese coronamiento de las promesas en la sociedad alternativa, el reinado de Dios. Le habló de un asunto continuamente presente en sus debates: El repudio de la esposa, atributo del dominio del hombre sobre la mujer. Conviene aclarar que una mujer, para ellos un ser humano de segunda división siempre sometida al hombre, llegaba al matrimonio mediante su compra y el documento que lo acreditaba. El coito culminaba el proceso de posesión legal de la mujer.

     Había dos escuelas de maestros religiosos que discutían respecto al motivo por el que un hombre podía repudiar a su mujer. Una la rigorista (Sammay) declaraba, como única razón, el adulterio de la esposa. La escuela de Hillel, llegó a asegurar que bastaba cualquier torpeza doméstica de la mujer. Como era de esperar, triunfó esta segunda teoría. Hubo incluso algún rabino (Aqiba) que consideraba motivo suficiente para el repudio el ver a otra mujer más guapa que la suya.

     La sociedad alternativa ha acabado con la desigualdad. En ella está excluido el dominio y el poder. Lo confirma el hecho de que en el Proyecto del Galileo la mujer ocupa el lugar que le corresponde,   el primer nivel, la única y más alta cota (Atrio:https://www.atrio.org/2019/04/punto-cero-igualdad-union-sin-cadenas/).La igualdad cumple lo prometido en la Ley. Se acabó el sometimiento:

“Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con unarepudiada comete adulterio” (v.18).

 

4. La parábola: escenas, personajes, ¡acción!

       Como broche de su contestación a los religiosos, el Galileo les largó esta afilada parábola que analizamos aquí.

      El ejemplo está construido con un esquema dispuesto en dos espacios y momentos muy separados entre sí. El primero sirve como presentación de los dos principales personajes, un rico y un desdichado indigente, que se describen con los rasgos más significativos de sus vidas ordinarias. Una anotación ofreciendo noticia de sus muertes, actúa como nexo para el paso a una segunda parte en la que entra en escena un tercer personaje: Abrahán. En ese punto, cambia el decorado. El ejemplo se adapta a la ideología de sus destinatarios La acción se enmarca entonces en un lugar imaginario de ultratumba admitido por la religiosidad judía. El rico interviene. Reclama la atención de Abrahán y se comunica con él, mientras el pobre permanece inactivo y en silencio.

a) Personaje 1 – El rico

      La descripción del primer personaje le distingue por su riqueza. Pertenece a la clase de los que tienen el dinero. El apunte encaja con el trazo asociado a los destinatarios del ejemplo: “…los fariseos, que son amigos del dinero…”, (Un dato a no perder de vista). No es un rico cualquiera. Se trata de un adinerado del más alto rango. Su armario lo revela. Viste ropa de importación. El color púrpura, usado en el imperio romano y también en el bizantino como exclusivo de emperadores, lo luce el potentado de modo habitual. No es que echara mano de una prenda con ese tono para una ocasión singular, ¡qué va! El texto deja ver su uso cotidiano con el imperfecto: “…que se VESTÍA de púrpura”. El púrpura solía importarse de Fenicia. Se empleaba en el vestido exterior confeccionado con pura lana virgen. Como no podía ser menos y para hacer juego con la lana púrpura, la prenda interior estaba elaborada con lino, un hilo importado de Egipto.

      A la indumentaria acostumbrada le iban como anillo al dedo las comilonas con que el fulano se agasajaba. No es que celebrara fechas muy señaladas o aniversarios o alguna que otra fiesta. Tampoco montaba estos festines porque le iba el repetirlos con alguna frecuencia; por ejemplo, semana sí, semana no. ¡Es que ni siquiera las espaciaba, no! En eso la narración no pierde comba y afina la puntería: “…banqueteaba T O D O S L O S D Í A S…”. Y respecto a los menús y los materiales empleados en los atracones diarios, tampoco deja dudas: “…ESPLENDIDAMENTE”.

b) Personaje 2 – El pobre

      En el polo opuesto a esta vida de lujo y excesos se presenta al segundo personaje de esta parábola. En esta ocasión se habla de un pobre. Pero, como ocurría con el rico, tampoco es uno cualquiera. Los representa a todos. Es un pobre de solemnidad. Se halla en la miseria y parece que ha caído sobre él una lluvia de desgracias. Tiene, sin embargo, algo de lo que carece el millonario: un nombre. Se llama Lázaro. El del dinero, figura de quienes viven a todo tren, parece, en cambio, despersonalizado. Es un personaje anónimo ocupando lugares ocultos e inaccesibles.

      Lázaro es de carne y hueso. Llena un espacio; el mínimo, eso sí. Se aprecia el sitio que ocupa y cómo lo ocupa:

      “Un pobre llamado Lázaro estaba tirado en el portal” (v. 20a).

      Está como suelen estar los pobres: en lo más bajo y a lo largo, tirados. Y se sitúa en el único lugar que le dejan: A la intemperie, fuera de las zonas habitables. Se le podía haber situado en una choza, una mala chabola y hasta bajo un puente; sin embargo, el texto lo coloca “en el portal”. La alusión a la casa del rico resulta evidente. No hay mención de ninguna otra. El lugar donde el tipo ricachón se luce y se regodea lo llena todo. El infortunado Lázaro se resguarda en el escalón de la puerta de entrada. Está fuera, aunque ¡es importante no perder de vista! que rico y pobre se hallan BAJO UNA MISMA ESTRUCTURA EDIFICADA.

      El rico nada en la abundancia, a Lázaro le rodean las miserias. ¡Da pena verlo! El gordo luce su palmito engalanado con sus trapitos de marca. El escuálido muestra una piel invadida por las úlceras. Le falta hasta la salud. Al pobre infortunado no hay por donde cogerlo:

      “…cubierto de llagas” (v.20b).

 

5. Acto Primero: Hartazgo y hambruna

      El contraste entre la situación del rico y la de Lázaro salta a la vista. Mientras el rico vive a cuerpo de rey, a Lázaro no le entra nada en el cuerpo. Tiene hambre a reventar. En una situación como la suya se habría repuesto algo echándose a la boca algunos bocados de las sobras. Pero al pobre no le llegan ni los desperdicios. Durante los festines, los comensales solían limpiarse los dedos con migas de pan que luego tiraban al suelo. A esos escombros se refiera la narración al afirmar con qué se habría conformado el pobre hombre:

      “habría querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico” (v. 21a).

      Pero el rico desconoce a donde llega la necesidad del pobre. El que tiene el dinero está en lo suyo. Para alcanzar el lugar que ocupa, donde alardea y disfruta de una existencia ostentosa, resulta necesario atravesar el escalón sobre el que está fijado el pobre. Incluso es obligado saltar por encima de él. No le dirige su mirada. Tampoco hay comunicación. Ni siquiera un gesto de aproximación, lástima o de mínima ayuda. Solo los perros se le acercan. No son perros domésticos, sino semisalvajes (así eran los perros de la época) que buscan con ferocidad cualquier alimento. Cómo de impotente llegaba a ser la vida del desgraciado Lázaro que la parábola cuenta que más que comer, él servía de aperitivo hasta para los perros:

      “…por el contrario, incluso se le acercaban los perros para lamerle las llagas” (v. 21b).

 

6. Acto segundo: Reubicación de los fallecidos personajes

a) El pobre Lázaro

      Una vez descrita con esta brevedad la situación existencial de ambos personajes, el ejemplo anuncia un suceso con el que se produce un cambio de escenario: Los dos han fallecido. La forma de exponer el hecho varía de uno a otro. El Galileo acomoda su lenguaje a las creencias de los religiosos fariseos. Respecto al pobre dirá:

      “Se murió el pobre y los ángeles lo reclinaron a la mesa al lado de Abrahán” (v. 22a).

      El texto original dice: “…lo llevaron al seno de Abrahán”. La expresión ‘el seno de Abrahán’, propia de la religiosidad judía de la época, indicaba el lugar de privilegio que se ocuparía tras la muerte en el convite en el que participarían todos los justos del pueblo. Como la comida se hacía reclinado y apoyando el brazo izquierdo en un diván o sobre un cojín, de la persona posicionada a la derecha de Abrahán se decía que estaba en su seno o regazo. De ahí que para hacer comprensible esta expresión se traduzca: “lo reclinaron a la mesa al lado de Abrahán”.

      Así pues. el mísero ocupa ahora el lugar de honor. El desmayado tiene a su alcance los mejores manjares. Le ha cambiado la vida de forma radical. Se entiende así su nombre: “Dios ha ayudado”.

b) El rico

      La noticia sobre el rico tiene un cariz muy distinto. Aquí no hay ángeles ni Abrahán ni convite alguno. Si el final de Lázaro significó el comienzo de la fiesta; el del rico suelta un desagradable tufillo a fúnebre. Se expresa secamente con un solo verbo:

      “Se murió también el rico y lo enterraron” (v. 22b).

c) Rodaje de la escena

      Se han apagado las luces. El escenario ha quedado a oscuras. Se cierran las cortinas. Ha acabado la primera parte. Al abrirse de nuevo nos encontramos con un decorado construido con los materiales propios de las creencias religiosas judías. El Galileo, que dirige la parábola a los religiosos amigos del dinero, ajusta la escenografía a sus ideas tradicionales y amolda el lenguaje del ejemplo a dichas convicciones religiosas.

      El comienzo de este segundo acto enlaza con el final precedente. El foco principal se centra en el rico:

      “Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos” (v.23a).

      El pobre rico las está pasando canutas. Algo ha debido ocurrir para haber pasado del festival constante a esta dramática situación. El ejemplo no lo especifica. Corresponde al Lector prestar atención para descubrirlo. No deberá confundirse. La terrible coyuntura del dueño del dinero le da pie para hacer un movimiento que en vida nunca hizo:

      “…levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su lado” (v.23b).

      Destaca la incongruencia de la ficción. La distancia entre ambos espacios es inalcanzable para la vista. Pero eso no importa. Interesa el mensaje de la historia. El rico, que solo tuvo ojos para el jolgorio y la distracción, ahora alza la mirada en busca de ayuda. Si antes Lázaro le había pasado desapercibido, ahora lo verá a la primera y ya no le quitará ojo. Antes ignoró el hambre perruna de Lázaro; ahora lo divisa bien claro, dispuesto a ponerse las botas. Ha comprobado que la necesidad abre los ojos y que, ante la necesidad, el capital los cierra. No quiso ver lo que él mismo había generado. Para él es demasiado tarde. En su situación actual no tiene más remedio que padecerlo en sus carnes.

      El momento es tan desesperado que el de las perras se transforma en mendigo. Utilizará las formas afectadas y sedosas propias de la religión. Pretende, así, enternecer al anfitrión, que no es Dios, ¡ojo!, sino el padre del pueblo judío. A pesar de estar desprotegido, en el fondo, el rico ha cambiado poco. Aunque ve a Lázaro en una escala social algo más elevada, sigue ubicándolo en la categoría de los subordinados. Lo utiliza como instrumento de su iniciativa para que a Abrahán se le remuevan las entrañas. Su petición es rebuscada. Una solicitud tan minúscula e inservible persigue dar lástima y mover a la generosidad. El fino sentido del humor y de la realidad no deben pasar desapercibidos al Lector:

      “y lo llamó:

– Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta de un dedo y me refresque la lengua, que padezco mucho en estas llamas” (v.24).

d) El argumento del libreto

      A partir de aquí se inicia un diálogo que llenará toda esta segunda parte. La respuesta de Abrahán, en tono acogedor -empieza por llamarle “hijo”-, se bifurca en una doble argumentación:

     Primera:  Este hijo de Abrahán debe recordar lo ocurrido durante su existencia. Sus actuaciones desencadenaron unos crueles efectos sociales a no olvidar. De la tarta a repartir, él se quedó con todo el pastel y Lázaro con las ganas. La consecuencia es fruto de su desprecio de la igualdad y la justicia. El capital ha generado la gran distancia. Lázaro (‘Dios ha ayudado’) se pone ahora a la mesa y él no recibe ni agua:

      “Pero Abrahán le contestó:

– Hijo, recuerda que en vida te llevaste tú lo bueno y Lázaro lo malo; por eso ahora este encuentra consuelo y tu padeces” (v.25).

      Segunda: El abismo originado por el enorme caudal de dinero acumulado fue tan definitivo que ha separado inevitablemente a quienes se atiborraron de la tarta de quienes se quedaron sin probar bocado. Los vencedores se lo llevaron todo; los insignificantes y los hambrientos solo se hartaron de esperanza. La codicia sin fin produjo una sima insalvable. Es demasiado tarde. Las decisiones se toman durante el tiempo de la opción. La hora de tender puentes ha pasado

      Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima inmensa, así que, aunque quiera, nadie puede cruzar de aquí hasta vosotros ni pasar de ahí hasta nosotros” (v. 26).

 

7.Acto tercero: Epílogo

     El primer intento jabonoso del millonario en apuros no le dio resultado. Ha comprendido que no tiene solución. Por eso cambia la orientación de su ruego incluyendo también a Lázaro como servidor. En esta ocasión le asigna un modesto papel de recadero. Su solicitud pasa por revelar un pequeño secretillo: ¡él no actuaba solo! Pertenece a una Familia. El dinero está en manos de un colectivo. Son sus hermanos. Forman una piña. Da su número. Son cinco; seis, con él. Seis es el número de tinajas vacías de contenido de la boda de Caná (https://www.atrio.org/2020/10/el-proyecto-de-jesus-madurando-en-el-tiempo-7), la cifra que indica la imperfección. Su sugerencia pasa porque Lázaro acuda a ellos y les avise de las fatales consecuencias del sistema que han impuesto. El objeto del aviso es prevenirlos. La advertencia a la Familia del dinero no incluye una propuesta animando a un cambio radical de proceder. Tal vez haya detrás de ella una convicción de que bastarían unos arreglitos en el orden injusto que han impuesto:

      “El rico insistió:

– Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento” (vv. 27-28),

     Pero el tiro le salió por la culata. Abrahán descubre al rico lo que él no quiso ver: la justicia estuvo planteada como objetivo una y mil veces en el AT. La justicia es la ruta. Las señales indicadoras de esa vía la tienen a la vista. Basta un sencillo movimiento: abrir los ojos como ha hecho él ahora:

      “Abrahán le contestó:

– Tienen a Moisés y a los Profetas, que los escuchen” (v. 29).

      Llegados a este punto, cobran un nuevo relieve aquellas palabras del Galileo previas a la parábola:

      “La Ley y los Profetas llegaron hasta Juan; desde entonces se anuncia el reinado de Dios y todo el mundo usa la violencia contra él” (v. 16).

     El desdichado del dinero no da una, pero hace un último intento con el que descubre por fin la raíz de sus desgracias y la opción que en su día debió tomar y no tomó. Es lo que pretende ahora que hagan los de la Familia. Lo ve harto difícil, por eso recurre a una acción que les deje patidifusos; una asombrosa sacudida que les provoque decidirse por el cambio radical de sus vidas y les conduzca a reducir a escombros la estructura bajo su dominio con la que defienden su privilegiada e intocable posición:

      “El rico volvió a insistir:

– No, no, padre Abrahán, pero si uno que ha muerto fuera a verlos, SE ENMENDARÍAN” (v. 30).

       El verbo griego μετανοέω traducido aquí en sentido de ‘enmendarse’, da la clave de la pretensión del rico y, al mismo tiempo, de la enseñanza de la parábola. Μετανοέω, compuesto del prefijo μετά, indicando ‘cambio’, y el verbo νοέω=’comprender’ tiene una doble significación. Los dos aspectos vierten en dos cauces dinámicos, uno afecta al modo de pensar; el otro, al comportamiento. Se trata, por una parte, de una ruptura (’cambio de comprensión) con los criterios usados para estructurar la vida y la aceptación de otros opuestos a los anteriores. Por otra, supone un cambio radical en la forma de proceder en consonancia con la nueva manera de pensar.

 

8. Conclusión

     

       El rico ha constatado en sus propias carnes que querer asegurarse la existencia a costa del padecimiento de los otros conduce inexorablemente a un fracaso sin arreglo. La Familia…está equivocada de raíz. Él ha comprendido, aunque tarde, que la riqueza se obtiene arrancándole la vida a muchos. Se ha dado cuenta ahora de que la justicia sí es camino seguro para conseguir una vida en condiciones. El rico ha cambiado su pensamiento, pero no puede hacer lo mismo con su proceder. Ese es su drama. La Familia del rico sí está aún a tiempo de cambiar su andadura. Por eso el desgraciado rico manifiesta su voluntad acabando su petición con el verbo ‘ENMENDARSE’ (Μετανοέω).

       El pobre e infeliz millonario, acostumbrado a justificar su vida con falsos esquemas religiosos, se equivoca de nuevo. Piensa que su Familia, los ostentadores del capital, modificarán su pensamiento y cambiarán su proceder desde el orden injusto hacia una sociedad donde brille la justicia y la igualdad, siendo avisados desde un mundo sobrenatural mediante la resurrección de un muerto. Sigue siendo un iluso…

       Abrahán, que no se chupaba el dedo y se las sabía todas, le responderá con toda lucidez. Si no se es capaz de ver la lógica aplastante de la justicia y la igualdad, no hay hecho sobrenatural que provoque el entendimiento y el cambio radical; ni siquiera la resurrección de un muerto:

      “Abrahán le replicó:

– Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se dejarán convencer ni aunque uno resucite de la muerte” (v.31).

    El Capital desatina. Obstruye el proyecto humano y genera la brecha universal de la desigualdad haciéndola infranqueable. Por si no bastara, avanza inoculando su veneno todo cuanto puede para distraer del objetivo de la vida. La distracción desvía la mirada de la gente hacia el vacío. La usan como adormidera. La modorra social interesa a La Familia del dinero. De ahí que propaguen la distracción por todos los sectores de la sociedad. El narcótico del entretenimiento embota la mente, crea adicción, provoca que los entretenidos se desentiendan de la justicia y engendra en ellos una incapacidad no pocas veces irremediable. Como la mostrada por el rico ante Abrahán y su inseparable Lázaro.

16 comentarios

  • Santiago

    Sin embargo Jesús no condena las riquezas en sí. Los amigos de Jesús muchos de ellos poseían bienes como José de Arimatea, miembro del Sanedrín, “varón bueno y justo” que no consintió en el crimen de Jesús y que “demandó el cuerpo de Jesús” de Pilato para depositarlo en una tumba nueva “excavado en la peña” de su propiedad, ya que el mismo asumió el sepelio de Jesús. (Lc 24: 50-56)

    Tampoco Nicodemo, fariseo respetado por ser “magistrado de los judíos” y  “el que la primera vez había venido a El de noche”, no parecía pobre pues traía unas 100 libras de mirra y áloe, sólo para ungir el cuerpo de Jesús.

    Tampoco Jesús condena las riquezas de Zaqueo, “que era jefe de publicanos y estaba rico”  pero se alegra cuando, convertido, promete que  “la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si algo defraudé a alguno, le restituyo en cuàdruplo” (Lc 19:8-10)

    No es la riqueza per se..Como Iñigo de Loyola explica no se trata de NO adquirir bienes, ni de poseerlos, sino “del uso” que le damos. Si mis bienes son frutos de mi trabajo, y NO los adquirí en negocios corruptos por el mal, entonces no son ilícitos. Pero tengo siempre la obligación de “usar” de ellos como en usufructo pues como dicen las Encíclicas sociales papales la propiedad tiene siempre una “función social” de “justicia y de caridad” De justicia porque no puedo “defraudar” el salario justo, y de caridad porque tengo obligación de socorrer a los que más lo necesitan.

    Asi como existe la explotación “del hombre por el hombre” así hay muchos filántropos, cristianos o no, que comparten sus riquezas con sus semejantes y están envueltos en grandes proyectos sociales dando ejemplo a alguno de los “pobres” que se consumen en odio, sin tratar de salir de su pobreza de una forma digna…y se dedican a actos criminales o esperan vivir sin trabajar.

    Tanto riqueza como pobreza, salud como enfermedad, honor que deshonor, “y todo lo demás”..según Ignacio, son sólo “medios” y no fines en sí mismo. Destruyéndose la iniciativa personal de los bienes que cuidamos, el ser humano carece de una motivación lícita para mantener y progresar en un trabajo estable y luchar por su familia y damás.

    El problema del epulón según la parábola de Lucas era que al “banquetear” cada día en una vida de lujo, NO tenía ninguna compasión por Lázaro que permanecía “tendido a su puerta” lleno de úlceras. Eso es lo que dice la parábola. El dinero era para el rico su  d I o s, una adicción, un apego, una forma de vida que lo “embotaba” y no le permitía ver el sufrimiento de su prójimo. No tuvo tiempo de darse cuenta que era mucho mejor “dar que recibir” y se aferró a esa forma de existir. Y esa fue su condenación ultraterrena para toda la eternidad.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

     

  • Salvador Santos Pacheco

    Como está previsto que mañana salga la segunda parte del artículo: LOS DOS LÁZAROS, no he querido dejarme en el tintero dos breves aclaraciones para evitar confusiones respecto mensaje contenido en esta primera parte, la de parábola del rico y Lázaro.
     
    1ª.-  El rico no queda excluido del banquete por falta de compasión hacia Lázaro, SINO POR SER RICO. Ha querido ser rico y separarse. La Familia de adinerados ha generado el gran abismo que les resulta infranqueable. Es esa Familia la causante entonces y ahora de la desigualdad, la miseria, el dolor,  el hambre, la desesperanza, les expectativas frustradas, la esclavitud, la muerte…
     
    2ª.- Nadie condena al rico. Es él quien se excluye no aceptando la igualdad y la justicia. El rico, como en el caso expuesto en Mc 10,22 y par.: Mt 19,22 y Lc 18,23, es quien se decanta por el capital rechazando la sociedad alternativa y el amor leal que la distingue.

  • Santiago

    Siempre me ha impresionado el relato de esta parábola sobre el pobre Lázaro y el rico epulón. Aquí Jesús inventa personajes no reales para enseñar verdades importantes. Es diferente cuando se trata de hechos cronológicos con geografía propia como la samaritana, la hemorroísa, el ciego de nacimiento, las bodas de Caná etc . donde se trata de “hechos reales”

    Es curioso que el pecado del “rico” fuera de indiferencia y de omisión porque el “vestía de púrpura y lino fino y banqueteaba cada día esplendidamente”.. En términos modernos era un “play boy” de la “nueva era” hedonista 100×100 sin importarle un bledo que Lázaro estuviera “tendido junto a su puerta, cubierto de úlceras” sin ni siquiera prestarle atención a que las sobras de su mesa pudieran satisfacer el hambre del pobre, ni que “los perros venían y lamían sus úlceras”

    La condenación del rico se basaba en la falta absoluta de compasión hacia el prójimo, no de un crimen de pasión ni de cualquier otra acción maligna. Es una actitud ante la vida, un rechazo a querer amar y a huir de cualquier situación que “nos moleste”, un querer negar la realidad con la que a veces nos tropezamos. El perder toda la capacidad de compasión hacia nuestro prójimo.

    En la literatura del AT, antes de la Resurrección de Cristo, los justos iban a “esperar” a Cristo en el “seno de Abrahán” Es por eso que el “padre Abrahán” es el que revela al rico, condenado por su falta de amor que el abismo entre Lázaro, en la gloriosa espera de Cristo, y el rico, ya es infranqueable. Una vez que morimos ya no se puede merecer. Jesús nos da hasta una última oportunidad de arrepentimiento. Después nuestro destino es fijado con nuestro consentimiento por toda la eternidad.

    Por eso, Abrahán no acepta la propuesta del rico de enviar a uno de “la otra vida” para evitar la condenación de sus hermanos puesto que éstos ya tienen a “Moisés y a los profetas” que significa en nuestro caso actual al Evangelio de Cristo proclamado universalmente por Su Iglesia. Y por eso dice Abrahán, si “no escuchan..(a la Palabra de Jesús en la Iglesia) ..tampoco se rendirían, si alguno resucitase de entre los muertos” (Lucas 16:31)

    Si no tenemos fe o la hemos perdido o no la buscamos de nuevo, no podremos acceder al Reino de Dios.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • oscar varela

    Hola Salvador!
    En tu Comentario, lo de Ernesto Cardenal termina así:
    -“La comunidad de Solentiname fue violentamente callada pocos años después por tropas militares enviadas a tal fin por orden del RICO Y PODEROSO dictador Somoza.”-
    ……………………
    ¿Tiene algo que ver con lo relatado en “Un paso, un mundo”?
     
    https://www.atrio.org/MARCOS/01.pdf
     
     
    ARRASARON CON EL PUEBLO
    -Bien entrada la madrugada, llegaron unos camiones con un número indeterminado de desconocidos. Penetraron en las diferentes estancias y cabañas disparando indiscriminadamente a todo lo que se movía, incendiando todas las instalaciones y destrozando lo que encontraban a su paso. Se salvaron muy pocos.
    – Mi abuela no recibió daño alguno porque se acurrucó tras el cuerpo inerte de un caballo.
    – Kurt murió allí mismo, cosido a balazos.
    – A mi abuelo lo dieron por muerto después de propinarle una tremenda paliza que lo dejó desfigurado. Lo tiraron por un terraplén con un disparo que le entró por la espalda y le salió por el hombro y otros dos en una pierna.
     
    – A la mañana siguiente mi abuela lo encontró inconsciente y en un estado lamentable. Confeccionó unas parihuelas, tomó comida y agua, y lo llevó a su poblado arrastrando la camilla durante varios días.
     
    – Respecto a quiénes lo hicieron, nadie conoce sus nombres. Pero se sabe que tenían camiones, armas, maldad para pensarlo, prepararlo y hacerlo, y, sobre todo, interés en que no prosperara ni el pensamiento libre ni una alternativa a la sociedad que ellos y sus armas representaban.
    – El abuelo no tendría otra casa que la choza de mi abuela donde nació el hijo que ambos tuvieron, mi padre.
    – Con esfuerzo, lograron reconstituir la organización de Kurt, cuyo recuerdo les siguió dando fortaleza.
     
    – Me decía mi padre que, sin haber llegado a conocerlo, muchos sentían su presencia constante en el poblado.
    – Pasados unos meses, un grupo de hombres de confianza marcharon con mi abuelo al centro misionero. Entraron de noche en su antigua habitación, recogieron sigilosamente muchos de sus libros y papeles, y volvieron con ellos al poblado.
    – Allí, en la choza, día tras día, año tras año, con el recuerdo imborrable de su amigo Kurt y el amor callado y leal de mi abuela, escribió sus libros explicando palabra a palabra la propuesta del hombre de Galilea.
    – A su muerte, mi abuela entregó a mi padre los escritos de mi abuelo.
    – Él mismo los encuadernó, forrándolos con piel de cabra.
     
    – La clave del pensamiento de mi abuelo es el mensaje contenido en los evangelios. Examinó a Marcos de cabo a rabo con minuciosidad de orfebre.
    – Para leer a Marcos se necesita mucho tiempo.
    – Marcos es el evangelio más antiguo.
     
    – Después de haber sido desmenuzado y analizado término a término, leerlo supone escuchar en toda su intensidad el mensaje del Galileo.
    – Si uno se fija, la brutalidad de los intolerantes se desató porque no soportaban la realidad social construida por Kurt.
    – Son los hechos los que importan.
    – Los responsables de la destrucción del poblado y la matanza cometieron esa barbaridad bajo el estandarte del crucifijo.
     
    – Hay que seguir recordando las palabras del abuelo:
    -“Las mejores preguntas nacen del inconformismo”.
    – A ver si somos capaces de plantearlo… A ver…
    – ¿A quién beneficia que el evangelio se haya explicado como se ha explicado? Y…
    – ¿cómo debería leerse para que nadie pudiera apropiárselo en beneficio propio?
    ……………………..

  • oscar varela

     
    Hola!
    Siguiendo lo de Ernesto Cardenal (Comentario de Salvador), recibí de Eduardo Hoornaert lo que nos cuenta en el Artículo “Teología de la prosperidad, ¿sí o no?
    http://eduardohoornaert.blogspot.com/2020/11/teologia-da-prosperidade-sim-ou-nao.html
     
    1. Las casas sin terminar de Alto do Pascoal.
    – Viví nueve años en un barrio periférico de Recife, llamado Alto do Pascoal:
    – casas sin terminar, los techos de Fibrocemento, paredes sin revocar, losas en construcción.
     
    * Junto a esas casas,
    – ladrillos apilados, maderas, barras de hierro, tejas.
    – me parece expresar un inmenso llamamiento a la prosperidad.
     
    * Veo a Pedro Mason, a última hora de la tarde, bajándose del autobús,
    – me parece escucharlo:
    – “Pondré una ventana y una puerta en la cocina. La familia es grande.
    – Voy a comprar cemento para hacer un piso superior “-
    – Pedro Mason sueña con la prosperidad.
     
    * Pedro Mason tiene fe en Dios. Al pensar en los niños, la mujer, la familia, Pedro Mason piensa en Dios.
    – Está convencido de que Dios comparte su lucha.
    – “Dios me dará éxito en la vida, Dios me ayudará a alcanzar la prosperidad”.
    – Y se emociona con ese Santo Aliento.
     
    2. Cuando el espíritu se fortalece a través de la institución.
    – En la salita de Helder Cámara hay un pequeño cuadro con las palabras:
    Soñar es solo soñar
    Soñar juntos es una realidad.
     
    * Pedro Masón va a la iglesia, la asamblea de Dios, la iglesia católica, la iglesia universal del reino de Dios, candomblé, macumba, el culto de Jurema, no importa.
    – Allí está con otras personas, escucha el sermón, se sienta y se levanta, canta y aplaude,
    – junto a otros devotos que también sueñan con mejorar la casa de la familia.
    – “Puedo soñar toda mi vida con la prosperidad, si no encuentro algún apoyo institucional,
    – mi sueño nunca se hará realidad”.
    – Pedro sabe por intuición que la Institución fortalece el ‘Aliento’, el Impulso, el entusiasmo, el compromiso.
    – Así entiende Pedro Mason las oraciones, los sermones, los cánticos, las reglas de la Congregación.
    – Movimiento y Organización liderado por el ‘Santo Aliento’ (Hechos 1, 2 y 2, 4 ss)
    – Estamos en el inicio ‘pentecostal’ del movimiento de Jesús, en su primera institucionalización.
    ………………………………………………
    (y Sigue … )
    3. Cuando la institución toma la iniciativa.
    (caso del siglo IV:  Constantino y Nicea)
    ………………………………………………
    (y Concluye):
     
    1. Cuando una teología expresa el espíritu que mueve a las personas hacia una vida más próspera,
    – no hay contradicción entre la teología de la prosperidad y la teología de la liberación.
    – Al contrario: los dos modos son complementarios.
    2. Para esto, se necesita correlación entre el espíritu de prosperidad que anima a las personas y
    – una institución que eventualmente lo apoye.
    – La institución entendida como apoyo y fortalecimiento del espíritu.  
    3. Esto sucede raramente.
    – Debemos actuar, transformar la institución en un instrumento del espíritu a través de acciones concretas.
    ……………………

  • carmen

    Pues esa respuesta tuya sin decir nada concreto me ha hecho pensar.

    En realidad es lo de siempre. Tienes que tomar tus propias decisiones. Nadie las puede tomar por ti.

    Así que creo que voy a dejar de discutir según qué cosas. Ya va siendo hora. Porque claro, en estos temas, cero autoridad, como es normal. Solamente tengo mi propia interpretación de , pues de lo que he aprendido a lo largo de estos diez últimos años. Antes creía que todo era producto de ese carácter que dicen que tengo, pero no es cierto. Ahora lo sé. Hay un montonaaaaazo de personas que están en la misma línea de pensamiento. Es algo muy tranquilizador. No te sientes tan extraña como te hacen sentir muchas personas, aún sin pretender que te sientas así.

    También he entendido que hay otro montonazo de personas que piensan como siempre se ha pensado. En su derecho están. No solamente en su derecho, sino que es lógico que así piensen. Pertenecemos a la cultura que pertenecemos. Tenemos la religión que tenemos.

    Me gusta muchísimo el tema del cristianismo. Lo encuentro apasionante. Pero no puedo pretender que otras personas piensen como mi persona lo hace. Y mucho menos es mi guerra . Me refiero a la que se está librando dentro de la iglesia católica. Sencillamente no lo es. Pero leo cosas porque me gusta el tema. Y cada vez me siento más como un observador externo, como si no fuera conmigo.  Eso no quiere decir que no tenga interés , lo tiene y mucho. Pero no me siento implicada personalmente. No sé si me estoy explicando bien.

    Estoy convencida de que sí hubiese un cambio profundo en la iglesia católica, esa institución, la más antigua del planeta que ha logrado sobrevivir, con esa infraestructura bestial que tiene, haría muchisimo bien a la humanidad enterita. Sobre todo a los más frágiles.

    Pero ese es Mi pensamiento. Y la iglesia católica no es Mi institución. Es así de sencillo.

    Creí que había personas que estaban dispuestas a presentar batalla de verdad para cambiarla, pero creo que estoy  equivocada. En el fondo nadie la quiere cambiar , no al nivel que me gustaría, no, eso no lo desea nadie. Sencillamente quieren ganar la guerra y ser el califa en lugar del califa, como aquellas historias de dibujos de Raf. Salían en los tebeos de antes. Me encantaban.

    Así que seguiré leyendo. Seguiré escuchando, seguiré aprendiendo. Conforme lo voy haciendo mi Jesús imaginario, aquel que imaginé en mi juventud porque no podía creer lo que me contaban, a ver cómo lo digo, va cogiendo como más cuerpo de realidad. Aunque se que en realidad cualquier Jesús es imaginario, el que anda por mi cabeza cada día me gusta más. Y además leo cosas que no están en contra de la imagen que tengo de ese personaje. Es que soy una mitómana y Jesús de Nazaret es uno de mis mitos.

    Y eso es lo que hay.

    Eso sí. Me gusta discutir y hablar por hablar. Sin más. Ya te habrás dado cuenta. Me parece divertido. Así que me meteré en alguna que otra discusión de esas que no conducen a nada salvo a pasar el rato. Aunque estoy empezando a preocuparme. Dejó pasar mil cosas, no digo ni mu.  Eso es inquietante. Siempre he dicho, cuando veas que me calle, preocúpate, es señal de que empiezo a morir. Eso lo digo cuando me dicen: hija, por dios, no merece la pena esos jaleos en los que te metes…te va a dar algo.

    Y ahora me doy cuenta de que empiezo a callar. Estaré empezando a morir? Eso sí me preocupa.

    Un abrazo

    Me apetecía decírtelo.

    • Salvador Santos Pacheco

      Hola Carmen

      Hace años hubo una comunidad cuyos integrantes tampoco callaban. ¡Y la silenciaron, claro! Exponían su parecer respecto a algunos relatos del evangelio. Me parece recordar que esta parábola no fue comentada; sí en cambio otros textos de Lucas que guardan correspondencia con su contenido. Posiblemente, el de Lc 6, 24-26. Buscaré el texto donde se recogen al detalle sus exposiciones y, si no me he confundido, las transcribiré aquí.

      Abrazo

      • Salvador Santos Pacheco

        Hola Carmen

        Encontré los comentarios de la comunidad que tampoco callaba.

        En el año 1985 se publicó en España un libro en el que su autor, Ernesto Cardenal, transcribió los comentarios de los integrantes de una comunidad tras leer algunos relatos de los evangelios. Era una comunidad de campesinos residentes en un archipiélago del gran lago de Nicaragua. Este grupo de islas e islotes tiene por nombre: Solentiname.

        Ernesto Cardenal recogió mediante grabadora dichos comentarios y los publicó en ese libro bajo título: EL EVANGELIO EN SOLENTINAME.

        Reproduzco, tomándolo de ese libro, una parte de lo que algunos miembros de esa comunidad expresaron tras la lectura del texto de Lc 6,24-25:

        “Pero, ¡ay de vosotros los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis repletos, porque vais a pasar hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque vais a lamentaros y a llorar!”.

        LA COMUNIDAD:

        “Digo yo (Ernesto Cardenal) que es curioso que la razón por la que van a tener el castigo estos ricos es únicamente por ser ricos, por haber tenido ya su alegría, no por haber sido ricos malos precisamente.

        Dice Tomás Peña: Tal vez son malos. Son gente que está maltratando a la pobretería. O tal vez no quieren ni que mienten siquiera a Dios, porque ellos tienen de qué. Y uno no tiene, uno está siempre pensando en Dios o viendo cómo hacer para tener sus cosas. Y ellos tal vez, en vez de darle, tal vez le quitan. Eso es lo que ellos están obrando desde hace tiempo, y nosotros estamos abandonados. Parece que así puede ser…

        Alejandro: Es lógico que ponga esa contrapartida, porque si solo dice las bienaventuranzas para los pobres se podría pensar que puede haber otra clase de bendiciones para los ricos, o para ciertos ricos, o que Cristo está con los pobres, pero también está con los ricos. Pero San Lucas hace ver que no es así, que para Cristo la humanidad está dividida en dos clases bien definidas, y que él está a favor de unos y en contra de los otros.

        Laureano: Esto es bien revolucionario. Dice que todos los que están bien van a estar jodidos. Es la vuelta de la tortilla completamente.

        Olivia: Yo creo que lo que Jesús condena en ellos es la insensibilidad. Porque se necesita tener un corazón duro para estar alegre mientras otros sufren, para estar harto mientras otros padecen hambre: tal vez los mismos que les trabajan.

        Marcelino: No solo insensibilidad. No sería tan grave si disfrutaran una riqueza que les bajó del cielo, pero es producida por el trabajo de otros. Un hombre tiene un algodonal de mil manzanas, pero no es que él trabaje mil manzanas: es que otros le hacen el trabajo de mil manzanas. Y si él hace una fiesta, es con el producto de ese trabajo. En vez de dar ellos más bien quitan, como dice Don Tomás.

        William: Los profetas al vaticinar el futuro anunciaban la salvación de los oprimidos y la ruina de los opresores. Las dos cosas se corresponden. No podían hablar de salvación para todos. Cristo predica en la misma línea.

        Felipe: A mí me parece que allí Jesús se ha puesto de parte de los pobres. Pero el evangelio puede ser también la liberación de los ricos. Porque este cambio, quieran que no, los hará cumplir el evangelio, aunque sea por medio de una fuerza. Pero los cristianos no debemos esperar a que Dios lo haga, debemos trabajar por esto. Y yo creo que tenemos la obligación de trabajar por la liberación de los ricos. Unos dicen que qué nos importan. ¡Dejar los ricos así, porque ellos tienen ya esto! Pero yo creo que el cristianismo debe predicarles a ellos. Cristo lo hacía. Aquí se ve que también tenía ricos enfrente, pues se está dirigiendo a ellos: <>.

        Alejandro: Pero es que cuando llegue la revolución van a tener hambre, o van a estar en la miseria. Entonces nadie estará en la miseria. Pero al perder sus propiedades ellos se van a sentir como que están en la miseria, como les ha pasado a muchos que han salido de Cuba. Y van a sentir hambre, pero es solamente el hambre de sus ambiciones.

        Olivia: Pero esto se refiere también a la otra vida. Porque aquellos a los que Cristo hablaba no tuvieron que salir de Cuba ni les pasó nada. Todo el tiempo estuvieron hartos. Así que si esto no se cumple en la otra vida las amenazas de Cristo fueron vanas.

        Digo yo (Ernesto Cardenal): Yo creo que este cambio social es en esta vida y en la otra”.

        La comunidad de Solentiname fue violentamente callada pocos años después por tropas militares enviadas a tal fin por orden del RICO Y PODEROSO dictador Somoza.

  • carmen

    Pues estoy pensando que en realidad lo que dice Jesús es: ni caso a la religión. Ni caso a los que viven del Templo. Hay que repensar a Dios de otra manera diferente a la que nos han dicho. Así que, nosotros a lo nuestro, a poquito a poco formar otra sociedad diferente basada en…

    Eso es lo que estoy entendiendo poquito a poco. Soy muy lenta.

    Pero claro, van y convierten a su proyecto en una religión y a él mismo en Dios. Menudo desastre

    Y me pregunto. Entonces, ahora mismo, en este momento histórico, qué sería conveniente hacer, olvidarse de la iglesia o tratar de transformarla? Y otra pregunta. Es viable esa transformación o es una quimera?

    Si te apetece y quieres me contestas, aquí o en mi correo.

    Gracias.

    Un abrazo

    • Salvador Santos Pacheco

      Hola Carmen

      Hay muchas organizaciones que se autodenominan iglesias y aseguran ser fieles al mensaje de Jesús (¡cosa harto extraña!). Imagino que te refieres a la llamada ‘Católica’. A mi juicio, la conveniencia o no de olvidarse de esa estructura religiosa o tratar de transformarla corresponde decidirlo a sus fieles.

      Y respecto a que esa transformación sea viable o una quimera dependerá del objetivo que se pretenda conseguir.

      Un beso

  • oscar varela

    Hola!

    El final del Artículo, acá en ATRIO,

    se “comió” lo que señalo en negrita:
    El narcótico del entretenimiento embota la mente, crea adicción, provoca que los entretenidos se desentiendan de la justicia y engendra en ellos una incapacidad no pocas veces irremediable. Como la mostrada por el rico ante Abrahán y su inseparable Lázaro.

  • mª pilar

    ¡¡¡Hermosa lección!!!

    Como agua clara del mejor manantial, que puede cambiar nuestras vidas en:

    ¡Vida!

    No hay eclesiástico que pueda… perdonar… la desfachatez de los poderosos y ricos de la tierra; solo hay una manera:

    ¡Caer en la cuenta…y cambiar totalmente el rumbo!

    ¡No se puede esclavizar, ningunear, humillar, matar…a otras personas , para que su “legado” crezca y siga aumentando para las futuras descendencias.

    La injusticia y la pobreza, dirigida ha  quienes trabajan para que los poderosos  crezcan, y aumenten a costa de sus vidas, sus riquezas.

    Porque para los poderosos, todas esas personas:

    ¡No tienen ningún valor!

    Tristemente, este hermoso Proyecto de ¡Vida! ha quedado… enterrado…entre aquellas personas que por encima de todo:

    Aman su poder, su dinero; esa es la causa, de que se hayan fabricado “dioses” a su imagen y semejanza.

    Y lo más triste es; que las religiones siguen en el A.T. en todos sus criterios y acciones; manipulando el texto, para que cuadre con sus fines.

    En “nuestra iglesia poder” se visten de Prada, sobresalen por su vanidad, para que se les vea de manera clara y diáfana; viven como reyes de este mundo, se adornan con ricos anillos y pectorales, muestran sus barrigas horondas…todos los altos mandatarios… más o menos, lo hacen igual.

    ¿Cómo pueden “predicar” un mensaje, que se basa en el Amor,  la justicia, el compartir, el no hacer a  otras personas, lo que no quieren  para si mismos?

    Por encima de todas estas razones, tengo que seguir diciendo en alta voz, que:

    Muchas personas, que desde dentro de las religiones:

    ¡Han comprendido el verdadero Mensaje, y allá donde están, lo hacen: ¡Vida! Y esta crece abundante!

    Cierto que son ninguneados, perseguidos, expulsados, pero siguen adelante; y como el Galileo, pagan con su propia vida el precio de ser fieles, a este:

    ¡Hermoso Proyecto de Vida!

    Como siempre digo:

    ¡Es mi manera de mirar e intentar vivir!

    Gracias Salvador, es un gran gozo leerte-escucharte- intentando seguir fieles este hermoso Proyecto.

    ¡Gracias de corazón!

    Un abrazo entrañable.

     

  • Salvador Santos Pacheco

    Hola Carmen
     
    El término ‘epulón’ dicho de quien come opíparamente, del sibarita en la mesa, se ha aplicado popularmente a este personaje desde hace muchos siglos. Pero es ajeno al texto original.
     
    Aprovecho para recordar lo indicado al comienzo del punto 3: “La parábola no está dirigida a la gente. Tampoco a los discípulos. Su destinatario es el grupo de religiosos a quienes traslada un mensaje específico”.  Es importante no olvidar ese dato
     
    La parábola se adapta al lenguaje y las doctrinas mantenidas por los fariseos, “amigos del dinero”. El ejemplo usa, por tanto, elementos propios de las creencias religiosas judías. Estos elementos han servido únicamente como soporte del mensaje. Son puro embalaje; no, el mensaje. Detenerse en ellos y concederles importancia supone descentrar la mirada del mensaje contenido en la parábola que apunta al colectivo de los que tienen el dinero y a sus amigos. 
     
    Abrazo

  • carmen

    Me ha parecido entender que este relato está en Lucas.

    Lo he leído una vez, tengo que hacer mil cosas y aprovecho la mañana porque estoy más activa. Voy con el sol. Esta tarde o mañana volveré a leer en texto. Siempre se me escapan mil cosas a la primera, soy lenta.

    La verdad, nunca me ha gustado esta parábola, la veo como vengativa. No encuentro la diferencia entre la manera de comportarse de señor rico y la de Abrahan. No sé, no me gusta. Veo en ella esa parte de Jesús que no acaba de gustarme. Pero claro, para mí es una persona humana, con mucha luz y alguna sombra. Si es por fastidiar a las personas que detesta me parece genial, pero no me gusta.

    Esa parte del infierno no me va en absoluto. El otro día oí que no existe el infierno como tal, sino que sencillamente mueres para siempre, no resucitas. Eso puedo llegar a entenderlo. La idea del infierno no puedo entenderla.

    Por qué creía que el rico se llamaba Epulón? Me lo he inventado?

    Es que me hubiese encantado estar en una esquinica oyéndolo hablar y viendo las caras de las personas que lo rodeaban. Menuda persona tuvo que ser. Un espectáculo de hombre.

    Hasta luego.