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El proyecto de Jesús, madurando en el tiempo, 12

EL CIEGO, LA PUERTA Y EL MODELO DE PASTOR, 2/6

      La nueva subida del telón pilla a los espectadores leyendo el libreto. Se les nota llenos de curiosidad por saber qué va a ocurrir ahora. En el escenario, unos nuevos personajes hablan entre sí. No se les escucha; cuchichean. Visten ropajes vistosos. Cubren sus cabezas con prominentes gorros bordados con hilo de oro y terminados en pico. De sus afilados chapeos cuelgan unas raras tiras apergaminadas. Quieren dar la impresión de poseer una gran altura. Muestran un gesto fruncido y se esfuerzan por dar a su compostura un toque de solemnidad. Estiran el cuello y observan. Se diría que quieren atraer todas las miradas. Se mueven con pasos cortos. Refriegan sin parar sus manos entre sí esforzándose por controlar la tensión y dejando entrever unos dedos agarrotados. Los tipos parecen dispuestos a saltar a la más mínima. Les delata su arrogancia y su despectiva forma de mirar. Son los jueces y veladores de la institución.

2. Segundo de los seis Actos

      En un instante, aparecen sin más los vecinos y conocidos del hombre liberado llevándolo consigo ante la presencia de los tenebrosos personajes del gorro alto. Ha comenzado la acción.

      “13 Llevaron a los fariseos al que había sido ciego. 14 El día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos era día de precepto. 15 Los fariseos, a su vez, le preguntaron también cómo había llegado a ver. Él les respondió:
     – Me puso barro en los ojos, me lavé y veo.
16 Algunos de los fariseos comentaban:
     – Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no guarda el precepto.
Otros, en cambio, decían:
     – ¿Cómo puede un hombre, siendo pecador, realizar semejantes señales?
Y estaban divididos.
17 Le preguntaron otra vez al ciego:
     – A ti te ha abierto los ojos, ¿qué piensas tú de él?
Él respondió:
     – Es un profeta.
18 Los dirigentes judíos no creyeron que aquél había sido ciego y había llegado a ver hasta que no llamaron a los padres del que había conseguido la vista 19 y les preguntaron:
     – ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?
20 Respondieron sus padres:
     – Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego. 21 Ahora bien, cómo es que ve ahora, no lo sabemos, y quien le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, ya es mayor de edad; él dará razón de sí mismo.
22 Sus padres respondieron así por miedo a los dirigentes judíos, porque los dirigentes tenían ya convenido que fuera excluido de la sinagoga quien lo reconociese por Mesías. 23 Por eso dijeron sus padres: <<Ya es mayor de edad, preguntadle a él>>”
(Jn 9, 13-23).

      1 Escena primera

      Quienes se interesaron por conocer la razón que dio origen a la transformación del mendigo ciego en un ser independiente y quisieron conocer la localización del Galileo, optaron al final por conducir a aquel hombre a las autoridades religiosas. Demostraban así que eran personas dependientes. Ellos no tomaban sus propias decisiones; los líderes religiosos decidían por ellos. El miedo a quedar fuera de su autoridad los impulsó a seguir esa dirección:

      “Llevaron a los fariseos al que había sido ciego” (v. 13).

      No hay indicación alguna de diálogo previo con el hombre demandándole presentarse con ellos ante las autoridades del subido sombrero. Tampoco hay resistencia en él. La entrada: “Llevaron” sí induce a pensar que esos personajes obligaron de algún modo al que recobró la vista a presentarse ante los fariseos; y él no opuso resistencia. Sus acompañantes siguen siendo gente acobardada; él, no. El texto ofrece a continuación la razón de ese movimiento:

      “El día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos era día de precepto” (v. 14).

      Ahí, en la ley del sábado, encontramos el móvil de la actuación de los anónimos y medrosos guías. A los fariseos les correspondía la responsabilidad de dictaminar respecto a una posible infracción de la sagrada norma. El centro de gravedad se ha desplazado ahora hacia el Galileo, el hombre que dio origen a la impensable transformación del mendigo. El narrador le atribuye dos hechos:

  • Hacer barro y
  • Abrirle los ojos

      El primero ha sido confirmado por el hombre. El segundo, asociado antes a la decisión de lavarse, se vincula ahora a la acción del Galileo. No se menciona que siendo todavía ciego el mendigo caminó supuestamente más de los ochocientos metros permitidos en sábado o que infringió la norma con su lavatorio. Él queda de este modo exonerado de culpa y toda ella se hace recaer sobre Jesús. Es lo que buscan los líderes religiosos.

      Hacer barro era una actividad prohibida en sábado. También estaba vedado realizar una acción curativa, salvo en un peligro de muerte. Ni siquiera se podía calmar el dolor echando agua fría sobre un miembro que hubiera sufrido una torcedura. El infractor de la ley sagrada era merecedor de la pena capital.

      2 Escena segunda

      Una vez llevado el hombre ante los fariseos, desaparece la tropa de acoquinados anónimos. No son necesarios. Su colaboración ha terminado una vez estando el asunto bajo el control de los guardianes de la ortodoxia. Ellos llevan ahora la batuta. La responsabilidad es toda suya. Asumen el papel de expertos oficiales para estudiar a fondo el caso y emitir un dictamen sobre los hechos. La percepción de un hombre liberado no les sorprende. Se muestran inexpresivos ante la novedad. Tal vez no aceptan que lo sea. Porque ellos dirigen sus preguntas hacia aquello que les puede perturbar:

      “Los fariseos, a su vez, le preguntaron también cómo había llegado a ver” (v. 15a).

      El hombre no duda. Responderá sin salir de la evidencia. Eso sí, su concisa exposición rebaja en mucho la infracción del Galileo:

      “Él les respondió:
           – Me puso barro en los ojos, me lavé y veo” (v.15b).

      No dice que hiciera barro, actividad prohibida, sino que se lo puso, hecho al menos discutible de ser sancionable. Se omite la saliva y que la colocación del barro tuviera una finalidad curativa. Añade, además, una acción meritoria de castigo realizada por él mismo: “me lavé”, que los fariseos eluden porque la pieza que buscan no es aquél a quien preguntan. Este no dice que el Galileo le abriera los ojos. Se deduce de sus palabras que su transformación se ha debido al movimiento ejecutado por él mismo: “me lavé y veo”. El hombre, con una nueva vida, ha perdido el miedo a los estirados.

       3 Escena tercera

      Tras oír el testimonio del declarante, las autoridades religiosas elevan al aire sus primeras conclusiones. Hay diversidad de opiniones, aunque se mantiene la sintonía dogmática que concede a la Ley el valor supremo:

      Algunos de los fariseos comentaban:
           – Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no guarda el precepto” (v. 16a).

      Para los censores religiosos, los hechos saltan a la vista. Un hombre disminuido, esclavo en el suelo y dependiente de los demás ha conseguido poseer dignidad humana. Pero si el motor de ese cambio tan profundo e inimaginable no ha observado a rajatabla el descanso preceptivo, por muy válida y beneficiosa que haya sido su intervención, hay que considerarla irreligiosa y a su autor, alejado de Dios. Se resisten a perder el poder del control aunque este se demuestre inútil. Sus principios muestran una inamovible tesis religiosa: Lo que tiene su origen en Dios está marcado por la Ley. Lo que sale fuera del precepto legal está apartado de Dios.

      Otra facción del colectivo fariseo mantiene la idea de que el Galileo es un infractor de la Ley, un pecador. El pecado consiste para los religiosos en un quebrantamiento de la sagrada norma. Sin embargo, perciben que esa idea entra en contradicción con la grandeza y bondad de lo acaecido:

      “Otros, en cambio, decían:
           – ¿Cómo puede un hombre, siendo pecador, realizar semejantes señales? (v. 16b).

      El interrogante que plantean no habla solo del cambio radical producido en el hombre-mendigo, sino de otras acciones (“semejantes señales”) de un cariz liberador similar a la que juzgan y que se dan por conocidas. No se habla de acciones sobrenaturales o mágicas, sino de hechos con una significación (“señales”) que animan a la comprensión a ir más allá de lo establecido. Por esas “señales” se la tienen jurada al Galileo. No son signos insustanciales, sino asuntos que echan abajo sus postulados y su autoridad ante el pueblo. De ahí que, a pesar de las diferencias entre ellos:

      “Y estaban divididos” (v. 16c),

      sigan indagando con ese testigo de incalculable valor. Ahora necesitan su opinión respecto al Galileo. Intentan comprobar hasta qué punto se encuentra o no de parte de ellos:

      “Le preguntaron otra vez al ciego:
           – A ti te ha abierto los ojos, ¿qué piensas tú de él? (v.17a).

      4 Escena cuarta

      Los fariseos omiten el lavatorio del hombre como acto que le otorgó la nueva condición. Retornan al hecho acusador: “A ti te ha abierto los ojos”. Evitan hablar de una liberación derivada de la decisión individual. Eso es algo preocupante y contagioso. Buscan, por tanto, hacerle retornar al temor para llevarlo al terreno que ellos dominan. El hombre conoce la posición contraria al Galileo de la autoridad religiosa. La pregunta pretende manipularle y le conducen a que ofrezca al menos un dato negativo respecto a aquel hombre desconocido aún para él. Quisieran que se mostrara de acuerdo con sus ideas oficiales y representativas de la ortodoxia. Pero él responderá como una persona libre, sin miedo a las consecuencias. Dirá exactamente lo que piensa. Su opinión no concuerda en absoluto con la de los líderes. Se opone a lo que ellos piensan:

      “Él respondió:
           – Es un profeta” (v. 17b).

      El hombre ha advertido que el Galileo está fuera del control de la ortodoxia. No se encuadra en ninguno de los círculos institucionales. Deduce de los hechos que su mensaje le viene de Dios. Su nueva condición lo confirma.

      La respuesta inesperada del hombre cuestiona los planteamientos de los religiosos. A pesar del mucho gorro, a estos se les han nublado las ideas. El hombre liberado hace tambalear su rigorismo legal. Teniendo la libertad a la vista, no tendrán más remedio que poner en entredicho la ceguera del hombre como manera de justificar su obcecación.

5 Escena quinta

      Los espectadores se mueven en sus asientos atentos a la reacción de los de la alta mitra. Estos piensan en el fraude del que se decía ciego. ¿Simulaba la ceguera como medio para subsistir de limosnas? Buscan la respuesta a sus sospechas haciendo llamar a su presencia a otros personajes que aparecerán de inmediato en escena.

      “Los dirigentes judíos no creyeron que aquel había sido ciego y había llegado a ver hasta que no llamaron a los padres del que había conseguido la vista…” (v. 18).

      Se ve la mano del redactor aportando detalles a tener en cuenta. Ahora denomina a los fariseos: “los dirigentes judíos”. Los jefes religiosos están revestidos de la máxima autoridad. Conviene saber que, en el tiempo en que se termina de escribir el cuarto evangelio, unos decenios después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, el grupo saduceo ha desaparecido quedando solo la sección de los fariseos como conductores del pueblo judío.

      Los dirigentes piensan que la ceguera del hombre era falsa. Buscan demostrarlo y descubrir el engaño a través de los padres del sujeto. El temor de los padres ante la potente autoridad judía no podrá mantener la farsa. El narrador vuelve a ofrecer pistas de la verdad y para referirse al hombre, deja caer: “del que había conseguido la vista”.

      En el interrogatorio sale a relucir el retorcimiento de los dirigentes:

      “…y les preguntaron:
           – ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?” (v. 19).

      Sin mediar saludos ni presentaciones, interpelan de entrada a los padres. Quieren corroborar que el tipo ahora sujeto a investigación es su hijo. La coletilla añadida a continuación revela la malicia de los instructores del procedimiento. De los padres del ciego no sabían nada. No han abierto el pico. Sin embargo, los dirigentes afinan para meterles la angustia en el cuerpo: “el que VOSOTROS DECÍS que nació ciego”.

      El segundo interrogante acepta que ellos puedan confirmar la ceguera de nacimiento de su hijo, en cuyo caso le preguntan por la vía utilizada para llegar a ver. La cuestión está infectada, sembrada de cepos. Ellos no pueden admitir al Galileo como autor de la liberación de su hijo. En tal caso, estarían reconociéndole como el Mesías, el que abriría los ojos de los ciegos. La prescripción del descanso sabático sigue también latente. Si declaran que hubo curación, la autoridad religiosa tiene atrapada a la presa. La respuesta de los padres puede encausar al hijo y al Galileo; incluso arriesgarse ellos mismos a ser excluidos de la sinagoga. En la formulación de la pregunta el narrador ha dibujado con lápiz afilado el gesto ladino y el tono acusatorio de los dirigentes: “¿Cómo es que ahora ve?”.

6 Escena sexta

      Los padres responderán con miedo, pero también con talento. Su respuesta se distingue por su contundencia. Reconocen al hijo y echarán abajo la sospecha de los fariseos respecto a la falsedad de su ceguera. En cuanto a la recuperación de la visión, se escabullen por la tangente, aunque dejándoles a los mandamases religiosos un recado a no perder de vista:

      “Respondieron sus padres:
           – Sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego. Ahora bien, cómo es que ve ahora, no lo sabemos, y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, ya es mayor de edad; él dará razón de sí mismo” (vv.20-21).

      En su respuesta, los padres puntualizan. Solo hablarán de lo que conocen. Emplearán tres veces el verso ‘saber’. La última, curiosamente, para aclarar lo que los dirigentes no les han preguntado, pero ellos descubren en sus intenciones: “quien le ha abierto los ojos”. Con ello no emiten opinión respecto al Galileo y descargan también de responsabilidad al hijo por haber ido a lavarse en día prohibido.

      Eluden su propia responsabilidad en el acontecimiento y derivan la acción interrogativa hacia el hijo. El hijo es un hombre adulto. No es un ser dependiente. Ha conseguido su propia autonomía: “ya es mayor de edad”. Ha abandonado su condición mendicante. La esclavitud que padecía ha desaparecido y se distingue por su libertad. Nadie actuará en su representación: “él dará razón de sí mismo”.

7 Escena séptima

      El narrador cierra la escena con varios apuntes:

      “Sus padres respondieron así por miedo a los dirigentes judíos, porque los dirigentes tenían ya convenido que fuera excluido de la sinagoga quien lo reconociese por Mesías. Por eso dijeron sus padres: <<Ya es mayor de edad, preguntadle a él>>” (vv. 22-23).

      Los espectadores deberán andar finos:

  1. Sacando a flote y reflexionando sobre el miedo escondido de los padres a los dirigentes. Viven aún sobrecogidos y tutelados bajo el rigor intransigente de la Ley religiosa.
  2. Dándose cuenta y valorando la amenaza prevista y supuestamente conocida por los padres: La exclusión de la asamblea (sinagoga) conllevaba la pérdida de ciudadanía, de sus derechos y beneficios.
  3. Descubriendo también el temor oculto de los dirigentes: el miedo a que se reconociera al Galileo como inaugurador de la etapa esperada, la del reinado de la libertad. La llegada de ese tiempo definitivo acababa con el sometimiento que ellos imponían y con la fase infantil del ser humano marcada por la Ley religiosa.
  4. Captando la evidencia mantenida por el hombre que, a pesar de todas las cadenas con que le sujetaban, ha logrado desembarazarse de ellas y alcanzar plena autonomía: “Ya es mayor de edad”. Al hombre ya no le hacía falta ninguna niñera.

      Los espectadores están en ascuas. La cosa se ha puesto candente a más no poder, Se preguntan: ¿qué ocurrirá ahora?

8 Fin del Acto segundo

      El telón se cierra mientras ellos acuden al libreto.

     

     

5 comentarios

  • oscar varela

    LOS ANTI-PROYECTO
     
    EL PARAÍSO DE LAS VAQUITAS AJENAS
    (Entrevista radial “destilada” – Argentina)
    AM 990 – Caballero de día, con Roberto Caballero – 25/11/2020
    Carlos Heller – Presidente del Banco Credicoop y Diputado Nacional
     
    “Las penas y las vaquitas / Se van por la misma senda
    Las penas son de nosotros / Las vaquitas son ajenas”
    (Atahualpa Yupanqui)
    ………………………
     
    Roberto Caballero (R.C.): Se trata de “El aporte solidario (por única vez y con destino a paliar los gastos de la pandemia Covid-19) a los ‘bienes personales y declarados’ de unos 12 mil muy, muy ricos” ¿Es así Carlos?
     
    Carlos Heller (C.H.): Sí, pero agreguemos que del 40% dolarizado, el 94% está en el exterior,
    – es decir, no está en el país.
    – Y que no es cierto que van a tener que vender nada, porque
    – la liquidez promedio de las personas alcanzadas es 25 veces lo que van a tener que aportar.
    ……………………
     
    LA EVASIÓN 
     
    C.H.: Les voy a dar un dato que todavía no creo que se haya difundido.
    – Ayer se conoció un nuevo informe de la llamada Red de Justicia Fiscal, Tax Justice Network,
    – que hace un análisis global sobre la evasión, lo que se deja de percibir…
     
    – De los 427 mil millones de dólares en impuestos al año que los países dejan de percibir,
    – 245 mil se pierden debido a que las empresas transfieren sus ganancias a paraíso fiscales y
    – 182 mil debido a que los ricos ocultan activos e ingresos no declarados en el extranjero.
     
    – El Reino Unido de Gran Bretaña junto con su red de territorios de ultramar y de más dependencias de la Corona es responsable del 29% de los 245 mil millones de dólares en impuestos que el mundo pierde cada año debido al abuso fiscal, es decir, a estas maniobras.
    – Cuando se incluyen las pérdidas de impuestos por evasión fiscal privada, el Reino Unido es responsable del 37,4% de todas las pérdidas de impuestos sufridas por todos los países del mundo.
     
    – Si a esto le sumas los Países Bajos- es decir Holanda- Luxemburgo y Suiza se llega al 47% de lo que el mundo pierde de recaudar que se tributa desde esos países de menor tributación, etc.
     
    – Y si se incluyen pérdidas fiscales por evasión de impuestos privados, esto que dijimos, las maniobras de los ricos y demás, el eje de la evasión fiscal es responsable del 55% de todas las pérdidas fiscales sufridas por países de todo el mundo.
     
    – Es decir, les cuesta a los países 237 mil millones de dólares en impuestos perdidos cada año;
    – Inglaterra, el Reino Unido, Holanda, Luxemburgo y Suiza como beneficiarios de esa situación.
     
    – Después tengo el detalle, cuánto tiene las Islas Caimán, cuánto tiene cada uno, es decir, está muy interesante.
     
    R.C.: Aunque parezca una obviedad Carlos, ¿qué ganan esos países?
     
    C.H.: Que tienen esos ingresos, tienen ese dinero en su país.
     
    R.C.: Aunque tributan menos, tributan.
     
    C.H.: Tributan impuestos bajos de negocios que no le corresponden, de actividades que no tienen,
    – lo poco que tributan para esos países son ingresos fiscales que no tendrían,
    – si tributaran en la Argentina los tendríamos nosotros,
    – si acá pagaran lo que tienen que pagar pagarían como corresponde,
    – en Inglaterra pagan menos, pero para Inglaterra viene de arriba; es como en Uruguay,
    – “muchachos, vengan acá que nosotros le cobramos menos, facturen desde acá que le cobramos menos”.
     
    – Muchachos, es un fenómeno global, las multinacionales y los ricos evaden todo lo que pueden y
    – utilizan los países que les cobran menos para evadir, pagar menos (es la forma de evadir),
    – no se la pueden llevar en una valija, lo hacen desde lugares de menor tributación.
    – Otra, Clarín de ayer:
    – “En la peor crisis económica de la historia los 10 más ricos del mundo ganaron 267 mil millones de dólares”.
     
    R.C.: Sí.
     
    C.H.: Es un poquito irritativo, ¿no?, cuando después das vuelta a la página te dice:
    – “Se estima que la cantidad de pobres va a aumentar en 45 millones en la región, 110 millones del mundo”.
    – Es decir, no es un hecho deportivo para la revista Forbes que siga marcando los récords de estos muchachos en acumulación de riqueza,
    – es transferencia de millones de personas que cada una pierde un poquito para acumular en lo que estos personajes tienen cada vez más en valores que son irritativos, ¿no?
    – En lo que va del 2020 estos 10 tienen 267 mil millones de dólares más, digamos,
    – uno escribe el número, lo mira y piensa, eso es el mundo del que estamos hablando.
     
    – Es todo transferencia siempre. Es todo acumulación, es todo concentración, es todo lo mismo
    – y por eso el gran debate universal está alrededor de cómo se resuelven estos temas.
    – Son las organizaciones de los países centrales, del G-20 por ejemplo, la OCDE, los que tienen que tomar las decisiones que resuelvan estos problemas.
     
    R.C.: A todo esto, hay que ver dónde tributan estos 10 más ricos del mundo digo, ¿no?…
     
    C.H.: Mirá, el informe que leímos ayer que estaba muy referido a España se decía que
    – las empresas que cotizan en la bolsa española, el IBEX, es el nombre de la bolsa española,
    – tenían 745 sucursales en paraísos fiscales, entonces la pregunta es,
    – ¿para qué tienen esas empresas sucursales en los paraísos fiscales?
    – Para tributar desde ahí Roberto, clarito el tema.
    – Yo recuerdo siempre cuando integré la Comisión Bicameral que analizó el tema de las cuentas del HSBC…
     
    R.C.: 4040 cuentas.
     
    C.H.: Cuando vino el presidente de aquel banco, Martino, (luego importante asesor en la gestión de Macri),
    – primero dijo que no va a hablar, que iba a presentar un escrito y que no iba contestar preguntas.
    – Estaba citado por una comisión bicameral del Congreso de la Nación. En su escrito decía:
    – “soy director de la filial argentina y no tengo nada que ver ni sé que es lo que hace el HSBC global”.
    – Entonces le dije: “¿me podría explicar quiénes son los dueños del HSBC Argentina?”
    – Entonces me dice que ya dijo que no iba a contestar preguntas.
    – Yo le insisto: “Martino, es un dato fácil de conseguir, voy a la dirección de personas jurídicas, a la bolsa, a la AFIP, a cualquier lado, es un dato… ahórreme el trabajo nada más”.
    – “El 99% es el HSBC global”, contesta Martino.
    (El 1% es porque la ley argentina obligaba a que haya dos socios como mínimo, entonces bueno, había algún “testaferro” que tenía el uno.)  Pero insiste:
    – “yo no conozco ni tengo nada que ver con las operaciones del HSBC global”.
     Entonces, le ponemos un vídeo de una reunión similar en la Cámara de los Comunes en Gran Bretaña dónde está el CEO mundial del HSBC al que una diputada que presidía la bicameral le hace la misma pregunta, ¿sabés qué contesta el CEO global?
     
    R.C.: No.
     
    C.H.:Lo que harán las sucursales no sabemos porque tienen autonomía”.
     
    R.C.: Excelente.
     
    C.H.: Te juro, no tiene desperdicio la anécdota.
    – Yo ya hinchado con el tema, le digo “le voy a hacer una última pregunta”,
    – entonces le leo la página del HSBC donde están las sucursales que tienen en Caimán, Bermudas, la cantidad sucursales que tiene… Le digo:
    – “¿Podría darme una explicación técnica de cuáles son los negocios y las empresas que el banco atiende para tener semejante cantidad de sucursales en esos lugares donde no hay empresas?”.
    Me contesta: “Dije que no voy a contestar preguntas”. Fin de la anécdota. Bueno, está todo conocido.
     
    R.C.: Lo que pasa que ahí tendría que haber una convención global, la ONU….
     
    C.H.: Si yo te digo que la Gran Bretaña y tres países de la Comunidad Europea son la mitad de los beneficios de la fuga…
    – incluso después cuando miras Estados Unidos es víctima y beneficiario, es muy interesante el dato
    – porque Estados Unidos aparece en las dos puntas.
    – Por un lado, aparece entre los países de los que hay más fuga,
    – pero también aparece entre los países que recibe una mano de parte de esa fuga
    – en Delaware y en algún otro territorio que tiene que sirve a esos fines, ¿no?
     
    R.C.: Pero concretamente, ¿qué podrían hacer los países que sufren las fugas?
    – Digo porque algunos son vecinos de estos países.
     
    C.H.: No es un problema de distancia Roberto, esto es todo electrónico, no van con bolsos,
    – es un botoncito que se aprieta.
     
    R.C.: Me refiero que forman parte, qué se yo, de bloques continentales, por ejemplo, donde son socios.
     
    C.H.: Se ve que no lo logran resolver, está claro.
    – Hay un lío bárbaro de esto que yo estoy diciendo de la tributación de las tecnológicas en Europa,
    – hay un lío muy grande planteado, incluso Trump ha intervenido,
    – ha amenazado a Europa diciendo que si le aplicaban sanciones, iba a aplicarle sanciones de Europa
    – metiéndole impuestos a las importaciones, a los productos europeos que compraba Estados Unidos.
     
    R.C.: Cuando dijo “hay demasiados autos franceses dando vueltas por las calles de Estados Unidos”.
     
    C.H.: Claro, en seguida le metió una amenaza…
     
    R.C.: Esto explica también, en el enfrentamiento: Estado versus corporaciones,
    – también explica la inquina que hay respecto de los grandes líderes.
     
    C.H.: Claro. Me acuerdo a Cristina Kirchner cuando se estaba discutiendo (creo que era el narcotráfico)
    – y que Cristina le dice a Obama… algo así como
    – “no seamos cínicos, hipócritas, todos sabemos cómo funciona esto, si queremos acá estamos los que tenemos que tomar las medidas”,
    – Es uno de los grandes temas que la humanidad tendrá que resolver,
    – pero como los datos lo indican, los intereses en juego son tan grandes que no es fácil de resolver.
     
    R.C.: Mañana nos volvemos a encontrar si les parece.
     
    C.H.: Chau.

    • m* pilar

      Entonces Óscar:
      ¿Jamás se arreglará este sucio y grave problema, nunca saldremos de este bucle?

      Los ricos siguen subiendo, a costa del millones de personas que cada día bajan a los infiernos que los ricos crean.

      Que clara visión tenía el Galileo:

      ¡Es imposible que los ricos entren en el reinado de Dios!

      Gracias Óscar, me duele el alma, porque este… enemigo…es muy, muy difícil de vencer, pudre el alma de quienes son poseídos, y desde ahí, se han fabricado un “dios” a su imagen y semejanza acogido y aplaudido por la iglesia “poder”.

      ¿Llegará algún día la liberación, o al menos, habrá más personas que lo vivan con toda la fuerza de su Ser?
      Un abrazo…triste…pero entrañable.

  • ELOY

    Excelente explicación del relato que conmueve y nos lleva a la reflexión.  Gracias

  • mª pilar

    ¡Cómo ansiaba un leguaje claro; desde el conocimiento de los textos; gracias Salvador!

    Conocerlo sin “añadidos interesados” por quienes tienen la labor de proclamarlo.

    El Proyecto del Galileo, tiene toda la fuerza en si mismo, para llevarlo a delante..si la persona lo acepta…en ese mismo memento, queda la persona liberada de sus “fantasmas” y le presenta toda una vida llena, para caminar hacia una ¡Vida! plena humanamente, sin que nuestra mirada tenga en mente: “Premios o castigos” porque eso, nadie lo sabe, y no es la Esencia del Proyecto.

    Su Esencia es, que la persona sea libre y responsable en su manera de actuar y vivir.

    Y esa manera de vivir, libere de sus ataduras a quienes puedan pasar a su lado y opten por seguir… ese… mismo camino.

    Cada persona es en si misma diferente, y tiene múltiples sentires, que le llevaran de una forma u otra, hacia el fin de la nueva humanidad.

    Dado que los enemigos son tan fuertes…mis ojos no lo verán…pero para quienes lo intentamos vivir:

    ¡Ya estamos en ese reinado de Dios novedoso y fructífero para quienes lo lleven a cabo!

    Gracias Salvador, esperaré expectante el nuevo cpt. porque me da ¡Vida!

    Un abrazo entrañable.

     

     

     

  • ana rodrigo

    Este relato, al igual que todos los referidos a los milagros, la concepción virginal de Jesús, la resurrección o la ascensión, o la leyenda de la misma asunción de María en cuerpo y alma, están tan detalladamente escritos, que da la impresión de ser relatos literalmente históricos. Y para quienes entienden la fe como si los evangelios fuesen relatos literalmente históricos, se ha generalizado y dogmatizado, salvo pequeñas excepciones de hermenéutica o exégesis actualizada, para impedir el uso racional de interpretar debidamente el relato. Como es el caso de Salvador Santos que convierte este relato ficción en una fuente de sabiduría del que se pueden sacar lecciones sumamente prácticas a las que no hace falta situarse hace dos mil años, porque su enseñanza es universal en el tiempo. Ahí tenemos a ciertos jerarcas con el hacha en mano contra toda personas que se salga de la más rigurosa ortodoxia. A Hans Küng ningún Papa ha sido capaz de rehabilitarlo ni siquiera en los últimos años de su vida y en su estado de salud.

    El legalismo, el pecado y la culpabilidad si no se cumple con las normas religiosas, la rigidez del dogmatismo que asfixia la vida misma y la razón, la infantilización y dependencia de una persona adulta de lo que las autoridades religiosas digan, etc. etc. Todas estas lecciones de vida se pueden sacar de un relato histórico o de un relato de ficción, el género literario es el sustento de la lección implícita que conlleva el relato.

    ¿Dónde está la diferencia entre una cosa y la otra? Yo pienso que la divinización de Jesús ha anulado el magisterio del hombre Jesús. Creo que al divinizar a Jesús hasta hacerlo Dios, le ha hecho un flaco favor al Jesús histórico, al Jesús humano, se le ha convertido en un ser inasequible y casi inimitable, nos han hecho mirar más al cielo y al más allá, que a nuestro entorno y a nuestra vida individual y colectivamente, en definitiva, a Jesús, la ortodoxia lo ha convertido en un ídolo al que adorar como Dios, a cambio de deshumanizarlo.