José Antonio Rosas Amor, Asesor de la Escuela Social del Consejo Episcopal Latinoamericano (joseantoniorosas@gmail.com) escribe en La Jornada de México . el primer comentario de una gira que vamos a hacer sobre cómo es recibida en diversas zonal la Encíclica dirigida expresamente a todo el mundo. AD.
“La vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por la vida”.
Samba de la bendición de Vinicius de Moraes citada por el Papa Francisco.
El Papa Francisco firmó este sábado su tercera encíclica: Fratelli tutti – Todos hermanos– en el mismo pueblo de San Francisco de Asís, y desde ese pueblecito de Italia, su mensaje interpela fuertemente a los mexicanos por las situaciones que vivimos.
El Papa vuelve una vez más a sorprender y a provocar, especialmente a los poderosos, pues desde la fidelidad del Evangelio, y a partir de la tradición más clásica del cristianismo, reafirma los límites del derecho a la propiedad, la idea de que la política no debe someterse a la economía, al mismo tiempo que consagra los derechos de los pobres, los de los migrantes, e incluso los llamados por politólogos, garantías civiles de tercera generación: los derechos de los pueblos. Claramente establece: la inequidad no afecta sólo a individuos, sino a países enteros, y obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales. Hay que proteger el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y al progreso. ( FT 126)
A pesar de la diversidad de temas que aborda en sus 287 numerales, el hilo conductor de todo el documento es la amistad social expresada en el diálogo y en una cultura de encuentro; y a pesar de que está dirigido a todos los hombres y mujeres de buena voluntad –no sólo creyentes–, uno de los destinatarios principales de esta encíclica son los dirigentes políticos, a quienes una vez más convoca a rehabilitar la política ( FT 180). Es a los políticos a quienes hace un llamado abrumador para abrir las puertas frente a un mundo que se está cerrando, a transformar una cultura del enfrentamiento por una cultura de encuentro, a recuperar la pasión compartida por la comunidad, a pasar de los otros, al nosotros, a buscar juntos la verdad en el diálogo, en la conversación reposada o incluso en la discusión apasionada; a preocuparse de la fragilidad de los pueblos y las personas.
A pesar de que la encíclica –como lo señala el Papa Francisco– se empezó a elaborar varios meses antes de la pandemia, sus palabras tienen un sentido de oportunidad impresionante: “hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Así, la política ya no es una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de mercadotecnia que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. El debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación ( FT 15). Pareciera que Francisco describe el lamentable debate presidencial de Estados Unidos ocurrido hace tan sólo unos días o las manifestaciones de movimientos extremistas y polarizadores de nuestra convivencia cívica como el que el día de ayer arribó al Zócalo de la Ciudad de México.
Merecen una reflexión posterior todas las secciones que dedica a profundizar y reivindicar la idea del pueblo, de liderazgos y movimientos auténticamente populares. A ellos los describe como poetas sociales que superan la idea de políticas hacia los pobres, por políticas con los pobres, de los pobres y desde los pobres, respetando así el protagonismo que deben tener en la definición misma de los proyectos de nación.
La misma elaboración de este documento es una muestra de la cultura de encuentro y diálogo a la que invita, pues comienza explícitamente señalando que fue el encuentro con el gran imán Al-Tayyeb, máxima autoridad del mundo musulmán, lo que lo movió a escribir esta encíclica, al mismo tiempo concluye destacando que en el testimonio de tres líderes no católicos como Desmond Tutu, Luther King y Gandhi, junto a Carlos de Foucauld y Francisco de Asís quienes han sido sus fuentes de motivación para publicarlo.
Es un texto que muestra, en su propia elaboración, un camino dialógico a partir de la escucha de las realidades locales enriqueciéndose de la contribución de las iglesias locales, pues cita en 12 ocasiones conferencias episcopales locales de todos los continentes: desde el Congo o Sudáfrica hasta Colombia o Estados Unidos, pasando por Corea, India, Francia, Portugal o Croacia; al mismo tiempo continua el pensamiento de sus antecesores (es llamativo que los papas que más cite sean Benedicto XVI, en 22 ocasiones, y Juan Pablo II, 15 veces).
Este texto dará mucho que hablar en los próximos días por lo pertinente, necesario y, al mismo tiempo, revolucionario en sus planteamientos. Invitamos a leer a este Papa latinoamericano que conoce muy bien nuestra cultura y por ello escribe pensando desde las periferias, desde el corazón del pueblo, desde la realidad de los marginados y de quienes han sido muchas veces descartados en el tablero político mundial. Los invitamos a dejarse interpelar y provocar por los planteamientos de este líder latinoamericano.
Ayer he leído en el diario digital Público una crítica muy dura al contenido de la enciclica Fraelli relativo a los problemas del femnismo: aborto, LGTBI, lesbianismo, relaciones sexuales entre hombres, matrimonio dee los sacerdotes y mujeres sacerdotes, etc. Acusan al Papa de seguir en sus mismas teorías de su priemera juventud y rechazar de plano posturas que hoy son acedptadas por una buena parte de los cristianos católicos.
El artículo lo firma una escritora especializada en estos temas, y llega a denunciar que estas posturas del Papa sobre sexualidad echan por tierra todo el contenido social y críticas al neoliberalismo que se valora muy positivamente.
He pedido a Duato que comente este tema y el atículo del que hablo aquí. Por mi partte, estoy de acuerdo en esta denuncia y crítica.
De paso por Atrio, vi la referencia a la Encíclica Fratelli tuti. Una oportunidad para dejar un comentario:A la lectura de Fratelli Tutti, uno puede pensar que el papa Francisco es anti-imperialista, anti-capitalista y que no quiere saber nada de la ley de libre comercio como medio para asegurar una mejor justicia social. Todos esos elementos, profesados, que lo acercan mas al pensamiento de los lideres y gobiernos de América latina, de formato socialista, los cuales se dedican a promover una alternativa a ese capitalismo salvaje, no lo transforman en socialista. El papa Francisco sigue siendo un aliado fiable del imperialismo. El acuerdo firmado con Obama en 2014, sigue igual y vigente.
Con el papa Francisco, lo dicho y lo hecho, son dos cosas distintas. En su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, tuvimos un buen ejemplo de esa separación entre los dichos y los hechos.
https://www.atrio.org/2020/03/los-siete-anos-del-papado-de-francisco-de-lo-dicho-a-los-hechos-12/
https://www.atrio.org/2020/03/los-siete-anos-del-papado-de-francisco-de-lo-dicho-a-los-hechos-22/
Lo veo igual con Fratelli Tutti. Unos días antes de oficializar su nueva Encíclica, el papa Francisco se dirigió a la Asamblea general de las Naciones Unidas. Una oportunidad para poner de relieve unas de sus convicciones profundas. Al contrario, en ningún momento de su intervención hizo referencia a la necesidad de respetar el derecho internacional de los pueblos tampoco denuncio el intervencionismo criminal en los asuntos internos de países soberanos e independientes, como es el caso, entre otros, de Bolivia y de Venezuela. Relacionado a las sanciones unilaterales, no les ha condenados como lo hizo el Secretario general de las N.U. sino pidió a sus autores hacerlas menos duras para los pueblos.
La palabra socialismo, de lo que he visto, no aparece en su Encíclica. Es bueno recordar que en América latina los principales promotores de ese socialismo son cristianos, comprometidos, como fue el caso de Chávez, de Lula, de Evo Morales, de Rafael Correa…de Nicolás Maduro. Hay, en ese silencio, algo un poco raro.
No he terminado de leer-estudiar la Fratelli tutti del Papa Fran- isco. Me gustan todos sus planteamientos y vocabulario. Pero me queda un interrogante muy grande: veo que sus hermosas palabras y acciones testimoniales no bastan para transformar esta Institución que llamamos Iglesia. De hecho se siguen haciendos desmanes autoritarios de la curia contra los obispos alemanes; se condena a un sacerdote por decir cosas que muchísimos en la Iglesia pensamos; se condena la eutanasia sin ninguna de las matizaciones que muchos teólogos dicen, etc. En definitiva se sigue ejerciendo la autoridad dictatorial desde Roma como en los tiempos próximos anteriores, con lo cual la tan cacareada sinodalidad está tirada por los suelos. Ahora mismo, en este baille de nombramientos, estamos esperando obispo en mi diócesis, pero, que yo sepa, no se le ha pedido ni se le va a pedir opinión a nadie de estos pagos sobre la conveniencia de personas concretas para tal ministerio. Falta, en definitiva, ejercer de verdad la SINODALIDAD en todas las escalas de la Iglesia. De lo contrario, esas palabras tan bonitas del papa Francisco se las llevará el viento cuando vengan los talibanes eclesiásticos futuros.