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La Iglesia católica tras el coronavirus

                           En España, entre 2007 y 2018, los bautizos cayeron un 41%, mientras que la natalidad descendió sólo un 20%.  Los matrimonios católicos disminuyeron un 63%, mientras que las bodas en general sólo un 18%.

                           En epidemias de otras épocas, incluso recientes, cuando todavía los medios de difusión estaban copados por el clero, éstos atribuían la peste a los pecados de todos, suscitando un relanzamiento de la religiosidad y su influencia. Hoy, está claro, casi todos atribuyen los males a los políticos de ideología contraria a la propia y buscan la salvación en la medicina. Por su parte, excepto tan loables como raras excepciones en el bajo claro, ningún obispo se ha distinguido por ayudar a paliar la peste ni el hambre de los pobres. Al contrario, siguen reclamando impuestos “religiosos” y defendiendo con uñas y dientes sus inmatriculaciones ilegales de inmuebles y tierras.

                           Nada extraña esa conducta aquí, cuando el mismo Vaticano voceó hace meses que daba contra el coronavirus… veinte veces menos que una cantante norteamericana; y desde entonces, silencio, excepto vergonzosos sermones papales para que socorran a los apestados… los demás. Hechos bien conocidos gracias a los nuevos y menos censurados medios de comunicación, que seguramente mostrarán en breve una aún más vertiginosa caída de quienes no sólo no siguen las normas de su Fundador, sino tampoco las de los capitalistas avispados, con sus propagandísticas limosnas al pueblo para que les puedan seguir comprándoles algo.

12 comentarios

  • Martín Sagrera

      Ahora que estoy colaborando con ATRIO, su director me ha sugerido que conteste a quienes han tenido la amabilidad de comentar mis escritos. A todos, por supuesto, mi agradecimiento por su buena voluntad. A los que me han animado a seguir, máxime si han añadido o matizado mi texto; también a los que me han hecho objeciones, cuya crítica puede servirme mucho, especialmente si es razonada.

                    Mis escritos responden, como es lógico, a mi vida. Nacido en Cataluña en 1935 y criado (excepto los veranos, en que volvía a ella) en Sevilla, en un colegio de jesuitas, estuve un año en su noviciado. Salí enfermo y al año siguiente ingresé en el Colegio Español en Roma, donde me licencié en Filosofía y Teología en la U. Gregoriana, mientras obtenía la Licenciatura en Filosofía en la U. de Barcelona.  Sin ordenarme como sacerdote, estuve seis años en París, obteniendo el doctorado en la Sorbona, así como la Licenciatura en Sociología y diplomas, de especial interés para mí, en Historia de las Religiones y en Demografía.

                    Dado que mi evolución ideológica no hacía posible mi labor docente y de escritor en España, estuve durante 15 años en A. Latina, profesor en 9 universidades y publicando entonces 12 libros. Sobre el resto de mis actividades y libros, se puede consultar en Google, como “Martín Sagrera”.

                    Desde hace más de cuatro décadas no formo parte de ningún grupo religioso y ni político, por lo que no puedo pretender ofrecer a ninguno de ellos un programa de acción. Por supuesto, alabo algunas de sus iniciativas, pero también insisto en una crítica a los que creo son sus errores, para intentar mejorar su actuación y el conjunto de la sociedad, aquí y fuera de España. No creo que nadie tenga toda la razón, y sería muy feliz si consiguiera un número razonable de veces tenerla un poquito más que mis oponentes. Muchas gracias, insisto, a quienes me ayuden, máxime con sus razones en favor o en contra de mi opinión actual sobre cualquier tema.

    • carmen

      Perdón.
      Perdón.
      Perdón.
      Creía que era sacerdote y párroco de alguna parroquia. Creí que era de estas comunidades de base. Por eso mis preguntas.
      Soy una desinformada total en estas cosas. Le prometo que ya no digo ni mu.
      Sorry
      Sorry
      Sorry.

      Es que me gusta lo que dice. Pero si no está metido en los jaleos de iglesia, mejor para usted. Este tema nada más que trae problemas. Y además, no hay solución.
      La verdad, no sé qué hago opinando de esto. Bueno, ni de lo otro, ni de lo otro, ni de lo otro…

      Cuídese mucho.

  • Santiago

    La Iglesia Católica de Ignacio de Antioquía fue desde el principio una Iglesia de mártires. Paradójicamente la “semilla” de puros y nuevos cristianos residía en los que les precedieron “con el signo de la fe” y el derrame de sangre por Cristo.

    Es difícil de admitir y creer que una tierra como la de mi Madre Patria haya podido secularizarse hasta rechazar todo vestigio de lo que fue y es su verdadera identidad: el cristianismo. Y así estas estadísticas no debían corresponder a esta tierra de “santos” y bendecida con la más pura devoción mariana.!Tierra de héroes por Jesus, de órdenes religiosas, de enormes sacrificios, de hazañas de caridad, y además predicada por el Apóstol de Cristo, Santiago el Mayor y probablemente visitada por San Pablo como parece afirmar Clemente Romano en su Carta a los Corintios en el año 94.

    España ES tierra de mártires como Vicente de Huesca hacia el 304 que fue gozoso al martirio y con su paz y tranquilidad consiguió convertir a su carcelero. Es por eso que España fue la primera evangelizadora de América puesto que en realidad es una Iglesia “apostolica”…apóstoles voluntarios

    Para recobrar esa FE hace falta volver a la esencia evangélica y sacramental  d e  Cristo. Jesús NO vino a predicar una doctrina “cómoda” sino “contracultural”…No, el cristiano ha de tomar el reto que supone la FE que es el que nos indicó el mismo Cristo aceptando Su Pasion y Su muerte en la Cruz pues hemos de tomar la  c r u z  diaria y seguir a Jesús al Calvario por amor a El y a los demás por El…Solo amando podremos volver a creer, y recobrar “el fuego” que movió el mundo y que es el cristianismo que transformó la sociedad en la era cristiana. Estamos en un mundo que rechazó y abandonó la caridad de Cristo.

    Ahora estamos en la era del hedonismo cultural, del desborde de las pasiones sin orden, del culto idolatrico el ser humano, al narcisismo despiadado, de la infiltración corrupta dentro del organismo eclesiástico, del abandono de la vida espiritual aún en la vida contemplativa, en el desorden progresivo mundial, en un caos progresivo que parece no tener fin. Parece un incendió de odio cultural.

    ¿Será esto una señal de los tiempos que nos quiere avisar de algo?  Tenemos que esperar un poco más para poder discernir correctamente.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

    • carmen

      Si . Son otros tiempos.
      No se preocupe. En su madre Patria hay muchísimos que piensan como usted. Y están creciendo.
      No se preocupe.

      Y como dice ese poema tan bonito, a las personas que cuestionamos cosas se nos considera unas don Contreras. No tenemos recorrido.

      No tenga miedo. Todo seguirá igual.

      Cuídese mucho.

      • carmen

        Lo que usted lee por aquí son los últimos coletazos del concilio Vaticano II. No creo que haya un tercero, a no ser que sea para poner los puntos sobre las íes.

        Duerma tranquilo. La gente joven interesada en esto que llamamos iglesia, son de su cuerda. Los de otras cuerdas están en otros instrumentos musicales. Les dejan improvisar, pensar, cantar, componer alternativas para lograr un mundo un poco más justo…
        En fin

        Porque la gente se cansa de que les hablen desde la verdad absoluta o que les digan que llevan la contraria por llevarla.

        Este es otro mundo. Gracias a dios. Al mío.

        Por la iglesia católica apostólica y romana, no sé preocupe. Seguirá así por los siglos de los siglos.

        Amén.

  • mª pilar

     ¡¡¡Vergonzoso!!!

    Las vírgenes llenas de joyas… los pobres de este mundo:

    ¡Desahuciados y olvidados por aquellas personas que todo lo poseen!

    No porque sea “voluntad de “dios” sino por sus malas artes y chanchullos.

    ¡¡¡Vergonzoso!!!

    • oscar varela

      VIENTO EN CONTRA – Alberto Castillo

      En el barrio los muchachos,
      Lo apodaron: “Viento en contra”,
      Y mejor apelativo,
      Para él, no pudo haber;

      No hay cosa que se comente
      Que él no sepa ni conozca,
      Aunque hoy se contradiga
      De lo que sostuvo ayer.

      Es confiado y “meterete”
      Con razón o sin razón,
      Si alguien habla bien de River
      Al segundo grita: ¡Boca!,
      Pero si mañana cuadra
      De Racing o del Ciclón.

      ¡Viento en contra!,
      Para vos no hay nada nuevo,
      Sos el último y primero
      En cualquier conversación.

      ¡Viento en contra!,
      Que vivís en este mundo,
      Porque lo que sobra es sitio
      Es por eso, nada más.

      No hay derecho
      De que yendo a contramano,
      Con tu contra, vos hermano
      Querés siempre dominar.

      En el cine o en la calle,
      En el subte o colectivo,
      En el club y en el trabajo
      Nunca estás sin protestar.

      Y hay que verla a tu hermanita,
      Pobrecita, lo que sufre,
      Al plancharte las camisas
      Las que tiene que aguantar.

      Tu viejita ya no sabe
      Lo que hacer pa´ conformarte,
      No hay un día que en la mesa
      Al menú lo encuentres bien.

      Sin embargo te aseguro
      Que tendrás que lamentarte,
      Cuando en vos se dé la contra
      De tu contra alguna vez.

      • Carmen

        Gran poeta, este señor castillo.

        Por lo visto no le va la discrepancia. No sabe lo que se pierde. Seguro que ha vivido en paz toda su vida.

        Qué sueeeerrrte.

        Espero alcanzar la paz cuando muera. Esa paz total. No vean el cementerio tan bonico el de la alberca. Tengo sitio allí. Pero mientras tanto…oye, como la señora esta tan simpática del poema. Solamente hay algo que no me encaja. A mí la razón no me la da prácticamente nadie. Así que, dominar, poco.

        En cuanto a la contra de mi contra. Ahí me siento totalmente identificada. Lo mío es la duda constante y sin sentido, porque claro, al ser , en fin, soy maestra y mujer. Tampoco se me puede pedir más.

        Bonita poesía.

        Hay más?

  • carmen

    Le puedo preguntar una cosa?

    Qué cree usted que se podría hacer para mejorar todo esto de la iglesia, desde abajo, desde las bases. Esas personas creyentes como usted y como tantos otros que creo que existen y a penas conozco a alguno o alguna.?

    Porque pienso que lo que está creciendo es el polo opuesto. Comunidades de esas tipo quicos. Le aseguro que están convencidos. Viven su fe absolutamente convencidos. Conozco a bastantes. Algunos son amigos. Y no sé qué está pasando. Hay personas inteligentes ahí dentro. He discutido con muchos, pero no entran. Se limitan a reírse de las cosas que les digo, que he de reconocer que alguna que otra pues si que les digo. Es algo extraño. Como si en el fondo compartieran alguna de mis ideas, nada originales por cierto, pero les resbala. Se ven como seguros. Una especie de habla, habla, no te va a servir de nada…

    Y tienen razón. De nada sirve.

    Por qué? No lo puedo entender.

    Qué están haciendo las personas que creen en otro tipo de iglesia?. No oigo nada, salvo aquí. No me enteré de nada hasta los 57 años, y porque de manera misteriosa entré en un blog de este tipo. Me entró una indignación. De pensar que había estado trabajando en un colegio de monjas desde los 23. Me entró una ira contra todos y contra todo tal cual la que le entró a Jesús cuando el látigo.

    Porque por arriba lo tengo más o menos claro. Una teología razonable, actual, que permita una evolución en el pensamiento oficial de la iglesia y en su estructura. Creo que es el tiempo de los teølogos.

    Pero, y desde abajo? Qué cree usted? Parece que le va la lucha, que no la lucha armada y con violencia. Otro tipo de lucha.

    Si tiene un ratito, si lee esto, si le apetece, si cree que merezco una respuesta aunque no sea una persona de estas guay. Si me quiere hacer un favor… Me puede poner unas líneas?

    • carmen

      Llevo diciendo muchísimos años, pues desde el 2010, que si determinadas cosas se dijeran en las iglesias, en las clases de religión, si se contase este nuevo enfoque, el que leo aquí y en libros y…en fin. Les aseguro que barrerian. Lo estamos esperando hace mucho tiempo.
      Puede ser miedo?
      Pues no es tiempo de miedos, salvo para el coronavirus. Y tampoco. Nos protegemos y andando.

      Al principio de todo esto tenía un desconcierto absoluto. Estaba ese verano con mi hermana, en Talavera de la Reina. Y se me ocurrió ir a hablar con el párroco. Pobrecico, estaba recién salido de una operación. Me quedé muerta, pero la señora que lo cuidaba, su hermana creo, me dijo: pasa, pasa, así me lo distraes un rato.
      Un señor encantador. Como setenta años cortos. Le apetecía hablar y a mí escuchar. Toda una experiencia. Decía lo mismo que había leído en algún artículo, al principio de mi descubrimiento.
      Le pregunté. Y todo esto lo dice en su iglesia. Sonrió y dijo: hago todo lo que puedo.
      Un hombre de esos que tenía algún jaleo que otro por gestionar la construcción de casas para gente humilde. Lo respetaban unos y lo adoraban otros.
      Don Aurelio. Si lee esto, un abrazo muy, muy fuerte. Es usted un hombre grande.

      Pues creo que ha llegado el momento de hablar claro en las homilías, en las clases, en todas partes.
      O es que eso es imposible?

      • carmen

        Perdone. Soy muy impertinente
        Lo sé. Sorry.
        Pero me da la sensación de que actúan como con un punto de clandestinidad. Y no logro entender. Barrerían. Se lo prometo. Barrerían. Y no hay que atacar a las tradiciones. Las tradiciones, tradiciones son . Sería un error. No lo sé explicar mejor. Solamente soy una maestra.
        Un abrazo.
        Es usted un valiente.