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Jesús predicó el Reino de Dios y vino la Iglesia

Esta reflexión tiene como punto de partida el tema del último número de Iglesia Viva, ¿“Todavía el Reino de Dios”?, y quiere ser un recuerdo de un gran testigo del Reino de Dios: Pedro Casaldáliga

      Desde una perspectiva lingüística hacer referencia al Reino de Dios parece que está fuera de lugar, puesto que para todo lo relativo al reino y a la monarquía, sobre todo en nuestro país, no corren tiempos propicios; pero desde el punto de vista bíblico tiene su significado y contenido propios, y, creo, que hoy día se puede aplicar con todo su vigor y amplitud de significado.

      Jesús de Nazaret, siguiendo la tradición veterotestamentaria, emplea el término “Reino de Dios”, pero, como explicó a Poncio Pilato, su reino no es de este mundo, es decir, no tiene la estructura de poder como los reinos del mundo, porque, aunque se trate de un reino, no hay poder, sino amor, siendo Dios el epicentro del mismo, y la relación de Dios con sus “súbditos” viene marcada por el amor, la comprensión y la misericordia y éste es el mismo principio que ha regir la relación de los miembros del reino entre sí. En este reino no impera la ley, la norma o la autoridad, sino la libertad, el amor, la comprensión y la misericordia.

      La comunidad humana que configura el Reino de Dios, y era la pretensión fundacional de Jesús de Nazaret, se integra en torno a unos valores éticos propuestos en las bienaventuranzas, en la parábola del samaritano, en el llamado “juicio final”, etc., cuyas coordenadas son el amor y la misericordia. Se trata de una vivencia tanto personal como comunitaria que se relaciona verticalmente con Dios y con los demás en su horizontalidad. No hay leyes o normas externas que marquen ce por be lo que se debe hacer en cada momento, puesto que “el sábado está hecho para el hombre” y no al revés. Así lo entendió y así lo practicó la Iglesia primitiva de Jerusalén, cuando, según el relato de los Hechos de los Apóstoles, permanecían juntos, en comunidad, unidos en la oración y en la fracción del pan y no había necesitados entre ellos, porque todo lo ponían en común.

      Cuando el Reino de Dios se institucionaliza sin más, se convierte en Iglesia, como dice A. Loisy: “Jesús predicó el Reino de Dios y vino la Iglesia”. La estructura institucional es necesaria en todo quehacer organizativo humano, pero no puede ser el epicentro hasta el punto de desbancar a la vivencia personal y comunitaria, a la libertad personal y comunitaria, al estar todo controlado por la norma y la ley. Como advertía el profeta Isaías ( Is 2,1-5) la norma viene del templo, que es tanto como decir del clero, de la jerarquía. El Reino de Dios se convierte en Iglesia y ésta en “sociedad perfecta”, en un Estado; una sociedad política más, controlada por el poder y por la ley, y si es dictatorial, mejor, abandonando así las exigencias de ese Reino.

      No llegó a buen puerto el intento de san Agustín de Hipona de identificar Iglesia y Reino de Dios en su De civitate Dei, menoscabando, sobre todo, el concepto de Reino de Dios, como lo evidencia la Historia de la Iglesia y del Papado a través de los tiempos; tiempos de cismas, de cruzadas bélicas, de poder político y religioso (el papa mediante el llamado “poder de las dos espadas”, como ya reconocía a finales del s. V el papa Gelasio I en su carta al emperador Anastasio, controla el poder político y el religioso), de anatemas de herejes y de doctrinas (como ocurría en los Concilios, en el anecdotario del Vaticano II se recoge la extrañeza de los obispos españoles porque no se proponía ninguna condena de doctrina y no se declaraba ningún dogma), de Syllabus condenatorios de asuntos sociales, políticos, religiosos… Es conmovedor, a este respecto, el testimonio del teólogo francés Y. Congar (la lista de testimonios sería larguísima), que recoge en sus Diarios, y que soportó tres “exilios” impuestos por el poder vaticano y por su Orden de dominicos como consecuencia de sus reflexiones teológicas, al parecer, contrarias a las posiciones “oficiales”: “Acepto a Dios, su visita… No acepto a la Gestapo… No tengo derecho a sacrificar el servicio a la verdad”.

      Con el reduccionismo del Reino de Dios a la Iglesia, éste pierde su vitalidad y la Iglesia se transforma más en Estado, en sociedad política, que en comunidad de creyentes en el Cristo resucitado. La Iglesia, católica por supuesto, no es el Reino de Dios; éste es un concepto más amplio y comprensivo, como cuando se decía que fuera de la Iglesia, católica por supuesto, no hay salvación, doctrina que corrigió el concilio Vaticano II. Ahora bien, la Iglesia ha de asemejarse al Reino de Dios, puesto que es factor importante para que Dios reine en el mundo y para ello ha de asumir los paradigmas de dicho Reino: más amor y misericordia y menos leyes y normas; más acogida a los pobres, a los emigrantes y refugiados, a los oprimidos, a los sin techos… y menos riquezas y propiedades; más disponibilidad de servicio y menos exaltación de poder y mando, como recomendaba san Bernardo de Claraval a su amigo el papa Eugenio III: “Te dejas agobiar por toda clase de juicios sobre toda suerte de cosas exteriores y seculares; sólo te oigo hablar de juicios y leyes; todo ello, y las pretensiones de riquezas y de prestigio, proviene de Constantino, y no de Pedro“.

      La Iglesia como motor imprescindible para llevar a cabo el Reino de Dios en la tierra ha de eliminar otro reduccionismo enormemente dañino y perjudicial para la propia Iglesia: considerar el Reino de Dios como algo escatológico, situarlo en el más allá. Los valores éticos y religiosos del Reino de Dios pertenecen a la historia y no se pueden aplazar al final escatológico. Es una contradicción que clama al cielo que la Iglesia pretenda transformar la realidad histórica desde el pietismo, desde la fe sin más: lo único que importa es la relación personal con Dios sin tener en cuenta la realidad que nos circunda. La fe es don, pero también es tarea, un quehacer liberador y transformador de la realidad que no se ajuste a los valores éticos del programa de la Bienaventuranzas. Como sugiere I. Ellacuría, el Reino de Dios supera la dualidad entre lo personal y lo estructural, entre ética social y ética individual, pero no es sólo cuestión de fe, sino también de obras, de praxis configurada por el evangelio de Jesús de Nazaret.

17 comentarios

  • M. Luisa

    Aunque el título de este artículo haya   aparecido  aquí en varias ocasiones y en todas ellas se concluya, que yo recuerde, en admitir que en todo hacer organizativo humano se hace necesaria una estructura institucional, en éste, sin embargo, de algún modo, se previene  de que antes de ese carácter organizativo hay que   reconocer la  vivencia existencial  de una experiencia comunitaria y por tanto abierta  no reducible  a ninguna organización. Pienso que,  a veces éstas no son más que trampas que alejan al ser humano de su identidad propia.

    Ahora bien,  sin “pero” alguno posterior, cojamos  primero el hecho de la praxis humana en cuanto tal   y nos encontramos que  los actos que la constituyen en su conjunto son un continuo fluir de las cosas que en ellos surgen.  (La idea del emergentismo al que con frecuencia aludo  puede ayudar a la comprensión).

    Y aquí es donde   nos encontramos con el sentido radical de la vivencia en el que podemos vivir los propios actos en su inmediatez transparente  sin objeto que medie en ellos y  por tanto es esta transparencia del acto humano que por él mismo hace posible la comunidad  y al mismo tiempo  en ella queda afirmada  esa anterioridad de la praxis frente a cualquier intento de organizarla institucionalmente.

  • Antonio Rejas

    No todo lo relativo a los conceptos de reino y monarquía tiene que ser y significar necesariamente  lo que conocemos desde el principio de los tiempos. Los pueblos necesitan guías que los conduzcan con generosidad y entrega absoluta por caminos de paz y bienestar. El nombre de este guía no es esencial para el bienestar de los pueblos. Podría llamarse rey o presidente, pero sin las connotaciones y privilegios que ha tenido y sigue teniendo la realeza. Resulta inadmisible la existencia de monarquías en general que ha existido desde el principio de los tiempos. No veo inconveniente en que una persona gobierne un país con título de rey en lugar de presidente, pero sin las prerrogativas que han ostentado desde siempre las casas reales, entre ellas la herencia del título a favor del primogénito/a.

    A mi entender la doctrina expuesta en las bienaventuranzas constituye una especie de Constitución mundial cuyo cumplimiento haría posible una relación fraternal entre las diversas comunidades nacionales. Su cumplimiento lleva al comportamiento del samaritano que ejerció uno de los consejos incluidos en el sermón del monte: “dichosos los misericordiosos porque Dios tendrá misericordia de ellos”.

    Es necesario afirmar que la iglesia institucional, su estructura y funcionamiento no responde a la voluntad de Jesús ni a la praxis de la primitiva iglesia. Creo que uno de los primeros errores fue “inventar” que la mujer no estaba llamada a ejercer funciones similares a las de los varones. La actitud de Jesús respecto a las mujeres no establece prioridad alguna de los hombres, más bien todo lo contrario, como podría deducirse de lo que sucedió en la resurrección.

    Es triste que en la iglesia católica, casi desde sus orígenes, desde que fue adoptada por Constantino, haya habido más tiempo de guerra que de paz a pesar de ser este concepto muy querido por Jesús.

    Muy esclarecedoras las palabras de Bernardo de Claraval al papa Eugenio III, aunque no han servido de mucho. Las riquezas, los juicios y leyes han seguido vigentes hasta el momento actual que parece algo más favorable al cambio.

    “La relación personal con Dios sin tener en cuenta la realidad que nos circunda”  no es suficiente. La fe, además de don, ha de ser también “un quehacer liberador y transformador de la realidad que no se ajuste a los valores éticos del programa de las Bienaventuranzas”.

    • Santiago

      En medio de las guerras ha habido paz….El mensaje verdadero de Cristo en Su Evangelio fue preservado por Su Iglesia a través de todos los siglos..Miles de fieles por 21 siglos, anónimos o no, siguieron lo que Cristo propuso para seguirle y ahí se encuentran los testimonios de miles de mártires, y confesores de la fe, muchos conocidos y otros secretos que sólo la Misericordia de Dios conoce pero que se salvaron por el carisma de la Iglesia de Cristo infundido a ella por El mismo…Claro que existieron y existen errores pero nos salvamos en Cristo y Su Iglesia porque la maldad e indignidad de algunos, sean pocos o muchos, no impide el mensaje salvifico que ha llegado a nosotros en el siglo XXI

      Por eso, son bienaventurados no solo los misericordiosos, sino los pobres de espíritu, los mansos, los afligidos, los justos, los limpios de corazón, los pacíficos, los perseguidos por seguir a Cristo…y “cuando os ultrajaren…y dijeren todo mal contra vosotros por causa mía; gozaos y alborozaos pues vuestra recompensa es grande en los cielos. Que así persiguieron a los profetas que os precedieron” (Mateo 5:1-12)

      No se trata sólo de fraternidad universal sino del amor a Cristo y al prójimo. Jesús no promete una felicidad temporal sino “una recompensa eterna” a los que le siguieron y le siguen.

      Un saludo cordial
      Santiago Hernández

  • Santiago

    El carisma que Jesús confirió a Su Iglesia NO es temporal y no significa la felicidad completa en esta vida..Esto constituye una imposibilidad ya que nadie puede satisfacer todos sus deseos y proyectos en la vida de la tierra..Jesús hablaba de “entrar por la puerta estrecha” y “tomar la cruz” y seguirle en Su Pasión… No, la existencia humana no cesa en la muerte. Jesús es el ùnico que nos revela el amor en la justicia divina y que la muerte NO es el final, sino que es “el comienzo de la vida eterna” que El promete a los que le aman” : “Si me amàis guardaréis mis mandamientos”

    El Reino de Dios es la plenitud de la Misericordia..La Iglesia de Jesús es parte de este Reino y es el medio para llegar a el  y además para formar parte de ese reinado de amor por toda la eternidad..Por eso Jesús le dice a Pilato que Su Reino “no es de este mundo” o sea NO es de naturaleza temporal o maleable o efímera sino que perdurará por toda una eternidad..,

    Por tanto, sobre el cimiento de los Apóstoles Jesús “edifica” Su Iglesia…Claro que NO se trata de un edificio material, ni institucional, sino el edificio “espiritual” de Su verdadera Iglesia que es Católica por ser Universal…llega a todos los seres humanos…

    Por eso Jesùs quiso rodearse de los Doce que son como nosotros, humanos..Y a través de “lo humano” comunicarnos Su vida divina.Y los envió al mundo pues “como Tú, (Padre) me enviaste, Yo también los enviè al mundo. Y por ellos me consagro a Mi mismo, para que ellos también sean consagrados en la Verdad” (Juan 17:18-19)

    Y ya resucitado “les mostró las manos y el costado” y les dijo: “Paz sea con vosotros. Como me ha enviado el Padre, también Yo os envío a vosotros. Esto dicho, soplô sobre ellos, y les dice: Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonareis los pecados, perdonados les son: a quienes los retuviereis, retenidos quedan” (Juan 20:20-23)

    La disciplina es necesaria en toda “institución” pero el poder de la Iglesia conferido por Jesús a Ella es esencialmente espiritual y trascendente..Es el poder del Amor que trasciende la tumba y todo lo que ES temporal y cambiante..El Reino de Cristo es de paz y de amor trascendente, y es conferido a los que aman el bien en El mismo Jesús…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

    • Carmen

      Es que el problema no está ahí. El problema está en que después de dos mil años de historia vivida, la iglesia necesita un cambio estructural. Nadie de los que aquí escriben cuestionan el legado de Jesús. Lo que se cuestiona es cómo se ha gestionado. Y si en un principio lo estuvo bien, está claro que ya no se vale esa manera de gestionar. Porque nosotras, las personas, ya no somos las mismas. Hemos evolucionado. Dos mil años son muchos años. Nuestra cabeza ha seguido adelante. Nuestra espiritualidad tiene que quedar atrapada en el tiempo?
      Buen día.

      • Santiago

        Claro que hemos evolucionado..Sin embargo, lo esencial de nuestra naturaleza humana permanece como hace 2 mil años…Somos humanos como en tiempo de Jesús puesto que entendemos que existen cosas buenas y malas, podemos practicar el bien o decidirnos por el mal o estar en un claro-oscuro indiferente. Pensamos como entonces en nuestro destino en esta vida y lo que padarà al final, tenemos básicamente los mismos sentimientos y las mismas preguntas existenciales..todos…

        Por tanto, no han variado los principios morales de aprobar el bien y condenar el mal…Lo que ha variado son las circunstancias accidentales que son “notas no esenciales”..porque lo que antes constituía pornografìa debido a las costumbres de la època, hoy ya no lo es, y viceversa. Lo relativo está en los accidentes no en los principios esenciales que son inmutables. Siempre será malo matar premeditadamente y a sabiendas que hacía mal. Antes podìa decirse que la pena de muerte era necesaria por las leyes de entonces y hoy esto estä menos claro. Antes el crimen de apostasía era considerado tan grave como el espionaje y la traición a la patria y se castigaba severamente. Hoy en día es un mal espiritual y eclesial sin que existan leyes penales para el.

        Por tanto, no se trata de cambiar el mensaje esencial de Cristo que vino a combatir el pecado y que nos invita a “guardar los Mandamientos”…sino a entender este mensaje de El con nuestra mentalidad actual, sin dejar de ser “normales” pues siempre admiraremos a quien intenta hacer el bien y seguir lo que es correcto porque es el principio infuso e incambiable que llevamos dentro.

        Por eso debemos discernir en “toda época” puesto que nuestra conciencia NO siempre es correcta en todo lo que se refiere a la fe y a la moral. Podemos pensar o imaginar que estamos en lo cierto y estar totalmente equivocados. Asì tengo que rectificar constantemente si mi conducta en general se ajusta a los principios que nos llevan por el “buen camino” para no caer en un caos existencial que me lleve a una crisis del espíritu. ¿Es que realmente estoy en lo cierto? El que sigue lo esencial del Evangelio tiene que ajustar su conducta subjetiva a la enseñanza de Cristo allí sintetizada sustancialmente y entonces aplicar esos principios a nuestra vida, si creemos ser cristianos, no importa que estemos en el siglo I o en el XXI. Cristo es atemporal y habló para todos los tiempos y estará con nosotros hasta el fin de los siglos.

        El Concilio Vaticano II intentó actualizar el Evangelio de Cristo, no para ceder ante el hedonismo caótico que estamos viendo en el mundo. Sin embargo, la comisión encargada de los “cambios” lo hizo mal y se fue a “lo externo” de la práctica religiosa y prescindió de la espiritualidad verdadera que se nutre de la devoción, del amor y de la sólida piedad.
        Se necesita hoy más que nunca la oración, la caridad, la bondad y la piedad que son las mismas virtudes de Cristo. Sobran la música sin sentido, las organizaciones sin vida espiritual y el alejamiento de la vida sacramental que es la fuente de la caridad y de la justicia por los demás. La Reforma tiene que ir a la raíz para extirpar lo que NO es amor. Todavía los verdaderos deseos de los Padres del Vaticano II están por aplicarse cuando los decretos reales se pongan en práctica.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

        • Carmen

          Lo único que deseo con todas mis fuerzas es que se libere a Jesús de Nazaret de su carga de hijo de Dios. Porque todo se confunde. Las leyes de la sociedad con las leyes de Dios. Y los que no creen en ningún dios que se les ha transmitido?
          De los diez mandamientos de Moisés, del cuarto al décimo son leyes humanas, escritas para los judíos y los tres primeros son de preparación para decir: Dios te habla, cuidadito. Esto es lo que tienes que obedecer o…

          Pero ahora los tres primeros ya no se valen. La gente tiene mucha dificultad con todo lo relacionado con dios. Porque el dios que se ha transmitido ya no convence. Ni se le teme. Entonces todo pierde validez
          Hay que separar a la sociedad y a la justicia humana de la sociedad divina y de la justicia divina.
          Eso creo. Opino. Y siempre que me dejen lo diré. Hasta que me canse. Pero creo que todo esto ya estaba pensando hace mucho tiempo. Y ni mu a los cristianos de a pie que nos volvemos locos diciendo esto no puede ser. Todos calladicos. Solamente se habla en un círculo cerrado. Genial.
          Parece ser que, tengo la impresión de que esto va a empezar a cambiar. Van a empezar a contar con las ovejas. En realidad somos las que damos leche, carne y lana. Parece ser que algo empiezan a entender.
          Usted tiene un miedo que entiendo. Pero no tenga miedo. Jesús crecerá como hombre, que es lo que nos hace falta. Crecerá. Se lo prometo. Y Quien lo siga viendo hijo del mismo Dios, adelante. Qué problema hay?

          Ha leído el artículo sobre el aborto de una niña de diez años que ha escrito hoy Verónica? Eso es una postura humana o divina? Entiende por qué no puede un obispo meterse en estas cosas? Si. No matarás, de acuerdo. Habría que saber mucha biología, mucha psicología y mucho acerca de justicia social. Y sobre todo tener humanidad. Pero los obispos saben de… De qué exactamente?

          Usted habla de mártires. Pues aquí tiene una niña mártir. Víctima de toda una cultura, víctima de una religión trasnochada y profundamente injusta.
          Cree que la subirán a los altares?

          Un abrazo

          • Carmen

            Perdón. No es Verónica. Es Olga
            Soy un desssssaaaaatre para los nombres

            Sorry.

    • Juan A. Vinagre Oviedo

      Aprovecho para enviarte un cordial saludo, Santiago. Lo malo es que la Iglesia institución fue tentada por el poder y cayó en la tentación. Y esa caída nos afectó a todos y durante generaciones, a veces deformando el nombre de Dios. Es necesario que se levante, se reconvierta de sus infidelidades y sea más luz y sal y mejor fermento de transformación… De nuevo, un cordial saludo. Juan

      • Santiago

        Gracias Juan A..por tu comentario..Es cierto lo que dices..Es una lástima que muchos dentro de la Iglesia, incluyendo el clero, no hayan podido entender el tesoro que tenían en sus manos y dar mejor ejemplo practicando la imitación de Cristo despojándose del poder que ejercen las tentaciones del mundo, puesto que las riquezas evangélicas superan con mucho todos los bienes materiales..Pero así lo entendieron muchos que fueron reformadores en sus tiempos creando movimientos que nos adentraban en la sencillez de Jesús de Nazaret entre ellos Teresa de Ávila, de Lisieux, de Calcutta, Francisco de Asís,
        De Sales, Damián de Molokai,Maximilian Kolbe, Benito de Nursia, Camilo de Lellis, Juan Bosco, Vicente de Paul, Juan Bautista Vianey, Domingo de Guzmán, Catalina de Siena..etc etc etc

        No solo los santos del canon sino los anónimos que reciben la unción del Espíritu Santo y sostienen la Iglesia cuando “el tope” falla. Así ha pasado en las 4 crisis grandes de la Iglesia cuando la destruccion venía y viene desde “dentro”.

        .Los fieles sostuvieron la doctrina de Cristo durante la crisis Arriana cuando la mayoría de los obispos seguían la herejía de Arrio. Y durante el siglo X cuando el Papado cayó en manos de las inmorales familias de Roma, También cuando el Gran Cisma de Occidente con 5 pretendientes al Papado que dio lugar a los Papas mundanos del Renacimiento.

        Y la cuarta crisis es en la que estamos metidos hoy en día con la confusión de doctrina, moral y liturgia con la dictadura del relativismo imperante y las divisiones que estamos contemplando.

        Pero la cabeza del Cuerpo Místico de la Iglesia es Cristo y El guía a Su Iglesia en todo tiempo y en todo lugar y Sus promesas se cumplirán.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernàndez

        • Carmen

          Me alegro de ver que no tiene ningún temor.
          Pero perdón, no meta a Jesús en esto. No diga que ha guiado a su iglesia siempre bien. Por favor. Bastante tuvo el pobre para que ahora también le hagan responsable de esto. Si acaso el espíritu santo. Familia cercana pero son personas distintas. Jesús ya hizo su parte.

          Con esa lista que ha hecho me ha recordado a otra que hizo Saramago en su evangelio según Jesucristo. Lo leyó?
          Me alegro de que siga tan fuerte y tan bien.
          Un abrazo.

        • Juan A. Vinagre Oviedo

          Aprovecho,Santiago, para seguir coloquiando, pero esta vez incluyendo en él también a Carmen. Solo dos breves referencias:
          –Esa lista de santos -(dedicados a Dios, que eso quiere decir santos) me parece muy acertada, en ella incluiría también a Pedro Casaldáliga, por ejemplo. En cambio excluiría del santoral a algunos “santos” de nuestro tiempo, elevados a los altares por los hombres… Los excluiría porque no me parecen ejemplo de seguidores del Jesús del Evangelio. Por otra parte, no sería la primera vez que se revisa esa lista…
          –Carmen, sí he leído ese libro de Saramago (la palabra saramago me recuerda a una señora ministra de educación de hace años que decía no conocer a esa señora) El evangelio, según Saramago, manifiesta el mismo fallo que también se descubre en Russel, cuando habla sobre el mismo tema: No conocen bien al Dios de Jesús ni su Mensaje, y lo identifican con el transmitido (y aprendido) en las catequesis para niños por los hombres de Iglesia… En este sentido sus críticas tienen mucho de razón, pero vista desde el desconocimiento o la desinformación… Jesús y el Dios de Jesús no son así como en muchas ocasiones y tiempos se enseñaron… Por eso la Iglesia siempre está necesitada de revisión y reformas, que los más conservadores son -parece- incapaces de ver, y acaso de asumir…

          • CarmenTene

            Ese es el problema.
            Ese mismo.
            Esa en nuestra religión. Desinformación total.

            El personaje de Jesús de Saramago es preciosisimo. No entiende nada a su padre. Cómo lo va a entender?
            Es el Jesús más humano que he leído. Y Magdalena también es superbonita.

            Y el personaje del padre está tratado con un humor fino, fino.

            Está escrito por una persona que no sabrá Teología, pero sí otras cosas, como las costumbres de la sociedad judía de entonces. Es una persona que ha reflexionado un montón sobre los evangelios. Un montonazo. Y describió a su Jesús imaginario de una manera magistral.
            Me encantaría poder hacer lo mismo con el mío. Pero claro, no soy Pessoa.
            Gracias por incluirme. Pero no tengo nada nuevo que decir. Todo lo he dicho ya. Lo que sucede es que me gustaría que Santiago entendiera que no va nada contra él. Que entiendo perfectamente su posición. Su postura. Perfectamente.
            Pero la vida tiene que seguir. Tenemos que avanzar. Tenemos que saber.
            Pero creo que no lo voy a lograr. No me refiero a lograr que cambie de opinión. Ni él ni nadie. No pretendo eso. Pero si no se siquiera si estoy o no en lo cierto. Lo mío es una duda perpetua. Pero sí se que no podemos seguir con todas estas cosas raras, inexplicables, milagrosas, dividiendo a las personas en creyentes e infieles. Lo único que se va a conseguir es que Jesús de Nazaret se diluya como el fundador de una religión que ya no tiene tirón. Hablo de Europa. De España.

            Pero ya no sé cómo decirlo ya.
            A lo mejor es que no tengo razón. A lo mejor es que Jesús tiene que ir ligado a esta iglesia regida por personas que no me gustan un pelo.

            Pues si es así, me desapunto , y listo. Es lo más sencillo. No?

            Es que no quiero nada, es que no pretendo nada. Solamente creo que se va a perder un referente necesario. Imprescindible.
            Pero otros vendrán.
            La vida se abre camino.
            A lo mejor solamente tengo que sentarme en la puerta de mi choza y esperar, que decia Tagore.
            Un abrazo.

          • Carmen

            Aaaaaayyyy
            Soy yo. La de siempre. Ya no le tengo que decir nada. Antonio
            Sabe que de repente salen letras en mi nombre.
            Aaaaaayyyy
            Sooooorryyyyy

        • Santiago

          Gracias amigos por seguir dialogando..Es un placer cuando existe solidaridad y amistad. De otra manera es una batalla campal que no vale la pena…
          Coincido con las irregularidades del santoral. Esta lista, por supuesto, es de origen popular aunque la Iglesia intentó darle cierta credibilidad y evitar los abusos en el proceso de canonización formal. Hasta hace poco era de un rigorismo sumo con abogado del diablo y todo. En la canonización se declara que fulano de tal “es santo” y como dices Juan A es una dedicación a Dios pero no una definición propiamente dicha de fe, ni de moral, menos sobre el estado post-mortem El valor està en que los verdaderos santos se reconocen como tales y su vida nos sirven de ejemplo como es lo ordinario…Muchos anónimos todos los hemos conocido y sabemos que existen.

          Con respecto a las reconstrucciones de Jesús, claro que podemos imaginarnos cualquier cosa. Desde el punto de vista de la critica histórica todas las que se apartan de los datos de los testigos del Evangelio han fracasado desde el punto de vista de la honestidad y veracidad. Y es que no se puede crear un mito cuando vivían los testigos, a pesar de los siglos. La Verdad siempre sale a la luz. Y esto es lo que ha pasado con los Evangelios es que cada vez son más populares y los datos históricos nos acercan más a ellos, a pesar de la ferocidad en intentar destruirlos.

          Ahora se me acaba el tiempo. No es que me enfade o tenga miedo pero es que tengo que detenerme aquí.
          Un saludo cordial
          Santiago Hernandez

  • Carmen

    Pero las cosas van a empezar a cambiar. Lo sé

    Despaciiiiiito. Muy, muy despacio. No hay prisa.

    Las quejas de nada valen.Ni el miedo a qué sucedería si la gente supiera que…

    Que salten ideas ya conocidas por muchos teologos Cristianos a los blogs de religión. No digo católicos apostólicos romanos. Digo de pensamiento cristiano. Hasta de ateos de pensamiento cristiano.

    Ese es el primer paso.

    La queja, el lamento de nada vale. En absoluto.

    Creo que hoy Atrio ha dado un paso quizás pequeño, pero como lo sigan otros, verás.

    Y según he entendido, esto empieza ahora. Entre este señor que no se quién es pero apuesto lo que sea que ustedes si conocen J.M. Vigil.  Spong que también dijo Antonio que iba a publicar escritos y sí he leído cosas suyas , y Salvador Santos, esto va a pegar un cambio de rumbo brutal.

    Que sigan el camino otros blogs. Porque los mayores de fe afianzada no van a hacer ni caso. No les va a influir. Pero quizás a otros sí. La verdad no ha empeorado nunca las cosas. Es cuestión de cómo se reciba la verdad.

    La que no puede hacer es vivir en un lamento continuo. Eso está muy bien para el coro de los esclavos de Nabuco. Pero para la vida real no se vale.

     

    Un abrazo a todos.

  • ana rodrigo

    Pienso que hay dos clases de creyentes o seguidores de Jesús,: quienes se han adaptado a lo que siempre se ha dicho y, sólo por eso, tiene que ser así, y quienes llevamos tiempo cuestionándonos todo lo que se nos había dicho de forma literal, preguntándonos qué y porqué se dice eso y así. Lo peor es que llevamos toda la vida escuchando doctrinas de forma repetitiva que nos entra por un oído y nos sale por el otro, y la palabra Reino nos ha parecido normal por rutina

    A la palabra Reino se le adjunta mental e inevitablemente el poder, y no cabe duda que a quienes se les ha pegado más, es a la jerarquía clerical de la Iglesia, pero no un poder cualquiera, sino un poder sagrado por el hecho de hablar en nombre de Dios e interpretar su voluntad. Bueno, de hecho la Iglesia es la única monarquía absoluta y patriarcal que existe en occidente. Además un pode excluyente de las mujeres, patriarcal andrógino y machista, que no se sabe de dónde lo han sacado, porque Jesús nunca hizo nada parecido a esto.

    Y lo peor es que las monarquías occidentales se han modernizado, se han hecho parlamentarias, pero la Iglesia, como de costumbre, siempre lleva siglos de retraso, y la gente que va dejando la Iglesia, entre otras muchas razones, es porque no entienden nada. Y, además, para una ética civil, ya tenemos le Declaración Universal de los DDHH.