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En tiempos de crisis

       Han vuelto a pasar por televisión la memorable película “Tierras de penumbras”, y no dejo de sentirme enardecido con las palabras del estoico profesor (el filósofo y escritor C.S. Lewis, magistralmente representado por el actor Anthoy Hopkings), cuando desde la elevación sagrada de un púlpito, en el ámbito gótico de la Universidad de Oxford, dice: “Somos como un trozo de piedra en manos de un escultor sobre la que él va cincelando, golpe a golpe, la imagen de un ser humano: Esos golpes de su cincel, que tanto dolor nos causan, nos hace también perfectos”. Un pensamiento positivo para ensanchar el alma, y para darle validez de auto-realización personal a las adversidades, desventuras, crisis, y reveses, que, a lo largo de nuestra vida, en tantos momentos nos acosan, nos aterran, nos revuelcan y hasta nos aniquilan…

       Esta idea me ha hecho recordar que, según he leído, en las escrituras “pictográficas” (no sé si la china o la japonesa, o alguna otra) el concepto de crisis (en sus múltiples acepciones) se suele representar con dos signos gráficos: uno que representa al daño, y otro que significa oportunidadExpresan la convicción de que desde cualquier daño (sea psíquico, corporal, o moral), que lo estemos padeciendo o que nos amenace, se puede estimular, desarrollar y lograr algo que nos proporcione la oportunidad de crecer, ser mejores, más experencialmente informados, y que nos ayude a reinventarnos y a progresar.

       Esta oportunidad nos la dan, en esta ocasión, unos entes activos, llamados virus, habitantes como nosotros de nuestro mismo planeta, que han concurrido para atacarnos a muerte. El daño es evidente. Pero la oportunidad está abierta en nuestro potencial beneficio y en marcha progresiva…

       Tuve ocasión de leer también que, en algún lugar del Japón antiguo, existió una artesanía para reparar objetos y piezas dañadas, destrozadas o rotas, en jarrones y ánforas de porcelana o de cristal… Trabajaban desde la sabia convicción de que una vez reparadas lograrían quedarse más resistentes y más valiosas. Y para conseguirlo, suturaban y reparaban las piezas dañadas con una amalgama de oro y plata fundidos…

       Entre los muchos whatsaps que intercambiamos, recibí uno muy escueto, pero especialmente conmovedor: “El virus del hambre mata cada día, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, a ocho mil quinientos niños y niñas en el mundo, y uno de cada nueve habitantes del planeta la padece… Para combatirlo y remediarlo tenemos –hasta de sobra– la vacuna necesaria. Se llama: “comida”. (Acompañaba a este texto una imagen fotográfica estremecedora: un niño famélico, en harapos, se agacha para recoger ansiosamente del suelo restos de comida tirada y esparcida que se lleva a la boca).

       Si de esta experiencia del Coronavirus sacáramos también la consciencia y la sensibilidad de este otro aterrador problema humanitario, el del hambre, con la resolución de solucionarlo definitivamente, igual que se está haciendo –y tenemos la certeza de lograrlo– frente a esta inesperada y amenazadora pandemia del Coronavirus, sin escatimar ningún recurso técnico, económico o profesional, desde la responsabilidad conjugada y anudada entre todos los países, los gobiernos y las asociaciones de todo el mundo…, la Humanidad entera habrá dado un paso adelante, el más importante, más colosal y más urgente de su historia. La erradicación del hambre. Y cada persona individual, hermano o hermana habitante de nuestro Planeta, habremos suturado las heridas de nuestra particular historia, con un hilo moral de oro y plata, restaurador de nuestra dignidad de seres auténticamente humanos.

9 comentarios

  • Isidoro

    A mí, este artículo, y otros similares, sobre el hambre en el mundo, siempre me traen a la mente, el tema de la “paternidad responsable”, que fue una idea-fuerza, que surgió fuertemente en la Iglesia, hacia los años setenta y ochenta, y que al cabo de una década, desapareció totalmente, como por arte de magia.
     
        Eran los años del Informe Meadows, del Club de Roma, “Los límites al crecimiento”,  encargado al MIT y publicado en 1972. Posteriormente se le acusó de neomaltusianismo, pero la realidad es que en 1970, la población mundial era de 3.700.000, y al final del año que viene, llegamos a 8.000. El crecimiento actual continuado es de unos 1.000 millones por década. (Y la mayoría del aumento en zonas de ínfimo desarrollo, África, sudeste asiático, e Iberoamérica).
     
        La “paternidad responsable” era la idea de que todo niño nacido, tiene derecho no solo a comer y beber, sino a satisfacer todas las necesidades de desarrollo personal y humano: educación, vivienda digna, medios de vida normales, y trabajo.
     
       Y este derecho de los niños, limita el derecho de los adultos a tener todos los hijos que quiera o pueda. Insta a la “responsabilidad” en la paternidad.
     
       Pero no se ha vuelto a oír hablar de “paternidad responsable”, en ningún sitio, ni en medios religiosos, ni en medios políticos, incluso los mas laicos y progresistas: mutismo absoluto.
     
        Yo sé que este es una asunto a resolver por las naciones al mas alto nivel. Pero los gobernantes, no harán nada si los intelectuales no les señalan el problema y la necesidad de encontrar una solución adecuada.
     
        Las avalanchas de inmigrantes que ya se están generalizando en todo el mundo, es el resultado directo de esta situación demográfica, y el futuro es perfectamente proyectable: en 2050, llegaremos a los 11.000 millones de personas, y subiendo. (Mientras en muchos países, cada mujer tenga de 5 a 7 hijos, esto es una bomba de futuro).
     
         Es un problema mundial muy gordo, y que genera mucho dolor y sufrimiento, y nosotros mirando para otro lado, pensando en que hay que darles de comer. Pero ¿y la educación?, ¿y el trabajo?, ¿y la vivienda?, ¿y todo lo que necesitan todos esos niños, que lógicamente, no se conforman solo con que les demos de comer, y estén sentaditos en sus casas?.
     
        Es claro que hay que atender a los niños del presente, pero ¿no se debería hacer algo para los del futuro?.
     
       Yo sé que en Atrio hay muchas personas muy formadas en moral, y muy sensibles con el dolor y la miseria humana. ¿Qué se piensa en Atrio sobre la “paternidad responsable”?.

    • ana rodrigo

      Hola, Isidoro, no se habla de la paternidad responsable como si fuese algo anticuado. Aunque yo creo que no se trata de responsabilidad individual, personal o de pareja, porque es en los países más pobres donde no pueden hacerse ese planteamiento por falta de medios materiales para planificar la familia. En los países ricos el índice de natalidad se mantiene gracias a los inmigrantes, porque muchísimas parejas sí practican la paternidad responsables, porque tener un hijo o una hija les produce tantos problemas que esos hijos no van a poder tener todo lo que necesitan para llevar una vida digna ellos y sus padres por muchas razones que todos conocemos.

      El gran problema al que los organismos internacionales no se plantean es el gran problema demográfico, la muerte de tantos niños de hambre en los países que no pueden practicar una paternidad responsable, envejecimiento de la población en los países ricos, explotación de los recursos naturales y el destrozo del medio ambiente. Mientras tanto tenemos una xenofobia feroz, un racismo grave, y cada vez peor. Es un grave problema que engloba a muchos más y no menos graves.

  • Gonzoalo Haya

    Una inyección de optimismo bien asentada y a la vez realista. La pandemia del hambre es más mortífera y más injusta que la del coronavirus; también sería más fácil de erradicar y más barata, la cuestión está en que el hambre no nos amenaza a nosotros y el coronavirus sí nos amenaza.

  • carmen

    Pues no he vuelto a ver la película desde hace muchos años. Me impresionó . Qué preciosa. Me gusta mucho el cine inglés. Cuando sale una película de esas mágicas , son insuperables.

    No he visto a otro actor que exprese más sentimientos con la mirada que este. Parece imposible que sea el mismo que interpretó a Aníbal Lecter. Puede expresar odio, maldad absoluta, amor inmortal, puede acariciar con la mirada, puede ser frío como el hielo, mostrar desdén…es increíble.

    En el fondo es usted un romántico. Por eso me gusta como escribe. Además sabiendo todo lo que usted sabe sobre el alma humana, sigue teniendo esperanza. Yo también. A lo mejor somos unos ingenuos.

    Pues estupendo.

    Me ha encantado el artículo.

    • carmen

      Sabe que hay un librito de C.S. Lewis donde está basada la película? Creo recordar que era como autobiográfico. Nada que ver con sus cuentos de Narnia. Si no lo ha leído, le gustará.
      No recuerdo cómo se llamaba, algo así como análisis de una pena. Voy a buscarlo y se lo digo.

  • mª pilar

    Me emociona su hermoso deseo…tristemente creo…que no damos la talla necesaria ni con virus ni sin el; para que la humanidad dé el cambio que cuanto nos rodea, nos está pidiendo a gritos.

    Siempre está por encima…el bienestar personal… y como siempre ha sucedido y sucede,:

    “A rio revuelto…ganancia de “pescadores” de riquezas sin fin…

    El dolor de las personas que nos rodean, no ablanda nuestros corazones lo suficiente, no solo para controlar el virus, que de forma especial:

    ¡Está en nuestras manos evitar su propagación!

    Y respecto al hambre en el mundo…tiramos mucho más…de lo que se necesita para acabar con esa vergüenza que nos rodea.

    Este mundo está sumido en la posesión de fortuna (cada día, crecen las personas millonarias):

    ¿Cómo se puede explicar este hecho, ante la creciente desigualdad que existe en este mundo?

    Siento exponer mi sentir, de manera tan extrema.

     

     

     

  • oscar varela

    Hola!

    Leo:

    1- “frente a esta inesperada y amenazadora pandemia del Coronavirus,

    2 -“… la Humanidad entera habrá dado un paso adelante”-

    ……………

    Entonces es como dijo el Presidente Piñera:

    1- “Estamos frente a un abismo”

    2- “Debemos dar un paso adelante”.

     

  • Olga Larrazabal Saitua

    Parece que tenemos una idea muy engrandecida de nosotros mismos al suponer que somos dignos porque somos humanos, que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, al igual que las familias reales creen quetienen un algo especil y que son enviadas por Dios.

    Prefiero pensar que tenemos un sueño, una meta a la cual llegar y como dijo CSLewis

    Somos como un trozo de piedra en manos de un escultor sobre la que él va cincelando, golpe a golpe, la imagen de un ser humano: Esos golpes de su cincel, que tanto dolor nos causan, nos hace también perfectos”

    También vi hace poco en youtube una reseña de la vida de Lewis, que se esmeró en auto cincelarse con una disciplina fuera de serie.

    Y el modelo de personaje, aunque maquillado por los siglos y las malas traducciones, todavía existe.  El bondadoso galileo todavía camina entre nosotros, si queremos verlo.  Y es tan simple como Ama a tu projimo, como a Ti mismo.