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Un Dios ausente

EL DIOS DESERTOR

La vida nos deja un rastro de sangre
entre la tierra el fango y matorrales
un rastro que limpia la lluvia ácida
y los cataclismos del inframundo.

Dónde está el dios que puede evitarlos
el dios ausente desaparecido
de entre todos los vivos y los muertos
un dios desertor y un dios desertado.

El mismo dios el dios omnipotente
de paz y guerra del amor y el odio
el mismo dios de la salud y el virus
el mismo dios de ángeles y démones.

Qué se hizo del ángel de la tierra
y qué de los arquetipos platónicos
reconvertidos en tipos plutónicos.

Solo se yergue el Dios crucificado
en esta desmesura de lo negro
y en esta impostura de lo blanco.

Solo se queda el hombre y su conciencia
de un mundo atroz dolido atormentado
mientras los dioses bailan en su cuerda.

Este maximalismo de la vida
contrasta así con el minimalismo
de este morir que se abre con la muerte.

(Quizá este mundo no tiene trasmundo
pero tiene a favor un intramundo
donde se esconde el dios desconocido).

 

BLOG SENTI-MENTAL

IV

El sentimiento no miente, mienta:
y la mente no miente, menta (AOO).

—El amor es la síntesis de lo dionisíaco y lo apolíneo, la pasión y la compasión, lo demónico y lo divino, eros y logos: la relación y su relato, la voluntad y su representación.
—El pseudo-optimismo como mala fe: hipocresía o melopea trascendental.
—La vida no es pura ni santa: la vida es autárquica y ambigua.
—Cristianos en confinamiento: buena ocasión para hablar con Dios en lugar de con el cura (que lo representa pero no lo presenta).
—El mundo es fasto y nefasto.
—Dejo en este mundo mucha caca dorada en forma de escritura: pero el propio mundo es caca dorada.
—Se pregunta A.Gala cómo pudo perderse tanto amor: pues porque no era tanto.
—Soy un apasionado vital: enfriado por mi friolera existencial.
—La sabiduría de Laotsé consiste en seguir dos caminos opuestos al mismo tiempo: subrepticiamente.
—El simbolismo no castra lo real: lo potencia y proyecta.
—Estoy rodeado de la beatería idealista y de la batería materialista: pero yo cultivo el realismo abierto o simbólico.
—Mi melancolía sublima mi pena: anímicamente.
—El matrimonio de eros y psique: el amor como erótico y psíquico o anímico.
—El amor es sagrado: así que se puede acabar consagrado vivo.
—La vida me pareció de niño peligrosa: y de viejo me parece mortal.
—Dante y su viaje al cielo: a través del infierno.
—Lo mejor de mi vida lo he realizado a través del sufrimiento: a lo solar a través de lo lunar.
—Según Gregorio de Nacianzo, los ojos son los embajadores de su gran amistad con Basilio de Cesarea: pero el espíritu realiza la unión de lo distinto.
—Tomás de Aquino dualiza el amor en amor de benevolencia y amor de concupiscencia: pero el amor es uno y único.
—Escribo la filosofía, aforística y poética que me gusta a mi: y que no encuentro por ahí.
—El Papa Ratzinger, nórdico, predica la verdad purista: el Papa Francisco, sudista, practica el amor fraterno.
—No había visto la película El Cid de A.Mann: impresionante historia de amor y muerte, y de heroísmo antiheroico (humano).
—El personal no sabe casi nada: pero no lo sabe.
—Un nihilista también cree: en la nada.
—La vida es un fracaso: te lo dice alguien que ha triunfado.
—Amamos lo que no tenemos: amamos lo que no tememos.
—La vida encuentra su sentido final en la muerte: y la muerte encuentra su sentido inicial en la vida.
—Quedarse en el dualismo de el/lo uno contra el/lo otro es alienarse, pero superar el dualismo misticoidemente es alucinarse: solo queda coimplicar los contrarios en su correlatividad.
—La sombra de la luz: y la luz de la sombra.
—Alguna feminista me ha atacado por hablar en favor de la madre: que yo pensaba era una mujer.
—La fe es atisbar oscuramente lo que no se ve.
—Me levanto atontado: con cara de románico, dice mi hermana.
—Los amigos que vienen y van: dónde irán.
—Algunos de mis poemas son inspirados, pero otros son expirados (así por ejemplo mi poema-límite El crimen).
—En el fondo mis escritos son un grito de socorro: para no socarrarme.
—Querer es poder: amar es sin-poder.
—Escribir, amar: ambos conducen al orden a través del caos: golpe a golpe, verso a verso, beso a beso (Lou Barrera).
—Mi triple furia: española, aragonesa y vasca.
—La poesía plantea los problemas de la vida humana,
la poesía su enigma: y la religión su misterio.
—(Haiku) Estoy sufriendo: estoy sufriendo y amo: estoy amando.
—Las palabras de amor evocan: el silencio de amor convoca.
—Subir a contramuerte hasta lo eterno (Blas de Otero): y bajar a contravida hasta lo efímero, los ínferos, la muerte.
—Porque no puede ser real tanta belleza (E.Cardenal): porque es surreal.
—Si el matriarcalismo vasco es real, yo soy su descubridor: y si no es real, yo soy su creador.
—En la filosofía me hago cargo del ser, en la aforística me descargo del ser: y en la poética me encargo de ser (yo mismo).
—Espera para saber lo que es la vida: lo acabarás sabiendo.
—Me ha salvado la fratría frente a un contexto testa-rudo: peor para él, mejor para ella.
—Ando entumecido: hasta quedar en ti mecido.
—Ando regular y voy al hospital general: pero en la confusión actual no sé si me han dado el alta o me han dado el alto.

 

6 comentarios

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    En línea con algunos pensamientos poéticos de Andrés, ahí va este otro:

    –Hermano, ¿cuándo te convencerás,

    ya libre de cegueras y necias ambiciones,

    de que menos es más?

     

    Y este otro soneto:

     

    Por qué tanta obsesión

     

    ¿Por qué tanta pasión por endiosarte,

    por querer ser el jefe y el patrón?

    ¿Por qué tanta ceguera y obsesión

    que ya te hace incapaz de conciencierte?

     

    ¿Por qué exhibes poder con un baluarte

    que induce a suplicar tu protección?

    ¿No ves que te encadena una adición

    que atrapa y no permite liberarte?

     

    Si no tomas conciencia del desvío

    que has impuesto a tu vida con valores

    convertidos en dios, estoy seguro

     

    que de vida interior estás vacío,

    y así, sin objetivos superiores,

    tu presente es muy pobre y sin futuro.

     

     

    Un cordial saludo de vacaciones nórdicas -o sureñas, si cabe- a toda la Comunidad atriera.

  • Isidoro García

       Reconozco que tengo cierta alergia a la poesía, especialmente a la poesía muy intimista, pues mi exacerbado pudor personal, hace que me “escandalice” ese “exhibicionismo” de ciertos poetas.
     
          (Es curiosamente otra contradicción de opuestos, el hecho de que una excesiva sensibilidad pudorosa que aflige a muchos poetas, y no poetas, les impulse paradójicamente a los muy pudorosos a cierto exhibicionismo, al no dominar bien la medida oportuna: les falta mundo exterior y les sobra mundo interior).
     
      Y eso me ha retraído un poco ante los escritos de Andrés. Pero los aforismos son otra cosa diametralmente distinta. Aquí una persona hipersensible como él, iluminado por su ingenio y su sabiduría personal, lo borda, y hace pleno muchas veces.
     
       Leyendo una entrevista que se le hizo en la revista Crisis, compruebo su maestría, y me permito transcribir una pregunta y su respuesta:
     
    12. Esta revista se llama Crisis y estamos viviendo “otra crisis”, (esta económica, sobre todo, ¿sobre todo?). ¿Cómo deberíamos plantear la crisis actual en el fenómeno general de la Crisis de la sociedad humana? ¿Qué orientaciones razonables (de razón), deberíamos tener en cuenta para afrontar la crisis en minúscula dentro de un concepto general de Crisis?
     
    — Yo pienso al respecto algo bastante peculiar: frente a todos los discursos que proclaman el hacer superior, basándose casi siempre en éticas y morales incumplibles, heroísmos fatuos y melopeas pías o utópicas, defiendo llevar una vía diferente: hacer menos y hacerlo algo mejor, o mejor dicho hacer poco e incluso no hacer nada extraordinario.
          No hacer nada heroico, sino asumir nuestra pobre condición humana y articularla, no hacer proyectos faraónicos sino trayectos posibles, deshacer el tinglado y su farsa y rehacer los escombros de nuestra civilización incivilizada, de nuestra tradición inhumana, de nuestras glorias ridículas.
            Partir de abajo arriba y no de arriba abajo, reconociendo que el hombre es un pobre hombre y siempre lo será, observando que además de pobres hombres (todos), hay hombres pobres (los abandonados), tratando no de solucionarlo todo olímpicamente desde el Olimpo, ya que este mundo no tiene remedio sino solo remedios, cuidados paliativos, remedos (importantísimos).    
           El mundo no tiene solución sino a través de la disolución de este mundo, sea en el otro, como piensan los creyentes clásicos, sea en este mismo mundo, pero desheroificado, compasivo y humilde, reducido a su esencialidad, siguiendo un modelo combinado del tipo estoico-epicúreo.
         Predicamos y practicamos una presunta/pre-suntuosa modernidad o bien su sucedáneo posmoderno, cuando en realidad deberíamos cultivar una modernidad “ad intra” o hacia dentro, una intramodernidad que en lugar de expandirnos, logre nuestra impansión interiorizadora, transitando del exterior al interior, de la razón al corazón, de la verdad al sentido, trastocando nuestra cultura desalmada en una cultura anímica o del alma.

    • Isidoro García

      Voy a decir una maldad, que no debería decir, pero me sale del alma y me lo pide el cuerpo.

      Si la bala que mató a su padre, cuando tenía Andrés cinco años, en vez de salir de un fusil del “maquis”, hubiera salido de un guardia civil, hoy Andrés sería reconocido públicamente en España, como el gran maestro que es. Así se escribe la historia.

    • oscar varela

  • oscar varela

    Hola!
    Comentarios a la frase
    —La vida es un fracaso: te lo dice alguien que ha triunfado.
    …………………………………….
    1- FRASE DE UN TANGO:
    -La vida es una herida absurda-
     
    2- FILOSÓFICO
    (Destilo de:
    Páthos, éthos, lógos (en homenaje a Antonio Rodríguez Huéscar)
    https://ortegaygasset.edu/descargas/contenidos/P%C3%A1thos_%C3%A9thos_l%C3%B3gos_(en_homenaje_Antonio_Rodr%C3%ADguez_Hu%C3%A9scar).pdf
     
    ONTOLÓGICA DE LA INDIGENCIA
    – “Nada que sea sustantivo ha sido regalado al hombre –subraya Ortega con energía en su ensayo Ensimismamiento y alteración–. Todo tiene que hacérselo él”.
    – todo, es decir, incluso su “sí mismo”, incluso su razón, que no es una dote natural sino una conquista histórica: el hacerse o devenir racional
    – Sólo, pues, el ser indigente siente su penuria, y en su menesterosidad necesita pensar.
     
    – El sentimiento de penuria constituye un primer criterio pático de orientación:
    – “Pero de sí mismo (el hombre) sabe sólo cuando goza y cuando sufre, y sólo sus sufrimientos y sus goces le instruyen sobre sí mismo, le enseñan lo que ha de buscar y lo que ha de evitar” (Goethe). […] ¿Quién es este “sí mismo” –se pregunta Ortega– que sólo se aclara a posteriori, en el choque con lo que le va pasando?
     
     
    1. EL PÁTHOS DE LA INDIGENCIA
     
    ¿Cabría hablar de un sentimiento fundamental, que nos diera el sabor de la vida en cuanto tal?
     
    – sería recognoscible en las situaciones en que la vida queda más al desnudo.
    – son las situaciones de crisis radical de las creencias, en que se apoya a tergo la vida.
    – “El hombre de la crisis –precisa Ortega– se ha quedado sin mundo, entregado de nuevo al caso de la pura circunstancia, en lamentable desorientación”.
    – por su extrañeza con todo lo ordinario y habitual, necesita justificarse ante el tribunal de la vida.
    – La vida es darme cuenta, enterarme de que estoy sumergido, náufrago en un elemento extraño a mí, donde no tengo más remedio que hacer siempre algo para sostenerme en él, para mantenerme a flote.
     
    – Ortega suele atenuar el patetismo de la escena, y en alguna ocasión, toma el símbolo del naufragio para significar, no la crisis existencial, sino el vivir sonámbulo de la vida ordinaria, dormitando, como decía Heráclito, de la que viene a despertarnos, de tarde en tarde, precisamente en las situaciones críticas, un rayo de conciencia:
    – El hombre vive habitualmente sumergido en su vida, náufrago en ella, arrastrado instante tras instante por el torrente turbulento de su destino, es decir, que vive en estado de sonambulismo sólo interrumpido por momentáneos relámpagos de lucidez en que descubre confusamente la extraña faz que tiene este hecho de su vivir, como el rayo con su fulguración instantánea nos hace entrever, en un abrir y cerrar de ojos, los senos profundos de la nube negra que lo engendró.
     
    A este sentimiento lo llama a veces Ortega “extrañamiento” (sentirse en tierra extraña), en el sentido preciso de desarraigo de la naturaleza como la tierra firme, en que ha quedado varada la vida animal. “Así, pues, este ser, precisamente el hombre, no sólo es extraño a la naturaleza, sino que ha partido de un extrañamiento”,
     
    – También declina tanto la versión barroca del engaño, porque supone demasiado –un genio maligno engañador, que nos hace perdernos en teologías–, como la cientificista del problema, por ser demasiado objetiva y plana:
    – En este sentido digo que la realidad auténtica y primaria no tiene por sí figura. Por eso no cabe llamarla “mundo”. Es un enigma propuesto a nuestro existir. Encontrarse viviendo es encontrarse irrevocablemente sumergido en lo enigmático.
     
    – El término “enigma” es diltheyano, y su primer antecedente es heraclítea: la “physis gusta de ocultarse”.
    – “Dilthey –dice Ortega– había ya descubierto que la vida es eben mehseitig, que la vida es «precisamente multilateral», que es siempre lo uno y lo otro, es decir, lo más radical del fenómeno Vida es su carácter equívoco, su sustancial problematicidad. De ahí viene todo, pero muy especialmente de ahí viene la filosofía”.
     
    – Para Ortega el enigma es de orden ontológico.
    – El problema sustancial no está para él en la complejidad de la vida, y mucho menos en su interna contradicción, como cree el agonismo, sino en la propia constitución indigente.
    – El fenómeno de la vida es de suyo sistémico, y no contradictorio, pero se presenta con una herida de finitud, que no es la muerte, sino algo más profundo que la muerte misma: la dependencia de lo otro de sí, de lo irrebasable e irreductible. “Lo que verdaderamente hay y es dado es la coexistencia mía con las cosas, ese absoluto acontecimiento: un yo en sus circunstancias”.
    – Este “ser-en” la circunstancia es forzoso y necesariamente vinculativo, pues entrelaza mi destino con la suerte del mundo. He aquí el Faktum originario en su nuda facticidad: mi vida, la realidad radical, “presencia, anuncio o síntoma de cualquier otra realidad” –dice Ortega– porque está cabe sí misma:
    – Vivir es esa realidad extraña, única que tiene el privilegio de existir para sí misma. Todo vivir es vivirse, sentirse vivir, saberse existiendo –donde saber no implica conocimiento intelectual ni sabiduría especial, sino que es esa sorprendente presencia que su vida tiene para cada cual.
     
    – Por eso la vida no es, no puede ser, primariamente conciencia ponente, sino experiencia dramática de esta im-posición. Como precisa Ortega frente a Husserl:
    – Lo “puesto por sí”, lo impuesto al pensamiento del filósofo, es aquello de donde éste viene, que lo engendra y, por lo mismo, queda a su espalda. El hacer filosófico es inseparable de lo que había antes de comenzar él y está unido a ello dialécticamente, tiene su verdad en lo prefilosófico.
     
    – Este ser-ya-en, arrojado al mundo, a la nuda circunstancia y en diálogo dramático con ella, es sentido y padecido como indigencia de ser. Y, sin embargo, no es tan sólo de desesperación y angustia, sino también de arrojo esperanzado para afrontar el peligro y el riesgo de ser. De ahí el interés de Ortega por marcar su distancia con Heidegger. La angustia revela ciertamente la Faktizität del Dasein en su Geworfenheit o estado de yecto en el mundo, y a través de la experiencia de la falta de significatividad de todo lo intramundano, le hace aparecer la estructura misma ontológica de la mundanidad, según Heidegger. Libera así al Dasein para su soledad y el afronte de su destino y lo muestra en cuanto proyecto/yecto, como un fundamento de nulidad para todos sus posibles, dados en una situación arrojada y referidos, en última instancia, a la posibilidad necesaria e ineluctable de la muerte (sein zum Tode). Pero, supuesta una nada en el ser –arguye Ortega–, esto no condena al viviente a la devaluación de su esfuerzo o cuidado por ser en su heroica resolución hacia la muerte:
    – Aun admitiendo –con reservas, cuya enunciación es aquí inoportuna– que la Vida es el fenómeno del ente mortal y, por tanto, peligro viviente y Nada existiendo, resulta que sólo puede ser esto si es además aceptación del peligro, consagración jovial y fecunda de la Muerte.
     
    Dicho en otros términos, la vida, según Ortega, no se proyecta resolutivamente hacia la muerte, sino que se esfuerza en ser “más vida y más que vida”, según la fórmula de Georg Simmel, en dar razón de sí, aun en medio de su indigencia, incluso al precio de arrostrar la muerte, integrándola en la obra de la propia vida. En este sentido, el sentimiento originario es ambivalente o de doble faz:
    – La vida es precisamente la unidad radical y antagónica de esas dos dimensiones entitativas: muerte y constante resurrección o voluntad de existir malgré tout, peligro y jocundo desafío al peligro, “desesperación” y fiesta, en suma, “angustia” y “deporte”.
     
    – Pero en tal situación es cuando el hombre ejercita un extraño hacer que casi no parece tal: el hombre se pone a pensar […]. Cuando todo en torno nuestro falla, nos queda, sin embargo, esa posibilidad de meditar sobre lo que nos falla. El intelecto es el aparato más próximo con que el hombre cuenta. Lo tiene siempre a mano. Mientras cree no suele usar de él, porque es un esfuerzo penoso. Pero al caer en la duda se agarra a él como un salvavidas.
     
    Pero esto implica ya una resolución por vivir. He aquí cómo desde la raíz misma del páthema se abre la doble función volitiva y pensante de la vida. Es el sentirse indigente lo que nos fuerza a un pensamiento radical y a una resolución originaria ante el jaque continuo del instar de la circunstancia.
     
    – Todo posible “ideoma” depende del “draoma” o decisión resolutiva, que surge desde este fondo necesitante e instado que es la indigencia humana. Y aun cuando el ideoma aporte un sentido a la acción, es el querer el que lo ha impulsado originariamente desde el padecimiento de la necesidad. Es “el acto primario y primitivo de mi voluntad –comenta Rodríguez Huéscar– el querer vivir, esto es, el de afirmarse ante y contra toda instancia hostil de la realidad. Pero para ello hay que comenzar por aceptar ésta. Ortega dirá que quien quiere vivir quiere, por ello mismo, todo lo que la vida le traiga”.
    …………………………………………..
    NOTA: Si interesara, habría que seguir con las otras dos dimensiones de la vida:
    2. EL ÉTHOS DE LA CONTINGENCIA
    3. EL LÓGOS DE LA INDAGACIÓN

  • oscar varela

    Hola!
    Para después de “globalizaciones” y “coronavirus”
    ¿para “después”?
    ¿por qué no ya?
    EL BARRIO (la Patria chica y “a la mano todos los momentos”)

    ……………….
     

    HOJAS DE PATRIA CHICA
    (Marta Ruffini)
     
    Un plátano
    es todos los plátanos
    los vientos
    la ruta y sus partidas
     
    uno, y otro
    y otro más
    en el enlace de cuadras con gorriones
    custodios de murmullos
    bordeando un tiempo y una historia
    desde viejas veredas renacidas
     
    Una hoja
    es el tiempo infinito
    mi casa con su parra y sus olores
    el club
    el puente
    prodigio de la siesta
    aventuras en la soleada mansedumbre
    los romances
    cielos de geografía adolescente
    mi vecino y sus tangos
    girando en cercos de campanillas
     
    Esta hoja de plátano
    es mi pueblo
    tibio y perdurable
    mi despertar de bibliotecas
    los amigos
    un transitar de pizarrones
    hojas con mil tañidos
    el devenir
    un hombre alunizando en blanco y negro
    y el arco iris de mis hijos
    en un poema dictado al horizonte
     
    Este es el árbol que seguiré escribiendo
    en los de esta ciudad
    que está en mis pasos otoñales
    con nuevos gajos y sonidos
     
    Follaje vertebral y centenario
    te descubro
    encendiendo el color de mi paisaje.
    ………………………………