Tras un recorrido a las sugerencias recibidas y a lo publicado hoy, elijo resaltar este breve artículo de REMEI MARGARIT, psicóloga y escritora, publicado en “La Vanguardia “ el 24/07/2020. Nos lo había sugerido hace unos días Juan G. Caselles y veo que con sencillez y claridad Margarita centra la tarea que nos debe ocupar, antes, en y después de la Covid-19: encontrar el sentido de nuestra propia vida. AD.
Los humanos somos una especie sociable. Nos necesitamos los unos a los otros para vivir, sin los otros nos habríamos extinguido ya hace miles de años. Llegamos a este mundo sin saber por qué, ni por dónde debemos ir, ni qué tenemos que hacer. Recién nacidos, necesitamos la ayuda de los padres o de los que hacen su función, tanto desde el punto de vista de la alimentación corporal s como también desde el punto de vista afectivo y del conocimiento. Y cuando ya tenemos nuestro propio conocimiento, nos damos cuenta de que hemos de hablar con los demás del nuestro y otros entornos; primero, para expresarnos y después para sentirnos comunicados, como en una red de afectos y de responsabilidades mutuas.
Y es entonces cuando nos damos cuenta del sentido de la vida, es decir, ser con los demás, como sea, afectivamente, socialmente y, de una manera amplia, también nos damos cuenta de que formamos parte de este entramado social de relaciones personales. Dicho de otra manera, formamos parte de un universo en que todo está relacionado, desde los astros del firmamento hasta la más pequeña sonrisa de un niño. De manera que una llega a la conclusión de que nuestro trabajo en esta vida y sobre todo el sentido que tiene es el de ayudarnos los unos a los otros, cada cual dentro de sus posibilidades. Es por eso que pelearse es una enorme pérdida de tiempo y ya es sabido que el tiempo es la única cosa que tenemos de veras. Sócrates dijo: “No es el sabio, sino el zafio, el hombre ignorante el que recurre a la violencia”.
Aidar-nos , como decía Verdaguer, pues sí, cada cual debe encontrar su manera. Tanto es ayudar a quitar la mesa después de comer, como ayudar en un laboratorio científico a buscar la manera de aliviar el sufrimiento. Y por eso, para encontrar este sentido de la vida, es necesario cuidarse uno mismo y a la vez, cuidar a los demás. Eso quiere decir, no cultivar el narcisismo sino tan solo la dignidad; no optar por la ostentación sino por la modestia; no tener tantas cosas y ser más, porque el hecho de tener es como una prisión que no deja tiempo ni espacio para los demás. La sociedad de consumo ha creado una clase de riqueza acumulativa vacía de sentido. Es bueno deprenderse de lo que no es necesario y es bueno tener pocas necesidades. A medida que se envejece, una se da cuenta de que tener tantas cosas, molesta. También cuando los hijos y los nietos ya han crecido y tienen su vida, la ayuda puede convertirse quizás tan solo en un saludo o una sonrisa, aunque sea por WhatsApp.
https://www.pagina12.com.ar/humor/rep/282521
Retomo mi comentario anterior para desarrollar un poco más la idea que dejé esbozada en él donde manifesté que el sentido es algo que se encuentra en la vida realizándonos con las cosas de nuestro entorno. Así es como entiendo que lo expresa la autora en su artículo. Y es que no se trata de buscar sentido a la vida sino de encontrarlo viviendo.
He visto al entrar esta mañana que hay quien se decanta mejor por el buscar y quien se decanta por las dos opciones, buscar y encontrar, pareciera como quien así piensa cuente con más probabilidad, es decir, que tiene la cosa como más asegurada, si le falla en el buscar pues le queda el encontrar. En mi opinión ni lo uno ni lo otro, es decir, no se trata de buscar sentido a la vida, ni tampoco dar por hecho de que se trate de buscar y de encontrar a la vez, pues pudiera creerse que lo encontrado es justo lo que se buscaba mas, como generalmente cuando se busca se suele sólo buscar con la cabeza, lo así encontrado no sería más que un mero objeto de la mente.
La autora empieza diciendo que los humanos “somos” una especie sociable, sin embargo, por todo lo que luego dice vamos a necesitar, es claro que este “somos” es todo un proceso que Remei describe muy bien. Generalmente el término “somos” va acompañado del adverbio realmente, lo que somos realmente, o, lo que somos en realidad, esto quiere decir que en aquel proceso va implicada la realidad que somos, en la que formalmente nos vamos constituyendo en unidad con la vida y con las cosas.
Encontramos sentido a las cosas y a la vida siendo nosotros mismos, habiéndonos primero encontrado en lo que somos realmente, en nuestra mismidad. Es en esa experiencia reduplicativa cuando nos damos cuenta de ese entramado social de relaciones personales.
Es cierto que tradicionalmente se hablaba de la búsqueda de sentido, sin embargo esta expresión se circunscribía en una ontología del ente ya superada donde llegar a ser venía guiado por una abstracción de necesidad deontológica.
En el encuentro sucede algo muy distinto. El sentido como encuentro ha de pasar por la experiencia de la unidad. La persona habrá que realizar un encuentro, primero consigo misma a través de aquel proceso de ayuda y así constituida en su unidad es como las relaciones con los demás y con las cosas le reafirman el sentido experiencial que tiene la vida por lo que como toda experiencia humana lo es de realidad, el sentido lo encontramos precisamente cuando se nos actualiza viviendo en ella comprometidos.
Y es que buscar y encontrar el sentido a nuestra vida es lo más importante que podemos realizar en este mundo. El darle sentido a cada fase de nuestra vida es un reto existencial del que, a la larga, nadie puede escaparse..Porque este “sentido” envuelve también nuestra tendencia necesaria a la felicidad, pues es imposible que los seres racionales no actúen buscando un fin que coincide con el bien, ya sea real o imaginario, ya sea acertado o erróneo.
Por eso la búsqueda del sentido existencial es universal..Nuestros deseos son infinitos y para valores permanentes y trascendentes que superan todos los bienes materiales incapaces de satisfacernos por completo. De ahí que en este artículo se lee que “es bueno desprenderse de lo que no es necesario y es bueno tener pocas necesidades”. No es necesario lo supérfluo, sino lo que nos llena el espíritu. Al final sólo necesitaremos estar en paz con nosotros y con todos.
Saludos cordiales
Santiago Hernández
Me da la impresión que el sentido, del que con tanta sencillez y claridad nos habla Margarita, no es el más común de los sentidos. Lo común, el sin sentido en el que nos dejamos atrapar a menudo, es buscar la felicidad en el TENER y montar la bronca cada vez que crees que alguien se cruza en tu camino, hacia la gloriosa meta de ser….el más rico del cementerio.
Me quedo con la frase de M.Luisa: “no se trata de buscar sentido sino de encontrarlo”. Esto es lo realmente complicado en la liosa vida que, por una u otra razón, acabamos organizándonos.
Un saludo cordial
¡¡¡Genial!!!
Un resumen, que hoy día es tan necesario; con sencillez y pisando el suelo.
Gracias.
Hola!
El asunto del “sentido”
Lo vimos hace casi 2 meses:
El SENTIDO es “FABRICACIÓN”
https://www.atrio.org/2020/06/meditacion-de-la-tecnica-512/
LA VIDA COMO FABRICACIÓN DE SÍ MISMA-TÉCNICA Y DESEOS
Destilado: A diferencia de todo lo demás, el hombre, al existir, tiene que:
– hacerse su existencia,
– resolver el problema práctico de realizar el programa en que consiste;
– quiera o no, tiene que hacerse a sí mismo, auto-fabricarse.
Vivir es entonces:
– hallar los medios para realizar el programa que se es,
– y ahí empieza la técnica, que está en función de la vida:
– su cometido es hacer posible que el programa humano se realice.
NOTA para el EQUIPO ATRIO:
1- en el “Menú” de ATRIO (Arriba)
– hay la opción “CURSOS Y TALLERES”
2- hace tiempo que no se actualiza.
3- Entiendo que es muchísimo el “laburo” del EQUIPO.
4- Pregunto ¿no habrá algún “cumpa español” que le dé una mano?
Gracias y Abrazo!
Hola Oscar
a) No tiene sentido dar por supuesto que todas las personas que visitamos atrio seguimos el taller sobre las meditaciones de Ortega respecto de la técnica.
b) No todo tiene que verse a través de los lentes de Ortega, como no todo tiene que verse a través de los lentes de Jesús.
c) Para mí tiene más sentido la manera en que habla del sentido aquí Remei que la manera en que lo hizo Ortega en sus meditaciones sobre la técnica. Por supuesto, habrá quienes encuentren más sentido en aquél texto también. Lo que no doy por supuesto es que mi opinión personal sea algo ya asentado colectivamente como profesor de vieja escuela que dice “ya dije que es de este modo”.
d) Hablando de técnica, entiendo que el estado actual de la técnica informática posibilitaría que la responsabilidad compartida del mantenimiento de esta página no sea exclusiva para “algún cumpa español”. Esto es algo de lo que se empezó a platicar en la más reciente asamblea de ATRIO, y que habría que ir concretando.
Saludos
No, su existencia ya la tiene, lo que ha de hacer es pertenecerse con ella. Aquí estriba el problema. Ser sí mismo, poseerse como realidad. En la medida en que esto ocurre está trascendiendo el orbe de lo meramente proyectado.
En el existencialismo, corriente que se abandonó cuando la segunda guerra mundial, se pensó que el ser humano es el conjunto de sus proyectos, la pretensión de lo que quiere hacer. Pero el proyecto no es una exigencia de la existencia sino una exigencia de la persona en cuanto realidad que es, en cuanto se posee como tal. Pero esto no es auto-fabricarse sino simple y llanamente realizarse.
Cordialmente.
Bien, como siempre antes compongo un pequeño borrador en el escritorio, me he dejado de seleccionar su comienzo. No lo creo imprescindible pero tal vez necesario para no dejar el hilo de la conversación.
Me referiré en lo que sigue al comentario de Oscar del pasado 30 de julio 12h 52´
Dice allí “A diferencia de todo lo demás, el hombre, al existir, tiene que:
– hacerse su existencia,
– resolver el problema práctico de realizar el programa en que consiste;
– quiera o no, tiene que hacerse a sí mismo, auto-fabricarse”.
(luego ya viene lo escrito anteriormente)
Coincido totalmente con lo expuesto, pero adviértase de algo muy importante que se entrevé en todo lo que dice expresado de esa forma tan sencilla y comprensible, y es que no se trata de buscar sentido a la vida sino de encontrarlo.
… de encontrarlo, de encontrar el sentido viviendo “en” ella, en la vida, es decir realizándose… voy a ritmo de trompicones porque estos días tengo secuestrado el ordenador…y he de apañarme como pueda…
Muy acertado y bien resumido. La cultura de la sobriedad.