Al parecer, no es oro todo lo que reluce. El tanto TIENES, tanto vales, bajo una pandemia tan agresiva como COVID-19, se nos tambalea. Menuda “castaña” la catástrofe sanitaria y económico-social que se nos ha venido encima, también a nuestro opulento primer mundo, aunque las penas con pan siempre son menos. Está visto que, por nuestra aldea global, pulula demasiado gigantismo idolatrado, con pies de barro, en el terreno de la política, la economía, el deporte, el arte, la religión, etc., con memoria frágil, que acaba necesitando de un terremoto para caer del guindo. Pues ya lo tenemos y nos ha puesto ante la realidad, muy real, de la vulnerabilidad de la Humanidad.
La sacudida del virus ha puesto patas arriba al neo-liberalismo capitalista, tan extendido por el mundo desarrollado. Por estos lares, ya con el problema sanitario bajo un cierto control, toca prestar atención al desolador panorama económico social. El Covid-19 ha mordido con fuerza al turismo, la hostelería y restauración en general, al pequeño comercio, a la industria del automóvil, a la aeronáutica, a la máquina herramienta, a la construcción, a los espectáculos artísticos y deportivos, las sacrosantas fiestas patronales, etc. ¿Qué nos queda? Pues quedamos las personas, que no es poco, aunque demasiadas un tanto a la intemperie. Tan es así que, de la noche a la mañana “papá Estado”, de un modo u otro, tiene que sostener a la mitad de la población. ¿Cómo levantar cabeza en esta situación, cuando el “todopoderoso”, entre comillas, mercado liberal, paradigma de la obsesión por el TENER, siempre egoísta e individualista, deja tirada a tanta gente en un sálvese quien pueda?
Para salir de agujero no se me ocurre nada mejor que volver la mirada a lo que SOMOS. Algo así como personas, seres instintivamente resistentes e intuitivamente supervivientes. Somos compañeros y compañeras de fatigas, con capacidad de dejar de mirarnos al ombligo y levantar la mirada a nuestro alrededor, seguros de encontrar siempre a alguien a quien, en la medida de nuestras posibilidades, podamos echarle una mano. Solo hace falta que hagamos aflorar nuestra solidaridad, comprensión, compasión etc., para captar la misteriosa e indestructible felicidad que proporciona el DAR. SER capaces de dar compañía, ideas, una ayuda, una sonrisa, o lo que haga falta, para paliar tanta vulnerabilidad. Ni optimismo, ni pesimismo. Toca aportar cada uno nuestro granito de arena. Se trataría de poner firmes a nuestras élites políticas y económico-sociales, obligándoles, con nuestro voto, a buscar un equilibrio entre lo público y lo privado, que ponga fin a tanta desigualdad social.
Hola Iñaki, ahora me he dado cuenta de esta amigable prolongación! No, no soy nadie para dar el Vº Bº, si algo he de decir al respecto es que con “sotana” o sin ella eres un “viejo” encantador, bueno, amable, considerado y sabio.
Un abrazo!
Hola M Luisa
Lo de la “sotana” me ha hecho gracia. Recuerdo que en Peru, por la dé<ada de los 70, nuestra fabriquita tenía un representante que, en el par de viajes que hice por allí, siempre me llamaba "padre Ignasio". ¿Por qué sería? Por aquí, los amigos del "cole" me solían tomar el pelo por mi "parecido"¿?… nada menos que con Arrupe o Ellacuría. ¡Imagínate! Y ahora tu y Carmen me abrumais con vuestros piropos. Menos mal que estoy curado en salud y, me vais a perdonar, pero no me los voy a creer.
Un abrazo y que no nos falte el humor.
¡Qué bueno Iñaki! Ayer leyéndote apagué el PC con una amplia sonrisa! Para nada se me hubiera ocurrido pensar que el “gentleman” de tu foto anterior tenía parecido con alguna superioridad patriarcal… más bien me alejaba de ella, por eso me gustó! Eso, eso que no falte el humor! ¡A saber lo que esto daría de si!
Un abrazo
Veo que este artículo de Iñaki ha suscitado muy buenos comentarios. Incluso se ha comentado su cambio de imagen. Aclaro. Fue él quien lo pidió, como cualquiera de los autores puede hacerlo. En su caso fue por humildad al saberse hoy más viejo de lo que en la otra aparecía. Yo le dije que lo veía tan “despierto y tierno como siempre”. Hoy me doy cuenta que para esa visión le sobraban algunos centímetros de jersey oscuro. Y he recortado su foto como debí hacer en el primer momento. Gracias, Iñaki, por todo lo que nos aportas desde tus ochenta y pico, que a mí me parecen pocos. ¡Que sean muchos más!
Hola Antonio
Me parece estupendo el recorte y espero que , también M. Luisa, le de el Vº Bº.
Por cierto, creo que me tratas demasiado Bien. Me vas permitir que, ya en la segunda infancia, utilice una expresión habitual en los años de colegio…”me tienes peloti”. No se si la usabais en tu tierra. Puedes creerme que yo he recibido de ATRIO, mucho más de lo poco que haya podido darle.
Un cordial saludo y que sigas con el mismo entusiasmo en la pelea.
Ay, Iñaki. El encanto personal nada tiene que ver con la edad. Bueno, si. Quien lo tiene le aumenta con el tiempo, como al buen vino bien cuidado.
No me había dado cuenta del cambio de foto. La verdad, no me acuerdo de la anterior. Esta me encanta.
Un abrazo.
Sí, esta pandemia nos viene a recordar lo que ya sabemos, pero que tal vez apenas pensamos a fondo: Somos vulnerables y más de lo que parece. Aunque en esta reflexión hay que añadir: Somos vulnerables, pero unos más que otros. Y aquí, en esta diferencia de vulnerabilidad merece la pena que nos detengamos: Hay que reducir esas diferencias… Y reducir las diferencias significa también reducir el poder desmedido que incrementa esas diferencias…
Amigo, Iñaki, primero déjame que te muestre mi gran sorpresa por la sustitución de tu foto, yo ya tengo una edad en la que sin ningún rubor puedo confesarte lo muy atractivo que te encontraba en aquella otra foto, tu porte, tu elegancia, tu sonrisa…no es que en esta no seas tú pero echo en falta algo…en fin no me hagas demasiado caso
En cuanto al tema, yo soy de las que piensa que de toda crisis puede sacarse algo bueno. El tiempo me ha curtido de manera que el confinamiento no ha representado para mí ninguna novedad, siempre he vivido un poco con él a cuestas fortaleciéndome, aunque sin duda éste ha sido tan especial que he sentido en todos estos días la experiencia de vivir el sufrimiento ajeno.
Somos, en efecto, seres vulnerables pero creo que de esta crisis saldremos tod@s forlalecido/as
Un abrazo!
Hola M. Luisa
Pues veras y no quiero que te sientas culpable. Diría algo así como que… mi inacabable proceso de aprendizaje de intentar vivir en la realidad, gracias a ATRIO y principalmente de tu mano, me pedia una actualización de imagen. En este sentido, aquella foto era una mentirigilla que me situaba totalmente fuera de la realidad. Creo recordar que está sacada hace más de 20 años, en una Feria de Muestras industrial, cuando daba mis últimos coletazos como ejecutivo, por cierto sin demasiado éxito.
Estoy de acuerdo en que de esta crisis se saldrá, de un modo u otro, mejor que como estábamos anteriormente. Yo la mía la pasé entre 1990/95 y aquí sigo, vivito y coleando, disfrutando, entre comillas, de la propina. La actual la contemplo desde la atalaya de los 80 y pico, más bien como espectador del sufrimiento ajeno. En fin, seguro que todo evolucionará a mejor.
Un abrazo
Pero Iñaki, la realidad bien puede concedernos algún que otro guiño, no? ¡Bien es broma!
Te leí el otro día que nos contabas la crisis que como empresario tuviste que afrontar en una época que recuerdo fue difícil para muchas personas, sin embargo, lo bueno tuyo es que ahora al contárnoslo con un poco ya de perspectiva le pongas estos puntitos de humor al asunto… tú fuiste quien pudo con todo aquello, no fueron las pastillas!!
Iñaki de SS, gracias por ponernos en la realidad y por coincidir contigo, de nuevo, por estos lares….Creo que acertaste en la descripción y definición de la precaria situación en que nos movemos ahora mismo…Podemos decir, con el antiguo adagio latino, “Sic transit gloria mundi”…No nos sirven las cosas de aquí abajo cuando las usamos mal y provocamos no sólo injusticias sino crueldades, no sólo individuales sino sociales, no sólo en el capitalismo sino en el socialismo, no sólo en la familia sino en la nación, no sólo colectivamente sino individualmente
De donde se deduce que lo más importante para ese equilibrio social es una moral que nos haga mejores personas para que podamos dar y darnos a los demás. Al fin y al cabo ese es el ideal evangélico con la diferencia es que no se trata de una moral “a mi manera” sino de la manera “que debe ser”, sin buscarnos a nosotros mismos sino sólo buscando la imitación del Bien, aún en nuestra miseria e imperfección humana.
De otra manera los títulos, las riquezas, los placeres se quedan en nada, si no los ordenamos apropiadamente al bien superior que marca nuestro destino trascendente. Porque solo dándonos nos encontraremos “a nosotros mismos” ….a la “tarde” de la vida.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Hola Santiago
Soy yo el que agradece tu amable comentario, encantado de coincidir contigo una vez más. Si a veces me siento un poco distante es, quizá, porque a la vejez trato de mantenerme un poco más en el terreno de la inmanencia, dejando a la trascendencia como último recurso.
Un saludo cordial.
Desescalada interior, reflexión espiritual ante la vulnerabilidad humana. Os lo recomiendo. Javier Melloni habla en una entrevista de Ignacio de Loyola y por tanto de nosotros mismos.
https://youtu.be/CTBIZr_2-MU
Muchas gracias, Iñaki. Un abrazo.
Hola Pilar
Para mi, siempre dices verdades como puños. No veo quimeras por ninguna parte. Seguro que, en tu entorno más o menos próximo, estás dejando una huella imborrable.
Un saludo cordial
Hola Asun
Se me ha colado la respuesta a Mª Pilar. Disculpas
Muy interesante la entrevista a Javier Melloni. Vamos a ver si eso de la desescalada interior se va haciendo realidad poquito a poco y esperemos que sea verdad eso de ….un grano no hace al granero, pero ayuda al compañero.
Un cordial saludo
Gracias a ti, Iñaki. Te deseo sigas con esa fuerza interior que transmites. Somos vulnerables, reconocerlo nos abre horizontes.
Un abrazo.
Gracias Iñaki.
Pero… el poder, es el poder; y los que nada tienen, les guste o no, seguirán ayudando para poder…al menos comer… triste realidad.
Si pudiéramos de verdad ¡parar! para que de alguna manera el poder pruebe de la misma medicina que obliga a tomar; quizás, comprenderían, que:
Sin esas personas que ellos ignoran… y que poseen los mismos derechos inalienables, para vivir con dignidad… de nada les serviría, todo el poder que ostentan.
No pierdo la esperanza, pero visto lo visto…
Quizá solo sea una quimera que me persigue desde…ni sé.
Un abrazo entrañable.
Disculpas Mª Pilar, mi respuesta se ha colado en terreno Asun.
Saludos
Creo que el pensamiento de la mayoría de las personas va a dar un giro hacia el Somos. Por lo menos se lo va a plantear. Es imposible que no sea así. Este virus ha sacudido con fuerza todo lo que pensábamos asegurado. Es imposible que no haya una respuesta. Imposible.
Ya veremos cuál. No puedo evitar ser optimista es ese aspecto.
Cuídate mucho.
Hola Carmen
Es fantástico tener la oportunidad de dejarse contagiar por tu optimismo.
Por cierto, en la Meditación de la Técnica estas peleando a brazo partido. Me admira tu combatividad.
Un saludo cordial