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Pensamientos

La medicina se humaniza

             No sólo la técnica ayuda a mitigar muchos sufrimientos a los ahora, ya por eso, menos “pacientes”, sino también está triunfando una mentalidad más humanitaria, que no considera tan bueno el sufrir o incluso el hacer sufrir a los demás.

             De niño el médico me recetó un purgante “a tomar con cerveza”; en vano pedí que fuera una gaseosa; de ahí nació un triste reflejo condicionado que me ha impedido gozar del dorado líquido. Adolescente, al operarme de sinusitis, quise ir al quirófano por mi pie; pero por narices, digo, por el protocolo, me obligaron a ir en camilla; después he visto que, al menos a los niños, hay donde se les invita a ir en un cochecito, aplaudiéndoles para darles ánimos.

               Hoy mismo leo que una enfermera afirma que charla con los ancianos del coronavirus en cuidados paliativos y eso les tranquiliza y hace reposar mejor. Yo ya he pasado la pandemia, esperando que después- cuando llegue de verdad mi última hora, se me permita morir em paz, sin encarnizamiento terapéutico. De lo contrario, no lo dude, desde donde sea, escribiré otra carta quejándome de ese retraso en la humanización de la sanidad.

 

Arrepentimiento tardío e inválido

        A los 75 años de la derrota del nazismo los obispos alemanes han pedido perdón por no haber condenado la persecución a extranjeros y judíos ni una guerra injusta. Al contrario, pidieron a los soldados que se sacrificaran, tocaron las campanas cuando los nazis ocuparon Francia y dieron una justificación religiosa al ataque a Rusia como “la cruzada contra el bolchevismo impío” “Hoy estamos tristes y avergonzados” /…/ que durante mucho tiempo no se haya prestado suficiente atención al sufrimiento y a las víctimas de los demás”. 

          Bla, bla, bla. Porque para que se perdonen los pecados se necesita reparar de modo adecuado el daño ocasionado. Y sólo la diócesis de Colonia tiene más dinero que el Vaticano.

          Y ya que sale el tema ¿qué hizo la “Santa” Sede para reparar a las víctimas del fascismo? Porque lo consolidó con su Concordato y apoyó tras convertirse, por la gracia de Mussolini y no de Dios, en un nuevo Estado, un reino de este mundo, lo que expresamente rechazó Jesús.

         En España, todavía mucho peor que en Alemania, los obispos se han negado directamente, y desde hace más tiempo, a condenar el franquismo, a pesar de las peticiones de no pocos fieles y parte del clero. Y eso que su apoyo al régimen (eliminados unos pocos disidentes) fue mucho más importante aún que en Alemania, desde el primer día. No hablemos de las inexistentes reparaciones por parte de esos “príncipes de la Iglesia” que hoy incluso se niegan a contribuir con impuestos a la carga común de los ciudadanos. Pero “diciendo las verdades se pierden las amistades” y los Gobiernos hasta hoy mantienen un Concordato anticonstitucional porque, como argumentaban los prelados para que se firmara “un cura hace más para mantener el orden que dos guardias civiles”. Más claro, agua.

 

 Falsos cristianos y ateos   

                      En plena pandemia, unos autodenominados “Abogados cristianos”, en vez de abogar por lo que predicó Jesús: ayudar a sus prójimos, hoy tan aquejados de enfermedad y creciente pobreza, como hizo el buen samaritano, insisten de nuevo en que se castigue civilmente (contra la Constitución) a un comediante Willy Toledo, por blasfemar.

                      Tampoco es adecuada la posición de ese artista en escándalos que le den fama y dinero. Sus provocaciones no hacen sino reafirmar a sus adversarios en sus posturas, lo que hace sospechar que ese hombre, o no es muy listo, o come a dos carrillos. Porque un ateo coherente no puede maldecir en serio al que cree que no existe.

                       Sólo un cristiano puede blasfemar de verdad, pues cree que Dios existe; más aún, si cree que Él está en todas partes, también afirma esa invisible omnipresencia, ese misterio, cundo dice, como Willy Toledo, “me c… en Dios”. Debemos, pues, preocuparnos de las muy graves y urgentes crisis que tenemos, no de falsos abogados cristianos ni de perjudiciales provocadores ateos, que perturban nuestra convivencia y nos distraen de atender a nuestros gravísimos problemas actuales.

2 comentarios

  • mª pilar

    Martín, un gran abrazo, y por supuesto me uno a sus protestas, todas ellas con un gran sentido común.

    Aunque lo que está por venir, nos puede dar en plena cara…por como van actuando algunas…muchas… personas.

    Tenemos que seguir mostrando la otra cara de la moneda; dado, que en este país, sigue teniendo un incomprensible “sabor” al dictador.

    Muy triste, pero contra esa incongruencia, mantengamos la dignidad de seguir avanzando con esperanza.

  • Carmen

    No sé mucho de historia, a lo mejor por eso mismo no recuerdo un solo momento histórico en el que la iglesia haya dado la talla. Ni uno.

    Sobre la segunda guerra mundial si he leído cosas. Y sobre el fascismo, el nazismo y el nacional catolicismo. Y sobre algunas dictaduras de Latinoamérica. La posición de la iglesia, la postura oficial ha sido sonrojante en todas estas situaciones. Por no emplear otra palabra.

    Cierto que siempre ha habido personas católicas que a nivel individual se la jugaron.  Laicos, sacerdotes y hasta obispos .Y muchos perdieron. Muchos. Pero la postura oficial de la iglesia no tiene perdón de dios. Lo que tiene son muchas excusas.

    En fin. Ni caso. Porque lo que importa son las personas, cada una de nosotras. Y el que se quiera escudar detrás de sotanas negras, rojas o blancas, es su problema.

    Me ha gustado lo que ha escrito. También yo pido morir con dignidad y cogida de la mano .

    Cuídese.