Voy a publicar esta tarde del sábado dos artículos que me han sido sugeridas o enviadas por sendos amigos. Son muy diferentes, pero las dos muy humanos y reveladores para mí del gran corazón con que estos dos amigos están siguiendo esta trágica pandemia. El alarmante grito sobre la enorme hambruna, que si las instituciones no lo remedian, multiplicará por mucho el número de muertos ya causado por el virus, nos lo envía, a través de eldiario.es, el gran corazón de Nacho Dueñas. Y el siguiente precioso relato interior que veréis es del no menos izquierdoso lograñés, amigo de Juan Luis Herrero, Pedro Zabala. AD.
EFE, Naciones Unidas, 24-4-2020.
La pandemia del coronavirus y su parón económico, unidos a las crisis humanitarias ya existentes, han creado una “tormenta perfecta” que amenaza con desencadenar “hambrunas de proporciones bíblicas”, según el jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley.
En una entrevista con Efe, Beasley -que acaba de recuperarse del virus- asegura que la enfermedad ha llegado en un momento “ya muy frágil” para el sistema humanitario y que sus efectos van a “causar estragos” alrededor del mundo.
Según cuenta, durante los últimos meses ya había ido alertando a los líderes internacionales de que 2020 iba a ser “la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial” como consecuencia de las guerras en países como Sudán del Sur, Yemen o Siria, los problemas en la región del Sahel, la plaga de langostas en África oriental y los efectos del cambio climático.
“Pensaba eso antes del COVID”, subraya Beasley, que calcula que la pandemia puede poner en riesgo de morir de hambre a unos 130 millones de personas más, que se sumarían a los 135 millones que su agencia ya preveía que estuviesen en esa situación.
MILLONES DE PERSONAS PUEDEN MORIR DE HAMBRE
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ayuda de forma cotidiana a unos 100 millones de personas a acceder a comida y, de ellos, unos 30 millones dependen en exclusiva de esa asistencia para alimentarse. “Si perdemos acceso o dinero para esos 30 millones… Uno no puede estar sin comida durante un par de semanas”, apunta Beasley.
Según subraya, si el avance de la pandemia no se controla, podrían verse “hambrunas de proporciones bíblicas” y una catástrofe humanitaria “nunca vista durante nuestras vidas”.
Entre las prioridades del PMA, figura conseguir que se mantenga en todo momento la cadena de suministro y disponer de los fondos suficientes para apoyar a los lugares más vulnerables.
ESTRATEGIAS COORDINADAS
En ese sentido, al jefe de la agencia reconoce que le preocupa que el golpe económico que la pandemia está suponiendo para varias potencias limite su capacidad para donar fondos a las operaciones humanitarias y que las restricciones para combatir la enfermedad puedan dificultar el movimiento de alimentos.
“Estamos intentando trasladar a los líderes que no se puede pensar únicamente en el impacto del COVID a corto plazo o desde un punto de vista sanitario. Tiene que ser una perspectiva total”, explica por videoconferencia desde Washington.
“Tenemos que resolver esto juntos y tenemos que mantener un pensamiento estratégico juntos, porque si no, todos vamos a perder”, insiste.
El riesgo, según Beasley, es que las consecuencias económicas de la pandemia terminen por costar más vidas que la propia enfermedad.
Por ello, el PMA urge a los Gobiernos a no imponer vetos a exportaciones, restricciones en los controles fronterizos o cierres de puertos u otros puntos logísticos por los que fluyen los alimentos.
Por ahora, asegura, la cooperación de las potencias con la ONU y su compromiso para mantener la ayuda a los más necesitados están siendo muy sólidos, pero resulta obvio que por delante quedan “días difíciles”.
La alternativa, insiste Beasley, es que la gente “se muera de hambre”.
ÁFRICA, EL GRAN RIESGO
En las zonas más vulnerables al hambre, sobre todo en África, el PMA está tratando de anticiparse a las necesidades antes de que el coronavirus impacte con fuerza sobre el terreno para evitar, entre otras cosas, el riesgo de desestabilización social que puede crearse si se combinan enfermedad y hambre.
“El COVID está entrando en África y las próximas cuatro semanas van a ser muy preocupantes. No creo que en África vaya a hacer algo distinto a lo que ha hecho en otros países. Una o dos semanas despacio y luego empieza a crecer exponencialmente”, explica.
Los estragos de la pandemia, sin embargo, ya se hacen notar en muchos países, incluso si el virus aún no se ha propagado allí, dado el impacto económico de las medidas que se han tomado en otros lugares.
El desplome de los precios del petróleo, por ejemplo, es devastador para Sudán del Sur y el del turismo para Etiopía, dos Estados que figuran entre los peores del mundo en cuanto a su situación alimentaria.
Pero el peligro no se limita a África, con países como Yemen, Siria, Haití o Venezuela también con crisis muy graves, según el último análisis del PMA.
“Esta pandemia es un asunto global, todos estamos en el mismo barco y tenemos que trabajar juntos”, insiste Beasley.
Pues aquí tienen el porqué Italia y España reaccionaron tarde. Era tan enorme la crisis económica que se planteaba ante el cierre de la economía que sencillamente no aceptaron la realidad y se abrazaron a la opción de la circulación libre del virus. Se llama fase de negación. Y eso está estudiadisimo en psicología. Ante una crisis, lo primero es negarla. Y también en psicología de grupos. Pero claro, la realidad acaba imponiéndose.
Voluntad de engaño? No lo creo. Sencillamente fase de negación. Ante qué? Ante que el virus era malísimo y…pues no. Ante las consecuencias económicas. Porque claro, esto es una crisis sanitaria y económica. Está clarísimo, pero no ahora, desde el minuto uno, cuando China cerró. Desde aquello del mobile o como se llame de Barcelona. Y claro, los que dirigen el país lo sabían mejor que nadie. No lo pudieron asimilar y negación al canto. Buscando nada menos que al paciente cero cuando estábamos sembrados. Hablando de casos importados cuando eran nacionales. Error? Diría que enorme, pero lo entiendo. Italia y España fuimos los primeros. Y además nos encanta abrazarnos y besarnos. Pues el virus encantado. Los seres humanos, humanos somos. Y nos equivocamos.
Nos enfrentamos a una crisis mundial. Dicen que el capitalismo liberal , salvaje o no sé qué, pero el socialismo también lleva un siglo en vigencia, la revolución de octubre fue en el 17. Ha tenido un siglo para convencer. Y tampoco lo ha conseguido.
Así que habrá que ir pensando en buscar algo que convenza a todos. Digo yo, no sé. Ese para mí es el desafío.
Y pienso que como el Dinero, con mayúsculas, los que manejan el Dinero no respondan ante esta crisis, volveremos a la edad media. No hay otra. A día de hoy esa es la realidad. Se puede negar, claro que se puede negar todo. Hasta que la tierra da vueltas alrededor del sol, pero se mueve.
En fin. Estamos en una buena.