En estos sesenta días que todos hemos tenido de confinamiento y en lo que nos queda hemos tenido ocasión de leer informes y seguir programas en los que expertos nos han instruido sobre lo que es este nuevo virus que ha provocado la pandemia COVID-19, que al principio algunos científicos creyeron que no iba a difundirse (como el SARS o el MERS) o que en caso de difusión crearía la inmunidad de rebaño, al contagiarse más o menos gravemente el 60 % de la población, como preveía la científica y gobernante señora Merkel. Estos días, cuando se está doblando la curva ascendente de la infección hemos sabido que en España menos del 5% ha adquirido antivirus. Seguimos por tanto pendiente de la vacuna como única solución. Miles de científicos, colaborando en cientos de centros y equipos de investigación, están lanzados a una carrera para ser los primeros en descubrir o poder fabricar los miles de millones de dosis de vacunas que serán necesarias. Ojalá que llegue pronto, antes de un año. Esa es la gran carrera, en la que, además de la salud mundial, están en juego inmensos intereses económicos y geopolíticos.
Hoy quiero presentaros un portal que mejor que cualquier otro, para mí, presenta el progreso de esos descubrimientos encuadrados en la vida personal y familiar de cada una de los investigadores. Es una serie de reportajes semanales en inglés que va por su 5º episodio y que une información científica con cultura de equipo y opiniones éticas. Su título es The Road to a vaccine, accesible por YouTube.Está solo en inglés (aunque con subtítulos y traducción automática al español), dirigida por una famosa presentadora (Lisa Ling) y patrocinada por Johnson&Johnson. A mí, personalmente, me ha interesado mucho y cuando he visto que se tratan los temas con un interés universal y no particularista (negocio para una multinacional) ni nacionalista (“first America”) me he decidio a recomendarlo en ATRIO. Este es el 5º episodio (se emite los martes, como nuestro curso taller “Meditación sobre la técnica“), en cuya primera parte que se hace un especial homenaje a la profesión de enfermeras y enfermeros, que celebraron su día internacional ese martes 12. AD.
No sé cuantos de vosotros habréis podido seguir este vídeo. En teoría 111 personas han entrado en esta página, pero no me consta cuántos han visionado el vídeo. Ya decía que me ha ayudado el poder verlo con subtítulos en español, a partir de ver opciones en el menú de abajo (la rueda dentada a la derecha, antes de “You Tube”). Y he encontrado que se han tratado algunos temas novedosos entre lo que aquí se suele ver. Voy a indicar un ejemplo.
En el minuto 39.25 se ha presentado el testimonio de un psiquiatra (Dr. Husseini K. Manji) que está investigando sobre el impacto que está produciendo la crisis en la salud mental. Y no se ha quedado en estadísticas de casos de crisis agudas o suicidios en enfermos confinados. Ha descrito muy bien cómo el bombardeo de malas noticias, la soledad y la incertidumbre provoca traumas en la salud mental. Qué remedios se pueden emplear para atenuar estos síntomas, sobre todo en niños y personas frágiles. ¿Como se pueden pedir ayudas de tipo psicológico y cómo es necesario que se doten más los servicios de asistencia psicológica, psiquiátrica e incluso espiritual, pues está probado que las prácticas de relajación y meditación pueden ser muy eficaces?
Antes de publicar el siguiente episodio de esta serie en vivo intentaré hacer este ejercicio de extractar este tipo de resumen. Y si alguien sabe de un programa semejante a este en español que resuma lo que se está haciendo en esta carrera hacia la vacuna y remedios a la pandemia, que me lo diga. Porque, con la desescalada no acaba el problema ni mucho menos. Y ATRIO sigue con la misión de ayudarnos a todos a transitar por estos “años veinte del presente siglo, que ya desde octubre de 2018 -ver editoriales https://www.atrio.org/2018/10/atrio-se-prepara-para-los-anos-veinte/ y https://www.atrio.org/2019/12/en-la-aurora-ya-de-los-anos-veinte/– nosotros considerábamos como muy difíciles, aun sin prever nada de la pandemia.
Reconozco que de economía pues ni idea, salvo la doméstica. En eso soy una número uno. Como casi todas.
Ahora está claro que hay que empezar a abrir la economía. Eso también lo entiendo, porque en realidad es como economía doméstica. Pero que Europa abra frontera para eso del turismo, me rompe la cabeza.
Porque claro. El virus está. Creo que es en lo único que están de acuerdo tirios y troyanos. Pues lo doy por cierto.
Si tu abres las fronteras con la finalidad de que tu país se llene de personas de otros países, pues habrá en tu país muchas más personas en los meses de julio, agosto y septiembre. Eso también parece indiscutible.
Otro acuerdo es que el agente transmisor es el ser humano. Pues digo yo que a mayor concentración de transmisores más probabilidad de contagio.
Entonces, de repente, en pleno mes de agosto, zas, rebrote. Qué se hace con esa superpoblación? Porque aquí se puede contagiar toda persona humana. Se quedarán en los países como Italia, Francia, Grecia, Portugal, España… que son destinos turísticos por excelencia? Pero si se ha demostrado que no somos capaces casi ningún país de cuidar a nuestros propios enfermos porque la sanidad, o sea, se ha desbordado. Qué se hará entonces?
Porque si pensamos un poquito casi todos los destinos turísticos son países del sur de Europa. Luego el problema nos atacará de lleno, como siempre.
Por supuesto que está la economía en un sinvivir. Por supuesto que hay que abrir. Pero , no sería más lógico que este verano cada ciudadano realice su viaje dentro de su país? No debería de ser un turismo interior este verano?
Porque si te pones malico tu país es el que tiene la obligación de atenderte sanitariamente. Pero y si te pilla en Italia? Y si a un alemán le pilla en España. Creo que se esperan millones de turistas . También se lo contagioso que es este virus.
No entiendo nada. Creo que este verano los países del sur de Europa se la juegan. Y pienso. Tantos días encerrada, tantos días sin ver ni a mí familia. Tantos días eternos….
No entiendo nada.
No puedo acceder a la traducción al español de este vídeo. Pero voy a opinar sobre la farmacología en general, estando de acuerdo completamente con la ha escrito Juan Antonio. Vinagre.
Aunque se hable más de otros grandísimos negocios por ser infinitamente perversos como el comercio de armas, la droga o la prostitución, la farmacología la dejamos al margen en este concepto de inmenso negocio, porque sus productos nos curan de nuestras enfermedades y son absolutamente necesarios. Pero, como dice Juan Antonio, como su precio sería inaccesible a título individual para la inmensa mayoría de la población, es el estado el que se encarga de que lleguen a l@s pacientes.
Yo he visto en Suiza a los dueños de productoras farmacéuticas que no saben qué hacer con el dinero que ganan, a pesar de que invierten mucho en cultura, por ejemplo museos impresionantes, o bibliotecas. Pero este tipo de enriquecimiento lo vemos normal, cuando la factura de los estados que pueden pagarlos, es inmensa, mientras que los estados empobrecidos, que no pueden hacerlo, ven sometida a la población a cantidades ingentes de muertes que se podían haber evitado.
Si consiguen llegar a una vacuna, se empezaría por lo países que puedan pagarla, y los que no puedan hacerlo, se verán condenados a su mala suerte, como ocurre con el ébola u otras enfermedades por las que poco o nada se hace, ya que no nos tocan a nosotros.
Y, desgraciadamente, el mundo sigue girando por dos órbitas diferentes según la riqueza o la pobreza del lugar en el que se viva. A pesar de que el coronavirus nos está demostrando que no distingue ni clases sociales, ni fronteras.
“Yo he visto en Suiza …”
SUIZA: PARAÍSO FISCAL
OTROS: EEUU – BAHAMAS – INGLATERRA – LUXEMBURGO ETC.
¡todos buenos muchachos!
Sólo una simples reflexiones, que son ya tópicos, pero que por su gran importancia, por su decisiva importancia en muchos casos, merece la pena repetirlas insistentemente:
En temas de salud no debe privatizarse la investigación y sus resultados. La medicación debe estar al alcance de todos, comenzando por los menos pudientes o necesitados. No comenzando por los más pudientes. No es aceptable una sanidad ni una medicación para ricos y otra, menos eficaz, para pobres o trabajadores de a pie.
En este sentido, hay que humanizar la medicina. La investigación médica y la medicina aplicada deben tener ética y sentido solidario. Por tanto, medicina con ética; investigación con ética y con sentido solidario. Sin sentido ético y solidario, nuestra sociedad en vez de humanizarse, se convierte en un mercado elitista y en un campo de negocio obsceno, repugnante, degradado. En algunas medicinas suben tanto los precios que, si el Estado no ayuda, los pobres se quedan en total desamparo. ¿Esta actitud no es un modo -obsceno, sí- de obligar a los Estados a comprar medicinas muy caras con el dinero de todos o a que perezcan los “menos fuertes”?
En suma, la medicina y la investigación privadas deben desarrollarse y aplicarse con ética o deben desaparecer por inmorales, por inhumanas… (No me parece que sean demasiado fuertes estas palabras, si se piensa bien lo que cierto tipo de privacidad conlleva.) En este sentido es necesario revisar el “estatus” poderoso de algunas multinacionales farmacéuticas… y alimentarias etc. ¿Será esta pandemia una buena ocasión para revisar y corregir abusos desmedidos, ajenos al dolor de tanta gente indefensa?