Antes de acabar este día, agradecemos que desde La Rioja un amigo de Juan Luis Herrero del Pozo nos recuerde esta celebración mundial de una instancia cuyo olvido relegación a último plano nos está constando tan caro. AD
“NO OS DEJÉIS ROBAR LA DIGNIDAD”, exhorta del Papa y cada persona que ve a otra sufriente y se aproxima a ella haciéndose, así, su prójimo.
Sin embargo, que fácil está siendo pisotear la dignidad en este mundo globalizado. Todo está a merced de un sistema económico y social que engorda y crece con el hambre, la miseria y el sufrimiento de gran parte de la población; que, por no tener las mismas oportunidades que los demás, se ve condenada a una sucesiva violación de sus derechos humanos.
Hoy, 28 de abril 2020, es el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo. Son muchas las personas trabajadoras y familias que se encuentran en una situación de inseguridad y miedo. No sólo por la pandemia del coronavirus, sino por otra pandemia ¡terrible y mortífera! que se llama indiferencia.
En el año 2019, cuatro personas trabajadoras murieron en La Rioja por accidente laboral (en España fueron 695 personas las que murieron en el trabajo) y en los tres primeros meses de 2020 han fallecido otras cuatro en La Rioja. Imaginemos a nivel de toda España (no hay cifras consolidadas, aún).
Son muertes violentas, inesperadas; se sale de casa para prestar un trabajo a la sociedad y ya no se retorna al hogar, a la familia. Además de las muertes, hay accidentes laborales muy graves que generan lesiones que incapacitan para toda la vida y en los que, en la mayoría de los casos, las familias sufren un cambio radical en sus vidas.
Tenemos que añadir que la crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid-19 ha pillado a muchas empresas sin planes de seguridad y de salud laboral. Centros públicos, incluso sanitarios, con medidas tan precarias que no han permitido hacer frente a lo que venía. Fruto de los recortes y, también, porque -simplemente- la salud en el trabajo no forma parte de las prioridades de quienes dirigen la producción y los servicios. Con el añadido de la resistencia institucional a considerar como enfermedades laborales aquéllas que se producen en el trabajo.
Quienes creemos que todo esto se puede evitar pedimos, una vez más, el compromiso de políticos, empresarios, sindicatos, Inspección de Trabajo, comités de Salud Laboral…, entidades de todo tipo, cada cual en la medida que le corresponda, se pongan a evitarlo de una vez por todas.
Queremos denunciar aquellas políticas que pretenden salir de esta crisis con medidas caducas, volviendo a la reforma laboral. Eso es no conocer ni querer enterarse de qué es la precariedad y el esfuerzo de tantas familias por sobrevivir. Carencia de “encarnación” se llama esto, en términos cristianos.
Desde HOAC no queremos olvidar a los hermanos y hermanas más empobrecidos/as de la clase obrera. Por eso decimos con el Papa Francisco: “no permitáis que la indiferencia no deje brotar las lágrimas”. Que la verdadera compasión nos mueva a transformar tales injusticias que generan tanto sufrimiento.
Hermandad Obrera de Acción Católica de La Rioja.
Ángela Yrureta. Presidenta de HOAC-Rioja.
Logroño , 28 abril de 2020.
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