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Pensamientos decapitados no, gracias

     El clamor de la catástrofe ha roto el caparazón de los que a sí mismos dan en llamarse filósofos. Se han reunido algunos de los más papel cuché, tocan a rebato con rebatiña al grito de hay que repensarlo todo. Ahora resulta que esos filósofos caviar, precisamente los que tienen derecho a roce con sus poderosos amos, de los cuales son su voz, caen en la cuenta de que conviene cambiar de pensamiento. Pero si son filósofos ¿por qué tantas prisas ahora, es que acaso antes de la pandemia no pensaban? Ser profetas después de la catástrofe para acomodarse a ella no es lo propio de los filósofos, los cuales -como Hegel dijera- son amigos no sólo del búho de Minerva, el cual piensa incluso por la noche, sino también de la batalla contra la injusticia durante el día, como añadiera Marx, ese pensador apestado para la gran mayoría.

     Yo me pregunto sinceramente qué va a salir de esas reuniones filosofales, cuando la mayoría de ellos hicieron no haciendo lo que deberían de haber hecho, es decir, cuando se costaban al Diktat del desorden establecido contra el que nunca hicieron nada excepto engordarle hipócritamente. A mí, que conozco bien el paño de esa arca, no me extrañaría que se reuniesen para aumentar el poder académico de sus departamentos, mejores dotaciones para “investigar” sus chorradas, la cátedra aún más barata, y seguir mamoneado. Por supuesto, también se reunirán para empoderarse cual subespecies de la ideología de género, para aumentar el número de sus capitulaciones y, en definitiva, para potenciar la patología con la cual funcionan en sus ínsulas Baratarias. Y luego los homenajes, antepóstumos, póstumos y postpóstumos: a morir, que son dos días, todo sea por un repolludo epitafio académico sobre un cenotafio, que en griego significa caja vacía.

     Nadie espere -desde luego yo no- que estos alevines de pensadores se opongan a los bancos, que tampoco en esta ocasión serán parte de la solución, pero siempre del problema, como sucedió en la crisis de 2012 y en cada una de sus crisis cíclicas. ¿Y qué van a decir los novopensadores de los ejércitos? ¿Esperan ustedes que alguno de los sabios reunidos no aplauda a las ocho en punto de la tarde, hora taurina, a los ejércitos que fumigan los virus, pero que lanzan las bombas, que enseñan a sobrevivir matando y a inflar la deuda infinita de los presupuestos económicos estatales a costa de lo que debería destinarse a mejorar las escuelas? ¿Y de la democracia partidista al uso, ¿se atreverá alguno de esos pretendidos ilustres a defender la democracia moral contra la cleptodemocracia? ¿Harán, en fin, algo realmente revolucionario, además de darle a la sin hueso de la razón dialógica? ¿Serán capaces de una acción profética?

     Yo nunca he jugado en esa liga de monosabios aspirantes  el ascenso a primera, estoy desligado de ella porque quiero una revolución personalista y comunitaria, donde el sufrimiento del otro sea parte constitutiva de mi propia identidad, aunque ello cueste tiempo, dinero, y hasta la vida misma, al fin y al cabo, ya he vivido mucho con fibrosis pulmonar. Para que haya un día en que todos al levantar la vista veamos dignidad. Pues todo pensamiento que no se decapita desemboca en la trascendencia activa.

4 comentarios

  • Javier Peláez

    En general,tampoco conviene hacerse muchas ilusiones que vayamos a aprender mucho….No obstante ,conviene señalar algunas cosas…A mí no me gusta que salga un militar del Comité Técnico diciendo que somos soldados estando confinados….Desde luego,la guerra no consiste en un confinamiento,parece que en la guerra hay cierta interacción aunque sea a base de pepinazos…Yo que soy antimilitarista agradezco que la UME haga lo que hace y me parece mal que un concejal de la CUP de Vic diga que hay que toserles….Ahora bien la UME es un servicio casi de protección civil que es militar,pero podría no serlo… También hay que agradecer que en Madrid estén ayudando Médicos del Mundo y MSF en los protocolos de prevención; gente que sabe de otras pandemias en otras partes del mundo….Los profesionales sanitarios no son soldados; son profesionales sanitarios….Tampoco,siendo el asunto una tragedia,esto no es la guerra civil….Aunque a mí no me gusta hablar de cifras porque evidentemente los números son fríos y porque conozco personas infectadas ,familiares,familiares de amigos y lo que veré cuando vuelva al tbjo del Sermas,no conviene olvidar que en la batalla del Jarama en 27 días murieron entre 11.000 y 17.000 personas….Por no hablar de la mucha gente que muere en el mundo por hambre,enfermedades y guerras absurdas….Por otra parte,en cuanto a los bancos ya algunos en una operación de marketing se aprestan a donar dinero a la sanidad pública….Donaciones a la sanidad pública siempre ha habido,yo recuerdo que a un hospital una señora , bastante agradecida,le donó unas tierras que tenía…Yo he tenido que asesorar sobre estas cosas….En general,ya se sabe lo que dijo Jesús: que no sepa tu mano izda lo que hace la derecha…Ya se sabe que todas estas operaciones de generosidad son bienvenidas,pero claro todo esto es más bien marketing….Por lo demás yo no conozco mucho el mundo de los filósofos ( a Carlos Díaz le he leído algún libro y me gustó),el de los abogados algo….En mi mundo jurídico del personal sanitario creo que nos ha caído un ” meteorito” encima…Cuando pase todo esto,si es que sobrevivo que creo que sí porque mi socialidad es nula, la  que se nos  viene encima…. De todas maneras en la vida no conviene quejarse uno tiene tbjo,comida,una hija,buenos amigos…y un tbjo interesante….

  • oscar varela

    Hola!

    ¿Será este un vómito “filosófico”?

    Lo parece!

  • Yo Comparto lo de Gonzalo y hago mío el ultimo párrafo de este articulo. 

  • Gonzalo Haya

    Estos días podrían servirnos para asimilar que “el sufrimiento del otro sea parte constitutiva de mi propia identidad”, y esa la enseñanza de Jesús cuando dijo que lo que hacemos al necesitado, a él se lo hacemos. Y en eso consiste el incomprendido misterio de la encarnación: que hasta Dios mismo siente que “el sufrimiento del otro forma parte de su identidad”.