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Eutanasias

          En el debate que se está produciendo a propósito de la proposición de ley sobre la eutanasia,  aprobada recientemente en el parlamento, una de las posturas más pintorescas –por decirlo de una manera suave− es la de la jerarquía eclesiástica. La razón que dan los señores obispos para oponerse es muy clara: “Sólo Dios puede disponer de la vida humana”, “Tenemos que vivir hasta que Dios quiera”. Yo estoy muy de acuerdo en que sólo Dios puede disponer de la vida humana, pero entonces me pregunto: ¿Cuándo dispuso Dios que había que quemar a los herejes? ¿A quién se lo dijo? ¿Tenía el Tribunal de la Santa Inquisición hilo directo con la divinidad?

     

    Cuando en el evangelio de Lucas los apóstoles Santiago y Juan, muy cabreados porque en una aldea samaritana no habían querido recibirlos, le proponen a Jesús que venga fuego del cielo y los consuma, lo que reciben es una buena reprimenda. ¿Será que luego Dios se lo pensó mejor y le pareció que no estaba mal eso de consumir en el fuego a los herejes? Además no hacía falta que bajara fuego del cielo, en la tierra se podía montar una buena hoguera.  Seguro que la jerarquía de entonces opinaba que  tener una teología distinta a la de la Santa Madre Iglesia era mucho peor que no recibir a Jesús, y que bien estaban quemados.

    Según todo lo que nos cuenta la Historia parece que para la jerarquía eclesiástica lo malo es disponer de la propia vida, disponer de la de los demás importa menos. Eso debían pensar cuando montaban unas guerras de religión que eran la leche. Claro que no todo el mundo puede disponer de la vida de los demás, porque si es un médico el que dispone de la vida del moribundo, eso es un pecado muy grave.

    Tenemos que vivir hasta que Dios quiera, cierto, pero ¿no le podemos pedir una anticipación del final? Yo creo que no se puede hablar de eutanasia en singular, como si hubiera un modelo único. A mí me parece que hay dos eutanasias muy distintas: la eutanasia de la esperanza y la eutanasia de la desesperanza. La de la desesperanza es la del que cree que aquí se acaba todo. Si tiene un final doloroso ¿por qué obligarle a resistirlo? Déjalo que acabe con el recuerdo dulce de los buenos momentos de la vida.

    La eutanasia esperanzada es la del que cree que el final de esta vida no es el final de la Vida. Que al otro lado va a encontrar un padre amoroso que no se goza en el sufrimiento de nadie. La del que recuerda al Padre del hijo pródigo. Un hijo que no volvió porque se arrepintiera, volvió porque tenía hambre y sabía que en casa de su Padre había pan en abundancia. La esperanza te lleva a sentir que, si el dolor aprieta hasta el fondo, puedes llegar a casa del Padre y decirle: Padre, no podía más y aquí he venido, recíbeme como a otro hijo pródigo. Un viaje con la confianza en el Amor infinito y el infinito perdón.

17 comentarios

  • GIORDANO BRUNO

    El término exacto es : “Encarnecimiento terapéutico”.Perdón y gracias.

    • Asun Poudereux

      Gracias, por todo, amigo atriero. Y nada que perdonar. No somos perfecto, pero sí completos.
      Un abrazo y feliz tarde.

  • GIORDANO BRUNO

    Tenía un amigo, dominico, Angel, que me comentaba sobre la serie de tonterias que habría dicho sobre la depresión, hasta que lo comprobó en persona lo que era realmente una depresión. Pues eso que el común de la gente suele decir: Tu lo que tienes que hacer es, “salir y divertirte”. Ya. Pues eso, una tontería.

    Se dio cuenta que una auténtica depresión es algo mucho más serio. En sus palabras: Escomo si estuvieras en un pronfundísimo pozo, y solo ves un punto de luz tenue ,muy, muy lejano…Pierdes el apetito de todo, noche y dia en continua ansiedad, y con pesadillas que mejor es no dormir….. Y lo peligroso es, que le muerte sea vista como una liberación……No, la vida no es eso.

    Y recuerdo las palabras de Hans Kung anticipàndose a una posible intervención médica imposible contra un dolor, cuyo limite no está ya al alcance de la ciencia….No quiero ningún escarnecimiento sobre mi cuerpo….Déjenme dormir plácidamente hasta encontrarme con mi Dios, en el que creo, que yo sabré como explicárselo. Seguro que me va a entender…..

     

     

     

    • carmen

      Leí una entrevista que le hicieron a Hans Küng. A lo mejor es la misma que dices. Conmovedora.

      También he pasado por una depresión. Tuve suerte , no me duró mucho tiempo. Meses. Con psiquiatra y todo el jaleo. Pero ya te digo, tuve suerte. Pude con ella. Recuerdo que a un amigo se la describí como caer en una piscina que no sabes la profundidad y caes, caes, caes… y solo piensas en llegar al suelo para dar una patada al suelo y salir, llegar a la superficie del agua. Estuve dos meses sin conseguir dormir, dos.

      Y si. A veces la muerte se ve como una liberación.Creo que muchas personas, muchas, lo hemos sentido alguna vez. Un día hablando con una amigo quico en el funeral de alguien que se había suicidado le dije: pues a veces la muerte es una liberación, o te crees que lo es, alguna vez lo he pensado, había una ventana que me llamaba.Y Me dice. Pero no lo has hecho.No. Y siguió diciendo, yo tampoco y a veces …y siguió diciendo, no se, a lo mejor algo nos detuvo. Me dejó helada .Inimaginable. Y es que somos todos distintos, irrepetibles, pero en el fondo somos todos muy parecidos.

      No veas como te entiendo. No veas como te entendería mucha gente que leyese esto. Y si, su Dios lo entendería también. Fijo.
      Un abrazo.

  • Santiago

    No. se puede atribuir a Dios lo que hacemos los humanos. Por tanto lo que los clérigos hicieron en el pasado o han hecho hasta el presente no necesariamente está de acuerdo con la voluntad  d e  Dios, como no todo lo que hacen los miembros de un partido político puede reflejar totalmente su verdadera ideología.

    Lo que concierne a la Iglesia es predicar la Palabra  d e   Dios de acuerdo a la Revelación de Jesucristo en orden a nuestra salvación y la del mundo,  ya que éste es nuestro destino final y el motivo de venir a existir en este mundo. Fuera de este propósito todo lo demás es secundario ya que todo está ordenado a la felicidad eterna de cada uno de nosotros que. no es posible encontrarla en esta vida.

    No pedimos venir a existir. Pero de alguna maneras estamos existiendo.La vida es sagrada porque es un don inmerecido  de  Dios, de la misma manera que no merecemos tampoco la felicidad eterna, por la que todos suspiramos, pues nuestros deseos no se sacian con todos los bienes de esta vida terrestre sino que siempre queremos más y mas..

    Por tanto si no estuvo en nuestras manos  venir a existir tampoco está en las nuestras quitarno la vida o quitar la de los demás, no importa a qué nivel, o grado, pues el don es cierto desde el momento de la  c o n c e p c i ón   hasta el final de esa misma vida.

    Lo que se defiende es el “principio moral” intrínseco a la vida y no relativo. Porque si fuera relativo TODOS podríamos matarnos y matar a los demás con tal de racionalizar un argumento para justificar cualquier género de homicidio, ya sea propio o ajeno. El ejemplo claro es como los nazis justificaban quitar la vida de los minusválidos, de los niños malformados y de los ancianos, además del holocausto de los judíos.

    No se dice que es. Inmoral aliviar el sufrimiento del moribundo o del enfermo grave con procedimientos lícitos pero que aceleran la muerte,  pero nuestra intención cuenta en que no tomamos la vida nuestra o de otro como si fuera una “mercancía” al estilo de la sociedad consumista o porque los viejos estorban o porque ya hemos perdido la fe en todos y en todo y deseamos morir.

    Pero Cristo nos dice lo contrario como “tened fe, Yo he vencido al mundo” y “el que me sigue no anda en tinieblas” y “el que cree en Mí, no morirá para siempre”…Y finalmente nos dio Cristo el supremo ejemplo al aceptar morir en la Cruz por nuestros pecados, ejemplo de fe y de entrega total, pues TODO estuvo “consumado”, todo se cumplió en el amor y por amor. Solo en este AMOR podremos entender los sufrimientos de esta vida y la razón de nuestra muerte.

    Un saludo cordial

    Santisgo Hernández

    • Carmen

      No quiero discutir, de verdad. El problema que tiene en este momento es tratar de dar sentido a la intransigencia de la iglesia en estos temas. Y no va a poder. Porque los clérigos de esos de arriba no son médicos, ni biólogos, ni han estudiado nada relacionado con estos temas. Pero usted si. Ese es su problema.
      Si alguna vez se encuentra en una tesitura de esas duras, le recomiendo que se deje llevar por su faceta médica. Creo que el que así lo desea se lo agradecerá. No me refiero como médico, sino como familiar. A veces hay que decidir. Nadie dice que sea fácil.
      Porque , querido amigo, todos tenemos contradicciones. Por lo menos , aquí la que escribe las tiene a montones.
      Buen día.

      • Carmen

        El señor Masiá Clavel es jesuita con papeles. Fue profesor de ética o algo así en una universidad de Madrid. No recuerdo cuál, porque a mí los nombres no me van demasiado. Cuando en España se estaba tratando el tema del aborto, casualmente se fue a Japón. Por allí anda. Le gusta aquello. Es un acérrimo defensor del Papa actual. Al menos lo era. Con los anteriores tuvo alguna cosilla, justamente por estos temas.
        Busque algún libro suyo relacionado con el tema de la vida y de la muerte. Le gustará leerlo, aunque formalmente no lo comparta, le gustará.

      • Román Díaz Ayala

        El Señor Masiá Clavel puede que hable y escriba desde el amplio panorama que le brindan sus estudiso académicos y científicos. Ilumina a la sociedad desde su quehacer.
        Los señores Antonio Zugasti y Santiago Hernández lo hacen a su vez desde la esperanza que les brinda su fe en Jesús.
        Yo no veo contradicción.

      • Carmen

        El autor del artículo no dice lo mismo que Santiago.
        Lo que quiero decirle a Santiago es que la fe en Jesús nada tiene que ver con la eutanasia. Para mí es cuestión de humanidad. No es una decisión basada en la fe en Dios. Si una persona desea acabar es decisión de ella. Y nadie por cuestiones de conciencia se puede oponer, ni siquiera cuestionar. Eso es lo que le he querido decir. A lo mejor no me he explicado bien. Sorry.
        Pero creo que sí alguien decide acabar y tú lo sabes, no puedes oponerte por lo que llaman objeción de conciencia.
        No lo sé explicar mejor.

        No es más que mi opinión. No me apoyo en ninguna teoría de nadie. Es mi opinión. Y se la he dado.
        Buen día.

    • Santiago

      Muchas gracias queridos amigos siempre fieles a la amistad. Esto no quita que cada uno de nosotros tenga su opinión con la particularidad que todos poseemos el mismo derecho a expresarla tanto si estamos de acuerdo o si diferimos de ella. Esto no cambia el aprecio hacia el amigo que disiente sino que es una oportunidad de exponer puntos diferentes en diferentes perspectivas.

      Claro que no podemos personalmente estorbar las decisiones ajenas excepto cuando la decisión causa un grave daño al bien común o individual. Por eso para muchos el suicidio aún el asistido es un mal mayor puesto que se cede ante el reto de la vida y se prescinde de la fe en la vida post-mortem, aún en una mínima posibilidad, tratando de justificar un derecho que no poseemos sobre una vida que “no creamos” sino que recibimos en usufructo y prestada, y se cae en un existencialismo materialista que contradice nuestra vida espiritual.

      Por otro lado, tanto el feticidio, el infanticidio, como el suicidio asistido, el homicidio etc han sido repudiados por la medicina clásica en todo momento.
      En el juramento Hipocrstico, que sigue siendo actual, ya se habla, no sólo de las implicaciones de fallos clinicos médicos, sino que es “mala práctica” el fallo moral del médico con respecto a el mismo y con respecto al enfermo y así dice el juramento:

      “Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza..”no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermo; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitarê sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos..guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio”

      “No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, pesarios abortivos ni sugeriré a nadie cosa semejante”

      “Si observó con fidelidad este juramento séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión…si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mi la suerte contraria”

      Por eso el médico no siempre puede acceder al pedido inmoral de un enfermo puesto el médico siempre ha de velar por el bien total de su enfermo, no sólo la parte física sino principalmente la parte espiritual.Es por eso que es repulsivo que el actual gobernador de Virginia (USA) apruebe públicamente el infanticidio diciendo la forma que hay que proceder si llegara a nacer accidentalmente un bebé ya viable en el “tercer trimestre” del embarazo. Por supuesto que tuvo la repulsa de entre muchos colegas pediatras como yo que son profesionales “de la vida” y que se oponen a la actual “cultura de la muerte”. Siento mucha pena por este médico que es la pura negación de su profesión y que quizas por eso ahora es “otra cosa” en la política.

      Las leyes del mundo actual se basan en una falsa filosofía de la vida, especialmente de la moral cristiana basada en el amor. No es suprimiendo la vida como se resuelve el problema. Hay manera de aliviar el sufrimiento sin llegar a actuar como poseedores totales y absolutos de una vida que no nos pertenece.

      Gracias por concederme vuestro tiempo. Yo veo la dificultad de este problema pero esta es mi opinión viéndolo a l a luz de la fe en la que TODOS hemos nacidos. Las circunstancias accidentales cambian pero los principios son permanentes.

      Un saludo cordial
      Santiago Hernández

      • Carmen

        Está clarísimo. Usted es creacionista . Por lo visto es una teoría o lo que sea ello que pega muy fuerte por su continente. Muy, muy fuerte.
        Y además católico ortodoxo. Y cabeza cuadrada, dicho esto con el mayor de los respetos. Así que no puede pensar de otra forma. Está usted totalmente atrapado. Le sobran motivos para oponerse a la eutanasia, al aborto y a todo lo relacionado con el tema de la vida. Porque como usted dice, la vida pertenece a Dios.

        Y aquí, pues se da la circunstancia que no tengo ni una sola certeza, salvo que soy responsable de mi vida. Mi vida es mía. No me la han presentado. Me pertenece. Y soy responsable ante mí misma de lo que haga con ella. No pienso en un solo momento que eso que llamamos dios me pida cuentas al final. Porque entonces no nos hubiese creado, como usted cree, libres. Y a mí me gusta mucho Cervantes.
        Sorry.
        Buen día.

      • Santiago

        Agradezco sus observaciones..de veras. Pero el ser libres no nos da derecho a hacerlo y pensarlo todo como queremos y ejecutar nuestra omnímoda voluntad. Se nos daría ese derecho si fuéramos “creadores” absolutos..Entonces si podríamos alegar que la “vida nos pertenece” totalmente y radicalmente”. .pero solamente en este mundo “trabajamos” con herramientas prestadas y con una existencia “dada” y “recibida”. Una existencia terrestre efímera, sujeta a cambios y que si no pudimos decidir crearla tampoco podemos controlarla a nuestro arbitrio y deseo, aunque queramos y aleguemos, porque siempre nos ganarán las circunstancias, los sinsabores, las tribulaciones y lo imprevisto..y hasta la muerte muchas veces es inoportuna, inesperada, y malesperada y nos atrapa como “ladrón”. La vida nos coge en sus redes.

        No podemos esperar en esta vida “absolutas certezas”, ellas no existen..Nuestras certezas son dependientes de algo mucho mayor que no es posible abarcar aquí. El hecho que aspiremos a “algo más” y nuestros deseos de felicidad sean infinitos e insaciables ya es un camino hacia la verdad absolutamente cierta. Pero como no somos más que seres contingentes y dependientes estamos sujetos a lo que nos trasciende que está por encima de nuestra humana razón.

        Nuestras certezas son de aproximación, de caminos, de experiencias, de intuición, de deduccion, de especulación…rara vez son infusas..y aún así las verdades infusas caen en nuestra órbita humana.

        Sin embargo, tenemos certeza humana de que existimos, de que el Cosmos recibe constante información extrínseca, que el código genético no pudo ser producto del azar, que la materia energética no es pensante per se, que existe la inteligencia en el Universo, que hay un complejo “software” algoritmocamente diseñado en la célula que requirió un programador inteligente, que los humanos somos seres fundamentalmente espirituales y por eso podemos conceptualizar, conocer nuestra realidad, amar, sufrir y decidir y que ésto es producto de la trascendencia y que sin ella quedaríamos reducidos a biología animal y que nos limitaríamos a “lo puramente concreto” e “instintivo”.

        .Pero nuestras certezas nos llevan a un plano mucho mayor que es un camino real hacia la verdad y la felicidad, ya que podemos pensar y conocer aún limitadamente y que por eso tenemos la posibilidad de la fe y la esperanza a pesar de la brevedad y de la fragilidad de nuestra vida terrestre.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

      • Carmen

        La fe qué tiene que ver con la eutanasia? Me parece genial lo que usted dice. Si el problema no es usted. Ni los que piensan como usted. El problema es la presión que pueda hacer la iglesia para que no se apruebe está ley. Lo ha hecho con otras a través de los partidos políticos que les interesa autodenominarse católicos y defensores de la moral católica. Ese es el problema. Lo demás no importa.

        Porque la ley no obliga a ayudar a nadie a tener una muerte lo más apacible posible y cuando está claro que es inevitable. No te obliga. Te ofrece la posibilidad. No veo el problema.
        Y como dice Giordano Bruno en su precioso comentario, ya cada uno se lo explicará a su dios. Seguro que lo entiende. Palabras de Hans KÜNG. Supongo que lo conoce. No es un indocumentado como yo.
        Buen día. Cuídese.

  • Roman Díaz Ayala

    En las democracias occidentales se entiende que la sociedad civil  tiene su autonomía  propia y de ahí se deriva el Derecho público  y los grupos religiosos y de otros órdenes se rigen por  sus  estatutos y doctrinas de las que se deriva el Derecho privado.

    Muy bueno lo de Antonio Zugasti especialmente porque comparto sus reflexiones finales.

  • oscar varela

    Muy bueno, Zugasti!

     

    Te agrego que en mi Barrio

    tengo que explicar que

    Eutanasia no es ponerse a matar Tanos

    (acá llamamos “tanos” a los italianos)

  • Carmen

    Es que la libertad es muy hermosa. Ya lo dijo don Quijote:  La libertad, amigo Sancho, es el don mas preciado que nos han dado los cielos. Por ella se puede , y aún se debe , dar la vida.’

    Nadie obliga a nadie que acabe con su vida. Esta ley te da la posibilidad de decidirlo si así lo deseas. Francamente, no veo el problema.

    Igual que la ley del aborto. Nadie te obliga a interrumpir el embarazo, solamente en caso de que quieras y en un periodo de tiempo, unas cuantas semanas cuando aún el feto no está formado y se le considera embrión, si lo decides porque tus razones tendrás, lo haces bajo control médico para que no mueras en el intento.

    O la ley de divorcio. Nadie te obliga a divorciarte , pero te da la posibilidad.

    O la ley del matrimonio homosexual. Nadie obliga a contraer matrimonio a dos personas del mismo sexo

    Y así hasta el infinito.

    El problema que tienen es que ellos se sienten los dueños de la vida de los otros. De cómo la tienen que vivir. Ese es el problema. Y me parece genial que los católicos sigan sus normas a rajatabla. Nadie se lo impide. Pero , los demás?

    Y pondrán el grito en el cielo. Por enésima vez. Y nos llamarán de todo. De sindios hacia arriba.

    Pues bueno. Es algo que todos esperamos.

    Allá ellos. No sé.