No cabe duda de que la culpa tiene mala prensa. Sobre todo porque enseguida se le añade un adjetivo: se trata de la culpa judeocristiana. Es que –así se piensa– el cristianismo ha vivido gracias a la culpa.
Como se sabe, en Los hermanos Karamazov Dostojevski introdujo la parábola del Gran Inquisidor en la que este personaje, en la Sevilla del siglo XVII, se enfrenta personalmente a Jesucristo. En un largo discurso le reprocha haber querido que los hombres fueran libres cuando no tienen ni la capacidad ni el deseo de serlo. En cambio ellos, los clérigos, tomando sobre sí la carga de la libertad, han tomado un camino más realista. Y le dice:
“Probaremos (a los humanos) que son débiles niños, pero que la felicidad de los niños tiene particulares encantos. Se tornarán tímidos, no nos perderán nunca de vista y se estrecharán contra nosotros como polluelos que buscan el abrigo del ala materna. Nos temerán y nos admirarán. Les enorgullecerá el pensar la energía y el genio que habremos necesitado para domar a tanto rebelde. Les asustará nuestra cólera, y sus ojos, como los de los niños y los de las mujeres, serán fuentes de lágrimas. ¡Pero con qué facilidad, a un gesto nuestro, pasarán del llanto a la risa, a la suave alegría de los niños! (…). Y, como les permitiremos pecar, nos amarán con un amor sencillo, infantil. Les diremos que todo pecado cometido con nuestro permiso será perdonado, y lo haremos por amor, pues, de sus pecados, el castigo será para nosotros y el placer para ellos. Y nos adorarán como a bienhechores. Nos lo dirán todo y, según su grado de obediencia, les permitiremos o les prohibiremos vivir con sus mujeres o sus amantes y les consentiremos o no les consentiremos tener hijos. Y nos obedecerán, muy contentos. Nos someterán los más penosos secretos de su conciencia y nosotros decidiremos en todo y por todo; y ellos acatarán, alegres, nuestras sentencias, pues les ahorrarán el cruel trabajo de elegir y de determinarse libremente”.
Es decir, les organizaremos sus vidas, pero les perdonaremos la culpa que les hemos producido.
Sea como sea, la culpa tiene al menos dos caras: la jurídica y la moral. Una mala acción acarrea consecuencias jurídicas y recibe en su caso una pena. Pero la culpa es también la herida que deja en el alma del autor, sea o no castigada.
En el cristianismo la culpa ha estado ligada a la noción de pecado, que ahora parece haber desaparecido de la conciencia general. Pero si el pecado desaparece de la vida civil ¿quedará únicamente la culpa penal? Los miembros de la manada no sintieron ninguna culpa moral, filmaron sus actos y se envanecieron de lo que estaban haciendo. Lo que ocurre es que los detuvieron y los condenaros. Las turistas americanas que contrataron un seguro de violación y después la fingieron acusando a tres desgraciados no sintieron ninguna culpa moral. Lástima para ellas que la policía fuera inteligente y eficaz.
Como se ve, aparte de su aspecto penal, la culpa parece haber desaparecido e incluso está mal vista mencionarla. Cuando existe ¿se trata de un resabio del cristianismo manipulador de las conciencias? ¿Era la culpa una patología que es mejor que desaparezca? ¿es más sana, pues, una sociedad sin culpa? Ciertamente no lo sé pero más me inclino por la negativa.
En su obra La confesión y el perdón, Jean Delumeau, el historiador francés recientemente fallecido, escribió lo siguiente: “La confesión ha sido uno de los elementos por el que nuestros antepasados han progresado hacia un mejor conocimiento del alma humana y a una mayor eficacia en la acción Por ello –así me lo parece– ha existido un lazo entre las exigencias puestas a la conciencia individual y el discurso sobre el tiempo que tuvieron, , sobre todo a partir del Renacimiento, los hombres de Iglesia y los hombres de negocios. Ver claro en sí mismo y no perder el tiempo fueron dos reglas unidas que modularon las mentalidades occidentales”.
La culpa y el perdón tendrían así –esta es mi consecuencia– un papel individual y social, más allá de lo puramente penal. Es bien distinta el efecto personal y social de los etarras que han reconocido su culpa e incluso se han reconciliado con sus víctimas del de los que siguen en la cárcel manteniendo un juicio positivo sobre sus crímenes.
Estas cuestiones me han recordado una historia que aparece en Los silencios del coronel Bramble, una antigua novela de André Maurois: En una reunión de oficiales británicos uno pregunta por qué los sacerdotes católicos tienen más éxito que los pastores anglicanos y otro cuenta como respuesta la siguiente historia:
Un hombre había matado a otro pero no había sido descubierto. La culpa sin embargo no le dejaba descansar. Fue, pues, a visitar a un pastor y le contó su situación. El pastor se enfureció: No sé si mi deber de ciudadano es denunciarle a la policía pero mi deber de gentelman es no tenerle un momento más en mi casa. Después de otra experiencia similar el hombre, acongojado, entró en una iglesia católica y se acercó a un confesionario. Padre, –dijo– yo no soy católico pero quiero confesarle algo: Padre, he asesinado. Oyó que el cura le respondía: Bueno, hijo, bueno ¿y cuántas veces?
Mire, se acaban de ir todos . Hay paz. Le voy a contar una cosa.
Mi titulación que en EGB me acreditaba como profesora de dibujo lineal, al pasar a la Eso se transformó en profesora de plástica. Un buen dia mi jefe de departamento me dijo: se acerca la semana santa, tienes que hacer un via crucis con los niños. Vale, pero a mí aire. Ya sabes que añado una estación, la de la resurrección. Cómo sabía que era inútil me dejó a mi aire.
Buscamos en los evangelios, cada grupo una estación, como tenía sesenta alumnos, fácil.
Les dije: a ver esa creatividad. No quiero una sola gota de sangre. No vea los crios. Hay anécdotas para escribir un libro.
Lo consiguieron. Precioso. Mi jefe lo colgó en su blog. En cajitas de zapatos a tres planos hechos con cartulinas.
Cuando llegaron a tercero de la ESO, en semana santa le pusieron la película de Mel Gibson. Para que se fueran con buen cuerpo de vacaciones.
Pues si. Una teología superada. Mi pregunta es para quienes.
Buena tarde.
Pero había una segunda condición. No quiero a nadie en la cruz. La cruz es un símbolo. No me gusta ver a nadie crucificado.
El grupo que lo tenía que bajar de la cruz estaba descompuesto. Pero carmen, me decian, como lo vamos a bajar de la cruz si no está…ah! Les decía. Ni idea.
Lo resolvieron poniendo a los pies una sábana y escenificaron cuando lo estaban arropando.
Los niños… geniales.
Lo que no se es qué pudo más, si la película o las cajitas que hicieron. Supongo que la película. Bueno, y las procesiones…
En fin.
Lo siento, Carmen, pero creo que insiste en una teología ya pasada (aunque hay teologías que tardan mucho en pasar, eso es cierto)
He leído sus artículos que hablan de este tema. Creo que son tres.
Y los comentarios de todos.
Superinteresante.
Es que creo que usted habla desde el punto de vista teológico. Tiene toda la razón. Está superada. Pero hablo por lo que oigo a las personas de mi alrededor. Créame. Existe la culpa y el o la que lo ha superado ha sido , en fin. Da igual.
Tiene razón. Está superada. Pero atento a la semana santa. A ver qué se celebra.
Gracias por su atención.
Un abrazo
Lo siento, Creo que me paso mil pueblos. Pero quiero que entiendan el por qué pienso que porque un papa diga que va a permitir que en una zona de la amzonia a los hombres buenos les va a dejar casarse porque no encuentran célibes, o porque diga que hay que cuidar el planeta o por las simplezas evangélicas que dice, si se creen que nos van a convencer a los que no pisamos una iglesia, están muy equivocados.
Que cambien su teología, empezando por la crucifixión, que nos liberen de la culpa que no tenemos, que dejen el símbolo de la cruz , pero que bajen a todos los cristos del mundo de ella. No se puede construir sobre semejante locura. Que si, que claro que lo mataron, pero no por nosotros sino porque fue un hombre honesto y coherente, según dicen los evangelios, claro. Creo que ellos son el punto de partida. O quizás me equivoco?
Y quien crea que fue elegido por el dios mismo, que lo crea, seguramente él también así lo creía, pero por favor, que no nos metan leyendas copiadas de otras mitologías y quieran que nos las creamos. Por favor. pero qué es esto?
Lo que sucede es que no se quiere un cambio en la Iglesia. Porque un cambio real supondría ponerse en contra del poder político. No digo a favor de un poder político concreto, No digo eso, Digo que no iría de la mano de ningún poder político y ¿ quién quiere eso? se lo han preguntado alguna vez?
Me encantan los cuentos de hadas,me han dormido muchas veces con ellos y a mi nieta de cuatro años le encantan. Pero ya se encargarán su abuela ,su madre, su padre… de decirle poco apoco, si nena pero… porque algo me dice que a mi nieto, o sea, solamente le gustan los enchufes y Bob esponja y esas cosas, pero pasa de príncipes y de princesas…
De todas maneras creo que es todo inútil Porque lo que no puede ser , es imposible. Soy yo la que sobra aquí. Cada día lo tengo más claro porque es que no lo puedo remediar,me disparo.
En fin
Lo siento, de verdad pero es que me sacan unos temas que…
Sorry, de verdad, sorry. No saben cuanto los respeto a todos y a todas, no saben lo que me han hecho pensar y lo que he aprendido con ustedes, pero es que no tengo solución. Sorry.
Sabes que pasa? Que el sentimiento de culpa no lo pueden sentir todas las personas. Es un sentimiento profundo, auténtico, pensar cómo he podido hacer esto? Por qué lo he hecho? y hasta que no resuelves ese problema no estás en paz. Ese es el sentimiento que plantea Dostoievski en el crimen y el castigo. Y como es un escritor tremendo lo lleva al paroxismo. Pero cuidado, que Freud dice lo mismo.
Otra cosa es la vergüenza que no es más que el miedo al rechazo social.
Me ha gustado mucho lo que has escrito. La distinción entre culpa y Vergüenza. Entonces nos encontramos que hay personas que bastante le importa a ellos lo que hacen o dejan de hacer si no llega a conocerse. Es como el niño que cierra los ojos y piensa que no existe.Pero claro, eso no vale para todo el mundo, hay un tipo de personas que si son capaces de sentir la culpa, ahí es donde la religión católica hace estragos. No se si leíste un comentario que hizo Giordano Bruno. No puede ser más esclarecedor de lo que es sentir la culpa.
La culpa te puede llegar a destruir, tienes que perdonarte a ti mismo para salir adelante y muchas veces se necesita ayuda externa. Por eso ese sentimiento de culpa que la iglesia católica ha querido inculcar, arrastrada del judaísmo, de los malos que somos hasta el punto de que ha tenido que venir el dios mismo a morir de una manera horrible para salvarnos, es algo que nunca, nunca, nunca le perdonaré a la iglesia.
Te prometo que no es por mí. La iglesia nunca ha tenido poder sobre mi nunca llegué a entender del todo, he estado pensando sobre este tema como cuarenta años y no se por qué, pero se del poder que ha tenido sobre otros y sobre otras. Y me indigno. Y estoy como aquella de Carmena con los reyes magos de Madrid, nunca te lo perdonaré.
Porque personas como Giordano las hay.
Si lo que te llama la atención es que haya personas de dentro de la iglesia que no tienen sensación de culpa por la pederastia y tal, pues claro, no se de qué te extrañas. Ellos son los primeros en saber la gran mentira de todo. Y luego ¿por el hecho de ser sacerdote quiere decir que seas capaz de sentir la culpa? que va. Pero si han dado con la fórmula perfecta: ego te absolvo. Pero, qué hacemos con los que eso no les vale? ¿ De verdad te crees que no ha habido millones y millones de personas a lo largo de la historia que se han sentido fatal ante un crucifijo porque se sienten culpables? Que por acostarse con una u otra persona Jesús estaba crucificado? Pues a montones, porque además es dónde, por lo menos en el ultimo siglo,se ha centrado la iglesia como único mandamiento. Y Sabes por qué? porque creían que como en los papeles estaba que sus religiosos eran célibes, todo resuelto. Ellos nunca pecarán contra el sexto mandamiento. Por definición. Y luego los demás…porque repásalos en tu cabeza… Muchos mienten como cosacos, roban al mas pintado o bendicen los robos, bendicen pelotones de fusilamiento y el nombre de dios lo utilizan en vano continuamente. Pero el sexto, ah! el sexto, ese no porque por definición son asexuados. Y no estoy pensando precisamente en los párrocos de pueblo que va, mis pensamientos van de obispos para arriba, el resto son unos trabajadores bien intencionados como lo puede ser un medico, un maestro o un albañil. Ni más ni menos, Hombres normales. Mujeres normales que han creído en un momento de su vida en un proyecto mágico. O en una forma de ganarse la vida,que todo puede pasar. Pero ellos no dirigen el cotarro. Son dirigidos.
Hay por ahí una oración que antes por lo menos se decía en misa, ahora no se porque la verdad voy poco y siempre llego tarde, era al principio, se llamaba yo pecador y se decía por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Es un horror. Me horrorizaba. No se si has oído la canción de María Jiménez, con golpes de pecho.
Que la culpa es un control social ? pues a ver por qué te crees que se unieron el poder político y el religioso , por lo de DE CON ESTE SIGNO VENCERÁS?
Pero las cabezas cambian.Los católicos y católicas tenemos acceso a la educación general básica y después a la ESO. Todos. Y es obligatoria. Todos aprendemos a leer y a escribir , todos. Y con eso se abrió un puerta que ya es imposible cerrar.
Me ha gustado mucho lo que has escrito.
Un abrazo.
Acerca de si son posibles las sociedades sin culpa y qué pasaría en ellas.
– La antropóloga Ruth Benedict distinguió entre culturas de la vergüenza y culturas de la culpa. Copio de la wiki:
Los términos cultura de la vergüenza y cultura de la culpa se refieren a conceptos antropológicos que diferencian las culturas según su uso de instancias externas (vergüenza) o internas (culpa) para tratar la mala conducta y resolver conflictos. La yuxtaposición de la cultura de la vergüenza, que se atribuye principalmente al Medio y Lejano Oriente, y la cultura de la culpa, que se atribuye a partes del mundo occidental, fue establecida por Ruth Benedict y se considera controvertida.
– Parece una alternativa a la supuesta necesidad de la culpa como mecanismo de control moral social. No obstante, pienso que en nuestra sociedad occidental y cristiana, con frecuencia es o ha sido más efectivo el sentimiento de vergüenza que el sentimiento de culpa. Hay muchas personas a quienes un pecado determinado no les creaba ningún sentimiento de culpa, mientras se mantenía en la intimidad de su vida privada, pero sí les creaba un sentimiento grande de vergüenza, en cuanto se hacía público.
– Tampoco a la Iglesia Católica parecen haberle importado mucho los pecados, mientras se mantuvieran en privado. Un terrible ejemplo de lo que estoy diciendo son los miles de casos de pederastia protagonizados por clérigos que ahora están saliendo a la luz. ¿Dónde estaba el sentimiento de culpa de tantos obispos encubridores? ¿Dónde estaba el sentimiento de culpa de San Juan Pablo II, de quien cabe suponer razonablemente que fue un encubridor de Marcial Maciel? Al menos en estos casos, la iglesia como institución no parece comportarse consecuentemente con un sentimiento privado de culpa sino como consecuencia del sentimiento de vergüenza pública.
La culpa la llevamos todos los humanos. Somos responsables de nuestros actos porque poseemos libertad de decision pero no siempre elegimos lo bueno. A pesar de apelar a la racionalización, nuestra conciencia nos indica cuando actuamos en contra de lo que sabemos que es correcto. Por tanto, existe la culpa que es intrínseca en nuestra naturaleza humana.
Todos pues necesitamos del perdón. Los psiquiatras están llenos de pacientes que ya no pueden cargar más con la culpa, donde sus mecanismos neuróticos de defensas ya no funcionan.. Es cierto que un buen psiquiatra es capaz de ayudarnos a recobrar nuestro equilibrio, pero NO puede perdonar la culpa. Solo Dios puede hacerlo. Solo El puede penetrar las profundidades del espíritu en nuestra intimidad y librarnos del peso de sentirnos culpables sin remedio.
Claro que podemos usar el ardid de “la negación”. Pero la represión de la culpa es dañina y no nos dejará vivir en paz el resto de nuestras vidas.La culpa siempre surgirá quizás con excepción en los que no poseen conciencia como los psicopatías
La paz verdadera de las conciencias solo puede obtenerse en el Padre a través del Hijo. Jesús nos lo dice, pues El da la paz no como la da el mundo, sino la de El, que es perfecta y real. Por eso el sacramento instituido por Cristo de la reconciliación es el medio ordinario para borrar la culpa y darnos La Paz. No importa el rechazo “del mundo” y de su desprecio, porque ésta ES la verdad que el mismo Cristo estableció. La paz se encuentra en la confesión arrepentida de la culpa a Cristo a través del ministerio de la reconciliación.
Saludos cordiales
Santiago Hernandez
Tiene usted mucha suerte en ser católico. Qué podemos hacer el resto?
Como todos se que he hecho cosas mal. Lo siento. Pero hay cosas que no tiene vuelta atrás. No soy una persona vivan con una sensación de culpa de esas insoportables como el personaje de el crimen y castigo, que va, gracias a dios no, pero hay alguna cosa de las que si pudiese me montaría en la máquina del tiempo y actuaría de otra manera. La verdad, no se qué pinta dios en todo esto.Quiero creer que soy libre o al menos tengo un poco de libertad como para poder elegir en algunas situaciones. Es un asunto mío conmigo misma.Y por supuesto de los que a lo largo de mi vida he podido dañar.
Pues si, tiene usted suerte,porque aunque no tiene una máquina del tiempo tiene una especie de aspirador grande que aspira las culpas. Me alegro por usted.
Voy de por libre y si hay algo difícil es gestionar tu propia libertad.
Un abrazo.
No, no es un mero “aspirador” automático y mágico. Si tengo culpa soy responsable de mi culpa pero esto NO implica que no existe salida, no redención, ni penitencia. Jesus habla de arrepentimiento en sentido POSITIVO. Solo por MI mismo, por supuesto, no puedo salir del atolladero. Necesito de un proceso que me saque del abismo que me ahoga.
Claro que no hablo de mi en singular. Existen y existieron millones de personas que pudieron salir de las garras del mal,del pecado, de las adicciones, de la droga, del comercio sexual etc etc mediante la fe y el apoyo de sus semejantes puesto que Dios quiere que nos ayudemos unos a otros en orden a la salvación. No se puede decir soy irredento o un caso perdido, que es un pecado contra la esperanza.
Si Jesús nos ofrece el camino de un “bautismo laborioso” como es el sacramento de la penitencia donde es nula toda confesión donde no existe el sincero arrepentimiento actual del mal, donde no nos examinamos la conciencia, donde no existe al menos un intento de dolor por el mal en si, donde no deseamos no volver a caer. Por eso los antiguos llamaban al sacramento “bautismo laborioso” porque tenemos que cooperar con la gracia que se nos ofrece “a diario” gratis. Esto está al alcance de cada bautizado como un don. Mi colega judío me preguntaba si el podía confesar sus pecados como un catolico porque le “agobiaban. El no ahogaba la culpa en alcohol, drogas, sexo etc.
Se dice que la confesión es el camino ordinario del perdón en el creyente ya bautizado. La Misericordia divina no se reduce a una “forma” o a un camino.
Existen otros caminos como un musulman indio durante la guerra India-Pakistan que mató a un niño pakistaní y tenía miedo irse al infierno. Gandhi estaba agonizando en una huelga de hambre para que cesara la guerra ya que el fue siempre pacifista. El se arrodilló junto a Gandhi y le explicó el hecho lleno de angustia. Gandhi sin inmutarse le dijo: hay un camino para salir del infierno. Adopta un niño pakistaní huérfano de guerra y lo crías como tú hijo. Asi saldrás del infierno…
Y es que Jesus nos dice que al
que ama mucho se le perdona mucho. Es el amor el que salva.
Saludos cordiales
Santiago Hernández
Santiago, perdone si le molesta alguna cosa que escribo, a veces se me olvida que tengo que ser más prudente, Creo que a muchas personas les molestará algunas cosas y me siento mal. Entre esas personas está usted. Pero es que así pienso. Lo que no se es si tengo derecho a decirlo aquí. No se.
Usted es para mi una persona como desconcertante. Lo mismo que a veces mi forma da hablar tan clara es un obstáculo y de los gordos, la de usted también admite mejora, claro , según mi opinión. El día que encuentre otro vocabulario y se olvide del pecado, de la culpa de que solos no podemos nada ,de que toda la salvación depende de dios , que conoce La Verdad, el día que personas como usted cambien de vocabulario, ese día la iglesia empezará a cambiar
La confesión es buena en cuanto que te ayuda a liberarte, porque hablas, compartes tu agobio como dice ese señor y además crees que no lo va a contar a nadie. De acuerdo, pero depende del cura que te toque, en primer lugar. Y en segundo es que quien se crea que por ese hecho todo se le perdona, quizás lo que sienta sea vergüenza,como dijo Pepe. Me alegro por las personas que así piensan, pero personalmente creo que nadie me puede perdonar salvo como dijo el otro día Carlos al que se le ha hecho mal y yo misma. No meto a dios en esto. Dios es otra cosa y desde luego no da poderes a unos cuantos hombres para que actúen en su nombre, vamos a ver, no creo ni tan siquiera que usted lo pueda pensar en serio.Es como si dios quisiera una especie de humillación para perdonar y como no puede estar en todos los sitios a la vez,tiene apoderados. Es que de verdad, uf.
Usted está atrapado en un mundo teórico y como lo domina a la perfección está convencido de que es real. Todo encaja. Y nadie lo va a sacar de ahí. Si eso le da paz , me alegro por usted, de verdad. La teología es un puro constructo humano y cada uno tiene derecho a dejarse o no convencer.El problema de la teología es todo lo que mueve, porque apoyándose en ella fíjese todo lo que se ha construido. Si a usted le gusta, adelante. A mi no me gusta un pelo.
En fin
Voy a tratar de no hablar en una temporada, pero sabe que pasa? estamos en momentos de cambios y en esos momentos es cuando hay que mudarse, no tenia razón aquel señor, sabe a quien me refiero. No tenía razón. Claro, me refiero según veo la vida, no cabe duda de que él a veía de otra manera distinta. Tampoco hay duda de que ganó la partida. Quería poder y desde luego que lo consiguió.Pues enhorabuena si es lo que quería, adelante.
Creo que hay que aprovechar los tiempos de cambio, luego las cosas se estabilizan. Piense, desde el concilio vaticano, ya Pablo 6 empezó el cerrojazo, posiblemente porque no podría ser de otra manera, no lo se, no lo juzgo. No me importa. Solamente se que empezó el cerrojazo a la puerta que abrió juan 23. Luego pues fíjese lo que sucedió, todo se estabilizó. Y ahora todo el mundo vuelve a estar en cambio, la civilización entera está cambiando ¿ de verdad cree que no es momento de hacer una mudanza de las buenas, de irte a vivir a otro barrio? pero quien se quiere cambiar de barrio si vives en la moraleja en una urbanización de esas superguay? Y no veas qué tipo de vivienda, de las mejores de la urbanización.
La verdad, cada día me da más igual. Los que pensamos como mi persona somos caballos y yeguas perdedores y perdedoras. Nada nuevo bajo el sol.
Es que tiene razón uno de mis hermanos: te empeñas en cambiarlo todo y ya te darás cuenta de que no puedes cambiar nada, nada. Y así es.
Un abrazo.
Nada me molesta al punto de enfado. En mi largo diálogo por aquí a través ya de algún tiempo siempre he visto el lado mejor para que la conversación sea constructiva a pesar de las obvias diferencias.
También he tenido que ser prudente para no ofender y disculparme cuando, sin quererlo, he herido a alguien con respecto a lo que cree porque siempre he tratado de separar la persona de la ideología. La lucha es ideológica pero NO personal. Es como el fiscal y el abogado defensor que SOLO son enemigos durante el juicio pero cabe una amistad -de hecho se da- fuera de la audiencia.
Yo desconcierto porque existe una deformación y una errónea concepción idealizada del “que cree”. Pero no es cierto “que estoy atrapado en un mundo teórico” y en un “puro” idealismo. Es muy difícil pensar que en el siglo XXI, marcado por el agnosticismo y el escepticismo, un profesional cualquiera pueda intentar seguir el Evangelio de Jesucristo y quiera compartirlo con los demás, a pesar de no ser un “beato de sacristía” o un “puritano extremista” y vivir una intensa vida de familia y tener vida social activa, y ser uno entre otros, un “normal” que vive como los demas en el mundo y se alegra y sufre en la vida como los otros..pero trata de practicar su fe. Esto no es teoría. Sin yo merecerlo me agarro de la gracia. Todo es pura gracia. Su vida, por supuesto, también.
No hay perdedores. No perdemos los que nos expresamos libremente con sinceridad. Acepto a mi amigo “como es” aunque deseo que crea como yo y penetre profundamente en la Palabra evangélica y que construya la Iglesia por mandato expreso de Jesucristo y nunca separado de El que es la fuente de toda alegría, optimismo, sabiduría y bien.
No importa que solo “aparentemente” no podamos cambiar al mundo. Creo que basta nuestra buena intención y saber que nada de lo que hicimos y hacemos por los demás queda en el “vacío”. Todo se dirige a un fin aún una palabra que dije un día o una acción que realicé sin apenas darme cuenta que ayudaba a otro. Se que lo positivo siempre supera todo en cada vida. El cristianismo es aceptar la gracia e intentarlo de nuevo cada día. Sé positivamente que ésto lo sabe prácticamente.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Ggracias.
Pero si hay perdedores, ya lo creo que los hay.
Un abrazo.
Convirtamos la derrota en éxito. La opinión ajena no nos cambia fundamentalmente. Permanezcamos firmes en el don de la fortaleza interna necesaria para sobrevivir las graves dificultades de esta vida. Es esta convicción íntima la que nos impide ser juguete de las circunstancias. Vivamos nuestra vida de la manera que nosotros queremos y busquemos las personas que nos traten de ayudar a ser nosotros y a buscar nuestro bien aunque nos digan que estamos actuando incorrectamente. El amigo que busca la felicidad del otro es el que es sincero a pesar del riesgo de disgustarlo, pero sabe que le está haciendo un bien que lo salvará del abismo que “el otro” es incapaz de ver. Paz en todo y sobre todas las cosas.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Amén.
Gracias, Carmen, por sus comentarios bien inteligentes.
Respecto a la redención por la cruz, mi primera colaboración en Atrio fue precisamente un texto cuaresmal titulado “Con su sangre nos ha redimido”. Puede consultarse en el archivo.Siento citarme a mí mismo pero creo que en él de refleja bastante de lo que es la actual teología de la redención
Lo buscaré.
Sabe una cosa? Mis comentarios son los que hace casi todo el mundo cuando logro que hablen de este tema, que entrenen calor. Este es el pensamiento generalizado.Pero han tirado la toalla. Muchísimas personan piensan que esto de la iglesia no tiene solución. Pero creo, opino, pienso que sí la tiene , con una reestructuración desde sus cimientos y a muchos niveles. Aunque se tarde cien años, doscientos años, solamente sería el diez por ciento del tiempo que ha existido. Pero no se quiere abordar. Eso es algo que cada vez tengo más claro. Solamente se le quiere lavar la cara, pero le aseguro que para la gente normal como yo,no es suficiente porque nuestras cabezas son otras, nada que ver con la de hace cincuenta o cien años, Nada.
Pero bueno.
Gracias. Lo leeré. Me gustan estos temas y francamente, no se por qué.
Buena tarde.
Estoy más o menos de acuerdo con los dos comentarios (aunque el comentario sobre de la muerte e Jesús refleja una teología atrasada) pero me hubiera gustado que alguien hubiese aportado algo a mis preguntas de si es posible o qué pasará en un universo sin culpa
¿Seremos como Putin, cuyos adversarios han muerto todos asesinados y se mueve por el mundo tan tranquilo o como los jovencitos que aprenden el sexo en el porno de internet y empiezan a reproducir nuevas manadas?
Claro que la culpa puede ser neurótica, como el juego, como el deporte pero eso no cuando no lo es tiene sin duda un papel en la vida humana.
Y respecto a perdonarse a sí mismo, creo que uno se disculpa, se comprende pero perdonar sólo puede hacerlo otro
Atrasada?
Pues con todos mis respetos, pónganla al día. Lo vengo pidiendo a gritos hace muchos años. Tienen ustedes una oportunidad ya mismo, la semana santa está al caer.
Otro quizás te pueda perdonar el daño que le has hecho a él. Pero el sentimiento de culpa es otra historia. Para mí el sentimiento de culpa es sentir el daño que tú has hecho a otro.
Si un accidente de tráfico provocado por mi persona tiene como resultado que otra quede con una minusvalía física, esa persona me podrá perdonar de corazón y con toda su alma. Otra cosa es que yo me perdone a mí misma. Para mí esa es la auténtica sensación de culpa. No lo se explicar mejor, Sorry.
Creo que personas como Putin, como Trump y como tantos otros las ha habido siempre y las habrá. No creo que la generación de jóvenes sea peor que otras. Lo que sucede es que la tecnología les ha superado y tienen acceso a una serie de cosas que ni ensueños otras generaciones lo han tenido. Nuestro papel, la de los adultos, estará en educar, como siempre. Ayudarles a descubrir que existen autores para leer, películas para ver, áreas de conocimiento en las que asomar la cabeza…si quisieran, si entendieran lo que con la tecnología actual puede alcanzarse en cualquier área de conocimiento que les guste, sería una generación que nos daría mil vueltas. El problema está como conducir todo esto. Cómo competir con el uso fácil de la tecnología. Ese es el reto.
Diría que en realidad es el de siempre.
No se si le sirve como respuesta.
Adjunto este otro comentario a propósito del artículo de Carlos:
-A mi juicio, el cristianismo, más que vivir de la culpa -que muchas veces también-, ha inoculado un sentimiento excesivo de culpa que, en parte, deformó el Mensaje de Jesús y la consiguiente espiritualidad evangélica… El afán de poder de la jerarquía de la Iglesia se introdujo en las mismas conciencias… Así se sometía mejor… y se devaluaba indebidamente a la persona humana. Lo que constituía un claro abuso moral… (No sé si de esto fueron muy conscientes las autoridades de entonces, que no eran torpes… Estoy pensando en el concilio IV de Letrán, dirigido por el talentoso Inocencio III; concilio que trató e impuso la confesión específica… (aunque no eliminó la absolución general) con el mismo párroco… Y esto con la “razón” de que “el pastor debía conocer a sus ovejas…”
-Hoy muchos clérigos tradicionalistas dicen que “se ha perdido la conciencia de pecado”. (Algo puede ser, sino cómo entender tantos atropellos y asesinatos en sociedades “cristianas”, por ejemplo?) Pero quizá sea mejor la explicación o pregunta siguiente: ¿Se ha perdido el sentimiento de pecado, de culpa, o más bien la sociedad moderna se ha liberado de sentimientos de culpa dañinos, distorsionados, que cribaba, acentuaba cosas menores y tragaba camellos? Los sentimientos de culpa fueron muy frecuentes en la espiritualidad cristiana… e hicieron sufrir a muchos… Más de lo que tal vez parezca…
-Por eso algún autor, de nuestro tiempo, publicó un libro titulado: “La teología del gusano”, y otro autor escribió el libro: “Víctimas del pecado”… Por eso, es preciso revisar la JERARQUÍA de valores no propiamente evangélica, introducida en la moral cristiana. La jerarquía de la verdad evangélica es la que hace libres -INTERIORMENTE-; digo interiormente, porque la verdad de una denuncia de inmoralidad puede llevar a la persecución y hasta a la cárcel, como le ocurrió, por ejemplo, a Bonhoeffer, y a tantos más silenciados, calumniados o eliminados…
-Por eso, hablar y proclamar la verdad que libera, también del sentimiento excesivo de culpa, es un riesgo con frecuencia… Pero evangélicamente a veces parece necesario denunciar…
Mire. Con todos mis respetos a todo lo que usted sabe y mi persona no.
La culpa ahí está. Nadie tiene el poder de perdonar nada,solamente existe el perdón de la persona que ha sufrido el daño y me atrevería a decir que ni tan siquiera eso. Solamente existe la capacidad que una persona pueda tener para perdonarse a sí misma, reconociendo lo que le ha llevado a cometer una injusticia sobre otra. No es tarea fácil. No lo es. Sobre todo en determinados casos. Por eso se entierran las cosas en el subconsciente y aparecen mil cosas raras a niveles conscientes. Y no lo digo yo, no es una idea personal mía. Por ahí está el concepto de neurosis.
Lo de perdón de los sacerdotes católicos quien tenga capacidad para creérselo, adelante. Pero eso socialmente no vale.Existen lo que se vienen llamando leyes. Y luego, que cada uno en su interior haga lo que pueda . Pero desde luego, un sacerdote nada puede hacer en el tema de la culpa. No más de lo que puede hacer un amigo, y en el mejor de los casos. En otros sencillamente te puede destrozar la vida. No digo que con mala intención, digo que te la puede destrozar con la mejor de las intenciones o con la peor igual da. Los sacerdotes no son psicólogos, ni psicoanalistas, ni psiquiatras ,son personas como todos. A no ser que tengan estudios sobre estos temas, claro, entonces serían además de sacerdotes, psicólogos o psicoanalistas o psiquiatras.
Quien crea que diciendo, perdóneme padre porque he pecado ya está todo solucionado, pues adelante. A mí me gusta ser responsable de mis actos y no me gusta que otros tomen decisiones por mi. Y mucho menos voy a aceptar que tenga el poder emanado del mismísimo dios para perdonarme. A mí desde luego no. A otros, quizás. Y mi razonamiento es muy sencillo. Si para librarme del infierno ha sido necesario que otro muera por mi en la cruz, elijo el infierno. Sobre mi conciencia no cae la muerte de Jesús de Nazaret en la cruz. Bastante tengo con mi vida normal, con mis sentimientos de culpa que me he ganado a pulso para además cargar con ese. Hace muchos años que tomé esa decisión. Muchos.
Un saludo cordial.